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Fabricantes y contratistas afrontan su hora más difícil
Eduardo Borri (CAFMA)
y Jorge
Scoppa
(FACMA) analizaron el escenario que afronta la agroindustria, signado por un combo que impacta fuerte en los negocios.
El año 2023 viene con complicaciones de todo tipo para el campo y la agroindustria. El clima se lleva todas las miradas, con una sequía atroz que tiene sus efectos en el tiempo, pero el escenario macroeconómico y político también contribuyen para una incertidumbre generalizada que impacta en todos los sectores productivos. Uno de los sectores que siente con fuerza el combo letal descripto involucra a la maquinaria agrícola. Eduardo Borri, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), realiza un análisis sombrío de la coyuntura que afronta el sector que refleja el momento: "las ventas se redujeron en un 50%. Fuimos a expoagro, pensamos que iba a ser peor, tuvimos un buen número de pedidos, pero la realidad es que muchas de las ventas se terminaron cayendo por el relanzamiento de la resolución 7720 del BCRA".
En efecto, la disposición que menciona el empresario prohíbe el otorgamiento de créditos a productores que tengan más de un 5% de stock de granos. "Esto es una medida que no necesariamente afecta directamente a nuestro cliente, sino que nos afecta a nosotros que estamos en la cadena de valor, ya que el productor termina optando por no comprar", reconoce.
A la hora de referirse a los insumos, que se convirtieron en un problema el año pasado a raíz del faltante, Borri señala que la situación "no está siendo crítica", pero sigue habiendo obstáculos para conseguirlos.
"Lo que está pasando con los asociados o fabricantes es que hoy se pusieron al día, no hay atraso en las entregas, se reducen horas extras y tercerización de producción", advierte. Y agrega: "lo último que un fabricante quiere hacer es desprenderse del personal valioso. Toda esta coyuntura que tenemos y la debilidad que Argentina tiene, no solo a nosotros como fabricantes nos afecta, sino a todos los ciudadanos de a pie".
Al respecto, comenta: "estamos trabajando codo a codo con entidades bancarias oficiales como Banco Nación, como para tratar de obtener un crédito dirigido a nuestros asociados para que puedan mantener la empleabilidad, para poder seguir generando en el interior productivo puestos de trabajo".
A modo de reflexión, admite que "será un año duro para transitar", pero espera que a partir de una mejora climática (como proyectan los expertos de cara a la campaña 2023/2024), confía en poder retomar "la senda de crecimiento que nos supo poner en el 2022 como récord históri- co de ventas de maquinaria agrícola nacional". Y concluye: "necesitamos tener expectativas, esperanzas, que esto se va a revertir prontamente".
Otro de los sectores que padece un combo letal (conformado por el clima, la política y la macroeconomía) es el contratista. Para conocer el escenario que afronta el sector, el presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (FACMA), Jorge Scoppa, afirmó: "es un año donde perdemos todos". Y agregó: "la sequía nos afectó notablemente a quienes prestamos servicios de cosecha, a tal punto que se trabaja con valores por debajo de nuestras listas".
El panorama es muy incierto y lo único que puede cambiar el ánimo viene de la mano del clima. "Necesitamos que llueva para que mejoren los perfiles de humedad y se pueda alcanzar una buena siembra de trigo porque la cosecha gruesa ya sabemos que será un fracaso total", advirtió.
Por eso, en virtud del escenario que afrontan, desde la entidad que preside Scoppa decidieron gestionar ante el Gobierno nacional, y en el Ministerio de Economía, la posibilidad de "trasladar cuotas" hacia el final de los créditos que los empresarios del sector tomaron para seguir. Sin embargo, las novedades brillan por su ausencia. "Todavía no hemos tenido respuesta y lamentablemente ya la debiéramos haber tenido. Están haciendo oídos sordos a los pedidos y eso que la primera nota con audiencia presencial fue hace 60 días", contó el dirigente.
E insistió: "no estamos en el mejor momento. Se frena la venta de maquinaria agrícola, no se pueden hacer inversiones, no hay volúmenes y lamentablemente lo que se junta alcanza para pagar algunos gastos y seguir adelante. No vamos aflojar, pero está muy difícil todo".
Para peor, la inflación galopante genera distorsiones muy grandes, teniendo en cuenta que el contratista cobre sus servicios en pesos, pero los insumos están dolarizados.
"No sé qué panorama vamos a tener en el futuro; veremos si el próximo Gobierno estabilizará la situación, sea quien sea, pero es difícil seguir cuando el clima no ayuda. Si tuviéramos volúmenes, nosotros en cantidad de hectáreas cosechadas y los productores en kilos, uno podría seguir adelante, pero como estamos es complicado", concluyó.