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Rojo

Por Clara Alley

Rojo, sólo veo rojo. Veo el rojo de los tacones en el zócalo de la Ciudad de México. Demasiados zapatos rojos en la plaza, la única cosa que permanece de esas mujeres. Esos zapatos rojos que resisten, aunque sus dueñas no. Zapatos rojos en la plaza, lo único que queda de mi. Veía el rojo que representa la primera floración del amor, el rojo de las mejillas enrojecidas y el rubor de las rosas rojas que él me dio en nuestra primera cita. Pero el rojo rico del amor se fue transformando en rojo de rabia, de odio furioso y fue el rojo de las primeras gotas de sangre que salieron de mis heridas cuando su puño tocó mi cara por primera vez. Ahora, cuando observo a mis tacones favoritos, solo veo el rojo de mi sangre; la última cosa que vi cuando yo estaba viva. Había demasiado rojo, demasiada sangre, que formaba un río como el color del vino derramado, manchando la tierra húmeda de Jalisco de color herrumbre y cobrizo. Río de la sangre que se alejó de mi cuerpo, robando mi vida. No pude esquivar su mirada, no quería mirar a mi asesino: no quería ver sus ojos rojos llenos de rabia roja. Así que sólo pensaba en mi familia y en mis amigas. Yo no soy la única mujer asesinada simplemente por ser mujer. En realidad, 10 mujeres como yo son asesinadas cada día en México. Demasiado sufrimiento, demasiados zapatos rojos, demasiada sangre, demasiada rabia roja en los ojos de hombres cuando nos miran a nosotras. Estos asesinatos ocurren con frecuencia y los llamamos feminicidios, y los números verdaderos son más altos porque no todos los feminicidios son clasificados correctamente como tal. Como yo, casi cuarenta por ciento de las víctimas de feminicidios en México son asesinadas por una persona que conocen, y los feminicidios son muy brutales. Ahora yo conozco el dolor que estas mujeres y niñas sufrieron, y la tristeza de sus familiares también.

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El problema empeora porque el gobierno de México no ofrece ayuda: hay una impunidad sistémica y muchos de los asesinos no son castigados. No tenemos justicia, y yo sé que mi asesino no va a tener castigo ni será reformado porque no hay disuasión ni incapacidad ni castigos para los asesinos. Dado que el gobierno no va a prevenir los feminicidios, nosotras— las mujeres de México— necesitamos protegernos. Nosotras tratamos de cambiar el sistema y organizamos protestas y movimientos para hacerlo. Nosotras desfilamos juntas y creamos monumentos para recordar a las víctimas, como el de Los zapatos rojos o el de Nombres pintados en la plaza con rojo. Algunas mujeres tiran pintura roja en la puerta del Palacio Nacional en la Ciudad de México porque ellas tienen miedo, pero están enojadas, están cansadas. No puedo culpar a esas mujeres: la única cosa que ellas pueden hacer para evitar mi destino de muerte o violencia es protestar y tratar de cambiar el sistema para obtener seguridad y justicia. Estas mujeres también ven el color rojo: ven el rojo de sus amigas asesinadas por un novio, el rojo de su hermana que fue víctima de violación y su mamá que era víctima de abuso doméstico. Estas mujeres miran a mis tacones rojos y saben que ellas pueden ser las siguientes muertas o desaparecidas algún día si no hay cambios. Mis familiares están reunidos en la plaza, mirando a los zapatos, con una foto mía grabada en sus camisas. Cuando miro a mi familia, veo el rojo de sus ojos inyectados de sangre porque no pueden dormir y hay cansancio en sus almas. Veo rojo cuando miro mi fotografía eun su pecho; veo el rojo brillante del lápiz labial que llevaba. Era el color que mis hermanas y yo siempre llevábamos, pero ellas lo tiraron a la basura después de mi muerte. Ahora piensan que este rojo es como la muleta roja de un matador y los hombres son los toros atacándome. Ellas no quieren atraer la mirada de rabia, roja, de los hombres esperando atacar. Las

personas del gobierno son como los espectadores en la corrida de toros, sólo quieren mirar y no van a intervenir ni ofrecer ayuda. En realidad, los colores y la ropa que llevamos no van a cambiar las intenciones o acciones de personas malas. La única cosa que podemos hacer es luchar y protestar juntas para causar cambios. Vamos a alzar nuestras voces, y aunque yo ya no tengo voz, no voy a estar callada. Yo tengo la única cosa que necesito para hacer impacto: mis tacones rojos favoritos en el centro de la plaza van a contar mi historia.

Fuentes:

Center for Strategic and International Studies. (2020). Femicides in Mexico: Impunity and Protests. https://www.csis. org/analysis/femicides-mexico-impunity-and-protests

Espino, M., Villa, P. & El Universal. (2021). En 2021, 842 víctimas de feminicidio en México. El Universal. Feminicidio en México: 842 víctimas en 2021 (eluniversal.com.mx) Olamendi, P. (2016). Feminicidio en México. Feminicidio-en-Mexico-2017.pdf (inmujeres.gob.mx)

Instituto Nacional de Las Mujeres. (2019). La Violencia Feminicida. http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_ download/BA5N10.pdf

Sin Embargo. (2020). “Zapatos rojos”, obra que nació en Juárez, llega a la CdMx para concientizar sobre feminicidios. “Zapatos rojos”, obra que nació en Juárez, llega a la CdMx para concientizar sobre feminicidios - SinEmbargo MX

Villegas, P.P. & Semple, K. (2020). UN día sin mujeres en México como señal de protesta. New York Times. Un día sin mujeres en México como señal de protesta - The New York Times (nytimes.com)

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