De Tiempo y Muerte / Víctor Escobar Arias

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VĂ­ctor Escobar Arias

Opalina Cartonera

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Víctor Escobar Arias Opalina Cartonera 2015 Edición a cargo de Jhon Bacanalés Diseño por Macarena Yupanqui Impreso en Santiago de Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección Poesía Inalámbrica” Contacto autor: vh.esar@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas- 3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor

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Despertar 6


A propósito del tiempo

Una lluvia de espadas aceradas, un huracán de abejas borrachas que pasan raudas y dejan la piel lacerada, así el tiempo que nos traga Veloces los soles ebrios que no respiran y las lunas huérfanas de nosotros que corren al desierto de la nada para disecarnos y lejos vomitarnos Nada lo detiene, ni el reloj que es cómplice, su lacayo, su fiel servidor, su instrumento, ni el espacio en el cual nos hallamos, está fuera de todo contexto, el tiempo ¿Somos nosotros los finitos, los que nacemos con fecha de vencimiento, como simples productos perecederos que se debe consumir rápidamente? Vuelo a raudales es el tiempo, o nos permite descansar ni recuperar pasado sólo presente como un juego de espejos sin memoria ni rastros, un instante solo Una lluvia de agujas que no sentimos y que al darnos cuenta es tarde para hacer lo que pensábamos, el tiempo nos da cancha y nos gasta

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Aún estamos en pañales, avanzamos creemos, con fulgor y prestancia, pero no, no somos dueños del tiempo, aún no, y no pierdo la esperanza que se logre mañana

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Canto fúnebre Las horas se repiten sin freno y nadie logra detener el vuelo del tiempo que se esfuma y bebe el instante pasado los besos se van con el viento y la memoria que claudica, los abrazos son como los amores que son muy pocos o únicos somos el ayer de alguien o algo nada es estático ni el aire respirado ni el agua que siempre se mece ni el cielo que cambia cuando amanece pero somos el mañana de los ancianos, de vecinos, familiares, amigos somos el futuro de los antepasados que nos legaron sus sueños sólo un hilo invisible llamado hoy nos tiene entre sus manos y no hay otro momento parecido al actual, por ello vive, va donde no es virtud perlas los segundos que se unen, acurrucan formando collares y así repetidos hasta no más, hasta nuestro final y más allá 9


Certera... No tienes ningún respeto, eres infame, juegas con todos, nunca pierdes el aliento, y llegas como el rayo o el tormento, lenta y/o certera. Como quieres así respeto, eres mortal, rauda y reina de la noche glacial y eterna, no vienes de invitada, llegas, golpeas y te vas. Juguetes en abundancia posees, eres extra millonaria de nada, incalculable dueña de senderos desconocidos, de mundos vacíos y mudos. Entre tus manos de traidora jurada y patentada los niños, mujeres y hombres de todas las edades y condiciones son tus incondicionales. Vaho de nunca más, beso último y adiós del aire ebrio que se duerme y no nos llega más, ni el ruido del viento ni la alegría de la luz.

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Justa, en lo moral, te hallo, prima del dolor y del silencio, enemiga de lo eterno, bandera de lo nefasto y, oportunidad del futuro. No veré tu sonrisa a mi hora llegada, sólo sentiré tu perfume de «no más nada» y sonreiré sabiendo que de tu seno mamaré por el resto de los tiempos. El pasar, el tiempo, nos borrará de las memorias y éstas a su hora irán a juntarse con los ya idos, formaremos parte del lado oscuro de la existencia, de lo que creemos es la vida

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De muerte... las estrellas bailan los siglos mientras como migas, una a una, todos nos vamos disolviendo la noche es profunda y ciega más negra que el hocico del miedo más secreta que palabra no dicha los respiros se acumulan en el aire los sueños todos extraños o llanos los ríos van de luto para no ser vistos el corazón se aferra al cuerpo como feto a la bóveda mojada: la vida pasa y todo nos abandona...

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El cartero de la muerte Llegan ruidos de aquel cartero enhiesto, sin risa ni rostro que viene de lejos, que nos trae una lágrima ensangrentada, ese que habita en confines inimaginables. Huelo su pútrido vestido ajado, su sudor letal y su huella fétida sin sombra y el calor que su paso deja devastando las cosas y los seres, es él quién siento que viene. Trae sólo correo para mí, lo sé, lo vi en la punta brillante y ensangrentada de su guadaña, siempre la misma desde que nacimos en este azul sueño. Seguramente trae el nombre de un ser amado, de un pilar de mi corazón, de alguien que vale mucho para mí, además su glacial ojo hueco me señaló. Viene sin prisa, pero contento, pues me llega el tiempo de acantilados inciertos y vertiginosos de soledades, trae su bandera en señal de vencedor. Su amo supremo, la muerte, el no ser, la nada, lo infinito mudo y sombrío, lo envía con un gozo de niño por su trofeo inmerecido, pero natural en esta existencia. 13


Su mueca al estirar el papel será mi dolor, hasta mi final, hasta cuando tenga coraje y venga a nuestra cita tantas veces retrasada, ahí de pie, sabe, me encontrará con una sonrisa. Siento el temblor de las flores y el palpitar de las piedras que no osan mirar el cielo, del viento que se arrastra quedito y esconde entre las ramas de árboles más pequeños. Los senderos se inclinan como los caminos mientras que él, marcial, acomete su flagelo, mi puerta está abierta no tendrá que derribar muros sino llegar, abrir el abismo y el llanto.

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El silencio en silencio... Con una lluvia de pertrechos el silencio me acecha y ataca, como una quilla sigue tu nombre y no quiere que pierda tu norte, el silencio me asesina Como manada de ecos los segundos me traen tu recuerdo, con ráfagas de temporales al paroxismo el silencio me trae tus besos, él se llevará mi pellejo Como una experta tejedora ata los cabos vividos juntos y ha confeccionado una camisa de fuerza, en silencio, el silencio engloba el resto Como virus maléfico y mortal lame mis talones y al igual que el viento en la arena borra todas mis huellas, el silencio me empuja a no ser Nada me dice, nada me reclama, habita mis cosas y mis momentos, se despliega como la parca en la alegría, como buzo de viento llega y se acopla a mí en silencio 15


El silencio silenciosamente, artĂ­stica y solapadamente me encerca, me hace su centro, me concentra e invade lo que queda de mi sin ti y en silencio el silencio

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El silencio... El silencio mustio del tiempo envejeció el camino, los calendarios ebrios y canosos borraban las huellas, la llave de sol tu paso siguió, la voz del viento humedeció gélidamente en tu ventana, la vida se me derramaba entre tu nombre y el sueño de tu mirada, las luces olvidaron su casta y su alcurnia e infelices ni lloraban, las cosas apenas eran la existencia casi respiraba: venías de poner la alfombra del adiós... París - 2012 17


El tiempo es... El tiempo es incomprensible pero racional y contable, como desgarro y traición a la madre razón, y al corazón El tiempo es hechizo de niño, de promesas ajenas de algo bello hasta cuando tratas de aclarártelo, entonces el dolor y lo finito en todo Se nos va el tiempo, nos queda poco tiempo, el tiempo es corto, me repetías dándome un beso y yo estrechándote con fuerzas Nos estamos gastando, susurrabas y en esa algarabía de nubes que me producía tu cuerpo retenía nuestro tiempo El tiempo es una estructura acordada para nuestro mundo, para nosotros los habitantes de este pequeño planeta, hecho a nuestra ínfima medida El tiempo nos habita, nos roe, hace desaparecer lo más querido, termina con la vida que conocemos, pero continúa con la que nos sucede 18


Al tiempo lo vestimos de relojes, de nĂşmeros, lo medimos en sus costuras mĂĄs escondidas y siempre se nos escapa, es la constante invariable de la existencia El tiempo, ese algo gris que se confunde entre las cosas, las personas y otros seres, que de vez en vez es asoleado y claro que nosotros los ilusos festejamos El tiempo veneno, gota a gota, en la piel y en el pensamiento, que nos devora y lleva lejos del primer llanto, del primer paso El tiempo lo imagino como una cuerda inalĂĄmbrica, bien trenzada e invisible al ojo, a la foto, al escĂĄner, a todo, y abandona cuando menos lo esperamos

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El tiempo no es El tiempo es la flecha que no vemos venir y ya al percatarnos nos vamos el tiempo es cuando no sabemos que llegó la floración y nos despertamos en invierno el tiempo es el criminal perfecto se piensa que es él pero no se condena nadie lo ha visto allí o allá el tiempo o el fantasma del pasado un beso se da y borra al momento sólo nos queda el calor de su huella el tiempo veneno dado con el primer grito nos cambia, nos hace como arcilla, nos consume con parsimonía y cadencia el tiempo no se toca ni bebe ni se siente está en nosotros y nos degusta pacientemente, pero para nosotros es muy rápidamente el tiempo es ese algo que nos falta para realizar sueños en realidades, es eso que pasa con paso secreto

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el tiempo amor nos empuja fuera del cĂ­rculo de los besos y las caricias el tiempo nos va quitando la vida el tiempo este no es mĂĄs el tiempo nuestro se volĂł el tiempo no es

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El tiempo Veneno lento, el tiempo, virus sin solución, banco vacío donde deposité mis deseos, valores, sueños, esperanzas y todo, todo lo que poseía y creía, mismo la vida al final dejaré. Cuchillo rancio que al nacer nos acaricia y ya nos quita lo poco que tenemos: energía, el tiempo, argumento viejo para ancianos que han entendido tarde, pero conscientes del daño. Vil aliado, amigo pero traidor, bello pájaro de mal agüero, máquina de hacer seres y gente, todos diferentes en todos lados, pero cada cual enjaulado, y su boleto marcado: no vale otro

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El tiempo... El tiempo une o separa, junta o mantiene la unión de aquellos que poseen el mismo sentimiento de entrega. No hay regla en esto sólo confianza mutua, esperando mañanas que valen la espera. El tiempo desgasta y desespera los corazones que deben estar juntos, calma dolores o abre heridas nuevas, él es, sin estar presente, la medida. No hace visitar el centro de las soledades y el nuestro, es espejo de incapacidades y cementerio real de deseos. El tiempo nos hace vislumbrar mañanas mejores, mañanas soñadas, y nos trae verdades ingratas, nos devuelve nuestras debilidades. Nos borra, poco a poco, con su paciencia afilada e infinita, la memoria, los amigos, las cosas y nosotros mismos, el tiene la ventaja de estar y estar siempre. 23


El tiempo que medimos con medidas a nuestra escala y al cual llenamos de cifras ni se inmuta de lo nuestro. Lo interpretamos con nuestras reglas de simples pasajeros humanos, con los conocimientos rudimentarios que nos sirven para organizarnos. El tiempo tiene miles de rostros y ning煤n coraz贸n visible, nos arrastra y nos divide la piel, la conciencia, la vida.

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En la muerte... en la muerte se queda lo vivido, lo perdido lo amado, lo olvidado en la muerte se duerme lo ansiado, lo anhelado la dicha y lo dicho en la muerte se paran los sueños, las promesas las palabras que aquí escribo en la muerte fallece el ritmo y el sentido el camino de los relojes en la muerte muere mi muerte y la muerte que para mí no es muerte París - 2013

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La de la cita...

Como toro furioso anda buscándome como misil intercontinental y yo su blanco, pero difícil le he salido pues de vereda he cambiado, he dado abrazos y compartido con muchos quedándome en cada uno, por eso que no me encuentra, no ha podido dar con mi huella. Como virus feroz me persigue y quiere tocarme que sea para festejar su victoria, como luz sin vida arrastra su ira, su desencanto, su locura y su apatía, todo para darme un beso vacío, está detrás de cada segundo encima de cada nube cargada. Al parecer ha envejecido pues está más vil y anuncia guerras por doquier y se presta encantada, se alimenta del dolor y el miedo, del orgullo y de lo necio para reinar sobre lo vivo, por ello no me ha hallado parezco viento por los caminos.

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Ha lanzado sus aliados tras mis pasos, por ahí algún mal me he encontrado, pero lo he afrontado y sigo avanzando, pienso que sus comunicantes no pasan el dato a tiempo o mal transmiten por desesperados, sé me está esperando para mostrarme su dominio y, muy bien, sabe que no estoy apurado, aunque confieso que sí asistiré a la cita, tarde si...

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La muerte... (a manera de cueca) La muerte, la muerte, la muerte me anda pisando¡los callos ya! Se anda enredando en mi familia la pelá la muerte, la muerte, la muerte buscándome anda ya y no sabe y no sabe la chichita que le está esperando acá, pobre pero curaora le saldrá la muerte, la muerte, la muerte anda dejando la embarrá, ya no tengo veinte años y creo por eso será, sera qu'estoy más buen mozo já já já la muerte, la muerte, la muerte anda dejando la embarrá, se me va la parentela ay ay ayaa, si hasta un perrito me llevó la desgraciá y solito dejándome ya la muerte, la muerte, la muerte les diré no me gusta p'ná, pero si quiere un torito que venga p'acá, le haré empeño a la despelotá y mismo si quedo le gustará 28


la muerte, la muerte, la muerte ni de las mechas me llevarรก claro lo digo porque pelao estoy ya, la muerte, la muerte, la muerte de mi se enamorรณ jรก jรก

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La Muerte Descalza, sin aros ni anillos, eternamente adolorida, por la ventana del jardín que aún no poseo, vendrá; ella estará a la cita no como algunas que me dejaron en la vereda y, que todavía espero verlas... Flamante, sin risas y sin brillos, rauda cual pensamiento, limpia como la aurora, así, lúcida y sin sonrojar, venida del fondo de ningún lugar; su vacío besará mi mano y se quedará con el resto. Sin taparrabos ni bultos, como flecha oscura herirá el sol de mi mirada, alojará sus labios en mi y la cortina de los años consumirá; así, como al borde de la vida, me cantará «duerme, duerme mi niño ya»...

París - 2012

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Noción primera de muerte Los hombros bajos, el paso lerdo, mi hermano, en sus manos cargaba la pena del mundo, de su mundo y del nuestro, en aquellos años por una botella un pollito casi recién nacido y, esa tarde solo, yendo al fondo del patio como en funeral solitario, llevaba el cuerpo del animal, llorando como todos nosotros, sintiendo que despedíamos a un familiar querido lo mismo si era un ave de corta vida. No ha habido en mi existencia la sensación como ésa, la primera, de la pérdida de alguien o algo amado, cierto era como toda primera cosa, algo nuevo, algo que marca la memoria y la inocencia. Esa bolita gorda de plumas amarillas era parte de la familia, nos llegó por un trueque y la aceptamos en el seno de la hermandad, mi hermano hasta dormía con ella y todos jugábamos y la cuidábamos. Por esas cosas que suceden si saber por qué son así, sin entender las cosas graves de la existencia, una tarde ya sus patitas no quisieron correr, nosotros más ánimos poníamos 31


en hacer bromas, tonterías, para que se levantara y nos alegrara, nada pudimos y sobre todo no entendíamos qué le pasaba, nuestra madre nos lo dijo con mucho cuidado: nada es definitivo, nada es eterno. Nos miramos acongojados y en el fondo de cada uno supimos que la muerte existía y que podía golpear la gente que uno quería, con la cual se vivía. Mi hermano un poco en su mundo guardó el mutismo hasta la llegada de nuestro padre y que estuvo puesto al corriente de su llegada, tomó a mi hermano y le explico lo sucedido, mi hermano bajó su cabeza y llovía en sus ojos y en el corazón de todos.

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Tiempo..... Los minutos se desvisten lĂĄnguidamente y asĂ­ el tiempo es mi enemigo ardiente

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Última cita Tengo cita con el silencio cerca de la última estrella allá al comienzo del tiempo; un pequeño paso solamente y ni mi huella sobrevivirá pues es la puerta obligada; mis sueños serán mientras vivas mi amor lo llevarás hasta allá protegerás lo nuestro de la eternidad; despierto sé del adiós final, único, del beso que florecerá en el recuerdo cuando me pienses o me nombres; todo camino principio y fin como todo pensamiento, puesto que somos para no ser; no vendré de este viaje sin destino ni estación preciso que sí te amé.

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Índice

A propósito del tiempo Canto fúnebre Certera De muerte… El cartero de la muerte El silencio en silencio… El silencio El tiempo es… El tiempo no es El tiempo El tiempo… En la muerte La de la cita La muerte (a manera de cueca) La muerte Noción primera de muerte Tiempo….. Última cita

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7 9 10 12 13 15 17 18 20 22 23 25 26 28 30 31 33 34


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de VĂ­ctor Escobar Arias se terminĂł de imprimir en el mes de agosto del 2015 en los talleres de editorial Opalina Cartonera www.opalinacartonera.blogspot.com

Tiraje inicial de 22

n°_______

39

ejemplares


40


Los libros de la editorial opalina cartonera SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicaci贸n, delicadeza y amor

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