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Sábado
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CANAL 705
POESÍA
Fernando Blanco Pradas
Raíz buscando ascensor
Lo sé: a la sombra de un árbol voy a encontrar las frases que perdí por el camino. La sombra será pequeña, el árbol estará torcido y el viento les querrá tanto que hablará por los dos.
Todos los caminos están llenos de raíces, como los hombres que buscan su destino, las personas que sueñan siempre lo mismo y la sustancia que abre los ojos de vez en cuando. Cuando quieren respirar a fondo, las raíces sacan las uñas, no esperan que les den la palabra, van más allá de su sombra y se encuentran con las vecinas. Les dicen: ¿tomamos una copa?, miran a lo alto y ven los pájaros y las nubes que en ellas se enredan. Todos los andares quieren raíces pero ellas tienen sus pesares. Cavilan demasiado, sin ir muy lejos y envidian un poco a las azoteas creyendo que se enamoran fácilmente. Allí, las sábanas al sol capturan todos los besos porque son capaces de dar, sin saberlo, sombra y luz, refugio e intemperie. Justamente lo que todos queremos.
EL NACIMIENTO DEL CAMPO DE GIBRALTAR
Mario Ocaña
A principios del siglo XVIII los exiliados gibraltareños expulsados de la ciudad por los avatares de la Guerra de Sucesión Española buscaron refugio en el entorno más cercano a la ciudad de la roca. Serán el origen del nacimiento de nuevos núcleos urbanos, como San Roque y Los Barrios, y del renacimiento de ciudades que llevaban siglos siendo campos de ruinas como Algeciras. Otros poblamientos, como La Línea de la Concepción, serán más tardíos aunque motivados también por las relaciones, casi nunca pacíficas, con la colonia inglesa de Gibraltar.
Una de las primeras consecuencias del nacimiento de los nuevos núcleos urbanos será la llegada de población procedente de otras partes que, junto al grupo inicial de gibraltareños, darán lugar a la nueva población campogibraltareña.
Conocemos, al menos en el caso de Algeciras, la procedencia de buena parte de sus nuevos pobladores durante el XVIII. Procedían, en su mayor parte, de los otros pueblos del Campo de Gibraltar y del resto de la actual Andalucía. Fue, desde la actual provincia de Málaga desde donde llegó un mayor número de mujeres y hombres a la nueva población, procedentes de los pueblos y ciudades de la costa malagueña, así como de los territorios situados entre la bahía de Algeciras y Ronda.
El desplazamiento de personas a la comarca vino determinada por un factor claramente económico, que es el que provoca los movimientos de población, tanto en el pasado como en el presente: elementos como el establecimiento de una nueva frontera con Gibraltar; las posibilidades que, desde el primer momento, se abrieron al comercio irregular con la colonia británica; el acantonamiento de tropas durante el conflictivo siglo XVIII y la necesidad de cubrir su avituallamiento, generó una demanda que se convirtió en un claro factor de atracción para la población. Junto a una población que se establece de forma estable sobre el territorio, otras actividades relacionadas con el ámbito marítimo que se genera especialmente en Algeciras, como el comercio marítimo o la guerra de corso contra los enemigos de la Corona española, generaron, en algunos años concretos, la afluencia de una numerosa población flotante que si en la mayoría de los casos retornaba a sus lugares de origen una vez acabadas las hostilidades, en otros permanecía definitivamente afincada en las nuevas ciudades.
Los repobladores fueron personas que mayoritariamente pertenecían al estado llano, muchos de ellos relacionados con las actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras así como artesanos y pequeños comerciantes urbanos, amén de los militares citados anteriormente. Algunas de las profesiones que desempeñaban fueron las de caleros, tenderos, curtidores, carboneros, molineros, zapateros, sacerdotes, sombrereros, sastres, etc.
Fueron escasas las familias de abolengo, así como las manifestaciones que de sus obras han perdurado en el patrimonio arquitectónico de la Comarca correspondiente a ese siglo. Solamente la Iglesia levantará edificios significativos en las nuevas ciudades que se intentan construir siguiendo planteamientos urbanísticos racionalistas que no siempre consiguieron alcanzar sus últimos objetivos.
Será la institución eclesiástica, perteneciente socialmente al estamento privilegiado en el Antiguo Régimen, la que, en una sociedad profundamente religiosa, juegue un importante papel en las jóvenes ciudades. Socialmente se ocuparán de la atención a pobres, enfermos y desvalidos; distribuirán limosnas entre los más necesitados, se encargarán de enterrar de limosna a los pobres de solemnidad o de atender a los niños expósitos, en un tiempo en que el Estado centralizado borbónico no desarrollaba ninguna de estas funciones.