Encarte #4 Cultura Comunitaria

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Gaceta comunitaria trimestral del Observatorio Territorial del Poniente de la UAM

Cuajimalpa, año 2, número 4, mayo-junio, trimestre Invierno 2024

adiferentes La cultura comunitaria VOCES

S

ISon las voces Laura Szwarc (invitada para realizar esta experiencia-taller-dispositivo) y las de las participantes: Nora, Andrea, Mariela, Ana Karina y Aura; también son las voces de Sandra, Mari Carmen, Roberto, Alicia, Nydia, Sophia y César. Una invitación a re-conocernos, a compartir el proceso vivenciado y a impulsar la reunión.

Un texto que visita la voz plural, desde lo singular a lo colectivo.

Presentamos un texto que juega con una escritura en fragmentos, collage donde iluminaremos ciertas palabras y acciones de este tiempo/espacio compartido.

Se va enredando, enredando

Como en el muro la hiedra

Y va brotando, brotando

Como el musguito en la piedra

Como el musguito en la piedra

Ay sí sí sí Violeta Parra

II

III

La invitación que recibí por parte del Departamento de Humanidades y de la Coordinación de la Licenciatura de Humanidades acerca de “la cultura comunitaria” ponía a dialogar las diferentes conferencias y seminarios que se realizaron en las Jornadas de Humanidades, así, desde una práctica-taller, podríamos poner en juego lo mencionado por las/los diversos invitadas/os. Me fue convocante la posibilidad de ―en doce horas― movilizar conceptos a partir del hacer juntas/juntos.

Podríamos encontrar en el recorrido diversas definiciones

Me gusta decir que es un tipo específico de tejido social la reciprocidad, la solidaridad (apoyo mutuo) se resignifica la importancia de la práctica

¿Qué que es capaz de crear o de construir imaginarios y el bienestar colectivo planeta que habitamos.

Al decir cultura comunitaria no sólo nos referimos a los objetos culturales de una comunidad, sino a cómo se implementa esa cultura, cómo se hace, cómo nos organizamos para hacerlo, cómo se relacionan entre sí. A partir de estos conceptos realizamos un trayecto para acercar-nos y compartir-nos modos y rutas.

es la cultura comunitaria?

o regenerar el vínculo social, de abrir la posibilidad imaginarios que fomenten la reciprocidad colectivo, atendiendo a los recursos limitados del habitamos. definiciones no estáticas. social basado en la escucha, mutuo). Tejido social donde cultural en la medida en

IV

El trayecto estuvo diseñado a partir de las cuatro C: Cuestionar, Contextualizar, Construir y Cerrar

Inicio: Cada paso incorporado como hábito tendría que ser re�lexionado por cada sujeto y por cada comunidad. Lo que en un momento y espacio puede parecer perfecto, basta con moverse para que las circunstancias cambien y deje de serlo.

V¿Cómo salir un momento de la inercia para ver críticamente lo naturalizado? El sentido común es un monolito difícil de mover. En los dos primeros encuentros, a partir de diversas prácticas artísticas, indagamos sobre los conceptos de sujeto, agente, comunidad, institución, así como el contexto, la convivencia y las tensiones que se traman.

Andrea: Es importante que dentro de la comunidad se practique la escucha, para después poder preguntar: ¿qué queremos?, ¿quiénes somos?, ¿qué tenemos y qué podemos?, ¿dónde estamos? A partir de la individualidad se puede generar una ruta en común con otros y de esta manera se genera un espacio de comunidad.

Ana Karina: Si bien es verdad que comunicarnos y establecer acuerdos con los demás puede llegar a ser complicado, explorar estas herramientas es necesario para abordar un proyecto personal en el ámbito comunitario. Entre estas herramientas está la escucha, pieza clave en la formación de un colectivo.

Nora: Si queremos saber cómo gestionar o hacer comunidad tenemos que comenzar por analizar otros sistemas comunitarios; preguntarnos cómo damos sentido a las cosas y cómo nos involucramos con el otro (sin pensar sólo desde nuestra cancha).

En los siguientes encuentros: La organización, el hacer, la formación y la memoria. Estas cuatro dimensiones hacen al tejido de la cultura comunitaria y por eso establecimos prácticas para desarrollarlas.

La organización:

Cómo organizarnos, cómo pensar los problemas de la violencia, el clasismo y la discriminación. No se trata de encontrar LA MEJOR manera de organizarnos, se trata de ensayar múltiples formas. Cada una nos permite conocernos mejor, reconocernos y ver cómo funciona el poder en cada circunstancia.

El hacer:

Hacer proyectos que ayuden a la transformación comunitaria. Y un hacer participativo, donde haya consenso, donde se compartan relatos. Un hacer que interrogue la teoría en la práctica misma.

La formación:

La formación es continua para cada integrante de la comunidad. Formarnos nos lleva a transformarnos comprendiendo el porqué de dicha transformación. El conocimiento se construye, y se trata de encontrar los modos adecuados en cada situación.

La memoria: Reconocer la importancia del ejercicio de la memoria es lo que dará lugar al cómo continuar, a construir relatos que colaboren con el tránsito histórico y que habiliten la transformación social. Tener en cuenta, mediante el recorrido de la memoria pasada y presente, qué sembrar para el futuro.

Nora: La base de las comunidades se construye con confianza e intencionalidad; no todo es color de rosa, tendemos a romantizar a las comunidades, incluso lo que nos han dicho de la familia (¡y esto me movió el tapete!): que puede ser una construcción del mundo capitalista en el que vivimos.

Ana Karina: Sentí y pensé también que esta formación de comunidad facilita mucho los procesos de aprendizaje, pues los vuelve más amables, tanto a nivel personal como colectivo. Así, invariablemente, cualquier proyecto que se desee desarrollar partirá con cimientos de colaboraciones más fuertes.

Nora: El juego nos une; la UAM está en un lugar adverso y apartado, pero hay muchas personas que tenemos ganas de hacer cultura comunitaria y que esto no depende de la presencia física, aunque sí ayuda.

Mariela: Necesitamos seguir re�lexionando acerca de la construcción de espacios comunitarios y colectivos, y sobre cómo nos acercamos a los lugares en los que pretendemos generar comunidad. Muchas veces los proyectos comunitarios tienen muy buenas intenciones, sin embargo, nos olvidamos de escuchar al otro, al espacio o a la comunidad para una construcción colectiva. El taller fue principalmente un espacio de escucha para imaginar proyectos con otros.

PARA: cuando el proyecto se construye desde otra instancia ajena a la comunidad y pretende apoyarla, ya sea de manera directa o indirecta.

Trabajar CON: cuando un grupo o persona acompaña una comunidad. A través de procesos grupales y personales, la comunidad y el agente cultural acuerdan explícitamente los espacios compartidos.

Hacer DESDE: cuando en el interior de ésta se elabora una ruta propia.

Estas tres modalidades del trabajo comunitario son de gran importancia y ninguna es superior a otra.

Andrea: Iba al taller con la expectativa de tener herramientas para gestionar un proyecto cultural que surgiera en el futuro y obtuve más que eso. En escasas sesiones pude encauzar mis intereses de gestión cultural desde un enfoque social al ser parte de una comunidad y conocer cómo trabajar con otra, en donde lo principal es saber escuchar para conocer los intereses de lxs otrxs y aplicar la metodología para cumplir el objetivo de esa comunidad. Puede sonar un tanto sistemático, pero el proceso fue bastante divertido, se convirtió en un espacio de escucha activa, convivencia, juegos y aprendizaje, una experiencia que vale la pena recordar y que me será útil próximamente.

Laura: Las voces y las conversaciones resuenan a la hora de pasar este texto, muchas quedan haciendo huella en el cuerpo.

Aura: Las relaciones que establecemos y las acciones que ejecutamos parecen ser efímeras a causa de la cotidianidad, sin embargo, tienen un notable impacto en la cultura y, aunque éstas primeras aparentan desaparecer, son las que más resuenan y trazan el futuro de la sociedad. De ahí la importancia de dedicarle tiempo a la re�lexión y cuestionar el papel que jugamos dentro de la comunidad, desde los derechos de los que gozamos hasta nuestras obligaciones, producto de los acuerdos logrados democráticamente o no.

Cierre:

Con tamales y atoles revisamos todo lo ocurrido, el eco y su resonancia.

¿Hay un final? Después de unas jornadas tan movilizantes nos podríamos preguntar: ¿y ahora?

Sabemos y confiamos que seguiremos en nuestras rutas. Nos recordamos:

Aliarnos-reconocernos

Dar-recibir

Ofrecer-aceptar

Aprender-enseñar

Escuchar-compartir

Confiar-cooperar

Las cosas están latiendo, surgen en un impasse

Se despliegan de la propia teoría del hacer comunitario y las prácticas. La urdimbre colectiva a�lora en un instante de vértigo e incertidumbre. Nos necesitamos y lo sabemos.

“el hilo de las alianzas/ ha penetrado en nuestro nido”, sigue diciendo Violeta Parra.

Laura Szwarc

Artista escénica, escritora, arteducadora, activista cultural. A través de sus investigaciones y creaciones despliega experiencias que estimulan el pensamiento poético y crítico, así como el trabajo colaborativo en comunidades. Integra y coordina la Asociación Cultural Akántaros, entidad intercultural y transdisciplinar. Es parte de la REACC (Red de Espacios y Agentes de Cultura Comunitaria). Ha publicado diversos libros de poesía, ensayo, teatro y literatura infantil y juvenil. Ha compartido sus investigaciones/creaciones escénicas en diferentes geografías. laura.szwarc@gmail.com https://lauraszwarc.com

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