Industria y redes energèticas en Mèxico

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XII CONGRESSO INTERNACIONALAHILA

UNIVERSIDADE DO PORTO - 1999

VOLI

Il

AH I LA ASOCIACIÓN DE HISTORIADORES LATINOAMERICANISTAS EUROPEOS ASSOCIA<;ÁO DE HISTORIADORES LATINO-AMERICANISTAS EUROPEUS



ACTAS DO XII CONGRESSO

INTERNACIONAL

DE AHILA

editadas por EUGÉNIO DOS SANTOS

VOL. I

ASOCIACIÓN DE HISTORIADORES

LATINOAMERICANISTAS

EUROPEOS

ASSOCIA<;ÁO DE HISTORIADORES LATINOAMERICANISTAS (AHILA)

EUROPEUS

CENTRO LEONARDO COIMBRA FACULDADE DE LETRAS DA UNIVERSIDADE DO PORTO


11

Editora:

Centro Leonardo Coimbra da Faculdade de Letras da Universidade do Porto, 2001

Impressao:

Arcanjo Ribeiro - Artes Grรกficas, Lda.


iii Advertencia

o XII Congresso AHILA, realizado no Porto (Faculdade de Letras), entre os dias 21 a 25 Setembro de 1999, conseguiu reunir 410 participantes. Foi um encontro de especialistas de grande nÍvel intelectual e redundou também numa oportunidade para urna sa convivencia humana inter-continental. Muitos colegas se reviram, outros se conheceram pela primeira vez, outros ainda tiveram o ensejo de perceber o espÍrito que anima a AHILA. As actas, que agora se publicam, em cinco (5) grossos volumes reúnem os trabalhos apresentados no Congresso e que foram enviados ao Secretariado, em suporte electrónico. Elas sao a prova do elevado nÍvel científico dos membros da Associayao. Quero expressar o meu agradecimento aos coordenadores, pois eles garantiram o exito de cada grupo.

o critério da publicayao orientou-se pela sequencia dos simpósios apresentados. Os textos sao da responsabilidade exclusiva dos autores, limitando-se o secretariado a entregá-Ios, tal como foram recebidos. Se houver erros, eles nao podem ser imputados a imprensa. De qualquer modo, lamentamos, se tal acontecer. O tema geral do Congresso foi: América Latina: outro Ocidente? Debates do final do milénio. Teremos conseguido fornecer respostas variadas e importantes para responder a essa magna questao? Cada um, dirá. Por último, quero declarar publicamente os meus agradecimentos a Dr. Isabel Barbosa e sua equipa, do Centro Leonardo Coimbra, pelo trabalho exemplar, que desenvolveram durante estes últimos cinco anos.

Porto, Abril de 2002



v

lndice

VOL. I SIMPOSIO

A3: HlSTÓRIA

REGIONAL

EN AMERICA

LATINA

Adrián Gustavo Zarrilli, Las transformaciones socioeconómicas en una región marginal de la Argentina: La explotación forestal en nordeste del país (1890-1950)

11

Agueda Jimenez Pelayo, Balance de los estudios sobre los alcaldes mayores y corregidores em la Nueva España

29

Dora Elvia Henríquez Licón, De Frontera Nómada a vanguardia revolucionaria: El noroeste mexicano

39

Georgette José Valenzuela, El gobierno posrevolucionario del general Alvaro Obregón (1920-1924) en la historiografía política nacional y regional mexicana de los últimos treinta años

57

Graziella Altamirano Cozzi, La revaloración historiográfica Nuevos enfoques sobre la Revolución mexicana

69

del villismo.

Isabel Manachino de Pérez Roldán, Analisis de la historiografia Argentina sobre la contribución de los italianos al desarrollo del comercio e industria

81

Joaquín Roberto González Martínez, Tendencias historiográficas regionales. Aspectos metodológicos y epistemológicos.

89

en los estudios

José Alfredo Uribe Salas, Modernización tecnológica em la minería de metales preciosos y desarrollo regional en México

103

José Rivera Castro, Historiografía sobre la política agraria y el movimiento campesino posrevolucionario chihuahuense.

115

Lilia V. Oliver, La Salud Pública en América Latina. El caso de Guadalajara, 1760-1900

125

Luz Elena Galván de Terrazas, La historiografía regional de la educación em México: Los retos para el nuevo milenio

135

María Eugénia Arias Gómes, Dimensión historiográfica en torno a las entidades mexicanas, 1901-1910

147

Dra. María Eugenia Romero Ibarra, Estudios sobre actividad empresarial, empresas y empresarios, en noroeste de México. Una aproximación historiográfica.

163

María José Nestares Pleguezuelo, Problemática en el estudio del oriente venezolano durante el período colonial.

177

Guillermo Banzato, La ocupación de la tierra pública em la campaña bonaerense durante el siglo XIX. Balance historiográfico y estudio de caso

193

Oscar Flores, Industria, hidrocarburos y redes energéticas en México, 1910-1998. Una propuesta metodológica

207

Silvia B. Lázzaro, La tierra para quien la trabaja? El intento de "reforma agraria" en la provincia de Buenos Aires a fin de la década de 1950.

217


VI

SIMPOSIO A4: MOVIMENTOS E AMERICA LATINA Berenice Cavalcante,

LIBERAIS

NA PENÍNSULA

IBÉRICA

O Passado Presente: Idéias em Movimento

Braz Augusto Aquino Brancato, Constitucional 1826

A Fronteira Luso-Espanhola

235

no Conflito 245

Jeff Mosher, Liberalismo y Xenofobia: Los partidos políticos y la formación del estado brasileño en el siglo XIX

255

Jorge Martins Ribeiro, O representante dos Estados Unidos no Rio de Janeiro Thomas Sunter, Jr. ante a situat;ao política da América do Sul nos inícios do século XIX

265

José Tengarrinha,

277

Invas6es Francesas e movimentos Iiberais na Península Ibérica

Luz Coromoto Varela M., Escolástica y modernidad en la independencia Estudio de dos históricos: 19 de Abril de 1810 y congreso de 1811

venozolana. 281

Moacyr Flores, Idéias Liberais no Período Farroupilha

291

Tereza Cristina Kirschner, O liberalismo de Cairu: tradit;ao e mudant;a no campo das idéias

297

SIMPOSIO AS: LOS FASCISMOS INTERPRETACIONES

EM AMÉRICA

Franco Savarino Roggero, Nacionalismos México, 1922-1940 Maria Luiza Tucci Carneiro,

LATINA. MODELOS

E

Lejanos: La Italia Fascista y 307

Os fascistas sob a vigilancia de uma polícia fascista

323

SIMPOSIO A7: LA FRONTERA EN LA HISTORIA AMERICANA: COLONIZACIÓN, IMAGINARIO Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO Apresentat;ao

345

Meritxell Tous, La Frontera en las sociedades cacicales. Estudio de Caso: La Gran Nicoya

347

Belín Vázquez de Ferrer, Construcción social del espacio histórico marabino (Siglos XVI-XVlII)

359

Niria Suárez de Paredes, Imaginarios y representaciones del espacio en mentalidades campesinas

369

Beatriz Cáceres-Péfaur,

en la construcción social

Fronteras: El territorio esequibo como vision imaginaria

Alfredo Jiménez, La historia como fabricacion oeste o american west

373

del pasado: La frontera del

Héctor Díaz Zermeño, El imaginario expansionista en la construcción de la sociedad norteamericana (1784-1879)

385 territorial 397

Maria de Fátima Costa, Mito y realidad de un espacio fronterizo: La invención del pan tan al

405

Gabriela Dalla-Corte Caballero, La frontera lingliística entre dos siglos: Legislación y usos de la lengua en el espacio soberano argentino

415

Carmen Mc Evoy, "Seamos nación y no aves de pasaje": El civilismo y su programa de nacionalización de los espacios políticos, económicos y geográficos en el Perú (1871-1876)

427


VII

Ascensión MartÍnez Riaza, El gobierno del oriente peruano. Los prefectos de Jareta, notas sobre una institución centralista en un territorio de "Frontera" (1883-1914)

439



SIMPÓSIOA3 História Regional en America Latina

Coordenador: Pablo Serrano Alvarez



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INDUSTRIA, HIDROCARBUROS Y REDES ENERGÉTICAS EN MÉXICO, 1910-1998. UNA PROPUESTA METODOLÓGICA Oscar Flores Universidad de Monterrey México

La energía ha estado invariablemente vinculada al desarrollo de México. La disponibilidad y consumo de energía es un indicador directo del nivel de vida, crecimiento económico, avance científico y tecnológico que ha alcanzado nuestra comunidad. En forma paralela a una industrialización acelerada, se ha modificado el tamaño, la composición y la localización de la población, el desarrollo de las regiones y la estructura productiva. La base de los recursos naturales, de infraestructura productiva y de transporte, de tecnología y de recursos humanos calificados se ha acrecentado considerablemente, a pesar de las deficiencias y heterogeneidad que aún persisten. En este contexto, la industria petrolera (los hidrocarburos es la principal fuente de energía primaria en México, ya que representa actualmente el 90% de la demanda energética total del país) también experimentó cambios de gran trascendencia, expandiéndose de manera dinámica y en numerosas ocasiones afectando en grado sumo y de forma irreversible el medio ambiente. El sector industrial en México. La actividad industrial y el sector comercial y de servicios son los factores más importantes en la generación del producto nacional actualmente en México. Estos contribuyen con más de cuatro quintas partes del total y proporcionan ocupación a más de tres cuartas partes de la población económicamente activa del país. Después de una etapa crítica debido al movimiento revolucionario que conmovió a México durante la segunda década del siglo, el gobierno mexicano (particularmente a partir de la década de los años cuarenta) creó una serie de condiciones favorables de carácter financiero para estimular la inversión extranjera y para participar de forma directa a través de la industria pública y privada en prácticamente todos los rubros de la economía nacional. En este marco, la industria manufacturera y el resto de las actividades económicas fueron recobrando vitalidad y crecieron a ritmos muy altos. Durante los primeros años (1952-1970), la orientación básica buscó la substitución de las importaciones de bienes de consumo con el objetivo de lograr la consolidación de las fábricas y equipos de transporte, de productos químicos y de maquinaria, entre los sectores más importantes; sin embargo, las importaciones de productos intermedios y de bienes de capital continuaron y continúan siendo significativas. Este proceso de crecimiento industrial y comercial siguió un patrón concentrado geográficamente, ya que las áreas metropolitanas de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara generan las dos terceras partes de la producción nacional de manufacturas. Por su parte, las restantes ciudades del país disponen, en general, de un relativo bajo nivel de industrialización y de una estructura productiva poco diversificada, orientada principalmente a la producción de alimentos, prendas de vestir y otros bienes de consumo no duradero. Las plantas industriales en México se caracterizan por una estructura con múltiples establecimientos medianos y pequeños y un reducido número de grandes empresas que aportan una proporción substancial de la producción, como es el caso de la industria básica que conforma el núcleo central para el abastecimiento de los restantes sectores productivos. Después de las recientes crisis económicas (particularmente la de 1995) que sufrió el país, la recuperación para 1999 de la industria y del comercio es un hecho, no sólo en cuanto al dinamismo sino también en los niveles de producción y comercialización. Aunque hay que recalcar que este proceso de recuperación ha sido muy heterogéneo, y en términos generales, aún se encuentra ligeramente por debajo a lo conseguido en 1994. En efecto, respecto a los niveles de producción, una cuarta parte de los sectores industriales se encuentran aún por debajo de los logros obtenidos antes de la crisis: construcción, explotación de canteras, extracción de arena, cemento, productos de madera, tabaco, alimentos para animales, muebles metálicos,


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imprentas, editoriales, beneficio y molienda de café, petroquímica básica, derivados del petróleo, aserradero s y equipo y material de transporte. Este crecimiento de las actividades económicas, principalmente de las zonas industriales en México, no se hubiera dado sin la presencia de una infraestructura energética que estimulara dicha concentración y expansión industrial. En el presente estudio veremos como se fue consolidando en este siglo XX esta relación entre la concentración industrial y las redes energéticas de hidrocarburos que convergían en ellas. Los trabajos sobre esta temática en México son numerosos, por ello haremos un balance de la historiografía que se abocó a la temática y finalmente haré una propuesta metodológica a fin de guiar los futuros estudios al respecto. Hidrocarburos. No hay duda alguna que el petróleo es la principal fuente de energía primaria en México. Para 1990, los hidrocarburos representaban un 90 por ciento de la demanda energética (en 1965 representaban el 75%), la biomasa (leña y bagazo de caña) el 4.4, la energía eléctrica un 3.9 y el carbón mineral el 1.7.1 La explicación básica se encuentra en la existencia de fuentes abundantes de hidrocarburos en el país. Actualmente, después del transporte, la industria es el principal consumidor de productos petroleros, y la disponibilidad de hidrocarburos es un factor de atracción para la localización de las empresas industriales. Aunque las actividades de refinación se iniciaron en México en 1886, con la instalación de una pequeña planta de refinación en el estado de Veracruz con 500 barriles diarios de capacidad, son entre 1890 y 1915 cuando se construyen las primeras grandes plantas refinadoras. Los trabajos publicados sobre este período, e incluso los que se extienden hasta el año de la nacionalización del petróleo en México (acto realizado en 1938), se concentran en los aspectos políticos, condiciones de trabajo, producción petrolera y diplomáticos. Este último aspecto de vital importancia para México, ya que la mayor parte de las empresas petroleras eran de capital foráneo.2 Como ya lo mencione, hasta 1915 las refinerías se instalaron en las regiones petroleras en donde, en principio, hubiera sido un sitio lógico para establecer las firmas industriales. Sin embargo, ya Gustavo Garza demostró en 1987 que la construcción en 1931 de la refinería de AzcapotzaIco en la ciudad de México «anuló completamente la influencia de los energéticos como factor locacional pues le agregó un elemento de atracción fundamental que evitó la distribución de la industria hacia las zonas petroleras».' Gustavo Garza concluye diciendo que: «Esto es un ejemplo claro de cómo, históricamente, ]a edificación de obras de infraestructura neutraliza a las condiciones naturales de producción y las condiciones generales surgen como el elemento fundamental de la organización socioeconómica del espacio»" Hasta 1930, ]a distribución de los productos petroleros a] interior de] país se hacía por ferrocarril y carros tanques pues no existían líneas de ductos troncales; o sea, ductos que conectaran los campos petroleros con las terminales, refinerías y centros de distribución. Aunque es necesario aclarar que sí operaron ductos en México desde finales del siglo pasado. Este sistema se utilizaba solo para transportar los hidrocarburos de las zonas de explotación a los centros de refinación y exportación existentes: localizados en los puertos de Tampico, Veracruz y Minatitlán.' A partir de 1931, a las plantas de refinación se suma un sistema de conductos subterráneos para transportar los hidrocarburos al interior de] país. Esto constituirá con el tiempo, la principal infraestructura de la industria petrolera mexicana. El sistema de ductos resultó ser el medio más económico y eficiente para la transportación terrestre de los hidrocarburos y sus derivados. Este sistema de tuberías se clasifica en tres tipos: 1). Oleoductos.- son los encargados de transportar el petróleo crudo de los campos de explotación a los centros de refinación; y los combustóleos -petróleo refinado- a los lugares de consumo ú otras refinerías. Se suelen clasificar a su vez en dos tipos: líneas troncales que conectan los campos petroleros con las terminales, refinerías y centros de distribución y líneas de captación o secundarias que conducen el petróleo de los pozos a las plantas parciales de recolección y de éstas a las líneas troncales o directamente a embarcaderos para su exportación. 2). Gasoductos.- trasladan el gas natural de donde se extrae hacia la refinería y de ésta a


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las localidades consumidoras. 3). Finalmente los poLiductos, quienes transportan los diferentes productos energéticos o materia prima de las refinerías a las ciudades donde se consumen. Paralelamente al sistema de ductos, el transporte de los hidrocarburos se continuo realizando hasta la actualidad también por ferrocarril, autotanques y barcos-tanques, los cuales contribuyen de una manera importante a su distribución interna y a la exportación del mismo. Aunque comúnmente se considera por la historiografía del petróleo en México, que con el inicio en 1931 de la construcción de la refinería de Azcapotzalco en la ciudad de México, principia la primera red troncal de hidrocarburos," en realidad esto no fue así. E] oleoducto construido en aquella época hacia la ciudad de México se corÍJormó por varios tramos con origen en los principales campos de explotación frente al Golfo de México. Este ducto tuvo una longitud total de 223.6 kilómetros y empezó a beneficiar a la ciudad de México de petróleo crudo para refinado en Azcapotzalc07 De esta manera le proporcionó a la ciudad, en el momento preciso, la materia auxiliar fundamental para acelerar su desarrollo industrial. Este proceso ya existía en la segunda ciudad más industrializada del país: Monterrey. A medida que la ciudad norteña continuaba su acelerado proceso de industrialización y crecimiento de la población, los hidrocarburos tuvieron su arribo a través de este sistema en 1930. La historiografía local sobre esta temática data desde 1971 con el trabajo de Isidro Vizcaya Canales quién describió este proceso entre el gasoducto y el proceso de industrialización.8 Lo que no otorgó la naturaleza a la urbe," -en la actualidad en el estado de Nuevo León no se realizan actividades de extracción de petróleo ni de gas natural- se logró a través de importantes inversiones en infraestructura por parte del poderoso grupo industria] con asiento en Monterrey. El primer ducto más importante construido en el país a fines de la década de los veinte (en 1928 inició la construcción del mismo), fue el gasoducto que unió San Pedro de Roma, Tamaulipas y la ciudad de Monterrey, el cual entró en operación en 1930. La longitud de este gasoducto pionero fue de 155.2 kilómetros y transportó 850 mil metros cúbicos diarios de gas, a la capital del estado de Nuevo León. Esta línea que consistía en una tubería de acero de 311 milímetros de diámetro, se conectaba con el gasoducto que cruza el Río Bravo desde Roma, Texas y el cual provenía del campo de gas de Jennings, condado de Zapata, Texas.1o La extensión total de la línea de gas (en ambas fronteras) que construyó, instaló y que explotó la Compañía Mexicana de Gas, S.A., subsidiaria de la United Gas Company (bajo la dirección de los empresarios estadounidenses W. L. Moody III y O. R. Seagraves) con oficinas en ]a ciudad de Houston, fue aproximadamente de 232 kilómetros. A partir de ]a década de 1940, la infraestructura energética basada en los hidrocarburos recibió un importante impulso por parte del Estado mexicano. A través de grandes inversiones en infraestructura, este capital socializado, lenta, pero constantemente aumentó de magnitud. A Monterrey al igual que a la caPital de la república, se le dotó de suficientes energéticos a precios subsidiados para estimular la continuación exitosa de su industrialización. Industrialización iniciada en el período porfiriano (período caracterizado por la presidencia de] general Porfirio Díaz, 1877-1880 y 1884-1911) Y que cayó en un letargo durante los años revolucionarios (1910-1920) e incluso durante los primeros años de la posrevolución.11 No hay duda que esta política gubernamental de dotar energéticos, mediante grandes obras de infraestructura para su transportación a las zonas más industrializadas, favoreció la continuación del proceso de concentración industrial en el país. Entre 1940 y 1950, la ciudad de Monterrey es beneficiada con la construcción de un oleoducto desde Tampico. De esta manera para 1950, la capital del estado de Nuevo León obtiene así un total de 459 kilómetros de ductos para su suministro, que representaban el 18.3 por ciento del total de ese año -2, 511 kilómetros de ductos en operación. En el siguiente decenio -1950-1960 - se acelera la instalación de ductos en el país, alcanzando 6, 825 kilómetros de extensión en 1960. Nuevamente la ciudad más favorecida en esta década es Monterrey. La cual aumenta su extensión de ductos a su servicio a 2, 445 kilómetros absorbiendo e135.8 por ciento del total nacional. De los innumerables tramos de ductos construidos en la región del noreste -Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas sobresalen el gasoducto Monterrey- Torreón, y el primer tramo de un poliducto de Ciudad Madero a San Rafael, Nuevo León, con una extensión de 496 kilómetros. En esta década, ]a ciudad norteña rebasaba la cantidad de ductos que beneficiaban a la zona metropolitana de la ciudad de México, la cual contaba para 1960 con 2, 020 kilómetros de


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tubería, representando el 29.6 por ciento del total nacional. Para 1970, la extensión nacional de los ductos llega a 10,574 kilómetros. En este decenio (1960-1970), la ciudad de Monterrey continúa a la cabeza de la lista como la región más favorecida con esta innovadora infraestructura energética. Acumulando un total de 2, 628 kilómetros de ductos que absorbían el 25.8 por ciento del total nacional, se realiza en esta década entre otros, el gasoducto Monterrey-Monclova con 173 kilómetros de longitud. Finalmente para 1980, el sistema de oleoductos, gasoductos y poliductos se duplicó con relación a 1970 -20,624 kilómetros. En el año de 1977, en una población próxjma a Monterrey, Cadereyta (ésta se encuentra a 26 kilómetros al este de la capital), inició operaciones una de las refinerías más grandes de México, con una capacidad de refinación diaria de 235 mil barriles de crudo. El petróleo crudo que procesa esta refinería proviene de diferentes campos situados en Tabasco y Chiapas. Este insumo es enviado desde Nuevo Teapa, Tabasco, por un oleoducto de 1,293 kilómetros de extensión que cuenta con once estaciones de rebombeo.'2 De esta manera, la refinería de Cadereyta asentada en una superficie total de 489.5 hectáreas, se une a la lista de los principales centros de refinación del petróleo que existen en México.J3 Entre ellos destacan la refinería de Minatitlán, Veracruz, creada en 1908 y con una capacidad de destilación en 1988 de 200 mil barriles diarios; la de Ciudad Madero, Tanlpico, Tamaulipas la cual inició operaciones en 1914, con una capacidad (en 1988) de 195 mil barriles marios; la de Salamanca, Guanajuato, fundada en 1951, y con una capacidad de 235 mil barriles; y por último la de Tula, Hidalgo, creada en 1976, la cual poseía inicialmente una capacidad de 150 mil barriles diarios. l. Esta expansión de la infraestructura que suministra los hidrocarburos continúa su tendencia acelerada hasta la actualidad. Hasta diciembre de 1987, los diversos ductos en operación tenían una longitud total de 51, 900.5 kilómetros, distribuidos de la siguiente forma: los oleoductos tenían una longitud de 4, 400.0; los gasoductos 13, 495.1 kilómetros; los poliductos 8, 996.5 kilómetros; los ductos petroquímicos 1,440.4 kilómetros; y finalmente los combustóleoductos l76.4 kilómetros y los ductos de recolección y servicio 23, 442.0 kilómetros." Tomando como base los ductos troncales existentes para el 3l de diciembre de 1994 -los cuales sumaban 28, 458.5 kilómetros-, la ciudad de Monterrey continuó siendo la zona metropolitana mejor dotada con esta red energética nacional. Monterrey contaba con 6,840 kilómetros de ductos los cuales representaban el 24.0 por ciento del total de ductos en operación ese año, superior a los 5, 152 kilómetros con que fue dotada la zona metropolitana de la ciudad de México, la cual absorbía el 18.1 por ciento del total nacional. En 1998 se dio la apertura al sector privado (desde 1938)'6 en la distribución de gas natural en Monterrey, ciudad que tiene el consumo más grande de gas natural a escala nacional. En marzo de 1999, la distribución se repartía de la siguiente manera por los distribuidores: el 35 por ciento era de Grupo Industrial Monterrey, S.A. (Ginsa), que es autoconsumo, el 26 por ciento lo tenía la Compañía Mexicana de Gas'? (empresa local fundada en 1927), el 24 por ciento la empresa española Gas Natural'" y el 15 por ciento restante lo distribuía todavía Petróleos Mexicanos (PEMEX). 19 En el ámbito nacional, el creciente desarrollo económico del período de 1930 (especialmente a partir de 1940) a 1994, fue acompañado por un aumento paralelo en la refinación y consumo de illdrocarburos. Está fuera de toda sospecha, que sin el incremento de su producción no hubiera sido posible el desarrollo económico dada la fuerte dependencia de la industria, los transportes y los energéticos mismos20 de esta materia auxiliar. Amén de lo que representan los hidrocarburos como un elemento decisivo en la rápida expansión de la industria automotriz, el desarrollo de la industria metalúrgica y siderúrgica de las zonas metropolitanas de la ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, se apoyó fundamentalmente en la disponibilidad abundante y relativamente a bajo costo de los hidrocarburos. Tendencias similares pueden observarse en otras ramas industriales predominantes en estas zonas metropolitanas (cemento, minero-metalúrgica, papelera, sustancias químicas, productos derivados del petróleo, productos de hule y plástico, etcétera) en las que la oferta suficiente de este energético ha sido crucial para su desarrollo. En resumen, puedo afirmar, que hasta hace poco más de 15 años, la historiografía sobre la expansión de la infraestructura petrolera empezó a avanzar a otros campos fuera de los temas


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tradicionales (sindicalismo, nacionalización, grupos políticos, entre otros), a fin de explicar nuevas problemáticas. Entre estas novedades (ligadas a la apertura y desregulación de la economía nacional que inició nuestro país a mediados de la década de los ochenta) nos encontramos sobre el impacto ambiental y ecológico; sobre la destrucción de monumentos arqueológicos; impacto en las comunidades campesinas e indígenas; y finalmente sobre el excesivo peso que tienen los hidrocarburos y las redes energéticas que lo componen, en nuestro modelo de crecimiento industrial. Precisamente sobre este último punto, me interesa hacer mi propuesta metodológica. Propuesta Metodológica. Para desarrollar futuros estudios sobre el impacto que tienen las redes energéticas en el proceso de concentración económica y poblacional en México, presento la siguiente propuesta metodológica sobre la base de estudiar las condiciones generales de la producción como factor locacional industrial de primer orden. Las condiciones generales de la producción como factor locacional. Las llamadas condiciones generales de la producción son todos aquellos factores que se encuentran fuera de las empresas individuales, pero que sin los cuales no sería factible realizar el proceso productivo. Dicho en otras palabras, son factores de la producción socializados." Estas condiciones son factores locacionales de importancia primordial y solo presentaré los más destacados, según algunos enfoques de la economía política de la urbanización. Las condiciones generales de la producción como infraestructura se pueden clasificar en tres categorías: Condiciones generales de la circulación; Medios de producción socializados; y Medios de consumo colectivo. A estas tres categorías incluyo una condicionante locacional más: la legislación. Las llamadas condiciones generales de la circulación, estarían constituidas principalmente por el sistema carretero, el ferroviario, el transporte aéreo y las telecomunicaciones (telégrafo, télex, teléfono, satélites de comunicación). En cuanto a los medios de producción socializados, estos se dividen en tres tipos: Básicos: las redes energéticas de electricidad22 e hidrocarburos (oleoductos, gasoductos y poliductos); las materias primas auxiliares para la producción: el agua y derivados del petróleo; y el comúnmente llamado sistema infraestructural de las zonas industriales: drenaje, almacenes, servicios auxiliares, entre otros. La tercer categoría, los medios de consumo colectivos los conforman los renglones dirigidos a servir a la población trabajadora. Estos a su vez se dividen en dos grandes grupos. Los dirigidos a las necesidades educativas, culturales, deportivas y de salud, como: centros de enseñanza; instalaciones de salud como clínicas, hospitales, servicios de emergencia; edificaciones culturales y deportivas como museos, teatros, cines, salas de música y gimnasios, estadios, entre otros. Los que forman parte de la infraestructura y servicios urbanos para la dotación de agua, drenaje, vialidad, transporte, electricidad y gas. Finalmente, la legislación. La localización industrial no puede decidirse por decreto. Pero lo que no hay duda es que una legislación adecuada puede influir en las decisiones locacionales privadas con el fin de que puedan cumplir las metas nacionales. En cuanto a este aspecto, actualmente hay una gran discusión en México, de la necesidad de una nueva ley sobre el patrimonio histórico y cultural, a fin de salvaguardar acervos documentales en recintos adecuados, zonas arqueológicas monumentales prehispánicas, recintos especiales para los desechos industriales (en ocasiones tóxicos), entre otros. Para el análisis concreto de las condiciones generales de la producción, es necesario aclarar que las categorías anteriormente descritas no son necesariamente excluyentes y pueden clasificarse indistintamente en más de una de ellas. En esencia una proporción importante de las condiciones generales de la producción, se construye a través del Estado, con recursos de toda la población, sin costo específico para las empresas beneficiadas. Es incuestionable el papel fundamental que desempeñan los medios de producción


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socializados en el desarrollo económico, pues son una infraestructura imprescindible para el aparato productivo y un importante renglón de consumo para la población, por lo cual se constituyen nítidamente en condición general de la producción. El propósito de esta propuesta es analizar las características principales de los medios de producción socializados construidos por el Estado mexicano y en menor medida y gracias a su demanda por las grandes empresas industriales; para conocer sus peculiaridades y determinar hasta donde se puede considerar como un elemento que explique la elevada concentración industrial en las principales metrópolis de México. Comentarios

finales.

Ahora sabemos que a partir de 1940, el proceso industrializador en México recibió un fuerte estímulo al pasar a ser una de las principales estrategias de desarrollo del Estado mexicano, la política de sustitución de los insumos industriales. Simultáneamente en este mismo período y hasta la actualidad, la expansión de la industria nacional fue resultado de dos factores importantes: por un lado, la actividad promotora del Estado, a través de estímulos fiscales y financieros, subsidios y apoyos de infraestructura a las áreas metropolitanas anteriormente descritas; y por otro, el comportamiento hacia la concentración y centralización del capital de parte de las principales empresas asentadas en ellas. Por otra parte, el análisis de las características principales de los medios de producción socializados (los cuales se dividen en: básicos, materias primas auxiliares para la producción, y el llamado sistema infraestructural de las zonas industriales) construidas por el Estado mexicano y en menor medida por las grandes empresas industriales, nos van a permitir determinar hasta que grado son elementos que explican la elevada concentración industrial en las principales áreas metropolitanas de México. Ya hemos visto que el área metropolitana que más se benefició en este período con la estructura petrolera en el país, fue Monterrey. A medida que la ciudad norteña continuaba su acelerado proceso de industrialización y crecimiento de la población, los hidrocarburos tuvieron su arribo en los años treinta a través del sistema de gasoductos, y posteriormente de oleoductos y poliductos. Lo que no otorgó la naturaleza a la urbe se lo dotó generosamente el Estado, con grandes inversiones en infraestructura que conformaban un conjunto de capital socializado que lenta, pero constantemente, aumentaba de magnitud. Esta política gubernamental de dotar mediante grandes obras de infraestructura para su transportación de energéticos a las zonas más industrializadas, favoreció la continuación del tan debatido proceso de concentración industrial en el país. Tal y como sucedió a escala nacional, el creciente desarrollo económico del AMM del período de 1940 a 1994, fue acompañado por un aumento paralelo en la refinación y consumo de hidrocarburos. Sin el incremento de su producción, no hubiera sido posible su desarrollo económico, dada la fuerte dependencia de la industria, los transportes y los energéticos mismos (me refiero a las empresas PEMEX y CFE) de esta materia auxiliar. En efecto, el sistema infraestructural que cualquier zona industrial sustenta (drenaje, almacenes, servicios auxiliares, etcétera), confirma que sus beneficios recaen en forma directa en el ámbito espacial, donde físicamente se realizan inversiones. Observamos en este estudio, que la infraestructura de la zona industrial del AMM de Monterrey, se va creando según la organización de las actividades económicas, imponiendo así su propia legislación y su propia organización territorial. Una característica de dicha organización es su elevada concentración en el espacio de las condiciones generales de la producción. Las nuevas tendencias en la historiografía sobre esta temática así lo indican. I Existen actualmente desarrollos importantes en la producción de fuentes alternas de energía en nuestro país, particularmente la energía solar y la eólica. Aunque todavía no dejan de ser de pequeña magnitud, por lo cual no tienen todavía un lugar en las estadísticas nacionales. Hasta 1991, la energía solar se empleaba principalmente en calentadores de agua, que concentran y absorben el calor de la energía del sol. La superficie total instalada hasta ese año era de 160 mil metros cuadrados. Teniendo una radiación solar promedio de 4, 500 Kcal por metro cuadrado al día. Los módulos fotovoltáicos constituyen otra forma de tecnología solar a partir de los cuales


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se otorgan los siguientes servicios: bombeo de agua, iluminación doméstica en comunidades rurales, telefonía rural, repetidoras de microondas, señalamiento terrestre y marítimo y alumbrado público entre otros. Hasta 1991 el total instalado de los módulos fotovoltáicos era de 3, 700 Kw, con un promedio de radiación de seis horas al día. En cuanto a la investigación en este campo, se puede mencionar que se han continuado los trabajos de mediación de la radiación solar, en Orizabita, Hidalgo, Puerto Libertad en Sonora y Santa Rosalía en Baja California Sur. En cuanto a la energía Eólica, los autogeneradores y bombas de agua eólicas instaladas hasta 1991 tenían una capacidad de 330 KW. En relación con otras fuentes de energía renovables, como la microhidráulica y los biodigestores, su desarrollo aún incipiente, por lo que no existen registros sobre su uso. Véase a Secretaría de Energía y Minas Paraestatal, Balance Nacional. Energía, 1991, México, SEMIP, 1992. Existen una gran cantidad de obras sobre esto, por ello solo mencionaré las consideradas clásicas: José Colombo y Gustavo Ortega, La industria petrolera en México, México, Talleres Gráficos de la Nación; Adolfo de la Huerta, Memorias de don Adolfo de la Huerta según su propio dictado, México, Ediciones Guzmán, 1958; Documentos relacionados con la legislación petrolera mexicana, México, Poder Ejecutivo Federal, 1919; F.c. Gerretson, History of the Royal Dutch, 4 vols., Leiden: E. J. Brill, 1957; Mark Gilderhus, Diplomacy and Revolution: U.S.-Mexican Relations under Wilson and Carranza, Tucson: University of Arizona Press, 1977; P. Eduard Haley, Revolution and lntervention: The Diplomacy ofTaft and Wilson with Mexico, 1910-1917, Cambridge and London: MIT Press, 1970; Linda B. Hall, Gil, Banks and politics. The United States and Postrevolutionary Mexico, 1917-1924, Austin, University ofTexas Press, 1995; Friedrich Katz, La guerra secreta en México. Europa, los Estados Unidos y la revolución mexicana, México, Era, 1981; Dan La Botz, Edward L. Doheny: Petroleum, Power, and Politics in the United States and Mexico, Nueva York, Westport, and London: Praegers Publishers, 1991; José López Portillo y Weber, El petróleo en México, México, FCE, 1975; Lorenzo Meyer, México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero, 1917-1942, México, COLMEX, 1968; del mismo autor Su Majestad Británica contra la Revolución Mexicana, 1900-1950, México, COLMEX, 1991; George Philips, Gil and Politics in Latin America: Nacionalist Movements and State Companies, Cambridge: Cambridge University Press, 1982; Aarón Sáenz, La política internacional de la Revolución: Estudios y documentos, México, FCE, 1961; U.S. Department of State, Proceedings ofthe United States-Mexican Commission Convened in Mexico City May 14,1923, Washington, D.C., Government Printing Office, 1925; y del mismo Departamento de Estado, Papers Relating to the Foreing Relations ofthe United States, 1916-1924, Washington, D.C., Government Printing Office, 1926-1939. Gustavo Garza, "Condiciones Generales de la producción y concentración espacial de la industria. El caso de los hidrocarburos", en Guillermo Boils, coordinador, México: problemas urbano regionales, México, GV Editores-UNAM, 1987: 248.

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Ibid.

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5 El petróleo de México: Recopilación de documentos oficiales del conflicto de orden económico de la industria petrolera! con una introducción que resume sus motivos y consecuencias, México, Gobierno de México, 1940. Esta obra es el primer gran texto que recoge las condiciones en que se encontraban las empresas petroleras en México en 1937, con una descripción detallada de su infraestructura espacial: ductos, máquinas, terrenos, afectaciones etcétera. El documento de más de dos mil setecientas hojas, fue elaborado haciendo una inspección de los terrenos y de los libros de la mayoría de las grandes empresas. Este informe es la piedra angular sobre la que se basó la nacionalización de la industria del petróleo en México.

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Incluso Gustavo Garza cae en este error en su obra de 1987 y posteriores.

Esta información viene de forma detallada en la obra El petróleo de México ..., 1940, op. cit. Uno de los principales errores de la historiografía posterior a 1938, es que no consultaron a detalle esta obra. El error radica en que la historiografía realizada después de la nacionalización,

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resaltó de manera excesiva la importancia de ésta, como el control del Estado sobre industrias y áreas productivas estratégicas, con lo cual su discurso se basó en muchas ocasiones en preceptos ideológicos más que en trabajos de investigación de rigurosidad histórica. En otras palabras, como este sector era casi monopolio del Estado, y era considerado un viejo anhelo revolucionario hecho realidad, nunca se tomaron la molestia los diversos investigadores, en mencionar las pocas empresas que continuaron distribuyendo el energético de forma privada, tal y como aconteció y sigue aconteciendo en algunas ciudades como Monterrey. La existencia a la par de la nacionalización del petróleo de empresas privadas de abastecimiento de gas a las grandes empresas metalúrgicas de Monterrey, así como el surgimiento de empresas privadas fabricantes y constructoras de redes de ductos, nunca fueron analizadas bajo este nuevo esquema de industriaredes energéticas-zonas productoras de hidrocarburos. Este aspecto del impacto espacial fue descuidado. Isidro Vizcaya Canales, Los orígenes de la industrialización Monten'ey, ITESM, 1971.

de Monterrey, 1867-1920,

Al iniciar el siglo XX se detectaron campos de gas en la línea fronteriza del nordeste mexicano, especialmente al norte del estado de Nuevo León y Tamaulipas, así como al norte de la ciudad de Linares, N.L. Estos campos fueron explotados comercialmente por compañías petroleras privadas extranjeras (especialmente estadounidenses) en la década de los veinte, con algunas dificultades técnicas y de costos. Según un documento fechado el 7 de agosto de 1931, las zonas en explotación en esta región eran las siguientes. Tamaulipas: municipio de Mier, los pozos "La Presa No. 1 y 2", Y"Rancherías 1", ambos con 2 millones de pies cúbicos al día; los pozos M Y M No. 2 y 3, con 566,000 y 113,000 metros cúbicos diarios de gas respectivamente; los pozos Lajitas No. I y 3 con 142,000 y 141,000 metros de gas; y el pozo Williams, No 2 con 2,400 metros cúbicos diarios de gas. Casi toda esta producción era transportada a la capital del estado de Nuevo León, para dotar de energéticos a la industria de Monterrey. Municipio de Camargo, los pozos Rancherías No. 1, 3, 4, 5, 6 y 7, con capacidad de 269, 000 Y l' 416, 000 metros cúbicos diarios de gas; el Pozo Camargo No. 1, con 23, 000 metros cúbicos diarios de gas, si bien est último pozo fue taponado debido a algunos derrumbes que lo inutilizaron para su explotación. Y finalmente en el municipio de Nuevo Laredo, el pozo Petronac Laredo 1, con 85, 000 metros cúbicos diarios de gas (The Dil Weekly, 1931). Nuevo León: Municipio de General Bravo, los pozos Zacate No. 4 y 5, con 566, 000 Y 141,500 metros cúbicos diarios de gas respectivamente, y el pozo Carlos Cantú, No. 2 con 40, 000 metros cúbicos diarios de gas. Este último pozo perforado en la localidad, fue explotado por la compañía estadounidense Consolidated Oil Company's ofMexico en la comunidad de Sargento Mayor Carlos Cantú. Fue terminado enjulio de 1935 a la profundidad de 1, 118 metros. Finalmente en el estado de Coahuila, en Sabinas se encontraba el pozo Cloete, No. 1, con 56, 000 metros cúbicos diarios de gas (El petróleo de México ..., 1940, op. cit.). Sería hasta 1958, cuando Petróleos Mexicanos explotaría a gran escala estas fuentes de hidrocarburos. En 1958 se puso en servicio el segundo gasoducto propiedad de Pemex para conducir el gas producido en los yacimientos del norte, cerca de Reynosa, hasta Monterrey, Saltillo y Torreón. Constaba de dos tramos de tubería, uno de 22 pulgadas con 225 kilómetros de extensión, entre Reynosa y Monterrey, y otro de 16 pulgadas con 310 kilómetros de extensión, de Monterrey a Torreón, con un ramal de 30 kilómetros para dotar de gas a la capital de Coahuila. Véase La industria petrolera en México. Una crónica, 3 vals. México, PEMEX, 1988. 10 Véase el periódico Excélsior, México, noviembre de 1928 y Oscar Flores, "Industrialización y redes energéticas en México. El caso de Monterrey, 1930-1990", en Urbana, Monterrey, Universidad de Monterrey, vol. 1, número 2, 1994.

11 Oscar Flores, Burguesía, militares y movimiento obrero en Monterrey, 1909-1923, Monterrey, UANL,1991.

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El petróleo crudo que se recibe en la refinería de Cadereyta se almacena en tanques con


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capacidad de 2.2 millones de barriles. A decir de Gustavo Garza, posteriormente "se envía para su destilación fraccionada a dos plantas combinadas: la primera tiene una capacidad de 100 mil barriles por día y la segunda de 135 mil. Ambas cuentan con una sección atmosférica que produce gasolina, turbosina, kerosina, diesel y gasóleo ligeros y pesados. Como estos últimos no tienen uso comercial, la planta elabora por desintegración catalítica 40 mil barriles diarios de productos de mayor valor en el mercado tales como gas seco, propanopropileno y butanobutileno, que son materia prima de la industria petroquímica, así como aceites cíclicos para elaborar negro de humo utilizado en la industria llantera. Con objeto de evitar la contaminación del ambiente por el azufre que se emana de los procesos de refinación, se instaló una planta hidrodesulfuradora de gasolina, con una capacidad de 36 mil barriles por día y una eficiencia del 99 por ciento en la eliminación de compuestos de azufre. La planta usa el catalizador DCD1 que fue desarrollado en el Instituto Mexicano del Petróleo. Este instituto también diseñó el catalizador DCD-4 utilizado en otra planta hidrodesulfuradora de turbosina con una capacidad de 25 mil barriles diarios y una eficiencia en la eliminación de azufre de 94.3 por ciento. La refinería cuenta con otras instalaciones que la convierten en una planta moderna y de alta capacidad según estándares internacionales: planta reformadora de gasolina que disminuye significativamente el tetraetilo de plomo en la gasolina Nova y lo elimina totalmente en la Magna Sin; planta de tratamiento y fraccionamiento de hidrocarburos, que purifica y separa gases ácidos e hidrocarburos líquidos, con una capacidad de 64,200 metros cúbicos por día; una sección de tratamiento de sosa; planta recuperadora de azufre con capacidad de 80 toneladas diarias; dos turbogeneradoras de energía eléctrica con capacidad de 64 mil Kw; cinco calderas con capacidad de 850 toneladas por hora de vapor; tres plantas de tratamiento de agua y tres torres de enfriamiento para procesar 3,280 galones por minuto." (Gustavo Garza, "Los Hidrocarburos", en Gustavo Garza, coordinador Atlas de Monterrey, México, COLMEX, Gobierno del Estado de Nuevo León, 1995: 227) La instalación de la refinería de Cadereyta agudizó el problema de la escasez de agua ya que la refinación de crudo demandó grandes cantidades de este preciado líquido. La oposición principal surgió de la población y de los agricultores quienes se vieron afectados directamente. Para 1980, se calculaba que para refinar un barril de petróleo se consumían 18 litros de agua (El Universal, 27-2-1980). Actualmente, la refinería de Cadereyta requiere de 720 litros de agua por segundo, de los cuales 120 provienen del Río Ramos que se encuentra a 10 kilómetros de la refinería, y 600 de una planta tratadora de aguas negras localizada en Monterrey. El agua proveniente de la planta tratadora de aguas negras se usa para el sistema de enfriamiento y en el caso de la que proviene del Río Ramos, se utiliza tanto para la generación de vapor como para consumo humano. A fin de "minimizar" la contaminación de las aguas, "la refinería cuenta con cuatro plantas de tratamiento biológico para cumplir con las nOIIDas ecológicas vigentes antes de canalizarla en el río Ayancual." (Garza, 1995":227) 13

" Petróleos Mexicanos, 1979, Anuario Estadístico, México, PEMEX, 1979. 15

La industria petrolera en México, 1988, op. cit.

Aunque he de aclarar que existían en Monterrey empresas privadas que distribuían el gas por gasoducto s desde los años veinte. 16

Esta empresa se asoció en 1996 con la firma texana Enserch Monterrey, la cual adquirió el 49 por ciento de la Compañía Mexicana de Gas. En 1997 la empresa Texas Utility compra a la empresa Enserch Monterrey y por lo tanto adquiere el49 por ciento de la Compañía Mexicana de Gas. El Norte, Monterrey, II de marzo de 1999. 17

Gas Natural México, S.A. de C. v., asumió la operación técnica y comercial del sistema de distribución de gas natural del AMM ell de junio de 1998. Esta es una empresa española con más de 150 años de experiencia en materia de distribución de energéticos y que brinda su servicio a más de 5 millones de usuarios en todo el mundo. Tiene concesiones en las ciudades mexicanas de Toluca, Saltillo y Nuevo Laredo, así como en Brasil, Argentina, Colombia y 18


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naturalmente España. Gas Natural México, S.A. de C. v., Distribución Monterrey, Monterrey, l de junio de 1998. Entrevista con Marcelo Chauvert, director de la Compañía Mexicana de Gas, El Norte, Monterrey 11 de marzo de 1999. 19

Por ejemplo, este último sector integrado por las dos mayores empresas industriales del país Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), consumían en 1990 el 29.9 por ciento de la producción total de hidrocarburos, el restante 70.1 por ciento se destinó al consumo final. La distribución de consumo en 1990 en el propio sector energético, en particular el sector eléctrico fue como sigue: se utilizó el 65.6 por ciento del combustóleo producido y el 15.8 por ciento del gas residual para generación de electricidad (Secretaría de Energía y Minas Paraestatal, 1991). 20

Véase Oscar Flores, El proceso de industrialización Monterrey, Universidad de Monterrey-Font, 1993.

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de la ciudad de Monterrey, 1940-1990,

A partir del momento en que la electricidad se produce en grandes unidades generadoras, la industria queda subordinada a la central generadora de electricidad. Esta domina no sólo la actividad industrial sino a las demás actividades económicas. Paralelamente se constituye una condición importante para la prestación de importantes servicios públicos. Se entiende como generación, toda aquella obtención de energía eléctrica por medio de la transformación de otro tipo de energía. Existen varios tipos de generación de energía. Por ejemplo, la generación hidráulica se origina en el aprovechamiento de la energía que proporcionan las corrientes de agua. En cambio, la generación térmica es la obtención de energía eléctrica a través del uso de combustibles fósiles, tal como es el caso de los hidrocarburos, el cual, es hoy (1997) la principal fuente de energía primaria en la generación bruta de electricidad en México. 22


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