Fotolibros

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El FOTOLIBRO


Este material ha sido realizado en el marco del Seminario de semiología, epistemología y estética del lenguaje fotográfico que se dicta en la Diplomatura en Investigación y Conservación Fotográfica Documental (Facultad de Filosofía y Letras, UBA) desde el año 2013. Las imágenes pertenecen a los trabajos finales de las y los estudiantes que han cursado durante estos años el Seminario 3.


Viviana Suárez

A MODO DE REFLEXIÓN

Ante el escritor que quiere ocultarse a sí mismo para dar voz a cuanto existe fuera de él se abren dos caminos: escribir un libro que pueda ser el libro único, capaz de agotar el todo en sus páginas, o escribir todos los libros, de modo que persiga el todo a través de sus páginas parciales … Pero yo no creo que la totalidad sea contenible en el lenguaje: mi problema es lo que queda afuera, lo no escrito, lo no escribible. Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, pág. 192.

Podríamos justificar la pertinencia de proponer la producción de un fotolibro autoral como trabajo final de un seminario sobre epistemología, semiología y estética de la fotografía documental a una cuestión de ambiente: nuestro seminario, a pesar de encontrarse en una relativa periferia curricular (una diplomatura exterior a toda carrera), no es ajeno a su situación de enunciación: la Facultad de Filosofía y Letras, ámbito de lecturas y libros –se supone- corpóreos, abigarrados, constantes, presentes. También podríamos apelar a la existencia de la muy antigua tradición del libro de fotos (álbum o fotolibro), objeto usual (y cultual) de guardado, mostración y ordenamiento de imágenes, deseo implícito de hacer perdurar, resguardar –y dar sentido y contexto aunque sea mínimamente- a fotos, íntimas o públicas pero siempre frágiles, que se imaginan amenazadas por el paso del tiempo. Una tercera justificación podría ser la de poner en movimiento una reflexión sobre el vínculo comunicativo entre autor, objeto y espectador destinatario recreado en pequeña escala cuando el taller se transforma en espacio de exhibición de obra. Y sobre todo proponemos u n salto llamémosle dimensional, que involucre el cuerpo del autor en el cuerpo del objeto; al trasladar imágenes planas a libros el volumen de la cosa comienza a ser problemático: ocupa positivamente un lugar, ofrece una resistencia física, se cierra, se abre, pesa, se cae, cuelga, abulta; se nos presentan suaves o ásperos, grandes o diminutos, cálidos o levemente frescos. En definitiva, la cosa libro no solamente solicita nuestra facultad visual sino que abre un campo amplio a experiencias sinestésicas, táctiles y olfativas que completan la voluptuosidad de esa clase particular de lectura que es el visionado de imágenes. Un acto de poesis: la construcción, como creadores, de la cosa en sí en la cual se presenta (angustiosa y placenteramente) el problema de la materia, la forma, el proyecto, el diseño, el acabado final; y el objeto que viene a existir como otro de mí, como objeto concluso, completo, como cosa que me representa.


La consumación del acto al que se refiere Calvino es, en nuestro caso, proyectar fotolibros; plurales objetos exploratorios que atraviesan distintas formas de proponer placeres de lectoespectación de imágenes. En las siguientes secciones nos proponemos cartografiar estas travesías emprendidas, adentrándonos en tres territorios: el diseño, la forma, el autor.


Karen Toro

UNA PROPUESTA SITUADA

Entre los objetivos del Seminario 3 de la Diplomatura en Investigación y Conservación Fotográfica Documental hemos visto la necesidad de desarrollar una postura crítica respecto de los procesos de producción, interpretación y recepción de la obra fotográfica y pensamos que los debates y los trabajos que se comparten en este espacio abren la posibilidad de analizar y reflexionar acerca de los vínculos entre lo fotográfico, lo comunicacional y lo estético. Es así que, aunque no nuevo, se presta a exploración y experimentación el género del fotolibro como una herramienta que permite la articulación del corpus teórico y práctico que se trabaja en la cursada y en los demás seminarios de la diplomatura. Al plantear el desafío que constituye organizar y volcar un trabajo fotográfico personal en una producción coherente que va a ser recibida por un público, se espera que pensar el fotolibro como un entorno gráfico nos ayude a redefinir, cuestionar o posicionar una fotografía que no está exenta de los cambios de la sociedad tecnocrática de la cual nuestro dispositivo-cámara es heredero. Las mismas presentaciones en las que se han compartido los fotolibros creados para el Seminario 3 son la mejor manifestación de las muy diversas miradas que complejizan la experiencia fotográfica; en ellas hemos podido ver desde fotolibros formales con un encuadernado común, texto e imágenes a la par de objetos interactivos, fotolibros digitales, cajas contenedoras, ventanas, álbumes... El enunciador se construye desde la subjetividad, lo que da cuenta de un punto de vista comprometido y hasta intimista.


PRIMERA TRAVESÍA PROYECTO Cierto que también este girar en torno el libro, leerlo alrededor antes de leerlo por dentro, forma parte del placer del libro nuevo pero, como todos los placeres preliminares, tiene una duración óptima si se quiere que sirva para empujar hacia el placer más consistente de la consumación del acto, esto es, de la lectura del libro. Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, página 28


Viviana Suárez

EL DISEÑO

LA PUESTA EN ACTO DE UN OBJETO

Coloquemos entonces como corolario del discurrir teórico sobre la situación del foto-documentalismo contemporáneo, la producción de un objeto cargado hoy de inestabilidad: el libro. Reflexión realizada bajo el género foto-libro, campo fértil y actual de exploraciones, experiencias, realizaciones; objeto visualizador de sensibilidades, historias y documentos. El foto-libro se propone aquí como cruce de trayectorias entre una reflexión sobre la situación contemporánea de la fotografía documental, amplio campo de debate sobre representaciones de verdad y ficción, objetivismos y subjetividades, técnica y arte; y, a la vez, como posibilidad de explorar formas diversas de objetos y autorías, recostadas sobre testimonios de mundos algunas, construyendo entornos poéticos otras. Hacer foco en la travesía hacia una comprensión o intelección sistémica de la práctica del fotodocumentalismo hoy, circulando por, y sumergido en, sociedades comunicacionales, in-formativas e in-formatizantes. Y dentro de ellas, de estos circuitos de flujos continuos, buscar una situación de enunciación particular, la parte que nos sea señalada como propia, lugar desde el cual desplegar un relato desde el imaginario sostenido por un objeto que se desea perdurable y que sirve de anclaje a la experiencia de las memorias. Objeto conversacional, paradójica metáfora excesiva para un objeto –el libro- que parecería ser esencial y significativamente monológico. Pero no lo es si lo pensamos como conversación partida en tiempos discrónicos; más un deseo de conversación inducido por la puesta en escena de ese pequeño ambiente en que se convierte el foto-libro, en el cual se teatralizan personajes y acciones a través de imágenes (mayoritarias) y textos (mayoritariamente marginales). Un microescenario en un objeto frágil, muchas veces elusivo, para el despliegue de dos travesías: la de las formas y la de la autoría.



Ariel López

VERBO, SUSTANTIVO O ADJETIVO

“Mucho aprendemos en los libros, pero más aprendemos en la observación de la naturaleza. Causa y ocasión de todos los libros”. Santiago Ramón y Cajal

Durante el transcurso del seminario 3 he tenido la sensación de que la profesora Viviana Suárez parecería haber puesto todos los conceptos que yo tenía sobre la fotografía en una forma de pausa y al mismo tiempo todo a cuestionar: la imagen, la fotografía, el hacer fotográfico, los libros sobre fotografía, lo documental, el arte, la figura del autor, los objetos, la materialidad de los elementos que los componen, la objetividad, la subjetividad. Y naturalmente, sin dejarnos olvidar que todos esos recortes serían siempre las marcas sobre un soporte de una producción humana. Al comenzar el seminario mi pregunta pasaba por cuánto la fotografía documental tiene de verbo, de sustantivo y de adjetivo, o sea ¿Qué es? Y por eso es que en esta pausa nada parecería permanecer quieto sino que, al contrario, todo estaba en tensión y moviéndose (aunque a veces simulara estar quieto) porque en el transcurrir de los encuentros, ese todo que se había juntado, en ideas, conceptos, palabras, parecería ir tomando la forma de otra pregunta, que más que asociarse con el modo de hacer cada una de las cosas que se hacen en fotografía, se iría vinculado de alguna manera, con otro camino y aquella pregunta lentamente iría mutando a la forma de un ¿por qué? Entonces, ya no era el ¿qué es tal cosa? O ¿Cómo se hizo tal cosa? Sino que, habiendo sido aquello, ahora además estaba siendo ¿por qué es tal cosa como es? Esta fue un poco la columna vertebral en la hechura de este objeto llamado foto-libro. Y entonces intentándolo ver, a una escala acorde con mis necesidades de realizar un objeto Foto-libro surgió esta propuesta ¿Por qué un Foto-libro tendría que parecerse a la idea que tengo de como debería ser un Foto-libro? Básicamente lo que intenta representar este objeto, a través de los materiales que lo componen y por medio de su forma, es plantear: La relación que se genera entre la imagen percibida del objeto y su tipología de uso. Las diversas posibilidades de producción de sentido a partir de imágenes dadas. La propuesta de jugar a mirar: encontrando en las dimensiones que se generan a través de la lupa, en esta relación imagen-espectador, nuevas espacialidades, nuevos tiempos que son los que se dedican a cada una de las imágenes para darle tal o cual destino al tejido narrativo que nos genere esta otra forma de visualidad.


HACIA UN INTENTO DE UTILIZAR EL IDIOMA DEL DISEテ前


Ariel López 1 En este intento de ir haciendo visible aquello que no está y que luego será el soporte donde se irá plasmando la consigna del trabajo, surge esta caracterización personal a través de objetos encontrados. Por azar se irán haciendo metáfora de una relación mía con la vida, con el entorno, con las formas, con las cosas que nos rodean. El tema central del proyecto es ese “estar siendo”: se trata, simplemente, de la materialización de un punto de vista, habla sobre una de las tantas maneras que hay de mirar el mundo. 2 La propuesta foto-libro con objetos encontrados, se construye en la suma de cada uno de los encuentros y de los recorridos que propone el seminario, al entrar en resonancia con algunas otras cosas y con una idea que dice algo así como que la arquitectura es crear relaciones emocionales con materiales inertes. Esta impronta deja la huella inicial en el proceso de diseño. 3 En este estar siendo de la producción, en plena etapa de proyecto, donde el objeto apenas va apareciendo, ahí donde se plantea un momento clave que es el de resolver la cuestión de la materialidad, de la forma y del contenido es justamente donde esta propuesta nace prototipo, adopta la postura de una maqueta y naturalmente se irá dando lugar, al ir siendo, en su propio camino. 4 Las imágenes fotográficas impresas en fotocopia en blanco y negro son un gesto de la primera instancia de la significación grafica algo así como una fotografía de primera necesidad en donde todo lo demás sería otra cosa. El soporte para diapositiva que contiene a cada página además contiene una nostalgia de preciados momentos de infancia. El elemento lupa como extensión del ojo genera algo nuevo al estar amplificando lo visual, se dicen: “un ojo armado del microscopio no deja de ser un ojo humano, ve más que los otros ojos, pero no ve de otro modo”. El contenedor de todo esto, una caja de cartón, como albergue, como envolvente virtual de esta ficción que deviene documental. 5 La utilización de esos recursos me hicieron posible recrear esta ilusión, esta experiencia de reconocimiento, un sistema de representación en donde lo único real podría llegar a ser la observación de los espacios intersticiales y el registro de los silencios que se encuentran entre textura y textura haciendo de este montaje un objeto que a simple deja en evidencia todo aquello que aparentemente no es.





Angelita Gonzalez

PONIENDO MIRADAS

Durante el seminario me volvió a atacar una vieja obsesión: jugar con marcos y cortes dentro del encuadre. Este fue el punto de partida para llegar a la definición del tema del libro que llamé “Tomá, mirate”. En el proceso de creación, el juego del marco, corte y encuadre fue desplazado en forma contundente a un segundo plano y “la mirada” se apropió del tema sin pedir permiso. No fue complicado realizar las tomas, todos son gente cercana. Este foto libro, claro, incluye el espejo para recrear en cualquier momento otra página, la página fugaz del que lo/se mire. En realidad cada foto /página es en si misma un espejo en el que se ha congelado, se ha impreso, otra mirada como esa. Y de cada persona tenemos una hoja con dos miradas puestas en anverso y reverso. Son diez hojas en total y el espejo, nunca vacío, por presentación y tapa. El mismo papel que envolvió el espejo al salir de la vidriería, fuerte, casi cartón, envuelve el libro. *Se puede ver el fotolibro “Tomá mirate” completo en el video realizado por Angelita en: https://youtu.be/kr3ce4NV3zs



Rocío Belén Zabala

El Seminario 3, junto con Viviana y Karen, aparecieron en el momento indicado para revolucionar mis formas, las de mirar luego de haber congelado cuanto visto y experimentado. Se podría decir que llegaron para alimentar el cuestionamiento sobre mi lugar, mi posición, “mis travesías emprendidas”, y desde ese lugar, empezar a verme en posición de autora, de fotógrafa, con mi mogollón de fotografías que durante largos aventureros años he obturado. Durante las clases, las ideas de soporte y postproducción me impactaron: el pensar que mis fotos no quedaban en el click, que podía con ellas trasmitir lo que quisiera, sensaciones, emociones, hasta hacer teletransportar a los momentos con la magia de la edición. A partir de todo esto, pensé mi trabajo final. Recapitulé un año más atrás para poder ordenar y cerrar una historia que alguna vez viví y en ese entonces solo quedaban fotos dispersas en mi mente enredada: “Otoño, invierno, primavera en el año de la serpiente”. Ya había dejado reposar lo suficiente las travesías, entonces tomé nuevamente las imágenes para hacerlas hablar: construir narraciones visuales, generar diálogos, hacer que las fotos sean “leibles” tal como en un libro. Lo mejor de todo, fue que la idea no quedo ahí, los conceptos de soportes y postproducción pueden ampliarse, en mi opinión, sin limites. Tal como los fanzines, que son pequeñas publicaciones sin limites de contenido ni de formas. Al pensarme como fotógrafa y también como editora de mis propios “fotolibros”, me urgio generar algo un poco más grande, como una Editorial y aquí me encuentro editando, la tercera publicación de la misma.


SEGUNDA TRAVESร A LA FORMA, LAS FORMAS Los placeres que reserva el uso del abrecartas son tรกctiles, auditivos, visuales y sobre todo mentales. El avance de la lectura va precedido por un gesto que atraviesa la solidez materal del libro para permitirle el acceso a su sustancia incorpรณrea.

Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, pรกgina 61


Viviana Suárez

LA FORMA, LAS FORMAS

Primera escena: el ambiente, el entorno gráfico. Proyectar, imaginaria e históricamente, las sombras de la forma: dos polos de un arco tradicional asociado a los libros de fotos: el álbum y el fotolibro clásico temático o de autor. Dos tipologías bien definidas por la historia familiar, social, profesional que habrá que invocar y desmembrar, morfologías para atravesar y explorar. Roland Barthes, en La preparación de la novela , dibuja la distancia esencial entre estos dos tipos de objeto siguiendo las reflexiones de Stephane Mallarmé sobre la forma libro. El álbum, piensa Mallarmé, basa su estructura en la naturaleza de las cosas y es, por lo tanto, circunstancial y discontinuo; el orden de los elementos es arbitrario y su naturaleza es eminentemente rapsódica, dispersa y privada de arquitectura. En esta forma lo que predomina es la acumulación, el enganchado, lo cosido (que es etimológicamente lo rapsódico); su armado se da por adjunción como en un tren. Su contenido sugerido y conminado por el mundo exterior y el azar de las circunstancias; objeto abierto al espacio y al tiempo siempre en estado de realización, En cambio el libro, para Mallarmé, es ese objeto esencialmente arquitectural y premeditado como una forma fantasmada de completitud, como una estructura que articula la obra en partes para construir la totalidad. Obra orgánica, global, cerrada, se contrapone a lo contingente propio del álbum. Dos extremos de las formas de la forma libro a las que se agrega un desbordamiento por el volumen, con la creación de objetos-ambientes fotográficos -. Entre estas dos formas extremas, circulan los proyectos simulaciones de ambientes para albergar imágenes que muestren el mundo exterior o interior, individual o colectivo.


Ă LBUM Paz Crotto En el Mar







Ă LBUM Nahuel Mura Anotaciones sobre naturaleza urbana







LIBRO Loreley Ritta Diversidad Boliviana en Argentina







LIBRO MarĂ­a Gregoratto Abundancia









LIBRO Denise Labraga Hรกbito de ocultar







OBJETO MarĂ­a Blanco Figueredo S/T







OBJETO Maria Laura Voskian S/T







TERCERA TRAVESÍA La continuidad del tiempo podemos encontrarla solo en las novelas de aquella época en la cual el tiempo no aparecía ya como inmóvil ni todavía como estallando, un época que duró más o menos cien años y luego se acabó. Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, página 28


Viviana Suárez

EL AUTOR

Segunda escena: la seriación, la narrativización, el ordenamiento de un tiempo que transcurre entre imágenes. Las formas de fotolibro tienen un suelo común: la organización semiotizante que implica la categoría de autor, Proyectamos ante este objeto una subjetividad que las organiza y las propone, las significa al editarlas y secuenciarlas, al completarlas con textos o puesta en página. El fotolibro sería entonces un objeto particularmente conversacional, lo dijimos, en el cual el autor, que no es un ser físico sino una mirada delegada en la secuencialización de imágenes se propone desde determinada zona: la intimidad, su cuerpo, los cuerpos; la subjetividad que se despliega en un relato sobre sí mismo, sobre los otros, o la mostración de un socius, un colectivo histórico testimoniado en imágenes. La tercera travesía, entonces, será el mapeo de las distintas formas de subjetivización que se dirigen a otra subjetividad como su posible –y empático- lecto espectador.


INTIMIDAD Marcelo Rapagnani ElegĂ­a







INTIMIDAD Yisel Diaz Rincones







INTIMIDAD Manuela Uribe







SUBJETIVIDAD Oscar Sanhueza FotografĂ­a estenopeica







SUBJETIVIDAD Pablo Vera Solari Notas desde una guerra imaginaria







CUERPO Clara Nerone Fotolibro intervenido con braile







SOCIUS Melina Di Frabizio YO SOY







ÍNDICE

TEXTOS Viviana Suárez Ariel López Angelita Gonzalez Rocío Belén Zabala Karen Toro

FOTOLIBROS Ariel López Angelita Gonzalez Rocío Belén Zabala Paz Crotto Nahuel Mura Loreley Ritta María Gregoratto Denise Labraga María Blanco Figueredo

María Laura Voskian Marcelo Rapagnani Yisel Diaz Manuela Uribe Oscar Sanhueza Pablo Vera Solari Clara Nerone Melina Di Fabrizio


Todos los fotolibros de ésta publicación fueron realizados entre el año 2013 y el 2015 dentro de la propuesta del Seminario 3 de la Diplomatura en Investigación Fotográfica Documental que se dicta desde el 2013 en la Facultad de Filosofía y Letras - UBA.

Imagen de portada y contraportada Viviana Suárez Diseño y diagramación Viviana Suárez Karen Toro

Septiembre 2015



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