El Rumbo Universal / Constanza Veloso

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Constanza Veloso Luarte

Opalina Cartonera 3


El Rumbo Universal Constanza Veloso Luarte Opalina Cartonera 2016 Edición a cargo de Juan Canales Diseño por Francisco Escobar Impreso en Valparaíso, Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección Ciudad de Los Sueños” Contacto autor: velosoluarte.c@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas- 3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor

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“Antes no había nada. Probablemente ya existía, pero yo no lo sabía.”

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Despertar

Antes no había nada. Probablemente ya existía, pero yo no lo sabía. Percibía el ser existiendo en torno mío, el no espacio y el no tiempo rodeándome, Y yo, inmóvil, desconcertada y aturdida. Entonces desperté, y apareció la conciencia, y aparecieron los sentidos y los impulsos irrefrenables. Es hora de vivir, pero, ¿Dónde está la vida? En el no espacio y el no tiempo, me paralizo y me congelo; Ante mí se abren dos caminos: la muerte y la eternidad.

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La caída En cierta ocasión caí de muy alto. Caí de un extremo a otro. Tengo buenos recuerdos, figuras solemnes de agua impura; cosas lisas. Belleza particular. Recuerdo también mi rostro; lo sentí mientras caía. Guardo también dolores. El impacto de un nuevo paisaje, la angustia del entorno, el temor de cruzar al otro lado. La caída dolió, y en el dolor despertó mi alma, dispuesta a andar por primera vez hacia un sinfín de caminos sin descubrir.

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Sintiendo hambre

Sintiendo hambre camino hacia el lecho. Me tumbo en el suelo y ruedo muy lento. Al lecho llego, en el lecho me tiro y gimo. No tengo nada. Hay en mi estomago un agujero, es negro, profundo y está vacío por falta de alimento. Oigo en él un ruido. Adentro hay un monstruo escondido, lo siento; se está moviendo, está llorando, está armando una casa en mi agujero. Duele el agujero, el monstruo se está yendo, está sintiendo hambre y va en busca de alimento. Y yo me quedo sola con el agujero. Ya no hay monstruo. Miro mi lecho; sobrio y vacío. Hago un puchero. ¡Nada que comer!

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Boca reflexiva

La boca morada del demonio ya no cierra. Despierta sin heridas a la expresión que no murió. Fría carne oscura se ablanda, se esfuerza aún con la potencia del vacío. Le cae una baba sincera y sublime, el vaho es vital. Ahí se le escapa la morada que tenía guardada. En lo perdido de aquella boca erosionada. Y tarde caen los desechos, el microbio inofensivo que fue su compañero, la fuerza enferma de cordura impenetrable. Y se abre la boca a suave ritmo, manchada en mar y maleficios con forma dura y agria en la nada descarada.

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El buen augurio Hoy hace calor en mi cuerpo, en tus ojos se refleja el sol. Se alzan los cabellos, se mezclan las estrellas. Aquí tiembla, nace una hoja bella. Se abre el cofre puro, la pupila encendida. Y triste me grita una lágrima, se sienta en lo alto de una rosa marchita, sus poros se le agrietan, ya no le quedan emblemas. Luego se verá la neblina cubierta en manchas lácteas, y pasará solemne un rayo, ahí donde un ave perdió su ala.

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El rumbo natural

Dispensa la fragancia que te envuelve para que todos vean tu valor. Las montañas tiritan, tus brazos llaman. Amanece junto al río y come de la Tierra, entabla una conversación con los seres que la habitan. Al correr, sigue las huellas del viento y que te protejan las aves en vuelo. Refleja el sol en tu mirada, que el día de mañana se apagarán las estrellas.

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Tu Ser

Vuelta entera a tus ideales de fiera, media vuelta a mi corazón de sangre inmensa. Se ha terminado tu envoltura de guerra, ¡Que hoy calle la bestia! Miran mis ojos esa insignia invisible que jamás tembló. Cruza la brisa inmaculada que tan solo te cubrió, y desaparecen las pupilas de los ingratos que te vieron en ese instante quemante en que mi corazón de sangre inmensa se endureció en media vuelta. Ahora se amanece el día indiferente, levantando, cruel, sus ojos mudos. Se alza en calma, radiante, la esencia que una vez brilló, en ese instante quemante en que el ideal de fiera apareció de vuelta y media.

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Espejos

Tengo espejos que suenan como cristales de plata, espejos suaves, de fina textura, de rica temperatura. Espejos tan blancos y brillantes, eternas figuras del alma. Espejos tengo como alas libres, espejos que lloran y ríen de emoción. Con ellos río yo. Espejos de mí, eternas figuras de mi ser.

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Yo en el mar

Me empujó el mar cuando lo visité en la noche de tristeza. Me lanzó su aire frío como brazo violento, mientras invitaba a la noche a perderme en su negrura. Mi equilibrio quedó en cero. Caí lento y muy suave, como volando hacia él, sentí su fragancia particular; olor a mar. Mi cara chocó contra el agua, su sal me atacó. Entré dando golpes sin dolor y viendo peces y estrellas de mar en viaje. Seguí bajando, parada, tranquila, echando burbujas que subían perdidas. Encontré el fondo, me deprimí. Cerré los ojos. Los abrí. De nuevo, los cerré. Llegué al final, mis pies tocaron la arena y en ella me torné.

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De la arena

No fueron paraísos los mares que cubrieron tu tierra, fueron granos de arena, hirientes. Pedazos de arena grande, blanca, arena y media. No fueron paraísos los mares que cubrieron tu tierra, El cielo, desde arriba contemplaba la tormenta. No fueron paraísos los mares que cubrieron tu tierra, tan solo fue un recuerdo del averno reflejado en la memoria, En las raíces de la tierra, de las aguas, de los vientos y del universo.

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El secreto que una mano soltó

I No conocías lo que te instalaron en la frente ¡flema asquerosa! ¡Tienes unos ojos tan maravillosos! Esa piel que se derrite enciende la colina del dolor, ¡Se te caen todas las barandas que te componen! Ay! Ay! Cómo te espera ese nadie profundo Cómo te desmoronas mientras corres y le gritas. Ay! Ay! Tan altivo el cuerpo que se derrama ¡Qué fervoroso ese algo tan porquería, tan valioso! Te he visto hoy, amapola de la desdicha, De la carne, de las aguas y de la asquerosa mujercita, La mujercita que calla y se revienta de emoción, Y se hunde a sí misma y en sí misma. ¡Viva la pajarita! Se convierte en peregrina y como peregrina y como no peregrina, Tanto vuela desde sus ojos hasta las entrañas de quién sabe qué, ¡Por Dios, de quién sabe quién! Así camina, así se vuela, así se llama, así se va. ¡Como nadie, va!

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II ¿Te han roto alguna vez las alas, corazón? Se siente más o menos. ¿Y los ojos, corazón? ¿Has sentido alguna vez tu vida entorpecer? ¡Mis ojos! ¡Mis ojos! ¿Sin los ojos, cómo? Eso es la tristeza. Ahí está el dolor. Y siento aún el espacio vacío donde estaban mis ojitos, ¡eran tan lindos! ¡Cómo lucían en contraste conmigo! Y contigo, con nosotros, con vosotros, Pero no con él, ni con ella. ¡Con ellos nos! Ahora no es lo mismo, corazón. Ni tan solo las heridas se sienten bien. Mis ojos ¡ay, mis ojos!

III Respira: uno, dos, uno, dos. Detente. No respires. Tan solo por un siglo no respires. Pero luego sí, luego vuelve a respirar. Procura no morir. Descuida, difícil no es, complicado, tampoco, Es solo un momento de locuras incoherentes que nada podrá impedir. Sí, eso es, eso es no respirar durante un siglo. Ahora mírame, léeme, entiende las letras, las vocales: ¡Maravillosas vocales! 20


Se cuelgan de ti y te piden perdón. ¡Perdón por haber nacido! ¡Perdón, perdón! Perdona a la letra, No tiene corazón, pero guarda muchos tesoros; te los puede obsequiar.

IV No me mires, ¡Por favor, no me mires! Me estoy cambiando de ropa. Hoy, frente al espejo de esta vieja casa, me cambio de ropa. Los vestidos son elegantes. Rojo, amarillo, verde, azul. ¡Qué belleza! ¿Te gustan los vestidos? ¿Preferirías acaso verme vestida de playa? ¿Con perlas saladas y tanta, tanta arena? Puede ser. Lo buscaba yo, ahora lo buscas tú. Buscar en trajes de arena el consuelo que sobra. Y si sobra, ¿Para qué tanto buscar? No me lo preguntes. No hay que atravesar mares, ni buscar, ni usar vestidos, ni respirar.

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Amigos, yo no

Mis amigos no tienen nombre, sufren tanto que se niegan a existir. Vivieron alguna vez bajo el feliz adi贸s de la vivencia Para sentarse en lo alto de una gran llama. Ahora viven Y no quieren. No me quieren. No me temen. No me sienten. No me tienen. No No, amigos, no, El ayer, no, el hoy, no, ma帽ana, tal vez, ahora no. Amigos, no sean, soltar esa imagen, mi imagen suelta, no amigos, yo no.

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Nada

Tan solo mirar a mi alrededor y descubrir el mundo en movimiento: El verdor de los árboles ondeando al viento, la misma estrella brillante que me saluda cada noche, el sol que nos calienta a todos –o casi a todos- por igual, y yo fundiéndome con ellos. Nada más.

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Fluir

Me miro a través de aguas cristalinas; las ondas me hacen desaparecer. Es un suceso natural. Todo debe continuar. La vista está cansada, los sentidos saciados, el corazón pleno, la conciencia elevada, el tiempo agotado, la vida vivida. Después de todo no sé qué habrá. Voy a tomar todos los cristales del mundo y a dejar en ellos mi reflejo fluir.

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Instinto

Arrancados fueron los cielos en que cobijados vivimos, celestes se tornaron el rostro y el cuerpo, y suaves; como las ondas del agua, como la brisa en el aire. Y también nosotros, energía encarnada, caminamos, como astros fulgurosos nos estrellarnos contra el futuro, cargando huellas y cegueras y nudos y cicatrices. Se duerme largamente nuestra alma: ¡No somos conciencia! ¡Somos fuerza bruta, fiereza que lastima en cada respiro! Guardianes del ego, bestias anhelantes, caminos postizos, puñales infectados de manos virulentas. Agua contaminada, ¡Somos instinto! Del equilibrio prescindimos, somos manos liberadas. En la paz nos escondemos ¡astutos entes divinos! Golpeamos con ímpetu nuestras caras Y lentamente caen sus pedazos ¡No somos conciencia!

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Índice

Despertar

9

La Caída

10

Sintiendo hambre

11

Boca reflexiva

12

El buen augurio

13

El rumbo natural

14

Tu ser

15

Espejos

16

Yo en el mar

17

De la arena

18

El secreto que una mano soltó

19

Amigos, yo no

22

Nada

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Fluir

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Instinto

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El Rumbo Universal Constanza Andrea Veloso Luarte se terminĂł de imprimir en el mes de abril del 2016 en los talleres de editorial Opalina Cartonera

www.opalinacartonera.blogspot.com

Tiraje segĂşn demanda

n°_______

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Los libros de la editorial opalina cartonera SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicaci贸n, delicadeza y amor

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