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DEL PALACIO MONTIEL COMPILADORA
Historia de la prensa en Iberoamérica
Alianza del texto universitario
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Primera edición, 2000 D.R. © 2000 Universidad de Guadalajara Coordinación Editorial Francisco Rojas González 131 Col. Ladrón de Guevara 44600, Guadalajara, Jalisco, México Tels. (3) 615-75-89, 615-87-42, fax 615-81-92 http://www.editorial.udg.rnx E-mail: edudg@udgserv.cencar.udg.mx D.R. © 2000 Universidad de Colima Dirección General de Publicaciones Av. Universidad 333 Col. Las Víboras 28040, Colima, Colima, México Tels./fax. (331) 433 75 http://www.ucol.mxlvinculaci onlpubli caciones E-mail: publica@ucol.mx D.R. © 2000 Dirección de Coordinación Lascuráin de
Universidad de Guanajuato Difusión Cultural Editorial Retana 5
36000 Guanajuato, Guanajuato, México Tels. (473) 257-52, 257 02 http://www.ugto.mx D.R. © 2000 El Colegio de Michoacán, A. C. Departamento de Publicaciones Martínez de Navarrete 505 Esquina Avenida del Árbol Fracc. Las Fuentes 59690, Zamora, Michoacán, México Tels. (3) 515 71 00 http://www.colmich.edu.mx E-mail: publica@colmich.edu.mx ISBN: 968-895-939-1 Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico
PRESENTACiÓN
La memoria de los días/II 1. PRENSA
y
REGiÓN
Prensa y región: el caso Durango Manuel de JesÚs Corral e/I 7 La imprenta y la prensa en Oaxaca, siglos XIX y XX Francisco José Ruiz Cervantes y Carlos Sánchez Silva/25 La prensa michoacana, 1845-1855: voces públicas, aspiraciones privadas Adriana Pineda Soto/37 La prensa veracruzana: poder regional y clases bajas a finales del siglo XIX Virginia Amelia Cruz Mirón/49 Insultos impresos, la guerra de los periodistas de la independencia en Brasil Isabel Lustosa/6I 11. ESTUDIOS
DE CASO
Un acercamiento a la segunda época del Diario de México (1812-1817) Susana María Delgado Carranco/83 El papel de la prensa en el Porfiriato: El Reproductor y El Cosmopolita. Orizaba, 1890-1900 Héctor Contreras López/95 Prensa científica en Guadalajara en el siglo XIX. El Boletín de la Sociedad de Ingenieros de Jalisco. 1880-1887 Federico de la Torre/I 09
La autonomía puertorriqueña en las páginas de El Buscapié Oliva Gargallo García/1 31 El periódico como vector de internalización de una cultura política: La Nueva Provincia (1916-1922) Laura Llull/1 45 111. EL PERiÓDICO
COMO EMPRESA:
SUS AOORES
Informando y educando: el diálogo en el periodismo de J. J. Fernández de Lizardi Mariana Ozuna Castañeda, María Esther Guzmán Gutiérrez y Columba Camelia Galván Gaytán. María Rosa Palazón Mayoral/coordinadora/159 Las labores editoriales de José Mariano Lara Laura Suárez de la Torre/1 69 El Álbum Mexicano. Un proyecto sólido de Ignacio Cumplido en años difíciles Ma. Esther Pérez Salas C./179 Una empresa conservadora: el periódico El Tiempo de 1846 Javier Rodríguez Piña/1 85 Inicios de la modernización de la prensa chilena: Agustín Edwards Mac Clure y El Mercurio de Santiago en 1900 Patricio Bernedo/203 Las primeras reporteras mexicanas Elvira Hernández Carballido/217 Una mujer, una vocación: Adelina Zendejas GÓmez. Breve historia de una luchadora social Josefina Hernández Téllez/229
8
IV.
LEGISLACiÓN,
PUBLICIDAD
Y PRENSA
Justicia y libertad de imprenta. ¿Términos afines? 1821-1831 Laura Solares Robles1237 Los anuncios en la prensa mexicana del siglo Martha Celis de la Cruz/247
XIX.
1805 -1850
Los anuncios en la prensa. Un medio para promover la lectura. 1821-1855 Lilia Guiot de la Garza/259 V.
LA HISTORIA
EN LA PRENSA
La historia de la independencia en la prensa gaditana Veróniea Zárate Toseano/269 Los periódicos de Guadalajara como impresos revolucionarios. 1808-1811 Carmen Castañeda/281 México en tinta roja. Agencias, prensa y repatriados en España. 1910-1914 Osear Flores/303 VI.
LA PRENSA COMO OPINiÓN
PRODUCTO CULTURAL
Y FORMACiÓN
DE LA
PÚBLICA
Principales rasgos culturales del periodismo y la prensa mexicana Claudia Ytuarte N4ñez/323 La ciudad letrada: el periodismo, la vida pública y la nación en Puerto Rico. 1880-1897 María Teresa Cortés Zavala/333 Los periódicos como actores históricos. El caso de la prensa porfiriana Phyllis L. Smith/347 La invención de una nación: la imagen de México en la prensa ilustrada de la segunda mitad del siglo XIX Tomás Pérez Vejo/355
9
l'o
Aporte para una bibliografía sobre revistas culturales argentinas del período 1920-1930 María del Carmen Crillo/371 La prensa periódica catalana en México, articuladora de un discurso exílico Teresa Férriz Roure/389 Expediente hemerográfico Sofía Ahumada Miguel Ángel Castro/397
VII.
PLANTEAMIENTOS
METODOLÓGICOS
PARA LA HISTORIA
DE LA
PRENSA Y EL PERIODISMO
Planteamientos sociocomunicativos contemporáneo Josep Lluís Cómez Mompart/407
para historiar el periodismo
El periódico, un documento historiográfico Rosalba Cruz Soto/421 Propuestas metodológicas para hacer historia de la prensa en Iberoamérica Celia del Palacio Montiel/441 Retos y propuestas en el estudio y enseñanza de la historia y los procesos de comunicación Blanca Aguilar Plata/455
VIII.
REFLEXIONES
SOBRE EL TRABAJO
PERIODíSTICO
La construcción de la realidad comentada: periodistas e intelectuales Armando Zacarías/465 La práctica periodística: herencia de cambios históricos Caridad Carda HernándeZ/487
P'resentación ¡,-::x:;' ':1;if5i'
la memoria de los días
¿PARA
QUÉ VOLVER SOBRE LAS AMARILLAS
EN ARCHIVOS
PÁGINAS
DE PERiÓDICOS
PERDIDOS
OSCUROS?
Investigadores de varios países de Iberoamérica se dieron cita en Guadalajara los primeros días de septiembre de 1999 para responder a esta pregunta, entre muchas otras, De España, Chile, Brasil, Argentina, Puerto Rico, Francia, Estados Unidos y de diversas regiones de México: Oaxaca, Sonora, Veracruz, Estado de México, Cuernavaca y Michoacán, llegaron hasta la Universidad de Guadalajara historiadores, comunicólogos y literatos, a discutir metodologías, diversas teorías y acercamientos a un objeto de estudio: el periodismo iberoamencano. ¿PARA
QUÉ ESTUDIAR
LA PRENSA
DEL PASADO?
La prensa ha sido utilizada como fuente de estudios históricos, sociológicos, literarios y comunicológicos; sin embargo, su utilidad va más allá. En realidad, es poco probable que se logre una comprensión de los fenómenos periodísticos del presente sin conocer o analizado su contexto histórico estructural. Sin embargo, el interés fundamental de estos investigadores en indagar las raíces del periodismo iberoamericano, estriba en buscar la comprensión de la sociedad, sobre todo la actual. Los órganos de prensa no deben ser vistos como algo lejano en el tiempo, sin relación con lo que el día de hoy acontece. En los periódicos de hoy está impresa la huella de sus antecesores y el germen de los fenómenos sociales contemporáneos. Es imposible explicar la sociedad de masas sin la presencia de los medios de comunicación, y un modo de acercarse a ésta es el estudio de los 11
HISTORIA
DE LA PRENSA EN IBEROAMÉRICA
fenómenos comunicativos. Estos están estrechamente relacionados entre sí, en lo que llamaríamos un "ecosistema comunicativo", 1 donde lo que sucede en una parte del sistema repercute en otra. Estos sistemas son el resultado de fenómenos anteriores y sólo pueden ser explicados a cabalidad tomando en cuenta sus determinaciones históricas. Es por todo ello que el estudio de los periódicos del pasado no es entretenimiento hueco de viejos memoriosos, es búsqueda activa de explicaciones del presente. En el Encuentro Internacional de Historia de la Prensa en Iberoamérica se presentaron trabajos sobre una multitud de temas, entre ellos: la violencia en la prensa del Porfiriato; la historia de algunos editores de principios del siglo XIX; el papel de la prensa en las luchas emancipadoras de América y el periódico como formador de opinión pública. El presente libro es el resultado de esa discusión de especialistas. Fue difícil ordenar los materiales para este volumen. Esa misma dificultad ha sido un punto de reflexión en cuanto al campo de estudio de los historiadores de la prensa en lberoamérica. En este libro se presenta el mismo problema: ¿cómo clasificar los estudios sobre prensa?, ¿cronológicamente?, ¿por regiones o países?, ¿por temas tratados? En resumen, opté por la siguiente clasificación de los estudios seleccionados de entre los que se presentaron en el Encuentro, los cuales se pueden considerar como representativos de la investigación de prensa en Iberoamérica: 1. Prensa y región. 2. Estudios de caso. 3. El periódico como empresa. Empresarios y periodistas. 4. Legislación, publicidad y prensa. 5. La historia en la prensa. 6. La prensa como producto cultural y formad ora de opinión pública. 7. Planteamientos metodológicos para la historia de la prensa y el periodismo. 8. Reflexiones sobre el trabajo periodístico. No quise clasificar por países, ya que uno de los objetivos del Encuentro -logrado- fue hacer análisis comparativos de diversas regiones de México y de otros países de Iberoamérica para encontrar puntos de convergencia. El primer apartado responde a una necesidad sentida por los historiadores de la prensa: dar mayor importancia a las historias de la prensa regionales, que no tengan el enfoque centralista que ha prevalecido desde los primeros estudios que se hicieron en torno al tema. Aquí se incluyeron trabajos que ilustran procesos más largos en la historia de la prensa regional, cómo se fueron conformando las condiciones para que los periódicos surgieran y cuáles fueron las características representativas de esos órganos de prensa en una región dada. Se incluyen los 12
PRESENTACiÓN
casos de Durango, Oaxaca, Michoacán, Veracruz y Brasil, todos durante el siglo XIX. En la segunda sección, que abarca cinco artículos, se tomaron en cuenta los estudios mono gráficos de órganos de prensa de los siglos XIX y XX, sobre periódicos locales, nacionales e internacionales: el Boletín de la Sociedad de Ingenieros de Guada/ajara, el Diario de México, de la capital, El Cosmopolita y El Reproductor de Orizaba, El Buscapié, de Puerto Rico y La Nueva Provincia, de Argentina. En el apartado que habla sobre los periódicos como empresas, no se deslindó a la organización de sus actores y la evolución de los roles que éstos jugaron en distintos momentos de la historia. Se incluyeron los casos de empresas editoriales de la ciudad de México y de Chile, en los siglos XIX y principios del xx y un estudio sobre el papel de las primeras reporteras en la prensa mexicana. La cuarta sección consta de algunos trabajos que estudian la relación entre prensa y legislación y prensa y publicidad. Aunque ambos temas han sido tratados repetidas veces para la actualidad, no abundan los trabajos con un enfoque histórico, lo cual hablaría de la falta de importancia que se le ha dado a la historicidad de temas que han adquirido relevancia hoy en día. Sobre la historia en la prensa se ha estudiado la importancia de un acontecimiento histórico y su cobertura por la prensa. Los dos trabajos es,cogidos analizan el tratamiento de la historia de México en la prensa española en dos momentos muy distintos: los inicios de los siglos XIX y XX. La prensa como producto cultural y formadora de opinión pública es analizada por ensayos que intentan reflexionar de manera profunda acerca de la relación de la prensa con la cultura y sobre la influencia, a través del tiempo, de los órganos de prensa en el pensamiento y en la historia de México y de otros países de Iberoamérica. Los dos últimos apartados constan de planteamientos metodológicos para historiar la prensa, desde puntos de vista comunicológicos e históricos. Como una especie de epílogo, hemos incluido dos reflexiones en torno al trabajo periodístico que, aunque no son preponderantemente históricas, ofrecen un punto de vista sobre lo que es y debería ser la función de los periodistas y cómo se construye la realidad periodística hoy día, siendo sin duda ésta una herencia de cambios históricos y sociales. El presente libro es producto del trabajo de investigación de historiadores y comunicólogos, la mayor parte de ellos con una larga y reconocida trayectoria dentro del campo de la historia de la prensa. Por primera vez conviven en las páginas de un libro. De este modo otro de los propósitos del Encuentro se cumplió: reunir a estudiosos de diferentes disciplinas en torno a un objeto de estudio, la prensa de Iberoamérica, dejando atrás los prejuicios y desconfianzas que los especialistas de una disciplina guardan sobre 13
HISTORIA
DE LA PRENSA
EN IBEROAMÉRICÁ
los de otra, sabiendo que sólo en equipos interdisciplinarios es posible abarcar un objeto de estudio resbaladizo y multifacético como lo es la prensa y el periodismo de Iberoamérica. Vayan, por último, unas palabras de agradecimiento a los investigadores que respondieron al llamado y contribuyeron con decisión a la discusión teórica y metodológica del pasado, presente y futuro de la historia de la prensa; al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara por las facilidades para la realización del Encuentro. Asimismo, al maestro Armando Zacarías y a la Coordinación Editorial de la misma Universidad, sin cuyo apoyo este trabajo no hubiera visto la luz.
Celia del Palacio Montiel
1
14
Cfr. Gómez Mompart en este mismo libro.
Prensa y regi贸n
México en tinta roja. Agencias, prensa y repatriados en España 191 O~1914 Osear Flores Universidad de Monterrey
La magnitud de los intereses de los españoles radicados en México y la estrecha relación entre éstos y los viejos privilegios otorgados por los regímenes de Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, favorecieron una generalizada postura reaccionaria de esta colonia contra la sedición. La manifestación de los fuertes grupos económicos españoles en esta república hispanoamericana, rebasó los límites nacionales e influyó, a través de la prensa regeneracionista en su país, en el comportamiento de la opinión pública ibérica. ¿Cómo fue tratada la problemática revolucionaria en sus inicios (1910-1914) por la prensa madrileña? Ese es precisamente el objetivo de este trabajo. No pretendo reconstruir el proceso revolucionario en México, pero sí mostrar cómo esta manifestación periodística impactó no sólo a sus lectores inmediatos, sino también movilizó a los intereses informativos que estaban involucrados (agencias noticiosas, tanto americanas como europeas); a los diplomáticos mexicanos acreditados en España y por último; a las instancias gubernamentales españolas correspondientes (en particular al Ministerio de Asuntos Exteriores y a las Cortes). El gobierno de Madrid no permaneció ajeno a tal entorno, e incluso puedo afirmar que la defensa de estos intereses privados en México marcó la pauta de su desarrollo diplomático sobre la problemática en este país. EL MADERISMO EN LA PRENSA MADRILEÑA. AGENCIAS INTERNACIONALES
Las informaciones sobre México llegadas a los diarios europeos y, en concreto, a España, provenían de forma abrumadora de las agencias de prensa de origen estadounidense, situación que empezó poco a poco a cambiar-a partir de 1913- cuando los diarios españoles cada vez más preocupados por una información verídica, enviaron o contrataron corresponsales en México. La información destinada al amplio público europeo tenía su origen en 303
HISTORIA
DE LA PRENSA
EN IBEROAMÉRICA
Nueva York, Washington o la ciudad fronteriza de El Paso, Texas. Los cables telegráficos antes de llegar a Madrid solían capturarse en Londres y París, de donde se procedía a alimentar a las agencias de los demás Estados europeos. En España, las agencias que monopolizaban las noticias del exterior eran en esencia dos: la Agencia Fabra cuyo capital mayoritario provenía de la Agencia Havas francesa; y. Prensa Asociada, creada en principio para proporcionar información a la prensa católica, pero que para fines de la segunda década tenía la clientela de setenta y ocho diarios. ¡ En un análisis detenido de la información proporcionada por las agencias estadounidenses entre 1910 y 1914,2 encontramos que es clara la tendencia a exponer la situación de México como caótica; resaltando la incapacidad de gobernarse del pueblo por sí mismo; y presentando siempre -algunas veces velada otras directa- la posibilidad de una intervención armada norteamericana con el fin de dar estabilidad al país. La avalancha de información cayó en Madrid desde el primer día del levantamiento armado que convocó Francisco 1. Madero. Los titulares de los acontecimientos en México presentaron un viraje drástico. Antes de esa fecha, el lector de la prensa madrileña estaba acostumbrado a leer como únicas noticias de interés publicadas sobre México, las corridas de toros, donde buena parte de los toreros españoles organizaban campañas de promoción y trabajo. El20 de noviembre de 1910, la revolución mexicana inauguró su espacio -que no perdería hasta la guerra europea de 1914- en la prensa de Madrid. La primer noticia se originó en la ciudad de Puebla, donde la conspiración organizada por los hermanos Aquiles Serdán fue descubierta y aniquilada con lujo de fuerza por las tropas gubernamentales un día antes del levantamiento anunciado por Madero.) Aun cuando el día siguiente los cables de Nueva York anunciaron el fracaso de la revolución,4 para el 23 de noviembre los titulares afirman que la revolución avanzaba, "los rebeldes triunfan y la situación es grave".5 Las noticias empiezan a reclamar más espacio y se asegura ese mismo día en el diario pro monárquico ABC que "El gobierno y Díaz se encuentran en una situación muy crítica, teniendo enfrente a sí una revolución verdaderamente grave, capitaneada por el revolucionario Madeiro (sic)".6 La confusión y las noticias contradictorias marcaron el perfil informativo de los primeros días. Ante tal situación el régimen de Díaz se preocupó por contrarrestar el sensacionalismo periodístico que despertó el movimiento armado más importante de la historia contemporánea de México. De inmediato, el aparato gubernamental giró instrucciones a sus legaciones en Europa con el fin de desmentir y aminorar la gravedad del verdadero curso que estaba tomando la rebelión. La legación mexicana en Madrid encabezada desde 1904 por el empedernido porfirista Juan Antonio Béistegui, 7 llamó la 304
LA HISTORIA
EN LA PRENSA
atención al gobierno español por permitir este tipo de noticias que sólo dificultaban la relación amistosa entre ambos países. A raíz de esto, los principales diarios de la capital fueron aconsejados por el gobierno de Alfonso XIII, en tomar con una mayor prudencia las noticias venidas a través de agencias estadounidenses. El ABC, principal diario madrileño de la época,8 previno a sus lectores -al igual que otros diarios que albergaban secciones internacionales- sobre el origen de los cables telegráficos. Aunque publicamos los telegramas que recibimos de nuestros corresponsales, y algunos de ellos son de tanta gravedad como el que acoge el rumor de la muerte del presidente de la República, general Porfirio Díaz, debemos prevenir a nuestros lectores sobre tales noticias, cuyos orígenes no son siempre autorizados, y menos aún desinteresados.9 La supuesta muerte dada por los revolucionarios al presidente Díaz fue difundida por un despacho de El Paso, Texas -población que aglutinaba a los conspiradores maderistas-, en el diario alemán Berlina Tagesblat el 25 de noviembre; la noticia fue reproducida por los diarios madrileños. Béistegui y el encargado de negocios de México en Madrid, el poeta Amado Nervo, convocaron a la prensa, ofrecieron entrevistas tranquilizadoras sobre la situación y repartieron despachos enviados desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de México, dando por sentado que la situación nunca rebasó los límites de algunas revueltas aisladas y de fácil control por las tropas del gobierno. La Legación mexicana afirmó que el "orden se ha restablecido en toda la República" y Béistegui comentó en una entrevista de prensa a cuatro días del levantamiento: JO
En general, manifestaré a usted que todas las noticias telegráficas que en estos días han venido a sembrar la alarma entre los mejicanos residentes en Europa y los españoles que tienen intereses en nuestra República adolecen de un sensacionalismo y de una fantasía sobreagudas, y dimanan de fuentes indignas de crédito.JJ La misma actitud -de restar importancia a los sucesos que acontecieran en México-, tomaron los demás ministros mexicanos; en particular en aquellas naciones que tenían fuertes intereses económicos en nuestro país. El ministro mexicano en Londres aseguró, el mismo día que hacía sus declaraciones Béistegui, que el gobierno continuaba manteniendo la autoridad sobre todo el paísP El Daily Mail de Londres publicó incluso una comunicación de Díaz en la cual declaraba que la situación en México no era comprometida, y subrayaba que se hallaban asegurados por completo los intereses de los extranjeros.l3 305
HISTORIA
OE LA PRENSA
EN IBEROAMÉRICA
La estrategia mexicana de contrarrestar las informaciones emitidas desde Nueva York, tuvo en España un éxito inmediato. Para el 27 de noviembre de 1910 Y durante los meses siguientes de diciembre, enero y febrero, lo que en un principio se llamaba revolución, pasó a ser catalogada como rebelión y después fue reducida a "bandas de bandidos", que por su pequeño número y gran movilidad se refugiaban en lugares poco accesibles para las tropas del régimen. La revoluciónpuede considerarse completamente dominada. Solo en Chimana [sic, probablemente se refiere al estado de Chihuahua) hay una partida de forajidos que recorren el país, entregándose a actos de bandidaje; ¡pero estos miserables nada tiene que ver con la política! 14 De esta manera, la Legislación insertaba con frecuencia noticias donde se aseguraba haber "sofocado definitivamente la rebelión" .15 Las manifestaciones de tranquilidad y de menosprecio hacia el movimiento armado opositor aparecían con afirmaciones como "el orden continúa inalterable en toda la República ..." y "reina ya tranquilidad completa".16 Sin embargo, toda esta labor diplomática en Madrid se derrumbó a principios de marzo de 1911 con la determinación de Estados Unidos de movilizar y concentrar grandes unidades militares en la frontera mexicana y de enviar naves de guerra a puertos mexicanos tanto a las costas del Atlántico como a las del Pacífico. Tal maniobra fue imposible de ocultar. El gobierno norteamericano, a pesar de su reiterada neutralidad, expresó con estos hechos su creencia en que Díaz ya no era capaz de controlar el movimiento insurreccional que continuaba brotando hasta en los lugares más inesperados del país. El embajador español en Washington, Juan Riaño y Gayagos, informó por cable cifrado al ministro de Estado en Madrid sobre las graves consecuencias de tal medida. El gobierno de los Estados Unidos ha ordenado hoy movilización de cerca de veinte mil hombres los cuales dentro de una semana deberán reunirse en varios puntos cercanos a la frontera mejicana. Aunque nota oficiosa atribuye motivo esta movilización el poner a prueba eficacia oficial y ejército en maniobras, no puede ocultarse gravedad esta decisión ni efecto que puede tener dado propósito este Gobierno proteger propiedades extranjeros de Méjico. División va preparada para cualquier eventualidad llevando exceso municiones cañones y víveres, preparativos se han llevado a efecto con el mayor sigilo habiendo causado universal sorpresa al ser conocido.17 Aunque Riaño advertía que estas tropas no cruzarían sin antes obtener Taft "la aprobación del Congreso", mencionaba también la impotencia del embajador mexicano en Washington. Éste, en una reunión que había tenido
306
LA HISTORIA
EN LA PRENSA
con el presidente norteamericano, sólo escuchó la ironía de Taft de que la amistad entre ambas naciones no se rompería por ningún motivo.18 Sin embargo, para Riaño no cabía duda de que tal decisión de la administración republicana, tenía algún fundamento en los informes que poseía ésta del embajador Henry Lane Wilson. Esta concentración ha obedecido a los informes facilitados por Wilson a Taft, acerca de las condiciones políticas actuales en México, y de los efectos que cualquier cambio radical puede ejercer sobre los americanos... Parece ser que el señor Wilson pintó la situación actual de Méjico con colores tan negros, llamando la atención del Presidente sobre la animosidad y odio personalhacia los americanos allí residentes, sentimiento que hacen alarde muchos mejicanos.19
Do forma paralela la retirada total del apoyo norteamericano al régimen de Díaz se complementó con la tolerancia que practicó durante estos meses la administración Taft sobre el envío de armas norteamericanas por empresas privadas a los revolucionarios, Riaño lo resaltó en varias ocasiones en sus informes y afirmaba que "el tráfico de armas es la base y aliento de la actual revolución ...".2o Revolución que, a pesar de todo, triunfó en mayo de 1911 y logró realizar una de las elecciones presidenciales más cercanas a la idea de democracia que haya tenido el país. El líder del movimiento, Francisco 1. Madero, tomó posesión en noviembre de 1911, iniciando su contrastante pero enriquecedor período presidencial. Si bien su administración duró quince meses, la esperanza que sembró en el pueblo mexicano su triunfo ante la dictadura de Porfirio Díaz nunca menguó, e incluso se catapultó a partir del golpe castrense de estado en febrero de 1913. De nuevo, en este año, la prensa regeneracionista española volvió a manifestarse. REGENERAClON/SMO
VERSUS
IMPERIALISMO
La información sobre la problemática mexicana en la prensa madrileña entre 1913 y 1914 fue poco a poco más profusa; más analítica; hubo una mayor diversidad de fuentes de donde se captó la noticia; y el espectro ideológico de apoyo a una u otra causa fue más amplio que lo que representó la prensa en los años anteriores. 1913 arrancó con la lluvia de información sobre los sucesos denominados en su momento como la "decena trágica". El vértigo de los acontecimientos de esos días trajo consigo una serie de informaciones contradictorias, pero en general gozaron de una objetividad envidiable aunque tardía por parte del primer corresponsal que contrató la prensa española y el diario ASe. De forma gradual, el público y el gobierno de Madrid empezaron a interesarse por la problemática mexicana. El tema que siempre figuró como 307
HISTORIA
DE LA PRENSA
EN IBEROAMÉRICA
una constante en la información sobre México y a la vez lo que más se escribió durante esta etapa, fueron las relaciones de este país con Estados Unidos. La actuación del embajador norteamericano en México, Henry Lane Wilson, durante la "decena trágica" y las posteriores negociaciones entre el gobierno de Washington y el régimen castrense, ocuparon en buena medida los espacios cablegráficos del extranjero en las páginas madrileñas. Estas negociaciones entre Washington y México, estuvieron marcadas por los numerosos ultimátums hacia el líder golpista, el general Victoriano Huerta. El 14 de julio la Casa Blanca instó a Huerta a anunciar elecciones, proposición que rechazó el presidente interino mexicano y que provocó el retiro del embajador Wilson de México. El nuevo enviado, John Lind, fue el encargado de presionar a Huerta para que renunciara al poder. El 20 de agosto, el ASe anunciaba que Lind había sido recibido por el presidente Huerta en dos ocasiones, sin poder tener éxito en su empresaY Por la magnitud de la noticia, el periódico de referencia y de mayor circulación en Madrid empezó a publicar una serie de artículos sobre la problemática mexicana de su corresponsal en Nueva York, Knickerbocker. Este periodista señalaba las fisuras que empezaban a mostrarse en la política exterior norteamericana hacia México. Sobre el retiro "inevitable" del embajador norteamericano, Knickerbocker aseguró la "completa desavenencia con respecto a la política que debía de seguirse en la nación vecina" entre Henry Lane y el departamento de Estado.22 Ante la imposibilidad de nombrar enseguida al sucesor de Wilson, por no reconocerse en Washington el gobierno de Huerta, el gabinete norteamericano "inventó la martingala de despachar para México un representante personal" suyo, con la denominación oficial de consejero de Embajada. Este alter ego del presidente de los Estados Unidos es Mr. Juan Lind, -escribió Knickerbocker- maestro de escuela como el presidente, abogado, soldado y político. Es sueco, puesto que nació en Kanna (Suecia), y no sabe una jota de español, ni en su vida fue entendido en asuntos relacionados con los países de la América Española; de manera que es fácil que vaya a México a hacerse lo que es: el sueco ..Y
Sin embargo, a pesar de la ironía de Knickerbocker, John Lind era un político de primera línea y de los más cercanos al presidente Wilson. Fue miembro del parlamento en Washington entre 1887 y 1893. Al estallar la guerra con España, participó de forma activa y obtuvo el grado de teniente del doceavo batallón de voluntarios de Minnesota. En 1900 llegó a ser gobernador de ese estado. La impotencia del gabinete de Washington para imponer de manera decidida sus condiciones en México, fue acogida con gran simpatía por el público español que todavía tenía como fecha reciente el 98. De esta mane308
LA HISTORIA
EN LA PRENSA
ra, la prensa regeneracionista24 en Madrid fue labrando en la figura de Huerta, al presidente antiyanqui que reunía las principales características de las que carecieron inmediato
los gobernantes se le perdonó
reivindicador para España Tratado de París ... ".25
españoles hacía quince años. Su nefasto pasado y el regeneracionismo lo catalogó como el "de la gran venganza nacional llamada 1898 Y
Los artículos que profesaron gran elocuencia, se dirigieron como cabría esperarse a atacar al "imperialismo yanqui". La misión de mister Lind a México "con plenos poderes" fue para "echar de cualquier manera al 'colega' míster Huerta, que no es santo de la devoción del Tío Sam, ni mucho menos ... ".2ó En contraposición, el presidente Huerta fue catalogado por la prensa madrileña como: un general que tiene ¡vamos! lo que se supone ha de tener todo general, y aunque no le llevó el pueblo pacífico al lugar que ocupa sino las armas y la revolución, con"sus correspondientes atrocidades y crímenes, no quiere abandonado más que por la misma vía de sangre o bien después de unas elecciones constitucionales, que él garantiza se celebrarán en su día, sin necesidad de la ayuda de nadien El carácter férreo y belicoso de Huerta re brotaba por todos sus poros y la prensa elogiaba su actitud nada humilde ante las supuestas imposiciones de Wilson. Knickerbocker escribió: Al tener noticia del viaje de Me Lind, el general Huerta, hizo saber al presidente de los Estados Unidos que, salvo en el caso de que el nuevo enviado llevara las debidas credenciales y fuera portador del reconocimiento del Gobierno mejicano, su presencia en México consideraríase poco deseable. Esta actitud de Huerta, sancionada por la opinión casi unánime de su pueblo, cayó como una bomba en la Casa Blanca y en el Ministerio de Estado de Washington, y se tradujo en un cambio de táctica radical. Me Lind recibió nuevas instrucciones antes de desembarcar a Veracruz, y a la vez inicióse un flirteo cancilleresco la mar de divertido, que tuvo por objeto hacer ver a los mejicanos que la misión de Me Lind era de paz y amistad, encaminada a hallar una fórmula de arreglo mutuamente satisfactoria. Con tales explicaciones (no sabemos si calificadas de humillantes para Estados Unidos, después de tantas bravatas y tanto "bluff'), pudo llegar Mr. Lind a la ciudad de Méjico, en donde le dispensaron un cortés recibimiento.28 El fracaso de las negociaciones
de Lind y la terquedad
de Huerta de no
aceptar condiciones, crearon un ambiente de tirantez en las relaciones entre ambos países. El 29 de agosto de 1913, la prensa publicó un despacho emitido desde Washington donde el gobierno estadounidense aseguraba haber enviado
a sus cónsules
en México
"encargándoles
que presten
toda clase de
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HISTORIA
DE LA PRENSA EN
18EROAM~RICA
facilidades a los súbditos yanquis que deseen abandonar el territorio, y en genera], a todos los extranjeros".29 Sin embargo, la gestión de Lind puso en ]a cuerda floja a]a administración de Wi]son, al acusar la prensa estadounidense que aquél prometió al gobierno mexicano "favorecerle con empréstitos de ]a banca norteamericana si admitía las proposiciones de Wi]son".3o Esto dio]a pauta para que los artículos de corte antiimperialista yanqui proliferaran en ]a prensa madrileña; en ]a pluma del Barón de Sacro Lirio tuvieron a su más fiel representante. En septiembre, el Barón manifestaba en un artículo de prensa que el cambio de partido en e] poder en Estados Unidos -e] relevo que significó Woodrow Wilson de] partido demócrata en ]a presidencia por el republicano Taft, en marzo de 19] 3-, no marcó diferencias de fondo. "E] imperialismo norteamericano sigue manifestándose en América Central en Nicaragua y Panamá".31 Este analítico artículo titulado "La Doctrina Monroe", señaló a México como la víctima del momento de esta rapaz política. "Su Doctrina Monroe, solo prevé América para los americanos, y mientras todas las grandes potencias se apresuraron por móviles poco posibles a reconocer al genera] Huerta, Estados Unidos no ]0 hizo y retiró a su Embajador".J2 E] Barón anunció ]a preparación norteamericana de ]a opinión pública a favor de la intervención y exigió al gobierno de Madrid ]a necesidad de estrechar los lazos con Huerta, debido a que en toda América Latina "está nuestro principal campo de acción".33 El regeneracionismo, hundido en ]a tragedia de su derrota de 1898, movilizó a las nuevas corrientes políticas para intentar modificar las relaciones entre España y el mundo iberoamericano. Este cambio implicaba ]a más acérrima crítica a ]a expansión imperialista de Estados Unidos. La problemática mexicana se presentó como la oportunidad sin precedentes de exteriorizar, de la única manera permitida por la monarquía de A]fonso XIII, de reflejar e] pensamiento político -sin encontrar hasta cierto punto objeciones de ninguna c1ase- de todos los grupos políticos opositores. La república hispanoamericana se utilizó como pantalla para "recordar los errores de los estadistas españoles -comentó el Barón- que nos empujaron a]a catástrofe de 1898".34 En otro combativo artículo de] mismo autor en noviembre de 1913, cuestionaba la penetración económica norteamericana en los territorios latinoamericanos y e] rechazo por consiguiente del capital europeo. Los Estados Unidos no reconocen a Huerta por ser un usurpador. Están equivocados, ya que legalmente los obstáculos fueron arreglados constitucionalmente para hacerse de la presidencia. Wilson ni vela ni oculta sus intenciones. La política del dólar es la suya; hay que arrojar de todas las naciones iberoamericanas a los capitalistas extranje310
LA HISTORIA EN LA PRENSA
ros, substituyéndolos con capitalistas yanquis; hay que conquistar aquellos territorios no con el sable, sino con el cheque, conquista más fácil, más provechosa, y sobre todo, profundamente modemista; hay que llevar a sus últimas consecuencias la doctrina MonroeY E] Barón de Sacro Lirio comparaba en sus métodos de arrojar de] parlamento en aumentar "por modo extraordinario su con su aliado inicia] Félix Díaz.36 Si bien,
a Huerta con O]iverio Cromwell a los "representantes de] pueb]o"; ejército"; y por romper su alianza la "conducta de Huerta" era cen-
surab]e, no otorgaba e] derecho a Estados U nidos a "intervenir de esa manera".37 La debilidad y ]a falta de flexibilidad interna para dar acceso a los numerosos grupos políticos de oposición por parte de] Estado monárquico español, se vio expuesta en una pantalla mexicana donde se reflejó toda esta insatisfacción política. E] Barón replicó: Si bien no tenemos derecho a intervenir, hay que seguirlos con mirada escrutadora ... porque en América Latina el mayor contingente de extranjeros lo representan los españoles que tienen muchos intereses creados y es obligación sagrada del Estado Español preocuparse en la defensa de estos legítimos intereses. Salgamos de un aislamiento suicida, hay otros pueblos que deben ocupar la atención de nuestros estadistas, que quieren tronchar de latinas en anglosajonas. Tomemos parte en la lucha que se avecina con aquella actuación política, comercial y diplomática que nuestro interés y nuestro deber demandan38 REGENERACIONISMO
y
REPATRIADOS
También de una manera satírica, los periódicos madrileños mostraron ]a pretendida pasividad de] gobierno español ante ]a falta de garantías que podía ofrecer e] gobierno castrense a los súbditos e intereses hispanos radicados en México. E] semanario Gedeón escribía, de una manera aguda y mordaz, que por fin ]a administración de Madrid se había decidido a enviar para protección de los españoles e] buque Carlos V, "que llegará cuando haya otro presidente, e] día menos pensado".39 Gedeón aseguraba que todas las naciones habían tomado con tiempo esa precaución y que estaban "dignamente representadas
en México"
yó necesario
Gedeón- enviar con anterioridad
-decía
.40
Por su parte, e] gobierno
español no cre-
esta nave debido a que consideraba que representación más digna no se podía tener con ]a gira que hacían por esos momentos a México los toreros Vicente Pastor y Belmonte.41 Esta mordacidad
fue un reflejo de ]a tenaz campaña
que practicó
en ]a
prensa española ]a colonia hispana en México. Ésta tenía e] objetivo de presentar un cuadro devastador de la nación mexicana para presionar así al gobierno
de Madrid a tomar una decisión política que contemplara
una mayor
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DE LA PRENSA
EN IBEROAM~RI(A
injerencia en la problemática de esta república hispanoamericana. La injerencia estaba planteada como un apoyo incondicional a Huerta; como una política de acercamiento con el gobierno de Washington para lograr cambiar su actitud de ausencia de reconocimiento; y un Claro rechazo a considerar como aceptable toda plataforma política e ideológica del movimiento revolucionario del norte y del estado de Morelos. Los primeros repatriados llegaron el 3 de marzo de 1913 a la Coruña, donde el vapor Reina Cristina desembarcó entre otros a los toreros Bienvenida y Martín Vázquez, "quienes cuentan horrores de la revolución".42 El 31 de agosto, la colonia española en México representada por los presidentes de instituciones como el Casino Español y el Centro Asturiano, entre otros, telegrafió a los principales diarios que circulaban en Madrid y en Londres para agradecer el reconocimiento que hicieron estos gobiernos al actual régimen mexicano. "En dichos mensajes se añade que la única solución para la situación actual está en el reconocimiento del Gobierno del general Huerta por otras potencias".43 Este apoyo a Huerta fue más explícito en la prensa inglesa que defendía los firmes intereses de las empresas petroleras británicas en México. En un artículo telegráfico del corresponsal en México del diario londinense Times, se aseguraba que la situación en esta nación es "exagerada peligrosamente por el gobierno de los Estados Unidos, y que la política yanqui es, en realidad, el obstáculo más grave para la pacificación del país".44 Además, exponía que "sin la firmeza del general Huerta, sería espantosa la situación. La renuncia del general traería el caos ...".45 En noviembre, los 27 repatriados que llegaron a Cádiz a bordo del vapor Montserrat procedente de México presentaban un panorama desolador de la situación y aseguraban haber sido despojados en México de sus fortunas. Los asesinatos estaban al orden del día "cometidos por las hordas revolucionarias".46 Las experiencias contadas por los repatriados fueron una fuente explotada al máximo por la prensa de la época. La mayoría de éstos eran repatriados a costa del Tesoro del Gobierno español, ayuda que se otorgaba, siempre y cuando comprobaran que no poseían ningún tipo de apoyo económico. En otras palabras, que estuvieran en un estado de total miseria. El pasaje gratuito era expedido por la legación española y, por consiguiente, los comentarios expuestos por ellos a la prensa una vez en España tenían que justificar de acuerdo con su código de honor, su regreso a la patria. Los argumentos más comunes fueron la pérdida de sus fortunas en manos de la revolución, la escasez de trabajo, la miseria de la situación que se había vuelto insostenible, etcétera. La propia legación española en México, cuando el triunfo de la revolución era casi un hecho, tuvo que quejarse de este tipo de comentarios que no cuadraban con la realidad y que solo perseguían un fin subjetivo relacionado con el honor y el orgullo que caracterizaba a los
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repatriados. La misma legación exponía que muchos de éstos en realidad no habían perdido sus fortunas, que se presentaban como miserables en la legación con el fin de aprovechar la situación para repatriarse, y que para justificar su condición hablaban en contra de la revolución.47 Estas declaraciones, finalizaba en su despacho el ministro español, se traducían en fricciones entre el elemento hispano que continuaba en México y el movimiento revolucionario que se aprestaba a ocupar el poder.48 Por lo tanto, las experiencias del repatriado eran un círculo vicioso que se ubicaban sin duda en la tendencia política de apoyo a Huerta y por ello a la contrarrevolución. La revolución los había expulsado, y el régimen castrense hacía todo lo posible por restablecer la paz. Un claro ejemplo del conservadurismo de los repatriados es un artículo escrito por uno de ellos en noviembre de 1913. Es probable que este personaje, que no quiso firmar el documento, fuera uno de los individuos más allegados al poder dictatorial de Díaz y después de Huerta. Esto se desprende por el tono y tenor del artículo y por el antiimperialismo yanqui que profesa. La Revolución de 1910, tiene sus orígenes a juicio del autor, en causas externas, "debido al monopolio que estaba ejerciendo con Porfirio Díaz (el estadista más grande que ha habido en Hispanoamérica en los últimos treinta años) el capital inglés en el petróleo mexicano"49 La compañía más importante de ese entonces era la "Casa Peerson, hoy compañía de petróleos El Águila". Visto de esta forma, los norteamericanos serían los conspiradores, quienes "echaron del poder" a Díaz y "pusieron un muñeco manejable desde Chicago": Francisco 1. Madero. Los poderosos intereses de los trust petroleros norteamericanos, en concreto la Standard Oil, dieron mucho de que hablar en ese entonces. Más de un diplomático acreditado en México -Van Hintze, por ejemplo-, aseguró que atrás de la revolución maderista estaba la todopoderosa compañía.50 Este repatriado se integraba a la mencionada línea de interpretación de la revolución con descripciones pormenorizadas de los grandes intereses que tenía Estados Unidos en México: la Bahía Magdalena, el ferrocarril de Tehuantepec, el problema en litigio de la franja fronteriza denominada el Chamizal, entre otros. También para este repatriado uno de los atrasos del país se debía a la debilidad de la Iglesia y de la religión católica, y su mayor desprestigio el Partido Católico tenía una "vida pusilánime y tímida". Ya que "el ser católico en México es pasar por patrocinador del atraso, del oscurantismo". Como para la mayoría de la colonia española, el articulista aseguró que la muerte de Madero era necesaria debido a "que no era el hombre que necesitaba México. Sus doctrinas sembraron sus propios enemigos". Con esto se refería a la generalizada opinión de que Madero apoyó de modo subrepticio al revolucionario Emiliano Zapata. Sobre este tipo de relaciones "el general Huerta encontró documentos que serán una vergi.ien313
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za para la historia del presidente Madero y del odiado Gustavo A. Madero, así como para muchos diputados que forman el Congreso actual". REGENERACIONISMO
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La prensa madrileña continuó durante todo 1913 y la primera mitad del año siguiente, su línea política de apoyo incondicional a Huerta. Las causas de esto se encuentran en su acendrado antiyanquismo y en su represión sin descanso de los zapatistas y constitucionalistas, enemigos declarados de la colonia española. Este apoyo periodístico al régimen castrense también contemplaba aspectos cotidianos y triviales del dictador como sus "virtudes personales" y su afición a las corridas de toroS.51El privilegio de los españoles que siempre contempló el régimen castrense debido a su decidido apoyo, también fue resaltado por la prensa. El 12 de diciembre, los periódicos madrileños anunciaron que el gobernador huertista del estado de México, dispuso un impuesto de guerra para gravar la propiedad extranjera en cinco por ciento más de lo que estaba estipulado hasta hacía un mes. En su defecto, el decreto amenazaba con la confiscación a los que infringieran la disposición. Mientras los ministros sir Lionel Carden (ministro plenipotenciario de su majestad británica en México) y Van Hintze aconsejaron a sus compatriotas que cumplieran la nueva orden impositiva; el ministro hispano acreditado en México, Bernardo Jacinto de Cólogan y Cólogan, obtuvo de forma privilegiada una reducción de ese impuesto ante el ministro del Interior, del 2.5 por ciento para los súbditos españoles.52 Además, el decreto se volvió todavía más flexible para los terratenientes españoles, ya que Cólogan consiguió también la promesa de que "en caso de falta de pago no sean confiscadas sus propiedades, a no ser por un proceso judicial".53 En el mismo diciembre de 1913, el dictador mexicano otorgó una extensa entrevista al periódico germano La Gaceta de Francfort, reproducida a su vez por algunos periódicos madrileños. La tendencia decididamente castrense del régimen se dejó sentir. Victoriano Huerta no tocó ni apoyo ningún tema reivindicativo de las clases medias y bajas de la sociedad, limitándose en toda la entrevista a su labor de imponer la paz a través de las armas antes de toda reorganización social. El crecimiento de los miembros activos con los que empezó a contar el Ejercito Federal desde el momento del golpe de Estado, fue impresionante. Según informes del dictador, el ejército se elevaría a 150000 hombres a principios de 1914, a diferencia de los 80 000 con los que contaba en ese momento y de la mediocre cifra de dos mil en activo a la muerte del presidente Francisco 1. Madero.54 El viejo general porfirista aseguraba que además del ejército federal existían en cada estado mil hombres de las fuerzas de seguridad; "y como unos 62 000 propietarios de tierras se han comprometido a mantener por su cuenta diez 314
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hombres armados cada uno".55De tal manera que si se consideraban fiables sus informes, el gobierno castrense podría haber dispuesto "en breve plazo de más de 700 000 hombres",56 en un país con una población de quince millones que también alimentaba al Ejercito Constitucionalista. Con este espíritu militarista, Victoriano Huerta estaba creando un ejército en activo y con experiencia poco comparable con otras naciones hispanoamericanas. En París, la legación de México compartía a plenitud esta carrera armamentÍstica al declarar el ministro mexicano en un periódico parisiense que "la guerra es un mal necesario, y que la sangre mejicana que se derrama en los campos de batalla es el cimiento más sólido para el futuro edificio patrio".5? No existe duda que con esta política militarista, el vecino país del norte manifestara serias preocupaciones. En septiembre de 1913, Huerta había revelado ante la prensa extranjera que celebraría elecciones y él no participaría como candidato. En primera instancia la misión del enviado personal de Wilson, John Lind, pareció coronarse con el éxito. La prensa en Madrid reprodujo unas declaraciones de Huerta el día 25: El gobierno no tiene candidato ni sería imparcial que lo tuviera. Garantizará el derecho de todos, absolutamente de todos los que se presenten. El ejército se mantendrá también neutral, apartado de toda contienda política y sólo en el caso de que se alterase el orden intervendría; pero limitando la intervención al restablecimiento de la normalidad.58 Por su parte, el enviado norteamericano Lind, expresaba a la Gaceta de Francfort que Estados Unidos "no ambiciona expansiones territoriales ", pero que deseaban y estaban dispuestos "a hacer todo lo posible para conseguir la paz y la tranquilidad de México".59 Huerta no tardó en dar su segundo golpe de Estado: disolvió el Congreso el 10 de octubre de 1913, llamó a elecciones el 26 y se declaró vencedor días después. Las noticias de estos últimos acontecimientos en la prensa de Madrid fueron en esencia descriptivas, sin mostrar por el momento ninguna postura editoria1.60Esto bien pudo haber sido por el desconcierto que causó el rápido desenvolvimiento de los hechos. Después del segundo golpe de Estado, la prensa definió con claridad la actitud del presidente Wilson, de quien se aseguró que estaba más convencido que nunca de "la eliminación del general Huerta".61 Sin embargo, el gobierno norteamericano vacilaba a fin de año "en la línea de conducta que ha de seguir, porque el recurrir a la fuerza, uniría probablemente a todo los mejicanos bajo el general Huerta".62 Por otra parte, el encargado de negocios estadounidenses en México, Shaughnessy, comunicaba a Washington en un despacho diplomático filtrado a la prensa que 315
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"el cuerpo diplomático acreditado en México censura duramente la política pasiva de los Estados Unidos y hace responsable a este país de las muertes de súbditos extranjeros".63 Este despacho no confirmado, pero de haber sido cierto, no contemplaba el verdadero sentir del cuerpo diplomático acreditado en México: las potencias europeas siempre apoyaron a Huerta y junto con los diplomáticos hispanoamericanos no estaban de acuerdo en apoyar una intervención estadounidense.64 La problemática mexicana y su conflicto con Estado Unidos entraron en noviembre en una fase irreversible a juicio de la prensa internacional. Lind recibió la orden de regresar a Washington ante su fracaso sonado; el presidente Wilson aseguró a los periodistas que "la actual situación mejicana toca a su fin";ó5y el cont1icto con México se disparaba contra los intereses de Europa en este país. Estados Unidos se opuso a la convocatoria del nuevo Congreso elegido el 26 de octubre, bajo el mandato del general Huerta. Este era un ret1ejo para la prensa del "temor de que dicha Asamblea haga concesiones importantes de yacimientos de petróleo a capitalistas ingleses, que escaparían así al dominio del trust formado por la Standard Oil Company; dando el nuevo Congreso apariencia legal a estas adquisiciones" .ó6 Finalmente, ante el alarmismo de la situación, el gobierno español decidió el 27 de noviembre enviar a Veracruz un crucero de la armada -el Carlos v- con el fin de proteger a los súbditos de Alfonso XIII.ó7 Por su parte, los revolucionarios norteños y zapatistas no encontraron durante 1913 en la prensa española eco alguno de apoyo a su plataforma de reformas sociales. El estallido de la sublevación de Venustiano Carranza y del estado de Sonora, pasaron casi desapercibidos para la mayoría del público lector de la prensa de Madrid. Sin embargo, pronto este movimiento fue definido como la antítesis del gobierno que el Estado español consideraba legalmente constituido y con un severo afán de imponer la paz y el orden en la república. Además, durante todo ese año, los revolucionarios fueron maltratados por las declaraciones oficialistas del gobierno de Washington. En agosto, se publicaron las declaraciones del secretario de Estado, Bryan, que hacía responsables a los constitucionalistas "personalmente de todas las violencias de que sean víctimas los americanos en aquellas regiones donde ellos actúan".68 La información que solía aparecer sobre sus actividades siempre fue sinónima de violencia, depravación, desorden y todo mínimo criterio de referencia para hablar de personas "accidentalmente civilizadas". Entre otras innumerables noticias que definían en forma clara a los revolucionarios como una horda de salvajes -acompañadas por lo regular de fotografías de indígenas descalzos, con maussers y cartucheras cruzadas al pecho-, está la de una tortura que tuvo que sufrir un oficial del Ejército Federal hecho prisionero por lo constitucionalistas en diciembre de 1913: "le arrancaron la len316
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gua, le cortaron las orejas y le sacaron los ojos. Después de hacerle sufrir tan horriblemente le mataron".69 En esencia, la información sobre los revolucionarios fue manejada para sostener la tesis de que el reconocimiento de Huerta, era lo más acertado y él el único capaz de pacificar al país. Sobre los constantes atropellos en las personas e intereses españoles en México, el ministro de Asuntos Exteriores del reino, marqués de Lema y el ministro mexicano huertista acreditado en España, el escritor Francisco de Icaza, dieron una rueda de prensa en diciembre de 1913. Ambos coincidieron en sus declaraciones. Icaza respondió a los periodistas: La legación de México en esta corte manifiesta que las desgracias ocurridas a los súbditos españoles en aquella República, de que se tiene conocimiento, tuvieron lugar en sitios en donde está encendida la guerra civil y dominan los revolucionarios, pero no allí en donde regularmente ejerce funciones el gobierno constituido.70 A pesar del desagrado y opinión en contra de las pretensiones revolucionarias que la mayoría de los españoles compartían -cuando menos en el estrato medio alto de la España monárquica-, no faltaron artículos favorables a las aspiraciones constitucionalistas y comparaciones de la dictadura huertista con la de Porfirio Díaz. Entre octubre y noviembre de 1913, aparecieron de forma sorprendente tres artículos en contra del régimen de Huerta en el vicedecano de la prensa diaria de Madrid: La Epoca. Este diario, órgano del partido conservador y del cual se aseguraba que su público era "francamente aristocrático", publicó, en octubre 15, un artículo y el 19 una nota, dirigidos ambos a cuestionar la dictadura huertista a raíz de la disolución de las Cámaras.7! Tal vez el autor del primer artículo volvió a publicar el 9 de noviembre en el mismo periódico un escrito titulado "El Caos Mejicano".72 Su autor, Favián Vidal, rechazaba la manifiesta intervención americana en los asuntos de México; y aseguraba que esta "segunda oprobios a dictadura" presidida por Huerta no sólo no se diferenciaba sino al contrario exacerbaba las características del régimen de Porfirio Díaz. Una de éstas era la actitud xenófoba de Huerta contra Estados Unidos. Si bien, no tocaba el asunto constitucionalista sí definía a Emiliano Zapata como un "guerrillero", injerto de bandido; ese Espartaco que parece un "cartouche".73 COMENTARIOS
FINALES
La repercusión en la prensa de Madrid de lo acontecido en México, fue siempre porque los intereses de España se vieron comprometidos. La guerra civil mexicana se proyectó en la prensa como una gran anarquía desencadenada por la diversidad geográfica y humana de los epicentros revolu-
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cionarios. Apartada de este caos anárquico, estaba la zona donde el régimen de Huerta imponía todavía, aunque por poco tiempo, su autoridad. En esencia se trató de dos zonas geográficas y humanas muy diferenciadas por la prensa regeneracionista española, que respondía a una visión distorsionada de fuertes intereses concretos hispanos en México y al propio debate interno ibérico posterior al desastre del 98. NOTAS
Véase Michel Desvois. La prensa española, 1900-1931. Madrid: Siglo XXI, 1977. Oscar Flores. Revolución mexicana y diplomacia española. Contrarrevolución y oligarquia hispana en México, 1909-1920. México: INEHRM-SG, 1995. 3 ABC, Madrid, 20 de noviembre de 1910, p. 12; Y 21 de noviembre, p. 8. 4 ABC, Madrid, 21 de noviembre de 1910, p. 14. 5 ABC, Madrid, 22 de noviembre de 1910, p. 12; Y 23 de noviembre, p. 12'. 6 ABC, Madrid, 23 de noviembre de 1910, p. 12. 7 Luis Miguel Díaz y Jaime Martini (compiladores). Relaciones diplomáticas MéxicoEspaña, 1821-1977. México: Porrúa, 1977. 8 Aunque la investigación también contempló la revisión de otros diarios madrileños como El Liberal, El Heraldo de Madrid y el Imparcial, entre otros; para 1910 el periódico de referencia de la clase política española era sin duda el ABC. Este era quizás el más importante y el que llegaba a una mayor cantidad de lectores. Independientemente de cualquier partido político, su orientación ideológica era monárquica y conservadora. Sus lectores eran en esencia la aristocracia, las clases altas y una buena parte de la pequeña burguesía. Su tirada fue siempre en aumento, pasó de 50 mil ejemplares diarios en 1905 a 170 mil en 1919. Véase a Oscar Flores, op. cit. 9 ABC, Madrid, 25 de noviembre de 1910, p. 11. 10Berliner Tagesblat, Berlín, 24 de noviembre de 1910. 11 ABC, Madrid, 25 de noviembre de 1910, p. 11 12ldem. 1
2
Daily Mail, Londres, 25 de noviembre de 1910. 14 Ésta es una nota oficiosa de la legación mexicana en Londres que fue entregada a los diferentes periódicos de Madrid. Además agregaba: "Madero se ha refugiado en los Estados Unidos. Los restantes han sido capturados, sometidos a juicios sumarísimos y fusilados." Reproducción de esta nota en el ABC, Madrid, 10 de febrero de 1910, p. 13. 15ABC, Madrid, 27 de noviembre de 1910, p. 12. 16 ABC, Madrid, 30 de noviembre de 1910, p. 12. 17 Archivo Histórico del Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid (en adelante AMAE Madrid), Juan Riaño y Gayagos al Mínisterio de Asuntos Exteriores (en adelante MAE Madrid), legajo 2557, telegrama cifrado, Washington, 6 de marzo de 1911. 18 AMAE Madrid, Riaño al MAE, 1-2557, despacho 50, Washington, 21 de marzo de 1911. 19ldem. 13
20Idem. EI1 de abril de 1911, el presídente Portirio Díaz leyó su informe anual ante el pleno del Congreso, y en él expuso la ayuda que estaban recibiendo los rebeldes de allende el Bravo. Díaz dijo: ·Un grupo derrotado en las últimas elecciones federales para Presidente y Vicepresidente recurrió a las armas perturbando la paz de que gozaba el país hace largos años. Aunque descubierto y abortado el plan general, se levantaron algunas partidas en la región montañosa de Chihuahua y la
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ayuda que recibieron los rebeldes en hombres y elementos de guerra 'de parte del extranjero', explica que la revuelta se fuera extendiendo en el Norte de México.". 21 ABC, Madrid, 20 de agosto de 1913, p. 13. 22 "ABC en Nueva York. El problema mexicano", ABC, Madrid, 28 de agosto de 1913, pp. 13-14. Ese día el periódico dedicó su portada gráfica y su segunda página a fotografías de la Revolución en México. 23ldem. El regeneracionismo tiene su origen en las consecuencias para España en la guerra hispano-estadounidense de 1898. La larga presencia española en América que databa desde fines del siglo XV, terminó en ese año con un desastre (pérdida de Cuba, Puerto Rico, Guam y las Islas Filipinas), y ningún elemento del imperio español sobrevivió. De repente el país despertó y empezó a mirarse a sí mismo preguntándose qué iba mal. Las consecuencias fueron muchas soluciones, críticas y culpables en un largo debate que se alargó a las primeras décadas del nuevo siglo. Este movimiento crítico que se autonombró regeneracionismo, ofreció elementos para la reflexión, siendo asumidos muchos de sus postulados por la mayoría de los partidos políticos, desde la izquierda a la extrema derecha. El proceso se enriqueció con los extraordinarios intelectuales y artistas españoles que recibieron el nombre de la Generación del 98 (Azorín, Baroja, Unamuno, Ortega y Gasset, entre otros). Año también de partida para el nacionalismo vasco y catalán que definieron al proyecto español como un fracaso. 25 Véase María de los Desamparados Molto Ibañez, "La revolución mexicana en la prensa de Valencia (1910-1928)", tesis doctoral, Universidad de Valencia, Facultad de Filosofía y Letras, 1973, p. 13. 26 ABC, Madrid, 28 de agosto de 1913, pp. 13-14. 27ldem. 24
281dem, y ABC, Madrid, 7 de marzo de 1914, pp. 2-3; y 21 de abril de 1914, pp. 2-3. ABC, Madrid, 29 de agosto de 1913, p. 7. 30 ABC, Madrid, 30 de agosto de 1913, p. 15. 31 "La Doctrina Monroe", ABC, Madrid, 2 de septiembre de 1913, pp. 4-5. 32ldem. 29
Idem y "Wilson y México", ABC, Madrid, 7 de marzo de 1914, pp. 2-3. En este artículo, el barón acusó a Wilson de apresurarse a reconocer al coronel Benavides en Perú, después de haber tenido éxito su sublevación militar; en contraposición al rechazo de Washington en reconocer el golpe militar dado por Huerta. 34 ABC, Madrid, 2 de septiembre de 1913, pp. 4-5. 35 "La situación de México. La intervención de los Estados Unidos", ABC, Madrid, 6 noviembre de 1913, pp. 4-6. 36ldem. 37 Idem. 38ldem. 33
Gedeón, Madrid, 30 de noviembre 4°ldem. 41ldem. 39
de 1913, p. 2.
ABC, Madrid, 4 de marzo de 1913, p. 14. ABC, Madrid, 31 de agosto de 1913, p. 11. 44 Artículo reproducido en el ABC, Madrid, 3 de diciembre noviembre de 1913, p. 8. 45ldem. 42 43
de 1913, p. 13, Y 23 de
ABC, Madrid, 19 de noviembre de 1913, p. 12. AMAE Madrid, el ministro de España en México al MAE Madrid, 1-2560, Telegrama cifrado, diciembre de 1915. 48ldem.
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"Ante la amenaza yanqui", ABC, Madrid, 21 de noviembre de 1913, pp. 5-6. Esta apreciación la compartía el almirante Von Hintze, ministro plenipotenciario en México durante el gobierno de Madero y después con Huerta, quien lo manifestó de forma constante en sus despachos dirigidos a la cancillería alemana. Véase Friedrich Katz. La guerra secreta en México. México: Editorial Era, 1982, 2 volúmenes.
"Huerta popular", ABC, Madrid, 25 de noviembre de 1913, p. 9. ABC, Madrid, 12 de diciembre de 1913, pp. 14-16. 53/dem. 54 ABC, Madrid, 16 de diciembre de 1913, p. 14. 55/dem. 56/dem. 51 52
ABC, Madrid, enero de 1914, p. 12. ABC, Madrid, 25 de septiembre de 1913, p. 11. 59/dem. 57 58
Véase, de preferencia, ABC, Madrid, del12 al26 de octubre de 1913. ABC, Madrid, 2 de noviembre de 1913, p. 11. 62/dem. 63/dem.
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Véase Friedrich Katz, 1982, op. cit. y Oscar Flores, 1995, op. cil. ABC, Madrid, 14 de noviembre de 1913, p. 14. 66/dem. 67 ABC, Madrid, 28 de noviembre de 1913, p. 8. 68 ABC, Madrid, 23 de agosto de 1913, p. 15. 69 ABC, Madrid, 9 de diciembre de 1913, p. 10. 70 ABC, Madrid, 11 de diciembre de 1913, p. 11. 71 La Época, Madrid, 15 de octubre de 1913, p. 12; Y 19 de octubre:12. 72 "El caos mexicano", La Epoca, 9 de noviembre de 1913, p. 1. 73/dem. 64
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Actualmente, de lasa tendencias de investigación socialmuchas consideran la prensa como fuente aItéxto
Alianza del texto universitario
Universidad de Guadalajara
Universidad de Colima
Universidad de Guanajuato
de estudios históricos, sociológicos, literarios y comunicológicos generando con ello una discusión en torno a la validez de este importante medio comunicación. Un grupo de investigadores de diversas especialidades debaten en este libro, sobre el eje de discusión relativo al valor que tiene la prensa, en diversas partes de Iberoamérica, en su dimensión social, histórica y empresarial. Se puede considerar que es poco probable que se logre una comprensión de los fenómenos periodísticos del presente sin conocer o analizar su contexto histórico estructural. En los periódicos de hoy está impresa la huella de sus antecesores y el germen de los fenómenos sociales contemporáneos. Es imposible explicar la sociedad de masas sin la presencia de los medios de comunicación, y un modo de acercarse a ésta es el estudio de los fenómenos comunicativos.
El Colegio de Michoacán
ISBN
9bS-S95-939-L
11111111
911789688
959398