ENTRE TIERRA Y MAR P R O Y E C T O S 6 . O C I O U R B E S
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UNA HISTORIA QUE CONTAR LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (I) LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (II) LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (III)
LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (I)
LOS BAÑOS DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
Aunque la afición por los baños de mar era todavía escasa en la ciudad (la mayoría de los alicantinos no pasaba de nueve baños al año, y tomados de “Virgen a Virgen”, es decir, del 16 de julio al 15 de agosto, según aconsejaban los médicos de la época) los balnearios de la Playa del Postiguet aparecieron ya en 1864 y constituyeron, hasta 1960, un elemento muy característico de la playa de Alicante. Su número máximo fue once, de los cuales siete se desmontaban al terminar la temporada estival.Estaban dotados de casetas para diversos tipos de baños, incluídos los de “algas”, gimnasio y restaurantes. Debemos de tener en cuenta que durante la primera mitad del siglo XX, existió una clara vinculación del veraneo con la balnetoterapia, favorecida extraordinariamente por la mejora de la red de comunicaciones (trenes y carreteras). Junto a ello se desarrolló la idea del descanso invernal, manifestada por la preocupación científica de prodigar la excelencias del agua de Alicante. Ante la necesidad de dar a conocer las “maravillas” de nuestra ciudad y su clima, se realizó un gran esfuerzo en la construcción de dichos balnearios.
BALNEARIO DIANA 1910
Los balnearios eran un prodigio de técnica y construcción. Se levantaban sobre columnas de hierro, hincadas en la arena y empotradas en un cimiento de mampostería hidráulica para otorgarles seguridad. Constaban de dos partes esenciales: la entrada (a modo de puente sobre pilastras, que salvaba la primera zona de arena y algas de la playa) y la plataforma (que solía ser rectangular, con un salón central que recibía el sol por todos sus frentes y tragaluces). Las formas arquitectónicas de los balnearios conjugaban las funciones higiénicas y de ocio, con unas connotaciones diferentes de las formas tradicionales. En algunos casos estos edificios participaban y se impregnaban de los valores estéticos imperantes en el momento, pero es sin duda en sus fachadas donde mejor se plasmaba el caracter de esparcimiento y donde se pretendía representar artificiosamente unas estructuras fastuosas. Los últimos en desaparecer, allá en 1966, fueron “La Alianza” y “La Alhambra”. El motivo, un terrible accidente al derrumbarse la balconada de uno de ellos. Antes de dejaros con las imágenes de dichos balnearios, una última anécdota: el Balneario Diana fue parcialmente restaurado en 1937, tras ser destruído en uno de los bombardeos acaecidos en nuestra ciudad.
LOS BAÑOS DE MAR JUNTO AL BALNEARIO DIANA 1900
BAÑOS SIGLO XX
LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (II)
LOS BAÑOS DE MEDIADOS DEL SIGLO XX Antes incluso de aquellos pioneros que venían en el tren botijo, hubo otros muchos turistas que comenzaron a descubrir las bondades de los “baños de mar y de sol” que brindaba nuestra tierra. En 1875, un inglés publicaba un relato sobre el verano, la gastronomía, el hospedaje, el tabaco, el puerto y el mercado en una carta enviada al diario “Times”. Este pequeño relato nos describe tanto los baños como el ambiente de actividades que los rodeaba, y la rutina diaria de aquellos que venían en vacaciones a Alicante y se hospedaban en las pensiones del entorno del Ayuntamiento y el Paseíto de Ramiro.
Imagen de los balnearios permanentes
“Los bañistas toman sus habitaciones por un mes o seis semanas, no en chalets privados como es costumbre en los sitios ingleses de baños, sino en las fondas o en las muchas casas de huéspedes en que abundan las poblaciones españolas de algún movimiento. En la casa de huéspedes la vida es más barata que en la fonda, pero las dos comidas de mesa redonda, a las 11 y a las 6, son casi iguales en ambos establecimientos. El gasto del hotel, incluido el pequeño dormitorio y las dos comidas diarias varía de uno a uno y medio duros, siendo el valor del duro como unos cuatro chelines y seis peniques de nuestra moneda.Si se toma chocolate o té por la mañana, o se piden vinos o cerveza, esto se añade al gasto. El almuerzo a las 11 es un abundante lunch que consiste en pescado frito y cuatro o cinco principios de otros guisos más suculentos con vino y frutas de estación, sin aumento de precio. La comida de las seis es parecida con la adición de sopa y dulces. Como regla general un viajero inglés que necesita algo para fortalecer su estómago antes de la hora del almuerzo, especialmente si toma su baño, su vaso de cerveza o vino escogido, puede muy bien acomodarse pagando dos duros al día.” Este inglés aseguraba que “el español nunca se queja de los alimentos, y aunque se los sirven de cualquier modo, siempre los recibe de la manera más alegre del mundo”. Tras probar los balnearios, decidió describirlos así:
Con dobles y largas faldas, a la orilla del mar en el Postiguet 1900
“Después de las seis de la mañana es de todo punto imposible el descanso: Cada cual se viste y se compone. El mercado ha empezado también (el antiguo Mercado de la Plaza del Mar), los pequeños vehículos y caballerías cargados de frutas y verduras convierten la calle en una verdadera Babel. Entre siete y ocho, todo el mundo toalla en mano baja a las casas de baños. Son una especie de galería de casetas vistosamente pintadas que en dos alas se adelanta en el mar sobre caballetes de madera o de hierro, y con unas escalerillas para bajar hasta el agua. Uno de los lados está destinado a las mujeres. Por regla general, los hombres son buenos nadadores y se separan largo trecho de la orilla, teniendo muchas veces a reserva un bote salvavidas que les sigue a cierta distancia. Después del baño se da una corta vuelta por el paseo de palmeras que se extiende por la osta, se compran los periódicos, se contempla el sol, los buques a la carga, el árabe castillo del cerro...”
Vistas fachada marítima con los balnearios en el Postiguet BAÑOS SIGLO XX
LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (III)
LOS BAÑOS DE FINALES DEL SIGLO XX ”El baño de mar puede tomarse por gusto o por prescripción facultativa, lo cual quiere decir que es medicinal, por cuya razón, no se debe abusar de él permaneciendo demasiado tiempo en el agua o excesivamente poco, pues lo mismo en uno que en otro caso, puede perjudicar al que se baña; el tiempo de duración puede ser desde 15 minutos a una hora según explicación de algunos doctores, pero hay que tener en cuenta el temperamento de cada persona; las hay muy gruesas que pueden resistir la hora indicada, y las hay delgadas que sólo pueden resistir 30 minutos. Por esto nos atrevemos a indicar que siempre que tengan que bañarse en el mar, se aconsejen de un médico de la localidad. Única manera de evitar erupciones y malestar por efecto del baño, que por falta del consejo de la ciencia, en vez de encontrar mejora en el organismo, puede entorpecerse por algún tiempo y causar los consiguientes perjuicios al que tal suceda”. Se calcula que mientras hubo de estos trenes visitaban Alicante alrededor de 30.000 bañistas cada verano. Para acogerlos, se había llegado ya en 1900 a la cifra de once balnearios. Una guía turística de ese año los mencionaba por el orden que ocupaban en la playa. De derecha a izquierda, según se miraba al mar, se alineaban: “La Esperanza, La Alianza, Diana, La Estrella, La Confianza, La Florida, La Rosa, Las Delicias, Baños de Guillermo, El Almirante y Baños de Madrid.”
Una de las últimas imágenes de los balnearios, y muy curiosa por ser de las primeras a color. Podemos apreciar los últimos dos balnearios fijos, y el turismo que ya invade nuestro Postiguet desprendido de pudores y timideces, bañándose en el agua directamente, tostándose al sol y tomando refrescos en los chiringuitos. También es muy curioso observar el Raval Roig, el Cocó y la Sangueta, muy distintos a hoy en día.
Los chapuzones en el mar eran seguidos por espectadores que se concentraban en las balconadas más extremas. Todo un ritual, que comenzaba para el día de Corpus, al son de las campanas de San Nicolás, día en que, a modo de convocatoria, se decía aquello de “Poseu els Banys, Poseu els Banys”, que venía a ser como el pistoletazo de salida de la temporada. En la segunda década del siglo XX, Francisco Figueras Pacheco los describía así: “Nuestros balnearios ofrecen el cuadro singularísimo de una airosa construcción, cuyo subsuelo es el mar, sobre el cual se extienden largos y elegantes salones formados por dos filas de cómodas casetas, que sendas galerías, a modo de balcones sobre las olas limitan exteriormente. Una breve escalera de ocho o diez peldaños, comunica el interior de cada casilla con el agua y permite a los bañistas bajar a ella con el menor número de molestias”. Un caso especial fue el Diana. Permanente desde 1876, consiguió ser el más lujoso. En agosto de 1938, varias bombas incendiarias destruyeron tres cuartas partes del balneario, quedando a salvo el restaurante. Tres días después se incendió lo que quedaba, cerrando una historia con muchos años de esplendor.Como el Diana, otros balnearios quedaron destruidos, con sus restos y pilares de madera sobre la playa. La mayoría no reaparecieron ya, con lo que podía darse por culminada su etapa más memorable. El turismo posterior vería renacer, todavía, los nombres de La Alianza y la Alambra, con fachadas distintas, hasta que en 1969 se optó por retirarlos.En principio, iban a mantenerse los balnearios, beneficiarios de concesiones administrativas que caducaban en 1985, en el caso de La Alianza, y el 2015 en el caso de la Alhambra, pero la importante reforma del paseo de Gómiz cambió el rumbo de los acontecimientos al tiempo que surgían críticas al mantenimiento en pie de los balnearios.
En la reforma de los años 67-68, donde desapareció la estación de clasificación de mercancías, los balnearios y e incluso los pabellones de baño que se sustituyeron por otros elevados sobre pilares y que en la segunda gran reforma de 1995 fueron derribados paulatinamente.
La suerte estaba echada. Cuatro millones de pesetas le costó al Ayuntamiento la expropiación; los gastos de demolición los asumía el municipio, mientras que a los propietarios se les permitía aprovechar los materiales retirados y se les respetaban los compromisos de sus restaurantes para las comuniones de mayo. La imagen de los operarios retirando piezas de La Alianza y la Alhambra fue el punto final de una larga historia. Una larga historia además , a la que bañistas, mirones y empleados ligaron, alguna vez en sus vidas, momentos inolvidables.
BAÑOS SIGLO XX
OBVIEDADES
LA SANGUETA &
DE
HUERTOS URBANOS
ESTACIÓN DE LA MARINA DE USOS EN TALLERES ZONAS VERDES
ACTUACIÓN
& RECUPERACIÓN
ÁMBITO DE ACTUACIÓN
ANÁLISIS
OBVIEDADES
ANÁLISIS
LA SANGUETA & HUERTOS URBANOS
ESTACIÓN DE LA MARINA & ESPACIOS DE RECREO
P
R O P U E S T A
B A Ñ O S I G L O X X I
BAテ前S SIGLO XXI
EXISTENCIAS
BAテ前S SIGLO XXI
BAテ前S SIGLO XXI
BAテ前S SIGLO XXI
BAテ前S SIGLO XXI