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El sindicalismo en México II

Carlos Emiliano Villaseñor Moreno

carlos@oem.org.mx Graduado de la licenciatura de ciencia política en el ITAM y actualmente analista en temas de equidad de género en Ombudsman Energía México

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El tercer y último aspecto de la marginal actuación de los sindicatos es la presencia regular de líderes sindicales en cargos de elección pública. Los cuales suelen obtener prometiendo la subordinación del sindicato a los intereses del partido. La transición democrática y el multipartidismo no terminaron con la práctica pero sí la modificaron reduciendo el número de plazas que el PRI otorgaba a este tipo de candidatos, además de la presencia de líderes sindicales que se postulaban a través de otros partidos. La baja de puestos de elección pública para líderes sindicales de la facción priísta en efecto, disminuyó. Un ejemplo es el porcentaje de diputados “obreros” del PRI que pasa de ser 31.4% del total de diputados de esta facción en 1979 a 9.5% en el 2000. Sin embargo, el PAN o el PRD no fueron en un principio tan capaces como se esperaba para formar alianzas con los sindicatos; el primero por privilegiar la filiación individual, rechazar el corporativismo y su escasa presencia organizativa; el segundo por la prevalencia de las personalidades que de grupos sociales, falta de un mecanismo institucional para alimentar su estructura corporativista y un alto grado de indisciplina (Armenta, 2006). Dados los elementos que se han descrito, los sindicatos mexicanos se han ido quedando con mecanismos que reducen el papel de las asambleas como medios para tomar decisiones

Los sindicatos mexicanos se han ido quedando con “ mecanismos que reducen el papel de las asambleas “

importantes; eliminan cualquier limitación para la acaparación de los cargos de liderazgo y dirección; transforman los órganos de vigilancia de honor y justicia en meros símbolos, transforman a los delegados elegidos por la base sindical en delegados impuestos por la cúpula, negociación inefectiva de contratos colectivos y en muchos casos subordinación al partido en el poder. La situación en la que se encuentran los sindicatos mexicanos se traslapa con condiciones como la caída de los ingresos reales de los trabajadores. La riqueza del país está altamente concentrada, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), los asalariados representan el 70% de la población económicamente activa pero perciben solo entre el 30% y el 40% del valor generado por producción. Cabe constatar que uno de los mayores contrastes entre el lento crecimiento de los salarios contra el rápido crecimiento de la producción se da en el sector manufacturero, que tiene las tasas de sindicalización más altas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que los cambios estructurales en la forma de trabajo como la privatización y reestructuración de empresas, el uso de nuevas tecnologías y la formación de nuevas relaciones de trabajo pueden complicar la garantización de los derechos laborales del trabajador. Sin embargo, los sectores más afectados a nivel mundial son telecomunicaciones, transportes y finanzas mientras que el manufacturero es uno de los más cubiertos por el alcance de la negociación colectiva, por lo que México parece ser un caso atípico en este sector (OIT, 2008). De igual forma la globalización ha llevado a los empleadores a tratar de reducir las remuneraciones laborales en un afán de reducir costos y mantenerse rentables. Esta situación, ha provocado reacciones en contra de sindicatos, percibidos como obstáculos al desarrollo económico; o conduce a la implementación de sindicatos débiles que sirven únicamente como una fachada de aparente respeto a los derechos laborales, así como simulación de contratos y subcontratación. 2/3

¿Energía fotovoltaica viable para todos? II

El camino hacia una transición inclusiva

Benjamin K. Sovacool, Profesor de Política Energética en la Unidad de Investigación de Política Científica (SPRU) de la Escuela de Negocios de la Universidad de Sussex, dijo: “Nuestro estudio encuentra que la adopción de energía solar puede exacerbar las desigualdades de muchas maneras diferentes, incluida su disponibilidad para diferentes grupos de personas y dependiendo de si uno alquila o es dueño de su casa. También hay disparidades en términos de dónde vive la gente en el Reino Unido y la disponibilidad de una mano de obra calificada o infraestructura para apoyar la energía solar, la inequidad en la forma en que la contaminación y los desechos pueden afectar la naturaleza y un desequilibrio generacional en las cargas futuras de mantenimiento y reparación y rebotes en el consumo de energía”. “Nuestro estudio revela inequidades previamente inexploradas, en particular el predominio de las figuras patriarcales en la toma de decisiones y el control de la energía del hogar, la exclusión de los ancianos, los estudiantes que alquilan o los discapacitados, el riesgo temporal de averías y fallas inesperadas, y las explicaciones cualitativas de rebotes solares”. La Dra. Marie Claire Brisbois, profesora titular de Política Energética en la Unidad de Investigación de Política Científica (SPRU) de la Escuela de Negocios de la Universidad de Sussex, dijo: “Dado que se prevé que la energía solar crezca 30 veces para 2050 y con el potencial de satisfacer más de la mitad de la demanda de electricidad del mundo para el comienzo de la próxima década, es vital que ningún sector de la sociedad se quede atrás en esta revolución energética”. El estudio se centró en un marco novedoso que analiza las desigualdades demográficas (entre grupos), las desigualdades espaciales (a través de escalas geográficas), las desigualdades entre especies (entre humanos y no humanos) y las desigualdades temporales (entre generaciones presentes y futuras). Los investigadores analizaron la experiencia de las desigualdades solares entre una pequeña muestra de los primeros usuarios y residentes en Brighton y Hove (que ocupan el puesto 205 de 391 autoridades locales del Reino Unido que informaron sobre instalaciones fotovoltaicas) para comprender cómo sus experiencias se comparan con las injusticias detalladas en la literatura de investigación y cómo estas experiencias podrían informar, con el fin de desarrollar las políticas para un futuro lanzamiento socialmente más justo de la energía solar fotovoltaica. El estudio identificó la conciencia social de las desigualdades entre los anfitriones de los sistemas solares fotovoltaicos y describe las medidas que se pueden tomar dentro de la política y la estrategia solar para mejorar la equidad de los futuros despliegues. Las desigualdades demográficas, como los patrones de adopción injustos dentro de los grupos sociales, a menudo categorizados por género, ingresos, edad o raza, pueden remediarse parcialmente con sistemas más pequeños y económicos o modelos comerciales de propiedad compartida. Las desigualdades espaciales, como la falta de acceso a aire limpio en el entor-

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no local, pueden compensarse con capacitación en habilidades específicas o incentivos políticos que busquen igualar los patrones de adopción geográfica. La equidad entre especies, incluida la destrucción de ecosistemas, hábitats y la extinción de especies no humanas, puede abordarse mediante una extracción más sostenible de los minerales en bruto de la energía solar fotovoltaica o requisitos más estrictos de reciclaje y desechos. Las desigualdades temporales, como el traspaso de cargas a las generaciones futuras o problemas de equidad intergeneracional, pueden abordarse mediante innovaciones tecnológicas (especialmente inversores y mediante el reciclaje de materiales fotovoltaicos) y una mayor responsabilidad del productor. Adrian Smith, profesor de Tecnología y Sociedad en la Unidad de Investigación de Políticas Científicas (SPRU) de la Escuela de Negocios de la Universidad de Sussex, dijo: “Nuestros sistemas de energía de combustibles fósiles ya han causado impactos inicuos en el cambio climático; los formuladores de políticas deben asegurarse de que las medidas para implementar alternativas, como la energía solar, se den cuenta de su potencial para obtener resultados más sostenibles y justos”. El Dr. Max Lacey-Barnacle, Investigador en Transiciones Justas en la Unidad de Investigación de Políticas Científicas (SPRU) de la Escuela de Negocios de la Universidad de Sussex, dijo: “El reciente anuncio del gobierno del Reino Unido sobre el aumento de la seguridad energética a través de un mayor despliegue de energías renovables presenta el objetivo de triplicar la cantidad de energía solar en el Reino Unido para 2030”. “A la luz de este anuncio, los defensores de la energía solar, los fabricantes y los legisladores no pueden permitirse el lujo de ignorar los crecientes problemas de justicia asociados con los patrones actuales de adopción, particularmente si este ritmo está relacionado con el aumento de las preocupaciones de seguridad energética. Al abordar o reconocer directamente algunos de las desigualdades que hemos esbozado en nuestro documento, los formuladores de políticas pueden facilitar futuros esquemas solares que pueden fomentar una mayor aceptación social y mejorar resultados más equitativos”. 2/2

Benjamin K. Sovacool et al, Towards improved solar energy justice: Exploring the complex inequities of household adoption of photovoltaic panels, Energy Policy (2022). DOI: 10.1016/j.enpol.2022.112868

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