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ODS 15
RSE alineada con los ODS
Convergencia de metas
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En la actualidad este progreso social tiene como una de sus prioridades la mitigación del cambio climático y la conservación del medio ambiente, por lo que hoy la Responsabilidad Social Empresarial en su tendencia más nueva debe estar alineada con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entendemos como sostenibilidad la cualidad de actividades o procesos que satisfacen las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer las propias. Es generalmente aceptado que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o Responsabilidad Social Corporativa (RSC), tiene sus orígenes en la obra de Howard Rothmann Bowen, Social Responsibilities of the Businessman, publicada en 1953. En la que el autor plantea, que las empresas, además de producir bienes y servicios, deberían tener una responsabilidad social, devolviendo así beneficios a la sociedad. En contraposición a lo que se había ido manejando, por Milton Friedman en 1970, de que la única responsabilidad de las empresas era incrementar sus beneficios, en los años setenta el concepto de Responsabilidad Social Empresarial fue consolidándose con Carroll, que identificó cuatro categorías en las que las empresas deberían actuar. Para 1991 Carroll ahonda en el tema, estructurando una pirámide de la siguiente forma: En la base se encuentran las Responsabilidades Económicas: Genera recursos para la empresa, accionistas y pagos de trabajadores, etc. Sobre la base se encuentran las Responsabilidades Legales: La empresa debe actuar y trabajar con respeto y apego a normas y leyes. Antes de la punta de la pirámide se encuentran las Responsabilidades Éticas: que se refieren al cumplimiento de principios y normas éticas aceptadas por la sociedad. En la punta de la pirámide están las Responsabilidades Filantrópicas: que es la parte que representa la retribución a la comunidad. En 2006, Michael Porter y Mark Kramer proponen una visión en la que sostienen que la Responsabilidad Social Corporativa puede ser una estrategia valiosa para activar la competitividad de las empresas, mientras se convierten en un motor de progreso para la sociedad. La empresa socialmente responsable tendrá en cuenta en sus tomas de decisiones el impacto de sus acciones para con los empleados/as, comunidades y entorno ambiental. Alinear el Desarrollo Sostenible con las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial es de vital importancia considerando la urgencia climática que ya estamos enfrentando y que debe ser encauzada, integrando los demás temas prioritarios como la
salud, educación, equidad de género, desarrollo económico, etc. De esta forma, la RSE tiene cuatro campos de trabajo: Económico, Legal, Ético y Filantrópico. De igual forma el concepto de sostenibilidad, encarnado en los ODS propuestos por la Organización de las Naciones Unidas en la Agenda 2030, tiene cuatro dimensiones, que se enlazan con la RSE: Dimensión económica: La tarea fundamental de las empresas es la creación de riqueza, idealmente sería obtener beneficios, minimizando los costos económicos, energéticos, ambientales, sociales, basándose en valores universales. Dimensión ambiental: La empresa se responsabiliza de su entorno físico, considerando que el equilibrio medio ambiental asegurará la subsistencia de la corporación. Dimensión social: La empresa da respuesta a las demandas y necesidades de la sociedad, de este modo se legitimiza e integra en el entorno. La forma en que las empresas integran la RSE y los ODS es muy variada dependiendo de su naturaleza. Los grados de vinculación entre ambas metas ideales pueden encontrarse entre la: Disociación: Puede que existan iniciativas de ODS y RSE, pero se llevan a cabo de formas totalmente separadas. Pertenecen a estrategias distintas y en su caso son implementadas por equipos diferentes. Colindancia: Existe proximidad, pero responden a diferentes planes y son gestionados independientemente. Coincidencia: Los ODS y la RSE tienen una sola concepción en la empresa, pero sus contenidos no son homogéneos, algunas de las metas son compartidas. Integración: Los ODS completan, amplían y dan continuidad a la RSE de la empresa. Son gestionados por el mismo equipo y forman parte de la visión global corporativa. Actualmente el exhorto de Naciones Unidas es poner especial esfuerzo en el trabajo por la conservación del medio ambiente y evitar que la temperatura global incremente más allá de 1.5 grados centígrados. Como pudimos ver escuetamente en este artículo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Responsabilidad Social Empresarial convergen en las metas económicas, sociales y ambientales, por lo que es de suma importancia promover y estimular la creación e implementación de estrategias que integren ambas metas, que además les dirigirán al crecimiento y desarrollo con miras a una transición de economía sostenible.
ODS 15
Vida de ecosistemas terrestres
Violeta Ortega Navarrete violeta@oem.org.mx Licenciada en Letras Hispánicas y en Diseño Integral, activista ambiental.
De forma similar al Objetivo que abordamos la semana pasada, este ODS se trata de gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad. Los recursos naturales son origen de alimentos, hogar, riquezas y equilibrio de nuestro planeta. Como sabemos, en el último siglo la explotación del ambiente natural ha sido mayor que en toda la historia de la humanidad. En los últimos trece años se han deforestado 43 millones de hectáreas, lo que implica la muerte de flora y fauna de forma masiva, así como la degradación del suelo. Los motivos de la pérdida de ecosistemas terrestres suelen ser la producción agrícola y ganadera, el crecimiento de la mancha urbana, y últimamente los incendios forestales que se agravan con las estaciones alteradas por el cambio climático.
La degradación del suelo y la eliminación de los ambientes naturales tienen diversas consecuencias como: desertificación, erosión y consecuente sequía y calentamiento de los territorios; la pérdida de biodiversidad desbalancea las cadenas alimenticias y pone en riesgo a todo el sistema, además de que según datos de la ONU ya se han declarado como extintos el 8% de los animales conocidos y el 22% se encuentra en grave peligro de extinción. El crecimiento desmedido de los territorios urbanos, así como la sobreexplotación de los recursos naturales, promueven el contacto entre especies que causan enfermedades llamadas zoonóticas, que son transmisibles de animales a humanos y pueden ser causadas por virus, bacterias u hongos. Algunas de ellas pueden ser altamente contagiosas, el mejor ejemplo de los últimos años es la COVID-19, que literalmente detuvo al mundo en un crisis sanitaria y económica de la que aún no nos recuperamos y que ha provocado un retroceso importante en casi todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este ODS en México es particularmente pertinente, ya que nuestro territorio posee una gran diversidad de ecosistemas, (es de los más diversos del mundo) de los cuales muchos desafortunadamente no son protegidos, además de que como hemos visto, desde el inicio del sexenio, esta admi-
nistración no ha priorizado en las metas de conservación ambiental. Al contrario, las áreas encargadas del medio ambiente han tenido recortes presupuestales de hasta 37% con respecto a 2018. Además de la impunidad con respecto a asesinatos de activistas, megaproyectos con alto impacto ambiental como el tren maya y la priorización de los hidrocarburos sobre las energías más limpias. La Organización de las Naciones Unidas, declaró la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), como una respuesta a la emergencia por la pérdida de ecosistemas y degradación del suelo, con el fin de promover las acciones de los gobiernos y poblaciones en favor del restablecimiento de las relaciones de equilibrio y respeto al medio ambiente. Algunas recomendaciones de la ONU son: Promover la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y promover el acceso adecuado a esos recursos, como se ha convenido internacionalmente. Integrar los valores de los ecosistemas y la diversidad biológica en la planificación nacional y local, los procesos de
Desde el inicio del sexenio, esta administración no ha prioriza“ do en las metas de conservación ambiental”
desarrollo, las estrategias de reducción de la pobreza y la contabilidad. Movilizar y aumentar de manera significativa los recursos financieros procedentes de todas las fuentes para conservar y utilizar de forma sostenible la diversidad biológica y los ecosistemas. Movilizar un volumen apreciable de recursos procedentes de todas las fuentes y a todos los niveles para financiar la gestión forestal sostenible y proporcionar incentivos adecuados a los países en desarrollo para que promuevan dicha gestión, en particular con miras a la conservación y la reforestación. Aumentar el apoyo mundial a la lucha contra la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas, en particular aumentando la capacidad de las comunidades locales para promover oportunidades de subsistencia sostenibles.