IV MARCHA SENDEROS DE LA GUERRA CIVIL EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. PUERTO DE COTOS-PEÑACITORES-DOS HERMANAS-PEÑALARA
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GENERALIDADES DEL PUERTO DE NAVACERRADA, COTOS Y LA ZONA CENTRAL DE LA SIERRA DE GUADARRAMA. Podemos considerar el Puerto de Navacerrada, como el paso más montañero de la sierra de Guadarrama, con un difícil acceso por cualquiera de las dos vertientes, pero de menor importancia en relación a la estrategia militar, Somosierra y Alto del León. Ya en 1936 el puerto de Navacerrada comunicaba Madrid y Segovia, a través de una carretera con origen en Villalba. Otro puerto más al Oeste, el de la Fuenfría, solo estaba cruzado por la llamada carretera de la República(en construcción).El mismo día 18 de julio, las milicias republicanas, que se organizaron en el pueblo de Guadarrama, se dirigieron al puerto de Navacerrada para ocuparlo, después de echar a un grupo de fascistas. Allí se mantuvieron hasta que al amanecer el día 22, se ocupó un refugio por la denominada Columna Navacerrada, formada por guardias de asalto y voluntarios de este pueblo serrano y los componentes de la Columna Burillo, que habían llegado del pueblo de Gadarrama. Por parte del ejercito fascista El general Saliquet, siguiendo el guión que le correspondía según los planes de la conspiración, organizó una columna para marchar sobre Madrid por los puertos de Guadarramay Navacerrada formada con un batallón del regimiento de infantería San Quintín, un escuadrón del regimiento de caballería Farnesio y dos baterias del regimiento de artillería ligera, a los que se sumaron 94 falangistas dirigidos por Jose Antonio Girón de Velasco y 150 voluntarios derechistas. En total unos 800 hombres. Saliquet encomendó el mando de la columna al coronel Serrador, que se había presentado en Valladolid el día 21 después de huir de Madrid, de modo que a las dos de la mañana del 22 salieron por la carretera de Olmedo hacia Villacastín y el puerto de Guadarrama (Alto del León) por la carretera N-VI Madrid-La Coruña. Solo hubo un intento por parte del ejercito sublevado de ocupar el puerto de Navacerrada, ese mismo día 22 salió de Segovia una columna de fascistas, que tras desalojar a los escasos defensores del pueblo de Valsaín, alcanzaron el comienzo de las Siete Revueltas y allí les recibieron las milicias con una muy dura defensa que les hizo retroceder a Valsaín. Quedaron dos líneas definidas, bastantes separadas, por un lado los rebeldes en la zona de Valsaín, Pradera de Navalhorno , con los montes de Cabeza Grande, Cruz de la Gallega y el cerro del Puerco. No eran una gran guarnición y se limitaron a vigilar los accesos de la carretera al Puerto. Las fuerzas republicanas se quedan en el bosque por la zona baja de Siete Revueltas, la Casa Forestal y la Casa de la Pesca, en una posición bastante forzada, para acceder a sus posiciones desde su retaguardia. El puerto de la Fuenfría estuvo ocupado por milicianos provenientes de Cercedilla y que ocuparon mediante patrullas la Camorca y Navalpinganillo. En el Puerto de Navacerrada, estaban las milicias del 5º Regimiento, batallón Capitán Condés y luego el batallónThaelmann, que bajaban hasta la Casa Forestal y la Casa de la Pesca. En el Puerto de Cotos, estaban las milicias de Rascafría, que patrullaban por el puerto de los Neveros, Peñalara, Peña Citores, donde instalaron un puesto de observatorio de información. De todas formas, como en realidad eran pocas fuerzas por ambos frentes, se dedicaron a hostigar al enemigo, procurando mantener las distancias. Con la llegada del invierno en diciembre se crea el proceso de formación de uno de los grupos más importante del frente de Guadarrama, el BATALLÓN ALPINO DE GUADARRAMA. Se instalo en el Puerto de la Fuenfría, donde relevó a la Columna Cercedilla, en el puerto de Navacerrada, donde relevó a la Columna del Batallón Thaelmann y en el Puerto de Cotos, donde relevó a las milicias de Rascafría. Montaron con sus propias fuerzas un destacamento permanente en la Casa Forestal de las Siete Revueltas, denominado desde entonces Casa Fortificada, Desde esos puertos realizaron labores de vigilancia, observación con frecuentes patrullas, principalmente
con esquís de montaña. No se les enconmedaron acciones de combate, aunque de vez en cuando hubo esporádicos contactos con patrullas fascistas. En esta situación transcurrieron el invierno de 1936 a 1937. En el mes de Mayo de 1937 el Gobierno republicano consideró realizar una acción de gran envergadura para distraer las fuerzas sublevadas de la zona Norte, con lo que se llamo la OFENSIVA DE LA GRANJA. La batalla de La Granja - Ofensiva contra Segovia Desde las alturas de Navacerrada, en poder de los republicanos, se dominaba tentadoramente La Granja y el valle del río Eresma sin importantes obstáculos naturales para llegar a Segovia. Esta favorable situación táctica movió al gobierno de Valencia a planear el ataque contra Segovia, como maniobra de diversión para contrarrestar el golpe que suponía el avance de las fuerzas nacionales sobre Bilbao. La batalla se inició a finales de mayo de 1937, en las alturas que dominan Valsaín y La Granja, pero los nacionales resistieron y la ofensiva quedó frustrada. El Ejército Popular del Centro se hallaba a las órdenes del general Miaja, y dentro de él, el I Cuerpo de Ejército (coronel Moriones) cubría todo el frente serrano, con Somosierra y Guadarrama. Los sectores de La Granja y el Alto del León estaban defendidos por la II División, del teniente coronel Barceló. Pero para la operación sobre Segovia se formaron dos masas de maniobra, incrementándose los efectivos locales del Alto del León con una brigada y los del sector de La Granja con una división muy selecta, la 35 destinada a sufrir el peso del ataque. La mandaba el llamado "general Walter" (Karel Swierczewski), de las fuerzas soviéticas, y tenía dos brigadas, una de ellas internacional- la XIV- cuyo jefe era el francés Jules Dumont. La brigada no había cosechado precisamente laureles, pero la nimbaba la aureola de lo extranjero, siempre bien cotizado en España, con razón o sin ella, en guerra y paz. En el bando nacional, la división 75, o de Aviación, mandada por el bilaureado general Varela, se extendía desde el extremo occidental de Somosierra hasta el río Perales, próximo a Brunete. La división tenía dos brigadas, y la I, abarcaba los sectores de La Granja y el Alto del León. Una de las características que debían presidir la operación, era la sorpresa, pero tal sorpresa falló desde el primer momento. Desde el Alto del León resultaba difícil que pasara inadvertida la densa circulación de camiones. No se llevó acertadamente el traslado de las brigadas populares a sus bases de partida. La marcha de aproximación se hizo precipitadamente, algunos batallones hubieron de cubrir cerca de 20 kilómetros por senderos montañosos y escalando abrúptas pendientes, la víspera del dia "D" quedando sumamente fatigados. El 30 de mayo se inicia la ofensiva sin éxito, y la XIV Brigada, de la que tanto se esperaba, apenas logra despegar de sus posiciones. Por la tarde la lucha toma un caríz más enconado, y mientras la posición de Cabeza Grande es atacada con tesón por los carros y la Infantería, queda cortada al Norte, por el fuego la carretera de La Granja a Segovia. El día 31 se incorpora una brigada de reserva. El esfuerzo principal se dirige sobre Cabeza Grande y la cota 1435, que se alzan en las últimas revueltas serranas antes de Segovia. Al amanecer la artillería y la aviación comienzan los combates, siguiendoles a continuación los carros y tras estos la infantería. Catorce horas después se pierden las dos posiciones que son recuperadas para volverse a perder de nuevo. El primero de junio es decisivo. En las primeras horas matutinas, las fuerzas populares de la brigada de reserva, descendiendo de las alturas de la cota 1435, invaden el llano, tratando, a la vez, de ocupar por detrás la cima de Matabueyes. Pero batidas con dureza por la artillería y la aviación y después por una bandera del Tercio y un tabor de Regulares, desisten del empeño. En el informe del "general Walter", dado a las 12,00 horas, se da la noticia de que Cabeza Grande está siendo abandonada, y poco más tarde la cota 1435. Algunos contraataques posteriores, disputadísimos y sangrientos, no alteran la situación.
El 2 de mayo se da la ofensiva por fracasada. (Actualidad Española- La Guerra de España)
FRENTE DE GUADARRAMA Esquiadores en la Guerra Civil Española. El Batallón Alpino del Guadarrama En esta ocasión vamos a conocer un poco la historia de aquellos que combatieron en la sierra del Guadarrama en Madrid dentro del Ejercito del Frente Popular. Quiero aclarar ante todo, que el presente trabajo es un simple resumen de un trabajo excelente realizado por D. Jacinto M. Arévalo y publicado en el Boletín informativo del Grupo de Estudios del Frente de Madrid y algunas aportaciones de usuarios del Foro de Historia Militar “Gran Capitán”. Los inicios del Batallón Alpino del Guadarrama , fueron dobles pues se formaron mas o menos a la vez dos unidades que posteriormente se unirían. La primera en Septiembre de 1936 en la Zona de Cercedilla, donde una serie de jóvenes y aficionados al esquí forman el “Batallón Alpino Juventud” previa autorización de las Juventudes Socialistas Unificadas, que ponen al mando del mismo a Raimundo Calvo y estableciendo su base en un Palacete requisado de la Calle de Velazquez, y como Comisario a Eduardo Muñoz. La presentación tuvo lugar en el Coliseo Pardiñas, con todos los tópicos del momento, incluido un pase de la película Rusa “Los Marinos de Kronstad¨ Una vez formada la primera compañía y tras un pequeño periodo de instrucción militar se trasladan a la sierra, instalando su puesto de mando en la Casa Forestal de los Ingenieros de Montes en las Dehesas de Cercedilla, en lo que fue el restaurante “Casa Cirilo”. A comienzos de Noviembre de 1936 se incorpora la 2 compañía, quedando el Batallón organizado de la siguiente forma: Comandante: Raimundo Calvo Teniente Ayudante: Vicente García Comisario: Eduardo Muñoz. 1ª Compañía: Capitán: Miguel Condes Tenientes: Luis Velazquez, Luis Cos y Miguel Ruiz 2ª Compañía: Capitán, Jesús Velazquez Tenientes, Casildo Fernández, Francisco Sánchez, Germán Largo. La segunda unidad Alpina , y de forma paralela, se formo igualmente a partir de un grupo de aficionados a la montaña y los deportes de invierno y de tendencia comunista, quienes exponen la idea de formar una unidad de esquiadores a partir de los que en ese momento se integraban en el 5º Regimiento. De esta manera se formaría el denominado “Batallón Alpino del 5º Regimiento” con sede en la calle Gaztambide de Madrid, y al mando del mismo se designa al Capitán de Milicias Joaquín Rodríguez López, de profesión mecánico de maquinas de escribir afiliado a la UGT , pero también uno de los mas entusiastas miembros del Montañismo Madrileño. Para Comisario Político se designa a Teogenes Díaz Gabín, comunista y a la vez veterano montañero. Una vez uniformada y equipada esta primera compañía sube al puerto de
Navacerrada el 14 de Octubre de 1936 , instalándose en el chalet de la Sociedad Española de Alpinismo Peñalara y en el chalet del Club Alpino Español en el cercano puerto de Cotos y con los siguientes mandos: Capitán: Luis Balaguer Comisario: Vicente Olmos Tenientes: Francisco Molina, Alejandro Gutiérrez, y Luis Guillón. Mientras tanto una segunda compañía del 5º Regimiento seguía en el cuartel de Gaztambide la instrucción, aun así entraran antes en combate que sus compañeros de la primera. La situación de Madrid estaba tan apurada que son trasladados a primera línea del frente en la Ciudad Universitaria, teniendo las primeras bajas en combate del batallón. El 17 de Noviembre de 1936 , con la cosa algo mas tranquila, la compañía es trasladada a Navacerrada uniéndose con la primera y alojándose en el Centro Militar de Montaña. Sus mandos fueron: Capitán: Santiago Aguado Comisario: Jacinto Barrios Tenientes, Miguel Arribas, José Pérez, Ernesto Matesanz. A ambos batallones, rápidamente se alistarían deportistas de casi todos los clubs de montaña y esquí de Madrid: Peñalara, Alpino Español, Sociedad Deportiva Excursionista de Salud y Cultura y otro muchos de menor relevancia. A primeros de diciembre de 1936 se produce la fusión de ambos batallones, pasando a denominarse “Batallón Alpino” siendo la 1ª y 2ª compañías las provenientes del 5º Regimiento y las de las Juventudes Socialistas la 3ª y 4ª. El comandante Jefe será Raimundo Calvo. A primeros de Enero de 1937 se formo la 5ª compañía con pobladores de la sierra que habían huido de sus casas en julio al quedar en zona nacional, quedando al mando del Capitán Alejandro Gutiérrez. A primeros de Septiembre del 37 se completa la 6º compañía de fusileros, al mando del Capitán Ambrosio Tiedra en base a nuevos reclutas y reclamando de otras unidades al personal con conocimientos de montañismo. Para el “Batallón Alpino” , el mando del Ejercito Popular no tenia previsto su entrada en combate de forma masiva, pues su alta especialización para aquella época los hacia imprescindibles para vigilar y controlar una amplia extensión de terreno, aunque claro esta, si tenían que entrar en acción lo harían. Sus misiones fueron principalmente las de vigilancia del enemigo mediante patrullas continuas y el control de los pasos de la sierra. Para ello se organizan por compañías completas que se relevarían cada diez o quince días en las posiciones de montaña y donde pernoctan en las pocas cabañas de pastores existentes o en refugios construidos por ellos mismos, pasando los de descanso a zonas de retaguardia en el Puerto de Navacerrada o bien de permiso en los pueblos mas bajos, casi siempre en Cercedilla. Ese primer invierno de fue bastante tranquilo, y al igual que pasara con las unidades del pirineo, los encuentros con esquiadores enemigos fueros casi anecdóticos y tras algunos disparos todos vuelven a sus posiciones. Durante el verano de 1936 los esquiadores participarían apoyando a otras unidades en las distintas acciones que se desarrollarían en las zonas próximas . Poco después y en consecuencia con la organización del Ejercito Popular, que
intentaba una homogeneidad de unidades, y al igual que hizo con los batallones de montaña del Pirineo y de las unidades alpinas Astur-Leonesas y Andalucía, el “Batallón Alpino” pasa a denominarse “Batallón de Montaña del Ejercito del Centro” . Ese verano, y como consecuencia del relevo de mando al frente del Batallón, fue la única vez en que se realiza una formación al completo Fue el 1 de Septiembre de 1937 en el Monasterio del Paular, toma el mando el hasta entonces Capitán de la 1º Compañía, Alejandro Gutiérrez Rivera, y están presentes en el acto las seis compañías de esquiadores y las unidades anejas: Unidad Sanitaria, Cuerpo de Tren y Combate, Transmisiones y Plana Mayor. El 13 de Diciembre se 1937 las compañías vuelven a patrullar por los puertos, ampliando a los ya citados de Navacerrada y Cotos, los de Reventón y Malagosto, así como los sectores de Fuenfria y Peñalara, Las patrullas se amplían, llegando a puntos que se encontraban incluso por detrás de las líneas enemigas como fue el caso de La Atalaya, al norte de La Granja y todo ello gracias al trabajo realizado en el verano donde se prepararon refugios y se almaceno comida y leña. La libertad que les daba el inmenso terreno nevado, les dio una confianza que a la larga les resulto fatal. En diciembre del 37 la distribución del “Batallón Alpino” por la Sierra del Guadarrama era la siguiente: 1ª Compañía y Compañía de Ametralladoras: km.30 carretera de la Granja, la Camorca y alrededores. 2ª Compañía: Dehesas de Cercedilla, Peña Águila y La Peñota. 3ª Compañía: Fuenfria, Montón de Trigo y Cerro Minguete. 4ª Compañía: Peña Citores, Peñalara y Puerto de los Cotos. 5ª Compañía: Navacerrada y Guarramillas. Se relevaba cada 15 días con la 1ª Compañía 6ª Compañía, Malagosto, el Reventón y Parache. Los efectivos ascendían a 35 Oficiales, 58 Suboficiales, y 774 de Tropa, con el siguiente armamento: 565 Fusiles 19 Fusa 10 Ametralladoras 25 Pistolas 12 Lanzabombas. Una de las patrullas habituales en busca de información se hacia desde el Puerto de Malagosto hasta las proximidades del Pico y Puerto del Nevero, pero la rutina y el exceso de confianza hizo que la patrulla se realizase todos los días por la tarde y a la misma hora. Conocedores de esto, el 7 de febrero de 1938 , la patrulla cae en una emboscada por parte de dos secciones de esquiadores del Ejercito Nacional en las inmediaciones del Pico del Nevero, muere un soldado y otros dos resultan heridos, mientras la patrulla consigue evadirse y bajar a Rascafria, llevando a hombros a los heridos. Este fue uno de los pocos combates que se produjeron entre esquiadores de ambos bandos. En Marzo de 1938 , concretamente en la noche del 8 al 9, se inicio por parte del Ejercito Nacional la ofensiva que termino con la ocupación de los Puertos de Malgosto, Flecha y Reventón. Durante esos primeros días se sucederían los
duros combates entre ambos bandos, dando como resultado la perdida de la mayor parte de la Sierra del Guadarrama por parte del Ejercito Popular. Este hecho hace que el mando de ese Sector, se plantee destinar a los esquiadores que han sobrevivido a ocupar posiciones que pudieran ser de mas interés estratégico, como son las lomas cercanas a Valsain y la Granja. A partir de ese momento los esquiadores se dedicarían casi exclusivamente a efectuar algunas patrullas de información y pequeños golpes de mano durante el resto del verano y hasta el final de la Guerra. Los últimos mandos del Batallón en Marzo del 39 : Mayor Jefe, Jesús Velazquez Rubio Comisario, Pablo Aparicio. 1ª Compañía: Teniente Crescencio Montenegro 2ª Compañía: Capitán José Pérez Leatherdale 3ª Compañía: Capitán Vicente García 4ª Compañía: Capitán Ricardo Palacios, 5ª Compañía: Teniente Victoriano Rodríguez 6ª Compañía: Capitán Ambrosio Tiedra Cia Ametralladoras: Capitán José Liaño. El 28 de Marzo de 1939 . se recibió la ultima orden en el Batallón, para ser cumplida al día siguiente 29 de marzo, recoger el armamento y equipo para marchar a Cercedilla y entregarlo en la plaza de dicha localidad al Ejercito Nacional, luego disolverse. Pero unos cuantos miembros de dicho batallo, decidieron no obedecer esta ultima orden, tiraron las armas y granadas al río Eresma y emprendieron la marcha a pie hacia Madrid. Años después y a raíz de un encuentro casual de algunos de sus miembros, decidieron reunirse periódicamente, actividad que a pesar de los casi setenta años transcurridos se sigue haciendo
Material y uniformidad del “Batallón Alpino” Al principio se utilizo el material de esquí y escalada propiedad de los propios milicianos o el existente en los clubs de montaña y tiendas especializadas de Madrid. También el que se encontraba en el centro de Instrucción Militar de Montaña de Navacerrada. Hasta mediados del 37 no llego a la unidad un gran envío de botas y esquís fabricados en Cataluña, con lo que se pudo homogenizar este material. Los esquís en los comienzos de la unidad fueron de muy diversas marcas, tanto nacionales, en madera de fresno, como extranjeras, por lo general
fabricados en hickory, de mucha mejor calidad pero muy caros. Fabricados de una sola pieza de madera con fijación metálica por correas al talón de la bota. Las botas eran de cuero resistente, suela lisa y caña media, con dos laminas metálicas a los lados para ajustarlas en las fijaciones de los esquís. El primer uniforme técnico en el invierno de 1936 consistía en: Ropa Interior : Camiseta y calzoncillos de punto de lana fina. Camiseta de tejido corriente Jersey holgado de lana gruesa 2 Pares de calcetines: unos de lana fina y sobrepuestos, otros de lana gruesa Ropa exterior : Pantalón de paño recio amplio. Blusa larga con capuchón impermeable al agua y al aire( tipo anorak Noruego), confeccionada con tela de avión o en su defecto con cualquier tela fina una vez impermeabilizada. Gorro con protección del frente y las orejas. Guantes corrientes de lana fina, sobre ellos manoplas con 3 dediles ( para poder utilizar el fusil) Botas impermeabilizadas. Este uniforme era en loneta blanca, aunque también se uso otro modelo, de una sola pieza tipo mono. En los primeros meses de 1937 mejoro mucho la uniformidad y el equipo, con gorros de lana gruesa parecidos a los rusos y chaquetones fabricados con tela de avión .Para los veranos, muy calurosos en la Sierra, se usaba la uniformidad típica de Infantería, con el añadido de unos pantalones cortos por el día, cambiando por las tardes y noche, mucho mas frescas, a uno largo muy amplio de tejidos ligeros abrochado bajo el tobillo. Camisa, jersey de lana, capote y gorra tipo Noruega completaban la uniformidad de verano. La bota era diferente de la de esquiar, de cuero mas ligero y con la suela con tachuelas metálicas, usándose también las tradicionales abarcas con suela de goma de camión. En el invierno del 37 , el uniforme Blanco vario. El anorak paso a un modelo mas largo y de mejor calidad, hasta la mitad del muslo, de tejido mas impermeable y resistente. La mochila paso a ser del tipo “Bergmann” con armadura metálica, algo pesada pero resistente. En El Batallón Alpino del Guadarrama, de Jacinto Arévalo Molina, se cuenta como establecieron una tregua por su cuenta los alpinos de Peña Cabra con los requetés del Nevero. Acudieron a tierra de nadie dos por lado, intercambiando palabras y cosillas. Los alpinos de una posición cercana empezaron a recibir en vez de los veinte habituales, cuarenta proyectiles artilleros diarios. Tras descubrirse el pastel, los de Peña Cabra fueron obligados a atacar el Nevero, lo que hicieron con poco entusiasmo y previo aviso.
No obstante, desde entonces eran los de Peña Cabra los que recibían los cuarenta proyectiles.
DIFERENTES ARTICULOS SOBRE LOS RECORRIDOS DE FORTIFICACIONES POR LA ZONA DE COTOS-PEÑALARA-PEÑA CITORES-NEVERO-PEÑACABRA POR LAS REMOTAS CUMBRES DEL NEVERO Y PEÑACABRA- ALFREDO MERINO - LOZOYA DEL VALLE. ARTICULO Huyendo de los calores mesetarios, muchos madrileños aprovechan los fines de semana para esconderse entre las alturas que rodean el puerto de Navafría. En la penumbra de sus cerrados bosques el murmullo de las fuentes adormece a quien busca el descanso por estos parajes. También es lugar este alto collado donde se inician ilustres excursiones que tienen el añadido de transitar por parajes escasamente visitados. Es el caso de la cuerda que transcurre entre el Alto del Puerto y Peñacabra. Sucesión de desnudas eminencias que no descienden ni un momento de los 2.000 metros de altitud. Desde el cartel que señala la altura del puerto (1.773 metros), se inicia hacia el oeste la excursión, junto a una cerca de espino que trepa ladera arriba. Hay que buscar el momento de pasarla cuanto antes. El mejor lugar para hacerlo está a la altura del segundo hito de piedra. Desde allí, hay que continuar por el marcado cortafuegos que asciende recto por la ladera, junto a la citada alambrada. Se trata del más esforzado y duro de la excursión, pues salva sin descanso alguno un desnivel superior a los 300 metros. De piedra suelta, tal vez lo único bueno que tiene es que, debido a su inclinación, termina enseguida. En su parte alta, comienza a clarear el pinar, hasta que, al tiempo que se suaviza la cuesta, éste desaparece casi por completo. Prosigue ahora el recorrido por una suave loma a cuyos dos lados se vislumbran importantes precipicios. A la izquierda, la profunda oquedad del Hoyo Grande, que se prolonga en su parte cimera por unos verdosos y verticales paredones, justo hasta la misma cumbre del Alto del Puerto, a 2.100 metros de altitud. Al final de la loma, el sendero solventa el paso entre las rocas cimeras con unos sucesivos zigzages que desembocan en el punto más alto. Debe proseguirse a partir de este momento toda la línea de cumbres, habiendo quedado definitivamente atrás la parte más exigente de la travesía. A ratos, el sendero se vuelve borroso o incluso se extingue. Pero no existen dificultades para proseguir la ruta. Esto es así en días despejados. En caso de aparecer la niebla, es más que prudente darse la vuelta, para evitar extraviarse en un terreno en el que no abundan las referencias. Un breve descenso desemboca al pie de una eminencia sin nombre, (Peña Cuervo?) tras la cual otra bajada conduce al collado situado al pie del Nevero. Se transita junto a abandonadas vallas de blanquecinos troncos que parecen huesos descarnados clavados entre las piedras. También aparecen restos de trincheras y alambradas de la Guerra Civil y desconocidos apriscos de piedra negra donde en otro tiempo se resguardaban los ganados. Casi sin darse cuenta finaliza la desnuda loma en el gigantesco vértice geodésico que culmina el Nevero. A su derredor proliferan nuevas ruinas entre las que sopla el viento. Escondidos entre las más resguardadas, una pareja de veteranos excursionistas se protege de la ventolina. «¡Cómo sopla siempre por estos cerros!», espeta el caminante. «Y que lo diga», contestan, al tiempo que le ofrecen un trago de su curtida bota. La mole del pico se prolonga en todas direcciones. Rumbo al oeste comienza un descenso entre piornos que ocultan los restos de vallas. El collado del Parrinoso es el punto más bajo de toda la cuerda, exactamente 2.092 metros. Tras el mismo, la cumbre de idéntico nombre es un destacado mirador desde el que se contemplan los abismos que hacia el sur se abren desde todo este cordal. Son viejos paredones abiertos en mil y una grietas, con bloques milagrosamente colgados sobre el vacío. Las paredes del Nevero descienden de un tajo hasta un gigantesco escalón donde se asientan los hoyos de Pinilla, minúsculas lagunas de origen glaciar. Escondido entre los pliegues de la montaña aún perdura el nevero que da nombre a la montaña. Tras recorrer la alta planicie, un pequeño collado es el paso previo para alcanzar la cumbre de Peñacabra. A sus pies se descubren los interminables barrancos de la Sabuca y Los Pelaos. Para el viaje
de retorno sólo queda dejarse empujar por el viento incansable que peina los ralos hierbajos
EXCURSIONES DE LA GUERRA CIVIL POR LA SIERRA DE GUADARRAMA Pto. Cotos - Peña Citores - Trinchera - Peñalara Distancia: 11,600 m Desnivel: 589m Tiempo de marcha 4 horas y cuarenta y cinco minutos sin incluir paradas Cartografía: Mapa Sierra de Guadarrama de Comienza esta ruta en el Puerto de los Cotos, desde él nos dirigiremos hacia el Club Alpino Español, tras él pasaremos junto al Mirador de Lucio. En un poste vemos un cartel que indica hacia la derecha Pico Peñalara y Mirador Zabala, en este punto cruzamos la valla de madera que allí hay hacia la izquierda. Siguiendo las señales amarillas que hay en el recorrido, llegaremos en cuarenta y cinco minutos escasos al collado que hay entre Peña Citores y Aquí se encuentra de los Pájaros. Un poco a nuestra izquierda vemos una construcción de piedra parecida a un cercado, hacia ella nos dirigimos. Se trata de la denominada Posición Intermedia ocupada en el verano de 1937 por la 31ª Brigada Mixta y a partir del invierno de ese mismo año por el Batallón Alpino. Cincuenta minutos desde el inicio. Continuamos ahora hacia Peña Citores, desde allí caminando diez minutos hacia el norte llegamos junto a una trinchera de doble pared, por debajo de esta vemos una posición a modo de fortín adelantado hacia el que nos dirigimos. Desde él perdemos un poco de altura hasta alcanzar una largísima trinchera que recorre la ladera norte de Peña Citores, la oeste de Dos Hermanas y Peñalara, entre las cotas 2.100 y 2.200 hasta alcanzar el Cerro de Majada Hambrienta desde donde pierde altura hacia la pradera del mismo nombre situada muy cerca del Chozo Aranguez. Desde el punto en el que la hemos alcanzado continuamos hacia la derecha, en quince minutos cruzamos la vaguada que forma el arroyo de Dos Hermanas, cruzado éste tenemos por delante un pequeño tramo que esta muy invadido por la vegetación y que dificulta el paso pero superado este pequeño escollo no hay ningún problema. En media hora cruzamos el arroyo de las Quebradas, nada mas hacerlo la trinchera se divide en dos, seguimos el trazado de la que queda a nuestra derecha. Dos horas y cuarto desde el inicio. Más tarde se vuelven a unir de nuevo. En un cuarto de hora alcanzamos el Cerro de Majada Hambrienta, punto en el que hay restos de puestos de vigilancia. Seguimos desde aquí cinco minutos más hasta que la trinchera empieza a perder altura de forma acusada hacia de Majada Hambrienta, punto en el que la abandonamos para dirigirnos hacia el este, remontando la loma alcanzaremos la cumbre de Peñalara en media hora. Punto en el que también encontraremos restos de edificios y parapetos que formaban la posición Peñalara, ocupada en verano o cuando no la cubrían las nieves. Tres horas desde el inicio. Tras un descanso emprendemos el camino de regreso a Cotos, para lo cual descendemos hacia el suroeste veinticinco minutos hasta alcanzar la zona, a la altura de , en la que se forma la cornisa de nieve en invierno. En este punto abandonamos el cordal y perdemos altura en oblicuo hacia de , ya en la canal perdemos altura de forma más brusca hasta alcanzar Veinticinco minutos de descenso.
Cuatro horas desde el inicio. En media hora desde la laguna y siguiendo el PR-M-SG-15 alcanzaremos el Cobertizo del Deposito, punto en el que salimos a una ancha pista por la que continuamos perdiendo altura para en tan solo diez minutos llegar de nuevo al Puerto de los Cotos. Datos GPS Distancia recorrida: 11,600 m Tiempo en movimiento: 4h 46' Tiempo parado: 13' Tiempo total empleado: 4h 59' Velocidad media en movimiento : 2,60 Kmh. Velocidad media total : 2,52 Kmh. Altitud mínima: 1830 m Altitud máxima: 2428m Desnivel acumulado: 977m SENDA DEL BATALLON ALPINO-EXCURSIONES Y SENDERISMO.pagina web de montaña Todos los jueves, en un café de la madrileña calle del Príncipe, diez hombres que rondan los 90 años de edad se reúnen para recordar los tres peores inviernos que nadie haya pasado jamás en la sierra de Guadarrama. Son quizá los últimos supervivientes de aquel Batallón Alpino que fue organizado en septiembre de 1936 por el Partido Comunista para mantener a raya desde las cimas más altas de Madrid a las fuerzas rebeldes acantonadas en (Segovia). Esto es lo que uno de esos viejos leales, don Miguel Oronoz, nos ha contado. Formaban el batallón miembros de las sociedades Deportiva Excursionista y Peñalara, de extracción más humilde e ideario más puro y gineriano que el elitista Club Alpino Español: montañeros audaces como Teógenes Díaz o Ángel Tresaco, campeones de esquí como Luis Balaguer o Manolo Pina. A mediados del 37, al unírsele el Batallón Juventud –de filiación socialista–, llegaría a contar con un total de seis compañías y unos 600 hombres para cubrir un frente de , desde la peña del Cuervo, cerca del puerto de Guadarrama, hasta Peñalacabra, junto al de Navafría. Ellos abrieron desde el puerto de Cotos () la senda del Batallón Alpino para abastecer las posiciones de Peña Cítores (2.180), Dos Hermanas (2.285) y Peñalara (2.428), que eran con diferencia las más duras del frente. No es que hubiera mucha acción –en realidad, este sector se mantuvo inalterado durante toda la guerra–, pero nieve toda la del mundo, y así don Miguel tiembla aún al recordar aquel grueso chaquetón que se trajo de Moscú para el que más lo necesitara en España, y cómo aquellos cientos de hombres, elegidos por sus sabañones, decidieron libremente que sirviera como puerta en uno de los míseros chozos donde pasaban las gélidas noches peñalaras. Ni que decir tiene que un regalo como ése, en otro ejército, hubiera seguido el conducto reglamentario hasta acabar en el guardarropa de un general. Dicha senda nace junto al albergue del Club Alpino Español –lo cual no deja de ser una paradoja, por lo que antes dijimos–, que es el edificio situado a más altura en el puerto de Cotos. En la esquina superior derecha de este viejo chalé de piedra, veremos un letrero que indica: “Pico Peñalara, Mirador Zabala”. Y siguiendo la empinada trocha como cosa de cien metros, una bifurcación: a la derecha, se desvía un ramal que culebrea monte arriba junto al alargado calvero por el que discurría la línea del telesilla Zabala, desmantelado por de Medio Ambiente tras adquirir los
terrenos de la estación de esquí de Valcotos en 1998 –una batalla ganada por todos los amantes de la naturaleza–; mientras que a la izquierda, señalizada con borrosos círculos amarillos, continúa su ascenso la senda del Batallón Alpino rumbo a Peña Cítores. En una hora, al poco de dejar la sombra del pinar por la solana fragante del piornal, alcanzaremos un collado raso coronado por una posición fortificada circular, del tamaño de una plaza de toros, sita a caballo entre Peña Cítores –a nuestra izquierda– y Dos Hermanas –a la diestra–, desde donde se atalayan las más altas cumbres de la sierra: desde Peñalara hasta , pasando por Cabezas de Hierro, las Guarramillas, Siete Picos, Montón de Trigo... La misma trocha que pasa junto a esta defensa nos conducirá en un periquete hasta otra que se asoma a la ladera norte de Peña Cítores, y que está formada por dos muros paralelos de tosca mampostería de más de un metro de espesor, con vistas a Valsaín y su pinar, y todas las tierras de pan llevar de Segovia. Pero, mucho más que el panorama, impresiona el tiempo detenido: los parapetos intactos y las heridas en la tierra que ni el piorno, ni el enebro, ni el cervuno han querido borrar después de 61 años de paz, casi como si la montaña fuera consciente de que, en un café de la madrileña calle del Príncipe, diez hombres aún recuerdan. . GUERRA CIVIL EN DE GUADARRAMA-pagina web de la pinilla Madrid ha sido el paso natural hacia el sur de la península, la última gran barrera. Durante fue la "tierra de nadie" , una zona donde las incursiones moras o cristianas eran constantes. En la invasión francesa también suponía un obstáculo grande, y aunque los entonces reyes de España habían permitido el paso de las tropas de Napoleón, hay constancia de guerrillas y por supuesto de los famosos bandoleros madrileños. En la guerra civil se manifestó de nuevo el papel de como obstáculo estabilizándose en ella parcialmente los frentes de batalla. En el primer tercio del siglo XX se había planteado ya el cambio de funcionalidad del espacio serrano, con el cambio implícito de la economía tradicional y la irrupción de múltiples demandas emanadas de la ciudad, bastante contradictorias y con efectos diferenciados. La guerra en supuso que muchos de los alpinistas que años atrás habían creado clubes de montaña optaran por participar en el conflicto en esas montañas que tanto amaban. Así se formó, en el bando republicano, el Batallón Alpino, que después pasó a ser el Primer Batallón de Montaña, al que le correspondió el sector del Guadarrama. A lo largo del conflicto no se dieron grandes batallas en , salvo en la zona de sí hubo escaramuzas, y muchas. en líneas generales Según el libro "Memorias del Guadarrama", de Julio Vías, "durante los primeros días de la guerra, tras los sangrientos combates de julio y agosto de 1936, los importantes pasos del Alto del León y Somosiera habían quedado en poder del Ejército Nacional del Norte. Los Puertos de , Navacerrada y Cotos fueron ocupados por las milicias republicanas en las primeras horas del levantamiento militar del 18 de julio. Dichos puertos apenas registraron combates, mientras que en el Puerto de Navafría (al que se sube por Lozoya), tras varias semanas
de lucha que costaron muchas bajas en ambos bandos, el 16 de septiembre tropas nacioanles al mando del comandante Rada ocuparon el paso y las cumbres del Nevero y del Reajo Capón que lo flanquean. A finales de ese mismo mes, el largo frente del Guadarrama, ya estabilizado y tranquilo, se preparaba para afrontar casi 3 años de guerra de posiciones bajo las durísimas condiciones del invierno en las cumbres. El Batallón Alpino Organizado en agosto de 1936 y formado desde un principio por 7 compañías que totalizaban alrededor de un millar de personas. Su misión era cubrir el dilatado frente de casi de cumbres, la mayor parte por encima de los dos mil metros de altitud, que se extienden desde de , al levante del puerto de Navafría, hasta la cima de , ya cerca del Alto del León. Adiestrados para la guerra de Alta Montaña y equipados con uniformes rusos de esquiador, los combatientes del batallón debían guardar las posiciones republicanas en lo alto de la sierra desde septiembre hasta mayo, siendo después relevados por tropas convencionales de la 28ª y 29ª Brigadas. Casi todos eran jóvenes deportistas voluntarios miembros de las sociedades alpinas madrileñas vinculadas al Guadarrama, o lugareños de los pueblos de Rascafría, Lozoya, Navacerrada o Valsaín, que se destacaban por su gran conocimiento del territorio serrano. A mediados de septiembre los primeros efectivos fueron desplegados por las alturas del puerto de Navacerrada, donde quedaron establecidos el mando y las dependencias del batallón en el Hotel Victoria, junto a la estación del ferrocarril. La tranquilidad del frente durante el primer invierno de la guerra permitió a los mandos republicanos convertir las laderas del puerto en un improvisado campo de instrucción, donde a marchas forzadas, los oficiales instructores, en su mayor parte procedentes del Club Alpino Español y de Alpinismo Peñalara, adiestraban en la práctica del esquí a los voluntarios de los pueblos, muchos de los cuales no habían visto unas tablas en su vida. El Frente de A excepción de la ofensiva republicana hacia Segovia de mayo de 1937 en la que el Batallón Alpino tuvo encomendado el ataque a posiciones nacionales de del Nevero, fue por lo general bastante tranquilo. Sin embargo, a lo largo de toda la guerra se llevaron a cabo algunas rectificaciones de líneas que trajeron consigo frecuentes escaramuzas y, en ocasiones, audaces golpes de mano en los que pequeñas patrullas de esquiadores formadas por cinco o seis hombres armados con fusiles y ametralladoras, recorrían las cumbres en misiones de vigilancia o distracción del enemigo. Uno de los episodios de esta guerra de emboscadas que nunca registraron los libros de historia pero que tiñeron de sangre las cumbres del Guadarrama, tuvo lugar en la madrugada del 10 de marzo de 1938, cuando tres compañías nacionales de requetés, que habían ascendido por las laderas segovianas del Puerto del Reventón, convenientemente atados con trapos los cascos de los caballos para evitar cualquier ruido, sorprendieron a una sección de treinta esquiadores republicanos. En el tiroteo que se produjo en lo alto del puerto cayeron muertos doce soldados del Batallón Alpino y el resto hubo de huir a Rascafría. Este ataque era parte de un intento nacional de desalojar a las tropas republicanas de sus trincheras entre Peñacabra y Peñalara, pero un contraataque de los esquiadores impidió que cayeran más posiciones, aparte de la referida del Reventón y el puerto de Malagosto,
que ya no se recuperaron. Pero mucho peor que las luchas fueron las extremas condiciones climatológicas que hubieron de soportar las tropas del batallón que, durante todo el invierno, permanecían refugiadas en simples abrigos excavados en el suelo y enterrados en la nieve, mientras que en el exterior temperaturas de veinte grados bajo cero "mataban de frío a los mulos". LIBRO DE DOMINGO PLIEGO-CAMINANDO POR LOS ESCENARIOS DE CIVIL.EDITORIAL DESNIVEL "El primer Batallón Alpino que hubo en la sierra de Guadarrama, formado por las compañías 1ª y 2ª, se organizó en los meses de agosto a octubre de 1936, como parte del 5º Regimiento, creado por el Partido Comunista, con Enrique Castro y Carlos Contreras al frente (Vittore Vidali, el comandante Carlos, introdujo los comisarios políticos en el 5º Regimiento). Posteriormente, las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) formaron las compañías 3ª y 4ª, a las que se añadiría después otra más, la 5ª, los leñadores de Valsaín, fusionándose después todas ellas en un único batallón Alpino: Primer Batallón Alpino: 1ª y 2ª compañías de infantería procedentes del 5º Regimiento. Segundo Batallón Alpino: 3ª y 4ª compañías de infantería formadas por las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Este Batallón se conocía por el nombre de Batallón Alpino Juventud. En el puerto de los Cotos hubo una 5ª compañía de infantería, formada por un grupo de leñadores de Valsaín que tenían por costumbre bajar a dormir al pueblo con sus mujeres, aunque estaba en zona enemiga, hábito que perduró hasta ser descubierto por las tropas franquistas. Hubo también una 6ª compañía que se formó después, pero que enseguida se integraría con las demás en un único Batallón Alpino. Esta compañía estaba formada por el grupo de ametralladoras (dos máquinas en cada compañía), un cuerpo de tren mixto de camiones y mulos (Tren Hipomóvil), y servicios de transmisiones, intendencia y sanidad. Cada compañía tenía tres secciones de 30 hombres; cada sección tenía dos pelotones; cada pelotón tres escuadras, formada cada una por un cabo y cuatro soldados. En total, un capitán, tres tenientes, seis sargentos, 18 cabos y 72 soldados, sin contar ametralladoras, transmisiones, sanidad, etcétera. Hubo también una sección de esquiadores en el puerto del Reventón y otra en el de Malagosto. En total, el Batallón Alpino formado por la unión de todas estas compañías llegó a contar con más de 800 hombres. Al principio de la guerra, las 4ª y 5ª compañías de guardias de asalto cubrían la zona desde el Eresma, por Siete Revueltas, hasta Peñalara y el Malagosto. En verano eran reforzados por 31, pero pronto se organizó el Batallón Alpino, que cubriría gran parte de la sierra. Este batallón dependía de la 2ª División, que cubría el frente de la sierra desde El Escorial al valle del Lozoya, que a su vez era parte del Primer Cuerpo del Ejército del Centro. El Batallón Alpino era llamado el de “los guardabosques”. Al pasar las milicias a ser parte del ejército Popular Regular, se cambió el nombre de Batallón Alpino por el de Batallón de Montaña nº1, aunque siempre fue conocido como el Batallón Alpino. Durante la guerra hubo también otro Batallón Alpino en Huesca. El Batallón Alpino cubría, en líneas generales, más de treinta kilómetros del cordal principal de la sierra, desde Peñalacabra, y Majaelperro, al SO del Nevero, al Malagosto, las Calderuelas, , el Reventón, Cerro Morete, puerto de los Neveros, Claveles, Peñalara, Peña Citores, puerto de los Cotos, Puente , , Camorquilla, Navalpinganillo, Las Guarramillas, puerto de Navacerrada, Siete Picos, Collado Ventoso, Puerto de , collado de Marichiva, Peña el Águila, collado de Cerromalejo y la Peñota. Domingo Pliego en “Caminando por los escenarios de ”, Desnivel 2009, pgs. 94-95
La batalla de la Granja “Si ya hemos visitado el cerro del Puerco, subiendo desde Valsaín al collado de de la Cruz de la Gallega podemos hacernos una idea bastante completa del terreno en el que tuvo lugar buena parte de la batalla de la Granja en la que perecieron más de 2.500 hombres en los tres días que duró. Durante la guerra no existían el embalse de Puente Alta, cercano a Revenga, ni el del Pontón, junto a la Granja , por lo que el aspecto del paisaje era distinto del actual. Las fortificaciones y trincheras nacionales del cerro del Puerco, de Valsaín y de la Cruz de la Gallega impedían bajar a los republicanos desde el puerto de Navacerrada por el valle de Valsaín. Las situadas en la avanzadilla de la Cruz de la Gallega, Cabeza Gatos y Cabeza Grande defendían el paso por el collado de del Rey contra posibles fuerzas procedentes de la Fuenfría. Domingo Pliego en “Caminando por los escenarios de ”, Desnivel 2009, pgs. 125-126 . El siguiente relato sobre la batalla de (extraído del libro de Domingo Pliego) tuvo lugar en 1937, en las laderas de nuestras montañas del Guadarrama, “El domingo 30 de mayo de 1937, muy temprano, mientras se llevaba a cabo un fuerte ataque de distracción sobre Cabeza Líjar, se inició la ofensiva hacia Segovia. Desde el puerto de la Fuenfría bajaron hacia la Camorca las brigadas 21 y 69, apoyadas por la aviación y los tanques; la Brigada 69 se dirigió hacia Revenga por el Bardal, y la Brigada 21 avanzó hacia la Nava del Rey por el Berrueco y hacia Valsaín por los Cuatro Caminos. Las alturas de Cabeza Gatos y Cabeza Grande estaban ocupadas por 318 hombres de la 1ª Brigada de la 75 División de las tropas nacionalistas. Simultáneamente la XIV Brigada Internacional avanzaba hacia la Granja desde el puerto de Navacerrada, llegó a las puertas de Valsaín, encontrando también fuerte resistencia, y, batida desde el puerto de Navacerrada llegó a las puertas de Valsaín, encontrando también fuerte resistencia y batida desde la Cruz de la Gallega y el Cerro del Puerco, quedó detenida sin alcanzar la pradera de Navalhorno. La Brigada 31 bajó desde el Reventón, rodeó la Granja por el flanco derecho, tomó posiciones en la Pedrona y en las cotas 1.400, al norte del Chorro Grande, y consiguió llegar hasta la carretera de Torrecabaleros. El 31 de mayo, las brigadas 69 y 21 conquistaron la cima de Cabeza Grande, replegándose los nacionales hacia Segovia, pero encontraron fuerte resistencia enemiga al intentar ocupar las alturas de Matabueyes, y la batalla se prolongó. El 1 de junio,la Brigada 21 descendió de Cabeza Gatos hacia la Casona y el Rancho de Santillana, un par de kilómetros al norte, intentando rodear el Matabueyes para cortar la carretera de la Granja , pero, tras encontrar fuerte resistencia, batidos por la artillería, la aviación y los legionarios del general Varela, reforzados por los V y VI Tabor de Regulares de Melilla, tiradores de Ifni, falangistas y dos banderas del Tercio, los brigadistas se vieron forzados a retirarse, volviendo a sus posiciones en Cabeza Gatos y, poco después, a las de origen del ataque. El miércoles día 2 se hizo un nuevo intento para tomar las alturas de Cabeza Grande y Matabueyes, pero tras dura lucha y sufrir grandes pérdidas, tuvieron que abandonar, iniciando el repliegue al
anochecer. Las bajas fueron numerosas en ambos bandos, contabilizándose más de 1.200 en el lado republicano y más de 1.000 en el nacional. El 3 de junio, sin haber conseguido avanzar, se consideró fracasado el intento de conquistar la Granja y Segovia, dándose la orden de retirada. La Brigada 31 mantendría la línea de fuego al este de la Granja , sobre los crestones del camino del Reventón, antes de retirarse por el Reventón hacia Rascafría, la Brigada XIV ocuparía posiciones a ambos lados DEL KILOMETRO 32 de la carretera de Navacerrada a la Granja, y las Brigadas 69 y 21 volverían a las posiciones del Berrueco, retirándose poco a poco hasta la línea de la Pinareja a la Camorca , casa de la Fuenfría y casa de la Pesca. Durante estas operaciones, los puestos de mando del ejército republicano estuvieron situados en Las Guarramillas, en el kilómetro 28 de la carretera de Villalba a la Granja y en el puerto del Reventón. Además, hubo otro puesto de mando en la peña del Cuervo, para la maniobra de distracción sobre el Alto del León. También hubo observatorios en Matalafuente, la Peñota, la Pinareja, y Peña Citores, emplazamientos de artillería en el Reventón, Peña Citores, puerto de los Cotos, puerto de Navacerrada,,la Camorca , Peña del Cuervo y la Salamanca. Domingo Pliego en “Caminando por los escenarios de ”, Desnivel 2009, pgs. 92-93 Que el baño de sangre que sufrieron nuestros montes, no se repita jamás. Por aquí hay muchos restos, refugios, trincheras, búnqueres, observatorios, pozos de tirador, construcciones de piedra, hormigón prefabricado, moldes para las troneras... A veces no nos damos cuenta de que todo esto conlleva mucha muerte y mucho sufrimiento por detrás. Quedan los restos, borrados por el paso de los años. Por eso comentaba los cerca de 2.500 muertos en tres días, en la batalla de la Granja , algo real pero dificil de imaginar en estos momentos. Se dice pronto 2.500 muertos en tres días!!! Que el baño de sangre que sufrieron nuestros montes, no se repita jamás. LO QUE ESPAÑA DEJÓ EN LAS MONTAÑAS. . Artículo enviado por Silvia. Las consecuencias las conocemos todos: muerte, dolor, desesperación, aislamiento con el exterior... Murieron más personas ejecutadas en la retaguardia que en el frente: numerosos civiles en los bombardeos, por el hambre, la enfermedad, asesinados... La vida de muchos quedó destrozada para siempre. Por las calles, campando a sus anchas, se paseaban el terror, la pobreza, tanto física como cultural, y la impunidad, la cual ha llegado hasta nuestros días. Y hasta nuestros días han llegado también los restos “arquitectónicos” de aquella barbarie. Y aquí empieza un viaje, de nuevo por de Guadarrama, para conocerlas huellas que aquella guerra, injusta como todas las guerras, dejó en nuestras montañas, así, sin pedirlas permiso, robándolas trocitos de su cuerpo en forma de rocas y tierra y convirtiendo su puro aire de aroma de pinos, jaras y tomillo en un agrio perfume a pólvora. En el Guadarrama se construyeron numerosos búnkeres. El mejor conservado es el de Cabeza Lijar, a pocos kilómetros del Puerto de los Leones. Este búnker preside la cima, con preciosas vistas que van desde Peñalara hasta Gredos. Y sin tener en cuenta el pasado que alberga, esta guarida resulta de lo más curiosa pues da un toque de originalidad y elegancia a la vistosa cumbre con la
perfecta estrella que se dibuja en su techo. Más muestras de búnkeres podemos encontrar justo hacia el otro lado del Puerto, en el Cerro de , donde quedan camuflados entre las rocas y los pinos. Lo que hace no tantos años fueron cobijos ante los bombardeos y las tropas enemigas, se han convertido en algo parecido a refugios de montaña. No porque en de Madrid no existan techos para tal efecto, sino por la falta de cuidado de estos últimos y su total abandono por parte de las autoridades pertinentes que -y perdón por la intromisión del tema- a ver si se deciden de una vez a declarar este bello entorno Parque Nacional (por desgracia es la única opción para preservarlo del maltrato del hombre) ¿O a qué esperan? ¿A qué ya no quede más terreno por urbanizar? (pregunta retórica, por supuesto) Mejor lo diré bajito, no sea que se les ocurra la idea de rediseñar los búnkeres como apartamentos de lujo con vistas a la sierra y encima más caros, si cabe, por considerarse “construcciones históricas”. Y por supuesto, acercándonos al monte Abantos, aparece el monumento más representativo: el fastuoso y omnipresente Valle de los Caídos, al que se propuso convertir en centro de cultura y no lo que es: la tumba de Franco construida por prisioneros políticos. Pena que una escultura de esas dimensiones, enclavada en tan hermoso lugar, sea el símbolo de la guerra y la dictadura que sacudieron España, pues no parece que la cultural proposición haya pasado de ser eso: una propuesta. Y es que todavía, a estas alturas, es muy difícil cambiar ciertas cosas en este nuestro país. Desplazándonos hacia Cotos, llegamos al Parque Natural de las Lagunas de Peñalara. Además de tener la cumbre más alta de de Madrid ( de muy fácil acceso) y unas hermosas lagunas (Grande, de los Claveles, de los Pájaros...) sus montañas guardan más restos, esta vez de trincheras y fortificaciones militares. Una de las sendas que sube hacia Peña Cítores es denominada del Batallón Alpino. Dicho batallón lo componían miembros de sociedades de montañismo y fue creado en septiembre de 1936 por el Partido Comunista para cubrir los que se abarcan y tener vigiladas a las fuerzas rebeldes que se localizaban en de San Ildefonso. Uno sube allá arriba y, después de recuperarse del embobamiento que supone el contemplar tanta belleza, se imagina lo que debieron pasar esos hombres durante tres años; no sólo por lo que significa la guerra en sí sino por la dureza de los inviernos a esas alturas. Allí, entre Dos Hermanas y Peña Cítores, aparecen trincheras construidas hacia la vertiente segoviana y allí fue donde, por un casual y sin seguir ninguna senda marcada, dimos con una escondida placa que alguien puso en honor a uno de esos hombres del bando republicano que con tanto fervor defendieron sus ideales. La placa está acompañada por un casquillo de bala vacío y una ramita de pino dentro de éste y se lee lo siguiente: “Capitán Leatherdale. A mi padre, José Pérez Leatherdale. No pretendo reparar injusticias, corren malos días para la épica, simplemente es una historia familiar una historia perfectamente humilde. Español y oficial republicano perdió una guerra y más de media vida pero nunca perdió la dignidad. Sentados a la mesa, tras la cena, me hablaba de su Batallón Alpino: Navarrulaque, el Cerro de los Locos, Collado de Marichiva, Peña Bercial... paisajes de una gesta prescindible, comienzo de una herida interminable de silencio, de yugo, de victoria. Hoy me viene tu voz y me recuerda: no pudieron vencernos la palabra; siempre a tus órdenes mi capitán.”
Tal vez leído aquí no llegue tan hondo, pero cuando nosotros encontramos la placa y la leímos en alto, allí arriba, rodeados de montañas, restos de una guerra no tan lejana y soledad, nuestra voz se quebró.
EL BATALLON ALPINO Y EL FRENTE DE GUADARRAMA Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro El pasado otoño recorrí junto con mi hermano Borja las alturas de madrileña entre los puertos de Somosierra y Cotos. Fue una bonita experiencia que nos permitió puntuar muchas cimas, todas de , y patear una zona de pastizales ralos, desarbolada y batida por el sol y el viento. Durante la marcha visitamos alturas defendidas por fortines y casamatas; vimos trincheras, muros y pozos de tirador; encontramos muchos cartuchos de diferentes calibres y balas. La pena es que todo estaba arruinado. Posiciones que habían resistido bombardeos, eran ahora montones de escombros, de donde todo, salvo la piedra, había desaparecido. Nadie se ha preocupado de cuidar las atalayas y los puntos más significados de la línea defensiva, que las nieves y las lluvias están a punto de hacer desaparecer. En Francia, por no ir muy lejos, estaría protegida, mantenida y perfectamente señalizada. Aquí nada. Los Puertos de , Navacerrada y Cotos fueron ocupados por las milicias republicanas en las primeras horas del levantamiento militar del 18 de julio de 1936. Luego apenas registraron combates, mientras que en el Puerto de Navafría (al que se sube por Lozoya) sí hubo lucha. Tras varias semanas de ataques, que costaron muchos muertos en ambos bandos, el 16 de septiembre las tropas nacionales, carlistas al mando del comandante Rada, ocuparon el paso. Fortificaron las cumbres del Nevero y del Reajo Capón, que lo flanquean, y aguantaron hasta el final de la guerra. A finales de ese mismo mes, el frente del Guadarrama, ya estabilizado y tranquilo, se preparaba para casi tres años de guerra de posiciones en las duras condiciones del invierno en las cumbres serranas, donde entonces sí que nevaba de verdad. El Batallón Alpino ocupaba las posiciones de esta larga línea defensiva de casi desde de , sobre el puerto de Navafría, hasta la cima de , ya cerca del Alto del León. Una de sus últimas acciones, tras tres años de tranquilidad, fue la denominada Batalla del Reventón (puerto del). En realidad consistió en una simple rectificación de posiciones, aunque para sus protagonistas, dada la calma que había reinado hasta entonces, fue una verdadera batalla. En la madrugada del 10 de marzo de 1938, los 30 soldados del Batallón Alpino que integraban las dos secciones que defendían las posiciones situadas entre los puertos de Malagosto y del Reventón se enfrentaron a tres compañías de requetés del 75º Batallón del Regimiento de , que subían sigilosamente hacia el Reventón desde , con los cascos de las mulas envueltos en trapos para evitar ruidos. Los esquiadores republicanos, armados con fusiles y una ametralladora Hotchkiss calibre (fue un arma francesa fabricada bajo licencia en España, ampliamente empleada por ambos bandos), se enfrentaron a 300 soldados bien equipados, apoyados por piezas de artillería ligera de montaña del calibre 6,35. Entre los atacantes formaban regulares marroquíes, los temibles moros del ejército de Franco. En 2008, el CENEAM reunió en Valsaín (Segovia) a los pocos excombatientes que aún quedaban vivos del Batallón Alpino y supervivientes de aquella acción. Entre ellos estaban Adolfo Ruiz Esteso, José Iturzaeta, Enrique Manso, Cristóbal Hidalgo, Andrés Cano, Paco Rivero, Luis Míguez, Anastasio del Álamo, vecino de Lozoya, y Pedro Macías ‘Píter’. Algunos no se habían vuelto a ver desde hacía 60 años. Vienen estas líneas para recordar al madrileño Pedro Macías Hidalgo ‘Píter’, que falleció a comienzos de mes a los 85 años en su ciudad. Fue uno de los integrantes de este batallón comunista, que llegó a tener un millar de soldados. Casi todos eran jóvenes voluntarios miembros de las sociedades alpinas madrileñas vinculadas al Guadarrama, o lugareños de Rascafría, Lozoya, Navacerrada o Valsaín, que se destacaban por su
conocimiento del territorio. Llevaban uniformes rusos con la estrella roja en el gorro y fueron instruidos por oficiales procedentes del Club Alpino Español y de Alpinismo Peñalara, que adiestraron en la práctica del esquí a estos voluntarios, muchos de los cuales no habían visto una tabla en su vida. César Pérez de Tudela, en su libro ‘Crónica Alpina de España’, trata el tema del batallón y la guerra en los puertos de una manera pormenorizada. BATALLADEL REVENTÓN de la revista CRÓNICAS GABARRERAS,escrito por Julio Vías Alonso Hace poco, aquí en Valsaín, tuvimos la ocasión de reunir en un entrañable acto Celebrado en el CENEAM a unos pocos de los excombatientes que aún quedan vivos del Batallón Alpino, la legendaria unidad de esquiadores que defendió las cumbres del Guadarrama durante En esta memorable ocasión, José Iturzaeta, uno de aquellos veteranos, nos relató algunos pormenores de la llamada Batalla del Reventón, un hecho de armas del que se ha hablado mucho, pese a que apenas consistió en una simple rectificación de posiciones en la línea del frente del Guadarrama, aunque para sus protagonistas, dada la tranquilidad del frente durante casi toda la guerra, adquirió la importancia de verdadera batalla. Aprovechando los recuerdos de José Iturzaeta y Andrés Cano, “Canito” para sus amigos, también presente en el homenaje del CENEAM, vamos a intentar rememorar aquel episodio, motivado por el intento de las tropas rebeldes de desalojar a las tropas republicanas de sus posiciones de las cumbres entre Peñacabra y Peñalara. Desde comienzos de la guerra, el Batallón Alpino ocupaba posiciones a lo largo de un frente de casi cuarenta kilómetros entre las cumbres de Peñacabra, sobre el pueblo de Lozoya, y , sobre Los Molinos. En la madrugada del 10 de marzo de 1938, los apenas treinta soldados del Batallón Alpino que integraban las dos secciones que defendían las posiciones situadas entre los puertos de Malagosto y del Reventón debieron intuir algo cuando el perro de un soldado de Rascafría encargado de hacer la última guardia no paró de ladrar en toda la noche. El fino oído del perro sentía a las tres compañías del 75º Batallón del Regimiento de , que ascendían sigilosamente hacia el Reventón desde con los cascos de los caballos y mulas envueltos en trapos para evitar cualquier ruido. Los esquiadores republicanos, armados con fusiles y un solo fusil ametrallador, iban a vérselas con más de trescientos soldados fuertemente armados y apoyados por piezas de artillería ligera de montaña del calibre 6,35. Entre los atacantes formaban numerosos regulares marroquíes, los terribles moros mercenarios del ejército de Franco. Rayaba el alba de aquel día despejado de finales de invierno haciendo refulgir la tenue luz naciente en los grandes ventisqueros acumulados en las cumbres inmediatas, cuando el cabo Julián García Pueyo, viendo los rostros broncíneos de los soldados regulares que coronaban apresuradamente las últimas pendientes del puerto, gritó: –¡Qué vienen, qué vienen los negros! José Iturzaeta, vio como un alférez de Regulares gritaba: –Vamos chicos, ¡a por ellos! Recuperándose de la sensación de pánico, disparó el cargador de su fusil a bulto mientras avisaba a gritos a su compañero, un soldado de Valsaín llamado Eugenio Isabel: –Eugenio, ¡ya están aquí! Mientras, otro, a quien apodaban “Dorsalitos”, gritaba poco antes de recibir el tiro que le costó la vida: – ¡No disparéis, que soy de los vuestros! Ante aquella avalancha que se les venía encima, los esquiadores del Batallón Alpino retrocedieron precipitadamente entre un verdadero diluvio de proyectiles por las pendientes que descienden hacia el valle de Lozoya, parapetándose poco más abajo en unos corrales de ganado. Desde allí pudieron sentir cómo las posiciones del cercano puerto de Malagosto eran también atacadas, pues escucharon a lo lejos el tableteo inconfundible del único fusil ametrallador del que disponían, que disparaba Manuel Rodríguez Arana, a quien apodaban con sorna como “el caballo Horacio” por su dentadura prominente. Varios cadáveres yacían entre los piornos, caídos e inmovilizados en posturas violentas. Otros
gritaban, heridos por las balas y los mortíferos proyectiles de la artillería de montaña. Viendo que no había nada que hacer, los supervivientes, apenas una docena de hombres, decidieron retroceder hacia Rascafría llevándose a los heridos. José Iturzaeta cargó a hombros, hasta el puesto de socorro, con un soldado que había recibido un tiro en el vientre. Luego se enteró que murió en Colmenar Viejo. De él no recuerda ni su nombre, sólo que era hermano de un comisario político del Ejército del Centro. A poco de llegar los supervivientes a Rascafría, la aviación enemiga sometió a un fuerte bombardeo el puesto de mando republicano y las casas del pueblo. Enseguida se organizó el contraataque con refuerzos encuadrados en la 29ª Brigada Mixta traídos de Buitrago y de otras posiciones del valle de Lozoya. José Iturzaeta y “Canito” recuerdan aquellos trágicos momentos con sorprendente lucidez. Parece que están viendo todavía a un grupo de diez dinamiteros ascender valientemente por las abruptas laderas del Reventón para ser literalmente segados por el fuego de las ametralladoras, o cómo a un compañero, que estaba tumbado junto a ellos en un parapeto, y del que sólo recuerdan que se llamaba José Luís, le entraba un tiro por debajo de la clavícula alojándosele el proyectil en el estómago, viéndole morir entre terribles dolores. Al caer la tarde de aquel día aciago, tras infructuosos y sangrientos intentos de recuperar las posiciones perdidas, los mandos republicanos se dieron cuenta de que aquello estaba perdido. Nuestros dos amigos recuerdan cómo un capitán con acento ruso, probablemente un asesor militar, sentenciaba: – ¡Vámonos, que aquí no hay nada que hacer! Que sepamos, de aquella batalla del Reventón hoy sólo quedan tres supervivientes entre todos los que combatieron aquella madrugada en lo alto del puerto: nuestros dos amigos e interlocutores José y “Canito”, y Ángel Baranda, que después de la guerra fue durante años presidente de española de Esquí. Al igual que el homenaje que les tributamos aquí en Valsaín el pasado 24 de junio, estas líneas quieren ser un testimonio de agradecimiento a todos los combatientes del Batallón Alpino, tanto a los pocos que hoy quedan vivos, como a los que ya no están entre nosotros para contarlo, bien porque murieron tiñendo con su sangre la nieve de las cumbres del Guadarrama o porque después nos han ido dejando víctimas de la edad que no perdona. En aquel entrañable acto, al igual que en otro que habíamos celebrado anteriormente en el mismo escenario del CENEAM también en homenaje a estos veteranos, pudimos asistir a emocionantes escenas. Ya no sólo era el reencuentro entre antiguos combatientes que no se veían desde hace setenta años, como Anastasio del Álamo, vecino del pueblo de Lozoya, que se encontró aquí con los nueve veteranos que asistieron desde Madrid, sino que también fuimos testigos de enternecedoras situaciones, como la sorpresa de nuestro amigo José Iturzaeta, que supo al cabo de tantísimos años cómo había sobrevivido a sus heridas su querido amigo de Valsaín, Eugenio Isabel, a quien creyó muerto durante los primeros momentos del ataque. Al final, con unas copas de buen vino, ofrecidas por el alcalde Félix Montes, brindamos a la salud de José Iturzaeta, Pedro Macías, Adolfo Ruiz Esteso, Cristóbal, más conocido como “Balito”, Enrique Manso, Andrés Cano, Paco Rivero, Luís Míguez y Anastasio del Álamo, protagonistas de un capítulo no por desconocido menos importante de la historia del Guadarrama, y que gracias a ellos se ha podido recuperar del olvido. Julio Vías Alonso. de "Castellarnau" Sociedad de amigos de Valsaín, y su entorno. DEL PERIODICO CRÓNICAS GABARRERAS(VALSAÍN) .ARTICULO DE JACINTO ARÉVALO MOLINA.PUERTO DE NAVACERRADA La misma tarde del 21 de julio, se formó otra columna de dos compañías al mando del comandante Gazapo Valdés, con misión de despejar La Granja de enemigos y unirse a otra columna que, al mando de un tal comandante Gallardo, debía tratar de tomar el Puerto de Navacerrada. La columna de Transmisiones llegó enseguida a La Granja y la 2ª compañía, al mando del capitán Olivé, obligó a rendirse a los carabineros y paisanos que se habían hecho fuertes en la Escuela de Bellas Artes.
Simultáneamente a estos hechos, al amanecer de ese mismo día 22 de julio la compañía del capitán Olivé (unos 100 hombres, que llevaba a los tenientes Luis Díez-Alegría y Antonio Gordejuela Núñez) se incorporó a la columna del comandante Gallardo e iniciaron el ascenso al Puerto de Navacerrada. No obstante, el ataque al mismo fracasó debido a la fuerte presión del enemigo, de forma que la retirada hacia La Granja se hizo bajo un intenso fuego de fusilería, granadas de mano, artillería y aviación, de forma que la compañía sufrió dos bajas. Finalizado el repliegue, por la tarde de aquel día la compañía del capitán Olivé fue enviada al Alto de los Leones para reforzar la columna del coronel Serrador y hacer frente a los posibles contraataques enemigos para recuperar el Alto de los Leones. El resto de batallón del comandante Gazapo se quedó al mando del sector de La Granja, haciendo frente al alto número de milicianos y guardias de asalto que, sin organización militar pero con gran número de fusiles y ametralladores, defendían las posiciones del Puerto de Navacerrada, de forma que rechazaron un ataque del enemigo el 4 de agosto e iniciando un avance el dia 8 hasta la Cruz de la Gallega y Matabueyes con refuerzos de Artillería, milicias y Guardia Civil. Los dias 23 y 24 de julio el enemigo realizó fuertes contraataques con tropas de Infantería, Tropas de Asalto, Guardia Civil, Carabineros y numeroso fuego de Artillería, pero todos los ataques fueron rechazados. En la defensa se distinguió la compañía del capitán Guiloche, que el 24 de julio obtuvo dos Medallas Militares individuales en las personas del teniente Vegas , muerto aquel día en acción, y del sargento Pérez Alfonso, quien se distinguió también en los combates del 27 y que fue ascendido a Brigada por méritos de guerra. Normalmente, cuando en algún texto sobre la Guerra Civil Española de 1936–39 se cita a Valsaín, sólo es para relacionarlo con la denominada Batalla de Segovia o de La Granja. Pero esto es sólo una verdad a medias, desde luego, Valsaín y San Ildefonso o La Granja tuvieron un papel destacado durante esa batalla, pues se desarrolló sobre su suelo y población, pero la Guerra Civil duró allí mucho más que esa corta semana de combates, probablemente desde el día siguiente al que se produjo el alzamiento hasta el final de la guerra. No es intención de este trabajo el entrar en una profusa divulgación de datos y cifras, por lo que sólo muestro una visión muy resumida de la guerra en esa zona y aledañas, abarcando el terreno comprendido desde los puertos del Nevero y del Reventón hasta La Mujer Muerta y el puerto de La Fuenfría por la parte de la sierra; y desde el mismo Valsaín y La Granja hasta Cercedilla en el caso de las poblaciones. Prácticamente lo que ocupó el frente en esa zona central de la Sierra de Guadarrama, marcada por el puerto de Navacerrada como punto de paso más importante. Se acepta como fecha de aproximación al puerto de Navacerrada el día 21 de julio de 1936 cuando el comandante Burillo, al mando de una columna de guardias de asalto, el batallón de milicias socialistas “Octubre” y algunas milicias comunistas, que habían salido desde Villalba, y a la que se unieron paisanos de otros pueblos, Cercedilla y Navacerrada, alcanzó el citado puerto, instalándose en él en la madrugada del día 22. Pero hay algunos relatos, realizados años después por algunos de los protagonistas de esos primeros días que fijan la fecha de ocupación del puerto el mismo día 18 de julio, o a lo más tardar el día 19, pues dicen textualmente que “cuando llegó la columna Burillo nosotros ya estábamos allí”. Esto, además de anecdótico puede dar una idea de lo difícil que es precisar una fecha o hecho determinado en esos primeros días de la guerra. Pero sigamos con el relato. Una vez asegurado el puerto de Navacerrada, se consideró conveniente avanzar hacia Segovia, por lo que las milicias bajaron hacia La Granja donde se encontraron a un
grupo más o menos organizado de guardias civiles, carabineros y paisanos que les hicieron frente y de allí no pudieron pasar. Siguen unos días de escaramuzas, son muy poca fuerza y se limitaron a tirarse unos tiros entre ambas facciones y a alguna que otra emboscada, el terreno boscoso y abrupto es propicio para ello. Así se llegó al mes de agosto en el que se van consolidando las líneas, en esos momentos sólo unos puntos aislados con patrullas o reducidos destacamentos de personal, situados en los cerros dominantes o en los cruces de carreteras y caminos en la zona que ocupa cada contendiente. A mediados de agosto se encuentran unidades republicanas en El Reventón, Peñalara, puerto de Navacerrada, la casa de Peones Camineros de las Siete Revueltas, la Casa de la Pesca, puerto de La Fuenfría y desde el Cerro Minguete hasta La Peñota. Por parte nacional se ocupó la parte baja de los montes y los pueblos de la zona y vertiente segoviana, y únicamente hay fuerzas en altura en Peña Oso, en lo alto de la Mujer Muerta. Resumiendo, las fuerzas o milicias republicanas en lo alto de la sierra y los nacionales en la parte baja, menos en La Mujer Muerta, altura que mantendrían por poco tiempo. Con la llegada del invierno el frente se paralizó y entró en escena el Batallón Alpino republicano que ocupó de forma efectiva y permanente el puerto de La Fuenfría, el puerto de Navacerrada, la zona de las Siete Revueltas y el puerto de los Cotos, y con patrullas de esquiadores las cercanas cumbres nevadas. Por parte nacional se concentraron en los pueblos que ocupaban y mantuvieron la vigilancia con pequeños destacamentos en las bajas cumbres que los rodean formando una especie de rosario de posiciones de vigilancia y defensa de ese frente. Dispusieron de una novedosa Unidad de Esquiadores del Guadarrama, muy escasa en efectivos y que también realizó patrullas con esquís por las cumbres y laderas de su zona. Pero no eran muchos, apenas 400 hombres del Batallón Alpino, centralizados en el puerto de Navacerrada, y unos 1100 de diversas unidades nacionales en La Granja, lo que apenas daba para montar unos escasos puestos de vigilancia. En esos momentos, la guerra se limitaba sólo a eso, a vigilarse. Con la llegada de la primavera la cosa cambió, se produjo la famosa Batalla de Segovia o de La Granja, de la que por muy difundida y conocida sólo citaré que después de mucha sangre y esfuerzo ambos contendientes se quedaron prácticamente en las mismas posiciones que estaban. No hubo variación considerable del frente. Después de la batalla, por algún tiempo hubo una cierta abundancia de tropas en esa zona, pero que poco a poco fueron requeridas para otros frentes y serían retiradas. Comenzó una nueva modalidad de la batalla, la fortificación, especialidad a la que se dedicaron con ahínco tanto las unidades nacionales como las republicanas. Hasta entonces, apenas había trincheras excavadas en la tierra, con chabolas o barracones muy sencillos para alojamientos del personal, algún punto fuerte para las ametralladoras o cañones realizado con troncos y sacos de tierra y poco más. De alambradas se instalaron muy pocas, sólo en algunos puntos y de una sola fila de piquetes, casi siempre de madera, pues el hierro era muy escaso y se precisaba para otros fines. Poco a poco se fue ampliando y reforzando el frente, y se construyeron una serie de posiciones o puntos en los se mantuvieron permanentemente fuerzas, tanto por la parte baja como por la alta de la montaña. Ahora sí se construyó a conciencia: las trincheras eran muy completas y profundas, con
numerosos refugios y abrigos para el personal, gran cantidad de nidos o puestos blindados para las ametralladoras y morteros, y una notable red de caminos para acceder a todas las posiciones. Estas obras se realizaron con diversos materiales: sólo roca en la parte más alta e inaccesible de la montaña, roca y algo de mortero de hormigón, allí donde había o se podía acarrear agua para hacer la masa. En los puntos de más fácil acceso, o que requerían una especial protección, se empleó más hormigón que piedra, y por último, en los puntos vitales, las cercanías de las carreteras, los pueblos y sus accesos, el hormigón reforzado con el hierro fue el material más frecuente. Los numerosos restos de construcciones de todo tipo y forma, existentes en los alrededores de Valsaín, son el testimonio de aquella ingente obra. Veamos este despliegue de posiciones. Las unidades republicanas guarnecían (de Este a Oeste): desde el puerto del Reventón y puerto del Nevero a Peñalara, Peña Citores, bajando por la ladera hasta la Boca del Asno, siguen hasta La Camorquilla y La Camorca, Montón de Trigo, Cerro del Águila y La Peñota. Las unidades nacionales ocuparon la zona de la fuente del Infante, cerca del puerto del Nevero, la media ladera de la montaña al norte de Peñalara, el Poyo Judío, el Cerro del Moño de la Tía Andrea, los exteriores próximos al Palacio de La Granja, el Cerro del Puerco, Valsaín, la Cruz de la Gallega, Cabeza Grande y desde el embalse de Revenga hasta la carretera. Siguió sin ser un frente continuo y no lo fue nunca, pues entre estas posiciones –algunas de ellas muy distanciadas entre sí– no hubo enlace físico y sólo se mantuvo el contacto por la realización de patrullas. El paso de personal, tanto evadidos, de paisanos, como de patrullas militares o de sabotaje hacia ambos lados, fue frecuente durante toda la guerra. El asalto y ocupación de los puertos de Malagosto, Flecha y Reventón, realizado por las fuerzas nacionales en marzo de 1938, no tuvo incidencia apreciable en esta zona de frente. La única variación efectiva fue el incremento de fuerzas republicanas en la zona de La Camorca y Camorquilla, a la espera de una ofensiva hacia Segovia desde esa parte que nunca se llegaría a producir. Con el frente ya estable, y prácticamente inmóvil, se llegaría al final de la guerra. Queda por último hablar un poco de las unidades que estuvieron en esta zona. Como se apuntó al principio, durante el año 1936 lo ocuparon diversas milicias, de uno y otro bando, que dieron lugar a las columnas Navacerrada, Thaelmann, Cercedilla, Octubre, Alpino Juventud y Alpino del 5º Regimiento y otras. Por parte nacional estuvo la Columna Zabaleta, compuesta de unidades militares engrosadas por voluntarios civiles, más milicias de Falange, Acción popular, y otras varias de civiles no adscritos a partidos políticos. Con la formación oficial de los ejércitos, el nacional en diciembre de 1936, y el republicano en enero de 1937, quedó el frente definido por las unidades que estaban en él. La zona de La Granja se incluyó en la Primera Brigada de la División de Ávila (nacional) bajo el mando del Coronel Iruretagoyena. En la zona del puerto de Navacerrada y pueblos próximos, estuvo la 29 Brigada Mixta, de la 2ª División del Primer Cuerpo de Ejército republicano, bajo el mando del comandante Eugenio Alonso Maraver. Con el tiempo hubo algunos cambios en la denominación y composición de estas unidades, pero casi siempre permanecieron las mismas tropas en el mismo frente en una desconocida, dura, difícil
y a veces terrible guerra de trincheras. Este es un trabajo expresamente realizado para “Crónicas Gabarreras” por Jacinto Arévalo Molina. juan Guilloto León, Juan Modesto, «Hijo y nieto de obreros por los cuatro costados», se afilió al Partido Comunista de España en 1930 con 24 años. Tres años después fue nombrado responsable nacional de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC): "Como responsable de la organización de las milicias, participé en la organización y gestioné el armamento de las dos primeras columnas que se formaron en el Quinto Regimiento, y que en la tarde del 21 salieron para Somosierra y Villalba, incorporándome a esta última. Al frente de ella íbamos el camarada Félix Bárzana, maestro nacional, miembro del Comité Provincial de Madrid del Partido Comunista, y yo como responsable militar. A la anochecida llegamos a Villalba, donde encontramos fuerzas de Ingenieros, al mando del coronel Castillo, y del 2º Grupo de Asalto, al mando del teniente coronel Burillo, así como otros jefes y oficiales de Madrid y milicianos de aquella comarca. Se enviaron patrullas de reconocimiento a los puertos de Guadarrama y Navacerrada. Los fascistas que ocupaban Guadarrama, lo abandonaron. En Navacerrada se combatía. (…) Al amanecer del día 22 subimos al Puerto de Navacerrada, recuperando a un grupo de campesinos y leñadores de dicha localidad, dirigidos por Villanueva "El Tuerto" que se habían batido con el enemigo. Este se encontraba sitiado en el gran mirador que se alza en la divisoria de aguas del espinazo de la Sierra, límite de las provincias de Madrid y Segovia, llamado Dos Castillas. Tomamos un cañón del 7,5 allí emplazado y nos lanzamos adelante, bajando hacía Balsaín y La Granja. Lo montañoso del terreno, cubierto además por el gran pinar de Balsaín, subordinaba todo movimiento serio a la carretera. Los obstáculos naturales, reforzados con barreras de pinos, nos obligaron a perder el tiempo en su desmonte. El capitán José Fontán, con un pelotón de guardias de asalto, y yo, con un grupo de comunistas, íbamos en vanguardia. Por mucho que nos esforzamos, no volvimos a tomar contacto con el enemigo. Pero le impedimos retirar su artillería, apoderándonos de otros siete cañones del 7,5 emplazados sobre la carretera, en los lazos finales de las Siete Revueltas. Llegamos al pueblo de Balsaín y estando preparado el asalto a la Granja, ocupada por la Guardia Civil, me alzanzó Bárzana, que me comunicó la orden del teniente coronel Burillo: "Volver hacia Dos Castillas, donde hay movimiento del enemigo. Y la cuestión se plantea así: A ver quién llega antes al alto." PERIÓDICO LA VANGUARDIA,6 DE JULIO DE 1936 Acampan aquí numerosas fuerzas de las milicias de Asalto y una batería ligera emplazada sobre el Guadarrama. Las primeras fuerzas milicianas que en las Dos Castillas encontramos son reclutadas en su totalidad entre las Juventudes de Chamartin de la Rosa por el sargento Reyes. Con estas tropas se juntaron algunos elementos de las Juventudes de los pueblos próximos a Madrid. Van con ellos gran número de mujeres, armadas algunas y otras que realizan las labores propias de su sexo, que agradecen los combatientes. Los leales, después de obligar al enemigo a huir hacia Segovia, se retiran hasta el cuartel general. En su huida el enemigo colocó muchos obstáculos sobre la carretera, interceptándola con árboles y volando un puente. Esta columna fue la que el martes derrotó a los facciosos de El Pardo, que habían matado a cinco carabineros.
Esta última frase se refiere al Regimiento de Transmisiones y los carabineros de El Goloso FUERZAS REPUBLICANAS QUE PARTICIPARON EN EL PUERTO DE NAVACERRADA,PUERTO DE COTOS,PEÑA CITORES,PUERTO DE LOS NEVEROS PUERTO DEL REVENTÓN COLUMNA NAVACERRADA En la Columna "Navacerrada", mandada hasta el 4 de setiembre por el teniente coronel Burillo y desde entonces por el comandante Cuevas, estaba el batallón Alpino y eventualmente el Thaelmann y el Octubre (desde noviembre perteneciente al Quinto Regimiento). Había también un Grupo de Asaltos. COLUMNA BURILLO La columna que debía actuar en la Sierra estaba formada por dos compañías de los Regimientos de Ferrocarriles al mando del Tte. Col. Domingo Moriones, dos compañías de la Guardia Civil, con el comandante Alfredo Semprún al frente, dos compañías de Asalto con el comandante don Ricardo Burillo, más seis baterías de artillería mandadas por el Teniente Coronel Gaspar Morales y un nutrido grupo de milicianos de Madrid y pueblos vecinos. El enlace era el comandante Fernando Arniches y el jefe superior el coronel Enrique Castillo que tomaba las riendas del Regimiento de Ferrocarriles número 1. Todas estas tropas llegaron a Villalba paulatinamente. En una reunión celebrada en la tarde del 21, se decide que Castillo marche sobre el Alto, Burillo se dirigirá al Puerto de Navacerrada. Alboreado el día 22, las dos cimas se encuentran ya ocupadas, sin haber sufrido ningún contratiempo debido a la ausencia de enemigos. Ricardo Burillo Stholle Ricardo Burillo Stholle (1891-1940) fue un militar español que participó en la Guerra Civil Española desempeñando importantes puestos de carácter policial y militar. Como Director General de Seguridad en Cataluña, la represión y desmantelamiento del POUM será obra suya. Pero si hay algo por lo que haya destacado en la historia se trata del asesinato de Calvo Sotelo. Marcado desde los albores de la Guerra civil como uno de los altos mandos implicados en el asesinato, siempre negará todo conocimiento de aquella acción y proclamará su inocencia hasta el día de su muerte. Ricardo Burillo nació en 1891, en el seno de una familia aristócrata y conservadora. Precisamente, el historiador Hugh Thomas lo describe como un Aristócrata izquierdista, puritano, anticlerical y romántico Iniciada la Guerra Civil Española, Burillo se mantiene fiel al gobierno republicano y a la cabeza de su grupo de Asalto participa en el Asalto al Cuartel de la Montaña, que se había declarado en rebeldía. Una vez controlada la sublevación en Madrid, él y sus hombres forman una Columna junto a numerosos milicianos y se dirigen a la Sierra madrileña, donde mantendrán encarnizados combates en Somosierra y el Alto del León. En estos combates será ascendido muy pronto a Teniente Coronel. Más tarde, se dirigirá al sur, donde participa en las últimas operaciones del Asedio del Alcázar, todas fallidas. Una vez caída Toledo está presente en distintas acciones del Frente del Centro, intentando poner orden entre los subordinados de su columna, que parecen no saber ya por qué combaten. Más tarde participará junto a su columna en la Defensa de Madrid. A finales de 1936 abandona su columna y pasa a dirigir la 9ª División de reciente creación. Con esta unidad estará presente en algunos sectores del Frente de Madrid, hasta febrero de 1937. Ese mes los franquistas inician una ofensiva al sur de Madrid de Madrid. Para contener el ataque, los republicanos reunieron dos comandos de defensa: uno de ellos estuvo bajo el mando de Burillo (y dependiendo del Ejército del Centro de Pozas).
Ya por estas fechas (a mediados de 1937) le dijo al Presidente de la República, Manuel Azaña, que él era fiel a tres cosas: al Ejército, al Partido Comunista y a la Logia Masónica. En el mes de junio asume el cargo de jefe superior de la policía en Barcelona. Desde su puesto, lleva a cabo la campaña represiva contra el POUM. Así, el 16 de junio es clausurada, a instancias de Burillo, la sede del POUM en el Hotel Falcón. Ese mismo día también son detenidos miembros del partido, entre ellos su máxime dirigente, Andreu Nin, acusado de espionaje a favor de Franco. La orden de detención está firmada por el ya Coronel Burillo, que también se aplicó en restablecer el orden público y acabar con las paseos de las patrullas anarquistas. En poco tiempo, el POUM quedará completamente desmantelado y su líder, Nin, desaparecerá. Tres meses después, dejará este puesto y pasará a dirigir el III Cuerpo de Ejército, el XXII Cuerpo de Ejército y, más tarde, el recién creado Ejército de Extremadura. Al frente de esta unidad estará durante largo tiempo, en un frente que apenas si se distinguirá por acciones militares de relieve. No obstante, los franquistas reactivarán este sector con varias ofensivas que provocan el derrumbamiento de las líneas republicanas. Los franquistas lograrán conquistar amplios territorios y una importante cantidad de prisioneros, además dejar a la vista la ineficacia del Ejército de Extremadura. Y aunque Burillo también fue señalado de no haber estado a la altura de las circunstancias, los desastres militares en Extremadura provocaron su destitución el 25 de julio, quedando en un plano apartado durante los siguientes meses. En estos momentos finales de la II República, es cuando Burillo, como otros tantos militares republicanos, parece apartarse de su pasado comunista y se muestra partidario de negociar la paz con Franco y el Ejército franquista. Al fin y al cabo, estos militares habían resuelto definirse tan sólo como amigos coyunturales de los comunistas. Cuando se produzca la sublevación del Coronel Casado, Burillo se unirá a la sublevación y como responsable de Orden público mantiene Valencia y Alicante para el Consejo Nacional de Defensa. Más tarde, dirigirá en Alicante la evacuación de los militares y políticos republicanos más comprometidos, siempre velando por el orden público. En 1940 es detenido por el Régimen y comienza para él un proceso. Se le acusa, entre otros delitos, de ser el responsable directo del asesinato Calvo Sotelo, algo que negará desde el primer momento y hasta el día de su muerte. Juzgado por un Consejo de guerra, al final es condenado a tres penas de muerte y finalmente fusilado Batallón Alpino: A mediados de septiembre, el Quinto Regimiento decidió crear una unidad especial de montaña: el Batallón Alpino. Y lo hizo al margen de la Inspección de Milicias que en esos momentos estaba organizando otro del mismo tipo. Se instó a todos aquellos voluntarios que tuvieran conocimientos de deportes de montaña, esquí o alpinismo a enrolarse en el mismo. A últimos de octubre salía para el frente la primera compañía que se integraba en la Columna de Navacerrada. El comandante del batallón sería el Mayor de milicias Joaquín Rodríguez. Esta unidad permaneció toda la guerra en Navacerrada y a finales de diciembre constituyó una unidad autónoma de montaña al unirse a otro batallón, el Alpino Juventud de las JSU. El Batallón Alpino de la JSU se formó de los integrantes de la sociedad deportiva Salud y Cultura, fundada en 1.913 por entre otros Antonio Varela, Ferrera, Arroyo, Tutor. Se dedicaba a promocionar el deporte entre los niños, en una ciudad en que se vivía hacinado dentro y fuera de casa. En 1.936, la sede estaba en la calle Fuencarral, 137; siendo su presidente Jose García. El Batallón Alpino del 5ºRegimiento tenía como Comisario Político a Teógenes Díaz Gabin, Capitán Luis Balaguer Secuorum, Comandante Joaquín Rodríguez López. El tres de octubre se presenta la 1ªCompañía, Cp.Luis Balaguer, Com.Pol.Vicente Olmos, y los tenientes Francisco Molina, Alejandro Gutiérrez Rivera y Luis Gullón en sus tres secciones. Parten a Guadarrama el 14 de octubre.
El 16 de noviembre, la 2ªCía. sufre dos muertos y dos heridos en el bombardeo del Hotel Savoy, mientras que sus veintiocho compañeros que luchaban en la Ciudad Universitaria resultaron ilesos. El 17 parten todos a Navacerrada. A primeros de diciembre se funden los dos batallones alpinos, bajo el mando del Cte.Rodríguez López, que pronto pasa a la Brigada Líster, dejando el puesto a su segundo con la unificación, Cte.Raimundo Calvo Moreno, procedente del JSU. Los campesinos de Valsain, que se las habían tenido con el fugado Regimiento de Transmisiones de El Pardo, pasaron a ser en enero del 37 la 5ªCía. del nuevo Alpino; hasta ese momento eran la 7ª.Cia. del Batallón Thaelmann En los veranos eran relevados por fuerzas de la 31 Brigada Mixta mprescindible "El Batallón Alpino de Guadarrama", Jacinto Arévalo Molina. BATALLÓN THAELMANN-5º Regimiento No confundir con el Batallón de las Brigadas Internacionales El batallón Thaelmann fue la primera unidad de este tipo organizadas como tal por el Quinto Regimiento. Se hizo, a primeros de agosto, en Navacerrada al mando del comandante Modesto y en base a la columna de Bárzana que el 19 de julio había salido de Villalba y constaba de cinco compañías, además de una sección de zapadores. El Thaelmann permaneció en la zona de Navacerrada hasta mediados de septiembre, aunque sus compañías 2ª y 5ª marcharon a Guadarrama a mediados de agosto ante el ataque que sufrió este sector bajo el mando del propio Modesto. También estuvieron en Peguerinos y más tarde en Talavera, cuando su caída. Posteriormente fue al sector del Tajo, estuvo en Seseña y en noviembre, de nuevo, se encontraba en Madrid, concretamente en Villaverde formando parte ya de la 1ª Brigada Mixta. Junto con las Compañías de Acero y la Brigada de la Victoria, el Thaelmann curtió a la mayoría de los mandos del Quinto Regimiento. Más adelante, de él se formó la 9ª Brigada Mixta. En realidad, y gracias a la propaganda, gozó de una fama superior a sus logros verdaderos. BATALLÓN CAPITÁN CONDÉS-5º REGIMIENTO Fernando Condés Romero Fernando Condés Romero (1906- 23 de julio de 1936) fue un militar y capitán de la Guardia Civil español. Vinculado al PSOE, fue instructor de milicias socialistas y encabezó el grupo de policías y civiles que asesinó al diputado derechista José Calvo Sotelo Militante del PSOE, como sus amigos el teniente Castillo y el capitán Faraudo, tomó parte en la intentona revolucionaria de octubre de 1934 organizada por las organizaciones socialistas, intentando ocupar el Parque de Automóviles de la Guardia Civil con el apoyo de la sección de Infantería de Castillo, sin conseguirlo. Condés fue juzgado, condenado, expulsado de la Guardia Civil, y enviado a Prisiones Militares. Con el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 fue amnistiado, siendo reincorporado y ascendido, por escalafón, al rango de capitán, dejándole la Guardia Civil, sin embargo, en situación de disponible forzoso, por su participación en los hechos de octubre de 1934. Ingresó también, junto con Del Castillo y Faraudo, en Condés la Unión Militar Republicana Antifascista. Tras su salida de la cárcel fue instructor de "La Motorizada", una organización miliciana juvenil compuesta por miembros de las Juventudes Socialistas madrileñas que no habían participado en la fusión con las juventudes comunistas para formar las Juventudes Socialistas Unificadas y que, entre otras funciones, servía habitualmente de escolta a Indalecio Prieto. El teniente Castillo también era uno de los instructores de la Motorizada.
El 7 de mayo, el capitán Faraudo fue asesinado por pistoleros falangistas, un hecho que causó gran conmoción entre su entorno, en las juventudes socialistas, y en los partidos de izquierda en general. El 12 de julio, pistoleros no identificados acabaron con la vida del teniente Castillo. Esa madrugada se congregaron en el cuartel de la Guardia de Asalto de Pontejos paisanos pertenecientes a las milicias socialistas entre los que se encontraba Condés. De ahí partió una camioneta en la qu se hallaba un grupo de guardias de Asalto, miembros de las milicias socialistas y el propio Condés. Con el pretexto de efectuar un registro, y amparados en las credenciales de la Guardia Civil de Condés, este y algunos otros penetraron en casa del diputado monárquico José Calvo Sotelo, a quien pidieron les acompañase a la Dirección General de Seguridad. En el trayecto, Luis Cuenca, miembro de las milicias socialistas, asesinó al diputado. A las ocho y media de la mañana, Condés se presentó en la sede del PSOE y pidió hablar con algún dirigente del partido. Al no encontrarse en Madrid ni Prieto, ni Lamoneda, el jefe de la oficina de la secretaría del PSOE llamó al diputado Juan Simeón Vidarte. Cuando Vidarte llegó a la sede del PSOE Condés se encontraba pálido, descompuesto, “con los ojos enrojecidos”. Ante la pregunta de Vidarte sobre qué pasaba, Condés le espetó: “Algo terrible. Anoche matamos a Calvo Sotelo”. Condés añadió que no había sido su intención que el viaje acabase con el asesinato de Calvo Sotelo, sino que sólo pretendía secuestrarle para tenerle como rehén. Vidarte, que le reprochó su comportamiento, y ante la pregunta de Condés de si debía entregarse, le dijo que sería mejor que esperase y que buscase un lugar donde ocultarse, si disponía de él, a lo que Condés respondió: “Sí, puedo ocultarme en casa de la diputada Margarita Nelken. Allí no se atreverán a buscarme. El guardia que la acompaña, como vigilante, iba también en la camioneta.” Vidarte también mostró su repugnancia por el asesinato y su negativa a defenderle como abogado si se diese el caso de que fuese detenido. Condés tuvo también ocasión de hablar con Prieto tras su regreso a Madrid, a quien manifestó que estaba pensando en suicidarse. Prieto dejó entrever su repugnancia y añadió “Suicidarse sería una estupidez. Van a sobrarle ocasiones de sacrificar heroicamente su vida en la lucha que, de modo ineludible, comenzará pronto, dentro de días o dentro de horas.” Pocos días después (ya extendida la sublevación militar que dio comienzo a la Guerra Civil Española), Condés participó en el asalto al Cuartel de la Montaña, luego fue nombrado director técnico de la Motorizada y luchó en Navacerrada(puero del Reventón) y Somosierra con Luis Cuenca, donde murió en combate a los pocos días de empezar la Guerra Civil.
FUERZAS SUBLEVADAS QUE PARTICIPARON EN LA ZONA Los sucesos acaecidos en El Espinar y San Rafael, alertan al mando de la 7ª División, que se ve obligada a actuar con celeridad sin esperar a que se complete la columna que se estaba formando en Valladolid, tal y como dispuso Mola. Dada la cercanía de Segovia a los puertos y la existencia de fuerzas, aunque reducidas, pero con mayor capacidad de reacción debido a la distancia, se ordena el avance desde esa capital. El día 21 hace su llegada el Regimiento de Transmisiones de El Pardo, huyendo de la capital de España para unirse a las fuerzas rebeldes, que contaban en la ciudad castellana con un Regimiento de Artillería, aparte de la Academia y escasas fuerzas de Orden Público. De inmediato una compañía de Transmisiones, una sección de la Guardia Civil, otra de artillería con dos piezas y otra también de artillería con ametralladoras parte hacia el Alto del León bajo el mando del capitán Enrique Guiloche. A Navacerrada se envía una compañía de Transmisiones con el capitán Olivé, que en La Granja y junto con la Guardia Civil se las ve con un grupo de carabineros y paisanos, lo cual le obliga a pernoctar en el pueblo,
no pudiendo llegar al Puerto. Por su parte las fuerzas de Guiloche quedan detenidas en Otero al echárseles la noche encíma La columna de Valladolid Constituida a última hora de la tarde del 21, la columna del coronel RICARDO SERRADOR,encuadraba a un batallón del Regimiento de Infantería de San Quintín (comandante Lázaro González Gutiérrez), un escuadrón de Farnesio (comandante Francisco Pereletégui), dos baterías del regimiento local (comandante Gabriel Moyano Balbuena) además de transportes y transmisiones a los que se suman 90 falangistas y 150 voluntarios que pasan a engrosar las filas del batallón de San Quintín, Ricardo Serrador y Santés se dispone a las dos de la madrugada a emprender la marcha con 800 hombres hacia el Alto del León. Tras pasar por Olmedo llega a Villacastín, allí se le une el Batallón de Ametralladoras número 7 de Plasencia, y siguen camino a El Espinar, donde el grupo de Guiloche le espera. A las dos de la tarde hace su entrada en San Rafael, vitoreado por una parte de la población que estaba incomunicada desde el día 20. Enterado de la toma del Alto por los republicanos, comienza a desplegar las tropas en tres partidas. Por la izquierda asciende una compañía de San Quintín, parte del escuadrón pie a tierra y un grupo de falangistas bajo el mando de José Antonio Girón. A la derecha se encuentran dos compañías de San Quintín con el comandante González Gutiérrez y el otro grupo de Falange, a cuya cabeza camina el capitán Gonzalo Ortíz. Por el centro Guiloche con las fuerzas ya descritas. El primer choque Minutos después de las tres de la tarde, da comienzo la lucha. La aviación gubernamental bombardea la vanguardia de la columna de Serrador y su artillería instalada en Gudillos, en la vertiente segoviana a escasos kilómetros de San Rafael, seguidamente la población sufre nuevos y reiterados bombardeos. No obstante los sublevados consiguen poco a poco ir ascendiendo, debido a la gran precisión de su artillería que obliga a retroceder a Castillo y sus tropas. Al caer la tarde y cuando los atacantes se encuentran a 500 metros del enemigo, la columna central avanza hacia la plazoleta tomando el Puerto. El ataque ha costado 80 bajas a los insurrectos y un número desconocido a los leales, entre ellos el propio coronel, de quién jamas se ha sabido el final con certeza, se especula con la posibilidad del suicidio debido a la muerte de uno de sus hijos en el combate. Otras fuentes apuntan el asesinato por parte de milicianos ante la derrota sufrida, y el recelo de éstos hacia los militares, en cualquier caso son cábalas y suposiciones que forman parte de la historia. También participaron el día 22 un grupo de ametralladoras CAÑÓN DE ARANJUEZ, al mando del comandante TEODULFO GIL TEJERIZO, decidió unirsea los sublevados y marcho hacía la sierra por la carretera de Navacerrada, desviándose a la del Alto del León, donde se encontró
atrapado entre dos fuegos, sufriendo numerosas bajas, hasta que consiguió unirse a los sublevados en aquel puerto. PERSONAJES ILUSTRES MAURO BAJATIERRA Mauro Bajatierra nació en Madrid el 8 de junio de 1884. Desde muy joven mostró inquietudes sociales y militó, como panadero, en el ramo correspondiente. Fue el impulsor del Ateneo Sindicalista de Madrid (embrión de la futura CNT madrileña) y del grupo anarquista “Los Iguales”. Si bien Bajatierra fue un convencido anarquista y militó en sus organizaciones, sindicalmente siempres perteneció a la Sociedad de Obreros Panaderos (luego Sociedad de Artes Blancas) de la UGT de Madrid, que estuba adscrita a la Casa del Pueblo. Ello le permitió discutir de primera mano con los líderes socialistas mas importantes de la época: Manuel Cordero, Pablo Iglesias, Largo Caballero, etc. A pesar de ello participa también en los congresos de la CNT de forma muy activa (es probable que tuviese la doble militancia). Militó en la masonería, en la Logia La Cantoniana, desde 1917 con el nombre simbólico de “Justicia”, junto al diputado republicano federal Eduardo Barriobero. Participó en las jornadas revolucionarias de 1917 y 1918 en Madrid. Fue juzgado como colaborador por el intento de regicidio que Rafael Sancho Alegre perpetró en 1913 y por el asesinato de Eduardo Dato en 1921. En ambos casos sale absuelto, pues nada tuvo que ver en ello. Con la dictadura de Primo de Rivera se exilia a Francia, Bélgica y Alemania, donde continua con su actividad revolucionaria. Está presente en la mayoría de intentos de derrocar a la dictadura. Bajatierra, al igual que Eusebio Carbó, Buenacasa y otros militantes libertarios, considera que se puede llegar a pactos circunstanciales con los republicanos para poder derrocar a Primo de Rivera y a Alfonso XIII. Es igualmente en esta época uno de los fundadores de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) Proclamada la República vuelve a España y participa en los medios libertarios y afines. Colabora con el diario La Tierra, y es muy crítico con las políticas del primer bienio republicano. Por artículos y folletos que escribe es detenido y juzgado. Al producirse el golpe de Estado de los militares rebeldes contra la República, Bajatierra acude a todos los frentes de batalla. Fue uno de los asiduos del Batallón de Montaña(antiguo Batallón Alpino de Guadarrama).Se hace corresponsal de guerra del diario CNT. Sus crónicas son, con diferencia, las más emotivas y realistas, a la vez que graciosas, de todas las que se escriben en la Guerra. Colabora con otros medios como Solidaridad Obrera, Estampa, etc., y acude a varios
actos de la CNT y la FAI. Con la llegada de la tropas franquistas a Madrid, Mauro se niega a abandonar la ciudad, su ciudad. El 28 de marzo de 1939 espera a las tropas franquistas en la puerta de su casa, con un arma. Comienza a disparar hasta que una bala de los rebeldes pone fin a la grandiosa figura de Mauro Bajatierra. Se iniciaba tras su muerte uno de los periodos más oscuros y tristes de la historia de España.
TEÓGENES DIAZ Teógenes Díaz, el gran escalador, que fue capitán y comisario político del célebre <batallón alpino> republicano en la sierra del Guadarrama. Abrió vías de escalada muy difíciles para la época: los Tres Hermanitos en Gredos,la sur del Pájaro en la Pedriza, el Torrón de lo Galayos(Gredos), la sur de Peña Santa en Picos de Europa......etc
Ahora nos damos cuenta de lo que verdaderamente fue capaz de realizar hace ya 80 años.
SIERRA DE GUADARRAMA Parece ser que el nombre de Guadarrama es árabe en sus orígenes, QUED-ER-RMEL, o río de las arenas, que así se llamo al hoy entrañable Manzanares, entendiendo a su vez que el nombre del cerro donde nace. La sierra de Guadarrama está formada por una sucesión ininterrumpida de montañas que, en dirección suroeste a noroeste, se integran plenamente dentro del Sistema Central, que separa las Dos Castillas. De izquierda a derecha, podríamos decir que comienza en las Machotas del Escorial y termina en el puerto de Somosierra. La distancia aproximada entre los dos extremos es de unos 90 km. Los orígenes geológicos de las montañas que forman el Macizo Central y en particular la sierra de Guadarrama, son antiquisimos. En lo que a composición de materiales se refiere estamos en uno de los sistemas más antiguos de Europa y desde luego de la península. Durante la era primaria y como resultado del plegamiento herciniano, hace unos 3.000 millones de años, se levantaron estas alturas superiores a las actuales. Estamos en el periodo CARBONÍFERO, donde se formaran rocas muy duras,granitos, cuarzitas,pizarras...etc, que van a resistir los periodos posteriores de erosión. Inicialmente se forman las rocas de gneis y posteriormente irrumpen las formaciones granitícas, constituyendo ambas los dos tipos fundamentales del suelo guadarrameño. Durante el cuaternario y como resultado de grandes variaciones clímaticas, se suceden diversos periodos de GLACIACIÓN que afectan a nuestra tierra. Así quedan como testimonio las hoyas glaciares de PEÑALARA y las menos representativas de CABEZAS DE HIERRO. Es evidente que el desarrollo de actividades excursionistas y alpinistas en España fue tardío y, en muchos casos impulsado por NATURALISTAS y GEOLÓGOS,que se anticiparon en la exploración de las, hasta entonces, desconocidas e inexpugnables cotas. El alpinismo apareció en nuestro país a partir de 1900, cuando ya en Europa había tomado carta de identidad. La flora de esta sierra se caracteriza por la abundancia de bosques de pino silvestre y la presencia de robledales de rebollo y encinares en zonas más bajas. En las cumbres predominan los pastizales y arbustos de alta montaña. En estos ecosistemas abundan mamíferos como ciervos, jabalies, corzos, gamos, tejones varios mustélidos, gatos monteses, zorros y liebres. Hay una gran cantidad de especies de aves acuáticas en los embalses, y grandes rapaces como el águila imperial o el, buitre negro entre otras. GLARIACISMO En varios lugares de la sierra se pueden encontrar restos de los glaciares que existieron en el Cuaternario es decir, hace 1,8 millones de años. Por lo general, circos glaciares, morrenas, lagunas glaciares y demás rastros glaciares aparecen por encima de los 1.900 metros de altitud, pero estos restos se concentran en determinadas zonas de la sierra. La zona donde más restos glaciares hay, con gran diferencia, es la zona alta de la vertiente este de Peñalara, es decir, los terrenos que ocupa hoy en Parque Natural de Peñalara. En este sitio existen tres circos glaciares, numerosas morrenas de diversos tamaños y antigüedades y más de veinte lagunas de origen glaciar de diversos tamaños y características. Las dos más grandes de ellas (ambas permanentes) son la Laguna Grande de Peñalara y la la Laguna de los Pájaros, situadas ambas por encima de los 2.000 metros de altitud. El circo glaciar más grande de esta zona es el circo de Peñalara, que se divide en dos sectores y tiene una superficie aproximada de 140 hectáreas. Hay otros circos de menor tamaño como la Hoya de Pepe Hernando y el Hoyo Poyales.
Otra zona donde hay restos glaciares es en la zona central de los Montes Carpetanos concretamente entre el puerto de Malagosto y el de Navafría. En toda esta franja, en la parte más alta de la vertiente sur existen una serie de pequeños circos glaciares con diferente grado de desarrollo: algunos de gran extensión, como el Hoyo Grande de Navafría, y otros con un acusado desnivel vertical consecuencia del patrón de fracturación que forma grandes escalones en el seno del circo. Algunos de estos circos son el de Hoyos de Pinilla, Hoyo de Peñacabra, Hoyo Cerrado y Hoyo Borrascoso. Algunos de ellos presentan pequeñas lagunas glaciares temporales, como el de los Hoyos de Pinilla, bajo el pico del Nevero En otras montañas de más de 2.000 metros de altitud hay pequeños restos glaciares de menor importancia que los anteriores. En la Maliciosa hay rocas aborregadas-estriadas y pequeños circos en las partes más altas de Cuerda Larga. El circo de Peñalara está constituido por unas paredes de más de 300 metros de altitud dispuestos en forma de U. LAGUNAS EN EL MACIZO DE PEÑALARA El macizo de Peñalara es el bloque culminante del conjunto que forma el horst de los montes Carpetanos, alcanzando su máxima cota en el pico de Peñara a 2429m. La cara sureste de este bloque conserva las huellas de la sobreexcavación glaciar en forma de depresiones ocupadas por turberas y lagunas, unas permanentes y otras temporales. La mayor y más conocida es la laguna Grande de Peñalara, fácilmente accesible desde el puerto de Los Cotos por una cómoda senda, lo que le asegura una elevada afluencia de visitantes. En la página principal de esta sección se proporciona una interpretación del relieve de este circo glaciar, así como una vista más detallada del macizo de Peñalara. a. Cumbres de Dos Hermanas; b. Circo de la laguna Grande; c,Cumbre de Peñalara; d. Los Llanos y Hoya de Pepe Hernando; e. Laguna de Los Claveles; f. Laguna de Los Pájaros; g. Laguna del Operante; h. Circo del Brezal; i. Circo de la Pedriza. Si se remonta y cruza la morrena izquierda del circo de Peñalara hacia el NE, llegaremos a los Llanos de Peñalara, el más alto de los escalones tectónicos que conforman la parte superior del circo de la Hoya de Pepe Hernando. En ese rellano se forman varias pequeñas lagunas que se conocen como Las Lagunillas o Cinco Lagunas, que suelen secarse en los veranos más calurosos. Las fotos adjuntas muestran la Hoya de Pepe Hernando desde el borde de los LLanos y frontalmente desde la Cabeza de Hierro Mayor, en la Cuerda Larga. LAGUNA DE PEÑALARA-FOTOS
LAS LAGUNILLAS O CINCO LAGUNAS
HOYA DE PEPE HERNANDO
Aún más hacia el NE y a mayor altitud se encuentran otras lagunas y turberas. Algunas tan sólo charcas temporales y otras permanentes como la laguna de Los Claveles y la más bella y famosa Laguna de Los Pájaros.
LAGUNA DE LOS CLAVELES
LAGUNA DE LOS PÁJAROS
Es la más elevada del conjunto y la mayor tras la laguna Grande de Peñalara. Al noroeste queda enmarcada por el cordal que, desde la cumbre de Peñalara, desciende a través del risco de Los Claveles o Los Pájaros, hasta el collado de Quebrantaherraduras, próximo a esta laguna. El resto de su perímetro queda literalmente "colgado" sobre el paisaje circundante configurando un entorno de singular belleza. La vista desde la altura del risco de Los Claveles permite apreciar la ubicación de otra laguna en una cota inferior (punto a), es la laguna del Operante, que en la época en que se realizó esa fotografía (un 26 de agosto) se encontraba totalmente seca. El resto del paisaje en esa fotografía lo ocupa el valle del río Lozoya o valle del Paular y, al fondo, el embalse de Pinilla (punto b).
En algunas de esas lagunas y humedales se pueden observar los tallos flotantes de Utricularia minor L. (Lentibulariaceae), la lentibularia menor ( FOTO 1) que posee unas pequeñas vesículas, los utrículos ( FOTO 2) en la base de sus hojas filiformes, mediante los cuales es capaz de atrapar pequeños invertebrados planctónicos. En las duras condiciones de la alta montaña y suelos pobres, otros vegetales muestran también adaptaciones peculiares. Además de la utricularia, hay dos plantas insectívoras fáciles de observar en esta zona. Una es DROSERA ROTUINDIFOLIAL. (Droseraceae), con sus hojas cubiertas de llamativos pelos de color rojo que terminan en una brillante gota de una sustancia pegajosa gracias a la cual atrapan pequeños insectos.
Similar estrategia emplea otra Lentibulariácea, la grasilla, PINGUICULA GLANDIFLORA., que posee también pelos glandulares pegajosos en sus hojas, aunque menos conspicuos que drosera. En la foto de la grasilla que pueden apreciar como puntos negros los pequeñísimos insectos atrapados en las hojas verdes de la planta
FOTO 1
Aún otros vegetales presentan adaptaciones diferentes relacionadas con la escasez edáfica. Por citar alguna, la pequeña escrofulariácea eufrasia hirtellaJord. ex Reut. es una hemiparásita, es decir capaz de vivir sin hospedante, que puede extraer nutrientes de la raíz de otros vegetales mediante estructuras especiales llamadas haustorios (se dice que es haustorial radicular). En alta montaña, si vive sin parasitar a otra planta, da formas muy pequeñas (nanófitos). De la misma familia y similar comportamiento ecológico encontramos Pediculares sylvaticaL. en los mismos lugares.
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MACIZO DE PEÑALARA-SIERRA DE GUADARRAMA-MADRID
LGP, situación de la Laguna Grande de Peñalara MDP, morrena derecha del arco frontal MIP, morrena izquierda del arco frontal MC, morrena central o media mdh, morrena derecha del circo de Pepe Hernando mih, morrena izquierda del circo de Pepe Hernando LC, situación de la laguna de Claveles LP, situación de la Laguna de los Pájaros
El macizo de Peñalara constituye el bloque culminante del conjunto de horst que configuran los relieves de los Montes Carpetanos al norte, de los que forma parte, y la Cuerda Larga al sur. Entre ambas alineaciones montañosas se sitúa la fosa tectónica (graben) del valle del Lozoya o del Paular.
Resumen de la historia geológica Los materiales más antiguos en la zona centro corresponden a rocas marinas cámbricas y precámbricas, ahora metamorfizadas, de más de 500 millones de años (MA), junto a otras rocas metamórficas, como gneises y cuarcitas, formadas durante la orogenia hercínica a lo largo del Paleozoico. Hay también intrusiones graníticas consecuentes a la dinámica orogénica que se emplazan al final del Paleozoico, en torno a los 300 MA atrás. Las rocas cristalinas de las raíces de este orógeno (fig.1) constituirán el zócalo que luego va a aflorar en el Sistema Central. El orógeno así formado fue arrasado durante al
menos 200 MA hasta el Cretácico medio, hace unos 100 MA, en que una gran transgresión marina (fig. 2) deposita una serie discordante sobre el Paleozoico: primero un nivel de material detrítico al que se superponen gruesos bancos calcáreos (de hasta 200m de potencia en la cordillera Ibérica), culminando con yesos, arcillas y arenas que indican la etapa de regresión, ya de edad cenozoica (Paleoceno-Eoceno). Al inicio del Oligoceno comienza la elevación del Sistema Central por fracturación del zócalo cristalino y formación de una sucesión de fosas (Valle del Lozoya) y macizos (Cuerda Larga, Montes Carpetanos) que configuran el relieve de la sierra articulado con la llanura a través de una rampa arcósica. Con ello se inicia la formación de amplios abanicos aluviales de sedimentos detríticos durante el Paleógeno (fig. 3), cuyas facies distales van pasando a depósitos lacustres de carbonatos y evaporitas. Es en ese límite distal de los abanicos donde se formaron los yacimientos de sepiolita. Ya en el Neógeno, los depósitos Miocenos, con los que culmina la colmatación de la cuenca (fig. 4) son los más abundantes. Se suelen distinguir tres unidades estratigráficas que, de más antigua a más moderna, serían: • La unidad Inferior es rica en evaporitas: anhidrita, halita y sulfatos [p. e. glauberita, CaNa2(SO4)2], algunos de ellos con interés económico. • La unidad intermedia es la que aparece expuesta en los cortados y cantiles del valle del Jarama (Cerro del Telégrafo) y que presenta una sucesión de diversos niveles de arenas, arcillas, margas, algunos carbonatos y abundantes yesos. Son también abundantes las arcillas y la presencia de niveles de yesos, algo más competentes, permite la formación de los cantiles verticales. Estos materiales presentan numerosas huellas de karstificación. • La unidad superior comprende materiales detríticos arcillosos y arenosos, culminando con una capa carbonatada, la caliza del páramo, depositada en ambiente palustre somero, y que forma el nivel resistente que caracteriza la paramera de superficie horizontal sobre la que se encajaría la red fluvial cuaternaria. Durante el Plioceno, antes de la instalación de la actual red de drenaje, se depositaron sedimentos terrígenos arcillosos y calcáreos cubriendo la caliza del páramo, que podemos ver en el páramo de Camporreal. El trazado de la red fluvial viene condicionado por la presencia de una familia de fallas de traza NE-SO que, entre otras cosas, es responsable de la presencia de los escarpes yesíferos del bajo Jarama y Manzanares (foto panorámica; 60Kb). A lo largo del Cuaternario la red de drenaje se ha encajado en los depósitos de la depresión terciaria labrando valles
entre los que permanecen cerros testigo (El Viso, Ecce Homo, Almodóvar, Valdenoches...) y amplias parameras o alcarrias (Campo Real-Santorcaz, ChinchónVillarejo, Mesa de Ocaña,...), modelando varios niveles de terrazas (fig. 5; no se han representado los depósitos aluviales cuaternarios). Estos depósitos fluviales son intensamente explotados como fuente de áridos para construcción a lo largo de la vega baja del río Jarama.
El Circo de Peñalara (I) Desde las cumbres de la alineación de Cuerda Larga (Cabezas de Hierro), el circo de Peñalara se ve como un profundo recuenco limitado por una pared rocosa escarpada, en cuyo fondo se halla la laguna. Delante de esta, relieves alomados marcan la situación de los arcos morrénicos principales.
La laguna está a unos 2000m de altitud y la pared norte del circo asciende hasta los 2264m del collado que enlaza Dos Hermanas (2284m) y la culminación del Guadarrama en el pico de Peñalara (2428m). La línea blanca que recorre de izquierda a derecha la morrena en primer término es la senda que conduce a la laguna desde el puerto de Los Cotos.
CIRCO DE PEÑALARA
L, laguna de Peñalara. P, pared norte del circo principal. U, umbral de la cubeta. SO, sector sureste, hoyo menor. MC, morrena central. MI, morrena izquierda del arco frontal. MD, morrena derecha del arco frontal.
El Circo de Peñalara (II) El circo de Peñalara consta de dos cubetas glaciares de diferente tamaño separadas por un resalte rocoso (R), sobre el que se sitúa el refugio de Zabala, y que se continúa en una morrena media (Mm) que señala el límite entre ambos sectores.
El sector de la laguna (A), al nordeste, está más excavado, la cubeta es más profunda, indicando mayor espesor de hielo y capacidad erosiva. El otro sector (B), al suroeste de la laguna, tiene su fondo a mayor cota, señalando un menor desarrollo. El conjunto queda cerrado al este por un amplio arco morrénico, formado en último máximo glaciar, cuya morrena derecha (Md) muestra mayor desarrollo, incluso varios arcos menores, que la correspondiente a la izquierda (Mi).
En cotas inferiores existen otros arcos menores y muy afectados por la erosión, que no aparecen en la fotografía.
A, laguna en el sector nordeste. B, fondo del circo menor, al suroeste. R, resalte rocoso que los separa. U, umbral del circo de la laguna. Mm, morrena media entre ambos sectores. Md, morrena derecha del arco frontal. Mi, morrena izquierda del arco frontal.
FLORA Y FAUNA La flora y fauna de la Sierra de Guadarrama tiene una gran diversidad de especies. Las especies animales y vegetales que habitan en la sierra constituyen una síntesis entre las especies propias de climas y paisajes mediterráneos, como son las llanuras de la Meseta central y de especies propias de la montaña alpina y pirinaica. En la sierra hay más de 1.280 especies animales diferentes, de las que 13 están en peligro de extinción,
El paisaje por encima de los 1.800 metros está dominado por especies arbustivas rastreras como los piornos y enebros. Los pinos sivestres son escasos y de poca altura. En el entorno de los arroyos abundan las praderas de cervuno y hasta bien entrado el verano se pueden ver neveros Se encuentran cubiertas las laderas de esta sierra en el piso alpino (por encima de los 1.800 m), por pastizales de cervunoaprovechados por la ganadería extensiva que produce carne de excelente calidad y certificada como "Ternera de Guadarrama". En esta zona también abundan matorrales rastreros de alta montaña, de los cuales los dos más abundantes son el piorno serrano y el enebro rastrero. Estos arbustos no crecen en altura debido al viento, que suele soplar muy fuerte en todas las épocas del año. Los pocos pinos silvestres que existen en estas altitudes son aislados y de poca altura debido al fuerte viento y las temperaturas. Las cumbres de esta sierra son islas ecológicas donde hay especies propias de latitudes mucho mayores y que han sobrevivido la última desglaciación. Entre los 2.000 y 1.000 metros
En los piso subalpino y montano (entre los 2.000 y 1.000 m) se hallan algunos de los mejores bosques naturales del pino sivestre (Pinus sylvestris L) que existen en España, como son los de la Sociedad Belga de los Pinares del Paular en Rascafría de titularidad estatal en España (pertenece a Parques Nacionales), y que está ordenado desde el siglo XVIII,explotándose desde entonces sin interrupción hasta hoy. El pino silvestre es con diferencia la especie arbórea más abundante en toda la sierra, aunque también se pueden encontrar zonas boscosas de PINO NEGRAL (introducido por el hombre) y LARICIOy de manera más aislada FRESNOS Y ABEDULES Entre los matorrales representativos de este piso climático destacan los HELECHOS, los ENEBROS y RETAMAS esta altitud se encuentra el árbol más viejo de la sierra y de la Comunidad de Madrid Es el TEJO DE Barondillo,tiene unos 2.000 años y se ubica en la zona alta del VALLE DE Lozoya. Por debajo de los 1.400 metros
Por debajo de los pinares (a una altitud menor de 1.400 m), el piso montanoestá cubierto por robledales de rebollo(Quercus pyrenaica L), que en ocasiones invaden la zona de pinar ocasionando problemas, ya que no se pueden talar los rebollos por estar protegidos. Por debajo de los 900 metros aparecen las encinas uno de los árboles más característicos de la Meseta Central. En la zona norte de la vertiente noroeste abundan los enebros y sabinas que llegan a formar pequeños bosques. En la zona más suroccidental de la sierra, las formaciones forestales, cambian de especies; así los pinos silvestres se cambian por pinos piñoreros (Pinus pinea L), mientras que los robles se ven sustituidos por quejigos y encinas al ser esta una zona más baja y con menos precipitaciones. En los pinares de Navafría (zona norte de la vertiente segoviana) hay media docena de hayas, una especie muy poco frecuente en estas latitudes, aunque en épocas más frías abundaban en la sierra.
BIBLIOGRAFIA Se indican las fuentes de donde se ha consultado la mayoría de la información de este segundo folleto publicado por el grupo Nuestra Memoria,Nuestra Lucha. Estas son: -Libro Batallón Alpino de Guadarrama de Jacinto Árevalo -Libro de Senderos de Guerra de Jacinto árevalo Molina. -Libro de Domingo Pliego: Caminando por los escenarios de la Guerra Civil -Libro de Manuel Rincón: Andar por la Sierra de Guadarrama -Pagina web http://www.madrid1936.es/enlaces.html -Página web http://madridquebienresiste.forumup.es/ -Página web : http://www.sbhac.net/Republica/Fuerzas/EPR/EprL/BM045.htm -Articulos de Jacinto árevalo en Crónicas Gabarreras http://www.cronicasgabarreras.com/
-Página web Rincón del Senderismo http://rinconsenderismo.webcindario.com/ -Articulo de Silvia http://www.larevelacion.com/Viajes/Articulos/loquelaguerracivildejoenlasmontanas.html -Página web http://platea.pntic.mec.es/~cmarti3/GEO/mod/lagunas.htm
-Libro Los Montes de Valsaín y el valle de Valsaín del Centro Montes de Valsaín(Guia de visita) -Folletos del Ceneam(valle de Valsaín) -Sierra de Gudarrama-Wikipedia
GRUPO NUESTRA MEMORIA NUESTRA LUCHA http://nuestramemorianuestralucha.blogspot.com/ EMAIL : quikmano@gmail.com