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A qué costo?

José Hugo Carmona

hugo@oem.org.mx Maestro en ingeniería, con experiencia en mercados de energía, modelación de escenarios y prospectivas del sistema energético mexicano, evaluación de cadenas de valor del sector hidrocarburos y su transformación.

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Parece que los europeos están atravesando un escenario como el que México vivió en febrero de este año, cuando el invierno azotó a Texas, cerrando el suministro de gas natural a nuestro país. Europa está pasando por un escenario complejo, los precios de la electricidad han alcanzado niveles récord en los últimos años, ahora principalmente por el incremento de los precios del gas natural.

Este aumento comenzó en enero de este año, disparándose más de un 170%, sin considerar que el invierno requerirá mayor demanda de gas utilizado en el sector de la calefacción residencial, la industria y sobre todo la generación de electricidad. Esto ha puesto en jaque a la comunidad europea, que actualmente se encuentra en camino para descarbonizar la economía hacia el 2050. Los mercados futuros indican que este próximo invierno vendrá con precios altos, ante este escenario también Europa se topa con sus reservas de gas natural a un 61%, cuando normalmente en estas fechas

Uno de los pocos países del mundo en contar con un sistema de trata“ miento de agua totalmente alimentado por energía solar”

se cuenta con reservas de un 92%. Y como si fuera poco, la alta demanda interna de gas por parte de Rusia implica cerrar las importaciones de gas natural a Europa. El vicepresidente de la Comisión Europea Josep Borrell ha comentado que “tarde o temprano, Europa tendrá que decir algo. El sistema tiene que ser revisado porque tiene demasiadas disfunciones. La traslación del costo del gas a otras energías cuyo costo de producción no tiene nada que ver, es algo que no tiene una justificación económica clara”. Por otra parte, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión para el Pacto Verde, el socialdemócrata neerlandés Frans Timmermans comentó que no se puede quitar de manera inmediata el principio de mercado, del mercado de energía, ya que los altos precios deberían servir como impulsor para acelerar la transformación energética. Asimismo, Timmermans añadió que los costos de la energía serían más baratos si la descarbonización de la Unión Europea hubiera iniciado antes, ya que se tendría mayor generación de energías renovables. “La transición va a ser sangrientamente dura y nadie debería de hacerse ilusiones con que va a ser fácil. Y cuanto más se tarde en acelerar ese viaje tecnológico, más caro y volátil será el sistema, porque la Unión Europea importa más del 60% del total de la energía que consume, sobre todo gas y petróleo de Rusia”, indico Timmermans. Ante esto la Unión Europea se encuentra en un dilema, entre las nuevas normativas para cumplir el compromiso legal de descarbonizarse en 2050 y reducir sus emisiones en un 55% para el 2030. Una de estas medidas es reformar el mercado europeo de comercio de emisiones de CO2, mediante el cual la Unión Europea grava desde 2005 el dióxido de carbono emitido por ciertas industrias. Y actualmente el precio se ha ido por los cielos, pasando de 15 euros por tonelada en marzo, a 60 euros por tonelada en estas últimas semanas.

La sismicidad en México II

Paolo Gabriel Paez Orozco

paolo@oem.org.mx Ingeniero geólogo por la UNAM con estudios de geotecnia; especialista en modelación e investigador.

Los sismos en México y en el mundo han sido estudiados por diferentes especialistas no solamente para la prevención del fenómeno, sino para entender el comportamiento de nuestro planeta, conformado por varios sistemas sumamente complejos.

A pesar de este largo periodo de tiempo de investigación ¿Por qué no se ha podido o se pueden predecir los sismos? Hay que recordar que la Tierra tiene una edad aproximada de 4,600 millones de años y ha pasado por diferentes procesos y eventos que le dieron la forma y la vida que hoy conocemos, por lo que la dinámica y las condiciones de la corteza terrestre no han sido constantes durante estos miles de millones de años. Para predecir un sismo se requieren tres factores principalmente: 1) la magnitud del sismo, 2) el lugar exacto (que no abarque extensiones de municipios, estados o países) y 3) la fecha y hora exacta que va a ocurrir sin que ninguno de estos tres elementos fallen. Un ejemplo de “predicción de un sismo” fue de un sismo de magnitud 7.5 ocurrido el 4 de febrero 1975 en la localidad de Haicheng, China. Se observaron algunos cambios previos en la región como alteraciones de gas radón, cambios de comportamiento en animales, aumento del nivel agua en algunos pozos, ocurrencia de sismos “precursores”, por lo que se tomó la decisión de evacuar a la ciudad, se pudo evitar el daño a mucha gente, sin embargo aún así hubo 2,000 víctimas. Pero un año después, ocurrió otro sismo, de magnitud 7.5 en la localidad de Tangshan, China, que no presentó ninguno de los precursores mencionados que indicaran la posibilidad de un sismo con esa magnitud, por lo que se estima que desafortunadamente hubo alrededor de 800,000 víctimas (Pérez-Campos, 2019). No existe hoy en día la tecnología ni metodología que ayude a predecir un sismo, sin embargo, en México hoy se tienen los registros históricos de dichos fenómenos naturales en unos documentos llamados Catálogos, elaborados por del Servicio Sismológico Nacional. Estos datos se han ido retroalimentando gracias al incremento de capacidad de detección instrumental, de cobertura y de análisis. El Catálogo dependerá del número de estaciones que hay a nivel nacional ayudando a tener un mejor registro y detectar sismos de magnitudes menores a 4. ¿Por qué se siente diferente el sismo

en varias ciudades o estados? La región más conocida por el mayor registro de sismos es la zona de subducción entre la placa Norteamericana y la placa de Cocos, donde existen diferentes regiones donde la placa de Cocos es subducida a diferentes velocidades gracias a la ayuda de receptores GPS, a estas zonas se les conoce como brechas sísmicas, cuya característica es que ante diferentes sismos se rompen bloques a lo largo de la placa. Cuando ocurre un sismo, este libera energía, que viaja por diferentes estratos o rocas a lo largo del territorio, “disipándose” la energía conforme a la distancia que recorren las ondas y el tiempo que transcurre. Por ejemplo, el sismo de magnitud 8.1 de 1985 tuvo un epicentro a 45 km. al noroeste de La Mira, Michoacán, estando a una distancia aproximada de 360 km. a la Ciudad de México, y el de magnitud de 7.1 de 2017 se ubicó el epicentro a 8 km. al noroeste de Chiautla de Tapia, Puebla, a una distancia aproximada de 130 km. de la ciudad, por lo que el tiempo de llegada fue también menor y con mayor intensidad, por la cercanía del epicentro. También hay que recor-

La Ciudad de México se ubica en su mayoría en “ una zona lacustre, donde había interconexión hidráulica entre los lagos”

dar que la Ciudad de México se ubica en su mayoría en una zona lacustre, donde había interconexión hidráulica entre los lagos de Texcoco, Xochimilco y Chalco. Esta zona es prácticamente suelo suave por lo que la intensidad del sismo es mayor con respecto a zonas donde hay roca, por ejemplo en la zona de Ciudad Universitaria que se encuentra sobre roca volcánica. México es un país con mucha actividad sísmica y volcánica, por lo que como población debemos estar siempre alerta, informándonos por medio de fuentes oficiales y expertos en el tema, para estar preparados en estos fenómenos naturales, sin olvidar que desafortunadamente los sismos aún no se pueden predecir. 2/2

Referencia: Pérez-Campos, X. [Ciencias TV] (26 de agosto de 2019). Sismos, un fenómeno impredecible [Video]. YouTube. Disponible en https://www.youtube.com/ watch?v=lolwDY4m1U0&t=334s

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