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Octubre de 2012 - Año 8 - N° 84

A seguir luchando con independencia de clase

Ningún apoyo al gobierno, ni a Clarín y los caceroleros

Ninguna confianza en Moyano, ni en Micheli (Pág.2)

ART Reformas a pedir de las patronales (Pág.5)

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Organización de Trabajadores Revolucionarios

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Editorial Ningún apoyo al gobierno, ni a Clarín y los caceroleros. Ninguna confianza en Moyano, ni en Micheli.

A seguir luchando con independencia de clase

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l pasado 13 de septiembre se movilizaron con sus cacerolas en varias de las ciudades más importantes del país sectores provenientes, mayormente, de la clase media, media-alta, en contra del gobierno kirchnerista, con un programa que, si bien no fue homogéneo, sí estuvo claramente hegemonizado por consignas de derecha. Los reclamos que se escucharon más fuertemente fueron contra el “cepo al dólar”, contra la “inseguridad” y por “libertad”, criticando una supuesta similitud de Argentina con Venezuela y Cuba, entre otros. No se escucharon allí, en cambio, las reivindicaciones de la clase trabajadora. No se pidió por el fin de la tercerización ni el trabajo en negro, por el salario igual a la canasta familiar, la anulación del impuesto a las ganancias sobre los salarios, ni la universalización de las asignaciones familiares. Tampoco se exigió una solución al problema de la vivienda que padece una parte importante del pueblo trabajador, ni un cuestionamiento a la pésima situación de la salud y la educación pública. No se repudió la creciente criminalización de la protesta social que aplica el gobierno de Cristina Fernández, ni los ataques que padecen sistemáticamente los activistas obreros, como sucediera recientemente con Marcolín y Sobrero, ni contra el “gatillo fácil” y la creciente militarización de las barriadas humildes. Fue central el papel que jugaron, tanto en la organización como en la amplificación posterior de la jornada, actores como la Iglesia Católica, Clarín y La Nación. Desde la oposición más conservadora al gobierno, como Macri y De Narvaéz intentaron capitalizar el descontento antikirchnerista de estos sectores medios y salieron por radio y televisión a elogiar las movilizaciones. Pero también desde la centro-izquierda de Binner, Tumini y De Gennaro se saludó la manifestación. Incluso, organizacio-

nes de izquierda como Izquierda Socialista, el MST y el PCR se pronunciaron a favor de los cacerolazos, llamando a disputar la conducción de este movimiento. Evidentemente, el hecho de que las protestas estén centradas contra el gobierno es suficiente argumento para estas organizaciones para declarar su apoyo, pasando por alto el carácter de clase y el contenido de las reivindicaciones. Bien lejos de esto, debemos afirmar con claridad que los cacerolazos que se produjeron el 13 de septiembre no son expresión de las necesidades del pueblo trabajador. Las consignas que sonaron con mayor fuerza aquel día son demostrativas de esto. El gobierno, por su parte, continúa con su política, alardeando de antiimperialista en los EEUU, hablando contra el FMI, mientras sigue y seguirá pagando la deuda (como se anticipa en el Presupuesto 2013) y, en nuestro país, organiza cursos de formación para las fuerzas represivas locales con militares yanquis. También, como continuidad de su política propatronal, mientras a diario mueren obreros por accidentes laborales, el gobierno promueve modificaciones en el sistema de ART, que lejos de avanzar en la prevención en favor de los trabajadores, cumple con todos los reclamos patronales, profundizando la legislación menemista. En este marco, la burocracia de Micheli que conduce la CTA convoca al paro y la movilización para el próximo 10 de octubre. Paro que, como sucediera con el anterior convocado por Moyano, persigue intereses más allá de las reivindicaciones que se plantea. En este caso, después de los cacerolazos, se pudo ver claro como el michelismo, que a través de sus referentes Lozano y De Gennaro viene construyendo un frente político patronal, como es el FAP (Binner), apuesta a seducir y converger con el descontento de la clase media y sus cacerolas. Además, también suman

como convocantes al paro y a la movilización, ni más ni menos, que a la Federación Agraria, entidad que nuclea a las híperexplotadoras PyMES del campo, aliada de la Sociedad Rural, enemiga, por lo tanto, de los intereses de la clase trabajadora. Sin embargo, a pesar de esta orientación contraria a los intereses de clase que impone la burocracia michelista, el hecho de que se llame al paro y movilización con reivindicaciones sentidas por los trabajadores, como salario básico de $5.000, 82% móvil para las jubilaciones, eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios y universalización de las asignaciones familiares, abre nuevamente la oportunidad (como sucediera con el paro convocado por Moyano) de llevar el debate a cada lugar de trabajo e impulsar el paro y la movilización desde las bases. Sería un paso importante, por otra parte, que desde las comisiones internas y los agrupamientos antiburocráticos y combativos, se pueda avanzar en la realización de distintas actividades de organización y lucha durante la jornada (asambleas, piquetes) y la coordinación para movilizar en una columna unificada que pueda ser referencia para el activismo independiente y el conjunto de los trabajadores. Ni el gobierno kirchnerista, ni los caceroleros representan los intereses de la clase trabajadora. Tampoco, las alternativas políticas que construyen los distintos sectores de la burocracia sindical: ni el yaskismo y los “gordos” de la CGT, aliados del kirchnerismo, ni Moyano, que busca lugar en el PJ disidente, ni Micheli, que apuesta por el FAP de Binner, Stolbizer y Juez. Desde las distintas instancias, políticas y gremiales, los trabajadores debemos apostar a la unidad de los sectores y agrupamientos antipatronales, antiburocráticos y combativos, para poder imponer nuestra propia agenda y luchar por los intereses del pueblo trabajador.

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10 de octubre

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s la tercera vez en el año que la CTA y la CGT resuelven realizar un paro con movilización a la Plaza de Mayo. El 8 de junio fue la iniciativa de la CTA, que no acompañó la CGT; el 27 del mismo mes, el paro la de la CGT y la CTA, aunque la movilización a la plaza fue protagonizada por Moyano y, en este caso, fue Micheli quien no acompañó. Ahora, la CGT moyanista adhiere a la movilización que impulsa el michelismo, aunque, hasta el momento, no ha convocado al paro. En la clase obrera en general y, fundamentalmente, en los sectores más organizados y activistas vuelve a resurgir el debate sobre qué posición tomar ante una medida de lucha impulsada y conducida por sectores de la burocracia sindical no kirchnerista, como es el caso de estas centrales. Sobran razones para parar y movilizarse El paro del 10 recoge reclamos muy sentidos para la clase trabajadora. Reclamos por los cuales los sectores independientes y antiburocráticos venimos batallando cotidianamente. Reclamos que el gobierno niega y la burocracia alineada con el kirchnerismo (la CTA de Yasky y la CGT Balcarce) no lleva adelante con ninguna lucha concreta. En este contexto de inflación constante y de ajuste, abierto en algunas provincias y encubierto en otras, con la consiguiente depreciación del poder de compra de los salarios, las reivindicaciones económicas convocantes son más que urgentes para el conjunto de los trabajadores. Planteos como aumento de salarios, universalización y unificación de las asignaciones familiares, 82% móvil, ningún impuesto sobre el salario, entre otros, son reclamos justos por los que debemos organizarnos y luchar(1). El papel de la burocracia no kirchnerista Es sabido que la conducción michelista en la CTA y la moyanista en la CGT, hoy, están enfrentadas al gobierno de Cristina Fernández. Esto genera que, en este período, estén planteando acciones de lucha contra el gobierno nacional desde sus espacios de dirección sindical. Sin embargo, esta situación no implica un rompimiento de estos sectores de la burocracia con sus aliados capitalistas. Oficialmente, el paro aparece como respuesta a la firma del acuerdo de salario mínimo de 2.875 pesos, que constituye una verdadera burla sobre todo el pueblo trabajador. Pero la dirección de la CTAMicheli pretende capitalizar la jornada de lucha del 10, no para efectivizar la lucha por las reivindicacio-


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Asambleas en los lugares de trabajo. Paro y movilización independiente nes sindicales, sino para seguir construyendo y fortaleciendo su propio proyecto político, que implica un acuerdo con los sectores del empresariado rural, nucleados en la Federación Agraria, y su encolumnamiento con el Frente Amplio Progresista encabezado por Hermes Binner. La incorporación de una consigna hecha a medida d e l o s p r o d u c t ores/patrones agropecuarios (“Por un modelo de desarrollo agrario incluyente y democrático. Basta de concentración y corporaciones”) es la evidencia patente de este acuerdo. El jefe de la Federación Agraria es claro: reclama que “los productores y los trabajadores puedan vivir sin sobresaltos”. No es llamativo que Buzzi llame al pueblo trabajador a pelear por sus intereses como capitalista. Lo llamativo y grave es que una central sindical convoque a la clase trabajadora para evitar que los capitalistas tengan sobresaltos, cuando son los trabajadores quienes viven a los saltos debido a los bajos salarios y a las pésimas condiciones de trabajo que les imponen los empresarios que Micheli se preocupa por defender. Es decir que la orientación de la CTA opositora no es fortalecer la organización y lucha independiente de la clase trabajadora, sino, por el contra-

rio, canalizar el esfuerzo y la lucha que dan los trabajadores para encauzarlo en un proyecto capitalista más “progresista”(2). Moyano no se queda atrás en el armado de su propio espacio político. Lanzó su “Programa de la CGT para una Argentina con Justicia Social”, que, como él mismo explica, se “transformará en un programa de gobierno” y comenzará a ser compartido “con todos los sectores de nuestra sociedad, empresarios, políticos, sectores estudiantiles”. En concreto, el jefe camionero ya está entablando negociaciones con el gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota, con el bonaerense Daniel Scioli, con Francisco De Narváez, con Mauricio Macri y podría seguir extendiéndose dentro del peronismo. Y como si fuera poco, ambas expresiones de la burocracia, la más “progre” de Micheli y la más rancia de Moyano, se apoyan en los cacerolazos que se manifestaron en la Plaza de Mayo con planteos claros de la derecha. Frente a estas conducciones sindicales, es claro que la clase trabajadora no puede encolumnarse como masa de maniobras para estos reacomodamientos políticos entre distintos sectores capitalistas, sino que necesita una política

La CTA que dirige Pablo Micheli ha convocado a un paro para el 10 de octubre y a una movilización a Plaza de Mayo, a la que adhieren diferentes sectores. Ante este escenario, los sectores antiburocráticos de la clase trabajadora debemos impulsar el paro y la movilización desde cada lugar de trabajo, manteniendo nuestra independencia.

Micheli y Moyano, juntos en la sede de la CTA, el día que acordaron la participación de Camioneros en la movilización.

independiente. La lucha en nuestras manos La burocracia sindical no concibe la jornada del 10 como parte de un plan de acción para conquistar las reivindicaciones. Es una medida aislada. No están planteados ni plenarios ni asambleas para debatir cómo seguir. Entonces, los sectores antiburocráticos debemos ser impulsores y organizadores de esta lucha, del paro, de los cortes de rutas y puentes y de la movilización, que debe darse con independencia de clase. Para garantizar y organizar el paro y la movilización deberemos apoyarnos en las asambleas en cada

lugar de trabajo. Otro elemento fundamental consiste en movilizarse en forma independiente. No podemos fundirnos con estas direcciones propatronales. Para eso, es necesario coordinar distintos tipos de intervención, pudiendo incluir una columna independiente como en la movilización del 27 de junio, en pos de la unidad contra la burocracia sindical y para ofrecer una alternativa de organización y de lucha real al conjunto de los trabajadores. ... NOTAS: 1) El pliego completo de los reclamos es: Salario básico de 5 mil pesos para los trabajadores formales, informales, de planes sociales y jubilaciones mínimas;

82% móvil para los jubilados; Universalización y unificación de las Asignaciones Familiares; No al impuesto a las ganancias sobre el salario; Por una verdadera Ley de Prevención y Reparación del daño. No al negocio de las ART; No al despojo de las Naciones y Pueblos Originarios; Por un modelo de desarrollo agrario incluyente y democrático. Basta de concentración y corporaciones; Por la defensa de la Educación y Salud Pública; Por la restitución de los fondos a las Obras Sociales; Contra la criminalización de la protesta social y derogación de la Ley Antiterrorista. 2) No es novedosa esta orientación de la CTA a lo largo de su historia. Baste recordar el apoyo al gobierno de la Alianza o al de los Kirchner (durante sus primeros años). Su apoyo a sectores patronales, y su relación con la Federación Agraria, también data ya de varios años.

Por la coordinación entre los agrupamientos antiburocráticos

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obran los motivos para realizar el paro, pero también para delimitarse de los sectores burocráticos, ya sea con una columna combativa y clasista, como realizando otro tipo de medidas de manera independiente. Para ello, la coordinación de los sectores antiburocráticos

vuelve a ser una necesidad, necesidad que no se acota al 10 de octubre. La experiencia del 27 de junio fue un avance por haber logrado una columna sindical que contó con la presencia de las seccionales, comisiones internas y cuerpos de delegados recuperados a la burocracia y

con innumerables agrupamientos antiburocráticos, que marchó de manera conjunta. Es decir, una coordinación básica de frente único. Para el paro y la movilización del 10 de octubre es preciso profundizar esta iniciativa unitaria, de forma más concensuada y previa-

mente organizada. Para ello, es importante tanto impulsar y construir las medidas desde las bases, como la coordinación antiburocrática. Para que ésta sea efectiva es necesario no anteponer las organizaciones partidarias a los organismos de base, así como tampoco condicionar la

participación por la hegemonía de determinados partidos. De esta forma, con la unidad del los distintos sectores antiburocráticos, podremos avanzar en importantes pasos para desarrollar la organización y la combatividad del movimiento obrero.


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Presupuesto 2013

Más para el pago de la deuda, menos para las asignaciones El ministro de economía Hernán Lorenzino presentó el Presupuesto para 2013, donde, entre otras cosas, se fija la utilización de miles de millones de dólares para el pago de la deuda externa y se reconoce que en 2012 se pagaron menos asignaciones familiares que el año anterior.

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l Presupuesto elaborado por el kirchnerismo para el año próximo tiene, como es tradición, algunos puntos escandalosamente dibujados y otros que pintan bien claramente la orientación política del gobierno. Entre los primeros, se destaca la estimación de la inflación para 2013 en un 10,8%, dato que, si bien está en sintonía con las estimaciones periódicas del INDEC, está lejos de reflejar la suba de precios real, que mes tras mes deteriora el salario de los trabajadores y que el los últimos años se ha ubicado en torno al 25% anual. Otras proyecciones realizadas por el kirchnerismo fijan el crecimiento del PBI en un 4,4%, el dólar en $5,10 y el superávit comercial en u$s13.325 millones. Pero el punto donde más se ven reflejadas las políticas y prioridades del kirchnerismo es en los gastos que proyecta el

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a segunda semana de septiembre, en nuestro país se llevó adelante un encuentro del E-IMET (Programa Expandido de Educación y Entrenamiento Militar), un curso de adoctrinamiento militar dirigido por las fuerzas armadas norteamericanas, en donde se promueve la intervención de las FFAA en la represión interna, con el mismo argumento que hoy lleva a desplegar a los militares por las calles en otros países como Colombia: la “lucha contra el narcoterrorismo”.

Lorenzino presentó el Presupuesto, acompañado por Kicillof, Domínguez y Rossi.

estado para el año próximo. Y como viene sucediendo en los últimos años, el gobierno planea continuar utilizando cuantiosos recursos para el pago de la deuda. Sin ir más lejos, las partidas de deuda ocupan el segundo lugar dentro de los gastos (sólo superado por “seguridad social” que incluye jubilaciones, pensiones, asignaciones, planes sociales, etc.), llegando casi a los u$s8.000 millones, más del 9% del PBI. De esta forma, una vez más, lo presupuestado para el pago de la deuda supera-

El adoctrinamiento de los altos mandos militares argentinos por parte de EEUU es promovido por el estado y el gobierno argentinos, quienes garantizaron su realización y desarrollo. Es tan notable que estas prácticas significan una gigantesca sumisión de la Argentina frente al dominio político y militar norteamericano, que hasta el diario oficialista Página/12 debió sacar un amplio informe sobre el asunto, el día 9 de septiembre, describiendo las características del curso.

rá holgadamente a las partidas destinadas a salud y educación pública. En concreto, educación tiene destinados $45.700 millones (un incremento del 18,6% con respecto al año pasado; es decir, ni siquiera cubre la inflación y los aumentos salariales), mientras que el presupuesto de salud apenas alcanza los $12.937 millones. Pero el kirchnerismo no es sólo un gran pagador de la ilegítima y fraudulenta deuda, sino que además viene profundizando el endeudamiento. En el Pre-

Página/12 cita informes norteamericanos en donde se explicita que la función del programa militar es “educar a los amigos y aliados de Estados Unidos en el adecuado manejo de sus recursos de defensa”, para ajustarse “a los intereses de la política exterior de Estados Unidos en el ambiente de la posguerra fría” y “modificar los mecanismos civilesmilitares utilizados por las democracias para enfrentar las circunstancias únicas de cada país”. A cargo del adoctrina-

supuesto se adelanta que para el año próximo el gobierno apostará a “profundizar relaciones con aquellas entidades que contribuyan a la integración regional y promuevan el financiamiento de obras de infraestructura y desarrollo social”(1). Es decir, se buscará profundizar el endeudamiento con organismos internacionales de crédito como el BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Por otra parte, con la presentación del Presupuesto el kirchnerismo ha reconocido que, como consecuencia de los topes que aplica sobre las asignaciones familiares, en 2012 se pagarán 424.337 asignaciones menos que en 2011, demostrando con números concretos el alcance de su política de ajuste sobre las asignaciones que han sido un derecho histórico de los trabajadores(2). En definitiva, las estimaciones del Presupuesto 2013, ponen sobre la mesa

miento realizado en el edificio Libertador, estuvieron altos mandos militares norteamericanos con amplia experiencia en el ataque a los pueblos de Irak y Afganistán y en la preparación para la dictadura en Argentina, como Richard Goetze, ex agregado militar en la embajada yanqui en nuestro país entre 1976 y 1978. El eje central del adoctrinamiento y el lobby estadounidense, consistió en la promoción de la intervención directa de las FFAA en el control interno, es decir, en sacar al ejército a la calle. Se trata de un ejército que debe manejar los criterios de persecución establecidos por el Pentágono, en donde se reconoce como “terrorista” a gran parte del

cuales son las prioridades del gobierno kirchnerista a la hora de distribuir los recursos del estado: miles de millones de dólares para el pago de la deuda, recorte en las asignaciones familiares y ajuste sobre los presupuestos de salud y educación. … NOTAS: 1) www.ambito.com 2) Por otra parte, durante el mes de septiembre, Cristina Fernández anunció un “aumento” en las asignaciones familiares. Aumento mentiroso, ya que lo que se hizo es una modificación mediante la cual, en adelante, se tendrán en cuenta los ingresos del grupo familiar de conjunto y, ya no, de uno de los padres. Por este motivo, muchos trabajadores que venía cobrando la asignación por hijo dejarán de percibirla o recibirán sumas menores. Los montos, además, siguen siendo absolutamente insuficientes. Sin ir más lejos, cuando los ingresos del grupo familiar superen los $6.000 (dos salarios de $3.000, por ejemplo), el trabajador sólo percibirá $90 por hijo.

activismo político (en sintonía con las últimas “leyes antiterroristas” promovidas por el kirchnerismo). El E-IMET, se suma así, a toda una serie de cursos y prácticas que las FFAA argentinas vienen desarrollando bajo la tutela norteamericana desde largo tiempo, y deja en evidencia como el supuesto antiimperialismo kirchnerista y la pretendida defensa de los derechos humanos, se chocan de lleno con la realidad de un gobierno que se subordina en un plano tan sensible como el militar, a los intereses norteamericanos, bajo militares con experiencia en las dictaduras y las peores guerras de los últimos tiempos.


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Reformas a pedir de las patronales

Todo el apoyo patronal

El kirchnerismo presentó un proyecto para modificar la actual ley de riesgos de trabajo. Lejos de avanzar en la prevención de accidentes laborales en favor de los trabajadores, las modificaciones impulsadas por el gobierno están hechas a pedir de las patronales, en total sintonía con la legislación menemista.

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a modificación del régimen de ART venía siendo, desde hace tiempo, un fuerte reclamo de los sectores patronales encabezados por la Unión Industrial (UIA). Los empresarios exigían cambios para terminar con lo que ellos denominan “industria del juicio”, que no es otra cosa que la posibilidad de cualquier trabajador que ha sufrido un accidente laboral, o de su familia, de recurrir a la justicia exigiendo una indemnización mayor que las pobres ofrecidas por las ART. Tras varios años de idas y vueltas, en los que circularon varios proyectos (de Héctor Recalde y de Carlos Tomada, entre otros), Cristina Fernández optó por impulsar directamente las reformas solicitadas por los referentes de la UIA como De Mendiguren y Funes de Rioja. Accidentes y muerte en el trabajo El proyecto kirchnerista es presentado en un marco en el cual los accidentes y las muertes de obreros en su lugar de trabajo son moneda corriente. La ambición patronal, en la búsqueda de ganancias cada vez mayores, conduce a acelerar los ritmos de producción, obviar medidas de seguridad elementales y someter a los trabajadores a extensas y agotadoras jornadas de trabajo, lo que lleva inevitablemente a que se produzcan accidentes. En actividades como la construcción, la muerte de obreros es, lamentablemente, muy frecuente. Los últimos casos de derrumbes con consecuencias fatales dan cuenta de esta realidad, de la cual son responsables las cámaras patronales que se enriquecen con el negocio inmobi-

liario, con complicidad del gobierno y la burocracia sindical de la UOCRA, que hacen la vista gorda. Pero esto no sólo sucede en la construcción. Los accidentes (como lesión o pérdida de dedos, manos, ojos) y enfermedades (como hernias, lumbalgias, varices) ocasionadas en el trabajo son una realidad padecida a diario por millones de trabajadores metalúrgicos, del plástico, del neumático, rurales, entre otros. Y, como sucede con tantas otras cosas, los trabajadores “en negro” son nuevamente los más perjudicados ante esta situación ya que ni siquiera quedan contemplados en las pobres prestaciones e indemnizaciones de las ART, teniendo que arreglárselas directamente con su patrón. Las ART, una herramienta al servicio de las patronales En 1995, de conjunto el lanzamiento de las AFJP, el gobierno de Menem impulsó la ley 24.457, que estableció la creación de las Aseguradoras de Riegos de Trabajo (ART). Desde ese momento, cada patronal debe contratar una ART (empresas con fines de lucro) que es la encargada de controlar las normas de seguridad e higiene, de brindar atención médica a los trabajadores en caso de accidentes o enfermedad laboral y de pagar las indemnizaciones. Además, la ley menemista prohibía al trabajador recurrir a la justicia, en caso de no estar de acuerdo con lo resuelto por la ART. En aquel momento, el lanzamiento del sistema de ART fue saludado de forma unánime por el empresariado, que se desligaba de sus responsabilidades sobre las condiciones de trabajo, y por las aseguradoras, que

comenzaron a beneficiarse con un negocio millonario. En el año 2004, la Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad de algunos artículos de la ley, entre ellos el 39 que prohibía realizar acciones judiciales contra los empleadores. Desde aquel momento quedó habilitada la posibilidad de recurrir a la justicia laboral en caso de accidentes de trabajo para obtener indemnizaciones mayores a las de las ART. Y, desde aquel momento, las patronales presionan para poner a fin a lo que denominan “industria del juicio”. En ese sentido avanza el proyecto kirchnerista. El proyecto del gobierno Ni en el discurso ni en el proyecto del kirchnerismo se planteó como un objetivo el hecho de buscar soluciones reales para avanzar en mejores condiciones de seguridad e higiene en los lugares de trabajo, debate que, por otra parte, sólo podemos dar seriamente dar los trabajadores. Lejos de esto, el gobierno hizo eje principalmente en la cuestión monetaria, de las indemnizaciones, dejando en claro que para la patronal los trabajadores no

El proyecto del gobierno no busca evitar accidentes y enfermedades laborales, mejorando las condiciones de seguridad e higiene, sino complacer los reclamos de las patronales

somos más que números, y que, por lo tanto, es perfectamente natural, para ellos, fijar precio a la vida de un obrero, o al valor de una pierna o una mano accidentada. En ese sentido, en la presentación del proyecto, Cristina Fernández anunció un incremento del 20% en los montos de las indemnizaciones por accidentes laborales. Y presentando como un triunfo este pobre aumento (que, por otra parte, ni siquiera alcanza para cubrir la inflación), sumado al compromiso de actualización automática de los montos dos veces por año, el kirchnerismo intentó ocultar el carácter marcadamente antiobrero de sus reformas, que avanzan en el sentido de profundizar la ley menemista. Por un lado, el objetivo principal del proyecto es el de eliminar la “doble vía”. Esto quiere decir que si los trabajadores aceptan la indemnización de la ART, no podrán iniciar acciones en la justicia contra el empleador en busca de un resarcimiento mayor. En el caso de querer optar la vía de la justicia, no podrán recibir el monto asignado por la ART. La situación es crítica si se piensa en que un trabajador que ha sufrido un accidente importante, difícilmente pueda resignar la pobre (pero más rápida) indemnización de la ART, para poder iniciar un juicio que duraría años, por una indemnización mayor. Por otra parte, entre las

modificaciones propuestas por el kirchnerismo se establece el cambio de la justicia laboral (tradicionalmente más rápida y favorable al trabajador) por la justicia civil, lo que dificulta aún más el reclamo judicial para el trabajador accidentado. Por si fuera poco, como demostración de que entre los objetivos del proyecto de Cristina Fernández, lejos está la intención de avanzar en la prevención de riesgos, mejorando las condiciones de seguridad e higiene en los lugares de trabajo, no se platean modificaciones en el artículo 6 de la ley menemista. Este artículo es el que establece, entre otras cosas, el listado de enfermedades que son consideradas como “enfermedades profesionales”, dejando afuera a una gran cantidad que son padecidas por los trabajadores dado las arduas condiciones de trabajo, como ser las hernias de disco. En definitiva, mientras se suceden a diario los accidentes que terminan con lesiones importantes e incluso con la vida de muchos trabajadores, mientras los agotadores ritmos de producción y las malas condiciones de trabajo generan multiplicidad de enfermedades laborales, el gobierno kirchnerista avanza con un proyecto reclamado por las patronales, favoreciendo aún más la explotación de los trabajadores.


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Por la recuperación sindical La burocracia sindical hoy conduce la mayoría de nuestros gremios. Para avanzar en la lucha antipatronal del movimiento obrero, es necesario levantar y desarrollar agrupaciones independientes, antiburocráticas y de base, y trabajar en la coordinación unitaria entre los distintos sectores antiburocráticos, para disputar las conducciones sindicales y poner los organismos obreros al servicio de los intereses de nuestra clase. La burocracia en los sindicatos La mayoría de las organizaciones gremiales de la Argentina está en manos de la burocracia sindical, tanto de la CGT como de la CTA. La afinidad política de sus dirigentes con el gobierno o con otros sectores patronales, los lleva a ejecutar una política sindical limitada, de colaboración entre las clases, donde la clase trabajadora aparece supeditada a algún proyecto o expresión política de los capitalistas. Y, generalmente, esto lleva a esas conducciones a burocratizar el sindicato, restringir o suprimir la democracia interna y la participación de las bases, intentando encauzar los reclamos obreros por la vía de la negociación y evitar el desborde de las luchas. Bajo esas conducciones burocráticas, los sindicatos, las más de las veces, sirven más a las necesidades de la clase dominante y a su perpetuación, que a la lucha y la organización de los trabajadores por sus conquistas y reivindicaciones. La necesidad de la recuperación sindical La clase obrera vive un proceso de recomposición de sus fuerzas para la lucha antipatronal, proceso que aún es embrionario y fragmentado. Para contribuir al fortalecimiento de esa situación, es imperiosa la recuperación de las instancias de dirección del movimiento obrero con una política antiburocrática y de independencia de clase. La recuperación sindical no es sólo reemplazar una dirección por otra. Es imprescindible, para extender y profundizar la

lucha antipatronal, cambiar la forma organizativa del sindicato con el objetivo de incluir a sectores cada vez más amplios de la masa obrera a pelear por sus reivindicaciones y a ser parte de la construcción de un modelo sindical distinto, democrático, combativo y de base. Es prioritario, entonces, levantar agrupaciones antiburocráticas allí donde no las haya o fortalecer aquellas que existan, agrupaciones que abran distintos carriles para la participación de los trabajadores; que desarrollen además la capacidad de resolver problemas gremiales concretos y cotidianos, hechos que motivan la confianza de los compañeros en la organización sindical. Agrupaciones sindicales donde los compañeros se organicen bajo tres ejes fundamentales: el clasismo, o sea la independencia política de los gobiernos y de todo sector patronal; la necesidad de la recuperación sindical con clara delimitación de la burocracia y su proyecto político; y la democracia obrera, en franco rechazo al modelo burocrático actual, para que las bases, por medio de la asamblea y el mandato, sean protagonistas reales y concretas de la toma de decisiones. A la par, para la construcción de un movimiento obrero sólido, así como para la disputa electoral, es fundamental propiciar instancias de coordinación, unidad y comilitancia con todos aquellos sectores que promuevan un sindicato independiente de los gobiernos, y tengan como eje la pelea antiburocrática y la democracia de las bases para profundizar la lucha antipatronal.

La coordinación entre los distintos agrupamientos antiburocráticos es central, tanto para el armado de listas unitarias, como para la construcción y la lucha cotidiana.

Experiencias sindicales recientes En los últimos meses, se produjeron varios procesos eleccionarios que representaron importantes avances en cuanto la unidad de agrupamientos antiburocráticos para la disputa contra las burocracias sindicales. Los más importantes fueron en el gremio de la Alimentación, donde la oposición (orientada por distintos agrupamientos y organizaciones, desde el PTS hasta al PCR) se presentó en lista unitaria para enfrentar a la burocracia de Daer realizando una importante elección, imponiéndose en varias de las plantas más numerosas. Similar fue la situación en el gremio Gráfico, donde los agrupamientos antiburocráticos que conducen importantes talleres, también alcanzaron un acuerdo para enfrentar de manera unificada a la burocracia de Ongaro. Si bien en ninguno de los casos se logró ganar la conducción, el hecho de presentar lista única de oposición permite levantar una referencia importante para el conjunto del gremio, evidencia el importante trabajo de construcción de base que se viene realizando y plantea un panorama alentador de cara a la construcción en cada lugar de trabajo poste-

rior a las elecciones. Sin embargo, lamentablemente, estas experiencias de construcción unitarias no se reproducen en todos los gremios donde sectores de la izquierda y distintos agrupamientos antiburocráticos tienen construcción. En el gremio de la carne, por ejemplo, la comisión interna de Paty decidió no formar parte, ni apoyar, a la lista opositora. De esta maneta, se le restan valiosísimas fuerzas a la lista Roja de oposición, que reúne a referentes de varios frigoríficos con tradición de lucha y construcción antiburocrática, como el (1) Rioplatense . Otro tanto sucede en el ferrocarril, donde de cara a las próximas elecciones de la Unión Ferroviaria, los agrupamientos antiburocráticos, por distintas internas, presentan listas dividas en todas las seccionales y no presentan lista a nivel nacional, que podría haber encabezado el “Pollo” Sobrero, para disputarle a la burocracia verde asesina de Pedraza. Ni siquiera fue posible mantener las listas unitarias que se habían alcanzado para las últimas elecciones de delegados, como la Gris-Bordó del Roca, lo que representa un retroceso importante para el movimiento obrero y la oposición en el ferrocarril.

Conclusión Para los luchadores, la disputa por las conducciones sindicales del movimiento obrero es una tarea central. Con el objetivo de desterrar a la burocracia y sus prácticas, es necesario el impulso y fortalecimiento de agrupaciones sindicales antiburocráticas, que construyan con independencia de clase y desarrollen una política amplia, que logre arraigo en las bases. Avanzar en instancias de coordinación y unidad entre los distintos sectores y agrupamientos antiburocráticos, tanto para el armado de listas unitarias para la disputa en las elecciones gremiales como en la construcción cotidiana en cada lugar de trabajo para la lucha y la organización, es una de las tareas prioritarias de la hora para avanzar en la construcción de un movimiento obrero antiburocrático, independiente y combativo. … NOTAS: 1) Las elecciones de la carne fueron suspendidas provisoriamente dado que el ministerio de Trabajo reconoció como válida la denuncia de la Lista Roja de la oposición sobre la adulteración de los padrones y las maniobras fraudulentas de la burocracia de Molina.


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La avanzada macrista en la ciudad

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o es una noticia afirmar que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encabezado por Mauricio Macri, viene desempeñando una clara política antipopular. El brutal tarifazo en el subte (con un preacuerdo con el gobierno nacional) es, quizás, el ataque más directo sobre el bolsillo del pueblo trabajador. Los ataques sobre la salud y la educación pública son constantes y crecientes. En el largo listado contamos con la eliminación de las Juntas de Clasificación y de Disciplina docentes,

represión mediante; con el cierre de unos cien grados y cursos; con la privatización de predios públicos para cederlos a emprendimientos empresariales; con el ataque sobre el Hospital Borda y un extenso etcétera. Pero en el último período, el gobierno de Macri ha decidido emprender más decididamente un ataque directo sobre la clase trabajadora, su organización gremial y su intervención sindical. Los últimos hechos dan cuenta de esta avanzada dirigida por el PRO, evidenciando su sistematicidad y su extre-

La política de impugnar la validez de las Juntas Internas de ATE es otra demostración de la avanzada antisindical del macrismo.

ma gravedad. La reciente separación de los cargos de seis docentes por criticar al jefe de gobierno y al ministro de educación dentro de una escuela es un hecho sin precedentes en el área de educación de la Ciudad. Tan grave como la disposición 40/2012 que pretendía impedir la realización de asambleas en las dependencias públicas. Y la política de impugnar la validez de las Juntas Internas de ATE también es demostrativa de una evidente cruzada antisindical. Es evidente que para el modelo macrista toda exis-

tencia de organización sindical de base es un escollo para sus planes privatistas y para su modelo de ciudad elitista. Por eso, el ensañamiento sobre la organización gremial para disciplinar a la clase trabajadora de la Ciudad. La gravedad y la contundencia de los ataques del gobierno porteño obliga a fortalecer los ámbitos de organización de base y a trabajar para buscar instancias de coordinaciones amplias para no permitir que este gobierno continúe avanzando contra el pueblo trabajador.

La lucha en defensa de la educación pública

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anto en la ciudad como a nivel nacional, los distintos gobiernos vienen llevando adelante políticas que, de una u otra manera, atacan a la educación pública en sus distintos niveles. El gobierno de Macri, habiendo ya cerrado grados y atacado el estatuto docente, ahora se cargó con los planes de estudio de las escuelas secundarias, a través de una reforma que entre otras cosas implica la desaparición del turno vespertino

Los estudiantes secundarios vienen llevando adelante un plan de lucha que desembocó en la toma de más de 31 colegios, siendo conscientes que solo con medidas de acción directa, podrán ser escuchados por el antipopular Esteban Bullrich.

(al cual asisten muchos estudiantes- trabajadores), mientras saca contenidos específicos a la formación técnica rebajando su especialización. Los secundarios, organizados en sus centros de estudiantes y coordinadoras de base, vienen llevando adelante un plan de lucha que desembocó en la toma de más de 31 colegios de la Ciudad, siendo conscientes que solo con medidas de acción directa, podrán ser escuchados por el antipopular ministro de educación porteño Esteban Bullrich. Algo similar sucede con los terciarios: el INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente) quiere imponer una reforma del plan de estudios que alarga las carreras innecesariamente quitando contenidos específicos, amenazando con que, si los estudiantes no aceptan los nuevos planes de estudio, podrían quitar la validez nacional a sus títulos. En respuesta, los terciarios Joaquín V. González, y Alicia Moreau de Justo, entre otros, llevaron ade-

Los estudiantes secundarios se movilizaron masivamente contra las medidas lanzadas por el gobierno porteño.

lante movilizaciones a dicho organismo con cortes de calles e incluso la toma del Instituto Nacional. A esto se suma a la movilización que ya venían llevando adelante los universitarios, en particular en las facultades Sociales y Filosofía y Letras de la UBA. De conjunto con los docentes y su plan de lucha contra las más de 650 jubilaciones obligatorias impuestas por el Rectorado, se realizaron en ambas facultades distin-

tas medidas de apoyo. En el caso de Filosofía y Letras, a la solidaridad con los docentes, se sumó la lucha por la restitución de 800 becas de apuntes que la gestión dejó de otorgar, lucha que desembocó en la toma de la facultad durante dos días. En los distintos casos la política es clara: frente a la necesidad de reducir gastos, la educación pública es una variable de ajuste para estos gobiernos. Mientras que unos intentan

hacer pasar por prácticas de aprendizaje el trabajo gratuito, sacando especialización a las carreras, en otros recortan las becas o jubilan de manera obligatoria a los docentes. Frente a ello, la organización y la lucha es el único camino que garantiza avanzar en la conquista de reivindicaciones para conseguir una educación pública, gratuita y de calidad a la que tenga acceso el pueblo trabajador.


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Elecciones en la UBA

La pelea contra el radical- kirchnerismo y la necesidad de construir una nueva opción de izquierda

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ste año, la Franja Morada y el kirchnerismo no sólo han continuado con su alianza en la cúpula del Rectorado de la UBA, con Hallú a la cabeza, sino incluso la han llevado al movimiento estudiantil para disputar a la FUBA de izquierda, vaciando su Congreso de conjunto. Ello, sumado al armado kirchnerista de una FUA (Federación Nacional) paralela, con Abal Medina a la cabeza y con casi nula base estudiantil, impone una primera tarea a los estudiantes combativos de cara a las elecciones en las distintas facultades: enfrentar a las agrupaciones kirchneristas así como a la Franja Morada, afines a

las gestiones, el Rectorado y el gobierno nacional. Fue así en Medicina, en donde a la lista de la Franja se impuso un heterogéneo frente de izquierda. Deberá ser también así en las próximas elecciones de Ciencias Sociales, contra la lista unitaria del kirchnerismo, que busca disputar un bastión histórico en lo que a cátedras, bajada de línea y producción de políticas para el peronismo se refiere. Es decir, las discusiones al interior de la izquierda, con las organizaciones que actualmente hegemonizan el movimiento estudiantil (como el PO o La Mella), deben ser puestas en un segundo plano al momento de disputar con organizaciones kirchneris-

tas y la Franja Morada. Al mismo tiempo, no se puede dejar de plantear las limitaciones que representan esas conducciones y

La primera tarea para los estudiantes combativos de cara a las elecciones en las distintas facultades: enfrentar a las agrupaciones kirchneristas y a la Franja Morada

las críticas que les corresponde a su tipo de construcción. En ese sentido, en las Facultades en donde la disputa se da al interior de la izquierda, como Filosofía y Letras o Ciencias Exactas, por ejemplo, es necesario construir más allá de la lucha inmediata en contra de las agrupaciones aliadas a la gestión y al gobierno. Es por eso que es importante apostar a construir espacios que puedan desarrollar un trabajo en el tiempo y se perfilen como una opción para los estudiantes combativos, que no se sienten representados ni en la izquierda “tradicional” (que antepone los intereses partidarios a los

del movimiento, renegando muchas veces de avanzar en la lucha), ni en las organizaciones chavistas (que suelen encausar por la vía institucional los reclamos, desconfiando de las posibilidades de conseguir victorias con las luchas y sin una perspectiva de construir un movimiento estudiantil combativo que se encuentre en la calle con los trabajadores). Es decir, una opción de izquierda desde las bases, antiburocrática, combativa, y con un horizonte de lucha junto a los trabajadores, que no sea un mero frente electoral más sino que aspire a convertirse en referencia para los activistas que buscan organizarse y luchar.

Por un movimiento estudiantil combativo El Cordobazo, en nuestro país, y las combativas luchas del estudiantado chileno, dos exponentes de la potencialidad del movimiento estudiantil.

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ara que los estudiantes puedan jugar un rol importante en la lucha popular es necesario construir un movimiento que exceda los conflictos puntuales. El estudiantado es un sector no sólo para disputar cuadros a la burguesía o en el cual realizar exclusivamente propaganda estraté-

gica y organizativa. Mucho más importante que eso, es poder construir un movimiento estudiantil combativo, desde las bases y con una perspectiva clasista. El conflicto que hace dos años protagonizaron los estudiantes de nuestro país, con tomas de escuelas, facultades, cortes de calles y accesos como el Puente Pueyrredón, así

como la toma del Ministerio de Educación Nacional, medidas construidas desde las bases, votadas en asambleas masivas, fue un importante saldo en ese sentido que, mas allá de los momento de reflujo en la lucha, dejaron un piso

desde donde hoy se puede construir. Mas cercano en el tiempo, es el enorme ejemplo que vienen dando los estudiantes chilenos, con cientos de miles de compañeros en las calles, instalando en la agenda nacional el problema de

una educación que sigue sosteniendo las cuestiones centrales del modelo pinochetista. Los estudiantes pueden jugar un rol activo en la lucha por la liberación, solidarizándose con los trabajadores, encontrándose en la calle, realizando medidas de conjunto, y aportando al avance de sus intereses de clase como sucedió en los procesos revolucionarios de Cuba, Nicaragua o incluso en nuestro país durante el Cordobazo.


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Un balance sobre la nueva Ley de Medios Primera parte La nueva ley de medios audiovisuales llegó a instalarse como un punto destacado de la agenda política, al ser presentada como una de las iniciativas de avanzada del kirchnerismo. En los primeros días de octubre se cumplen tres años de su sanción. Se hace necesario evaluar el efecto que ha tenido y la perspectiva de su implementación. A continuación presentamos la primera parte de nuestro balance.

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l eje sobre el que el gobierno hizo hincapié, para argumentar por qué la ley debía ser apoyada por los sectores populares, era que se proponía “democratizar” los medios y así, “amplificar la oferta de voces”. En el marco de ese planteo, aparecía como un punto nodal, el enfrentamiento con aquellos que ostentaran un alto grado de concentración de medios, lo que se expresó como una política para enfrentar a “los monopolios”. En la práctica, esto implica una disputa del gobierno con el monopolio mediático más importante, el Grupo Clarín, que cuenta con el más alto grado de concentración en el área: 240 sistemas de cable, 9 radios AM, 1 FM y 4 canales de TV Abierta, el mayor paquete accionario de Papel Prensa, decenas de empresas de servicios y casi 2.000 millones de dólares de movimiento anual económico-financiero. Por supuesto, es muy positiva la posibilidad de que se golpee al mayor monopolio mediático, dirigido por Ernestina Herrera de Noble. Esto, entre otras cosas, por ser un defensor histórico de los intereses patronales y de sus gobiernos más variados: dictadores, radicales y peronistas; un enemigo de las luchas de los trabajadores; una patronal que persigue y ataca sistemáticamente toda alternativa de organización sindical de sus trabajadores. Pero lo que se ha tornado evidente también, es que la disputa con Clarín, no ha significado ni se orienta hacia promover esa tan mentada “democratización” mediática, para “nuevas voces”. Por el contrario, lo que vemos es que mientras el kirchnerismo promueve una política mediática absolutamente parcial y engañosa por medio de programas como 6, 7, 8; los empresarios aliados del gobierno, como

Cristóbal López, Spolsky y Hadad avanzan en la acumulación mediática, y ningún lugar ha sido otorgado a los sectores populares. Así, en la práctica, con la ley de medios, el gobierno protagoniza una disputa en la que se enfrenta con algunos monopolios, pero no para defender intereses populares, sino para fortalecer su propia posición y la de los empresarios amigos, en una disputa interna, entre diferentes intereses patronales. Es para ver quién se queda con la mayor cantidad de medios sabiendo la gran influencia que tienen éstos sobre la agenda política y las ganancias que generan. Es que, históricamente, los grandes medios de comunicación fueron una herramienta política de los sectores dominantes y jamás fueron proclives a difundir las luchas de los sectores populares, a excepción de algún caso pero de manera oportunista y nunca desde una perspectiva de los intereses de la clase trabajadora. Del negocio compartido al “7D” Luego de varios años en que el gobierno de Néstor Kirchner y el grupo Clarín fueran aliados, el proyecto de ley impulsado en 2008 para aumentar las

Si bien es progresivo que el Grupo Clarín se desprenda de medios, lo que se vislumbra es que esas licencias pasarán a manos de empresarios afines al gobierno como Cristóbal López y Spolsky, y no a medios alternativos u organizaciones populares

Los medios masivos de comunicación siguen concentrados en pocas manos y al servicio de los intereses de los distintos sectores de la clase dominante.

retenciones a las exportaciones agropecuarias (la “125”), terminó de quebrar un acuerdo en el cual el gobierno recibía puros elogios de Clarín, y éste una buena cantidad de prebendas: gran cantidad de pautas publicitarias estatales, la extensión de 10 años por decreto (527/2005) de las licencias de medios audiovisuales que se vencían (medida que también favoreció a otros holdings mediáticos como el grupo Hadad) y, entre otros negocios más, Clarín también tuvo la venia de Néstor Kirchner para comprar la empresa de televisión por cable “Multicanal” y fundirla con Cablevisión. Así, dos sectores que a principio del primer gobierno kirchnerista fueron aliados, se enfrentaron por defender dos modelos proempresariales diferentes. El 7 de diciembre de este año, según lo que establece un dictamen de la Corte Suprema de Justicia, vence el plazo que tiene el Grupo Clarín para empezar a desprenderse de las licencias de medios que les restringe la nueva Ley de Servicios de Comunicación

Audiovisual (26.522) y así empezará a tener vigencia el artículo 161 de dicha ley, que hasta entonces fue dilatado por distintas medidas cautelares que presentó la corporación en la Justicia. La cercanía de la fecha haría efectivo que el monopolio mediático más poderoso de la Argentina empiece a perder un poco de poder. Ahora, si bien es progresivo que el Grupo Clarín se desprenda de medios, lo que se vislumbra es que esas licencias pasen a manos de empresarios afines al gobierno como Cristóbal López, Rudy Ulloa, Spolsky, ViláManzano y otros multimedios provinciales, y no a medios alternativos u organizaciones populares(1). Por esta razón se explica que grandes medios y algunos multimedios provinciales, como el del senador jujeño Guillermo Jenefes, hayan apoyado la ley: porque especulan quedarse con muchos de esos medios de los que se desprendería el Grupo Clarín(2). Así, aunque los impulsores de la Ley aseguraban que “en tres años habría un

enorme abanico polifónico”, vemos que no se ha avanzado en la democratización de los medios masivos de comunicación y el acceso a ellos de nuevos actores que rompan con el discurso comunicacional “clasemediero” de Clarín o el “nacional y popular” (y obsecuente) de los medios afines al gobierno. Las nuevas voces no se escuchan ni se pueden ver, y el modelo de medios que está en debate se ha polarizado entre dos proyectos políticos patronales diferentes: el del gobierno con “6, 7 y 8” como estandarte, y el del Grupo Clarín embanderado desde TN. El “enorme abanico de nuevas voces” sigue ausente. … NOTAS: 1) Ver “Medios para algunos” en El Revolucionario Nº79, mayo de 2012. 2) Al principio, el multimedio mendocino Uno estuvo en contra de la nueva Ley y luego la apoyó y defendió políticamente.


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Negociaciones de paz en Colombia

Las FARC frente a frente con el presidente paramilitar Juan Manuel Santos Colombia es uno de los escenarios más complicados para el movimiento obrero y popular de América Latina. En el marco de un sistema democrático parlamentario, en el cual se disputan espacios diferentes opciones patronales, los trabajadores y el pueblo se ven obligados a resistir el terrorismo de estado.

S

on miles los m u e r t o s , desaparecidos, torturados y desplazados por las fuerzas represivas oficiales y por los grupos paramilitares asociados a ellas. 7.000 presos políticos pueblan las cárceles en condiciones indignantes. La lucha y la organización política y sindical de los sectores populares se lleva adelante con muchas dificultades, sin que existan en muchos casos, organismos gremiales como los centros de estudiantes, y sabiendo que son foco directo de la represión, que ha hecho de Colombia el país con más referentes sindicales asesinados en el último período. La persecución política es permanente. Apenas surge una nueva expresión de organización popular, el estado y el paramilitarismo atacan, con asesinatos o detenciones. Sin ir más lejos, los pasados 13 y 14 de septiembre el estado acaba de apresar a 5 dirigentes del Movimiento Social y Político Marcha Patriótica nacido hace apenas cuatro meses atrás, de modo similar a como fue detenido el director de la agencia de noticias ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra, ente tantos otros. La drástica militarización, que incluye el desembarco directo de tropas norteamericanas en las varias bases que tienen en el territorio colombiano, no dejan lugar a dudas sobre el carácter del régimen actual. En estas condiciones distintos gobiernos derechistas, como el del actual presidente Juan Manuel Santos, vienen profundizando su orientación liberal y antipopular en beneficio de una elite concentrada, firmando Tratados de Libre Comercio (TLC) y acuerdos de cooperación militar con EEUU, mientras hacen millonarios

Las FARC y Santos, ante un posible proceso de negociaciones de paz.

negocios en base al narcotráfico. En ese marco, los grupos insurgentes, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o el Ejército de Liberación Nacional (ELN), forjados como organizaciones con proyecciones revolucionarias, hoy expresan una forma de la resistencia contra esta avanzada antipopular. La lucha de las organizaciones insurgentes cuenta con medio siglo de experiencia, en donde se han promovido importantes avances en la lucha popular y también se han sufrido golpes; sucediéndose contextos de confrontación abierta y períodos de negociación para buscar avances por carriles diplomáticos. La burguesía colombiana ha tratado de aplastar a estas organizaciones por todos los medios, para lo que no dudó en traicionar sus propios acuerdos de paz y eliminar físicamente a miles de referentes, como sucedió con la experiencia de la Unión Patriótica (UP) en los '80 y '90. Es la forma en la que trata de sostener su dominio y el actual esquema de acumulación

que excluye a millones de colombianos de los derechos más elementales. Aún así, más de una vez, acuciados por el desgaste de la guerra, y necesitados de un nuevo aire político, los representantes de la burguesía colombiana han optado por promover negociaciones de paz. Por su parte, las organizaciones insurgentes, y en particular las FARC han impulsado en más de una oportunidad acuerdos de paz, que permitan cierta intervención política pública, buscando fortalecer los lazos con el movimiento popular urbano y rural. Así, con los acuerdos de los años '80, las FARC se integraron a una amplia movilización y organización política, por medio de la UP. Y a fines de los años '90 con los acuerdos del Caguán, con la desmilitarización de una amplia zona de distensión, pudieron desplegar sus propuestas políticas y desarrollar en forma práctica algunos de sus planteos sociales para enfrentar la tremenda desigualdad que se sufre en las zonas agrícolas. Estas experiencias fueron importantes para vincularse y ganar el apoyo de amplios secto-

res populares. Entre 2002 y 2010, Álvaro Uribe, el máximo exponente colombiano de la burguesía terrateniente neoliberal y narcoparamilitar, consideró que los acuerdos de paz eran más beneficiosos para las organizaciones populares que para su propia clase y sus negocios, y opto por la vía de la represión desenfrenada y el fortalecimiento de la injerencia militar yanqui, apostando a la derrota militar de la guerrilla. El ataque fue duro, los recursos económicos destinados a la actividad militar multiplicados infinidad de veces, pero el objetivo político no fue logrado. Ante esa evidencia, buscando el rédito político de ser el forjador de “la paz” en Colombia, su sucesor, Juan Manuel Santos, hombre del riñón de la burguesía colombiana y figura fuerte del ejército, promueve ahora nuevamente el diálogo con la insurgencia, abriendo una agenda que, aunque limitada, no estaba en discusión desde hace más de una década en el país. De este modo, la persistencia en su lucha, le ha permitido a la insurgencia

constituirse como el único actor de la sociedad colombiana que está en condiciones de presionar con cierta fuerza para conseguir mejoras en las condiciones sociales, y un reclamo de garantías políticas para avanzar en el desarrollo de la organización e iniciativa popular que hoy está tan contenida por los altos niveles de represión. Si bien las FARC no están en su momento de mayor fortaleza, y eso se refleja en algunas condiciones del diálogo (al no poder imponer un área de distensión, ni conseguir un alto al fuego en el marco de las negociaciones), también es patente que, una vez más, es a partir de la iniciativa de la insurgencia, como se pone sobre la mesa una agenda de reclamos populares que van desde las garantías para la intervención pública en la vida civil, la libre organización sindical y política, etc., hasta modificaciones en las condiciones de vida, particularmente para los sectores campesinos, por medio de la reforma agraria. Así, para el pueblo colombiano, no es la paz que enarbola el derechista Santos lo que se juega. La paz que pretende Santos significa, lisa y llanamente, ataque y subordinación de todas las organizaciones populares, en primer lugar las insurgentes, para profundizar el modelo represivo y entreguista de su régimen terrorista y neoliberal. Son en cambio, las iniciativas para la conquista de derechos sociales y libertades públicas y de organización, planteados en la mesa de discusión por las FARC, los que pueden implicar, efectivamente, un avance. Del apoyo y éxito de esas iniciativas, depende que el resultado de esta mesa, sea un aporte para el pueblo colombiano.


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El Revolucionario N°84 - Octubre 2012

1967 – 8 de octubre – 2012

Che, el hombre nuevo

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s domingo y el sol raja, literalmente, la tierra. Aunque ha trabajado toda la semana en el Ministerio de Industrias, hasta altas horas de la noche, el Che se encuentra ahí, puntual y firme, junto a la comitiva. Es uno de los funcionarios más altos y prestigiosos del nuevo estado revolucionario, y una de las figuras más admiradas de la gesta que derribó a la dictadura a fuerza de batallas desiguales y mucho tesón. A más de uno de sus compañeros de jornada no debe dejar de impactarle que el mismo que dirigió el crucial combate de Santa Clara, el que salvó de milagro su vida infinidad de veces, cargando las mochilas de soldado y de médico guerrillero, esté ahora junto a ellos, como si nada. “Ya está”, dicen. No se espera más, se empieza a trabajar. Machete en mano, cada uno corta su parte, de igual a igual. Tanto el que ha sido guajiro toda su vida, como el que ha pasado de médico a guerrillero, y de ahí a presidente del Banco Central de Cuba y a Ministro de Industrias. Así, la zafra avanza con el esfuerzo del pueblo, de todo el pueblo. “Acá no hay privilegios para nadie”, habrá dicho más de una vez. Y se encargó de hacerlo notar, ante la presumible mirada incómoda de quienes hubieran preferido aprovechar un momento de cambios políticos para acceder

Los trabajadores, junto a sus familias y a los habitantes de la zona, resistieron la brutal represión policial.

El Che, como en tantas jornadas, impulsando el trabajo voluntario.

al despacho público y el descanso dominical. Pero ese no era el proyecto de la revolución: todo lo contrario. No se trataba de cubrir espacios en el viejo estado, sino de derribarlo y crear uno nuevo, un estado de y para los trabajadores, marcado por una ética revolucionaria, por un espíritu de transformación y fraternidad. Por eso, el Che era el principal promotor del trabajo voluntario, marcando un camino para erigir la nueva sociedad, la sociedad socialista del hombre nuevo. Es el mismo Che que siempre esperaba a sus compañeros en el momento

de replegar el combate. El que ordenaba dar de comer primero a los soldados enemigos presos, quienes descubrían de ese modo la dignidad y altura de sus adversarios. El que explicaba a sus hijos que no podrían tener nada que no hubieran logrado adquirir todos los hijos de Cuba. El que asumiría en primera persona los riesgos de impulsar el avance de la revolución en el resto de Latinoamérica y el “tercer mundo”. Todo eso que era el Che, en verdad era expresión de la voluntad revolucionaria de tantos compañeros que, como él, forjaron la revolución a fuerza

de entrega militante, de compromiso y coraje. Por supuesto, el Che fue también mucho más. Fue un revolucionario socialista, anticapitalista, antiimperialista, internacionalista, profundo estudioso del marxismo, comandante guerrillero, estadista, polemista, oponente de los aparatos burocráticos del “socialismo real”, planificador del socialismo… Pero para el Che, y para todos los que con él y tras él construyeron ese camino de revolución, nada de eso podía hacerse sin esa entrega militante, sin esa pasión y ese derroche de voluntad, que impli-

Guevara, junto a sus compañeros del Ejército Rebelde, en tiempos de abierta confrontación armada contra la dictadura de Batista.

ca un compromiso profundo con los trabajadores y los explotados de nuestro continente y el mundo. Si hay algo que el Che y la corriente del guevarismo que lo siguió ha dejado en claro, es que la revolución es un proyecto social y humano, integral, que debe ser socialista, para acabar con la explotación y construir un proyecto obrero, y también humanista, forjadora del hombre del mañana. Y a ese proyecto debemos abonar todos los días, con nuestro compromiso, con una concepción de militancia que no es pragmática, sino comprometida, que nos atraviesa como seres, que nos templa y nos transforma en cada prueba cotidiana. Por eso, como los pioneros cubanos vivamos: “¡Seremos como el Che!”. No por devoción, sino por compromiso con un proyecto revolucionario y de hombre nuevo que anhelamos y sabemos necesario. Te recordamos en cada lucha, comandante: ¡Hasta la victoria siempre!



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