Homenajes / Rodrigo Palma-Amestoy

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Rodrigo Palma-Amestoy

Opalina Cartonera 3


Homenajes Rodrigo Palma-Amestoy Opalina Cartonera 2016 Edición a cargo de Juan Canales Diseño por Francisco Escobar Impreso en Valparaíso, Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección La Protocultura” Contacto autor: rodrigo.palma.amestoy@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas- 3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor

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Un tránsito por mi(s) estilo(s) poético(s): desde mi niñez a la actualidad. Una mirada a mis más honestos sentimientos de vida y un homenaje a quienes la han compuesto.

Dedicado a mi hijo Borja.

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Para ti

Tanta muerte llevan estos versos, tanta muerte, tanto miedo, que con solo; moriría; de poner en mi pie este momento. En tu tumba se aniquila toda patria de mi templo, porque a tu insospechada lejanía no sé llegar, no lo comprendo. Por eso ahora en esta hoja pacté en la muerte a cualquier precio, para que entregue y me escoja como el que lleve tu silencio. Tú ya no estás en este mundo, no estás en calma ni lamento, pero al fin sé que en cada grieta yo te averiguo y te siento. Ya no té iras porque en mi pacto le he robado a la muerte toda la vida que en su centro dejo clavada tu recuerdo. 9


De indolencias y homicidios A esos niños enmudecidos

¿Cuánto dolor cabe en el puñal de la palabra?, condenando, absurda, la belleza desbordada que se proclama desde los ojos clandestinos, desde la inocencia de una vida derramada. Y frente a los ojos de quien observa el desperdicio, ¿Cuánta frialdad cabe en su mirada? cuando la vida que se pierde en su exterminio, de tan pequeña, no cabe en campos ni montañas. Por las praderas indomables del abismo, en estos restos que llamamos como hogar, ¿cómo existe aquel oficio sin oficio?, que suena a trauma, sufrimiento y soledad. Y si estamos en las alturas de las razas, ¿cómo se entiende que el silencio nos destruya?: ante el horror de una metralla envenenada, que reconstruye un futuro de amargura.

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Silencio

Como la muerte es el silencio, que apaga todo lo que sé y lo que no sé, que nombra lo que el olvido parecía borrar, que vuelve siempre, una y otra vez. Como la muerte es el silencio. Como el beso inconsciente de la espuma en el mar, que se devuelve siempre sin comprender la soledad, de la arena que deja cuando se va. Como la muerte es el silencio, cuando tu voz se calla: no por que hayas muerto, sino porque solo calla. ¿Y qué espacio queda para la vida?, cuando el silencio está. ¿Qué sentido surge de ti?, cuando la no voz, la no risa, el no odio, el no amor, se hunden en tu pecho. Pues, como la muerte es el silencio.

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Y tú silencio que calla, no por que hayas muerto sino porque ¡solo calla! Hoy me hace callar a mí, no porque yo haya muerto, sino porque solo callo sin más remedio.

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Verso

Del misterio canta, canta, aparece del cielo y me envuelve. Y vuelve: a surgir del tiempo, de ese segundo que ayer perdí. Solitario, desterrado, enmudecido. Como el viento involucrado, con la lluvia y mi letargo. Me parece que en el cielo se apago tu lejanía, que me anima. Y rima: con las horas de tus ojos, con el paso ya cansado de los pies que me llevaron a la tierra y su espanto, hasta el cielo y su descanso. Y ahora tú, verso final; que me arrojas del olvido. Y vivo: más aún en este día, más entero en armonía, más secreto en tu risa, pues el verso que me llama más comienza que termina.

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Canto a los hombres en consecuencia

En el secreto sin fin de las palabras pronunciadas, vivió el hombre armonioso, de multitud insospechada. Vivió el ejemplo sin rencores, de la batalla más preciada. Vivió el secreto de la vida, inmortal y desahuciada. En la cima de un monte, del más alto en la montaña, con cabeza bien alerta y con anuncio de metralla, con la risa en consecuencia y la frente bien calmada, surgió del roce de una nube con la esperanza añorada. Este no es un elegido, ni un recuerdo en el alma, no es, tampoco, un forastero, ni una canción atormentada, es sólo un hombre, duro y blando, que se miro a sí en el agua, y comprendió que la miseria tiene razones encontradas. Y dio su vida por la de otros, en el silencio de su alba y no miro en ningún momento si ellos podían compensarla, porque advirtió que el futuro que nos espera en el mañana, vale la vida de una rosa y vale el fuego de un alma. Por eso bien vale la pena, que nos hundamos en su calma y que tomemos su nobleza; no para verla ni admirarla; sino que hagamos una hoja de la historia pisoteada y que podamos construir aquel secreto que nos lanza. 14


Hermana A mi pequeña hermana. Tengo una necesidad imperiosa, tengo un sentir estancado, se me va la vida en esto, me estremezco de pensarlo. Hace tan poco existes, y parece que hace tanto, si me preguntan lo que eres yo diría que un milagro. Mírame; te veo, te presiento, parece que estabas desde antes, parece que nunca te fuiste, parece que nunca llegaste, si hasta parece que existías desde antes que este aire. Ahora yo no existo si no estás, ahora siempre fuiste mi pequeña libertad, aunque hace un breve tiempo que te puedo encontrar, llevo toda la vida, en tu poema y tu verdad.

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Confesé: ¡en esta tarea, la vida se me va!, pero confieso que en tu risa, me devuelves eso y más; y al mirarte a los ojos, vuelcas mi mundo hasta llorar; y cuando me hablas en tu idioma, me estremezco en tu verdad. Para ti, hermana mía, para ti y tu libertad.

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Temor

De temor estoy vencido de temor y de locura porque tú, la flor más pura, me lamentas de olvido. En el sueño de tus días me derrumbo de ternura pues tu calma y melodía me retienen de locura. Hoy te amé como a mi vida y te amé de sensación hoy sentí que de tu risa se compone mi canción Este es mi sueño eterno sin sonido, sin silencio esta es mi fantasía mi temor, mi perdición.

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Esto es una improvisación

Vuelve de tu sombra inevitable, profunda, vuelve en tu armónica paz. Vuelve, deja de ser el cielo, deja de caer, aprieta las venas y vuelve, yo aquí estaré. Vuelve, vete a lo más hondo, amarra los caudales que dejaste de sentir y vuelve, para encontrar en ti mismo el sentido de no estar. Vuelve de allá, vuelve de acá, no regreses más antes de volver y cierra bien las ventanas pues al fin de esta tormenta esperaré tu vuelta, como ayer.

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Espero

Ausente en la presencia subterránea del cándido profundo de las rocas, me encuentro en soledad desesperada, ante el cálido frío de las sombras. Esas sombras son los recuerdos, de los hombres que se fueron en sus ansias a la tierra de la latitud desesperada. ¿Qué fue, qué sé, qué asombro?, se cuela en mi tertulia atormentada. Por traer de vuelta, simple ante mis ojos, el claro amanecer de la esperanza Poemas zigzagueantes de la vida que vuelven el recuerdo a la memoria, Retornan las cabezas de la vida, y vuelven a los seres de las sombras. Espero entonces el retorno, en el extremo torbellino de la palabra, de los hombres que se fueron con sus ojos, aquí, a la tierra con sus aguas. Y los espero ausentes de soledad y vivos en los ojos de los demás. 19


Poesía

¿Cuántas palabras necesita la soledad para escapar como los vientos fugitivos? ¿Cuántas miradas se requieren para amar, cuántos secretos, cuántos dioses del Olimpo? Con el recorrido de tus plumas de otoño alcanzas la distancia del infinito, llevando en tu perfumado arrollo los peces más preciosos, más temidos. Vete sincera hasta el tiempo y más allá, y vuelve con la sonrisa bien entera. Hasta mi centro, mi esqueleto, mi verdad, te necesito, señora alerta y traicionera. Tu calma suave es el sonido misterioso, dama serena, del invierno y primavera; que escapa frágil desde el más sutil sollozo, que se endurece cuando ve la primavera. Poesía, mi homenaje te espera, Insignificante, pero bien alerta. Puedes hundir en mi alma prisionera, tu puñal de libertad, de vida eterna. 20


Hermano

Tanto me tarde en este poema, como lo complejo de tu mundo. Y esperé paciente que viniera la latitud espesa de este segundo. Como es espesa la conciencia, de tener un hermano entero. Entero en carne, entero en alma. Un ser humano, hermano eterno. De niño te conozco, desde que no existes, y aun no puedo terminar tu verso. Como esos hombres diminutos, Que no caben ni en el más amplio universo. Me sorprendes desde antes, sabio eres, como el viento, y en nuestras innumerables vivencias siempre has quedado como el tiempo. Y por aprender, mucho te queda, bien conoces eso. No hay peor tonto que el que se ciega, no hay mayor dicha que el conocimiento. Si lo acompañas de un grito humano por conservar algún sueño, 21


si lo recoges de un libro viejo, si lo regalas a un descontento; lo sentirás clavado en la sangre, te salvará del desconsuelo. Hermano, serás mejor, pues de mitades tú no entiendes. Siempre sigue con tu lucha, con tu corazón y tu razón. Y si el tiempo nos separa, no te preocupes del silencio. Siempre al final de una batalla, te llamaré como un lamento.

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Mírame de lejos

Mírame de lejos, que no se confundan nuestros rostros, pues no puedo ser más que un espejo, no tengo sueños ni tesoros. Se me confunden las miradas, se me revuelcan las palabras, porque no se ni lo que pienso, ni lo que miro, ni lo que oigo. Sólo me queda el recuerdo, solo la gracia de tus ojos, por eso mírame de lejos, por eso mírame sin rostro. No me toques ni me llames, que mis sentidos se han dormido, no me contestan ni me nacen, los remolinos del olvido, no se preñan mis palabras ni de dulzuras ni de goces, no se prende mi mirada ni de alegrías ni de luces. Se me desarma el esqueleto, de mi sentir desgastado, me atormentan los momentos, los que he vivido y los que callo. 23


Sólo me queda esta mano y el pincel de mis sentidos. El pensamiento masacrado, el universo y el olvido. Sólo me quedan mis entrañas, sólo el calor de mi camino, sólo me quedan las miradas de los espejos en que miro el despertar de mi silencio, mi despertar enmudecido, que pide a gritos que el tormento, sea un sueño sin sentido.

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Rocío

En el fondo del universo hoy desperté, acariciando el frío tenue de tu mirada, que me pregunta desde su lluvia enmudecida, si eras tú la sensación que yo esperaba. Llegaste al fin con tu boca inmensa de fantasía hasta el silencio de mi sentido, de mi armonía, para llenarme de tu locura de cielo eterno, para matarme de indiferencia y de misterio. No sé qué fue que en el momento que nos amamos cayo en el centro de tu mirada, de mi lamento, que me distrajo por un instante de la razón, de nuestras vidas, de nuestros rostros, de mi argumento. Eras del cielo eterna y breve como es el tiempo, gota de vida que me arrojas como un secreto, y mientras yo sólo trataba de averiguarte, me vi en ti, rocío frágil de tu silencio.

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Ausencia y esperanza

¿Qué remolinos pasan por tu alma? Esa es la pregunta secreta de los hombres, cuando de la garganta surge una batalla, cuando en los ojos se nubla el horizonte. Pero siempre está el amor subterráneo, que a veces no está visible en los rostros. Siempre surge el secreto de una mano, siempre encuentras el tesoro en un sollozo. Y si no estuve a tiempo cuando debí, sólo fue porque se me nubló la lejanía. Pero en el fondo siempre estuve ahí, siempre mi carne, mi sangre y melodía. Apóyate con todo lo tuyo sobre mi hombro cansado, que al saber que necesitas un refugio, se vuelve fuerte como el tronco de un árbol. No dudes de esto niña mía, como no deberías dudar del sol de los días. Sólo dime una palabra vida mía, y te daré mi corazón y mi armonía 26


Epílogo

Y si mañana ya no estoy, ¿qué quedará en el tiempo si mañana es el silencio el que se apodera de mi voz?. ¿Qué quedará en el tiempo?, si mañana ya no estoy. ¿De qué se harán mis manos? ¿De qué mi pecho y mi razón? ¿De qué ondas mi sonido?, si es que mañana ya no estoy ¿Con que latido palpitará mi corazón? ¿Qué pies caminarán mis pasos? ¿Qué pasos daré yo?, si es que mañana ya no estoy. ¿Quién pensará los versos que escribo hoy? ¿Quien mirará tus ojos como los miro yo? Y si mañana ya no estoy, ¿De qué servirá el sonido que se propaga de mi voz? ¿Dónde irán las mariposas rojas Que imaginé en tu corazón? ¿De qué habrá servido amarte profundo como el amor? ¿Qué labios besarán los tuyos? 27


¿Qué signo haré yo? Y si mañana ya no estoy, ¿Qué duelo misterioso, cubrirá el dolor de hoy?

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En el silencio de la noche

Que difícil, se supone que fuera, tanto tiempo de mí y mis entrañas sin tocar lápiz ni hoja. Se diría que falta fuerza, práctica, después del descanso, después de la calma. Y heme aquí de nuevo; ¿quién sabe cómo, cuándo, por qué?, tocando cada gota de tinta con una de gota de mi mismo, con mi sudor, que es mi sangre. Y sale con fuerza, con energía. ¿Será el haber conocido una vida?. ¿O será el calor rojo que se acercó? sin tocar más que lo apenas perceptible pero que me lleno de pánico desconocido. ¿O será el frío que se confundió con las palabras, las ganas que tuviste de que esto exista?, las que crearon sin material estos versos desarmados, ¡que no son hechos por mi!, sino que por esa voz ancestral que me los pidió a gritos.

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En fin, estos versos eres tĂş, que me dijiste cosas que nadie me dijo, y yo a mi modo las traspase al papel, y deje una parte en ti, y otra en mi, y otra en el silencio que esa noche no se pudo callar.

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Colibrí

Hoy te observé, colibrí. El movimiento de tus alas, que se asemeja a la marea, que se queda en la calma. Y yo, sin más remedio, te miré y no pude dejar de imaginar, mi vida condenada a despertar.

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Amante

Como amantes nos vestimos, yo galán, conquistador. tu sincera, pretenciosa, nos amamos sin pudor. Siempre fuiste mi maestra y yo el arquero que apuntaba. Sin dar blanco a la primera, mas con fuego en cada bala. No me separo de tu brisa, pues alimenta mis palabras. No me desnudo de tu risa, pues es quien besa mis entrañas. Amiga eterna y solitaria, te han pretendido más de mil. ¿A qué distancia está tu alma? ¿Quiénes de ellos van a ti? Porque no caben en el juego, celos, complejos, ni rencor. Y en el absurdo de tu vuelo, dejas destrozos sin temor. 32


Diosa del tiempo, de los versos, diosa del odio y del amor, si algún día me alejo, vuelve enseguida a mi canción.

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Universo

Insomnio cósmico de pirámides lunares. Torbellino de la ilusión espacial. Abismo de algún mundo infinito. Universo espectral de fantasmas que lo habitan. Fantasmas que nunca existieron. Soledad de un cráter inerte. Mariposa sin alas como mi amor. Melodía de vientos entre nubes cósmicas de polvo espectral. Imagen de infinito, de sueños y locuras, mis locuras. Sentimiento que sólo siento por ti y me hace imaginarnos en todos estos lugares, con todos nuestros sentidos, con todas nuestras corduras.

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Índice

Para ti

9

De indolencias y homicidios

10

Silencio

11

Verso

13

Canto a los hombres en consecuencia

14

Hermana

15

Temor

17

Esto es una improvisación

18

Espero

19

Poesía

20

Hermano

21

Mírame de lejos

23

Rocío

25

Ausencia y esperanza

26

Epílogo

27

En el silencio de la noche

29

Colibrí

31

Amante

32

Universo

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Homenajes Rodrigo Palma-Amestoy se terminĂł de imprimir en el mes de abril del 2016 en los talleres de editorial Opalina Cartonera

www.opalinacartonera.blogspot.com

Tiraje segĂşn demanda

n°_______

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Los libros de la editorial opalina cartonera SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicaci贸n, delicadeza y amor

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