Centenario del Dr. Antonio Arbelo Curbelo, Presidente de la “Peña Pancho Guerra” en Madrid. Por Pedro José Franco López. A propósito del Centenario de Pancho Guerra que se conmemora este año, procede destacar que, la casualidad (o causalidad) hace que también este año 2009 sea el Centenario del nacimiento del insigne doctor e investigador Don Antonio Arbelo Curbelo. Nació Francisco Guerra Navarro –Pancho Guerra-, el 11 de junio de 1909 y el 10 de septiembre del mismo año, justo tres meses después, nace Antonio Arbelo Curbelo y sus vidas acabarían por encontrarse en Madrid allá por mitad del s. XIX – año 1942 exactamente- y, según palabras del propio Arbelo Curbelo “…disfruté de la excelsa amistad de Pancho Guerra durante diecinueve años”. El Dr. Arbelo Curbelo estudió la licenciatura de Medicina en Santiago de Compostela (1933) y en 1940 se estableció como pediatra en Las Palmas mereciendo por su brillante labor, un gran prestigio. Marchó luego a Madrid dónde destaca en su especialidad de Pediatría, colaborando a través de la Dirección General de Sanidad y de Organizaciones Internacionales en la lucha contra las enfermedades infecciosas infantiles y en la implantación de programas de prevención de la subnormalidad, a través del cuerpo de Puericultores del estado. Avalan su trabajo y sus investigaciones en el campo de la demografía infantil así como en Pediatría Sanitaria y Clínica, la publicación de más de doscientos trabajos y una veintena de libros. Profundizaremos en la relación entre el Dr. Arbelo y Pancho Guerra, pero antes añadir que fue el Pregonero de las Fiestas de Santiago de Tunte en el año 1984 y en un exquisito texto nos relata su paso por las Tirajanas en el año 1934, desmenuza sus andanzas con Pancho Guerra por Madrid y termina exponiendo y proponiendo el que San Bartolomé de Tirajana en general y Maspalomas en particular se desarrollen como un gran espacio de salud, tomando como referente aquella máxima latina: “Civium salucti et Oblectamento” (para salud y deleite de todos los ciudadanos). Viene este último comentario a cuento, porque cuatro años más tarde -1988-, el Dr. Arbelo Curbelo publica el libro “Tirajana (Maspalomas Costa Canaria), Espacio de Salud”, que dedica a la memoria de Pancho Guerra “Con los recuerdos, siempre tan vivos y alegres, de nuestra entrañable amistad”. Esta aportación literaria, viene a complementar el
texto de su Pregón de las Fiestas de Tunte de 1984 y el de la conferencia que impartió en la Casa de la Cultura Pancho Guerra de la Villa de San Bartolomé de Tirajana, con motivo de su inauguración, en febrero de 1977. El Dr. Arbelo Curbelo, junto a un grupo de amigos funda en el mismo Madrid la “Peña Pancho Guerra”, con el único objeto de recopilar, ordenar y catalogar las innumerables notas y apuntes que dejó esparcidos por los trasteros de dónde pasaba. Prueba es que cuando la Mancomunidad de Cabildos asumió la publicación de sus Obras Completas, deciden autodisolverse –por el año 1992-, pués ya estaban cubiertos sus objetivos iniciales. No obstante eso y mucho antes, en el año 1965, cuatro años después del repentino fallecimiento de Pancho Guerra, la “Peña Pancho Guerra”, que presidía el Dr. Antonio Arbelo Curbelo, publica el libro “Contribución al Léxico Popular de Gran Canaria” y, para ser justos, recordar aquí que la ardua tarea de recopilar la inmensidad de notas y apuntes fue encomendada a Miguel Santiago Rodríguez. Gracias a este empeño, conservamos para la posteridad, frases de Pancho Guerra como: “Si quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho, no analices”. O aquella estrofa: Con una vara de brimbe Te voy a coser el culo; No te queará bonito, Pero te quea seguro. Y, hablando de Miguel Santiago Rodríguez, recurrir al testimonio que nos deja el investigador Don Juan Dávila García, por quién sabemos que, además, fue Catedrático y Archivero, natural de Guía y que adapta al teatro obras como “La Umbría” de Alonso Quesada y “Nada” de Carmen Laforet. Abundar a este respecto y poner en la palestra el comentario de Don Miguel Guerra García de Celis (sobrino de Pancho Guerra y Presidente de la Fundación que lleva su nombre), cuando demanda un homenaje o reconocimiento a la “trastienda” de Pancho Guerra, o sea, a todas aquellas personas –canarios del alma- que, por circunstancias de la vida eligieron o les tocó estar fuera y supieron reconocer y dar el justo valor a lo que Pancho Guerra nos dejó como legado y decidieron hacer -lo que fuera-, con tal de que su obra no se perdiera. Y para terminar este artículo-homenaje al Dr. Arbelo Curbelo, dejar constancia de una frase que lleva su cuño: “La obra de Pancho Guerra respira canariedad desde la sencillez, humildad y genialidad”.
Mucho hay que hablar y escribir sobre la figura del insigne Dr. Antonio Arbelo Curbelo y sobre los distintos campos de trabajo e investigaciones que abarcó, sirva esta modesta aportación sólo para que el Centenario de su nacimiento no pase en balde y sea valorado su trabajo en su justa medida. Autor: Pedro José Franco López