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NUESTRA COMARCA

Contrabandistas Iii

Los delitos contra la Real Hacienda siguieron siendo abundantes durante el Sexenio Absolutista (1814-1820). El control de la costa norte del estrecho de Gibraltar por parte de las fuerzas que reprimían la actividad contrabandista daba resultados positivos y la aprehensión de géneros de contrabando era habitual, por no decir permanente. Así, Cayetano Calzada, patrón de mar de la matrícula de Algeciras, manifestaba en presencia de un notario que en la Subdelegación de Rentas de Cádiz se seguía causa contra él por la detención que el Resguardo de Mar le hizo en abril de 1813 cuando encontraron en su místico Nuestra Señora de los Dolores una carga ilegal de géneros de ropa procedentes de Gibraltar.

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Era también habitual en aquellos tiempos tanto la presencia en los pueblos costeros, como las detenciones de contrabandistas procedentes de la Sierra de Cádiz y de la Serranía de Ronda. Así, por ejemplo, se manifestaba en un documento en el que Damián Chinchón informaba de que se seguía causa criminal en el juzgado del Comandante General del Campo de Gibraltar, contra José Pece, alias El boticario, y Gerónimo de Ruedas, vecinos ambos de Grazalema y presos en el cuartel del Regimiento de Infantería de Galicia acusados de ser “...caudillos y agentes de contrabandistas...” Chinchón se hizo cargo, bajo fianza, de las dos monturas que llevaban los presos valoradas ambas en 600 reales de vellón. De la misma localidad eran Antonio Barea, preso y enfermo en la cárcel de Algeciras y muchos detenidos más recogidos en la documentación que procedían de las sierras que limitan por el norte la bahía de Algeciras y que encontraron en la actividad contrabandista un medio de vida para superar las grandes dificultades de los malos tiempos. La información procede de los documentos de fianza de cárcel que solicitaban los presos argumentando, casi siempre, el mal estado de salud en que se encontraban.

Resguardo de Rentas en Algeciras a principios del siglo XIX. El 13 de noviembre de 1818 Antonio de Guzmán, vecino de la ciudad y empleado como marinero en una embarcación del Resguardo para la represión del contrabando, actuando con varios de sus compañeros a bordo de un falucho al mando del cabo don José de Robles, lograron detener, aprehender y conducir a puerto un barco charanguero de la matrícula de San Lúcar (sic) de Barrameda, llamado San Joaquín, patroneado por Antonio Carballo, cargado con géneros de comercio ilícito que fueron depositados en los almacenes de la Real Administración en Algeciras. Con posterioridad el buque fue declarado en comiso procediéndose luego a su subasta, así como la de la carga que transportaba.

Fue durante los últimos años del reinado de Fernando VII cuando el contrabando alcanzó en las aguas de la bahía de Algeciras y en las costas del Estrecho un auge nunca visto hasta el momento. La documentación conservada pone de manifiesto la gran cantidad de personas que estaban implicadas en el negocio ilegal, así como el numeroso grupo de fuerzas dedicados a evitarlo.

Una de las fuentes utilizadas es el registro de embarcaciones subastadas por haber sido detenidas con géneros ilegales.

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