Dirección general No Normativo
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Portada Sr. Marabunta
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Mayo 2021
Editorial “¡Lala, Lala!” Esos eran los gritos nocturnos que se escuchaban desde la calle. Por las noches venían a buscarla sus amigues, pues sólo entonces las calles se volvían suyas. “La Lala de Acatlipa”, así la conocían algunas de sus hermanas y hermanos. Pero Scarlet era el nombre que de verdad la nombraba. Scarlet era una mujer hermosa, fuerte, valiente y eternecedoramente amorosa. Sobrevivió una vida de obstáculos, pues nunca dejó de ser visible. Y por eso, ella era muy querida por su comunidad. El 3 de junio de 2020, a sus 31 años, quisieron apagarla sin saber que con ello, estaban encendiendo una llama. Movidxs por el dolor de las pérdidas de nuestrxs seres amadxs, desde No Normativo abrimos TransMemoria Fanzine como un espacio de encuentro, de reconocimiento y homenaje a todas las vidas de nuestrxs hermanxs trans que existieron, resistieron y siguen presentes en nuestra memoria y corazón. Nos reunimos a celebrarles y recordarles con amor y orgullo a través del arte. Este fanzine, es un trabajo conjunto entre amistades, colectivos, familiares y personas de la comunidad que por medio de las letras, las imágenes y la poesía nos contamos historias de resistencia; nombrando y visibilizando a nuestrxs hermanxs trans, al tiempo que nos acompañamos y nos abrazamos, hoy que lo necesitamos, hoy que ya no están. Desde No Normativo nos reconocemos, celebramos y defendemos nuestras vidas disidentes y así, en un gesto de amor y profundo respeto hacia la lucha trans, le invitamos a avivar las memorias aquí homenajeadas.
Sig. página: No me ocultaré más, Mayel Carrasco, Ciudad de México, México
Cuestión
Dandom
Guadalajara, México
Es cuestionable esta sensación egoísta de pertenecer en tu cuerpo y mente. Me exhibo en museos porque delicioso es el banquete de mis conexiones. Me vuelvo demente en el vaivén de mis sentidos y ¿Qué es todo este enredo? Me siento vacíe si no me inyecto en tu piel tibia. Me muestro desnude para suavizar la cotidianidad. Me pinto como espacio que tan lleno está de mí y ¿Qué es toda esta maraña? Es que ella me cautiva el alma y me coloniza los deseos. Y me explotan los sentidos y ahora todo es confuso. Me explotan las memorias y difuso es mi sentir. Mi existir se denota y nota que caigo en depresión. Esta presión de mí hace que me sienta encajonade.
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¿Soy mi cuerpo? ¿Soy el suyo? Me siento diferente a lo que siento. En lo que siento diferente me siento a, por un momento, pensar. ¿Qué es esto que no me pertenece, esto que no quiero? ¿Quién soy si no lo quiero, si no quiero a mi cuerpo pero a mí sí?
Si no soy la cautiva, quiero ser el espacio indisoluble, quiero ser abstracte, la bruma. Mi cuna dice una cosa y mi sentir la abandona. Y es que mi parecer aparece de la nada, que mi placer parece venir con ella. Su voz gruesa me apunta al apellido y se me dilatan los oídos al saborear ese olor. Ella soy yo, pero triste; de no poder ser sin que abunde la noche, sin que me moche a mí para ser ella. Y ya vienen las lágrimas de desesperación
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por una operación que se pone en marcha.
PRESUNCIÓN Martín Morales Garza Guadalupe, México
estudiar en la universidad?
Somos diez integrantes en esta protesta sin destrucción ni faltas de respeto hacia el prójimo. Ojalá no estuviéramos aquí, pero si no nos hacen caso, ¿quién o a quiénes hay que dirigirnos? En los periódicos, se difundió el caso de Paz, mujer trans y sexo servidora en el área metropolitana de Monterrey a falta de un hogar. Como en algún momento encaramos ese tipo de situaciones, cabe la posibilidad que Paz no contaba con alguien en este mundo. ¿Cuáles habrán sido sus sueños y aspiraciones? ¿Qué le hubiera gustado
— Descargué la aplicación pero, en su mayoría, son hombres gay que quieren macho varonil. — Ni me digas. Mi mejor amigo no halla pareja, porque tiene “la voz suavecita”, pero el desgraciado es activo y vaya que está dotado, pero existe cierta homofobia y machismo entre la misma comunidad. ¿Paz se habrá encontrado con alguien así? Un hombre que, debido a sus inseguridades y propias experiencias a lo largo de la vida, exteriorizó su rechazo a alguien visiblemente femenino. — Cuando un sobrino salió del clóset, mi cuñado me culpó, me señaló diciendo que “tendría otra vestida en la familia”. — El hermano del amigo que te digo, el que no consigue pareja, creyó que ser gay era sinónimo de travestismo o ser transexual. Entonces, una mujer cisgénero, ataviada de negro y STILLETOS, apareció con una pancarta que, en primera instancia, nos petrificó: “ni puto, ni puta: mi hija = mujer trans pura”, las últimas tres palabras resaltadas con mayúscula. No quisimos perturbarla, pero la que encabezaba el Colectivo se acercó para ofrecerle el pésame y el abrazo fue correspondido. — Es una profesión respetable, pero mi hija no ejercía la prostitución. No le faltaba dinero, incluso se pagaba los estudios y hubiese egresado de Leyes. No entiendo la finalidad de alterar los hechos y ser tan viscerales. En los medios, se difundió la noticia en un suplemento visiblemente amarillista, burdo y grosero: “Varoncito sin vestido es hallado sin vida”, rezaba en primera plana, buscabas el artículo y el transfeminicidio estaba redactado de manera superficial.
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— Tampoco fue un crimen de odio o pasional: estaba al tanto la familia del que hubiera sido mi yerno, radican en el extranjero —contó y apretó los labios antes de romper en llanto—. Incluso hablaban sobre el mito de los andróginos de Aristófanes. En lugar de concentrarnos en la Procuraduría Estatal de Justicia, alguien sugirió que nos dividiéramos y nos congregáramos afuera de los periódicos que no sólo llevaban a cabo cambios en las notas con fines desconocidos, también colmaron nuestra tolerancia por su transfobia exteriorizada.
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Santa Alessa, Aradisa Alraune, Ciudad de México, México
La Lady María López Buenos Aires, Argentina
Lady mostraba sus nuevas prendas íntimas de encaje negro y satén. Con sus manos de cisne se ponía las medias caladas, minifalda de cuero y los tacones negros de charol.
Su busto erguido, voluptuoso, cuerpo contorneado, esbelto, mulatona de pura cepa.
Frente al espejo, cubría su piel lampiña de una doble capa de maquillaje, remarcaba sus grandes ojos negros y su boca de rojo carmesí.
Su madre, embelesada y orgullosa lo admiraba, mientras la Lady le decía: vio mamacita “no encoje esta ropita”.
Las harpías de las vecinas espiaban asomadas por la ventana, mientras Lady desfilaba de un lado al otro por la pieza. ¡Dios nos guarde!, se persignaban y en sus manos se movían rápidamente las cuentas del rosario.
Yo con las pantorrillas escondidas detrás de la cortina, me asomaba, fantaseaba, registraba imágenes, tejía historias, susurraba en mi cabecita:
¡mi hermano la lady tiene nombre propio! 08
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Todes somxs diferentes Sofía Olea Morelia, México
“¡Ay solecito, difumina la penumbra de tu rostro, ánimo, que la vida es de nosotros, nos corresponde ser felices, vámonos, olvídate de él!” Esas resultaron de las últimas recomendaciones que me dio Tavo. O “la Tava”, como le gritaban despectivamente los chicos del barrio aledaño. Ahora confuso me cuestiono: ¿A poco la existencia es nuestra? Está comprobado que cualquiera puede quitártela con el simple hecho de que le desagrade tu aspecto, creencia o forma de ser. ¡No, mi Tavita, la vida en ocasiones nos pertenece relativamente! Aquella noche de ronda tratabas de levantarme como goma con espátula del suelo, yo sufría por el desprecio de un individuo que ya no quiso ser mi novio. ¿Por qué? Se avergonzaba de mí y de su homosexualidad. Por eso tú y yo bebíamos y escuchábamos rock medio alcoholizados. ¿Cómo te atreviste a criticar al hombre de mis anhelos? Me molesté, dejándote en el barecillo ¡De haber sabido! Lo más probable es que hayas gastado hasta el último centavo en solventar la cuenta, yo, toda “reina inalcanzable”, como me denominabas al ser insufrible, me retiré dejándote ahí.
La Tava
Manejé varias horas en el auto Fátima Chong santiago que mi madre nos prestó circundando Chihuahua, México el departamento del susodicho que provocaba mi dolor. No te había dicho: ¡Ya tenía una fémina como pareja! Estuve bajo su balcón implorándole cariño, jamás salió, acertaste. Supongo que ebrio caminaste por la avenida sin dinero para el taxi, ¿habrán tenido algo que ver en lo acaecido contigo los tipos que se sentaron tras nuestro y nos arrojaban hielo de su cubeta de cerveza con burla para jodernos el momento? Tal vez. ¡Tavita, vieras cuánto tiempo te buscamos!, tu mamá y tu hermana colocaban en cada esquina, comercio, estética, tu foto, describían tu tez y estatura. Hubo quienes las arrancaron diciendo: “Uno menos de estos putitos” y yo desarrugaba las hojas con la pena de mi conciencia y mi esperanza exigua. Una mañana que apenas iba rumbo a la universidad, tu carnala adhirió un volante en la boutique de Martin, yo, muy conmocionado, escribí en éste: “La Tava no sólo fue un mariquita, fue quien soportó horas oculto en el cuarto de la conserjería evitando ser apaleado por otros estudiantes ¿Motivo? Ser amanerado”. La Tava detuvo al tráfico en 10
pleno boulevard para rescatar a un perro atropellado, era el creativo poeta que te ayudaba a componer versos para tu morrita y tocaba la guitarra en las serenatas, además te compartió de su lunch cuando tú no llevabas, para disimular el ruido de tu tripa, así te lo comentaba entre risillas, poseía honor en sus palabras, era ley, todo lo pronunciado por él era promesa cumplida, portaba el mejor estilo para vestir y las lociones más exquisitas, era nice, era justo y se te liaba a golpes si ofendías a alguien indefenso, conflictuaba a los catedráticos con sus inteligentes razonamientos en clases. La Tava fue también el valeroso adolescente que admitió ser gay ante la humillación pública que le hizo su padre al bañarlo en la calle, semidesnudo, con cubos de agua fría para que se le quitara lo nena (yo no le confieso a mi madre de mi preferencia sexual todavía). La Tava era la sencillez y la nobleza simultánea, estoicismo ante el rechazo de quienes no lo conocían pero ya lo criticaban.
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Entonces, mi Tava, ¿cómo no te defendiste y salvaste tu existencia del injustificable ataque? ¿eran muchos? ¿por qué la saña, el abuso a tu persona? ¿cómo es que tú, que cuidabas tanto tu vestimenta, falleciste en un arroyo maniatado y con tus prendas finas hechas garras, exponiendo tu intimidad con odio? ¿cómo tú, que cuidabas meticuloso tu semblante, no se te identificaba pronto por la infinidad de golpes que recibiste? ¿cómo tú, que siempre oliste bien, despedías hoy ese aroma a homofobia, putrefacción, violencia física y sexual? ¿Te equivocaste? ¿Nos concernió ser felices como merecíamos? Porque merecíamos serlo. ¡Quizá en otra vida!
El día de Akauyotontli Thomas Ortiz Cervantes Ciudad de México, México
Este pequeño texto está dedicado a lxs pequeños unicornixs, a todos mis amigxs y cuerpos trans que día a día resisten siendo libres, a aquellas personas que lucharon e hicieron posible nuestros derechos, a quienes fueron visibles y el odio nos arrebató, a quienes nos acompañan, nos quieren y protegen durante este intercambio espiritual, pero en especial a Amby, mamá y Mau. Con amor Tom
El día de Akauyotontli Cada año el 8 de mayo se festeja el día de Akauyotontli en un pueblito muy cerca del mar, llamado Yuval Tip. Akauyotontli es también conocido como el “dios de los dos espíritus del océano”. Desde la antigüedad, nuestros ancestros lo veneraban por su facultad para dominar el agua y proveer la vida, contribuía al crecimiento de los individuos que se caracterizan por tener patrones físicos y de conducta tanto masculinos como femeninos; hoy en día se le invoca para agradecer su intervención cuando los hombres trans dan a luz. Cuenta la leyenda que Akauyotontli perdió a su esposa embarazada en una guerra y él en su vientre terminó de formar a su hijx, quien posteriormente parió y cuidó. Akauyotontli estaba tan triste que su coraje lo usó para realizar el efecto de transformación.
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Dios de los dos espíritus del océano, Thomas Ortiz Cervantes, Ciudad de México, México
La ofrenda Para las personas trans, este dios es el rey del intercambio espiritual y físico, posee enorme destreza para modificar sus patrones sexuales, al igual que muchas plantas y animales que llevan a cabo esta transición con propósitos reproductivos de adaptación y sobrevivencia, y hace que su poder sea digno de grandes honores y sacrificios.
El día del carnaval El día de Akauyotontli es tan importante para la comunidad trans, que se realiza un carnaval en honor a este dios, ya que depende del buen desempeño de estos para la prosperidad de su vida e intercambio entre los dos espíritus, para el carnaval se deben portar trajes y máscaras de animales andróginos, estos se elaboran con teñidos hechos a base de plantas hermafroditas, algunos llevan consigo flores, hojas o animales impresos como los caracoles, otros más son elaborados con procesos que involucran la transformación de la materia, muchos otros solo son trajes. También se construyen muñecos gigantes con telas de ropa vieja como agradecimiento al espíritu que se abandona, los muñecos deben cargarse en los hombros y bailar con ellos durante todo el carnaval. El carnaval se espera todo el año en Yuval Tip, en algunas casitas festejan preparando un gran banquete y bebidas, se platica durante la comida acerca de las leyendas de Akauyotontli, al finalizar el carnaval, cuando cae el atardecer todo el mundo se moja con el agua del mar tratando de tener un poco del alma de Akauyotontli en la piel... 14
Felina de taconeo Intenso Homenaje a Drag Crystol, Colectivo alt
Pereira , Colomobia
Felina de taconeo intenso que aviva el fuego de la existencia. Fulgor, euforia, Histeria Musa de la noche, de la vida trasnochada en la ciudad, creador de energías desbordadas en un vestido hecho tanga, tanga entera o media tanga, la contestataria exhibición de la prenda diminuta. Develación de la anatomía de las formas salvajes, carácter de fiera actuante, excelsa en su actitud, impregnando la materia.
de resistencia embrionaria, con plataforma al aire y sudor centelleante Excesos a punto de rebosar.
Un elle transfigurado y expandido. Hibrido esculpido, pintado e instalado. En medio de irreverencias y desenfrenos se desenvuelve este núcleo detonante, entidad luminosa. Cuerpa escarchada, dada al glitter que bordea y empapa la silueta carnal. Brillo que viste la piel, velo sideral para la danzarina calva de tocados ligeros
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y movimientos contorneados, quebrados, fluidos.
Modelar la vida, maquillar los ojos, disponerse al escenario, alterar el reflejo.
Caída a la munda dorada y plateada, casi desnuda, desafiando muchedumbres. Espíritu de fiesta estirada con cuello elongado, paisaje corporal, collar de perlas sobre torso, plumas en los brazos, tetillas chispeantes. Llama intensa de la creación que potencia a un legado. Individuo vibrante que has cautivado e inspirado con tu espontaneidad inquietante, diva del ritual del camerino, alteridad interminable, en metamorfosis. Serpiente impetuosa, piel de escamas iridiscentes. Cubierta en luz y frente a la farola; mueves las falanges, en la fiesta, al ritmo de la rumba, se presenta revestida y reinventada. Ser sola, dorado crepuscular, eres hija del universo, imán energético, jaula abierta, espuma blanca, muñeca plástica, ninfa, infinita, ojos pícaros,
volcán en erupción.
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Chúpame el código Sofía Olea Morelia, México
Homenaje a La Diva
Feminidad indómita Colectivo alt Pereira, Colombia En el génesis, esta dominatriz de armazón plata centelleante se prepara para la hecatombe, ella, transmútante, la bella criatura en su caparazón de humanidad con armadura erotizada, incorpora una animalidad con expresión pícara, vestida de kimono, retrato animado al acecho. La guerrera silvestre, fiera entre selvas de lianas-vestidos cómplices de brillo y destello, eterniza la noche con su divertido taconeo, feminidad indómita que alerta su potencia con relucientes colores y humo que se le escapa, es la divina, la Disco Queen. La alegría esponjada busca al samurái andrógino de iris luminoso, fuerza y festejo que se avivan por el fuego interno, pues esa seducción pervierte la mirada, entre Cabaret, pieles, peluche, su sombrero de copa encantado corrompe la magia. Quimera transvestida jugando con el glamour prohibido del cyborg, femme fatal. Actriz de lo imposible, de los polos opuestos, de las deidades etéreas y terrenales, unicornio que se camufla entre cuervos, en pictóricos escenarios que recreó la danzarina calva. Entre reflejos se funden las fieras, hermandades que culminan en un ave fénix, de doble rostro, plumas rojas, cuatro ojos y dos humanidades de ensueño, proyección complaciente de la creación que se autosatisface, luz sideral, medusa, hechicera de la escarcha,
cuerpo esbelto de tetillas al aire de emoción desbordada. 18
Cielo sin estrellas Deyanira R. B. Veracruz, México Era dos años mayor que yo. Pensé que se llamaba Reyna. Aunque mucho tiempo después me confesó, mientras acunaba su rostro entre mis brazos, que su nombre de nacimiento era Reymundo. Me sorprendía sobre manera su actitud. Aún en los momentos más apremiantes, jamás perdía el estilo. Su pose de diva de la época dorada del cine mexicano era su sello personal, así como aquellos lentes en forma de corazón y una minifalda que siempre lucía con orgullo. Había construido su propio cuerpo con base a sus sueños. A su lado, me sentía como un foráneo vulgar, un advenedizo en su mundo. Su preciosa sonrisa llena de suficiencia me hacía pensar que, solamente en sus ojos, había mucho más en el mundo de lo que podía imaginar. La primera vez que me besó pude notar la forma en que su cuerpo estaba tallado, supe que era especial. Sus ojos se agrandaron por la sorpresa y el miedo, pero toqué su cuerpo lentamente y sin prisas, como si apenas pudiera soportar un leve rose. En ese momento no lo supe, pero estábamos aprendiendo lo que era el cariño. Su delicada esencia se fundió conmigo. Su sangre también se fundió con el piso cuando se derramó mientras desnudaban su cuerpo y lo navajeaban con saña hasta imposibilitar el reconocimiento. Nadie me dijo nada, tuve que enterarme en la nota roja de un periódico de quinta la forma en la que había terminado Reyna. Cuando entré en el salón donde se llevaba a cabo el funeral, apenas me quedaban lágrimas para derramar después de llorar durante horas y reprocharme no haber estado a su lado en aquellos momentos finales. Todos susurraban de la manera más evidente que habían matado a mi “mujercita”. Los vecinos chismorreaban con sorna que me había rebajado al juntarme con un “puto”, pero Reyna jamás había representado en ningún momento aquel apelativo. Sus padres insistieron que en su lápida debía ir su nombre de nacimiento, como si su muerte hubiera servido para borrar alguna clase de vergüenza. La gente en el barrio nunca volvió a tratarme del mismo modo, aun así, todavía porto con orgullo el título de amante dolido. Cada año llevo un cirio blanco a su tumba.
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Me costó muchas horas de trabajo, pero al fin logré que colocaran en su lápida: Con amor para Reyna.
Camposanto Samuel Simanca
Barranquilla, Colombia
Carmelina reprodujo nuevamente en su viejo Mp3 el último disco grabado por Celia Cruz
antes de morir. Desde temprana edad había desarrollado un exótico gusto por las canciones de la guarachera, que antes de comenzar a ponerse las pocas ropas viejas usadas por sus primas, sabía que el usar aquellas pelucas y vestidos con lentejuelas (como la mujer del poster) le costarían el desprecio de su madre. La señora Admista Campo llegaba todos los días a las siete de la noche, luego de limpiar las casas de la gente alada llegada de las costas de Curazao. Sus manos desprendían constantemente olor a cloro. Sin embargo, cuando Segoviano (su pequeño hijo) las sentía al acariciar su rostro le parecían la seda más suave del mundo. Un día de esos, al abrir la puerta, doña Admista encontró a su pequeño amado usando su único brasier. —¡Qué carajo! ¿Acaso eres un…maricón? El niño se quedó estupefacto y preguntó inocentemente: —¿Quién es ese tal maricón, mamá? Años después, las palabras de su madre se transformaron en bandadas de pájaros nocturnos; se colaban en el dormitorio, haciéndola levantar con zozobra. Las aguas claras del Magdalena eran el único consuelo que hallaba en las noches pálidas. De vez en cuando contaba con sus ojos cuántas chalupas eléctricas transoceánicas arribaban en el puerto. Los pescadores con el paso de los años pasaron a convertirse en sus más íntimos amigos y compañeros de alcoba. Era la única forma para sobrevivir entre las casas que el viento se llevaba con cada aguacero apacible, pues en la capital sólo contrataban como extrañezas máximas a los descendientes del hombre caimán; gente con aspecto reptiliano que hablaba en perfecto castellano. Andaban por la costa caribeña libremente, eran dueños de negocios y la gente no dudó en admitirles entre la cotidianidad. Para esos días, un nuevo rebrote de cólera había comenzado a barrer a los Nada; habitantes del puerto pesquero. Entre esos estaba Carmelina. Fue una de las pocas en sobrevivir. Dicen que la hallaron muerta en su mecedor de bejuco con el rostro enflaquecido, muriendo como mueren las viejas extrañas y pobres; en profunda soledad.
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Acércate CAVARAG Cuernavaca, México
Hecha de vapor me reflejo, encuentro curvas, líneas y contornos; cascadas de agua negra. Me permito disolverme en la regadera.
Hecha del valor de mis hermanxs. Hecha de la ceniza de las ancestras, de esas de las que no se habla. Hecha de miradas que intentan descifrar un secreto que no existe. Hecha de pedazos unidos con asfalto, de hierbas de banqueta, de pinos secos, de mariposas muertas, de cantera roja bien roja Hecha en la negación, en cada no, en cada pared de ladrillo, en cada poste de luz, en cada maraña de cables. Estoy hecha de tantas cosas que ya no puedo desbaratarme, estoy tan atada a todo que no puedo irme y créanme cuando les digo que todo esto debe ser un malentendido.
hecha
Hecha de miedo puro, de sudor frío, del rugido a mis espaldas, de puños apretados y la tensión que corto mientras avanzo.
Aura Cruz Morelia, México
Hecha de oro sólido me muevo a pasos agigantados ¿podrías creer que estoy corriendo? te permito que respires de mí.
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CONSTRICCIÓN Kras Quintana Managua, Nicaragua Mi nombre es irrelevante. No quepo, no alcanzo, no soy, no estoy, no figuro, no hay palabra para llamarme, por lo tanto, no existo. Nací, según dicen, en el 90, con unas protuberancias extrañas colgadas entre mis piernas, “unos huevos hermosos”, me decía mi mamá, “mi único hijo varón”, suspiraba orgullosa. ¡Ay pero qué cosa! ¿Varón? ¿Y eso qué? ¿Qué hice para ser eso? Lo único que me colgaban eran mis manos quebradas, pero me regañaban: “componé esas manos que eso no es de hombres” ¿Hombres? ¿Y desde cuando pasé de varón a hombre? -Mamá, ¿pero es que ya soy hombre? -Pues claro, si tenés pene sos hombre. Y vos tenés uno. ¡Ah, entonces eso me hace un hombre! Qué pereza tener que hacer cosas por nacer con un pene. Me lo voy a arrancar. ¡Y me lo arranqué! Ahora tengo una vulva, menos pesada y más húmeda. Mi mamá me odia, dice que ya no soy su hijo, que ya no soy nada. Esa fue la primera vez que me dijeron “nada”, y fue una mujer. ¿Cómo que no soy nada? Aquí estoy con una vagina como ella. ¿Entonces ella no es nada tampoco? Me corrió, me tiró las cosas y me fui con unos amigos. Marcos me consuela y me dice que va conseguirme un hombre. Que tengo que saber limpiar, planchar, cocinar, lavar, cuidar de la casa y cuidar de mi hombre como lo tienen que hacer las mujeres. “Lo bueno es que te van a dar hasta por los ojos y no vas a quedar embarazada, un problema menos”, me dice. Me presentó a Oscar, el maldito que me exige que le haga todo, que le de dinero, me coge con fuerza cuando quiere, me dice que soy su perra. Ahora soy perra. ¿Qué debo aprender ahora? ¿A ladrar? Me tienen harta. Y como era perra, le mordí la cara y le grité que se fuera. -No jodás, si a las de tu tipo nadie las quiere. No sos ni mujer, ni hombre. No sos nada. Era la segunda vez que me decían nada. Y fue un hombre. -¡Guau, guau! -le ladré al hijueputa, hasta que se fue espantado. Le conté a Adriana, mi amiga. -Te voy a conseguir un hombre que le gusten las trans.
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Una trans, no soy ni mujer ni hombre, soy una trans que está con la cruz del perpetuo cambio, una transición inacabada, una migración perpetua, en el limbo entre una cosa y la otra, y en ese proceso aun no soy nada (era la tercera vez que me decían nada y fui yo). Y TRANScribo mis pensamientos. Y TRANSformo mi entorno. Y TRANSmuto mi mente.
Una joya viviente Sofía Olea Morelia, México
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LA
GIGANTE Raquel Pietrobelli Chaco, Argentina
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El 5 de mayo de 2017, el barrio de Quilmes, Buenos Aires, se vistió de luto. Murió “La Gigante”, como le decían. Los huérfanos, los desposeídos, los olvidados…Todos ellos, sus hijos adoptivos habrán derramado lágrimas, que podían llenar un mar. Se murió Mariela. Activista, política, tarotista, vidente… Fue la primera mujer transexual que tuvo su DNI femenino, con el cambio de nombre y género, a los 55 años. El 2 de mayo de 1997, el Estado Argentino la reconoce, y cambia su nombre, Luis Leonardo Muñoz, por el de Mariela Elcira. Tuvo el respaldo del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) organismo estatal, donde pasó a revistar como asesora. Antes de obtener su DNI, Mariela pasa por muchos exámenes sicológicos, que dictaminan que su sexo sicológico era absolutamente femenino desde su infancia; además, consideraron irreversibles las operaciones de reasignación de género a las que se sometió Mariela años anteriores, en Chile. Su reconocimiento legal, se produjo 15 años antes de que la Argentina reconociera la Ley de Identidad de Género, en el año 2012. Mariela sentó precedentes ante los posteriores reclamos de otras personas transexuales. Nace en Lules, Tucumán, pero pasa su infancia en Quilmes, donde se traslada su familia, en busca de trabajo.
De familia muy humilde, su padre fue zafrero y albañil. Ya desde los 13 años, se despierta su amor maternal, cuida a sus hermanos y a los hijos de los vecinos. A los 26 años, se independiza, compra una casa y ya alberga a niños, adolescentes y madres solteras, hijos de prostitutas o abandonados por sus madres. En el año 2002, el INADI la declaró “La Mujer del Año”. En el año 2016 se publica el documental “Amor a paso de Gigante”, de la Directora franco- argentina, María Audras. Fue premiado como el mejor largometraje en el Festival de Cine LGBTIQ Asterisco. (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transexual, Intersexual, Queer). El 17 de mayo de 1993 fue un día nefasto. La Justicia irrumpió en su casa y le sacó la tenencia de tres chicos, que ella había inscrito y reconocido como suyos, bajo la carátula de secuestro, aduciendo que un transexual no puede criar un niño, ya que esto resulta perverso y nocivo para el mismo, anulando las partidas de nacimiento y condenándola a un año de prisión en suspenso. Luego se descubre que eran niños que una mujer abandonó, pero luego dicha mujer se arrepiente, denunciándola. Años después, la justicia revierte su fallo y le reintegra la potestad de varios de sus hijos adoptados. Fue entonces que ella sale a contar su triste vida en los medios. Así, su historia trasciende fronteras y fue llevada al teatro, en Suiza, por el realizador argentino, Marcelo Díaz. Tuvo que atravesar muchos avatares, antes de que alguien la escuche. Sufrió muchos abusos en su infancia, bullying, hasta una violación colectiva. En 2013, Mariela sufre un ACV, y una jueza le otorga un subsidio, por la discriminación y la desidia a la que la habían sometido. Cuatro años después, muere a los 72 años, bajo el amoroso cuidado de sus queridos hijos adoptivos. Alcanzó a criar 23 personitas a lo largo de su vida, algunos se fueron ya grandes, para casarse. ¡Y también tuvo 30 nietos! Cuando murió, los militantes de los LGBT y el CHA (Comunidad Homosexual Argentina) la despidieron con emotivos mensajes. Eso era ella, una gran luchadora y referente histórica del movimiento. Luchó hasta lo último para derribar tabúes, y por los derechos de los transexuales, para tener reconocimientos legales y facultades para adoptar niños. Murió una grande, que dignificó la palabra “Mamá”, e hizo un lugar menos hostil en el mundo, para ese puñado de niños que crió, con el inmenso amor que sólo puede tener una gigante de corazón.
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A Lala, Paz, Alessa, Lady, La Tava, Amby, mamá, Mau, Drag Crystol, La Calinche, Reyna, Carmelina, Mariela y a todas nuestras hermanas, hermanes y hermanos que hoy ya no resisten en vida pero sí en memoria y en legado. Este compilado de cartas de amor es para ustedes, les extrañamos y seguimos celebrando sus vidas.