Editorial
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Ante una nueva etapa política, necesitamos avanzar en la organización del pueblo trabajador. Las elecciones de agosto redelinearon el escenario político argentino. De cara al futuro recambio en 2015, desde el poder se plantea una salida continuista por derecha. Al pueblo trabajador se le plantea profundizar su organización independiente para dar la disputa por un proyecto alternativo.
Reordenamientos en la cúpula del poder El fortalecimiento de un nuevo armado alrededor del intendente de Tigre, Sergio Massa ha sido el hecho más importante que ayudó a cristalizar el nuevo panorama político. Lo que abre el Frente Renovador de Massa es la posibilidad de un reordenamiento de poder. Explicita la viabilidad de realizar un cambio parcial en las altas esferas, abriendo el juego principalmente a sectores del peronismo cuya cuota de poder se ha visto reducida ante el núcleo duro K. Lo que se perfila entonces, hacia el 2015, es un escenario post kirchnerista en donde la distribución del poder al interior del peronismo y el PJ se habrá modificado
parcialmente, pero en donde muchos de sus protagonistas serán los mismos. Es un hecho fundamental tener presente que gran parte de la base del armado de Massa es, ni más ni menos, la del propio kirchnerismo: el PJ, los intendentes del conurbano, la burocracia sindical, los representantes del empresariado… Los mismos dirigentes locales en los que el kirchnerismo se ha apoyado para sostener su poder en el territorio son los que ahora en la campaña de agosto (con toda razón) fueron identificados por los kirchneristas fieles como “la derecha”, en la medida que fueron optando por aliarse con Massa. No es novedad, pero es un momento importante para recordarlo: gran parte (no toda) de esa derecha, como la que hoy se encolumna tras De Narváez, tras Massa o tras Scioli, ha sido (y en muchos casos sigue siendo) abonada y defendida por el kirchnerismo, como su base de sustentación. Hoy mismo funcionarios del gobierno salen a respaldar las represiones de sus gobernadores aliados en sus “feudos” como Jujuy o Neuquén. Tal vez el indicio más claro del cambio a medias que se viene, no es tanto el armado de Massa en
sí, sino, sobre todo, el cambio de discurso al interior del kirchnerismo. Allí, se ha reconocido el avance del massismo y ahora muchas figuras del kirchnerismo (el propio Insaurralde, por ejemplo) le profesan un respeto que anticipa su clara vocación de diálogo y negociación con quien hasta hace algunas semanas era catalogado como una reencarnación del neoliberalismo menemista. Este cambio en el perfil kirchnerista se pone de manifiesto, al interior de sus propias filas, en el protagonismo adquirido por Daniel Scioli. Aquel que ha sido denunciado tantas veces desde la misma tropa kirchnerista como un representante de la derecha, es ahora una de sus principales figuras, el respaldo central del candidato oficial Insaurralde y la carta más importante que les permite a las figuras del kirchnerismo apostar a seguir siendo parte de la gestión gubernamental. A diferencia, por ejemplo, de De Narváez, las opciones de Scioli y Massa plantean un futuro postkirchnerista que tenga cierta continuidad con el modelo actual. En ese marco aparece, por ejemplo, la apropiación de un reclamo obrero como es la eliminación del impuesto al salario. Más allá del carácter oportunista, demagógico y matizado de esta
medida, su propuesta, realizada desde un nucleamiento que incluye a un ex presidente de la UIA y a sectores de la burocracia sindical (a donde se sumará prontamente Moyano, quien supo ser el jefe de la CGT kirchnerista), expresa la voluntad de mantener el perfil de un gobierno proempresario que, a su vez, otorga ciertas concesiones e interpela a sectores obreros y populares para sostenerse. Pero además de cierto continuismo, estas opciones hacia las que tiende el recambio representan una perspectiva derechista que se expresa, por ejemplo, en los planteos de mayor seguridad, su desprecio por las formas de organización popular o una mayor obsecuencia con los EEUU. Así, de la mano del mismo kirchnerismo (con Scioli), o de su reconversión (con Massa), lo que se perfila para dentro de dos años es un corrimiento hacia la derecha vertebrado por una dirigencia que sigue afincada en el PJ y sus punteros y que es aliada principal del empresariado y la burocracia sindical.
El progresismo empantanado La perspectiva del fin del ciclo kirchnerista y su salida por derecha pone sobre la
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sando, de forma rotunda. Muchos de ellos se han transformado. No creen en la igualdad social, en las luchas populares, en el enfrentamiento con los ricos y los poderosos. Es su problema. Más importante para nosotros, es recoger semejante experiencia, identificar esta vía muerta, y valorar, en cambio, aquellas perspectivas que si pueden abonar un proceso transformador porque se fundamentan en la lucha y la organización del pueblo trabajador.
Hacia una salida de fondo La necesidad de conseguir conquistas populares, derechos para el conjunto de la clase trabajadora, tiene una vigencia absoluta. Las necesidades abundan: trabajo y salarios dignos, vivienda, salud, educación, cuidado de los recursos naturales, derechos sociales, respeto a la diversidad cultural y sexual, etc. La agenda de nuestras tareas está repleta. Aquellos que decían que la cambiarían desde arriba, bastante poco han aportado para resolver estos grandes problemas. Mientras tanto siguen sin privarse de reprimir en Jujuy o en Neuquén, de seguir pagando la deuda externa, de promover la militarización con gendarmes en el Gran Buenos Aires… La posibilidad de avanzar en las conquistas sociales que el pueblo trabajador necesita no radica en el recambio de los mismos políticos patronales, sino en la organización del pueblo trabajador, con independencia de clase, para enfrentar a patrones, burócratas y políticos afines, y ganar los derechos que nos merecemos. Aunque debemos ser cautos para no exagerar nuestras propias fuerzas, es justo decir que el pueblo trabajador, en su proceso de organización e intervención sindical y política viene dando pasos hacia adelante. La acumulación desarrollada en el proceso de recuperación sindical durante lo que va de este siglo es importante. Expresa la incipiente recom-
posición de la actividad gremial de la clase trabajadora, tan duramente golpeada por la dictadura primero y el neoliberalismo de los ’90 después. Además, junto a los trabajadores, hoy se desarrollan una significativa cantidad de experiencias de lucha y organización popular de sectores anticapitalistas como sucede en el estudiantado, movimientos sociales, territoriales, culturales, de género... El agrupamiento y la iniciativa del pueblo trabajador y sus organizaciones, también viene teniendo un peso creciente en el plano político. Expresión de eso es, por ejemplo, el crecimiento del apoyo electoral a la izquierda, particularmente al FIT, como se visualizó en las elecciones de agosto. Saludamos, desde luego, este crecimiento y la importante elección realizada por el FIT a nivel nacional, por ser un frente integrado por compañeros de la izquierda, anticapitalista, que incluye a luchadores sociales y a parte del emergente activismo antiburocrático que se organiza en las fábricas y los distintos lugares de trabajo. Pero por supuesto, el hecho de que se cristalice un avance de la izquierda y de las organizaciones del pueblo trabajador, no nos redime de tareas. Aunque la perspectiva es de recomposición, somos conscientes que el peso de la izquierda en la política actual es minoritario. En ese marco, se nos plantea redoblar esfuerzos para hacer avanzar la organización del pueblo trabajador en todos los planos, para fortalecer una perspectiva de lucha anticapitalista para la conquista de una nueva sociedad que no tenga lugar para la opresión y la explotación. En ese sentido, como venimos sosteniendo, consideramos que en esta etapa de acumulación, es preciso trabajar en varios niveles. Sigue siendo vital el desarro-
llo de la militancia sindical y gremial, principalmente en los ámbitos sindicales de la clase trabajadora (disputando puestos de delegados, comisiones y juntas internas, seccionales y sindicatos), y junto a ello, desarrollando la organización gremial del pueblo trabajador en otros ámbitos de participación como el estudiantil, el territorial, el cultural, etc. A su vez, consideramos que es fundamental desarrollar espacios de confluencia de activistas y organizaciones sociales y políticas, que nos permitan intervenir de conjunto en la lucha por las reivindicaciones del pueblo trabajador. Entendemos que es fundamental avanzar en mayores niveles de articulación, forjando programas de lucha unitarios y constituyendo ámbitos más orgánicos que tiendan a incluir al conjunto de los sectores que se organizan con independencia de clase para enfrentar a las patronales, la burocracia y sus gobiernos. Y en el marco de este proceso de lucha, organización y articulación, consideramos que es fundamental, además, avanzar hacia la construcción de un partido revolucionario. Un partido con vocación de contribuir a encauzar la lucha obrera y popular por un camino revolucionario para la conquista del socialismo. Un partido que tiene como condición necesaria el desarrollo y fortalecimiento de los destacamentos que hoy se plantean esa perspectiva, y también el trabajo unitario para la confluencia en una orgánica superior, y que debe proponerse convocar a todos aquellos que aspiran a darle una salida revolucionaria a la lucha de nuestro pueblo y que hoy no encuentran una clara referencia para esa alternativa. Nuestro reto es de dimensiones, lo sabemos. Pero sabemos también que si logramos avanzar con una perspectiva revolucionaria, dejaremos atrás la mugre de estos políticos amigos de los patrones que siempre acaban burlándose de nuestro pueblo, y avanzaremos en cambio hacia la resolución de los grandes problemas del pueblo trabajador. Y eso vale el esfuerzo, claramente.
Editorial
mesa el fracaso del progresismo posibilista. Como es sabido, con el ascenso del kirchnerismo hubo numerosos sectores que tuvieron la ilusión de que podría alcanzarse un cambio profundo de nuestra sociedad desde las filas del propio Estado capitalista. Con esa expectativa adoptaron la defensa de un “modelo” que, se suponía, iba en un proceso de “profundización”. Con paciencia y disciplina debíamos avanzar –decían- “por lo que falta”. En nombre de esa tarea que fue elevada a lo más alto, asumieron costos gravísimos: se integraron en un conglomerado que incluía a sectores de lo más rancio de la política argentina (como los mismos “amigos de Clarín” Massa y Scioli), aceptaron y reivindicaron el pago de la deuda externa, la megaminería, la entrega a Chevrón…, criticaron las huelgas obreras y las luchas sociales por considerar que “le hacen el juego a la derecha”, argumentaron por qué había que acompañar a gobernadores como Gioja o Insfrán, intendentes como Othacehé, o burócratas como Gerardo Martínez Desde organizaciones sociales como la Tupac Amaru, hasta organismos de derechos humanos como la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, pasando por diversas experiencias de organización social, sindical y política, decidieron integrarse al “proyecto nacional y popular” para “profundizarlo” desde adentro. Desde el Estado, conviviendo con patrones y burócratas, aceptando las reglas del PJ y la dinámica de disciplinamiento social, pretendían cambiar la sociedad, y fracasaron, están fraca-
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“Crecer para pagar, lo dijo Néstor, lo sostuvo Cristina” Ante el fallo judicial en EEUU a favor de los fondos “buitres”, el kirchnerismo respondió con una nueva propuesta para reabrir el canje de la deuda en default y continuar, de esta forma, con el pago de la deuda externa.
El 23 de agosto se dio a conocer el fallo de la Corte de Apelaciones de Nueva York que ratifica la posición del juez Griesa en favor de los fondos “buitres”. De esta forma, los tribunales yanquis fallaron una vez más en defensa de los especuladores más recalcitrantes que compraron bonos a precio de remante y que buscan quedarse con fortunas, cobrando el 100% del valor sin ningún tipo de quita. Ante este nuevo fallo, la actitud del gobierno nacional fue en la misma sintonía que en los últimos diez años, ratificando su voluntad de pago de la deuda. El lunes 26, Cristina Fernández anunció en conferencia de prensa la propuesta de lanzar un nuevo canje para los tenedores de bonos que no aceptaron los anteriores de 2005 y 2010, con condiciones que serían similares a las de la última oferta. De esta forma, quedaron una vez más en el pasado las promesas tantas veces hechas por los funcionarios del gobierno de que no se les pagaría ni un peso a los “buitres”. Con todo el apoyo de las patronales
Las principales cámaras empresarias saludaron inmediatamente el anuncio presidencial. Así lo hicieron, por ejemplo, a través de un comunicado la Asociación de Bancos Argentinos, la Cámara Argentina de Comercio, la Cámara Argentina de la Construcción y la Unión Industrial Argentina. Es que no caben dudas de que las pa-
tronales locales se benefician ampliamente con el pago de la deuda. Con estas palabras lo explica el diario Ámbito Financiero, órgano que representa abiertamente y sin tapujos los intereses de los capitalistas. “Particularmente este tema, el acceso al mercado de capitales, es una de las quejas constantes de los empresarios que como consecuencia de los juicios de los holdouts, y la falta de un arreglo con el Club de París y el incumplimiento de las sentencias del CIADI sus empresas se han visto impedidas de acceder al financiamiento internacional a tasas muy bajas. El resolver el tema de la deuda permitirá “promoverá beneficios en términos de flujos de inversión, generando empleo, incrementando la productividad así como la innovación tecnológica, estimulando el crecimiento de la economía con inclusión social”, concluye el comunicado que firman las cuatro entidades”(1). En pocas palabras, las entidades patronales ven en el pago de la deuda externa la posibilidad de acceder a mejores créditos en el mercado internacional (con tasas menores), lo que permitiría incrementar aún más la rentabilidad de sus negocios. El anuncio de Cristina Fernández también contó con un amplio apoyo de parte de los partidos pro empresarios. Desde luego,
fue saludado con euforia en todo el arco oficialista, desde funcionarios y gobernadores, hasta burócratas sindicales aliados, como Yasky. “Crecer para pagar, lo dijo Néstor, lo sostuvo Cristina”, sentenció Urribarri, gobernador de Entre Ríos. Pero también manifestaron abiertamente su apoyo referentes de la oposición patronal, como Gil Lavedra y Aguad (UCR) y Pinedo (PRO). El diputado macrista consideró “razonable que el Gobierno demuestre la voluntad que tiene de cumplir con la deuda soberana” y agregó que “debemos ser serios y responsables ante la Corte de los Estados Unidos y no hacer partidismo. Estudiaremos la propuesta presidencial y trataremos de defender el crédito argentino y al pueblo del default”. Que en plena campaña electoral referentes de los partidos de oposición patronal salgan a defender la posición del kirchnerismo de reabrir el canje, demuestra una vez más que el pago de la deuda externa es una consigna que unifica a todos los sectores empresarios y que, por lo tanto, levantan abiertamente sus representantes políticos, más allá de sus matices, más allá de sus diferentes partidos.
Hoy, como ayer: No al pago de la deuda externa La deuda es parte de un meca-
nismo complejo de transferencia de riquezas de los países dependientes como el nuestro hacia las potencias imperialistas que manejan el negocio de la especulación financiera. Un mecanismo del cual también se benefician los capitalistas locales que acceden al crédito barato para sus negocios. Y todo el peso de este mecanismo de transferencia de riquezas termina recayendo, en definitiva, sobre el pueblo trabajador, ya que son los recursos estatales (por miles de millones de dólares) los que se utilizan para pagar la deuda; fondos que serían más que suficientes para construir sistemas de salud y educación públicos de calidad, para mejorar la situación del transporte público, pagar el 82% móvil a los jubilados, mejorar los salarios de los trabajadores del estado… Por todo esto, porque la deuda ha sido administrada de forma completamente fraudulenta, a espaldas y contra el pueblo trabajador, la única opción que tiene un gobierno que realmente defienda los intereses populares es el desconocimiento y el no pago de la deuda externa. … NOTAS: 1) ambito.com, miércoles 28 de agosto.
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ACUERDO YPF-CHEVRON: A pura represión El miércoles 28 de agosto se aprobó, a fuerza de represión, la extensión de las concesiones para la explotación petrolífera a YPF, condición necesaria para efectivizar el reciente acuerdo con el pulpo petrolero Chevron. Desde temprano, organizaciones del campo popular se movilizaron a la legislatura neuquina para denunciar la entrega de los recursos naturales a la multinacional yanqui y la utilización de un método altamente contaminante como el fracking, que produce serias consecuencias medioambientales, a punto tal que está prohibido en algunos países. Pero la voluntad política de generar el marco normativo para que el acuerdo se lleve a la práctica, se vio reflejada ya desde el amanecer, cuando la ciudad apareció prácticamente sitiada, con un extenso vallado para impedir que la movilización se acercara a la legislatura. La represión no se hizo esperar, con detenidos y una veintena de heridos, entre ellos el docente Rodrigo Barreiro, con una herida de bala de plomo, que por supuesto el gobierno provincial adjudica a una tumbera. Mientras la movilización era reprimida con gases y balas por la policía de Neuquén (fuerza que, dentro de su amplio prontuario represivo, está manchada con la sangre de Carlos Fuentealba y Teresa Rodríguez),
adentro el kirchnerismo y el Movimiento Popular Neuquino, una vez más, mostraron su alianza en el negocio energético y aprobaron el proyecto. Dentro del recinto, el repudio a esta entrega lo hizo notar el obrero de Zanón y diputado del FIT, Raúl Godoy, que se retiró de la sesión denunciando la represión y dejando una bandera yanqui “para que voten la entrega a Chevron bajo esta bandera”. Como señalábamos en el periódico del mes pasado, además de extender la concesión hasta el 2048, ya se había aprobado el decreto 929, que consiste en “una serie de medidas que favorecen ampliamente los negocios de las grandes petroleras, otorgándoles
beneficios similares a los que ya poseen las mineras y los buitres que se enriquecen con la especulación financiera”1 . Así, el gobierno garantiza los negocios del imperialismo, mientras reprime y criminaliza a los trabajadores. Desde el sapagismo y el kirchnerismo, hablaron de “desestabilizadores”, “terroristas”, “sediciosos” y de “grupo minoritario, violento y encapuchado”, al tiempo que defendieron de conjunto a la policía, que “intervino muy profesionalmente”, y aclararon que “no fue represión, sino defensa de las instituciones”2. Ya se ha evidenciado que aquel anuncio con bombos y platillos de la supuesta nacionalización
de YPF “para una política petrolera y energética soberana”, no es más que la profundización de un modelo que sigue el mandato imperialista, dispuesto a entregar los recursos naturales por negocios millonarios, que someten al pueblo trabajador a sufrir las consecuencias de la contaminación, la represión y la dependencia económica. ... Notas: 1) ER N°93, Agosto 2013, El kirchnerismo elige más saqueo y acuerda con Chevron. 2) www.rionegro.com.ar, 29/08/13, Sapag: “pretendieron responsabilizarnos por un herido con plomo”.
Ley de medios
LA DEMOCRATIZACIÓN SE AGOTA EN LA DISPUTA CON EL GRUPO CLARÍN Como se pudo observar en las audiencias públicas impulsadas por la Corte Suprema el miércoles 28 y jueves 29 de agosto, el Grupo Clarín no cuenta con ningún argumento para sostener que la Ley de Medios, sancionada hace cuatro años, coarta su libertad de expresión. Lo que estos grupos monopólicos pretenden es solamente cuidar sus ganancias y su capacidad de manejar los medios de comunicación como lo han hecho en toda nuestra historia. Ahora bien, el gobierno, ¿verdaderamente impulsa la democratización de los medios? Reiteradas veces durante los últimos años los trabajadores de Canal 7 y Radio Nacional han denunciado prácticas antisindicales por parte de la empresa pública, y una nula apertura a discutir los contenidos. Lejos de eso, a los trabajadores de prensa, periodistas que distan de reproducir la voz oficial, se los persigue mediante congelamientos o amenazas de despidos. Peor
aún es la situación en los medios de comunicación afines al gobierno que cuentan con cobertura política: en CN23, por ejemplo, los trabajadores de prensa no son reconocidos como tales por la patronal de Spolski(1). Lo que también se pudo observar durante los días de la audiencia, es que la ley de medios, para el gobierno, sólo importa en su disputa con el Grupo Clarín, no con los multimedios afines, y menos aún, para democratizar efectivamente los medios de comunicación audiovisual potenciando la llegada de los medios alternativos y populares. Mientras la ley afirma que sólo el 33% de la llegada debe ser para la industria privada, un 33% para la pública/ estatal, y un 33% para los medios sin fines de lucro, sólo hemos visto que han abierto señales a sectores afines al gobierno (la radio del Mercado Central, con el apoyo político de Guillermo Moreno; el canal de la
UOCRA, conducida por Gerardo Martínez), así como de la misma manera no se ha avanzado en una disputa con ningún multimedio que no sea el Grupo Clarín. El contenido de la ley tiene un aspecto progresivo ya que si efectivamente se diera un 33% a medios comunitarios, éstos estarían en otra situación comunicacional. Igualmente progresivo sería que se avance contra los grandes grupos mediáticos, no sólo contra Clarín sino también contra los Spolski, Hadad, o Vila- Manzano. Lo cierto, en concreto, es que esto no sucede y que en la realidad todo se reduce, para el gobierno, en una disputa con el Grupo Clarín.
… NOTAS: 1) Ver http://laintercanal.com/2013/08/30/a-la-opinionpublica/
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El salario no es ganancia Tras el traspié electoral de las PASO, en un intento por recuperar parte del apoyo perdido, el kirchnerismo anunció el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y del tope para cobrar las asignaciones familiares. El anuncio realizado por Echegaray al cierre del mes agosto representa un viraje con respecto a la política y el discurso que venía sosteniendo el gobierno. Y esto es evidente si se tiene en cuenta que antes de las elecciones los funcionarios negaban que fuera a haber modificaciones y defendían la aplicación del impuesto a las ganancias sobre el salario como parte de una supuesta “política redistributiva”, que recortaba los salarios de los trabajadores con “mejores” ingresos en favor de los
sectores con menores recursos. En definitiva, el kirchnerismo ha dejado a un lado este discurso y ha echado mano de un nuevo aumento de los topes. Es un hecho que el “impuesto al salario” representaba uno de los principales puntos de crítica al gobierno en importantes sectores de la clase trabajadora ocupada. De hecho, fueron los propios trabajadores quienes instalaron en la agenda este reclamo; que fue tomado en algún momento por las cúpulas sindicales burocráticas y después
abandonado; y sostenido siempre por el activismo antiburocrático y las seccionales y comisiones internas recuperadas. El incremento de los topes es más importante que en anteriores oportunidades. En concreto establece que los salarios brutos de hasta $15.000 ($12.450 neto o “de bolsillo”) no serán impactados por el impuesto a las ganancias. De esta forma, una gran cantidad de trabajadores dejará, al menos por el momento, de percibir descuentos por ganancias. También se incrementará en un 78,5% el tope para el cobro de las asignaciones familiares, punto que también beneficiará directamente a una gran cantidad de trabajadores. Sin embargo, está claro que, si bien estos aumentos resuelven en lo inmediato el problema del “impuesto al salario” para una parte importante de la clase trabajadora, no se ha resuelto el problema de fondo. Esto se debe a que todavía quedan sectores con-
siderables de trabajadores (encuadrados en convenios con salarios relativamente altos) que seguirán siendo afectados por la aplicación del impuesto a las ganancias sobre el salario, sumado a que, debido a que no se ha eliminado el impuesto sino sólo aumentado los topes, no hay ningún tipo de garantías de que en el futuro, tras nuevos aumentos salariales, el impuesto vuelva a afectar a sectores cada vez mayores de la clase trabajadora. Sigue vigente, por lo tanto, la necesidad de sostener las consignas que se vienen levantando en el último tiempo desde distintos espacios, como por ejemplo, el plenario del Sutna San Fernando. El salario no es ganancia.
Eliminación del impuesto al salario Eliminación del tope para las asignaciones familiares
UN BALANCE SOBRE EL TERCER PLENARIO DEL SUTNA SAN FERNANDO El sábado 17 de agosto se realizó el tercer plenario convocado en el SUTNA San Fernando. En el mismo vienen confluyendo las representaciones gremiales más activas del proceso de recuperación sindical de los últimos años, así como el nuevo activismo antiburocrático que ha venido emergiendo. En ese sentido es una instancia importante que ha aportado a poner en agenda reivindicaciones de los trabajadores como el impuesto al salario, frente al cual el gobierno de Cristina tuvo que realizar las modificaciones conocidas (ver nota El salario no es ganancia). En el último plenario, fue positivo que se haya avanzado en incorporar con fuerza el eje precarización laboral como uno de los puntos por los cuales se exprese y milite este espacio, planteo realizado desde la mesa pero sobre el cual hicieron énfasis distintas representaciones, como el SUTEBA Tigre, que propuso profundizar la formulación original para darle más fuerza. Este es un punto importante ya que es una reivindicación sentida por los sectores del pueblo trabajador más postergados. De esta manera, precarización laboral, asignaciones familiares e impuesto al salario, son los tres puntos por los cuales se va a movilizar el viernes 13 de septiembre desde Plaza de Mayo al Ministerio
de Trabajo de la Nación. También hay que destacar, como punto flojo de la jornada, la insistencia de algunas organizaciones políticas en aspectos sobre los cuales el plenario no necesariamente se tiene que pronunciar, como el apoyo al FIT e incluso, peor aún, que desde el Plenario se milite la campaña del Frente de Izquierda. Nosotros saludamos la importante elección que realizó la izquierda en las PASO (ver Editorial) pero debemos ser cuidadosos en las definiciones que le pedimos a cada ámbito. Se ha avanzado en un proceso de recuperación sindical pero el mismo todavía es incipiente. Espacios de coordinación como el convocado en el SUTNA San Fernando surgen de una necesidad de los trabajadores como parte de ese mismo proceso. Allí debemos hacer todos los esfuerzos posibles para que el espacio pueda contener a los más amplios sectores de la vanguardia obrera. Para eso, es importante no confundir las herramientas políticas (organizaciones, partidos, frentes políticos) con los organismos representativos de los trabajadores como los sindicatos recuperados, las seccionales, o comisiones internas, que deberían ser el corazón de un plenario de coordinación como éste. Los papeles de cada uno de esos ámbitos
son distintos. Esto no implica que como plenario no podamos encarar reivindicaciones políticas, pero debemos hacerlo siendo concientes que nuestra apuesta es por ampliar la convocatoria (que de hecho en el último plenario fue bastante más reducida que en los anteriores dos encuentros), incluyendo a sectores combativos del emergente movimiento obrero antiburocrático que no necesariamente tienen las posiciones políticas de las organizaciones que allí confluimos. Apostamos a poder seguir avanzando en las instancias de coordinación del activismo antiburocrático. Para eso es importante balancear el funcionamiento de las distintas herramientas que van
surgiendo al calor de la lucha. El confundir las características de los distintos ámbitos, así como no abrir la mesa de coordinación del plenario a otras representaciones gremiales de importancia, son problemas políticos que a la larga pueden hacer sucumbir experiencias como éstas, y eso es justamente lo que no deseamos. Al proceso de recuperación sindical, hay que darle impulso con la coordinación de los espacios recuperados, intentando acercar no solo a los dirigentes más importantes sino sobre todo a la base obrera de los lugares movilizados.
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La lucha de los trabajadores del subte Los trabajadores del subte B protagonizaron nuevamente una gran lucha contra la patronal y el gobierno de la ciudad que inauguró dos estaciones sin estar garantizadas las condiciones mínimas de seguridad. En el marco de la campaña electoral, a fines de mes de julio, Mauricio Macri, junto el presidente de la empresa de Subterráneos de Buenos Aires, Pablo Piccardo, inauguraron las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas del subte B. Los trabajadores, por su parte, venían denunciando que las nuevas estaciones no con contaban con la seguridad suficiente para garantizar la integridad física de los usuarios y los trabajadores: había pérdidas de agua, muchas estructuras de hierro oxidadas, desperfectos en la señalización y dificultades para la comunicación. En asambleas, los trabajadores decidieron no hacer llegar los coches hasta esas estaciones, brindando el servicio desde Alem hasta la estación Los Incas. Ante la férrea decisión de los metrodelegados de sostener esta medida de fuerza, la patronal, el gobierno macrista y los medios de comunicación armaron una gran campaña para deslegitimar el reclamo, demonizando a los de-
legados como los responsables, diciendo que “hacen política utilizando a los usuarios”. La “Justicia” también jugó de su lado, rechazando un amparo del sindicato y asegurando que “las instalaciones eran aptas para operar”. Después de 20 días de conflicto, el servicio se brindó hasta las estaciones nuevas. Sin embargo, ese mismo día, un coche manejado por un instructor descarriló en una de las nuevas estaciones demostrando, en los hechos, las denuncias de los trabajadores. Dos días después, la concesionaria Metrovías suspendió el servicio por “problemas técnicos”. El jueves 22 se agravaron las fallas técnicas que hubo anteriormente en las señales y los cambios de vía del subte B. Para garantizar la seguridad del más de medio millón de usuarios que viajan a diario en la línea B y de los laburantes que lo hacen funcionar, por la noche los trabajadores realizaron una asamblea, en la cual decidieron hacer un paro el 23 exigiendo la resolución de los problemas.
Finalmente, la empresa debió ceder firmando un acta en la que admite que “la línea B se encuentra sujeta a los ajustes de la inauguración y es esperable que se produzcan afectaciones al servicio por razones técnicas que son ajenos al desempeño de los trabajadores”. El problema de las condiciones de seguridad laboral en el subte no es para nada menor. De hecho, no podemos olvidar que en los últimos dos años han perdido la vida tres trabajadores del subterráneo por causas relacionadas con la falta de inversión para mantenimiento y condiciones de trabajo. Por eso, la lucha que llevaron adelante los trabajadores de la línea B es de gran importancia. Mientras el pueblo y los trabajadores seguimos viajando mal y nos jugamos la vida en el transporte público, los dueños de la empresa Metrovías y Macri hacen negocios millonarios sin saber lo que es subirse al subte.
Elecciones en CTERA
Unidad para hacerle frente a la burocracia
Este 5 de septiembre se realizarán las elecciones de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) para renovar la Junta Ejecutiva. Los sectores independientes y antiburocráticos han logrado construir una lista unitaria de toda la oposición para enfrentar a la burocracia sindical. La alianza burocrática celestevioleta se propone llevar adelante un nuevo mandato de entregas y traiciones a la docencia de todo el país. El clientelismo y el fraude serán sus métodos predilectos para intentar imponerse en estas elecciones. La conducción celeste se encuentra completamente integrada al gobierno, a la patronal. Bajo los últimos mandatos de Yasky y Maldonado, la conducción de la CTERA ha aceptado, promovido y acompañado todas las políticas
oficiales del kirchnerismo que atentan contra la educación pública, y ha entregado el salario docente, permitiendo el cierre unilateral de las negociaciones paritarias con salarios a la baja y altos porcentajes en negro. La CTERA, bajo la conducción burocrática, se ha mostrado absolutamente incapaz de organizar a la docencia para luchar por las reivindicaciones del gremio y ha aislado, deliberadamente, las luchas más importantes como la de Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Buenos Aires. En cambio, importantes sectores independientes y antiburocráticos han sido los protagonistas de estas luchas. Los docentes que hoy se organizan en la Lila-Multicolor para enfrentar a la burocracia son quienes han sostenido los últimos conflictos, debiendo enfrentar, no solamente a los distintos gobiernos provinciales y al nacional, sino,
también, el aislamiento al que los sometió la conducción celeste. La conformación de la lista unificada de la oposición representa un hecho político de suma importancia. La docencia cuenta, ahora, con una única referencia de oposición para manifestarse contra la burocracia, y cuenta con un programa claro que pone el acento en la independencia política de todos los gobiernos, en el ejercicio de la democracia sindical, en la lucha y en la solidaridad de clase. Paralelamente, las elecciones de la CTERA se inscriben en un proceso altamente positivo de sostenimiento de las conducciones independientes de sindicatos provinciales (Santa Cruz, Tierra del Fuego), seccionales (entre otros Suteba Escobar, y Bahía Blanca, Amsafé Rosario, Agmer Paraná) y de recuperación de nuevas instancias (como Aten, Suteba La
Matanza, La Plata y Tigre o Sute Godoy Cruz en Mendoza). Pero además, este proceso se inscribe en un proceso más general de recomposición de la clase trabajadora en su conjunto que avanza, incipiente pero sostenidamente, en instancias de organización y lucha independiente y antiburocrática, y en la recuperación sindical, conquistando y dando dignas batallas por la conducción de sindicatos, cuerpos de delegados y comisiones internas. La campaña por una CTERA independiente, democrática y de lucha ha sido tomada por todo el activismo del gremio. Impulsar, sostener y profundizar las prácticas unitarias, más allá de estas elecciones, es una tarea fundamental para seguir avanzando con la organización y la lucha, con independencia de clase.
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Elecciones en la UBA
VAMOS POR CENTROS PARA LA LUCHA Y LA ORGANIZACIÓN ESTUDIANTIL La primera semana de septiembre se desarrollan en las facultades de la UBA las elecciones de Centro de Estudiantes, Consejo Directivo y, en algunos casos, direcciones de carrera. En función de eso, se torna necesario replantearnos qué rol juega el movimiento estudiantil en la sociedad actual, de qué manera se organiza y sale a pelear por sus reivindicaciones, y cuáles son aquellos aspectos en los que debemos profundizar o transformar algunas de sus formas organizativas. Tal como describimos en nuestro periódico anterior[1] las organizaciones kirchneristas buscan influir en la dinámica estudiantil, ya sea mediante el desarrollo de sus agrupaciones, o el peso de sus representantes en los ámbitos de dirección como los Consejos Diretivos. Este profundo interés se fundamenta, entre otras cosas, en la posibilidad de darle legitimidad desde el movimiento estudiantil y garantizar la aplicación y el avance de políticas de vaciamiento, tanto económico[2] como en cuanto a contenidos[3]. De la misma manera, la Franja Morada, quien ha negociado y se ha acomodado frente a todos los gobiernos y gestiones del rectorado desde la década del 80 a la fecha, busca mantener aquellos espacios en donde actualmente dirige (utilizando al Centro como empresa privada de servicios y caja de su organización) así como recuperar los que ha perdido en el último tiempo, como Medicina. Tanto para apostar a construir Centros de Estudiantes al servicio de la lucha del pueblo, como frente a la amenaza de estos sectores, se nos vuelve primordial darnos una política de defensa de nuestros órganos político gremiales y de cogobierno. En primer lugar, esto implica llenar de vida política los espacios de organización de base de los estudiantes. Instancias de debate y organización para enfrentar las políticas de vaciamiento, impulsar la lucha tanto por las cuestiones económicas como por la disputa del contenido y la democratización durante todo el año. La apuesta a abrir ámbitos de los Centros democráticos y de base en donde todos los compañeros puedan acercarse a construir las reivindicaciones del movimiento estudiantil no solo parte de una definición política sino también de una necesidad práctica: en tanto el conjunto del estudiantado no
…la Universidad debe ser flexible, pintarse de negro, de mulato, de obrero, de campesino, o quedarse sin puertas, y el pueblo la romperá y él pintará la Universidad con los colores que le parezca. Ernesto Che Guevara se apropie de sus reivindicaciones la mismas quedarán en meras consignas y no podrán tener un correlato en medidas de acción directa ni planes de lucha con fuerza y capacidad de victoria. Particularmente en las elecciones de Centro de Estudiantes se disputa qué tipo de conducción queremos para qué movimiento estudiantil. En ese sentido, en los casos en donde el Centro de Estudiantes está en disputa con organizaciones pro patronales, como la Franja Morada, la UES o La Cámpora, como sucede en Medicina o en Ciencias Sociales, apoyamos las listas que expresen opciones de lucha, como El Frente o El Empuje, respectivamente, dejando de lado la disputa al interior de la izquierda. Pero en los casos en donde la centralidad de la elección no está dada en la disputa con las organizaciones que defienden
a las gestiones, el rectorado y/o el gobierno nacional, es necesario impulsar listas que excedan la apuesta exclusivamente electoral, y que tengan la perspectiva de conformarse en referencias de organización y lucha del Centro de Estudiantes no solo una vez al año sino en el día a día, como en Filosofía y Letras La Bemba (compuesto por la agrupación Norberto Blanco-CEDP, CAUCE, y Bandera Negra). La apuesta a construir movimiento estudiantil crítico, antiburocrático, combativo y de lucha, debe exceder la instancia electoral. Al revés, las elecciones (así como otro tipo de instancias como los encuentros estudiantiles) al mismo tiempo que una disputa por la Conducción, deben aportar para nutrir a aquellas agrupaciones en la perspectiva de poder conformar una corriente estudiantil de peso
en el estudiantado que no se conforme con oponerse a la Franja y la Cámpora, sino que pueda generar movimiento todo el año, desde la bases, y de lucha, es decir con capacidad de avanzar en las conquistas para que la Universidad, como diría el Che Guevara, se pinte de pueblo.
… NOTAS: 1) “¿Qué pasa en la Universidad de Buenos Aires?, El Revolucionario N° 93, Agosto 2013 2) A través, por ejemplo, del recorte de becas para estudiantes, las cesantías docentes o el alarmante estado de destrucción edilicia que sufren muchas facultades de la UBA. 3) a través de la modificación arbitraria y muchas veces inconsulta de los planes de estudio de las distintas carreras, la subsunción a las políticas educativas que dicta la CONEAU, pasantías gratuitas (trabajo precario), etc.
De cara a la próxima elección de rector En diciembre de este año se llevará a cabo una nueva elección de rector de la UBA. Instancia que hasta ahora se viene desarrollando de manera absolutamente antidemocrática, alejada de los estudiantes, docentes, no docentes, es decir de la mayoría de la comunidad educativa de la universidad. Esto visibiliza armados políticos que lejos están de representar los intereses de las mayorías de la UBA, sino que responden a acuerdos superestructurales, retrógrados y conservadores en donde radicales y peronistas se juntan para planificar el vaciamiento de la educación pública. Pone en evidencia, asimismo, la connivencia que el Consejo Superior (órgano que dirige la UBA) encuentra en el gobierno nacional, quien en la última elección de Hallú, garantizó el valla-
do del Congreso de la Nación, en donde fue reprimido el movimiento estudiantil que se movilizaba en repudio de la elección antidemocrática. Una vez más esta instancia nos obliga a poner sobre la mesa los mecanismos de control que la universidad aplica arbitrariamente, eligiendo como su máxima autoridad no un exponente y representante de la misma, sino el funcionario que mejor se adecúe a los intereses de los de arriba. Nos obliga también a plantearnos como tarea la necesidad de seguir repudiando activamente este tipo de prácticas, generando instancias de discusión democráticas y desde las bases, para defender en la calle y con la lucha el tipo de universidad que queremos.
El Revolucionario N°94 - Septiembre 2013
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Paraguay
MILITARIZACIÓN Y REPRESIÓN CONTRA LA LUCHA POPULAR El pasado 23 de Agosto, en el penal de “Buen Pastor”, Carmen Villalba, comandante del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) sufrió un intento de asesinato por parte del ejército como represalia de sus declaraciones y defensa política de la lucha a la prensa. Esto sucede en el marco en que el congreso paraguayo le otorgó al presidente Cartes, facultades especiales para disponer de las fuerzas armadas de la forma que considerara necesaria “para frenar la lucha subversiva”. Esto es que podrá disponer de la facultad de ordenar al ejército seguir reprimiendo al pueblo trabajador y el campesinado, persiguiendo, encarcelando y torturando según sus necesidades para garantizar el control social.
Unas horas antes del ataque, Carmen Villalba había sido entrevistada por Resúmen Latinoamericano, donde en una muestra más de entereza y valor reivindicó la lucha del pueblo paraguayo y del EPP como parte de esta. Además denunció las paupérrimas condiciones de vida en la que vive el pueblo paraguayo, en especial los sectores del campesinado y las inhumanas condiciones en las que se encuentran los 15 compañeros del EPP, presos políticos por el gobierno paraguayo. “Quienes formamos parte del EPP en las cárceles somos alrededor de 15 y también hay numerosos presos de organizaciones campesinas. Las condiciones en las que vivimos son muy malas a nivel del trato y del aislamiento, sobre todo
porque nosotros no bajamos la cabeza y seguimos confrontando contra el sistema político y económico imperante. Nuestros militantes sufren un régimen carcelario diferenciado con respecto a otros compañeros. Por ejemplo, mi compañero Alcides Oviedo está siempre en un encierro absoluto, totalmente aislado sin ningún tipo de derechos de trabajos manuales, de estudio y otras posibilidades habituales en estos ámbitos”. En sus declaraciones expresó que “más del 54 % de la población es pobre y un alto porcentaje se encuentra en la indigencia, un 43% de los niños está en condiciones de desnutrición y por cada año, nueve mil familias campesinas son expulsadas de sus tierras para implementar la agro-ganadería intensiva
por parte de trasnacionales como la Monsanto y otras, vinculadas a la oligarquía paraguaya, junto a sus partidos políticos, magistrados y parlamentarios”. Y planteó que es en esta situación, más las claras acciones represivas que el gobierno viene descargando sobre el pueblo las que plantean como necesidad las formas de respuestas que el EPP utiliza en la lucha por la transformación social en Paraguay. Es necesaria la organización y expresión de solidaridad con la lucha del pueblo paraguayo y sus presos políticos, que a pesar de las adversas situaciones en las que hoy viven pelean desde la cárcel incasablemente esperando reinsertarse a la organización y la lucha.
SIRIA
EEUU prepara el terreno para una nueva masacre El supuesto uso de armas químicas por parte del gobierno sirio contra los rebeldes, es el argumento esgrimido por los Estados Unidos para la preparar el ataque militar y la intervención en dicho país. El máximo responsable de los peores hechos de violencia en el mundo entero, los Estados Unidos, con la excusa de la defensa de los derechos humanos de los civiles está operando dentro de la ONU para consensuar la invasión sin vetos. Por lo pronto, ya cuenta con el apoyo de Francia, mientras los demás países se muestran sin una “acabada definición”. Lo cierto es que ni los inspectores de la ONU se atreven a asegurar que el gobierno de Siria haya sido quien utilizó las armas químicas que provocaron la muerte de al menos un millar de personas. Sin embargo en secretario de Estado de la Casa Blanca, John Kerry, en declaraciones, aseguró que el gobierno Sirio es el único poseedor de ese tipo de armamentos y advirtió que el presidente Barack Obama está decidido a que el régimen de Asad, a quien Washington considera culpable, “responda por esa atrocidad”. Kerry, sin dar ningún tipo de detalle sobre sus fuentes, dijo también que “todas las pruebas indican que se usaron armas químicas la semana pasada”, y aseguró que sus autores han tratado de ocultar las pruebas, entre otras formas, volviendo a bombardear el lugar atacado previamente. En Inglaterra, pese a que el Parlemento se pronunció en contra de un posible ataque contra Siria, desde el gobierno de David Cameron expresaron claramente sus intenciones en un co-
municado: “Aunque la acción quedase bloqueada en el Consejo de Seguridad de la ONU, Gran Bretaña tendría permiso para tomar medidas excepcionales amparado por la ley internacional”. Por su parte, el ministro de asuntos exteriores, William Hague, ha afirmado sínicamente que “nosotros, Estados Unidos y muchos otros países, incluido Francia, tenemos claro que no se puede permitir en el siglo XXI que se usen armas químicas impunemente”. Como si no fuera parte del gobierno de un país imperialista responsable a lo largo de su historia de decenas de invasiones y masacres contra los pueblos del mundo. Evidentemente, en la posibilidad de la intervención, incluso sin acuerdo de la ONU, se juegan importantes intereses económicos, también en la región. Pues, funcionarios del gobierno turco ya aseguraron su apoyo a la intervención yanqui más allá de la posición de Naciones Unidas. Lo concreto es que, mientras se espera la definición de los demás países, la decisión política de las grandes potencias sobre la invasión ya avanza sobre pasos concretos. Según el diario El País “la opción más probable actualmente es la del lanzamiento de misiles de crucero desde los barcos norteamericanos contra instalaciones militares y centros de decisión del régimen. Pero no se descarta que, para hacer más eficaz ese trabajo, fuese necesario el uso también de aviones de combate, lo que, a su vez, obligaría a atacar radares y sistemas de misiles antiaéreos
sirios”. Una vez más, los conflictos internos en países de Medio Oriente no alineados directamente a los intereses de EEUU, son excusa para la intervención militar, tras la cual buscarán garantizar la explotación directa de recursos y riquezas a costa de la sangre de los pueblos. “Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario”, afirmaba el Che. Nuestra tarea, ante esta invasión que se anuncia, no puede ser menos que la expresión organizada de nuestro repudio y nuestra máxima solidaridad ante las acciones de los pueblos para enfrentarla.
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Organización de Trabajadores Revolucionarios
A 40 años del Golpe de Estado en Chile:
RECUPERAMOS EL EJEMPLO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO TRABAJADOR CHILENO Este once de Septiembre se cumplen cuarenta años del Golpe Militar en Chile a través del cual las fuerzas armadas con Pinochet a la cabeza, el empresariado local, y el imperialismo yanqui, derrocaron al gobierno de Salvador Allende. La vía chilena al socialismo Las décadas previas a 1970, la política electoral chilena había pasado por la puja entre la derecha, con el Partido Nacional a la cabeza, y proyectos truncos de corte populistas o de centro a través de partidos como la Democracia Cristiana. Paralelamente, Allende venía teniendo una acumulación política electoral con el PS, el PC y la central de trabajadores –CUT- que esas dos organizaciones dirigían, como su principal apoyo. Esa acumulación electoral se correspondía con un ascenso de la conflictividad social en Chile y un contexto internacional de alza en la lucha de clases, con bastas referencias revolucionarias: la revolución cubana, los procesos de decolonización en África y Asia, las insurrecciones populares en distintos lugares de América Latina como Argentina y Perú en los sesenta, así como los movimientos como el Mayo Francés en Europa. En 1970, frente a una división entre los candidatos de la burguesía chilena, Allende gana con solo dos puntos de diferencia frente al candidato de la derecha Alessandri. Durante su primer año de mandato esa escasa diferencia electoral fue compensándose a través de las políticas populares que hicieron a la clase obrera y el pueblo chileno ver en Allende a un compañero. Entre 1970 y 1971 se nacionalizan las grandes minas de cobre, hierro, nitrato y cemento, el Estado controla las principales empresas monopólicas del país, se expropian importante cantidad de tierras cultivables, y se estatizan casi todos los bancos extranjeros. Por su parte, los partidos de la oposición comienzan a actuar de forma conjunta y como correa
de transmisión de las políticas del imperialismo yanqui, que temía el comunismo se expanda por América Latina. Con el Golpe Militar en Chile se cortaba con una de las experiencias más importantes de organización y conquistas de la clase trabajadora y los sectores populares de la década del `70 en toda Latinoamérica. También se abortaba la que para muchos era la novedosa “vía chilena al socialismo”, según la cual a través de elecciones y un proceso pacífico, gradual y etapista se podrían realizar transformaciones sociales, teoría que fue contrastada rotunda y trágicamente por el mismo proceso histórico.
El poder del pueblo trabajador se organiza desde abajo El punto de inflexión de todo este proceso es Octubre de 1972, en donde la derecha se monta sobre un paro de transportistas llevando adelante un lock out patronal a través del cual la burguesía chilena con apoyo exterior intenta sabotear al gobierno. Frente a eso, los trabajadores reaccionan apoyando a Allende pero a su vez yendo por más: sin esperar decretos oficiales se lanzan a ocupar las fábricas que los patrones habían abandonado, tomándolas y poniéndolas en funcionamiento demostrando que los patrones sobraban, exigiendo el traspaso de esas empresas al Área Social, se las ingenian para rearmar las redes de transporte a través de camiones y colectivos, crean almacenes populares y juntas de administración de precios desde donde controlan a los especuladores y organizan de manera colectiva el abastecimiento de los barrios, en los latifundios se toman las tierras profundizando la
reforma agraria, en pocas palabras se confronta de manera directa contra la propiedad privada capitalista. En ese marco es que surgen nuevos organismos de base de la clase obrera y el pueblo para coordinar y organizar toda esa lucha y movilización: los Cordones Industriales desde donde se organizan tanto los trabajadores sindicalizados como los no sindicalizados; los Comandos Comunales desde donde se coordina en los barrios las diferentes herramientas y se pone de manifiesto la alianza de la clase obrera con otros sectores sociales como los campesinos, estudiantes, pobladores y grupos de la pequeñoburguesía no reaccionaria. Esa es la efectiva construcción de poder popular, desde abajo y confrontando de forma irreconciliable con la burguesía. Ese es el embrión de socialismo que deja la experiencia chilena.
Etapismo o revolución La oposición al gobierno de la UP nucleaba a distintos sectores de la burguesía con diferentes estrategias de intervención, desde quienes negocian algunos puntos, como la Democracia Cristiana, hasta el reaccionario Partido Nacional, o mas de derecha aún, el grupo fascista Acción y Libertad. En Octubre de 1972 esa oposición comienza a actuar de manera homogénea, y es a partir del triunfo de la UP en las legislativas de Marzo del 73, en donde confirma la necesidad de planificar el proceso destituyente. Esta estrategia tiene su primer concreción con el Tanquetazo, intento de Golpe en Junio de 1973. Entre Octubre de 1972 y Junio de 1973 se da el proceso de mayor conflictividad social y también de mayor discusión y rispidez al interior de la izquierda chilena. Allende, el PC –en sintonía con la estrategia mundial de coexistencia pacífica- y un sector del PS, negocia la salida a la crisis de Octubre provocada por el lock out patronal y la presión extranjera mediante un gabinete cívico militar y un plan económico que llevaría adelante el nuevo ministro de economía
Millás –quien a su vez era miembro del buró del PC-. A través de ese plan el gobierno incentivaría la devolución de gran parte de las empresas ocupadas por los trabajadores a sus empresarios. Como contracara, otro sector de la UP –el ala izquierda del PS y del MAPU-, así como el MIR -la organización más importante de la izquierda revolucionaria chilena, que sostenía un apoyo crítico al gobierno sin ser parte de la UP-, proponen radicalizar el proceso apoyando las iniciativas de las bases obreras y campesinas, extendiendo los Cordones Industriales y la movilización popular, y defendiendo las conquistas a través de las comisiones militares de los cordones desde donde se organizaba la autodefensa armada. Gracias a la presión popular y la movilización, el Plan Millás no se llevará adelante. Allí se pone de relieve una discusión histórica al interior de la izquierda, entre los sectores que vacilan por un lado e intentan encontrar una salida negociada con sectores de la burguesía, y quienes entienden que el único modo de que la revolución triunfe es dándole más impulso aún, sin ninguna tregua a quienes especulan y boicotean.
El MIR: por el camino de la revolución Si bien hay un gran número de luchadores y organizaciones importantes en todo este proceso, desde nuestra Organización nos parece que es fundamental destacar la intervención del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), una organización basada en los principios del marxismo revolucionario que intervino buscando ajustar su táctica a los distintos momentos de esta experiencia. El MIR tuvo un gran desarrollo al insertarse en las distintas capas de la población -trabajadores ocupados tanto a través de los sindicatos como desde los barrios, campesinos, estudiantes, pobladores-, a fines de los sesenta y principios de los setenta. Se planteaba desarrollar poder obrero y popular ganando referencia y llevando
El Revolucionario N°94 - Septiembre 2013
adelante las discusiones políticas a los sectores más avanzados del pueblo trabajador. En su caso, tuvo la tarea de desarrollar su militancia en el marco del ascenso de la UP al gobierno. Como organización señaló como muy importante la presencia de un gobierno de izquierda como el de Allende, que cristalizaba en el Ejecutivo un punto de situación de la lucha de clases que era –para bien o para mal- inevitablemente transitorio. Eso, al tiempo que no dudó en marcar siempre los límites que ese gobierno tenía en el marco de un Estado capitalista, por lo que tarde o temprano, o el gobierno iba a claudicar, o la reacción iba a empuñar sus fusiles contra el pueblo, como efectivamente suce-
dió. Así el MIR mantuvo un apoyo crítico al gobierno de la UP y lo defendió frente a los sectores de la reacción, manteniendo siempre la independencia política tanto de la burguesía, el Estado y los patrones, como del gobierno, criticando públicamente las políticas de Allende que no compartía, y movilizándose en contra del gobierno o las instituciones del Estado cuando lo entendieron necesario. En este contexto y con esta política, el MIR centró su iniciativa en el desarrollo de la lucha obrera y popular autónoma que sirviera como fundamento para avanzar en el proceso revolucionario para la conquista del poder y el desarrollo del socialismo. Y se convirtió, de hecho, en una fuerza
Página 11 revolucionaria de importancia con gran iniciativa y desarrollo de masas, que participó de las acciones de lucha más importantes contra la burguesía chilena. Con esa acumulación, el MIR chileno se forjó como una fuerza política revolucionaria con gran iniciativa, que asumió incluso, la tarea de desplegar una estrategia continental para la revolución socialista en América Latina y dio impulso a la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR) junto al Partido Revolucionario de los Trabajadores de Argentina, el Movimiento de Liberación NacionalTupamaros de Uruguay y el Ejército de Liberación Nacional (y luego Partido Revolucionario de los Trabajadores) de Bolivia.
Por último, en la resistencia armada a la dictadura de Pinochet el MIR demostró también la enorme valentía y firmeza de la organización y sus militantes, enfrentando la represión del régimen, defendiendo con las armas en la mano las conquistas, con el objetivo intacto de la lucha revolucionaria y por el poder. Así, la intervención del MIR, en el marco del rico proceso de lucha del pueblo trabajador chileno, constituye el punto más alto de de esa experiencia y marca un enorme ejemplo para todos los que hoy nos organizamos con la perspectiva de la revolución socialista.