MONROY UN CASTILLO Y MUCHO MÁS
MONROY UN CASTILLO Y MUCHO MÁS
Monroy pertenece a la comarca de Los Cuatro Lugares, comprendida entre los ríos Tajo y Almonte y situada en la penillanura trujillano-cacereña (provincia de Cáceres, comunidad autónoma de Extremadura, España). El término municipal (204 km2) limita con los de Casas de Millán (norte), Serradilla (norte), Talaván (norte y oeste), Trujillo (sur y este) y Torrejón el Rubio (este). La localidad se halla a 35 kilómetros de la capital provincial, a 30 del Parque Nacional de Monfragüe y a 380 metros de altitud. Cuenta con una densidad de población de 5 hab/km2 . A principios de 2017, Monroy tenía 1.047 vecinos. Según la clasificación de Köppen, el clima de Monroy es de tipo Csa-Mediterráneo. Los inviernos son templados y el termómetro, raramente, baja hasta los 0 grados centígrados. Los veranos se caracterizan por ser secos y calurosos, llegando a veces hasta los 40º C. Primavera y otoño son variables en precipitaciones y temperaturas. En cuanto al relieve, el término municipal presenta dos formaciones bien diferenciadas: penillanura (llanos, ondulaciones suaves, lomas…) y riberos (depresiones por las que discurren encajonados los ríos Tajo y Almonte). El suelo es, por lo general, silíceo y de escasa profundidad. También se dan afloramientos de pizarras, cuarcitas y areniscas. Los recursos hídricos, por su parte, desempeñan un papel fundamental y no sólo por la presencia de las aguas del Almonte. Ya en el siglo XIX, según el Diccionario geográficoestadístico-histórico de España (Madoz), existían en el pueblo 40 fuentes. Algunas de ellas ya funcionaban en el siglo XVII.
El pantano del arroyo del Moro, junto a la ermita de Santa Ana, es el encargado de aprovisionar de agua al municipio. Monroy dispone, además, de innumerables charcas, que resultan imprescindibles para la ganadería.
UN POCO DE HISTORIA Se estima que el actual Monroy ya se hallaba poblado en la parte final de la Edad del Bronce y en la del Hierro. Un brazalete de oro macizo descubierto en el término municipal certificaría tal afirmación. El objeto ha sido datado en el siglo VIII antes de Cristo y puede contemplarse en el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres. Se trata del vestigio más antiguo encontrado en la localidad. Por otro lado, en el paraje de El Cabril, frente a la ermita de Santa Ana, existen restos de un castro de los siglos V-IV a.C.
La ocupación romana fue muy importante en Monroy, a juzgar por los numerosos restos hallados en el término municipal. Hay que destacar el denominado "Tesorillo de Monroy", conformado por denarios de plata de los siglos II y I antes de Cristo. También se han encontrado restos de edificaciones, monedas, pesas y utensilios agrícolas romanos en la Dehesa Boyal. Indudablemente, el conjunto romano más importante del municipio es la Villa Romana de Los Términos. La Villa se sitúa al noroeste del término municipal, en el paraje de "Los Mochuelos del Tesoro". Fue descubierta por dos vecinos de la localidad en 1971. Los yacimientos, datados en los siglos IV-V después de Cristo, están conformados por dos complejos de construcciones (norte y sur). Poseen gran importancia arqueológica, pero también etnográfica. Época visigoda Se posee poca información en torno al paso de esta civilización por el entorno de Monroy. Unas tumbas halladas en las inmediaciones de la ermita de Santa Ana podrían adscribirse a dicho período histórico. Época musulmana También escasean los datos sobre esta época histórica en la localidad. Se cree que pudo existir algún tipo de alquería en la zona. No obstante, cercana a Monroy se ubica la Villeta de Azuquén. Pertenece al término municipal de Trujillo y se puede acceder a ella desde la carretera que une esta última población con Plasencia.
Villeta de Azuquén se encuentra en una finca de propiedad privada denominada Azuquén del Conde, a unos 20 kilómetros del núcleo urbano trujillano. Se distribuye a lo largo y ancho de 11 de hectáreas, justo en la confluencia de los ríos Almonte y Tozo. Una gran muralla de 1.500 metros de perímetro y torres conservadas de forma desigual conforman el grueso del yacimiento. Su origen es discutido. Los expertos estiman que el asentamiento original dataría de la Edad del Hierro, aunque otros opinan que la fundación durante el período andalusí resulta más que evidente. La Villeta quedó abandonada en el siglo XIII. Edad Media Conquistada Plasencia por Alfonso VIII, el actual término municipal de Monroy formó parte del concejo de dicha ciudad hasta el siglo XIV. Fue entonces cuando surgió la necesidad, por parte de la corona castellana, de ocupar áreas pertenecientes a la capital del Jerte que aún permanecían despobladas. Así las cosas, el rey Fernando IV "el Emplazado", el 21 de abril de 1309, otorgó un privilegio al placentino Hernán Pérez de Monroy, a la sazón copero mayor de la madre del monarca (María de Molina), para construir un castillo y poblar su entorno con hasta cien vecinos. Este hecho supuso el nacimiento del actual Monroy. Recordemos que Fernando IV era hijo de Sancho IV de Castilla y nieto de Alfonso X "el Sabio". El monarca hubo de hacer frente a diferentes sublevaciones de la nobleza y su madre, María de Molina, le apoyó decisiva y activamente en tal empresa.
El Señorío de Monroy nació, por tanto, con Hernán Pérez de Monroy "el Viejo" y continuó con Hernán Pérez de Monroy "el Mozo" (II señor de Monroy). La evolución del municipio quedó ligada al devenir del señorío sin grandes sobresaltos históricos, hasta que en el siglo XV surgieron importantes disputas entre dos ramas de la familia (señoríos de Monroy y de Belvís, Almaraz y Deleitosa). El enfrentamiento fue tal, que la villa y el castillo de Monroy llegaron a sufrir varios sitios y saqueos. Un personaje clave en el conflicto fue Hernando Rodríguez de Monroy y Orellana "el Bezudo" (señor de Monroy), quien resistió los envites y el acoso de su primo, el señor de Belvís, Almaraz y Deleitosa. Siglos XVI-actualidad Hay que señalar las gravosas prestaciones feudales a las que estaban sometidos los vecinos de Monroy durante la Edad Media y siglos posteriores, además de la absoluta dependencia del señor. En 1647, por ejemplo, se produjo un enfrentamiento abierto entre ambas partes. Los vecinos, con el apoyo del alcalde, regidores y procurador del común, se negaron a transportar 30 cántaros de agua para llenar la cisterna del castillo. El señor ordenó prender y procesar a los implicados por el delito de desobediencia. El Señorío de Monroy fue elevado a marquesado, por parte de Felipe IV, en el siglo XVII.
Durante el siglo XVIII, Monroy perdió dos terceras partes de su población, como consecuencia de la falta de tierras para cultivo. Éstas se arrendaban a ganaderos de la Mesta para sus reses trashumantes, porque sus economías les permitían pagar mayores precios que los vecinos del municipio. El 15 de junio de 1795, se firmó un contrato perpetuo de enfiteusis entre la Casa de Monroy y los vecinos. En el mismo, el marqués cedió al común el dominio útil de Los Términos y la Dehesa Boyal, a cambio de un onceno de la producción obtenida y de 4.500 reales anuales respectivamente. En el siglo XIX se consolida la población media, compuesta por labradores y yunteros. Además, empieza a definirse claramente la clase alta, más numerosa que en épocas anteriores. A comienzos del siglo XX, Monroy tenía alrededor de 1.600 vecinos. En la década de los 40 llegó a poseer casi 3.000 habitantes. Actualmente, el municipio apenas pasa de los 1.000.
EL CASTILLO El castillo de Monroy fue erigido en el siglo XIV. El rey Fernando IV "el Emplazado" concedió un privilegio al placentino Hernán Pérez de Monroy, para construirlo y poblar el enclave con hasta cien vecinos. De esta forma nació la Villa de Monroy, a la sombra de su imponente castillo-palacio. La fortaleza se encuentra en un altozano, desde el que se domina una amplia extensión de terreno de la penillanura trujillano-cacereña. Está dotada con un profundo foso de unos cinco metros de anchura, que fue excavado en el siglo XV para completar el sistema defensivo del lugar, muy necesario debido a los enfrentamientos de las dos ramas de la familia Monroy (señoríos de Monroy por una parte y de Belvís, Almaraz y Deleitosa por la otra). El castillo fue perdiendo su carácter castrense a lo largo del siglo XVI, para convertirse en un palacio como otros muchos de la época. Hay que subrayar la belleza de su patio interior, de estilo plateresco. La construcción se divide en tres áreas bien diferenciadas: Primer recinto. Es el más antiguo y se corresponde con la fortaleza levantada en el siglo XIV. Tiene forma cuadrada y se halla rodeado de murallas y cuatro torres en los ángulos. Sólo se conserva la estructura original, pues las estancias y dependencias interiores se han modificado posteriormente. Segundo recinto. Posee una finalidad fundamentalmente militar. Se levantó en el siglo XV como barrera defensiva, con el fin de reforzar el vulnerable primer recinto.
Está conformado por la muralla almenada con adarve, torres, cañoneras y un profundo foso. Tercer recinto. Se trata del más exterior. Lo conforman las dos torres cilíndricas de la actual entrada principal y una pequeña muralla. Algunos de estos añadidos datan de los siglos XIX y XX. El castillo de Monroy perteneció, durante muchos años, al insigne pintor y escultor Pablo Palazuelo. Este artista ganó el premio Kandinsky en 1952 y el Velázquez en 2004. Amigo de Chillida, Palazuelo expuso en lugares como París, Toronto, Pittsburg, Madrid, Bilbao, Barcelona etc. En 1974 adquirió y se instaló en el palacio monroyego, donde creó muchas de sus obras. Falleció en Galapagar en 2007, a los 91 años de edad. En la actualidad, el inmueble es propiedad de los herederos del pintor. El castillo de Monroy ha sido declarado Patrimonio Histórico Español.
IGLESIA DE SANTA CATALINA La iglesia parroquial de Santa Catalina es un edificio rectangular de arte renacentista, construido entre finales del siglo XV y el XVI. Es de planta única y está compuesta por cuatro tramos, cinco construcciones complementarias y catorce contrafuertes. El coro del templo es obra del cantero luso Pedro Gomes, quien también intervino en las cacereñas Casa del Sol, iglesia de Santiago e iglesia de San Mateo. Ocupa el cuarto tramo y el frontal está rematado con una balaustrada de piedra, soportes cilíndricos y cuatro pedestales iguales a las pilastras inferiores. En el centro, un escudo de la Casa Monroy "vigila" el impresionante retablo herreriano de la iglesia. El actual retablo comenzó a planificarse a inicios del siglo XVII. En un primer momento, contó con la oposición de los vecinos (por el gasto que suponía para las arcas municipales). El trabajo se encargó a escultores y pintores placentinos. Tras distintas vicisitudes e interrupciones, se montó finalmente en 1623. El retablo escurialense de la parroquia monroyega está tallado en madera de pino dorada y estofada. Sustituye a otro más antiguo, alojado detrás del actual. Las diferentes pinturas hacen un recorrido por las vidas de Santa Catalina y Jesucristo, además de los santos San Gregorio, San Bartolomé, Santiago Matamoros, San Sebastián, San Andrés y Santiago Peregrino. En la calle central del retablo están presentes un Cristo obra de Pedro de Sobremonte y una escultura de Santa Catalina, rescatada y restaurada en los años 80.
También es importante resaltar otros elementos arquitectónicos y artísticos: la bóveda de crucería de la capilla mayor, la capilla nobiliaria, el arco toral que separa la capilla mayor y nave central o el campanario (remozado en el siglo XIX) son algunos de ellos.
VILLA ROMANA DE "LOS TÉRMINOS" La Villa Romana de "Los Términos" data de los siglos IV-V después de Cristo. Se encuentra al noroeste del casco urbano, en el paraje denominado "Los Mochuelos del Tesoro". El yacimiento fue descubierto a principios de la década de los setenta. Ocupa alrededor de cinco hectáreas, repartidas en dos complejos: norte y sur. Las villas romanas se dedicaban a producir y transformar bienes agrícolas y ganaderos, aunque también servían de residencia al propietario y su familia. Ambos espacios se hallan bien delimitados en el vestigio monroyego. El complejo sur comprende la vivienda principal, las termas, algunos talleres y almacenes. La vivienda se distribuía en torno a un patio central. Éste poseía forma rectangular y unas dimensiones de unos 150 metros cuadrados. Las termas se encontraban junto a las habitaciones y hacia el norte, en una edificación separada de la casa por un estrecho pasillo. En el complejo norte pueden contemplarse los restos de un hórreo, que servía para almacenar el grano y otros productos agrícolas. En dicha área también existían viviendas de los empleados. En el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres es posible admirar algunos de los restos hallados en el yacimiento.
EL CABRIL El paraje del arroyo del Cabril es uno de los recursos naturales y medioambientales más importantes de Monroy. El arroyo fluye encajonado, en las inmediaciones de la ermita de Santa Ana, creando desniveles de gran altura en ciertos tramos. El Cabril es el hábitat ideal de especies tan majestuosas como el buitre leonado, el buitre negro, el alimoche común, el milano o la cigüeña negra. En el enclave pueden contemplarse, especialmente en época de lluvias, magníficos saltos de agua y la cascada del molino. La oficina de turismo de Monroy ha elaborado un par de rutas (BTT y senderismo), que discurren por la Vereda de los Quemados, en la dehesa boyal de la localidad (margen contraria a la ermita). Una tercera tiene como destino el molino antes reseñado. Es fundamental no hacer excesivo ruido al completarlas (particularmente en época de apareamiento y cría) y cuidar siempre el entorno.
ALMONTE, EL RÍO DE MONROY El Almonte es el único gran río extremeño libre de embalses y presas en su cauce. Nace en el Pico Villuercas, en la comarca hmónima y desemboca en el Tajo a la altura de Garrovillas de Alconétar. Sus afluentes más importantes son: Berzocana, Garciaz, Tozo, Tamuja y Guadiloba. No atraviesa ninguna población, pero Navezuelas, Cabañas del Castillo, Deleitosa, Jaraicejo, Casar de Cáceres y Monroy se hallan cercanas. El Almonte es el río de Monroy y se halla íntimamente vinculado con el pueblo, con su historia y tradiciones. Existen dos molinos harineros en las orillas de este importante curso de agua, a su paso por el término municipal de Monroy. El del Almonte y el de Tío Aquilino son estas dos manifestaciones de arquitectura popular. La Zona de Especial Protección para las Aves "Riberos del Almonte" abarca alrededor de cien kilómetros, con gran diversidad de flora (encinares, castañares, retamares, alisedas, fresnedas...) y fauna (nutria, galápago leproso, cigüeña negra, águila imperial, alimoche, buitre leonado, águila real...).
ERMITA DE SANTA ANA La ermita de Santa Ana de Monroy data del siglo XIX. Cuenta la leyenda que un pastor de la villa, mientras pastaba su ganado, encontró una muñeca de trapo. La guardó en su zurrón para regalársela a su hija pequeña al regreso a casa. Cuando llegó, fue a sacar la muñeca del morral, pero ésta había desaparecido. No tuvo explicación para tal suceso. A la mañana siguiente, condujo de nuevo su ganado a pastar por el mismo lugar, donde volvió a encontrar la muñeca entre los matorrales. La volvió a meter en su zurrón para dársela de nuevo a su hija. Ocurrió exactamente lo mismo que el día anterior. Fue entonces cuando decidió acercarse hasta el pueblo para dar parte del suceso a las autoridades civiles y religiosas. Éstas concluyeron que se trataba de un milagro. Se decidió entonces erigir una ermita en un lugar elevado, concretamente donde hoy se encuentra la cruz del camino al santuario. Los albañiles, sin embargo, no salían de su asombro al comprobar que, cuando acudían al lugar cada mañana, lo construido el día anterior se hallaba derruido. No encontraban explicación a tal suceso. Las autoridades preguntaron finalmente al pastor sobre el lugar exacto en el que vio la muñeca (donde hoy día está la ermita). Se optó por levantar la edificación en este nuevo emplazamiento, observando con sorpresa los trabajadores que cada noche los muros crecían un metro. Se dio por hecho que se trataba de otro milagro.
CASA DEL RELOJ La Casa del Reloj es un museo privado y familiar, fruto de las inquietudes de Paquita Gómez Ciriaco y Gervasio Reolid. Ambos decidieron rehabilitar un antiguo tinado de la localidad, para convertirlo en museo de iconos bizantinos. La primera ha sido profesora de pintura y, desde años, una experta en arte bizantino. Su marido es físico y amante de los relojes de sol. Algunos de estos milenarios instrumentos también pueden admirarse en la Casa del Reloj.
Ayuntamiento de Monroy
Agradecimientos: Asociación Histórico-Cultural El BEZUDO "Monroy: Historia y Tradición" Santiago García, José María Sierra y María Teresa Gómez Fotografías: Sergio del Barco, Casa del Reloj, Extremadura Turismo-Junta de Extremadura, Cristina Lobato, Juangu Canelo, Mónica Rosa,