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El gas natural
clave de la transición energética en México
Olinka Irene García Méndez
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olinkamx@hotmail.com Licenciada en Derecho por la Universidad Latinoamericana y Maestra en Derecho por la Universidad Marista. Actualmente se desempeña en el CENAGAS.
El Gobierno de México refrendó los compromi sos asumidos en 2015, ante la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CM NUCC), reafirmando al igual que la comunidad internacio nal la meta para mantener el incremento de temperatura a nivel global por debajo de los 2°C y esfuerzos adicionales para lograr un 1.5°C. El concepto fundamental para hablar de un ambiente sano y sostenibilidad en Méxi co, indudablemente es la tran sición energética, con los ojos puestos en el gas natural, que en el mediano plazo será el combustible más importante para México pero ¿Es posible que un país como el nuestro en el que tres cuartas partes de la electricidad que consu mimos es generada a partir de combustibles fósiles pueda dar cumplimiento a las metas glo bales, siendo también el gas natural un hidrocarburo? La respuesta a la pregunta an terior es indudablemente que sí, pero para eso ocurra el gas natu ral deberá obtener la bendición y confianza de los empresarios y consumidores mexicanos… Para ello, la tarea en el cor to y mediano plazo es para el go bierno mexicano quien, sabedor de que la dependencia nacional al hidrocarburo que se produce fuera de México es altísima, de berá destinar más recursos a: 1. El fortalecimiento del Centro Nacional de Control del Gas Na tural (CENAGAS), institución de muy reciente creación (2014) que conforme a lo dispuesto en la Ley de Hidrocarburos, es gestor y administrador independiente del Sistema de Transporte y Almace namiento Nacional Integrado de Gas Natural (SISTRANGAS) y pres tador de los servicios de trans porte de gas natural a través del Sistema Nacional de Gasoductos y el Sistema Naco-Hermosillo. La capacidad técnica de la entidad es alta, no obstante, el ajuste a un par de tuercas y tornillos, le
permitirá convertir acelerada mente el potencial natural que administra en recursos econó micos positivos para el país. 2.Educar a la población mexi cana respecto a los beneficios económicos, ambientales y so ciales que posee, los mexicanos tenemos arraigada la concien cia respecto a la importancia de los hidrocarburos especialmente del petróleo, en los hidrocarbu ros están nuestras más grandes esperanzas, pero también nues tras más profundas frustracio nes. Ahora, este mismo peso lo debemos enfocar al más limpio de los hidrocarburos: el gas na tural (El Protocolo de Kyoto lo reconoce como el combustible fósil más amigable con el medio ambiente), y 3.Crear alianzas estratégicas con la iniciativa privada, a efecto de expandir a los siste mas integrados al SISTRANGAS y desarrollar toda la cadena de valor del gas natural (explora ción, producción, transporte, almacenamiento, importación
y exportación de gas natural). La infraestructura es obsole ta, tendrá que ser moderniza da, PEMEX nos ha demostrado la importancia de la compe tencia, la meta global es la de cero emisiones de metano a la atmósfera. Según estimaciones de la Comisión Nacional de Hidro carburos (CNH), la demanda nacional de gas natural se in crementará en 44.1% en 2029, pasando de 7,209.3 en 2014 a 10,390.3 millones de pies cúbi cos diarios (mmpcd).
Generación eólica y sus impactos: fauna
Violeta Ortega Navarrete
violeta@oem.org.mx Editora, Diseñadora multidisiplinaria por el INBA, activista ambiental.
Es clara la urgencia que tenemos como civilización de migrar hacia energías que produzcan menos emisiones de carbono. Porque de otra manera en pocos años podrían ocurrir desastres naturales y desequiilibros climáticos, peores que los que estamos viviendo, que podrían atentar contra nuestra existencia, por no mencionar a la biodiversidad que puede ser afectada irreversiblemente. La generación eléctrica por medio de turbinas eólicas actualmente es una de las tecnologías más aceptadas mundialmente para la producción de energía limpia. En México la primera planta de aerogeneración fue la del Itsmo de Tehuantepec en Oaxaca y actualmente existen 68 parques eólicos en 14 estados del país, dentro de los cuales los mayores productores de energía son: Oaxaca, Tamaulipas y Nuevo León, según datos de la Asociación Mexicana de Energía Eólica. La aerogeneración en comparación con otro tipo de tecnologías como la hidroeléctrica, fotovoltaica y geotérmica, genera una cantidad mínima de gases de efecto invernadero, con valores alrededor de 25 gramos de dióxido de carbono equivalente por kilowatt hora. No obstante estos grandes beneficios, como cualquier tipo de intervención humana en la naturaleza, tiene sus impactos ambientales y por su puesto sociales. Según los especialistas, los efectos ambientales negativos que pueden tener los campos de generación eólica se dividen en: el desplazamiento de especies por modificación del hábitat, el efecto barrera, la pérdida de hábitat y la alta mortalidad de especies voladoras por colisión con los aerogeneradores, como aves y murciélagos. La pérdida del hábitat se da por la remoción de árboles y vegetación para la cimentación de las turbinas, (lo que implica mortalidad de nidos y desplazamiento de posibles parejas para la reproducción) así como la construcción de caminos para acceder a los parques eólicos. El efecto barrera se refiere a lo que sucede cuando las aves modifican sus rutas migratorias o rutas de vuelo locales a sitios de alimentación o descanso con el fin de evitar los aerogeneradores. La importancia de esta evasión del terreno radica en un mayor gasto energético para las aves que deben volar distancias mayores, esto aunado a la fragmentación de áreas que conectan sitios de alimentación, percha y reproducción. La mortalidad por colisión, se da principalmente porque los parques eólicos, por cuestiones de eficiencia se construyen donde hay corrientes de aire a mayor velocidad, que son las que las aves utilizan como rutas migratorias y espacios de reproducción. En Estados Unidos en 2020 se produjo el 8% de energía total por medio de parques de aerogeneradores (80 veces más que en 2000 de acuerdo con la U.S. Energy Information Ad-
ministration) lo que implica que este tipo de tecnologías seguirá –afortunadamente– ampliándose. Actualmente en Estados Unidos se han contabilizado de 140,000 a 500,000 aves muertas al año. Daño que se elevaría para 2030, año en que dicha nación pretende alcanzar el 20% de producción de energía por medio de generadores eólicos. Para evitar o mitigar estos daños investigadores y conservacionistas en Estados Unidos han puesto en práctica varias acciones: La creación una plataforma para que los ciudadanos comunes y corrientes puedan alimentar una base de datos sobre animales dañados o muertos por parques eólicos, así como avistamientos en caso de las aves, sobre todo para la protección de la águila calva. El monitoreo de aves (gruyas en este caso) por medio de tecnología de GPS para evaluar cómo afectan los parques sus movimientos migratorios y conductas reproductivas. Este estudio confirmó que los parques sí actúan como barrera física para las especies, lo cual pone en peligro a los individuos al quedar separados y dejar de interactuar. En España donde la generación eólica también es una fuente importante de poder, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/ BirdLife) ha hecho esfuerzos por estimar el número de aves que mueren y compararlo con el número de aves muertas que las empresas eólicas declaran, en un intento por exigir que se hagan estudios de planificación, evaluación y seguimiento de los proyectos eólicos más exhaustivos, con el fin de cuidar de especies protegidas como el águila imperial ibérica o el buitre negro, para las que la muerte de unos pocos individuos puede ser de gran impacto. Por su parte, científicos de Suecia y Noruega han emprendido un proyecto que implica una posible solución al problema de las aves. En el archipiélago de Smøla, en Noruega, estos investigadores están probando evitar que las aves sean abatidas por las turbinas, pintando solo una de las aspas de negro cin el fin de hacerlas más visibles y que los animales puedan evadirlas a tiempo, para corroborar la eficacia de la medida llevan un control sobre las aves que han muerto en las turbinas blancas y las pintadas por cada año y han tenido resultados aunque pequeños, prometedores en la disminución de la población de aves muertas. En México hay muy poca información pública sobre el daño a las especies como consecuencia de la implementación de este tipo de generación energética. Esta falta de información agrava la situación porque no se tiene conocimiento del impacto real de las 68 plantas que existen en el país. Con iniciativas como las que se están llevando a cabo en otros países y acciones enfocadas en los ambientes locales se puede contribuir al desarrollo construcción y operación de proyectos más sustentables y menos nocivos, así como métodos de evaluación de impactos que planteen medidas de mitigación de daños al ambiente. 1/2