Zirijo - Dan
©Universo Mirox Creado por: Rodrigo Roa Escrito por: Zirijo Ilustración Portada: Dan Ilustraciones portadas interiores: Roko Miel Incluye: Animal #1 Animal 1.2 (Historia inédita) Animal 1.3 (Historia Inédita) Serie regular: 1 (12.11.08)
Animal #1 “Espíritus perturbados” I Diario de viaje. Lamentablemente la relación entre el hombre y la naturaleza es, de manera irremediable, la destrucción. Extracción de petróleo, celulosas, represas. Veneno, contaminación, muerte. Son esas cosas las que me llevan a querer ser más un animal que una persona, pero como ya no lo fui, trato de hacer la comunicación entre hombres y naturaleza, lo menos destructiva posible. 11 de Enero. Pedí vacaciones para poder venir al sur del planeta, América Latina, para observar con mis propios ojos el progreso. Millones de dólares invertidos en burlar las regulaciones y tratar de sacar el mayor provecho de un pedazo de tierra fértil. La madre naturaleza no se merece esto. Sonó mi celular. Mi jefe. - Tim, ¿cómo estás? ¿Cómo van las vacaciones en Suramérica? – pregunta desde su oficina en Washington. - Bien George, he visitado muchos lugares. He estado en Chile, Argentina, Ecuador, y ahora estoy en Brasil, en Río de Janeiro. Mañana parte mi avioneta para adentrarme en la selva. - Ten cuidado con esos viajes. Como biólogo entiendo que te preocupes con lo que pase con la tala de árboles en el Amazonas, pero la travesía es muy peligrosa. - No te preocupes por eso George. Voy acompañado de personal especializado, conocen la selva como la palma de sus manos.
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Cuando termina la conversación con George estoy de camino al Hotel en donde me hospedo. He presenciado los peores desastres naturales en toda América Latina. Derrames de petróleo, celulosas que contaminan lagos, la privación de la tierra a las especies autóctonas, entre muchas otras. Pero en Brasil, la tala indiscriminada es un problema gigantesco, pues son los pulmones del mundo. Están acabando con la fuente de oxígeno de la humanidad. Mi vuelo salió a las 8 a.m. del día siguiente. II 12 de Enero. Eran las 11 de la mañana y el sonido del viento, chocando contra nosotros, era ensordecedor. -Capitán, ¿Cómo se ve la situación? - le pregunto en portugués a Cequinha, el capitán de la avioneta. -Por la visibilidad, y por las condiciones climáticas, es mejor descender y emprender la travesía por tierra - me responde, seguro de lo que hace, volar sobre estas tierras. Descendimos en el aeródromo de Tabatinga, donde la entrada en la selva es más rápida, hacia al lugar donde tenía datos que se realizaban talas de foresta. Cuando bajamos al pueblo, nos dispusimos a encontrar un guía y personas que quisieran ayudarnos con las cosas. Encontramos un bar del lugar, donde se juntan los cazafortunas y aventureros locos. Comenzamos a hacer preguntas, pero la mayoría no quería ayudarnos. Nos hablaban de espíritus que habitan la selva. Consultamos con varios tipos y uno nos contó una historia… - “Hace mucho tiempo llegaron unos monstruos desilusionados a esconderse a la selva. Sus gritos y lamentos espantaban a todo mundo, pues querían estar solos. Habían perdido la fe en los hombres. Cayeron bajo una horrible maldición, obligándolos a vagar como esencia entre los árboles y animales, hasta que alguien los libere cre…”
- ¡Puras fantasías! - interrumpió un hombre que está en la entrada a la taberna Historias de gente miedosa que busca excusas para no estar en la selva. - ¿Quién es usted? - pregunté - ¿Acaso no le teme a los espíritus de la selva? - Soy Joao, y la respuesta es que… ¡por supuesto que no! Esas son solo patrañas. Esta gente a lo que realmente teme es a los narcotraficantes y a los taladores de árboles. - ¿Narcotraficantes? - Si. Ellos usan la selva como corredor para trasladar su mercancía, y así financian a los taladores de la selva, sobornándolos y haciendo una especie de lavado de dinero. En estos negocios se gana mucho dinero. - ¿Usted nos llevaría hasta el corazón de la selva? - le pregunté ingenuo. - Estoy lo suficientemente quebrado económicamente y loco para aceptar tamaña oferta, así es que ya tiene un guía. He explorado esta selva desde que era un mocoso. Sé todo lo que hay que saber. - ¡Excelente! ¿Puede conseguir en un grupo de gente para salir mañana en la mañana? - Sí - responde rápidamente - Tengo varios amigos igual de quebrados y locos, no hacen caso a las fantasías de estos aldeanos. - Se arrepentirán de molestar a los espíritus de la selva - interrumpió el sujeto con el que hablaba - un espíritu perturbado es peor que la muerte. Con esas palabras decidí tomarme el día libre y pensar en la excursión de mañana. 13 de Enero Casi al amanecer partimos en la excursión de mi vida. La idea es registrar y recoger evidencia sobre las atrocidades naturales que están dispuestos a realizar los hombres por dinero. Sentí que desde el primero momento en que pisé la selva, los espíritus que reinan aquí hacen su aparición. Sonidos extraños, lamentos, gritos y chillidos cantan a coro tétricas melodías, con la intención de ahuyentar a quien ose pisar estos paraísos en la tierra.
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Caminamos medio día y nos detuvimos en un claro para descansar y comer algo antes de seguir adelantándonos en la jungla amazónica. - Tim, ¡esto es una locura! - me dice Cequinha, interrumpiendo mis pensamientos Nunca debimos adentrarnos en la selva. Nos llevará días llegar a donde quieres ir. - Esa es la idea, mi querido Cequinha. Descubrir los misterios de la selva y detener por sorpresa a los taladores. Esos bastardos destruyen todo lo que es bello, por un puñado de dinero. Mientras hablaba con Cequinha, Joao hablaba con sus hombres, todos fieles al loco guía, sobre algo que no logro escuchar. Nos preparamos para partir y continuar con la aventura. III 16 de Enero Fue todo un error. Jamás debimos entrar en esta selva maldita. Hace días que somos prisioneros de los narcotraficantes. Ese maldito de Joao nos traicionó. Mientras conversaba con Cequinha, Joao y sus cómplices planeaban como llevarnos con los narcos y los taladores de la selva. - Seguiremos hacia el oeste – conspiraba Joao – Tal como estaba acordado, y en el Claro del Diablo, correremos en diferentes direcciones. Lo demás se lo dejamos a Javier y sus hombres. Continuamos con nuestro viaje, y de un momento a otro, llegamos a otro claro en la selva, el llamado Claro del Diablo, donde tras escuchar un alarido de la selva, Joao y sus hombres desaparecen de improviso. Somos capturados por una banda de sujetos encapuchados. - Estás perdido, maldito ambientalista - me dice uno de los encapuchados - El jefe estará encantado de verte.
Amarrados, amordazados y encapuchados, nos llevaron por senderos indescriptibles, en un laberinto de la selva. Los animales, en la oscuridad de la selva, estaban vueltos locos. Sus gritos eran horripilantes, era como si los estuvieran torturando. Llegamos al campamento de narcotraficantes y somos llevados donde Javier, líder de la banda, siendo interrogados a golpes y encerrados en una jaula. Somos tratados como verdaderos animales. - Timothy Valentine, ¿no es así? – me pregunta Javier - Biólogo de la fundación “Un Planeta Para Todos”. ¿Qué es lo que haces aquí, basura ambientalista? - Vengo a denunciar a puercos como ustedes, que no tienen compasión por la selva ni por la vida que esta alberga - le contesto furioso. - JA JA JA, me entretienes Boy Scout. Tú no sabes cómo es la vida. Allá, alejado de la realidad de estar en un país de mierda. Tú, con tu conciencia ambientalista que compraste en una tienda, no sabes nada de vivir en una realidad como esta. - ¿Acaso esta es la mejor solución que se te ocurrió? - lo interpelo -Arrasar con lo que queda de vida natural en este planeta, solo porque no tienes el dinero suficiente para vivir como quieres… ¡te comportas como un niño!... ¡¡Aaarg!!… Soy interrumpido por un balazo en la pierna, soy callado a golpes y me llevan a mi jaula. Caigo desmayado en un instante. Despierto con mi diario y la herida curada a medias. “Por lo menos no moriré”, pienso, y miro a mi alrededor. El olor a muerte es el que reina el lugar. Hay otras personas en otras jaulas más alejadas, con las cuales no puedo hacer contacto, pues hay un guardia que nos vigila. Se acerca cuando ve que he despertado. - Javier permitió que conservaras tu patético diario de viaje para que des cuenta de cómo en realidad es la vida, para que te arrepientas en cada uno de los días que te quedan de vida, de la estupidez que estás haciendo… los cuales no creo que sean muchos. El bastardo se aleja riendo, como si hubiera ganado una guerra. Por las noches, los gritos en la selva son ensordecedores, no dejan dormir a nadie, y a ratos se callan con el disparo de una metralleta. Me dicen que mañana al amanecer seré ejecutado, como ejemplo para que nadie se interponga en el camino de los narcos. Sería el peor de todos los finales. Esta noche rezo. No suelo hacerlo a menudo, pero rezo para 6
que la selva haga algo para proteger a los que aún damos un nuestra vida para protegerla a ella. IV - ¡Despierta, condenado Hippie! Llegó la hora de que sirvas para algo. Esas son las primeras palabras que escucho al amanecer. Me amordazan y soy llevado por la selva. Mi rostro es sereno, pero mi alma pide a gritos que alguien me ayude. - Escucha, Boy Scout, ¿quieres decir algo antes de morir? - me pregunta Javier, con una sonrisa macabra. - Sí. Solo que personas como tú, hacen que las personas, y hasta los monstruos de las historias, pierdan la confianza en la raza humana y en su capacidad de cuidar lo que nos rodea. Pero siempre hay un grito de esperanza que nos guía a seguir en pié. Yo podré morir, pero mis ideales seguirán combatiendo contra la gente como tu, que solo busca una recompensa material. No permitiré que este tipo de cosas ensucie el potencial creador y protector que pueden tener las personas. Aplaudiendo, Javier, me responde irónicamente. - Grandes y poderosas palabras, Boy Scout… pero la verdad es que este mundo está hecho para el beneficio del hombre, cueste lo que cueste, y si eso me lleva a tener que matarte, eso me hace feliz – y con un repentino cambio de voz, gritando alterado, da la orden - ¡disparen!. Escucho la orden y cierro los ojos. Es un acto reflejo, porque la verdad es que quería ver a los ojos a los infelices secuaces del mal nacido de Javier, pero no puedo. Con los ojos cerrados pienso en todo lo que he visto en mi viaje, personas preocupadas por los desastres que produce el progreso. Este supuesto progreso que hace todo lo que es necesario para obtener un beneficio al corto plazo. Veo personas preocupadas del medio ambiente, y veo también solidaridad, amor y compromiso por la causa justa que es cuidar lo que nos rodea. Escucho los disparos, pero luego un silencio que lo embarga todo. Pienso que he muerto, pero al abrirlos, me doy cuenta que una sombra tapa mi vista. La espalda de un ser gigantesco se interpone entre las balas y yo. Sigo sorprendido cuando esa bestia se abalanza en contra de los secuaces de Javier. De un solo manotazo los deja fuera de combate.
El monstruo trae consigo a la fuerza de la selva, destruye todo lo que se le cruza por delante, dejando hecho añicos el campamento de Javier. Los narcos, en sus vehículos, embisten a la bestia salida de un cuento de terror, pero esta toma los vehículos, y los manda a volar. Con un rostro semejante a un león, y la fuerza de mil humanos, el gigante de la selva toma las armas de los narcos y las destruye, como si de arrugar un papel se tratara. Libera a las personas que había en las jaulas, presas por tratar de detener a Javier, las olfatea, y las deja ir en paz, corriendo de extremo a extremo del campamento, destrozando los cimientos de todo. Algunos de los hombres de Javier escapan a la selva para resguardarse. Otros, al intentar detener al monstruo, caen muertos por la fuerza de esta criatura. Alocado, el ser no distingue entre detener y matar, abalanzándose contra todo lo que trate detenerlo. El último en quedar en pie es Javier. La bestia selvática así se lo permite. Sus palabras son profundas y su voz es casi inentendible. - Por personas como tú, nuestras almas dejaron de creer en la gente. Ahora pagarás por lo que le has hecho a los hermanos árboles y a las criaturas que vivían aquí en paz. Me interpongo entre la magnífica bestia y Javier, gritando a los cuatro vientos. - ¡¡No!! Las cosas no se solucionan así, estarías cayendo en su juego fácil. Este hombre debe pagar ante los hombres… 20 de Febrero Decidí seguir escribiendo en el diario de viaje. Es necesario que todo esto se sepa. Entregamos a Javier ante la justicia de su país, para que sea enjuiciado y no vuelva a ver la luz del día en libertad, en mucho tiempo. Y con ese ser torturado del que hablaban las leyendas, sostuve una interesante conversación. - Así que eres el de las leyendas, el ser torturado por haber perdido la fe en los hombres. - Sí, pero tu última oración nos hizo entender que no todos los hombres son iguales. Gracias a ti desperté de nuevo, pero me sobrepasé. Antes, en otro tiempo, fui muchos héroes al servicio de las personas, pero las personas no cuidaban de lo que tenían, no respetaban lo que les daba todo lo que necesitaban para vivir. Eso nos molestó y vinimos a escondernos, pero ahora somos uno solo, con la naturaleza y la verdad es que hay que pelear, hasta las últimas consecuencias por lo que uno cree. 8
- ¿Y… cómo podemos llamarte? Bestia de la selva, monstruo, gigante… ¿Cómo? – pregunté, curioso. Y me contesta tan sereno como el océano. - Sólo llámame Animal.
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Animal #1.2 “La Búsqueda de Jack Rage” (Historia inédita) I El amazonas. No puedo dormir. La lluvia cae sobre la selva y el cielo grita. Grita tan fuerte que lo ilumina todo. Han pasado dos lunas desde…no sé cómo llamarlo…mi “despertar”. No puedo recordar nada antes de aquella plegaria conjurada por el humano, recuerdos nubosos…sueños recordados a medias. No puedo sacar de mi mente las preguntas que apenas pude responder a ese humano. ¿Quién soy? Mi…nombre. Eso lo recuerdo, Animal. Mi nombre lo oí en un susurro, en un soplo de vida. ¡Otro grito! Y otro recuerdo en mi mente. Un Hombre, alguien que puede saber quién soy. Un nombre… ¡Jack Rage! Tengo que encontrarlo. Jack Rage. Un extraño sentimiento de estima por ese nombre. Jack Rage. Huelo. Un aroma, un rastro, ¡debo seguirlo!, creo que…esto es Jack Rage.Atrás quedaba mi nido, atrás quedaba el claro en la selva, corro por entre afluentes del Amazonas y la selva, corro a través de la profunda y furiosa tormenta. Solo hay truenos, lluvia y un aroma en mi mente. “Jack Rage”. De a poco la tormenta también quedaba atrás, y así también lo hacia la selva. Me abro paso hacia el desierto. “Nazca” lo llaman los hombres. II Veo caminos, senderos en el desierto. Sigo corriendo. Hay rocas ordenadas. Huelo el trabajo del hombre. Hombres muertos Hace mucho. ¡Un olor fresco! Jack Rage estuvo aquí. El rastro sigue el camino del sol en el cielo. ¡Corro!. Sigo el rastro, no pueden haber pasado más de dos lunas desde que él estuvo aquí. La sal se deja impregnar en mi nariz, el mar está cerca… la dura arena del desierto, deja paso a la suave arena de la playa. -“Huelo algo distinto” - Pienso antes de saltar sobre un peñasco. Caigo en la arena, hay una pareja humana frente a mí. Están asustados.
-¿Tú eres Jack Rage? – articulo entre mis cansados pensamientos. He pensado mucho… hablado poco. El macho queda congelado sin respuesta. Me acerco. Lo huelo. “No es él, su rastro sigue hacia el sur”. III Su rastro es cada vez más fuerte. Se mueve lento. Arriba, en la montaña, hay construcciones… son de piedra. “El lugar apesta a muerte” pienso mientras me acerco a las construcciones. Alguien está ahí… está agachado… es mejor esconderse, avanzar despacio, saltar cerca. Me agazapo sobre un muro, al ataque. Pero él está preparado. Me toma de un brazo, con gran fuerza, y me lanza por la espalda, haciéndome pasar de largo. Estamos frente a frente. -¿Animal? – me pregunta el extraño. Sin darme cuenta, aturdido por el aroma a muerte, hacia él me lleva el rastro. -Soy yo… tu amigo ¿No me recuerdas? – dijo luego de un silencio incómodo. -¿Jack Rage? – Pregunto a mi presa - ¿Tú eres Jack Rage? -Sí, soy tu amigo, Animal – responde el explorador. -Si eres mi amigo, Jack Rage, dime una cosa – le pregunto, luego de pensar y desempolvar palabras y actitudes - ¿Quién soy yo? III -¿De qué se trata todo esto Animal? – preguntó desconcertado Jack Rage por mi extraña pregunta. -Dime ¿Quién soy? Jack… yo no lo recuerdo.
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-Eres Animal… hijo de la tierra… venciste sobre el Elemental… sobre la Bestia Negativa – dijo Rage. “¿Esencial?” “¿Bestia Negativa?”. Un extraño frio corre por mi espalda al recordar ese nombre. -Cuéntame Jack Rage… cuéntame sobre mis hazañas olvidadas, mis victorias del pasado… dime quién soy. La noche calló en el campamento de Rage. Una fogata nos alumbra y nos conforta… viejos amigos al parecer. Jack tomó una rama seca del lugar, y comentó. -Hace algún tiempo una amenaza conocida como “El Esencial” atacó nuestro planeta. Estábamos indefensos. El mayor héroe de todos no estaba entre nosotros, y no podíamos contar con nadie más – dijo Rage, haciendo una dramática pausa – pero oímos de ti… de un poderoso aliado nacido de las mismas selvas. Una criatura magnífica, justa, dotado con las habilidades de todas las bestias sobre la tierra. -¿Qué es lo que hacía este “Esencial”? – pregunté ansioso, atento a cada palabra de Rage. Su semblante, su tono de voz… todo indicaba que no hablaba con mentiras ni engaños. -Fue llamado así por su poder de robar las esencias de sus rivales… y hacerse más fuerte… de hecho tu esencia fue robada, por ese tal “Esencial”. -¿Fui vencido? – pregunté como un cachorro, que oye sobre historias, las victorias de sus padres. -Si… - dijo Rage, luego tomó con fuerza la rama – pero con la ayuda de la “Vara del Tigre”, logré darte fuerzas suficientes para derrotarlo. Desde entonces no he sabido más de ti… ni de los poderes que me daba la vara. -Fuiste muy fuerte y ágil al esquivar mi ataque. – dije, sincero. -Creo que algo quedó del poder del tigre en mí – murmuró. -¿Y esa tal Bestia negativa? – pregunté. Vi una sombra pasar por los ojos de Rage, y las sombras que producía el fuego se hicieron más largas y profundas por un instante. El mismo escalofrío que me produjo la primera vez que oí su nombre, corrió por mi cuerpo.
-La Bestia Negativa fue un tremendo daño que recibió el mundo. Un ser tan malévolo y poderoso que el mismísimo Capitán Cometa no pudo derrotar al cien por ciento. Él nos contó de ti, él y sus más cercanos nos avisaron de tu existencia. Antes que al “Esencial”, le hiciste frente con fiereza y éxito. Nunca supimos lo que realmente pasó con ella, pero sí sabemos, que desde que te enfrentaste a él, nunca más ha aparecido. El fuego bailaba ante el relato del explorador, y el crispar del fuego animaba la noche del desierto. La noche sin luna no dejaba que nada más se observase, fuera del alcance de las luminosas llamas. -Creo que hoy no podré dormir – Dijo Rage, mirando el fuego – has traído muchos recuerdos, que pensé olvidados. Lo miro profundamente a los ojos. Él expresa tristeza, como si añorara esos días, de aventuras y colores. Hoy, esta noche, se ve cansado, perdido en sus recuerdos de juventud. El fuego es muy cómodo… por eso esta especie lo ha aprendido a domesticar. Estoy cansado… es mejor dormir. IV Al día siguiente me despierto habiendo recuperado mis fuerzas por la extensa búsqueda de Jack Rage. Me siento renovado. Más tranquilo al encontrar un amigo en este extraño mundo en el que he despertado. No escucho ruido cerca… estoy solo en el campamento. Solo quedan cenizas en la hoguera que albergó las revelaciones sobre mi pasado. “No he sentido nada por quedarme dormido”. En el aire aún hay rastro de Jack Rage. Avanzo unos kilómetros hacia el interior de la zona, encontrando más ruinas y a Rage frente a una construcción mejor cuidada que las demás. -¿Qué haces Rage? – pregunto a al llegar al costado de mi amigo. -Buenos días Animal – respondió Rage cortés – trato de encontrar una forma de abrir esta puerta… Se detuvo por un segundo, pero no encuentro su mismo problema. Tomo la piedra y la remuevo de donde estaba.
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-…delicadamente – continuó sarcástico. -Es extraño – dijo, luego de entrar – esta construcción no se ve antigua. Comparte el mismo estilo que las construcciones cercanas, pero no tiene más de 20 años. La confusión se apoderó del rostro de Rage -¿Qué hace una construcción tan moderna, en una excavación arqueológica sellada, como los antiguos templos Incas? – se preguntó en voz alta. Olfateo el lugar. Siempre la mejor pista entra por la nariz. Entro en la edificación. Rage encendió una linterna. Está todo quieto, y viejo adentro. -Este edificio no se ha abierto desde su construcción – dijo Rage asombrado. -Mira – le digo, tocando una extraña forma en el muro. Rage apuntó con la luz de su linterna, con curiosidad, encontrando pintados hermosos. En los muros había grabados de gente con cabezas de animales con alas, cuernos y picos. Figuras antropomórficas que rodeaban la figura central. Una isla ubicada en un lago destellando, con lo que parecía luz en el dibujo, y un sol sobre ellos. -La edificación es reciente, pero la pintura… los pergaminos son sumamente antiguos – dijo Rage tomando papeles viejos del piso, y fijándose en los detalles. En medio de todo, un retrato familiar. Una cabeza de león con melena y todo, animal inexistente en esta parte del mundo. -No… no puede ser…esto no tiene sentido. -¿Qué pasa Rage? – le pregunto al ver la iconografía. -Es imposible… aquí no habían Leones de ese tipo… los pumas son los único grandes felinos que han vivido desde siempre en esta parte del mundo. -¿Y si es alguien más? – pregunté. -¿Alguien más? El único… podrías ser tú.
V -Según este pictograma, estás profundamente relacionado con la “Isla del Sol” – dijo Rage – aun mirando los dibujos antiguos. -¿Eso es un lugar? – le pregunto, ignorante de lo que habla. -Es una isla ubicada en el centro de un lago, arriba en la cordillera… se le llama así porque los lugareños dicen que en ciertas noches se ilumina, tal como el sol. -¿Debo ir ahí? – le pregunto. -Debes seguir la constelación de la cruz para llegar hasta allá – me contesta Rage – Para llegar hasta allá debes seguir el camino de las estrellas – refiriéndose a la vía láctea que se observa nítidamente en esta parte del planeta. Olfateo nuevamente la pintura. No puedo seguir aquí… tengo un rastro. -No es necesario Rage… - digo en estrépita carrera hacia el sur... Continuará…
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Animal #1.3 “Soplo de vida” (Historia inédita) I “Esa sombra de nuevo, siento que la he visto antes” pienso en una espesa bruma, frente a lo que parece una presencia oscura. Una embestida y dos manotazos no fueron suficientes para deshacer la presencia. Se eriza mi piel, los pelos se levantan… estoy furioso… tengo miedo. La sombra se movió. Desaparece de mi vista. No está en ninguna parte, he mirado para todos lados, pero no hay rastro de la esencia. De pronto todo se oscurece, y la esencia vuelve para ponerse justo en frente mío. La embisto, pero esta vez, la sombra avanza. Cuando estamos a punto de colisionar, la sombra toma forma. Una forma aterradora. Sus ojos expresan maldad, su piel negra como el carbón, y su afilado hocico no era nada más que las puertas del infierno. Era una bestia terrible. Era la Bestia Negativa. II Despierto con la vívida imagen de la espeluznante Bestia Negativa en la mente. “No fue más que un sueño”, me repito, pero nuestra mente nos habla a través de ellos. Algo así como recuerdos rotos se forman en mi cabeza. La batalla contra la Bestia Negativa, del relato de Jack Rage, se había bloqueado de mi mente. Ahora estoy a orillas del lago que alberga la “Isla del Sol”. El agua es cristalina al amanecer, y el cielo muestra en tonos celestes, anaranjados y amarillos, un espectáculo inolvidable. Ya se veían barcos zarpar al otro extremo, cuando me lanzo a nadar en el lago. En el fondo alcanzo a ver algo… ¿Construcciones? Un cubil de humanos… una ciudad completa sumergida. Llegando a la orilla de la isla veo una construcción. Fuera, tallado en la roca, símbolos que vi con Rage en aquel extraño descubrimiento. Paso mis manos sobre ellos y mis garras calzan con el grosor con el que estas están hechas. Era una gran sala, con los muros tatuados, la que albergaba la edificación, en el centro de todo, en el suelo, una roca enorme, con un sol marcado a nivel del suelo.
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Una ráfaga de viento entra al lugar. -¿Qué es lo que buscas acá? – preguntó un extraño, aparecido de la nada. Lo miro sorprendido. Absorto por estar mirando las ruinas, no he detectado la presencia de este desconocido. Olfateo, pero no da señal de amenaza. -Siempre fuiste malo con las palabras – dijo el anciano. Los pelos de mi espalda se engrifan. ¿Me conoce? ¿Quién es él? ¿Por qué no sentí que se aproximaba? -Animal, detente – dijo el extraño preocupado – yo soy tu padre. II El extraño tiene aspecto de haber vivido largo y gozados años. Se ve como un gnomo, barbón y bajo. Un bastón lo ayuda a caminar. He quedado atónito. La verdad es que no sé qué hacer. Todas estas señales, todas las historias, y el mismo Jack Rage… todo me lleva acá a oír de un raro anciano decir que es mi padre. -¿Qué es lo que pasa hijo? – Preguntó el anciano - ¿Por qué pones esa cara? -Yo… yo no lo recuerdo – le confesé, asustado, asombrado y afligido. -Mmm ¿esa bestia aún te hace sufrir pesadillas? – preguntó el anciano. -Si… pero antes tampoco la recordaba – le digo, ahora un poco más confiado, sin saber por qué – fue Jack… -Rage, sí, el explorador – interrumpió el anciano – yo lo traje hasta acá. Yo puse las señales en su camino. -¿Por qué? -No puedo estar en un lugar que no representen quiebres en la realidad – dice el anciano – soy servidor de Gaia. Solo puedo moverme en sitios que sean anomalía, o puntos de quiebre, traumáticos para la historia del mundo.
-¿Cómo sabes de mis pesadillas? -Tú me lo dijiste, antes de enfrentarte con el “Esencial” – respondió -Tampoco lo recuerdo a él – confieso. El anciano pensó, luego, dio un pequeño golpe en el suelo con su bastón. -Ven hijo mío, solo ella podrá ayudarte – afirmó el anciano. Alcanzo a dar un par de pasos hasta el centro del gran sol tallado en el piso. El anciano levantó sus brazos y golpeó con su bastón el símbolo enmarcado. El sol brilló con tal fuerza que todo lo que los rodeaba despareció ante nuestra vista. A lo lejos, en la orilla se ve una gran columna de luz, que crecía hacia el cielo. En él, un punto, yo ascendiendo para hablar con ella. Ya no estábamos ni aquí, ni allá. No estaba en donde se había encontrado con la reveladora presencia de su padre. No estaba ni en un dónde, ni en un cuándo. Como en un sueño, un plano vacío, absolutamente abstracto, nos alberga. Flotando, no sé ni qué hacer, ni dónde ir… está todo en absoluto silencio. -Mi hijo – dice una cálida voz femenina, que lo tocaba todo – han pasado tantos años de la tierra sin verte. -¿Dónde? ¿Quién? – pregunto, sin poder entender. Tú eres Animal, heraldo de Gaia – dice la voz femenina – Tu pobre mente ha sufrido mucho… yo te mostraré la verdad. IV “Ya, hace mucho, el planeta vio nacer a su primer héroe, después de mucho tiempo de no haber nadie que estuviera a un paso de los dioses.
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Nacido de las estrellas, vi la necesidad de que yo misma enviara a alguien para proteger a los hombres de ellos mismos, de sus ambiciones desbocadas y su propia autodestrucción. Alguien nacido de la propia tierra. Tomé barro y moldeé a imagen y semejanza de los hijos de la tierra, a mi propio hijo. Escogí a tres entre los mestizos, humanos, y los hice habitar mi creación. Tú mismo abriste tus ojos luego de eso, y te llamé Animal, para protegerlos a todos, para reinarlos a todos. Entregado a otro de mis servidores, escogí a la “Isla del Sol”, donde los hombres me llamaban “Pacha mama”, para que crecieras. Protegido, educado, feliz. He liberado de tu mente las trabas que te impiden crecer. Ahora sabes la verdad… tú estás destinado a sentarte en el trono del mundo, mi hijo”. V La luz se desvaneció, y Animal estaba nuevamente en la “Isla del Sol”, junto a aquel anciano, mi padre. Las imágenes y recuerdos de tiempos pasados poblaron mi mente. Mis primeros años, las enseñanzas del anciano, los momentos alegres y tristes. Los recuerdos de los “elegidos” entre los hombres, todo mezclado, todo unido. También recordé a “La Bestia Negativa”, y el “Esencial”. En ese instante me doy cuenta que nunca volví a mí cuerpo. Luego de la pelea contra el “Esencial”, ya nunca pude volver. Solo mí cuerpo, con la “vara del tigre” de Jack Rage, vagan por el mundo, sin mí conciencia, sin su dueño, mientras que yo me perdía en las profundas selvas del Amazonas. Mis ojos se llenan de lágrimas. Corro a abrazar a aquel que fue mi padre en los primeros días de mi vida. -Hijo, ¿Qué has visto? – me pregunta el anciano. -Ví lo que fui, padre de los vientos – respondo - pero aún no sé qué es lo que soy. -Eres la manifestación de tu propia voluntad – respondió el anciano de los vientos – ver a alguien en peligro, solo forzó que tu esencia volviera a ser material, para que tu voluntad de protegerlo, se cumpliera. -Debo cumplir con los deseos de madre ahora – digo sin pensar, un tanto serio.
-Debes hacer lo que creas es correcto hijo, solo eso – dice el anciano. Hecho una mirada de lo que fue el lugar donde crecĂ, me lleno de nostalgia, ya que ahora ya no solo eran ruinas, sino que eran las ruinas de mi hogar. -Debo volver a la selva padre, ese es ahora mi hogar. -Ve entonces, que mis bendiciones vayan contigo. Salgo del lugar corriendo hacia el este. Hacia el Amazonas, hacia mi futuro, y el de todos los que pueblan esta tierra. Fin, del comienzo.
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Ilustraciones de Animal, adelantando el camino hacia “Battle for the Sun�, el destino de Animal, hecho realidad
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