Libro Miradas Cómplices

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EL LIBRO

MIRADAS CÓMPLICES

Miradas Cómplices nace como un acto de rebeldía. Aquel concurso de fotografía organizado por los centros de mayores Novaire coincidiendo con el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional fue una especie de reacción al imperio de la imagen encerrada en sí misma, que utiliza a los mayores como objeto al servicio de intereses ajenos a su realidad. Imitando al sistema inmunológico, se propició un espacio para la reproducción de anticuerpos visuales, que liberaran al organismo social de la tiranía reduccionista de los mecanismos de producción de iconografías al servicio del infantilismo mercantil. El fruto de esa apuesta comunicativa, que enlaza con las campañas desarrolladas por Novaire en los últimos años, toma ahora forma de libro. En él se reproducen 59 fotografías, escogidas por el discurso sincero y revelador que nos ofrecen los fotógrafos sobre la condición de las personas mayores en el siglo XXI.

MIRADAS CÓMPLICES Una mirada fotográfica sobre el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional

EL LIBRO CON LA COLABORACIÓN DE:

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Prólogo de

Álex Rovira



® Textos de los autores © Fotografías con derechos de autor cedidas para esta publicación

Idea original:

Novaire novaire.es losmayoresprimero.net facebook.com/Novaire @grupoNovaire vimeo.com/novaire

Creación y diseño: Doble Hélice comunicación doblehelice.es

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de Novaire. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

Impreso en España


c o n c u rso

de

fo to gr a fí a

MIRADAS CÓMPLICES

Una mirada fotográfica sobre el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional



Créditos Idea original y diseño del proyecto:

José Antonio Rabadán Sánchez Director de Clientes y Comunicación de Novaire

Por su implicación activa a lo largo del proyecto, gracias a los miembros del jurado del concurso fotográfico Miradas Cómplices 2012

Estrategia de comunicación

Amelia Gomariz

Jordi Sánchez Navas

y contenidos:

Directora de Novaire San Vicente

Director de la agencia

Jordi Sánchez Navas Director de la agencia de comunicación Doble Hélice

de comunicación Doble Hélice

Asunción Sánchez Zaplana Consellera de Bienestar Social

Lucía Cerón

de la Generalitat Valenciana

Secretaria autonómica de Familia y Solidaridad de la Generalitat

Coordinación:

Libertad Garis Coordinación de Marketing y Comunicación de Novaire

Concepción Bru Directora de la Universidad Permanente de la Universidad

José Antonio Rabadán Sánchez

de Alicante

Director de Clientes y Comunicación

Diseño y creatividad:

Gabriela Bravo Cárdenas

Valenciana

Cristina Martínez

de Novaire

Redactora de la sección Cultura y Sociedad del diario

José Carlos Robles

INFORMACIÓN

Presidente de AFALI (Asociación Fotográfica de Alicante)



Índice

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Asunción Sánchez Zaplana Consellera de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana

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Álex Rovira Escritor

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Guillermo Bell Cibils Director General de Novaire

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Josep de Martí Director de Inforesidencias.com

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Jordi Navas Periodista y profesor de la UPUA

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José Antonio Rabadán Sánchez Director de Clientes y Comunicación de Novaire

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El libro Selección


MIRADAS CÓMPLICES


ASUNCIÓN SÁNCHEZ ZAPLANA

Presentación Cuando acabamos de dejar atrás el “Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional”, resulta muy oportuna, a la par que reveladora, la publicación de este libro “Miradas Cómplices”. A través de una serie de fotografías cargadas de elocuencia y expresividad, se lanza un mensaje de solidaridad y de empatía, un mensaje encaminado a romper estereotipos y prejuicios hacia las personas mayores muy arraigados en nuestra sociedad. La experiencia de los hombres y mujeres que aparecen en estas páginas y los que han participado en este concurso como fotógrafos, les legitima para rebelarse contra ideas preconcebidas acerca del papel pasivo de nuestros mayores y les lleva a querer mostrarnos esa otra realidad que ellos conocen de primera mano y que queda muchas veces oculta a los ojos de los demás. La iniciativa que ha dado lugar a este libro nos brinda a todos la oportunidad de cambiar nuestra imagen de las personas mayores, cambio en el que han participado activamente los excelentes fotógrafos que han contribuido a hacerlo realidad desde los objetivos de sus cámaras. Su trabajo nos ofrece un nuevo enfoque sobre las personas mayores que supone al mismo tiempo un acto de reconocimiento a una realidad diaria pero en ocasiones ignorada. Resulta de justicia reconocer el valioso papel que hoy en día y en los difíciles momentos que estamos viviendo, están desempeñando muchas personas mayores como soporte físico, emocional, e incluso económico, de tantas familias españolas.

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MIRADAS CÓMPLICES

La realidad a la que se asoman estos artistas, nos ofrece la imagen de unas personas generosas y solidarias, con ganas de disfrutar y de participar en la sociedad en la que viven y con disponibilidad para compartir con los demás su experiencia. Ellas y ellos son personas que, con independencia de su edad, son capaces de seguir disfrutando de todas las facetas de sus vidas y de seguir participando en actividades familiares, sociales, culturales, recreativas, deportivas y de carácter social y político, contribuyendo con sus aportaciones a mejorar el bienestar social. Conscientes del insustituible papel que desempeñan como transmisores de unos valores personales, sociales y culturales, nuestros mayores han entendido perfectamente que la mejora de nuestro bienestar está también en sus manos. Y que pueden y deben contribuir activamente, como de hecho están haciendo, a la construcción de esa sociedad mejor que todos queremos. Vaya para todos ellos nuestro agradecimiento. Y nuestra felicitación, para todo el equipo de profesionales, familias y usuarios de Novaire y para los magníficos fotógrafos que han aceptado el reto contribuyendo con su obra a eliminar factores de exclusión y de discriminación contra las personas mayores, haciendo así posible una sociedad más integradora y más equitativa, una sociedad para todas las edades.

Asunción Sánchez Zaplana Consellera de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana

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ÁLEX ROVIRA

Prólogo Ocurre a veces que una imagen puede conmovernos como el más bello poema o como la canción que nos atraviesa el alma. La belleza nos despierta, sorpresivamente. A veces, un gesto, un abrazo, una sonrisa, un encuentro captado al vuelo del fotógrafo presto, atento y avizor pueden convertirse en un despertar a la apreciación del otro, de la vida, de la belleza que nos rodea y que nos pasa inadvertida.

Recuerdo que, cuando era pequeño, me fascinaban las manos de mi abuela materna. Manos llenas de ternura que rezumaba de los cauces de su piel, testigos de toda una existencia. Y aún las evoco hoy en la memoria, ahora mismo, al escribir estas líneas. Manos cómplices grabadas en mi mirada cómplice de niño, que hoy cobra pleno sentido mientras tengo el honor de escribir este prólogo.

Les confieso algo. Me conmueven las manos de los mayores, y uno de mis placeres es fotografiarlas. Leo en ellas el paso de los años, la impronta del tiempo. En cada surco parece estar grabada la alegría y el dolor. En su piel, en la textura y forma de sus dedos, como las viejas raíces de un árbol, reside una vida. Quizás porque mis padres, los dos, siguen vivos y avanzan en su madurez, quizás, repito, me fijo ahora como nunca lo había hecho en la extraordinaria belleza de lo auténtico que se refleja en la piel madura, curtida, de sus manos, de sus caras, de su cuerpo cada día más frágil. Mi mirada reconoce en ellos tanto trabajo hecho, tanto esfuerzo realizado, tanto amor regalado, tanta vida caminada.

Amo esta belleza del paso del tiempo que se acepta como es, y cada vez que tengo cerca a una persona mayor, la mirada se me pierde en las mirada del otro, y en sus manos, en la piel. Observo, por ejemplo, la herida en las manos de mi padre, artesano trabajador y humilde que me enseñó a amar mi trabajo, y a cuidar la vida. Y amo las manos de mi madre, aún hoy, yo ya con cuarenta y cuatro años, cada vez que me acaricia como si fuera aquel niño chico. Amo lo auténtico que reside en lo viejo y ajado, porque su belleza es telúrica, original, verdadera, real. Y las beso cada vez que les veo porque me sale del alma. Y ahora entiendo porqué besar una mano, cuando sale del corazón, no es sólo gesto de amor, también lo es de respeto, de profunda admiración.

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MIRADAS CÓMPLICES

Sí, amo las manos de nuestros mayores, las que siguen trabajando, cuidando a sus nietos, labrando el huerto, cociendo la sopa, poniendo la mesa, dándose tras toda una vida. En esas manos reside la sabiduría que debemos recuperar, y también esa generosidad y solidaridad incondicional que nace del amor a los hijos, a los nietos, a los que tienen todavía una vida que conquistar por delante. Manos que han tocado tierra, gente y mundo, y que guardan en su piel el recuerdo del amor hecho a fuego lento, del trabajo labrado, de la vida pasada, del dolor superado y el que fue y será indigerible, de momentos cargados de sentido, y de los que nunca lo tendrán. Y doy gracias porque siguen vivas y acompañándonos. Pocas cosas hay en esta tierra que me provoquen un mayor sentimiento de misterio y amor. Y es que nuestra mirada se vuelve cómplice necesaria de tantos regalos que nuestros mayores nos brindan. Por ello es necesario el ejercicio del reconocimiento que es este libro, ya que éste nos permite expresar la gratitud y tomar consciencia del valor de lo recibido. Miradas cómplices reales, íntimas, cotidianas, desnudas, a vuelapluma, sorpresivas, amables, tiernas. Miradas que nos permiten captar el kairós, el instante regalado, el momento que nos puede revelar el sentido de lo que vivimos. Mis queridos amigos de Novaire, han tenido a bien compilar bellas y sugerentes imágenes de nuestros mayores

plenas de autenticidad y sentido. Gracias al talento y a la oportunidad de fotorreporteros, fotógrafos, aficionados, familiares, trabajadores y usuarios de Novaire han sido retratadas actitudes y valores cristalizados en la luz, que nos muestran la verdad, la bondad y la belleza de la complicidad, la comunicación, la empatía, el encuentro, la alegría, la autenticidad o la ayuda. En ellas, nuestros mayores son los protagonistas que nos inspiran con su energía, con su ser y su amor a la vida, en un ejemplo de envejecimiento activo, que es propósito y sentido de Novaire. Espero que disfruten de ellas como he disfrutado yo. Estas imágenes tienen un poder evocador que supera a las palabras, ya que el relato que las acompaña es el de nuestra voz interior cuando las contemplamos, y cada vez el texto que nos evocan es distinto; ahí reside su grandeza. Porque los acordes que resuenan en nuestro interior son distintos cada vez, y construyen una melodía de emociones original, auténtica, inspiradora y esencial. Ojalá disfruten del viaje por las miradas cómplices que Novaire nos regala. Les darán un nuevo aire, una nueva mirada con la que amar y reconocer a nuestros mayores y, por supuesto, a la vida que nos ha sido regalada por ellos. Gracias, Novaire.

Álex Rovira Escritor

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GUILLERMO BELL CIBILS

Recuerdos y experiencias cómplices Aunque pueda sonar extraño, yo soy el yo que recuerda mucho más que el yo que experimenta. Según el premio Nobel Daniel Kahneman los recuerdos son todo lo que conservamos de nuestra experiencia vital y la única perspectiva que podemos adoptar cuando pensamos en nuestras vidas es el recuerdo. La búsqueda del recuerdo futuro es lo que guía las elecciones de las personas en el presente. Si no supiéramos que lo vamos a recordar seguramente no escalaríamos montañas, no leeríamos libros o no viajaríamos a ciudades o países desconocidos. ¿Para qué? Para que ese yo que recuerda pueda actuar se necesitan dos cosas vinculadas: la capacidad de recordar y que el recuerdo sea sobre una experiencia memorable, única, especial. Son precisamente estas dos ideas las que hemos querido unir en Novaire en nuestro proyecto “Miradas Cómplices”, que resumimos en este libro. Por un lado la fotografía, como ese medio que nos ayuda a recordar. Que nos permite salvar un instante que merece ser guardado para tener la seguridad de que lo vamos a poder recuperar en el futuro. O incluso más, como ese

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medio que nos permite diseñar en el presente un recuerdo futuro, cosa que sólo pueden hacer los fotógrafos con mucho talento, como los que aparecen a continuación. Y por otro lado un conjunto de experiencias especiales, memorables, que merecen ser recordadas por ese yo que recuerda, que se ayuda para ello de la fotografía. Una imagen pasada (¿picantona?) (“La amiga de mi awela”), una reunión muy especial de amigos (“G-9”), una escapada prohibida (“Moteros”), un momento de felicidad (“Complicidad”, “La alegra de vivir”), o nuestra toma del poder en la tierra (“La importancia del look”), por ejemplo. No es habitual que hoy en día veamos destacados momentos memorables en la vida de las personas mayores. En los mayores, los yo que experimentan son totalmente desconocidos en nuestra sociedad. Los medios de comunicación los desoyen, los políticos se acuerdan de ellos cuando llegan las elecciones y la sociedad en general los ignora. Son los grandes desconocidos en el mundo líquido y virtual en el que vivimos. Y desgraciadamente los yo que recuerdan cada vez son menos por motivos de patologías habituales de la edad.


MIRADAS CÓMPLICES

En Novaire nos gustaría cambiar esta situación. Apostamos de manera firme por hacer visibles a las personas mayores, por sacarlas de las sombras. Y apostamos por hacerlo enseñando su verdadero yo, acabando con estereotipos del pasado, por normalizar su imagen, con experiencias que quizás sorprendan a más de uno. Porque normalizar la imagen de las personas mayores es el primer paso para valorar el trabajo de organizaciones como la nuestra y valorar el trabajo de nuestros profesionales. Para ello debemos eliminar conceptos o imágenes como asilo o incluso residencia. Y transformarlos en conceptos o imágenes reales como compañía, esperanza, bienestar, cuidados, seguridad, confianza, ocio, actividades. Estas son las imágenes reales que caracterizan de verdad a las personas mayores en España. Porque normalizar la imagen de las personas mayores significa poner el énfasis en “persona” más que en “mayor”. Parafraseando a Aristóteles, las “personas mayores” accidentalmente son “mayores” pero sustancialmente siguen siendo “personas”. Y como tales debemos proyectarlas a la sociedad. Nosotros hemos querido contribuir a hacerlo con la ayuda de fotógrafos de tanto talento como los que aparecen en este libro. Su trabajo registra y ordena algunos momentos memorables de estas personas mayores que merecen ser recordados. Esos momentos que al final son lo único que conservarán de su experiencia vital. Porque

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cuando piensen (y pensemos) en su vida lo único que les quedará son estos recuerdos. Los recuerdos de estas miradas cómplices que a todos nosotros nos gustaría compartir. En Novaire tenemos muchos usuarios que padecen Alzheimer o patologías similares. Ellos ya no pueden recordar la historia de su vida. Son sólo las fotografías las que mantienen de alguna manera los recuerdos que han desaparecido de su mente. Aunque en su vida el yo que recuerda ya haya desaparecido, el yo que experimenta es todavía sensible a la belleza y a la delicadeza. “Miradas Cómplices” también es un homenaje a ellos y a sus familias. Estoy seguro de que disfrutarán con este trabajo, que también está dedicado a ellos.

Guillermo Bell Cibils Director de General de Novaire


JOSEP DE MARTÍ

Regalos para el futuro Cuando dentro de muchos años alguien abra este libro y se deleite mirando las fotografías quizás no se dé cuenta de lo que de verdad tendrá ante sus ojos. Sólo tenemos que imaginarnos cómo hubiesen sido las imágenes de un grupo de octagenarios de los años ochenta del siglo XX para ver cómo han cambiado las cosas. Cómo en los últimos años hemos asistido a la aparición de un nuevo grupo social que tiene como meta vivir algo más que la antesala de la muerte. Los mayores moteros o el gimnasta de la playa de Benidorm hubieran parecido entonces poco menos que un chiste. La mujer leyendo en un e-book, aún hoy lo parece, aunque estoy seguro de que, dentro de unos años, quien vea las fotos será incapaz de percibir el elemento de cambio que hoy todavía nos provocan. Veo en estas imágenes el equivalente a las de James Dean durante los años cincuenta, tiempo en el que un grupo de edad, el de los jóvenes, empezaba a aparecer con perfil propio en la sociedad. Ahora lo hacen los mayores activos. Entre James Dean y Mayo del 68

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los jóvenes de entonces conquistaron un espacio entre la infancia y la edad adulta, inventaron una moda, una música y una forma de ver la vida que les pertenecía a ellos y desafiaron lo establecido. Hoy no cuesta encontrar en estas fotografías un elemento de desafío. Las señoras de “La importancia del look” o los personajes de “¿Bailas?” o “La alegría de vivir” parecen decir, “Soy mayor y me lo paso bien ¿qué pasa?”. Y se lo están diciendo a esos jóvenes supertecnificados que en muchos casos se comunican poco o nada con personas de más de ochenta años y de los que han sustituido el conocimiento por estereotipos que toman de internet. Las personas que aparecen en las fotografías se han beneficiado del espacio de paz y prosperidad más largo que hemos vivido en España en muchos siglos. Disponen de una sanidad y un sistema de pensiones dignos (sobre todo en comparación con lo que existe en la mayoría de los países) y probablemente disfrutarán de una vida, incluso quizás más larga que la de las generaciones venideras.


MIRADAS CÓMPLICES

Pero, al lado de estas personas, existen otras que también han vivido un cambio en los últimos años y a las que me gustaría dedicar unas líneas. Me refiero a los mayores dependientes. O sea, a los mayores entre los mayores que necesitan de otra persona para hacer lo que casi todos hacemos por nosotros mismos. Estos también han vivido un cambio importante en los últimos años, y los centros para mayores Novaire pueden ser hoy lo que este libro es para los mayores activos. Una muestra de cómo han avanzado las cosas. Conocí el proyecto y a las personas que lo han liderado desde que no era más que un cúmulo de ideas y unas líneas en un papel. Después he sido testigo, en los últimos diez años, de cómo poco a poco se creaba un grupo de residencias con algunas características que las hacen verdaderamente únicas. Si las residencias, durante muchos años habían sido una mezcla entre mastodónticos centros para pensionistas autónomos y establecimientos asilares para ancianos menesterosos; son modelos como el que Novaire ha sabido establecer en las provincias de Alicante y Castellón, los que han hecho avanzar lo que se entiende por atención integral a personas mayores dependientes. Siempre me ha gustado que las residencias se abran hacia el exterior, que sean transparentes y que, en la medi-

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da de lo posible, tanto los mayores como sus familiares puedan comparar. Por eso, el que Novaire fuera de las primeras y más activas empresas del sector en el campo de las redes sociales, en el mantenimiento de un blog y en la organización de una cadena de actividades tanto materiales como on line de difusión y concienciación, es algo que me parece respetable e imitable. Novaire ya ha visto en los años que lleva en funcionamiento que no existen “las personas mayores” sino “personas mayores” y que su perfil, gustos y necesidades van cambiando. Si hace diez años ingresaban los que lucharon en la guerra civil, ahora lo empiezan a hacer los que la vivieron como niños. Estoy seguro que el ánimo por adaptarse al cambio que ha distinguido a los centros Novaire, ya sea en el uso de tecnologías, como de modelos de atención, les llevará a prepararse para el gran reto que les espera dentro de unos años, cuando empiecen a ingresar algunos de los protagonistas del libro. Recuerdo cuando estaba prohibido que hubiese perros en las residencias. Después empezaron a entrar como “terapia con animales”, pero ¿podrá el hombre que duerme con el suyo en “complicidad” hacerlo normalmente si llega a vivir en una? Probablemente en Novaire podrá.

Josep de Martí Director de Inforesidencias.com


JORDI NAVAS

Ojo por ojo. Lo que nos devuelve la mirada Primera pregunta: ¿Cómo es posible que la sociedad actual haya renunciado al capital creador de la experiencia? La neurobiología reconoce que hay periodos de la vida, centrados en la infancia y la adolescencia, en los que se configuran los procesos de sinapsis que fijan las funciones lógicas y gramaticales. En cambio, existen otros mecanismos abiertos al aprendizaje durante toda la vida donde se desarrollan sistemas cerebrales de carácter semántico y simbólico. Paradójicamente, el sistema de representación social imperante hoy en día arrincona estas cualidades creadoras de la inteligencia, que aprovechan el caudal de los dispositivos culturales para potenciar la plasticidad neuronal con estímulos procedentes del mundo externo. Al negar la vigencia de la mente adulta para desarrollar procesos de inteligencia creadora, capaz de conectar los circuitos neuronales con las redes culturales, se matan dos pájaros de un tiro. Adiós a la experiencia y, de paso, a las formas simbólicas más complejas, llámense arte, literatura, música o filosofía, que nos impelen hacia el avance de la conciencia.

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Segunda pregunta: ¿Cómo se ha articulado ese proceso de exclusión de la experiencia y de sus portadores, las personas mayores? Muy fácil. Partamos de la siguiente premisa: la realidad no coincide necesariamente con lo visible. Lo que vemos nace del conjunto de imágenes que el ojo crea al mirar y de la forma en que esas imágenes se instalan en nuestra conciencia a través de procesos de percepción, que se complementan con mecanismos de codificación social y cultural. Construyendo estructuras de significación que desvalorizan los estados de madurez y repitiendo patrones de imágenes que subrayan un determinado modo de ver esa etapa de la vida se consigue un doble objetivo: devaluar el papel del mayor en la sociedad y destronar a la experiencia del rol creador de un bien social. El concurso Miradas Cómplices nació como un acto de rebeldía contra estas dinámicas. Aquel certamen de fotografía organizado por los centros de mayores Novaire con motivo del Año Europeo del Envejecimiento Activo


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y la Solidaridad Intergeneracional fue una especie de reacción al imperio de la imagen encerrada en sí misma. Imitando al sistema inmunológico, se propició un espacio para la reproducción de anticuerpos visuales, que liberaran al organismo social de la tiranía reduccionista de los mecanismos de producción de iconografías al servicio del infantilismo mercantil. Tan loable empresa se ha revelado con el tiempo capaz de llevar las cosas mucho más lejos de lo esperado. Al abrir la caja de Pandora del discurso de la imagen, nos hemos encontrado con una irrefrenable avalancha de puntos de vista, que nos revelan el carácter poliédrico que juegan las personas mayores en nuestra sociedad y la falta de asideros para ubicar su verdadero papel en un mundo cimbreado por una crisis sistémica de imprevisible alcance. Cerca de 200 fotografías concurrieron al certamen. Buena parte de ellas aportaron matices enriquecedores y cuestionaron los estereotipos que retienen al mayor en un ámbito de visibilidad acotado por los clichés habituales: conformismo, pasividad y desplazamiento del núcleo social. Otras, nos sorprendieron con una mirada reveladora de la condición actual de las personas mayores, desbordando las construcciones de sentido más habituales, incluso las que promueven las instituciones y organismos que defienden el papel de los mayores en la sociedad.

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Alguien pensará que esta carga significante era algo previsible. Para eso se convocó el concurso y entre los finalistas figuran algunos profesionales de reconocido prestigio, que han sabido interpretar el espíritu de la convocatoria. Sin embargo, hay algo más. Porque entre las imágenes premiadas y las seleccionadas para este libro ha surgido algo inesperado. La novedad de estas imágenes reside en la irrupción de elementos que desbordan el ámbito de lo sensible, pero también el marco conceptual. Son simbólicas en el sentido de que trascienden los significados establecidos e insinúan nuevos sentidos, hasta el momento inaprensibles. No creo exagerar si afirmo que alguna de estas imágenes constituye una auténtica epifanía, no por lo que desvelan, sino porque dan pie a la “aparición” del misterio. Incluyen la “partícula de verdad” de la que hablaba John Berger, a través de un juego en el que se entreteje la presencia y la ausencia. Frente a la tentación de confirmar lo evidente, el jurado de este concurso tuvo la oportunidad, convertida casi en deber, de respetar la libertad inherente al hecho fotográfico. La capacidad de decisión que implica toda fotografía.


“Comprender adecuadamente una fotografía no es solamente recuperar las significaciones que proclama, es también descifrar el excedente de significación que revela”, señalaba Pierre Bordieu en Un arte medio. Las personas que integrábamos aquel sanedrín obligado a juzgar estas excelentes fotos corríamos el peligro de ahogar con nuestros discursos profesionales y con nuestra experiencia la voz de las imágenes. Existía el riesgo de interpretarlas como obras de arte, como evidencias de una verdad particular, como ilustraciones de bellas frases. Creo que, acertadamente, supimos guardar silencio y dejar que cada fotografía se expresara por sí misma. Esperar más de la revelación que de la confirmación. Renunciar a la identificación automática de lo que vemos con lo que creemos.

Rafael Arjones, puede ser discutida por muchas razones. A buen seguro no es la más explícita en su mensaje de reconocimiento a las personas mayores. Su estética no es amable ni complaciente. Sus protagonistas no se prestan a la identificación de una postura evidente y el contexto carece de referencias que faciliten la interpretación. Eso sí, la cohorte humana retratada en un anónimo paisaje de extrarradio se planta ante nosotros sin darnos chance para escabullirnos. Desde la subjetividad radical de cada protagonista -rictus tensos, gafas como escudos-, se reafirma la fuerza del grupo. Elegantes a su manera, imparables en su determinación, los mayores de la imagen nos interpelan desde el otro lado del espejo recordándonos que lo que miramos no es la cosa, sino la relación entre la cosa y nosotros mismos. Queríamos Miradas Cómplices y nos hemos encontrado mucho más que eso.

Aprovechemos, en cambio, la oportunidad de recuperar el sentido de la vista siguiendo el consejo de Susan Sontag: “Al enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar. Son una gramática y, sobre todo, una ética de la visión”. La elección de la imagen ganadora del concurso, titulada La importancia del look y firmada por el fotógrafo

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Jordi Navas Periodista y profesor de la UPUA


MIRADAS CÓMPLICES


JOSÉ ANTONIO RABADÁN SÁNCHEZ

Los viejos rockeros nunca mueren Miradas Cómplices no surge como un concurso fotográfico más o un simple proyecto de marketing. Surge porque nace de nuestro compromiso profesional como una auténtica necesidad. Una necesidad evolutiva en la trayectoria que venimos desarrollando desde Novaire en cuanto al tratamiento de la imagen de las personas mayores, plagada de estereotipos y maltratos asistencialistas. “Abuelito”, “pensionista”, “cariño”, “nuestros mayores”, son términos que plasman perfectamente la imagen infantiloide de las personas mayores que la cultura y los medios de comunicación social han creado y hoy en día se sigue transmitiendo. Pena, penita, pena. En el ámbito de la imagen son varias las cuestiones que estamos trabajando desde Novaire para reconducir esta situación: la supresión de ciertas denominaciones peyorativas (asilo, residencia, geriátrico han sido sustituidos por centro) o la realización de publicidad que genere imágenes positivas y respeto (serie de calendarios bajo el concepto de normalización) o que fomenten la dignidad de las personas mayores (campaña de Novaire “Cuestión de valores” premiada por la SEGG). Estas campañas han supuesto en algunos casos un asalto a la tradición estéti-

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ca publicitaria vigente que se ofrece de la persona mayor, con el consecuente revuelo y disparidad de opiniones. Miradas Cómplices es un paso más en este camino. Un camino en el que organizaciones, profesionales, medios de comunicación y las mismas personas mayores hemos de seguir trabajando. Una necesidad que surge de un ejercicio de responsabilidad empresarial y profesional. Si la imagen de la persona mayor ha sido y es maltratada, estudio aparte merece la del mayor institucionalizado y de las organizaciones que nos dedicamos a su atención. Personas que en el imaginario social se encuentran esperando o la pastillita en la puerta de la consulta médica o al cura para que le dé la bendición, jugando al bingo o durmiendo en un sofá. Y centros que son percibidos negativamente (la influencia televisiva tiene mucha culpa de ello) y además… ¡con ánimo de lucro! (algo imperdonable desde la perspectiva asistencialista). Visión que en la actualidad nada tiene que ver con la realidad y que es un verdadero hándicap con el que nos topamos todos los días, cuando una persona nos visita por primera vez y donde podemos cotejar todos esos miedos y resquemores en forma de preguntas y desconfianza.


MIRADAS CÓMPLICES

También desde la administración pública (nacional, autonómica y local) que siempre ha situado a los organismos encargados de atender las cuestiones de las personas mayores dentro de la vertiente de los servicios sociales. Por ejemplo a nivel local, en rara ocasión vemos una concejalía del mayor independiente (aunque sea con exiguo presupuesto) que se pueda encargar de otras necesidades de las personas mayores en este siglo XXI, más allá de la prestación económica o la ley de dependencia, entre ellas el tratamiento de su imagen. Prueba más que evidente de la visión paternalista heredada del régimen y que perdura en la sociedad de este colectivo que en poco tiempo se convertirá en España en la cuarta parte de la población y se constituirá en el grupo con más influencia económica, política y social. Pero ni siquiera esta evidencia han sido capaces de verla desde la perspectiva política, para saber darles el justo lugar en forma de ministerio, conselleria o concejalía correspondiente. En cuanto al desarrollo del concurso hemos de reconocer que estamos muy satisfechos. Satisfechos por comprobar que es un proyecto que tiene recorrido en el espacio y en el tiempo y porque hemos podido comprobar que numerosos fotógrafos entienden estas premisas perfectamente, que no se dejan influir por los medios de masas y que ponen encima de la mesa un trabajo, con mayor o menor calidad, pero con un mensaje rotundo: los

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viejos rockeros nunca mueren. Se puede tener sesenta, setenta, ochenta o noventa años, pero la autenticidad, dignidad y la legitimidad, si se tienen, no se diluyen con los años. Es un valor que nos ha venido plasmado en numerosas fotografías y que tal vez tenga su expresión en la fotografía ganadora de Rafa Arjones, “La importancia del look”, máximo exponente de este mensaje, en el cual según palabras del propio autor, los protagonistas parecen decir “ya estamos aquí, venimos a seguir luchando para ser bien vistos en la sociedad”. Justo en el clavo. Al hilo de esta fotografía, todavía me sorprende la concepción errónea que se tiene sobre lo “moderno” y su contraposición a lo “viejo”. Esto es así porque he tenido la oportunidad de conocer a muchos viejos muy modernos. Modernísimos. Mucho más modernos que personas de mi generación y mucho más que algunos jóvenes que no tienen nada, nada, de modernos. Y entiendo moderno como contrario a “clásico”. También hay viejos clásicos, claro. Pero es importante desligar esta asociación de ideas entre lo clásico y lo viejo y lo moderno y lo joven. Es importante porque aporta valores positivos a la vejez y ayuda a unir generaciones. Y esto es un problema que tenemos en España y no en otros países, donde los Rolling Stones venden miles de entradas en un par de minutos o donde Compay Segundo alcanzó la fama internacional a los noventa años.


Seguiremos pues realizando un esfuerzo (como el salmón) para generar instrumentos como Miradas Cómplices que ayuden de alguna forma a ir cambiando la imagen peyorativa de las personas mayores. Cambiar estereotipos que pongan de manifiesto el capital humano de este colectivo, ir definiendo una terminología e imagen correcta que contribuya a la eliminación de estos estereotipos negativos que se traducen en ese trato condescendiente y percepción del colectivo por parte de

la sociedad como una carga y con la consecuente interiorización de sentimiento de inutilidad y baja autoestima. Y que construyamos entre todos una imagen real de las personas mayores más acorde con la realidad, como creadores que son de prosperidad económica, familiar y social. Al fin y al cabo todos seremos un día, con algo de suerte, mayores.

José Antonio Rabadán Sánchez Director de Clientes y Comunicación de Novaire

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MIRADAS CÓMPLICES



Papรก en la huerta Yose ร lvarez-Mesa 27


Accésit

La amiga de mi awela Raúl Aparicio 28


La importancia del look Primer Premio

Rafa Arjones 29


Aprendiendo del maestro Rafa Arjones 30


Abuelo con niño Accésit

Juan Francisco Belmar 31


Donde solíamos jugar Accésit

Paola Berná 32


Diรกlogo de miradas Cristina Carnero 33


La solidez de mi experiencia y tus ganas de volar Cristina Carnero 34


Premio foto más popular

Alegría de vivir José Luis Carrillo 35


Abuelita JosĂŠ Luis Carrillo 36


Creciendo juntos Categoría Novaire

Ana María Cerdá 37


Qué calor José Julio Escrivano 38


Vamos a pasear JosĂŠ Julio Escrivano 39


Bizcocho generacional Ruth Esplรก 40


Complicidad AccĂŠsit

Jacinto FernĂĄndez 41


Comprobando la compacta Jacinto Fernรกndez 42


Entre aromas de campanas Categor铆a Novaire

Ver贸nica Ferre 43


Alejandro Gallegos 44


Labores María García 45


Unión María García 46


Familia María García 47


Abuelo y nieto descansando Antonio García-Saúco 48


Complicidad Laura Gisbert 49


Yo leo, tĂş imagina Laura Gisbert 50


Moteros Acc茅sit

Maribel G贸mez 51


Motero Maribel G贸mez 52


Algo viejo, algo nuevo y algo prestado Maribel G贸mez 53


La maqueta del tren Paco G贸mez 54


Atenta escucha Felipe Antonio Juarez 55


JosĂŠ el artesano Manuel Lama 56


Sin barreras Manuel Lama 57


Nietísimas Categoría Novaire

José Ramón López 58


Proporciones MarĂ­a Teresa Marcos 59


Mirar el pasado y ver el presente A mi abuelo, un ejemplo a seguir

Javi MarĂ­n 60


Ciclo Categoría Novaire

Daniel Martí 61


Desayunamos BegoĂąa MartĂ­nez 62


Luis Mariano Luis Mariano Mateos 63


Vida mía Roberto Milán 64


Atarceder con mi madre Roberto Milรกn 65


Accésit

José Ramón Moreno 66


Jos茅 Ram贸n Moreno 67


Jos茅 Ram贸n Moreno 68


Invierno Raúl Muñoz 69


El mar Ana Nieto 70


Exploradores con prismรกticos Vytaute Olekaite 71


Jugando al escondite Vytaute Olekaite 72


Ustedes gustan CategorĂ­a Novaire

Antonio PĂŠrez 73


María, ya hemos cumplido Categoría Novaire

Antonio Pérez 74


Categoría Novaire

El futuro está en sus manos Maribel Pérez 75


Benidorm Accésit

Román Rodríguez 76


Bailas? Accésit

José Javier Román 77


La frutera Manuel Sรกnchez


Contando secretitos BernabĂŠ Sanchis 79


Deporte para todos BernabĂŠ Sanchis 80


Invierno Susana Sancho 81


Yayo Romeu 01 ŠJuan Segovia 82


Dulces CategorĂ­a Novaire

Romi Sempere 83


Premio categorĂ­a Novaire

Lectura entre lĂ­neas Vicent Tena 84


G-9 AccĂŠsit

Valiente Verde 85





EL LIBRO

MIRADAS CÓMPLICES

Miradas Cómplices nace como un acto de rebeldía. Aquel concurso de fotografía organizado por los centros de mayores Novaire coincidiendo con el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional fue una especie de reacción al imperio de la imagen encerrada en sí misma, que utiliza a los mayores como objeto al servicio de intereses ajenos a su realidad. Imitando al sistema inmunológico, se propició un espacio para la reproducción de anticuerpos visuales, que liberaran al organismo social de la tiranía reduccionista de los mecanismos de producción de iconografías al servicio del infantilismo mercantil. El fruto de esa apuesta comunicativa, que enlaza con las campañas desarrolladas por Novaire en los últimos años, toma ahora forma de libro. En él se reproducen 59 fotografías, escogidas por el discurso sincero y revelador que nos ofrecen los fotógrafos sobre la condición de las personas mayores en el siglo XXI.

MIRADAS CÓMPLICES Una mirada fotográfica sobre el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional

EL LIBRO CON LA COLABORACIÓN DE:

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Prólogo de

Álex Rovira


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