3 minute read
De la crisis de Europa del este II
Un análisis del impacto en los sectores económico y energético del país
Advertisement
Dr. Juan Manuel Cárdenas-Peña manuelcardenasp@gmail.com
Economista por la U. de Guanajuato, maestro en economía con especialidad en econometría, desarrollo regional y teoría de la elección pública, por la U. de las Américas, doctor en economía por la U. de Cornell-Nueva York. Especialista comportamiento del sector público por medio de econometría y estadística.
La conclusión de los analistas es simple: México no correrá el peligro de padecer en el suministro de gasolinas, pero verá un alza constante como el resto del mundo y la presión a los precios de todos los servicios y productos será inminente. La inflación no dará tregua. Hay posturas encontradas, unos aseguran que los consumidores mexicanos están blindados debido al fuerte desarrollo de infraestructura entre el sur de Estados Unidos y México, y que, pese a una mayor demanda europea, el suministro al país se mantendrá por la sencillez de la logística. Y están quienes creen que las ventas al país se van a reducir si Europa decide voltear hacia el mercado estadounidense para comprar gas natural licuado. La razón: los clientes europeos podrían ofrecer un mejor precio que los mexicanos. Pero ambas partes esperan una escalada natural en el precio, aunque no comparada con la que se vive en Europa, en donde los precios futuros del gas natural han sufrido una escalada de hasta 50% en solo un día, después de la intervención rusa. Más de la mitad de la electricidad en México se produce mediante gas natural, en el que se ha decidido basar la matriz energética debido a que contamina menos que otros combustibles fósiles y su precio es menor. En tanto, Europa, que compra cerca del 40% del gas de Rusia, ya voltea hacia otros mercados
para abastecerse, pero por ahora los productores del Medio Oeste, como Qatar y Arabia Saudita encabezan la lista para sustituir el suministro desde Rusia. Pero esas subidas en el precio no podrán equipararse con lo sucedido en febrero del año pasado, cuando las tormentas invernales de Texas dejaron al país sin suministro de gas. Los precios en el gas natural están incrementando, pero el aumento en México no podrá compararse ahora con Europa, sostuvo un analista de Bloomberg. México tiene otras fuentes de generación eléctrica, como las plantas renovables o las centrales que funcionan a base de carbón y de combustóleo.
Pero las segundas plantas utilizan combustibles más caros que el gas, dicen los analistas. Y solo un aumento exponencial en el precio de este último volvería rentable esta opción, mencionada por el presidente ayer en su conferencia matutina. Aún es imposible determinar la magnitud, explican, pero el aumento en el precio de generación eléctrica, y con ello en las tarifas, sería casi inminente. En el largo plazo, los productores estadounidenses de gas podrían priorizar el desarrollo de proyectos para aumentar los envíos de gas natural licuado –gas que es sometido a otro proceso para ser enviado mediante barco– a Europa, y eso dejaría al mercado mexicano en segunda prioridad. Por naturaleza, dicen los analistas, el mercado europeo podría ofrecer una mejor paga, y los compradores nacionales –como la estatal CFE y algunas compañías privadas– deberán de acercarse o mejorar la oferta. Pero sin importar el porcentaje de aumento en el precio de los combustibles, los efectos harán subir, al menos temporalmente, los precios de las materias primas y de los productos finales. Industrias, como la acerera y la química, son grandes consumidoras de gas natural. Y con ello los grandes esfuerzos de gobiernos y bancos centrales para contener la inflación podrían quedar cortos. Los analistas también esperan una baja en la confianza de los consumidores, quienes podrían tomar precauciones de nueva cuenta y recortar su gasto, replicando lo sucedido durante los momentos más álgidos de la pandemia. 3/3