Para empezar, buscamos un palo adecuado, de una altura aproximada de 50 ó 60 cm.
No tiene porque ser recto, aunque también es muy bonito, ver una palmera erguida. A mí personalmente, de cualquier manera que la vea, siempre me parece, señorial y majestuosa. En ocasiones, procuro escoger algún palo que tenga cierta curvatura, ya que cuando vemos varias palmeras juntas, y una de ellas se destaca, justo por esa esbeltez, por esa inclinación graciosa y
elegante,
le
da
un
toque
de
distinción entre las otras. Esa es mi modesta opinión. Me encanta verlas, tiene
una
belleza
natural,
que
engalanan el paisaje donde están plantadas. MATERIALES NECESARIOS: Un trozo de palo, ó rama de árbol, arcilla
ó
barro,
cola
blanca
de
carpintero, y un instrumento cortante, para tallar el barro, y formar los rombos horizontales, y de aspecto casi aplastado
Un trozo de palo, ó rama de árbol, arcilla ó barro, cola blanca de carpintero, y un instrumento cortante, para tallar el barro, y formar los rombos horizontales, y de aspecto casi aplastado Yo utilizo para ello, un cuchillo de cocina de una sola pieza. Lo he cortado por la parte que utilizamos con los alimentos, y esa zona cortad, tiene aspecto de formón de carpintero. Se le hizo un bisel, y corta muy bien. PASOS A SEGUIR: 1º corto el palo, con las medidas aproximadas que hablamos antes 2º a continuación, le hago un agujero en uno de los extremos del palo, de unos 3 ó 4 cm. de profundidad, que será el lugar donde se insertan todas la hojas, una vez estén terminadas (recordamos, que las hojas se unen de dos en dos, con alguna cinta adhesiva, yo uso esparadrapo de papel, ya que por mi profesión, es lo más cerca que tengo) Al terminar de unir el conjunto de las hojas, esa zona que ha sido envuelta por el esparadrapo, tiene forma como de un cono, con la punta ó vértice principal hacia abajo, y será esa punta del
cono,
el
comienzo
de
introducción de las hojas en el tronco de la palmera. 3º comenzamos a vestir el palo con la arcilla. Ponemos un poco de cola blanca en el extremo
inferior, dejando libre antes de empezar, 4 ó 5 cm que será lo que se esconde bajo tierra la tierra, y al mismo tiempo sostiene el tronco de la palmera . Lógicamente, todo depende de si coloco el tronco erguido, en posición vertical, ó le doy un poco de inclinación, para que no se vean todas iguales, y esa ligera diferencia, le da ese toque de elegancia y distinción. Lo que sí es cierto es que, cualquier decisión que se tome, siempre hay que dejar unos centímetros del palo sin vestir con la arcilla, para que se mantenga derecha, y parezca que de verdad, está plantada en el suelo. 4º una vez a salvo esos centímetros del palo que va bajo tierra, volvemos a poner a continuación un poco mas
de
cola
blanca
en
el
palo,
extendiendo con una brocha un espacio de 5 ó 6 cm 5º luego sobre la cola blanca, que me sirve ó sujeción, añadimos un trozo de arcilla, que intentamos unir al palo, por medio de la cola blanca, y la presión de nuestras manos. 6º al principio, no presiono mucho la arcilla, pues esta primera parte la dejo un poco más ancha, y me sirve para hacer las raíces del tronco de la palmera, y que asoman sobre la tierra, y que da ese efecto de unión con el suelo.
7º una vez colocada la arcilla, con la punta del cuchillo que ha sido cortada previamente, como si fuera un formón de carpintero, damos unos ligeros cortes a la arcilla de forma vertical, para imitar dicha raíz. Una vez hecho este primer paso con la arcilla, seguimos adelante formando el troco. 8º la arcilla, la voy colocando poco a poco, en espacios de 6 ó 7 cm, para que no se seque y poder trabajar con ella, ya que si se seca demasiado, se quiebra, y no podemos manejarla como se desea. 9º a continuación de la raíz, el dibujo a formar seria un rombo, casi horizontal. Si observamos el dibujo del tronco, observamos que con el cuchillo hacemos una línea inclinada hacia abajo, y seguido, otra hacia arriba, hasta rodear todo el tronco. Una vez hecho esto, con el dibujo formado con las líneas que hemos dibujado con el cuchillo en la arcilla, intentamos formar el primer rombo horizontal, y así sucesivamente, sin prisa, hasta acabar el tronco. Es difícil acabarlo todo de una vez, ya que si no dejamos secar bien la parte trabajada, con los dedos, al sujetar el palo, para seguir trabajando podemos deformar el dibujo hecho en la arcilla Terminado el tronco, y una vez seca la arcilla, lo pinto todo de negro. Dejo que se seque bien la pintura, y tomo una brocha mojada en pintura de color amarillo ocre, limpio sobre una
superficie el exceso de pintura, y con lo que queda en la brocha, doy un ligero barrido al tronco (solo barrer, no pintar) y con la misma brocha, sin limpiar, tomo un poco de color blanco, y repito otra vez el mismo barrido de antes, y dará una nueva imagen
al
tronco,
dándole
luz,
y
conservando el color oscuro del fondo, que hace resaltar la identificación, de cada uno de los rombos Colocamos a continuación, las hojas de la palmera ya abierta, le damos la inclinación que estimemos necesaria, y ya podemos observar y contemplar nuestra obra.
Un saludo: José Luis Tacoronte.