Número 170:Nomadismo

Page 1

BĂ—P YYYJJ t NBZP

170

rector Dr. Arturo FernĂĄndez PĂŠrez vicerrector Dr. Alejandro HernĂĄndez Delgado directora escolar M.D.I. Patricia Medina Dickinson opciĂłn. Revista del alumnado directora Andrea GonzĂĄlez Aguilar consejo editorial ComisiĂłn de redacciĂłn Vilma Favela Emmanuelle Oropeza Francisco Osorio Andrea Reed Eric M. Tomasini ComisiĂłn de material grĂĄfico Fernando LĂłpez MartĂ­nez SFMBDJPOFT QĂžCMJDBT Z suscripciones Marina CarreĂłn

on. itam.mx

Sitio de aquellos cuentos infantiles, eres la tierra entera. A todas partes vamos a no volver. Estamos por vez Ăşltima en dondequiera. josĂŠ emilio pacheco

Nomadismo

irĂĄs y no volverĂĄs

Nomadismo un ceniciento en sĂŁo paolo Fernando Reyes el sonido en la piel del agua Estrella Asse in memoriam julian meza / Isabel Zapata, VĂ­ctor GĂłmez, Aleister Montfort

DPNJUĂ? DPOTVMUJWP Dra. Claudia AlbarrĂĄn, Lic. Aldo Aldama, Lic. CĂŠsar Guerrero, Dr. Mauricio LĂłpez Noriega, Mtro. Alonso Lujambio, Dr. JuliĂĄn Meza , Dr. Alejandro PoirĂŠ

BĂ—P YYYJJ t NBZP

170

diseĂąo editorial alexbrije + kpruzza cuidado de la ediciĂłn Sandra Luna JNQSFTJĂ˜O Producciones Editoriales Nueva VisiĂłn MĂŠxico d.r. Š opciĂłn revista del alumnado del itam RĂ­o Hondo 1, TizapĂĄn, San Ă ngel, 01000 MĂŠxico, D.F., Tel./fax 5628-4000, ext. 4669 opcionitam@yahoo.com.mx http://opcion.itam.mx ISSN: 1665-4161 reserva de derechos al uso exclusivo: 04-2002 t $FSUJGJDBEP EF MJDJUVE EF DPOUFOJEP opciĂłn es una revista universitaria sin fines de lucro. Todos los derechos reservados. Queda estrictamente prohibida la reproducciĂłn total o parcial de esta publicaciĂłn, en cualquier forma o medio, sea de la naturaleza que sea, sin el permiso previo, expreso y por escrito del titular de los derechos. Los artĂ­culos son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente el sentir de la revista. Revista indizada por Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales (clase). Integrada al Sistema de InformaciĂłn BibliogrĂĄfica sobre las publicaciones cientĂ­ficas seriadas y periĂłdicas, producidas en AmĂŠrica Latina, el Caribe, EspaĂąa y Portugal (latindex).

Tiraje: 2,500 ejemplares

O_170_PORTADA ok.indd 1

5/3/12 12:51 AM


{CONTENIDO}

nomadismo LITERARIAS 4 Cuentista rodrigo zepeda

EXÉGESIS 22

SECCIĂ“N ESPECIAL: IN MEMORIAM 65 Del otro lado de la vida

Casa y camino

lee

Yo quiero suscribirme

juliĂĄn meza

cristina estefanĂ­a barnard gonzĂĄlez

6

ParĂĄbola de viento

Como un sol entre cĂŠfiros y trinos

PequeĂąo Cuaderno de Viaje. Una aproximaciĂłn a Sendas de Oku de Matsuo Basho

gerardo alcĂĄntar

luis javier mondragĂłn

luis mireles flores

8

66 24

Dru an’s

juliĂĄn meza

70

. 930

m, 1

Memorias de un nĂłmada (Periplo por diversos e inciertos orĂ­genes) ,d

d Lyn

Seis lĂ­neas para JuliĂĄn Meza

rd Wa

erie

s e la

dm Ma

76

JuliĂĄn, el educador aleister montfort

14

HabĂ­a una alondra

46

maria elena solĂłrzano

Borneo sebastiĂĄn romero uribe

REFLEXIĂ“N

por

LIBROS: JULIĂ N MEZA 48

La magia de la diĂĄspora cecilia durĂĄn mena

80

CerdeĂąa, la isla de Eolo andrea gonzĂĄlez aguilar

54

Tres nĂłmadas oscar medina

mariana dĂĄvila moreno

81

Ă ngeles, demonios y otros bichos francisco osorio adame

El sonido en la piel del agua

56

estrella asse

Un nĂłmada en la guerra. Entrevista con Alberto Arce

82

vilma favela y andrea gonzĂĄlez aguilar

20

Retrato de familia con economista eric martĂ­nez tomasini

opcion. itam.mx

Defendiendo a Ron Mueck miguel ĂĄngel espejel ortega

83

GRĂ FICA OCULAR 33

AGRADECIMIENTO Pedro Meyer

CĂĄndidos y tartufos andrea reed

FotografĂ­as de: javier silva

COLUMNAS 84

dinĂĄmicas sonoras carlos spĂ­ndola

Portada: Š Pedro Meyer, El asombrado. Contraportada: Š Pedro Meyer, El asombrado 2 y El asombrado 3.

O_170_PORTADA ok.indd 2

3FQĂžCMJDB .FYJDBOB

19

SudamĂŠrica

La cĂĄmara lĂşcida de Roland Barthes

DESTINO

16

claudia sĂĄnchez rodrĂ­guez

rodrigo zepeda

$PSSFP FMFDUSĂ˜OJDP

Poemas de Oslo

5FMĂ?GPOP T

41

$JVEBE

Impresionismo

3FTUP EFM NVOEP

vĂ­ctor gĂłmez

13

PaĂ­s:

La palabra del maestro; el verso del nĂłmada

Domicilio:

71

Nombre:

fernando reyes

esteban govea

TFNFTUSF

Un ceniciento en SĂŁo Paolo

%FTFP TVTDSJCJSNF B PQDJĂ˜O B QBSUJS EFM OĂžNFSP

28

"NĂ?SJDB EFM /PSUF $FOUSPBNĂ?SJDB Z FM $BSJCF

Hombrecillo brutal y solitario

1 aĂąo

isabel zapata

12

5/3/12 12:51 AM


B×P YYYJJ t NBZP t JTTO

170

Nomadismo


{EDITORIAL}

Memoria, sabiduría y agradecimiento La sabiduría debe saber que lleva en sí misma una contradicción: es una locura vivir demasiado sabiamente. edgar morin

E

1 Edgar Morin, Amor, Poesía, Sabiduría, México, Seix Barral, 2001. p. 73.

scombro entre las notas de una clase lejana. Escribir permite releer, volver a escuchar. El Cervantes narrado por Julián Meza oscila entre los límites de la expresión escrita y el lenguaje oral. Así viajamos entre la imaginación y el recuerdo; es esta modernidad de no permitir que algunas palabras se sumerjan en el olvido de un cajón porque todo “lo importante” parece estar escrito, apuntado en algún lugar (guardamos papeles y muy poco hemos ido dejando para la memoria y para la voz; tal vez por eso la insistencia de viajar con un cuaderno). Han habido pocos, muy pocos, momentos tan conmovedores y honestos como el de esa última clase de Julián Meza antes de su jubilación. Era un jueves a medio día, la última clase del semestre, y el salón irrumpe en aplausos. Aplaudir y agradecer. La gratitud no es exactamente un homenaje sino una forma de recordar. Se pregunta Heidegger, “¿qué es pensar? Pensar es estar agradecido”. Se pregunta Edgar Morin por la sabiduría (en un texto que conozco gracias a Julián) y responde: “creo que las grandes líneas de la sabiduría se encuentran en la voluntad de asumir las dialógicas humanas, la dialógica sapiensdemens, la dialógica prosa-poesía.”1 Pensamiento y sabiduría. Siguiendo las notas de esa primera clase sobre la obra de Cervantes, la genialidad de Don Quijote es que personifica esta tensión: sus grandes y célebres momentos son de lucidez y locura, encimados uno sobre el otro. Don Quijote es más que un soñador: es un hombre que imagina, un necio que quiere seguir viviendo en un mundo que ya no existe. Pura locura. Pero es en este espacio intermedio entre lo real y lo imaginado donde se encuentran OPCIÓN 170 EDITORIAL

{2


los viajes, los desplazamientos, el cambio. Por eso existe en ellos la posibilidad de ser feliz, aún con las verdades a medias, aún con esta irracionalidad que implica volverse presa de una incertidumbre traicionera y seductora, incontrolable. Aún cuando lo que se contemplen sean espejos de algún recuerdo lejano. Por eso, “habría que aprender a jugar, lúdicamente en cierto modo, con esa parte irracional de nuestras vidas y saber aceptarla”2 El viaje del nómada como un juego, un juego que es goce pero que también, es cierto, admite una aptitud para sufrir. Para ésta exégesis, termino leyendo sobre el “tipo” particular de nómada que es el antropólogo. Así, entre los viajes de Pierre Clastres al Orinoco, también regreso a Julián Meza, a ese recuerdo donde la palabra amistad se repetía sin caer en lugares comunes. La amistad como un lugar donde se comparte la comida, la bebida y la risa. La complicidad que toma la forma de “unas vacaciones; comemos, nos quedamos echados en las hamacas, conversamos, nos echamos pedos.”3 Pero la amistad también como un ritos que hemos olvidado, donde se comparte la tristeza y la esperanza: Un niño está gravemente enfermo y las mujeres buscan su alma que le ha dejado. La llaman para que reintegre el cuerpo y devuelva la salud al pequeño […] El hombre nos pregunta si entre nosotros las mujeres hacen lo mismo. “Si, pero hace mucho tiempo. Lo hemos olvidado todo.” Nos sentimos pobres. […] Cuando el padre posa el cuerpo en la hoguera, las mujeres estallan en gemidos, todos los hombres lloran, un mismo dolor nos atraviesa.4

2 Edgar Morin, Ibid. p. 66.

3 Pierre Clastres, Investigaciones en antropología política, España, Gedisa, 2001. p.14.

4 Pierre Clastres, Ibid. p.26.

Por eso la del nómada es una memoria inacabada, abierta al tiempo, al espacio, a los hombres, a la condición humana: el homo sapiens, demens, lúdico, risueño, que llora a aquellos que se van. Tal vez por eso la memoria escrita termina siendo nuestro lugar para recordar; es ahí donde permanece una parte de nuestros viajeros: Los griegos fueron a Troya, a Sicilia, al Bósforo; los romanos a Hispania, a Britannia, a Egipto; los bizantinos al reino vándalo en África, a Italia, a Spania; los catalanes a Cerdeña, a Sicilia, a Nápoles, y los grandes desplazamientos de éstos y otros navegantes a los largo de los siglos han hecho de la historia del Mediterráneo una historia sin final, porque aún no ha acabado de escribirse, y acaso no se acabará de escribir jamás. 5

Andrea González Aguilar directora editorial 3} EDITORIAL OPCIÓN 170

5 Julián Meza, Un nómada encallado en la modernidad. En Estudios no. 100, vol. x. p.21.


{LITERARIAS}

Rodrigo Zepeda Estudiante de Matemáticas Aplicadas, itam y de Lengua y Literatura Hispánicas, unam.

Cuentista

A

sí pasaron los treintas, con los zapatos junto a la cama y los sonidos de la posguerra en la radio; los filmes dominicales y las vidas de gris… Una vez dimos una vuelta en un convertible rojo, viajamos por Berlín; conocimos los amores epistolares, las estelas de los edificios. Al volver saboreamos los cafés de media tarde y recibimos las banderas rojas del treintaitrés.

Así pasaron los treintas y Hans Christian Andersen se mató por su mujer y los nazis y Mickey Mouse…

Te gustaban los sombreros de Inglaterra, las faldas no tan cortas, las escapadas en la noche y los escaparates vacíos donde nos bañábamos en reflejo…

Hans Christian Andersen se suicidó porque Mickey Mouse sabía que su esposa e hijo eran judíos…

1 Quien en la película Die Schwedische Nachtigall (1941) interpretara a Hans Christian Andersen. Joachim se suicidó con toda su familia, ya que Goebbels (conocido en el mundo del cine alemán como “Mickey Mouse”) descubrió que eran judíos.

De los treintas recuerdo tus ojos marinos; recuerdo los cines y sus cortinas; recuerdo tus ojos marinos; los titulares una de las tantas noches… el ruido de las ventanas antes de cerrar tus ojos de mar del seis de noviembre y los míos de escarcha de mil novecientos cuarenta y uno…

In memoriam Joachim Gottschalk1 OPCIÓN 170 LITERARIAS

{4


© Pedro Meyer, 1989.

5} LITERARIAS OPCIÓN 170


Luis Mireles Flores Estudió economía en el itam y filosofía en lse. Es candidato a doctor en filosofía por el Instituto Erasmus de Filosofía y Economía (eipe), Rotterdam e investigador asociado en el departamento de filosofía, Universidad de Helsinki. Es fundador y editor de la revista académica Erasmus Journal for Philosophy and Economics.

Parábola de viento

Mitchell Library, ca. 1912.

Un viento cósmico recorre mi silencio, vendaval acariciando la noche. Siguiendo la armonía de la nostalgia, dejo que mi piel se desvanezca. Amén, amén: visto de azul porque soy hijo de la trémula tormenta. Soy príncipe en las tierras de caliza. Soy barro venturoso que se esparce por el mundo. Nacido en la hoguera de los mares, me incinero y renazco en el corazón del tiempo. OPCIÓN 170 LITERARIAS

{6


Soy el hombre jaguar, el hombre cocodrilo, soy delfín y soy la liebre amante. Cuando fui obsidiana vestí de verde oscuro: desgarré la ofrenda voluptuosa de la Luna. Viví en el vientre de la más bella princesa de los lagos. Mi madre tuvo los ojos más febriles de las tierras de Levante: todo sueño se incendió con su fragancia. Despertaban sus labios vorágine de fantasías. Sólo el hombre de la vara y las serpientes fue capaz de contener su ardor. Mi padre fue gran sabio y guerrero en las batallas de la afirmación perpetua: las batallas del sustento de los cielos. Encontró en el vacío a su letal adversario (pelearon por centurias). Con sus espadas chispeantes chocando en la cima de algún monte sacro, se ahogaba la noche. El alba sonreía con orgullo al sorprenderlos agitando el portal de su castillo. Flameante el devenir del médico guerrero: su mirada fertiliza las planicies de la sombra, sus proezas han cimbrado hasta a la muerte. Persiste insobornable en su batalla, aunque nadie atienda nunca las heridas insondables que alberga suturadas en el alma. 7} LITERARIAS OPCIÓN 170


Gerardo Alcántar Licenciado en Administración, itam. Cocreador y lucutor del Podcast Da-Más Gratis.

Como un sol entre céfiros y trinos Duane Michals.

U

n rayo de sol en su cenit me sacó de mis sueños. Desperté desganado y de mal humor. Abrí los ojos y miré las nubes del cielo. Darme cuenta de que el pasto del camellón de una importante avenida de la ciudad había sido mi lecho la noche anterior, fue una verdadera revelación para mí. ¿Cómo llegué ahí? Mi sorpresa fue mayor en ese día tan inusual al observar mis manos. Estaban sucias, percudidas, con las uñas largas y llenas de tierra; no podía distinguir las líneas de mis palmas. Era como si llevaran años sin limpiarse. Quedé atónito. OPCIÓN 170 LITERARIAS

{8


Me senté y pude observar el resto de mi cuerpo. La vestimenta que me cubría era una colección de trapos desgarrados y enmugrecidos. Mis pantalones de color gris polución apestaban a orines y mis zapatos dejaban asomarse al mayor de los dedos de mi pie izquierdo. ¿En qué momento? ¿Bajo qué condiciones? Esto debe ser una broma, seguro a alguno de los cabrones de la oficina se le ocurrió hacerme esta jugarreta. Quizás me emborraché demasiado anoche. Últimamente ando muy descontrolado cuando tomo, quizás les pareció simpático dejarme aquí botado. ¡Vaya amigos! Dejé a un lado la sección financiera del periódico que sirvió como cobija y me levanté por completo. Al cruzar la avenida rumbo a mi casa, sentí el peso de las miradas de curiosidad, temor y lástima que despertaba mi grotesca apariencia. Cada vez estaba más enojado. Esta vez esos bromistas se habían pasado de la raya. Al caminar, pude observar mi reflejo en el cristal de una sastrería. Fue el instante en el que realmente me sentí fuera de este mundo. ¡Mi barba, mi barba! Era larga como si llevara meses sin afeitarme, como un náufrago, peor aún, ¡cómo un pordiosero! No entendí lo que pasaba, los efectos especiales eran demasiados para ser un juego. Y no recordaba qué había ocurrido el día de ayer. Mi memoria estaba atascada. Caminé por las calles rumbo a mi hogar, o al menos lo que yo esperaba que fuera mi casa. En el trayecto busqué descifrar el acertijo. ¿Cómo me había convertido en un mendigo? Yo, un abogado penal, graduado de la mejor universidad de Leyes. Tenía que haber una explicación. Por fin llegué a mi domicilio, aquel viejo edificio de azulejos blancos que había soportado tantos y tantos temblores. Era el escenario perfecto para que mi vida dejara de tambalear. Al dar el primer paso en el lobby, Jaime, el portero, se acercó y me gritó: —Ya te dije que aquí no hay sobras para ti, ¡no vuelvas si no quieres que te rompa la cara! 9} LITERARIAS OPCIÓN 170


—Pero Jaime, soy yo, Ramón, del décimo sexto piso. —Siempre la misma pendejada. ¿A quién crees que engañas? Lárgate, yo vi al señor Ramón esta mañana y definitivamente no eres tú. Me empujó violentamente y cerró las puertas del edificio. ¡¿Qué diablos pasa?! ¡Qué incertidumbre rondaba mi mente! ¿Qué hago ahora? ¿A dónde voy? Mi situación era crítica, necesitaba encontrar ayuda. ¿Qué me había ocurrido? ¿Hace cuánto tiempo? Me dirigí a casa de mis padres; ellos sin duda podrían auxiliarme en esta situación tan precaria, tan difícil. Seguramente serían la brújula que necesitaba. El camino hacia el hogar de mis viejos era bastante largo, tendría que caminar por lo menos un par de horas para llegar. Y mis tripas ya rugían. Después de todo, siempre he sido de buen diente. El problema aquí era, ¿de dónde sacar comida con esta apariencia demasiado contrastante para los parámetros de higiene de la gente ordinaria?, ¿cómo colarme a alguna tienda de comida o a algún restaurante? No tenía las respuestas pero a mi apetito no le importó. A lo largo del camino encontré una panadería. El aroma a trigo, dulce y harina me sedujo. Di un par de vueltas alrededor, saboreaba el pan desintegrándose en mi boca. Tomé la decisión. Me infiltré. De inmediato la cajera y el panadero notaron mi presencia. Intenté disimular pero cuando noté que el panadero se dirigía hacia mí, tomé todas las donas de chocolate que pude y me las embutí en la boca, el resto las metí entre los bolsillos de mi harapiento saco y salí corriendo del establecimiento. El panadero, enfurecido, me persiguió con la pala que usaba para colocar los panes en el horno. Aceleré lo más que pude pero mi calzado no era el ideal para las carreras de alto rendimiento y caí al piso dando tumbos; las donas volaron como confeti por los aires. El panadero me dejó muy claro el mensaje a palos: “No vuelvas a entrar a mi local”. Cuando logré recuperarme de semejante abuso, limpié la migajas de mis trapos y continué, maltrecho, mi recorrido rumbo a casa de mis padres. Pero ya con menos hambre. Después de una larga caminata bajo la calidez del sol, al atardecer logré llegar a aquella esquina; me traía tantos recuerdos de mi infancia, llena de felicidad: la fachada con enredaderas, los columpios del jardín, el color mostaza de sus paredes. Me sentía aliviado. Como si parte de mi niñez viniera a jugar conmigo. Toqué el timbre con desesperación. Estaba ansioso de verlos. ¡Por fin! Por la ventana se asomó una mujer de edad avanzada. La reconocí inmediatamente, era mi madre, ya casi no podía contener mis ganas de abrazarla, de estar junto a ella. Pero me gritó: —No sé que quiere, pero váyase. —Mamá, soy yo, Ramón, sé que no me veo como de costumbre, pero mírame, soy yo.

OPCIÓN 170 LITERARIAS

{10


—Ayer le dije que no volviera, ahora sí voy a llamar a la policía, ahora sí. —Pero mamá, ¿qué es lo que pasa? Seguí tocando el timbre mientras le pedía a gritos a la mujer que me abriera. Cinco minutos después llegaron unos azules. Uno de ellos se acercó con la torcida sonrisa del sádico. Comenzó por amenazarme e insultarme, a la primera provocación me soltó un porrazo y otro después, y así sucesivamente. Yo no pude defenderme, pero lo que sí pude notar fue a mi madre observando la escena, ¡qué desnaturalizada! ¡Qué poca madre! Los azules me botaron en un parque cercano. Me pude recuperar de la segunda golpiza del día. Un desastre era mi vida: ni mi propia madre me reconocía. ¿Acaso yo no entendía que en realidad era un vago? ¿Un miserable desconsolado? Sabía que necesitaba ayuda, me sentía más solo que nunca. Caminé sin rumbo hasta que oscureció. Un remolino de pensamientos guiaba mi recorrido por la triste urbe. La luz de una iglesia llamó poderosamente mi atención. Entré y me senté. Estaba tan desorientado, parecía un pez fuera del agua. Dentro del templo religioso, tomé el camino más asertivo que pude. Oré, oré por horas, oré porque quería, oré por orar. Le pedí a Cristo o a cualquiera de su séquito que me sacaran de este mundo sin sentido, de esta vida que no era mía, que le pertenecía a algún pordiosero que me la había heredado. Empecé a llorar; ni mi familia, ni mis años de estudio y de trabajo valían para algo. Estaba solo. Nada parecía tener importancia ya. El cura se acercó a mí, tomó mi hombro con fuerza y me susurró al oído. —Ramón, ya te he dicho en otras ocasiones que si quieres dormir aquí, tienes que llegar antes de las seis de la tarde. En estos momentos ya está lleno el hospicio, creo que tendrás que dormir afuera. ¿Por qué no has aprendido eso? —Usted… usted… sí me reconoce, sabe mi nombre. Por favor, acompáñeme a decirle a mis padres que soy yo. A usted de seguro le creerán. —Ramón, ya hemos hablado de eso antes. Sabes que esos señores no son tus padres, nunca te han querido abrir. —Pero padre… —Lo siento, pero ya vamos a cerrar. La casa del Señor también tiene hora de visitas. Salí hundido en una depresión. No entendía en qué momento mi ser se había convertido en fue y mi estar en estuvo. Vagué durante horas, acompañado únicamente por la luna de la madrugada. Sin darme cuenta, en mi vagaje, llegué al mismo lugar en el que había despertado aquella mañana. Tomé la sección de finanzas con la que me cubrí la noche anterior, para que hiciera sus mismas funciones contra el frío. Y dormí, reposé como nunca. En mis sueños volé, cubierto de nubes y de astros, cubierto de mi naturaleza y de mi statu quo. No había dormido así en mi vida, sin una sola preocupación, sin una sola carga.

11} LITERARIAS OPCIÓN 170


Albert Hirschfeld, Caricature of Beauford Delaney, 1941.

Esteban Govea Estudió filosofía en la unam y guión de cine en el ccc. Actualmente es corrector de estilo de la revista Consideraciones.

Hombrecillo brutal y solitario

Hombrecillo brutal y solitario que ha aprendido a hurtarle pan al aire no acribilla tu espíritu la lluvia con su constante carcoma; con tu cabello enredado en dos muñones que cuelgan a los costados par de panales piojosos, muestras tu sonrisa desmembrada y tus negrísimos ojos que han visto peores días Hombrecillo opulento y solitario rebosante es tu miseria vives el ostracismo permanente y ves la vida con la ternura atroz de quien conoce la medida universal del sufrimiento. Hombrecillo brutal y solitario no hay dios ni te hace falta. OPCIÓN 170 LITERARIAS

{12


Impresionismo

A Raquel o Gauguin

Arrancármela de cuajo, perderla, quitarla, amputar… Ella me susurraba en cada impresión pincelada. Mandarla lejos, cortarla, mutilar este apéndice maldito. Y ella lo sabía, me hablaba de ello con su voz dulce y la sombra dulce de la voz dulce… dulce. ¡¡Matarla, escupirla, serrarla!! Enviarla lejos, sólo muy lejos… Extirpármela, pintarme de escarlata sin ella… sólo pintar, solo sin ella… Ella me llamó cada vez. ¡Fuerte! ¡¡Más FUERTE!! “Pinta Vincent” “Vincent” “Vincent” “Vincent” “Vincent” “¡¡¡Sólo pinta!!!” Sucedió entonces que la cercené cual órgano nocivo… y te adjunto mi oreja en esta carta. 13} LITERARIAS OPCIÓN 170

Rodrigo Zepeda Estudiante de Matemáticas Aplicadas, itam y de Lengua y Literatura Hispánicas, unam.


Maria Elena Solórzano Bióloga egresada de la Escuela Normal Superior de México. Poeta y cronista de Azcapotzalco.

Había una alondra

Para Susana Chávez, activista y poeta asesinada en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Una alondra trinaba todas las mañanas cuando el sol se pulveriza en el jade de las frondas.

Había una alondra que picoteaba granos en los balcones donde todavía cuelgan murmullos y se miran ojos de mujeres soñadoras.

Había una alondra que gemía en todos los puentes de esta ciudad donde el odio derrama su copa de veneno.

OPCIÓN 170 LITERARIAS

{14


Repet Triad Woman Walking into Light.

Un aciago día le arrancaron una a una las plumas de sus alas, hundieron estiletes en su cuerpo, rebanaron sus pezones y en lugar de leche los vampiros succionaron dulce sangre.

Ya no juega con palabras ni atrapa el cobre del ocaso ya no escucha el eco del mar en albos caracoles ni bebe el vino de la diosa. Su lengua es ceniza.

El fuego de sus ojos se extinguió en negras oquedades.

Allí quedó en medio del camino con el cuerpo mutilado. En su vulva, antes rosada caracola, se pudre el semen del verdugo. Ya no clamará sobre las cruces de cal de sus hermanas: ¡Ni una muerta más! 15} LITERARIAS OPCIÓN 170


{R EFLEXIÓN}

Mariana Dávila Moreno Estudiante de Comunicación, uia.

La cámara lúcida de Roland Barthes* ¿No estamos enamorados de ciertas fotografías? roland barthes

* Barthes, Roland. La cámara lúcida, Barcelona: Gustavo Gili, 1982.

¿

Qué me punza de una fotografía? ¿El detalle innombrable, la realidad inmanente que muestra o, por lo contrario, esa atemporalidad que me posiciona fuera de ella? Nunca entenderemos en qué medida una fotografía nos conmueve por encima de otras, por qué lo que vemos en ella no es lo mismo que los demás han visto. No seremos capaces de explicar la razón por la cual a través de algo tan incierto como esa imagen, que no existe sin su referente, nos reencontramos con ciertos objetos, situaciones o personas. Tal vez la belleza no está en lo que en ella contemplamos sino en el mero hecho de saber que eso que nos muestra estuvo ahí, existió. La fotografía de mi abuelo cargando a mi prima recién nacida me conmueve. Poco importa que la calidad de la imagen sea buena (es demasiado oscura para ser estética), pues lo que me emociona de ella es que me permite reconocer al ser amado. El retrato se convierte entonces en el perpetuo déjà vu de un momento que nunca podrá repetirse y que, a pesar de eso, cuando lo observo no puedo evitar evocarlo eternamente. Es probable que cuando ya no exista nadie para recordarnos el punctum de las fotografías para las cuales posamos se evapore también. Tal vez el azar incomprensible que fascina al spectator, que lo hace reencontrarme en una imagen, muera junto con aquellos que me amaron y mis representaciones fotográficas se conviertan en un mero vestigio que sólo sirva para probar al mundo que alguna vez existí. Pasaré a ser un simple indicador de otro tiempo, el studium perfecto de una época ya muerta. OPCIÓN 170 REFLEXIÓN

{16


Duane Michals.

17} REFLEXIÓN OPCIÓN 170


Casi todas las personas adquieren una postura al ser fotografiadas (cabeza erguida, actitud relajada, sonrisa plena). Entonces se puede establecer que la fotografía se asemeja al teatro ya no solamente porque ambos tienen como mediador a la muerte, sino porque los dos se construyen a partir de máscaras. El posar ante una cámara es representar un papel, es jugar un rol que me aleja de lo que soy para acercarme a lo que me gustaría ser. La fotografía es la antinaturalidad del individuo por excelencia. Por ello no es de sorprenderse que las tomas imprevistas que nos capturan en nuestra completa naturalidad nos desagraden la mayoría de las veces. Hay una cierta resistencia a que las fotografías se conviertan en espejos, una indiscutible desconfianza a vernos reflejados realmente como somos y un eterno temor a no aparecer completamente felices, completamente conformes para los ojos ajenos. El spectator siempre tendrá una opinión sobre las cosas que mira por más neutral o indiferente que sea a ellas. Pero la capacidad de interpretación de éste es limitada, pues se encuentra sujeta a la intención del operator, que con su dedo creador se encarga de capturar sólo aquellos objetos e instantes que le parecen significativos. La fotografía es fragmentaria porque nos muestra pequeñas partes del mundo, y también selectiva pues es una configuración de miradas particulares que anidan imágenes en un lente. Es decir, que aquello que es reproducido por una cámara está sujeto a la selección excluyente de quien la opera. Existe una evidencia inmutable en la fotografía que me dota de una certeza inmediata, incuestionable, de que lo que en ella se representa en efecto ha sido. No presupone un encuentro con el pasado ya que no restituye lo abolido, sino que permite más bien una confrontación con la realidad. Es justamente por la atracción que sentimos hacia lo verdadero que la fotografía nos fascina; es por ello que vivimos en un mundo cada vez más contaminado de imágenes, terrible realidad moderna que al pretender valorarla acaba convirtiéndola en una práctica trivial y le roba algo de su demencia, de su genialidad, de su punctum y, a nosotros, un pedazo de eternidad.

OPCIÓN 170 REFLEXIÓN

{18


El sonido en la piel del agua El verdadero viaje al descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener una mirada nueva. marcel proust

Un viejo estanque. Se zambulle una rana: ruido en el agua.

E

n apariencia sencillo, este haiku de Basho no es simple: sencillez y simplismo son términos opuestos que nos llevan a pensar sobre el significado de cada una de las palabras que lo conforman. Como dice Octavio Paz, si el poeta no es capaz de hacerlas ir más allá de sí mismas, de sus significados relativos, y que nombraran lo indecible, las palabras se quedarían en una mera manipulación verbal. Pero Basho expresa lo indescriptible en la claridad de sus imágenes, al conjuntar los sentidos en la placidez del que mira con humildad los sucesos ordinarios e insignificantes en un acto sublime. Lo mismo escuchamos el silencio que nos induce a contemplar perplejos un paisaje conocido, como de pronto nos sorprendemos con el golpe ruidoso de una rana que, al sumergirse, altera la serena quietud del agua. Bajo este intrascendente motivo se construyen entramados profundos que nacen de la cadencia precisa de los tres versos y se bifurcan en la evocación del fluir del tiempo. Semejante irrupción en el silencio destruye la ilusión inmóvil del agua, manantial perenne de vida. El tiempo, en apariencia estático, se mueve en un ritmo libre, impredecible, como si las ondas en la superficie grabaran en su evanescencia el continuo discurrir de momentos que transfiguran la experiencia del que lee con los ojos del poeta. En el poema de Basho, el sonido final reverbera, permanece en la sutil fugacidad que renueva el ciclo. Sosiego y perturbación son espejo de la conciencia: el tiempo que en su irreversible curso todo lo transforma. El poeta conmemora la soledad, la ceremonia del encuentro consigo mismo. Atentos a su enseñanza, somos aprendices de la plenitud que emana en la eternidad de sus palabras. 19} REFLEXIÓN OPCIÓN 170

Estrella Asse Doctora en Literatura Comparada, unam. Investigadora y maestra en distintas universidades.


Miguel Ángel Espejel Ortega Pintor.

Defendiendo a Ron Mueck Si pinto, para qué hablo, insisto.

R

esulta complicado el hecho de que el valor de una pieza, para la gran mayoría de personas que asisten a una exposición, radique en el máximo parecido que pueda tener con el tema elegido por el autor de la obra. La innecesaria costumbre del mexicano de ver el realismo como único elemento para considerar al arte como tal y, a su vez, descalificar o dejar de lado lo que no se “entiende” o carece de una formación meramente figurativa. Considero que esto se debe a un complejo creado a partir de la separación por parte de los llamados snob al radicalizar su apreciación del arte, principalmente en México. Esto desencadena el prejuicio contaminado y, por ende, se ve reflejado no sólo en el ciudadano, sino también en las instituciones, galerías y revistas. Dadas las circunstancias, una exposición tan detallada y perfectamente curada como Hiperrealismo de alto impacto de Ron Mueck en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en la Ciudad de México (del 21 de septiembre de 2011 a febrero de 2012), los materiales empleados por el artista rompen viejos prejuicios y revolucionan a través de su composición. A través de la aplicación de nuevas técnicas nos revela desde instantes de la vida cotidiana hasta escenas en distintas situaciones atemporales en las que el estado anímico y físico se funde dando como resultado un paseo íntimo y minucioso, casi vouyerista. Como parte de la exhibición también se proyecta un video que, de manera metafórica, nos abre una ventana íntima en la que, de igual forma, nos transporta al taller del artista y, literalmente, entramos al armazón de la escultura antes del vaciado al molde, hasta el pintado y pulido. La innovación plástica de este artista nos atrae de cierto modo a la atmósfera de un sueño común: hacernos pequeños y experimentar agudizando nuestros sentidos. Detenernos OPCIÓN 170 REFLEXIÓN

{20


por minutos en cada sala y hacernos percibir acciones realistas e insólitas como el sentirnos observados, percibir la respiración o el olor de cada pieza. Es, pues, una ventana a los sentidos, a la percepción, a los sueños y delirios colectivos que hoy resultan cada vez más difíciles de sostener sin sustento imaginativo de feroz apetito. Esta ventana tiene como propósito estimular la reflexión crítica y la diversidad de perspectivas con una técnica ágil y flexible ante un público no necesariamente especialista. La obra de Ron Mueck va más allá de una copia perfectamente lograda de la realidad a tamaños inimaginables. No es para entender o apreciar sólo de vista, mucho menos entender. Es hiperrealismo, sin duda, de alto impacto. No apto para visitantes culturales de acera dispuestos a permanecer más de una hora formados como ha ocurrido en magnas exposiciones sobre Egipto o Frida Kahlo. El arte no sabe de pacientes filas de espera, no conoce de número de boletos vendidos, ni de récords. Se constituye principalmente de sensaciones y percepciones; no se compra ni se vende, sólo se siente. A veces con un lenguaje claro, otras tan oscuro que puede parecer agresivo, insolente. Tanto que su autenticidad siempre es digna de los grandes valores plásticos en los que no siempre lo obvio es realista, ni claro lo medular o determinante. Teniendo en cuenta el interés del ciudadano por el arte, bien valdría la pena que tanto galeristas como instituciones y medios se esforzaran por abrirse a las nuevas tendencias en todas las disciplinas del arte. Perder el miedo al abstractismo, que goza de tan mala reputación. Cuando el artista habla, el torrente idiomático de la crítica entra en el cauce del lenguaje innecesario.

21} REFLEXIÓN OPCIÓN 170


{E XÉGESIS}

Cristina Estefanía Barnard González

Casa y camino

Estudiante de Economía, itam.

A lo lejos, los cerros de mi infancia se ven azules, lisos, suaves. La luz juega con ellos a que son olas de mar. Se estrella en sus crestas azules y rompe en nubes de espuma, en nubes de sal. Los miro azules y sé que mi casa está lejos. –Cuando estoy cerca de casa los cerros son de tierra. Son de verde. Son ramas secas y flores mínimas. De piedra en piedra, de paso en paso, me alejo. El sol me pega en la nuca y me siento primitiva. También me pasa con la lluvia, por transparente, por inmemorial. Por libre. Y por un momento (solo uno, y corto) yo también soy tierra. Soy idéntica a las piedras y a los grillos, soy el camino que recorro y que recorrieron los abuelos. Soy franja delgada y horizontal entre tierra y mar, soy azul y rama. Soy mi casa, soy camino. OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{22


© Pedro Meyer, Oaxaca, México, 1991.

23} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Pequeño Cuaderno de Viaje.

Una aproximación a Sendas Luis Javier Mondragón de Oku de Matsuo Basho Poeta. Estudió Letras Hispánicas y Derecho en la unam.

Los meses y los días son Viajeros de la Eternidad. matsuo basho

E

l verdadero viaje no es un recorrido, es otro. Es el que se queda en otra parte. Despedirse y odiarlo, o más bien, un oficio de desprendimiento, meter y sacar los pertrechos de la mochila como si con ello metiéramos y sacáramos nuestras dudas o certezas. Andar y alejarse es exteriorizarnos, separarnos de nosotros, porque por fin nos vemos desde afuera, por fin somos el espejo con nuestra cara. Nos queda la sensación de que esa es la iniciativa de Matsuo Basho. Basho alimenta ese órgano de viaje que debemos tener en la rodillas o atrás de los ojos que se quieren colmar, como si fueran un tarro de cerveza; ojos que quieren mirar hasta derramarse en sí mismos. En Sendas de Oku, Basho nos hace sentir que caminamos con él, que somos sus aprendices, que estamos allí y vamos escuchándolo como se escuchan las cigarras o los ríos; lo escuchamos como se cruza una ciudad a pie o se piensa que mañana se estará en otro lugar, un lugar tan nuevo como nosotros mismos al llegar. Construir una cartografía con palabras. Un signo o una señal de transcurrir. Un viaje al fin, un viaje que inicia antes del viaje mismo, porque es pensarlo; desear perder el suelo para extrañar, intentar no volver. El viaje es no reconocer el techo donde despertamos y tener un instante de extrañeza todos los días; todo lo que se nos impregna en la piel y deja una impronta tan perdurable como un sendero ya por siglos caminado. OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{24


Leer Sendas de Oku en esta época de cámaras digitales y videocámaras del tamaño de una cajetilla de cigarros, es que Matsuo Basho nos recuerde que no hay memoria más falsa que un registro fácil; que un viaje no es sólo haber estado allí. Que nada de ello puede abarcar nada y que al final el turismo no existe. Estamos de paso en todos lados, somos un intervalo. Sendas de Oku es una obra maestra no sólo por ser de los pocos –casi únicos– libros que en serio son libros de viaje; lo es, además, por conjugar como nadie una excelente poesía y una prosa cristalina; es incatalogable, puro y único, como un viaje iniciático. Al final sólo vemos el camino como quisieran los taoístas, no importa si llegaremos o hacia donde vayamos; el camino ya es un final en sí, no más preguntas ni esperas en la estación, ni retrasos del tren; todos se forma ante nuestros ojos, todo se concentra y lo que no es propio del viaje, nos estorba. Caminamos en las páginas de las Sendas de Oku porque Basho construye una cartografía; la prosa y la poesía conviven y forman un paisaje. Eso es Sendas de Oku: una prosa que se configura como un pequeño continente o una isla, y la poesía que se vuelve un mar interno. Un viaje al fin.

25} EXÉGESIS OPCIÓN 170


La mejor traducción al español es la hecha por Octavio Paz e Ikichi Hayashiya; el libro vale, además, por el excelente prólogo, notas e ilustraciones. De este libro precisamente les dejo algunos fragmentos. LA POSADA DE SOKA

Sin muchas cavilaciones decidí, en el segundo año de la Era de Genroku (1689), emprender mi larga peregrinación por tierras de Oou. Me amedrentaba pensar que, por las penalidades del viaje, mis canas se multiplicarían en lugares tan lejanos y tan conocidos de oídas, aunque nunca vistos; pero la violencia misma del deseo de verlos disipaba esa idea y me decía: “¡he de regresar vivo!”. Ese día llegué a la posada de Soka. Me dolían los huesos, molidos por el peso de la carga que soportaban. Para viajar debería bastarnos sólo con nuestro cuerpo; pero las noches reclaman un abrigo; la lluvia, una capa; el baño, un traje limpio; el pensamiento, tinta y pinceles. Y los regalos que no se puedan rehusar… Las dádivas estorban a los viajeros. KUROZUKA Y LA PIEDRA

Torciendo a la derecha desde Nihonmatsu, fuimos a echar un vistazo a la cueva de Kurozuka. Nos hospedamos en Fukushima. Al amanecer salimos rumbo a Shinobu, para contemplar la piedra con que imprimen los dibujos en las telas. La encontramos, medio cubierta de tierra, en un pueblo en la falda de la montaña. Los muchachos del lugar se acercaron y nos dijeron: “Antes estaba en la punta del cerro pero las gentes que pasaban por aquí cortaban las plantas de cebada, que luego machacaban con la piedra. Los campesinos se enojaron y la echaron al valle. Por eso la piedra está boca abajo”. Manos que hoy plantan el arroz: ayer, diestras, dibujos imprimían con una piedra.

OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{26


SOSIEGO EN UN TEMPLO DE LA MONTAÑA

En el Señorío de Yamagata hay un templo en la montaña llamado Ryusyaku. Lo fundó el gran maestro Jikaku y es un lugar famoso por su silencio. Como me recomendaron que fuésemos a verlo, tuvimos que regresar a Obanazawa y caminar cerca de siete ri. El sol no se ocultaba aún y pedimos hospitalidad en uno de los asilos para los peregrinos que se encuentran en las estribaciones del monte. Después subimos al santuario, que está en la cumbre. La montaña es un hacinamiento de rocas y peñas, entre v las que crecen pinos y robles envejecidos; la tierra y las piedras estaban cubiertas por un musgo suave y todo parecía antiquísimo. El templo está construido sobre la roca; sus puertas estaban cerradas y no se oía ningún ruido. Di la vuelta por un risco, trepé por los peñascos y llegué al santuario. Frente a la hermosura tranquila del paisaje, mi corazón se aquietó: Tregua de vidrio: el son de la cigarra taladra rocas.

LA DESPEDIDA DE LA PAREJA DE GAVIOTAS

A Sora se le ocurrió enfermarse del vientre. Tiene un pariente en Nagashima en la provincia de Ise, y decidió adelantarse. Al partir me dejó este poema: Ando y ando. Si he de caer, que sea entre los tréboles.

La pena del que ya se va y la tristeza del que se queda son como la pareja de gaviotas que, separadas, se pierden en la altura. Yo también escribí un poema: Hoy el rocío borrará lo escrito en mi sombrero.

27} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Fernando Reyes Estudió la Maestría en Literatura Mexicana, unam. Ha publicado cuento, novela y crónica. Edita y compila antologías literarias, la más reciente fue En la otra orilla del silencio, la cual fue presentada en distintas ciudades de Brasil.

Un ceniciento en São Paolo

T

engo que tomar a medianoche mi ônibus pra Rio. Tenho suficientes horas para repasar San Pablito, uma das cidades mais grandes do mundo, no tanto como México. Me gusta confundir, confusionar las lenguas y las escrituras. Mi lingua está dividida, assim quero, estranho la ene (cómo puedo escribirla si no está em el teclado? –tambem extrano los dos signos interrogativos ? por que em los demás idiomas solo se cierra el interrogativo?, tambem não se coloca acento en los adverbios interrogativos) Tambem não significa tampoco, qué maravilla. Quase doce horas para visitar las calles y lugares paulistas. Geraldo me ha recomendado (em português no existe este tiempo, só o pasado “recomendou”) conhecer o Centro Artesanal de Tradições Nordestinhas. Devo (com v) pegar o metro para estação Carandiru (así se llama la cárcel donde masacraron a cientos de presos?), dirección Tucuruvi, no Jabaquara –hermosas palabras africanas, como carioca, cachaça o bunda–. Me entretengo chateando (em portugués significa chingando), batendo papo com algunos poetas mexicanos, los convido a ser traducidos em português, aquí hay buenos lectores de Neruda, Girondo, Borges, Cortázar, Gelman, Paz, Fuentes y hasta Bolano (extrano la ene, com tilde sobre la ene). Preparo mi maleta porque llegaré a las once de la noche solo por ella, para amanecer em Rio de Janeiro (bautizado así por los portugueses porque ahí había um rio y llegaron em janeiro, enero; qué originalidad). Muchos livros (com v) OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{28


enmaletados, regalados, comprados em “sebos” (librerías de viejo, se llaman sebos por la cera derretida y el polvo que quedaban em los livros cuando se leían a la luz de la vela). Se me va el tiempo, em São Paolo nadie usa reloj. Devagar. Calma [káuma]. Neres me ha ensenado (como escribir sem ene, vamos a usa uma N, cuando sea n com tilde) a andar sem presa. Presa del tiempo he sido (foi, no existe el antepresente). Não existe o pasado, lembro as palavras (com v) de Wilmar Silva. Ya no tengo tiempo de ir hasta Nordestinhas. Acho, hallo que solo me quedaré cerca –apenas ficarei perto– del hostel. Me encoragino y me voy hasta San Bento (não São), hermosa igreja, dalí a outra igreja, es mi plan, pero me desvío y chego ao Mercado Municipal, donde encuentro, acho, hallo todas esas frutas que no existen em mi país, tan coloridas, tan difíciles de pronunza, tan universales, tan milenariamente indígenas. Uma moto me pasa rozando. Para el susto me tomo uma cerveja Skol (azuis, amarelas, brancas e vermelhas). Tomo de dos colores. Só falta uma lata verde, así podría beberme los colores de la bandera, la do Brasil ou a do Mexico. Cómo llevarme mi clásica lata de colección? Me parece ver em um tercer piso a uma negra que podría amamantar al mundo recién baNada. Se me antoja uma tercera lata pero me aguanto las ganas. Camino cuesta acima, paso por el Banco do Brasil –enfrente indigentes pretos–. Recuerdo a Neres que me cuidó mucho y me dijo cien veces que no 29} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Goni Montes, Whistleblower.

caminara solo por esos lugares. Siempre desobedezco. Cómo no caminar por esos lugares tan meus, tan hisoanoamericanos. Si caminei (He caminado, em espaNol) pelas ruas do Bronx em Nova York, si visitei os bairros latinos no Paris da madrugada, si me fiquei sem dinheiro cinco dias em La Habana y, sobre todo, sobre todo, he andado em Tepito, la Guerrero, Gertrudis Sánchez, Gabriel Hernández, la Pensil, la Anáhuac, toda Nezahualcóyotl, Ecatepec, Ciudad Azteca… (não extraNo). OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{30


Subo la 23 de março. Los chinos vendiendo piratería como João em sua casa (acaso o mundo é sua casa?) Llego a Praça Sé y sin darme cuenta llevo ahora uma cerveja Brahma bem gelada. Es lo bueno de otros países, poder tomar em la calle. Los mexicanos no sabemos parar, por eso la prohibición. Tô com fome. Estoy conforme. Vejo “Boi na brasa” Dois reais com suco grátis (gratis, lleva acento según este computador brasileiro que me corrige mis palabras cervantinas). Não perco oportunidade. Es uma espécie de torta de pastor y um juguito de guaraná. Perfeito. Mi língua se va soltando y continúo animado el viaje. Antes de dejar el monastério veo a unos “cristianos”, haciendo la competência al catolicismo, solo que ellos actuaban y no solo profesaban, pues de repente se hizo uma larga fila de indigentes para recibir su prato de arroz com feijão emsopado; cómo se me antojó algo caldoso. Tal vez uno de los negros vio mi apetência y me invitó de lo suyo. (Siempre ellos tienen para dar.) No acepté, mas no le hice el feo a o Pitú o cachaça, tan parecida al clásico alcohol del 96 de nuestros hombres de las calles. Ciudad de Dios. Nossa! Em esse momento chega uma pregrinación com la virgen, la ponen no Marco-zero (que indica las cinco regiones do Brasil), depois descubro que piden no votar por políticos que apoyan el aborto, Nossa! Llego atrás da Catedral y reconozco los sebos que había visitado com mi Virgilio paulista, onde comprei uma primeira edição de um livro de Jorge Amado, de quien celebran su centenário, um livro de pasta verde de Sertão, de Guimarãens, contos de Rubem Fonseca y otros que no lembrei (três o quatro cervejas e umo o dois drinques de aguardente, começaram seu efeito). El tiempo pasado y el futuro se misturam. As garotas da noite oferecem seus serviços em la terceira calle de la Libertade (cf. Cecilia Toussaint). No me atrevo a preguntar el precio, pero me imagino, si um pasaje de omnibus o de metro cuesta 3 reales y cada real equivale a 7.30 pesos mexicanos, o si uma botellita de água cuesta 3R, cuánto costará a rainha da noite. Sigo de frente y me meto a un McDonald’s a echar uma firma. Todos los banheiros usan mingitorios ecológicos, sem água. Tô sem água y tomo de la llave, aquí no hay el negocio millonario mexicano del água embotellada. Llego a la estación de Libertade. Son tan bellas y emperifolladas que no se sabe si esperan a su namorado o a su cliente. Muchos chinos y japoneses (me tardé diez aNos em distinguirlos) hablando em perfecto português, llevan siglos aquí, recuerdo Babel de mi paisano el Negro INárritu y chavos punketos pero moderados, como si estuvieran em el Chopo (ah, tan cerca y tan lejos diría o Wim Wenders carioca). Me siento a descansar y observar. Veo a três preciosas fumado y tomando a boca de garrafa uma cachaça (entre más claras más pegadoras). Tan lindas y fresas como si se tratara de Belinda, Sherlyn y la hermana de Kalimba. Estan com dos chavos, uno como mi hijo Demian y outro como Pablo Aldaco. Entonces Belinda besa a Demian. Ella toma outro trago, de repente besa a Kalimba (a su hermana). Wow, primer mundo, siglo xxi. De repente, uma me vio y me ofreció um trago, cómo negarme. Cuidado, recuerda que hoy funges de Ceniciento. Me largo com mis patas hacia São Joaquim. Está más oscuro, 31} EXÉGESIS OPCIÓN 170


muchos restoráns orientales. Todo mundo deja su basura em las calles, pero em bolsas negras, y como no hay perros no sucede nada, em la madrugad… ¡Tremendo susto!, creí que era uma rata, pero era um negro que salía de entre las bolsas negras em la noche negra. Subo y llego a Vergueiro, centro cultural, recuerdo los Faros de arte de Indios Verdes, Tláhuac y Neza. Seguro q de aquí nacieron. Sigo caminando, creo que estoy perdido, no sé si llegue al hotel antes de las once, depués tengo que ir a la Rodoviaria de Tietê, porque mi calabaza sale a medianoche. No entiendo por qué tengo outra cerveja na mão, no sei pra onde vou, não sei si chegarei a nenhuma parte, não lembro meu caminho, não lembro de onde venho. He descubierto que si presiono la tecla ~ y después la n, podría obtener uma ñ. Perderé mi camión, llegaré a Rio? Névoas, sonho, nubes, sueño… el tiempo… o tempo, as línguas, os destinos, a onde vou, onde to… no São Paolo, San Pablito, no Rio do Janeiro, estoy em janeiro, em fevereiro…? ¿Dónde estoy?, solo veo un Cristo flotando entre las nubes.

OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{32


{GRÁFICA OCULA R: JAVIER SILVA}

33} GRÁFICA OCULAR OPCIÓN 170

O_170_p16_64_AF.indd 33

5/3/12 12:31 AM


OPCIÓN 170 GRÁFICA OCULAR

O_170_p16_64_AF.indd 34

{34

5/3/12 12:31 AM


35} GRÁFICA OCULAR OPCIÓN 170

O_170_p16_64_AF.indd 35

5/3/12 12:31 AM


OPCIÓN 170 GRÁFICA OCULAR

O_170_p16_64_AF.indd 36

{36

5/3/12 12:31 AM


37} GRÁFICA OCULAR OPCIÓN 170

O_170_p16_64_AF.indd 37

5/3/12 12:31 AM


OPCIÓN 170 GRÁFICA OCULAR

O_170_p16_64_AF.indd 38

{38

5/3/12 12:31 AM


39} GRÁFICA OCULAR OPCIÓN 170

O_170_p16_64_AF.indd 39

5/3/12 12:31 AM


OPCIÓN 170 GRÁFICA OCULAR

O_170_p16_64_AF.indd 40

{40

5/3/12 12:31 AM


Poemas de Oslo

Claudia Sánchez Rodríguez Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas, unam. Colaboradora del Periódico de Poesía de la unam y de la revista argentina Lamás Medula.

I

Qué frío es el aeropuerto qué frío llevo florecido el pelo qué frío es Oslo en destellos celestes los aviones se rompen en rugidos de fantasma metálico él camina ausente apenas sé si es un lince perdido en la ciudad. O un verdugo que va prendiendo fuego a todos estos años. (Su valija trastabilla en los remaches de la alfombra, eso es más frío que Oslo.) En la estación de trenes casi sobre las vías infinitas de lluvia –o de la nieve de siglos, de ventiscas, de invasiones estamos esperando. Y todo ese silencio que sale de sus ojos es una fuga oscura que me inunda.

41} EXÉGESIS OPCIÓN 170


(Cuando vuelva la lluvia a su mirada gota a gota la noche se me hundirá en el pecho.) ¡Taxi!, llévenos al final de la llovizna al puerto, sí. Queremos ver cómo se van los barcos, para eso vinimos hasta Oslo, señor taxista, ¿lo comprende? (Me parece que no) a mirarlos marcharse a tierras menos grises y aprender a marcharnos el uno desde el otro.

OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{42


II

Jueves. Una cactácea endémica tenía. Sus espinas me rasgaban la voz me atravesaban las palabras los nombres las respuestas. Y aun así una flor estaba floreciéndole. Fue una pena que la lluvia en el parque la ahogara. Tomamos una copa de aquavit en el puerto oslovita a la salud de sus ojos azules bebí del mar del norte los helados minutos de aquel viaje que no tenía cactáceas florecidas sólo tenía neblina en sus muelles de piedra. Sólo tenía quietud.

43} EXÉGESIS OPCIÓN 170


III

Por souvenir me compré la alucinación de ser el viento que alborota el cabello que alborota el pasado la ropa los manteles en las cafeterías de los puertos (hasta donde se sabe el viento nunca lleva pasaporte) hasta donde yo sé las capitales tienen el corazón lleno de ramas prisa y estepa en la mirada de la gente hasta donde yo sé te di mi nave mis ojos mis avíos y me llené de musgo con los años frente al gris desvaído del puerto desvaído como roca llena de cavidades de cangrejos de voces migratorias mi cabeza Hasta donde recuerdo tú te metiste en mí hace muchos siglos lo sé por las heridas cubiertas de maleza que no se me han cerrado lo sé por los coyotes y los zorros polares lo sé por las gaviotas reidoras. OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{44


Adriana Lestido.

45} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Sebastián Romero Uribe Estudiante de Desarrollo Internacional, University of London.

Borneo

Empezar un poema es como empezar un viaje. El mar nunca es el mismo soledad de otros aires hay algo infinito en la selva susurrado entre lagos. Escribo de lo que no me dice la gente de las palabras que nos arrancamos sin siquiera la misma lengua hambre que nos atormenta por igual. Ya sólo duermo en barcos ahí el sueño siempre es lejanamente personal el hombre se disuelve voluntariamente y ya todo es profundidad palpitante palpable creación.

OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{46


He huido de mi patria como ladrón. Este empeño continental por desatar ciertas fuerzas enmascaradas en nacionalismos pan dulce calaveras no es más que otro cuerpo inmensamente cercano a mí como lo es el camino interminable. Y ahora, del otro lado del mundo, con el mismo silencio inexorable con la misma carne deshidratada me vuelvo a mí mismo por respuestas resonancias que sólo en islas caen como frutos.

47} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Cecilia Durán Mena Estudiante del doctorado en Creación Literaria, Centro de Estudios Casa Lamm. Estudió Contaduría Pública en la uia y la Maestría en Administración, itam.

La magia de la diáspora

S

er extranjero está de moda, lo malo es que no es una moda bien vista. El mundo de hoy se ve afectado por la dispersión de los pueblos en varios lugares del mundo. Un nuevo tipo de nomadismo. La tierra que nos ve nacer en muchos casos no recogerá nuestros restos mortales. Con mayor frecuencia, la patria, como una madre en trabajo de parto, expulsa a sus hijos; ya no los puede contener, ya no tiene espacio para su desarrollo, ni alimento que los ayude a nutrirse y crecer. Y, aunque la migración sea una tendencia creciente, este no es un buen momento para ser extranjero. Leyes antiinmigrantes están ganando terreno en Europa y la administración de Obama ha faltado a su promesa de impulsar una reforma migratoria acorde con la realidad mundial. Los partidos conservadores prefieren electrificar fronteras que educar a los hijos de los extranjeros ilegales. Esta actitud ante el migrante es el resultado de una economía cínica y miope que pretende acabar con sus problemas cerrando de un portazo el acceso al extraño, al diferente, al extranjero. Sin embargo, el flujo de personas no se detiene por decreto. Así, por múltiples motivos –y en realidad por el mismo–, comienza el andar; los flujos migratorios avanzan y sobran las razones que obligan a abandonar el lugar de origen en busca de un destino mejor, aunque esto implique estar diseminados, viviendo entre personas de diferente condición pero de la misma especie, sumergidos en la experiencia de la otredad. Subidos en la barca del mundo, navegamos en ella. Los destierros forzados, los desplazados y refugiados adoptan el discurso del que deja su espacio natal. Lo mismo da si son niños perdidos en busca de OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{48


un refugio en Etiopía o en Kenia, apartados por guerra o por hambre, o de chicos invitados a vivir en un país ajeno para protegerlos de las revueltas civiles, o de pasajeros que huyen en balsas, o de grupos de personas que buscan un lugar para trabajar, o bocas que no se resignan a dejar de emitir una opinión. El hecho es que muchos migrantes no sólo padecen en el camino, sino que son objeto de hostilidades. La diáspora consume las energías y me parece que no basta con sufrirla sino que también hay que contarla. La cultura de expatriación es una forma creativa de nuestra modernidad. El lenguaje del errante es vehemente y enfático. Aventureros condenados voluntaria o involuntariamente a salir de algún inhóspito purgatorio. Almas migrantes que son también seres marginales que abandonan territorios, nada amigables, con el peso de la orfandad y las raíces al aire dejando un rastro vacío en el que condensan los ideales de la globalización. Para muchos, la literatura del exilio no constituye más que un mito adornado con el prestigio de haber logrado lo inalcansable. Existen críticos y detractores; sin embargo, si dirigimos nuestro telescopio hacia la galaxia del migrante, encontraremos un conglomerado de experiencias muy diversas que influyen de manera variada en el ámbito de la creación literaria. Lo importante no es lo que piense algún crítico reduccionista, sino encontrar el denominador común que inspira al escritor y lo impulsa a narrar. La propuesta será, en todo caso, revisar y contar. Volver unos pasos hacia atrás, no para quedarnos, sino para que el ejercicio de hacer memoria nos proyecte 49} EXÉGESIS OPCIÓN 170


a un futuro más fecundo. Relatar las experiencias como un niño que, para saltar un charco de agua, retrocede un poco, tomando impulso para cruzar y continuar su camino. Es importante tener en cuenta la herencia del que se va, lo que lleva tatuado en el alma y lo que adquiere cuando llega. Este recuento conlleva una aspiración a la universalidad, a ese lejano ideal de entendimiento entre las naciones y los pueblos. No podemos pasar por alto que en muchas ocasiones el que se va lleva inoculadas cepas ancestrales mucho más profundas y antiguas que aquellas que encuentra en el lugar de destino. Claro que, en muchos casos, el individuo se ve enriquecido por las nuevas experiencias conservando sus costumbres. Contar y dejar testimonio, porque quien crea que el simple hecho de llegar al destino anhelado se convertirá en la llave del éxito estará cometiendo un grave error. Es verdad que lograr la meta es ya un triunfo –sobre todo si se recrean las aventuras, los terrores y calamidades sufridas–, pero no es garantía de que se encontrará de inmediato una vida significativamente mejor a la dejada atrás. En ocasiones, lo mejor tarda tiempo en llegar. Muchas veces la tierra prometida tiene reservadas una serie de sorpresas que la imaginación más nutrida no alcanza a prever. Injusticias, indiferencia, malas miradas, trabajos mal pagados, abusos. El espejismo idílico desaparece para dar paso a la realidad: la vida es dura en todo lugar. Contar para advertir que en el exilio se pone a prueba el espíritu del hombre. Sobrevivirá aquel que tenga la mejor capacidad de adaptación y flexibilidad para acomodarse a las nuevas circunstancias. Adecuaciones a nuevas formas de vida, desde las más sencillas –como puede ser el cambio de horario en las comidas– hasta las de mayor complicación, como el lenguaje. Los migrantes españoles que cruzaban el Atlántico hacia el continente americano en el horizonte se topaban con un idioma familiar, pero de inmediato descubrían que en México, en Buenos Aires, o en La Habana, los nombres y vocablos eran muy diferentes a los que usaban en su lengua regional. Para aquellos latinoamericanos que cruzan las aguas del Bravo, en cambio, el idioma es un signo de inadecuación. Para estos numerosos hermanos, el español ha sido la lengua del destierro, el sitio franco donde el individuo encuentra refugio para hacerse cargo de su identidad deshabitada en el exilio. El español da a los migrantes la intimidad de un albergue, de protección. También de marginación. El desplazamiento no siempre se traduce en disgregación, ya que el mapa del exilio presupone también principios de articulación. La lengua recupera territorio, forja lazos, teje redes y ofrece cohesión. También autismo cultural. Muchos se niegan a salir del refugio de la lengua para enfrentar los peligros de lo extraño, de lo extranjero. Pero los exiliados han creado nuevos espacios creativos y dinámicos. Han sido capaces no únicamente de gestar una conciencia crítica de la sociedad, sino de ampliar su sensibilidad moral y política. Lo han logrado gracias OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{50


© Pedro Meyer, Returning to Mexico.

a su posibilidad de comparar. De odiar lo que dejaron –porque fueron expulsados– y de amar lo que ahora tienen porque les brinda lo que antes les fue negado. Del mismo modo, amar lo que dejaron, porque la nostalgia es un sentimiento profundo y odiar lo que ahora tienen por ser tan diferente a lo abandonado. En los primeros días en la tierra prometida, vemos a los migrantes encantados con la comida, costumbres, paisajes y usos nuevos. Este encantamiento se transforma en orgullo por lo alcanzado, por lo conquistado; es el premio al mérito. Con el paso del tiempo, el corazón comenzará a extrañar, se añorarán los aromas, los acordes musicales, la gastronomía. En Señas de identidad, dice Juan Goytisolo que se entristecen los sentidos por la falta del olor a aceite quemado que dejan los platillos típicos de la tierra madre. El propio Dante –que hace del exilio una alegoría de la peregrinación– nos muestra en la Commedia que su amor irredento por Florencia es tan fuerte e intenso como su odio por ella. Quiere volver, no podrá. La partida, el sueño y el despertar en una tierra ajena que se vuelve propia a golpe de realidad. La añoranza y, en algunos casos, el retorno a la tierra que, dada la cotidianeidad, ya se volvió extraña. Y, en medio, el viaje. El viaje. Lo hizo Ulises y lo hizo Abraham. Recorren un camino. El viaje que parece un silencioso caminar a través de lo indeterminado y provisional, una contención del aliento entre el pasado y lo que va a suceder. Un suceso sin presente que deberá sugerir la interpretación simbólica de la transformación. Ulises nos regala con su astucia y prudente previsión, Abraham con el ánimo hondamente conmovido por la rebeldía desesperada, la esperanza 51} EXÉGESIS OPCIÓN 170


confiada a la promesa de la llegada a un lugar mejor. Camino y destino unidos. La vida diaria del migrante transita en dos planos: lo cotidiano y lo sublime como fundamentos inseparables. La vida del migrante que abandona la patria para buscar –solo o junto a su familia– estabilidad económica y social e incorpora a lo largo de su derrotero algunos problemas de carácter universal que atañen a aquellos individuos que, motu proprio o acicateados por determinadas circunstancias políticas y sociales, han optado en virtud de un viaje incierto por el desarraigo, el sufrimiento, la nostalgia, el abandono de la cuna y la patria, y han elegido la búsqueda de un futuro próspero con la esperanza, a veces, de retornar al terruño añorado. Sin embargo, en la mayoría de los casos se experimenta el desencanto y la frustración ante la imposibilidad del regreso, ya sea porque continúan las condiciones que originalmente los expulsaron, ya porque no caben de vuelta o porque ese no es más su lugar. Desde esta perspectiva, la literatura del exilio muestra un problema de carácter universal presente en otros pueblos. El desarraigo de la tierra amada es una realidad incuestionable. En ella se han internado ciertos autores que reconocieron la necesidad de narrar estos acontecimientos. Conscientes de que la realidad es susceptible de ser observada a partir de múltiples perspectivas, se proponen obras donde el hombre sea asumido en su ambigüedad y contradicción; donde los hechos de la realidad externa no se sucedan como causas y efectos absolutos, sino que estén cifrados en el subconsciente del hombre con todo el dolor y la desolación, el desencanto, la angustia, la incoherencia y la insensatez de sus pensamientos, sentimientos y acciones. Autores que adquieren compromiso con el hombre y su circunstancia: Paz, Vargas Llosa, García Márquez, Fuentes, Bryce Echenique, Lizandro Chávez Alfaro, Mistral, Guillén y tantos otros que se han detenido en el tema. Letras que son congruentes con la dualidad latinoamericana. Tierras que ofrecen refugio, tierras que expulsan a sus hijos. Países que reciben con generosidad a los que huyen de su situación de desventaja y que, a su vez,

OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{52


mandan al exilio a sus nacionales. Historias de los que llegaron allende el mar y relatos de quienes cruzaron el río o corrieron por el desierto. La escritura surge como una débil palabra comunitaria, se revela como una promesa. La creación literaria es una propuesta de génesis desde la escucha de las voces marginales que constituyen un sujeto cultural. Entender que nosotros hemos formado parte desde siempre de esta constelación de errantes implica sellar un pacto sagrado de escritura que nos conmina a reinventar la geografía y la historia universal, la memoria de nuestras naciones y la biografía de nuestro mundo. Una biografía en la que faltan muchos temas por abordar, ya que las diásporas han ayudado a difundir ideas, sí, pero también a generar riqueza. Los exiliados envían dinero a sus familias, son generadores de un importante flujo de efectivo para sus naciones. Además, muchos han contribuido a la internacionalización de sus compañías empleadoras, aconsejando y sugiriendo nichos de mercado en sus naciones de origen. Muchos son orgullo para su comunidad por su éxito en los deportes, en la ciencia y en los negocios. Esa es la magia de la diáspora que muchos se niegan a reconocer. El viejo globo terráqueo gira y mientras algunas naciones desean protegerse del peligro cerrando fronteras, muchas personas siguen encontrando vías para llegar a su destino. Mientras unos siguen negando que la migración genera el intercambio de ideas y la circulación de mentes, otros aprovechan esta realidad. El flujo de gente es bueno tanto para los que llegan con maletas y sueños como para los que deberían darles la bienvenida. El nuevo nomadismo es un tesoro, una fuente preciosa de capital simbólico que el escritor no debe menospreciar, mucho menos desperdiciar. Los pasos del caminante y las historias que ellos contienen deben contar con nuestro apoyo, nuestra pasión y nuestra disponibilidad. Sí, ser extranjero está de moda y no es una moda bien vista. Tal vez, si la magia de la diáspora contara con nuestras plumas, esa moda tendría un mejor punto de vista.

53} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Oscar Medina Estudió Ingeniería Industrial. En 2010 comienza un viaje con una cámara Nikon D3000. Visitó Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, donde trabajó como voluntario en proyectos de reforestación, ayuda a comunidades de desplazados en Colombia, reconstrucción de hogares destruidos por terremotos en Perú y Chile y apoyo en una casa hogar en Paraguay.

Tres nómadas

V

ictoria vive dentro de una comunidad de alrededor de 70 familias desplazadas de sus hogares en la selva colombiana por las farc. Obligados a emigrar de ciudad a ciudad, ahora viven en Pereira, Colombia.

OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{54


Ellos son los hijos de una pareja nómada de argentinos que en 2005 volaron de Buenos Aires a Miami en una van (al fondo). El mayor nació durante el viaje en México y el segundo nació en Guatemala. Esta fotografía fue tomada en Máncora, Perú a sus cinco años de viaje constante y todavía sin terminar.

55} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Un nómada en la guerra Vilma Favela y Andrea González Aguilar

Entrevista con Alberto Arce

Miembros del Consejo Editorial opción.

E

stamos muy cerca del aeropuerto, cada tres minutos se escucha el ruido ensordecedor de un avión que va a aterrizar. Pero la conversación fluye. Alberto Arce sigue hablando sin detenerse, un poco más fuerte. Está de paso en México, ha asistido toda la semana a conferencias de prensa del Gobierno Federal y ha estado reportando para la Associated Press (ap) sobre la guerra en nuestro país. En unos días partirá a Honduras. Después, quién sabe…

1 En España, la editorial Libros del K.O. recién ha publicado Misrata Calling, su libro sobre los rebeldes en Libia.

Por el libro que acabas de publicar tenemos la impresión de que haces un periodismo muy narrativo, ¿cómo logras este estilo?1 Imagínate, estás 45 días en combate; esas son 1 500 horas que tu te llevas en la retina, que tú vives: tú vives 1 500 horas. En un documental te dejan mostrar 50 minutos: de esas 1 500 horas, yo grabo 60 horas en la cámara. 1 500 en la retina, 60 en la memoria del ordenador y 50 que yo puedo mostrar finalmente en un documental. Y cuando publicas notas en el periódico, son notas de 700 palabras. Entonces, el que crea que se puede contar la experiencia de estar 45 días en la primera línea de combate, la vida de los combatientes, los motivos por los que luchan, el armamento que usan, el miedo que pasan, los excesos que cometen, la ambigüedad de los personajes; el que crea que eso se puede contar en 700 palabras, en 5 minutos o en una intervención de 12 minutos en la radio, es que no tiene ni la más remota idea, ni la más mínima idea de la realidad. Entonces, la única manera de acercarse un poquito, mínimamente OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{56


a poder transmitirle al lector o al público lo que has vivido es tener espacio y tiempo. Porque la realidad, la realidad que uno puede llegar a observar en 45 días es tan rica. Y yo no soy un tipo ni geoestratega, ni geopolítico, ni de grandes contextos históricos. Yo soy un tío de observación, no sé nada de Libia, no quiero leer nada de Libia. Llego a Libia, no sé nada y me limito a preguntar, a observar y a contar lo que veo, nada más. Bueno, eso sólo se puede transmitir en un libro y, además, en un libro que tendría que ser el doble de largo de lo que es. La realidad siempre es plural, es rica, es multiforme. Es un caleidoscopio y eso es difícil de contar sin maniqueísmos, y sin atajos mentales, sin blancos y negros, buenos y malos, en tonos aburridos. ¿Cómo inicia la pasión por el periodismo? Yo quería ser guerrillero y no pude serlo porque nací en el primer mundo y en la época en que las guerrillas ya habían demostrado que cuando llegaban al poder –en los pocos casos en que llegaban al poder– se convertían en el mismo tipo de hijos de puta que aquellos a quienes trataban de derrocar. La única alternativa que te queda para seguir compartiendo vida con los que se lo merecen es contando sus vidas. Ya que no puedo luchar por ellos, por lo menos déjame que cuente sus vidas y que le pueda transmitir a mis hijos el día de mañana que no sólo no participé del sistema de mierda del que vivimos, sino que colaboré en la única medida en la que me dejaron colaborar, que fue denunciando las injusticias. Por eso soy periodista: por frustración. 57} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Tomado de http://sobreturismo.es/2010/03/14/homenaje-a-cataluna-de-george-orwell/

La película anterior que hice era un homenaje continuo desde el título hasta el último segundo a George Orwell porque para mí George Orwell es el modelo a seguir. Es un tipo que es un periodista, de éxito, reconocido, que ha escrito libros, que es corresponsal de un diario británico. Lo mandan a Barcelona en julio de 1936 a cubrir la guerra civil española y en 15 días aparca la libreta y el bolígrafo y se suma a la milicia trotskista y ¡bum! se va al frente, a luchar, hasta que acaba toda la mierda. Y cuando acaba toda la mierda, recoge la libreta y el bolígrafo y lo escribe. Y después de haber sido actor participante en uno de los bandos del conflicto, escribe el que 60 años después se reconoce unánimemente como el mejor testimonio periodístico de la legión española de Cataluña. Por eso yo estoy convencido de que los periodistas tenemos que jugar esa labor. Hemos sido condenados a poder portar sólo la cámara y el lápiz, e ir a lugares por los que hace 60 años todos aquellos a los que admiramos han pasado. Enciende el primer cigarro. ¿Cuál es el punto de vista para enfrentarse a la realidad? ¿Dónde esta esa parte intuitiva para elegir un lugar específico para narrar? El primer punto de vista honesto que cabe es el punto de vista de un tipo que es tonto. Decir: yo no tengo ni la más remota idea de lo que está pasando en este lugar. Entonces, el primer punto de vista es el de mirar la realidad sin un ojo tuerto y sin prejuicios. Tratar de hacer tabula rasa con todas tus OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{58


preconcepciones, que, obviamente, las tienes. Tienes que intentar borrarlas, hacerte el tonto y preguntar. Ese es el primer punto de vista. Y el segundo punto de vista es la inmersión total. Es decir, si estoy en una guerra, la tengo que contar integrándome con los combatientes y compartiendo su suerte. No se puede contar una guerra sin estar en las trincheras. Y no puedo pretender explicar los motivos de los combatientes si no estoy con ellos. Y los combatientes están en las trincheras y el único momento que uno puede hablar realmente en las trincheras es en la noche, que es cuando, en principio, no hay muchos combates; es a partir de las 5 de la tarde cuando tienen tiempo para hablar. Entonces me tengo que quedar a dormir en las trincheras con ellos. Para que los combatientes se sinceren conmigo y me cuenten realmente por qué están luchando, tengo que ganarme su respeto. Y para ganarme su respeto, ¿qué es lo que tengo que hacer? En la medida de lo posible, quitarme el chaleco de balas y casco –que yo tengo y ellos no–, y cuando los lanzan a un ataque, me voy en el ataque con ellos. Porque en la medida en que me vean como uno de ellos en ese tiempo determinado, la información que me faciliten será mucho más real, será mucho más honesto todo lo que me digan. Y lo que yo vea obviamente tendrá que ver más con la realidad y no con los discursos de los líderes y comandantes que están sentados en una mesa bien protegiditos, bien alejados del frente y no viviéndolo. Eso por un lado; luego, una de las mejores maneras de contar la guerra es siempre dejar la testosterona de lado, dejar a los machitos de primera línea y pasarse un par de noches en las casas, en los sótanos y refugios donde las mujeres y niños pasan las noches de bombardeos. Para mí, esas han sido las dos posiciones desde donde he contado una guerra. Desde los llantos de los niños que no entienden nada de lo que está pasando y sufren, hasta las mujeres que tratan de proteger a sus hijos, pasando obviamente por la testosterona del chavalete de 18 de años que tiene un rpg en la mano y quiere acabar con un tanque, y que cree que él va a ser el primero que llegue a capturar a Gadafi y a cortarle la cabeza. Es decir, desde cerca, desde dentro, sin apriorismos y haciéndose el tonto. Da dos golpes a un nuevo cigarro en la mesa. Todos tenemos puntos de vista sobre la realidad, todos tenemos una ideología. Yo no soy neutral ni tú tampoco. El que diga que es neutral, miente. Pero tienes que tener la cabeza lo suficientemente lúcida para saber que, incluso estando con los rebeldes libios en las trincheras del peor lugar de la guerra, que era Misrata; por mucha empatía y solidaridad que pueda yo pueda ver por esos combatientes, en los que vi reflejado a mi abuelo en las trincheras de la Guerra Civil Española, te mienten. Y también los buenos son unos hijos de puta y también tienen mucha mierda que esconder, y también manipulan, y tratan de disfrazar la realidad a su gusto. Entonces tienes que estar siempre 59} EXÉGESIS OPCIÓN 170


con todos los sentidos activados para no caer presa de su propaganda. Por más que te guste, es propaganda. ¿Cómo es el nomadismo de este oficio? Esto que nos cuentas desde el principio: estar dos semanas aquí, tres allá, un mes, tres meses… Es adictivo. Piensas que lo puedes dejar, pero no. Es como el tabaco. “No, si sólo me voy a fumar uno y lo puedo dejar cuando yo quiera”. ¡A la mierda!, eres adicto. Es un modo de vida, como todos los demás, hay muchos modos de vida y un modo de vida es el nomadismo. Y para contar la vida de los demás tienes que ir a ver dónde está la vida de los demás. Y, obviamente, las cosas no pasan habitualmente en el bar de al lado de tu casa. Es adictivo, te conviertes en un caracol, con la casa a cuestas; la mochila con cuatro cosas y ya está. ¿Cómo no involucrarse? Te involucras, por supuesto que te involucras. ¿Quién dice que no te vas a involucrar? Si hay una sola persona que ve morir a un niño o a un tipo de 20 años delante de él y no se involucra, o es un mentiroso o es un hijo de puta. Porque por supuesto que te involucras cuando ves sufrir a la gente a tu alrededor. Lo único que tienes que hacer es tratar de verlo con profesionalidad y pensar que tienes esa gran frustración de no ser médico. Pero como no eres médico, pues nada, calma, que su trabajo lo hagan los que lo saben hacer y contarlo con decencia y con respeto. Claro que te involucras. Yo creo que, después del cáncer de pulmón, la enfermedad más habitual entre las personas que viven cuatro o cinco guerras es el síndrome de estrés postraumático que te acompaña para siempre ya. ¿Cómo manejas el estrés? Con calma, como todo, sabiendo lo que es, identificándolo y no dejando que te domine y ya está. Pero obviamente los recuerdos se quedan para toda la vida, y hay algunos que te dirigen la vida. Te implica para siempre. El nombre de las personas que ves morir no lo olvidas nunca, ni las caras. Una pregunta un poco más personal… ¿Más todavía que esta? ¿La familia qué piensa? Están acostumbrados. Es una cuestión de costumbre. Tú domesticas a tu familia. Es lo que hay, punto. Supongo que no les gusta cuando estoy ahí y llamo por teléfono. –”¿Qué tal estás?” –”No, no te preocupes; no, si nosotros OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{60


Mark Markov Grinberg, For the mother land.

estamos lejos del frente. Estamos haciendo historias de hospitales en segunda línea.” Siempre dices eso. Otro cigarro se prende. ¿Cuál fue el primer lugar, la primera guerra? El primer lugar depende de cómo lo miras, la Argentina del “corralito” fue bastante más dura de lo que parece…Y eso fue en el 2001. Pero el primer lugar así, de lo que tú entiendes por “lugar” fue a partir del 11 de julio del 2006, cuando Israel empezó a bombardear el sur de Líbano. Ese fue el primero, el primer lugar de verdad que estabas en la peor de las situaciones, que es bajo el bombardeo de un F18, el más peligroso. Bajo el bombardeo de un F18. Imagínate esto que oyes [los aviones aterrizando] pero más fuerte, más bajo, más rápido. Escuchas este ruido después de una bomba y después un edificio entero que se viene abajo, al lado. Porque si estás en una trinchera todavía te puedes echar al suelo, echarte a correr. Pero si estás en un bombardeo de cazas de guerra, tiemblan las paredes y a esperar. ¿Y cuál es el lugar donde empieza tu nomadismo? ¡Uf! No, por eso te digo, en realidad el nomadismo empezó cuando acabé en España la escuela de Ciencias Políticas, que era la carrera más inútil que se podía estudiar. 61} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Otra vez los golpes de cigarro en la mesa… Y como no servía para nada, acabé la carrera y dije: “Puta, ¿ahora qué hago?”. Y dije: “Tengo que ir a algún sitio a mirar algo”. Entonces fui a la universidad, al departamento de becas y dije: “¿Alguna beca por ahí que nadie haya pedido, para que sea fácil conseguirla?”. Y me dijeron: “Sí, tenemos una beca para ir a estudiar sueco en Laponia”. Suena en broma, pero es verdad. Y me fui dos años a estudiar sueco a Laponia. Eso fue lo primero que hice. Y hay una empresa vasca, española, que es la mayor productora europea de candados para bicicletas y motocicletas, entonces en mi tiempo libre viajaba vendiendo candados para bicicleta y motocicleta por Noruega, Suecia y Finlandia. Y estuve así dos años. Y de ahí pasé a Argentina, con “el corralito”: ahí empecé a escribir. Y luego a Bolivia, a la guerra del gas, y hasta ahorita que acabo en Honduras. Y por el camino, todo: Irak, Afganistán, Gaza, Israel, Turquía, Siria, Cuba, Irán. Después de estar adentro del conflicto en Libia, ¿cómo proyectas esta primavera árabe a un año de que comenzó. ¿Cuál es tu percepción sobre las posibilidades? La gente desde fuera, la mayoría de los occidentales, no pensaban que los árabes fueran capaces. Hay un orientalismo brutal que tiene situados a los árabes en un lugar, en un estadio de evolución política inferior a los occidentales, a los cristianos, demócratas de toda la vida, liberales. Hay una posición intelectual y política miserable que los tenía situados como incapaces. Y creo que los que llevábamos mucho tiempo viajando por ahí y estando con ellos sabíamos que aquello era muchísimo más complejo y muchísimo más sofisticado y muchísimo más educado de lo que la gente pensaba. Y tratábamos de explicarlo pero en un clima global de xenofobia brutal y de antiarabismo brutal como el que se ha vivido después de lo de 2001, pues la gente no te hacía caso. Creo que lo que está pasando es lo mínimo que tenía que pasar […] Quedan revueltas árabes para rato. Y sobre todo –y ahora hablo como español porque en España está pasando una cosa parecida pero a mucho menor escala– creo que nos tendría que dar vergüenza ajena a los europeos, en la situación en la que estamos en nuestros países, el ejemplo que ellos nos están dando y que nosotros no estamos siguiendo. Grecia está empezando a despertar y España está empezando a despertar. Pero yo pienso que las revueltas árabes tenían que ser el ejemplo y el espejo en el que mirarnos los europeos de mi generación. Para romper la baraja… El otro día un compañero del metal, un freelancer, Samuel Aranda, ganó el primer premio del World Press Photo y en su primera entrevista le preguntaron: “Bueno, y ¿qué es lo siguiente que te gustaría fotografiar?”. Y así, sin dudarlo, lo que respondió fue: “Estas revoluciones que estoy fotografiando en Libia, en Yemen, en los países árabes, quiero fotografiar esta misma revolución pero en Barcelona, que es donde tiene que suceder ahora”. OPCIÓN 170 EXÉGESIS

{62


Eso es lo que pensamos casi todos, lo piensa Samuel y lo pienso yo y lo pensamos toda la generación de españoles. Estamos todos expulsados de España, inmigrantes eternos, expulsados de un país que huele a mierda y que sólo va a cambiar cuando la gente joven salga a la calle y les diga: “Chicos, ya está, ya pasó vuestra oportunidad. Ahora déjenos a vosotros”. Pero entonces vamos a tener más canas de las que tengo ya… Entonces, ¿los pasados 30 años en España fueron un espejo? Fueron como enseñarnos a los pobres paletos que todavía llevábamos boinas al sur de Europa que existían los centros comerciales. Nos enseñaron que existían los centros comerciales y nos dijeron: “No os preocupéis, aquí están los centros comerciales, comprad. Y si no tenéis dinero, no os preocupéis: a crédito”. Nosotros consumimos, eso fue. Y ahora se ha roto todo y se han llevado por delante los sueños de una generación. Yo soy de los privilegiados porque tengo trabajo fijo y me va bien porque migré a tiempo. Pero la gente que se ha quedado en casa está muy jodida. No sé si has escuchado de la cantidad de españoles que viven otra vez en México, en Guatemala, en Estados Unidos. España se ha convertido otra vez en un país inmigrantes, como en 1940, cuando vino la invasión española de republicanos a México. Igual y ustedes no lo veis así, tan brutal, pero es así. Nosotros sí lo vemos tan brutal, igual de brutal porque, además, habitualmente los que nos tenemos que ir y los que nos vamos somos los nietos de los que ya se tuvieron que ir. La historia no ha pasado por España… Sólo hay una cosa buena que ha sucedido en España en los últimos 30 años y es que todos hemos tenido la posibilidad de disfrutar de un sistema educativo realmente bueno que nos ha sobre calificado y nos ha convertido en lo que somos ahora todos: unos inmigrantes, mano de obra de lujo para las empresas multinacionales fuera del país… Nunca he trabajado en un medio español. ¿Y qué pasa con la indignación, indignación por la falta de empleo, indignación por la situación actual? La indignación es el primer paso ¿eh? Los españoles estamos “indignados”, que es la manera pop y cool, que no somos tontos porque nos han educado bien. Nos indignamos porque es poppy. Pero cuando realmente haya que hacer lo que han hecho los chicos de Libia, no hay cojones; eso no lo va a hacer nadie. Pero estamos empezando, ¿no? Con iPhone, retransmitiendo las marchas y convocándolas por Tweeter. Que está bien, está bien. Y de verdad que yo lo veía desde fuera, desde Libia, por internet, y me sentía muy orgulloso de lo que estaba pasando en mi país. Pero no nos engañemos, las revoluciones no se hacen así, lamentablemente. Y con lo que hemos visto, al menos en los países árabes, las revoluciones tiene otro ciclo. […] 63} EXÉGESIS OPCIÓN 170


Por último, ¿existe alguna regla para decidir a dónde vas? Mi regla, la regla que yo he identificado para que me fuera bien siempre es que para poder trabajar, para ganar dinero, para vivir, siempre ha sido ir a Ladonde soledad es elnadie, únicoa donde estadohay realpoca de lacompetencia existencia. ¿Por qué? Porque ésa es no hay y es más fácil salir adelante lacomo composición esencial de la materia. Todo lo que constituye al universo periodista. Yo siempre he dicho que yo no soy buen cámara, lo queestá pasa formado soledad. Independientemente los átomos es que de meátomos acercode mucho y me meto a donde nadiedeseque quiere meter. integren Hay otros untipos ser líquido, sólido, gaseoso o de plasma, las partículas que loeso conforman que son mucho mejores, técnicamente, que últimas yo; yo suplo acercánson, valga la redundancia, las más elementales de entre las más elementales, dome y contando las cosas desde muy cerca. El criterio ha sido: si no hay y están deyo. soledad. nadie,hechas pues voy ¿Qué pasa? Que, normalmente, si no hay nadie es por algo Son las partículas pequeñas existen y son indestructibles. pueden y suele ser porque más es muy jodidoque entrar o porque es muy mala No la situación. descomponerse ni mutar, sólo se reagrupan de maneras diversas y distorsionan la Entonces acabas convirtiéndote un poco en el junkie de los sitios complicados apariencia de las cosas. Los átomos de los elementos químicos tienen las mismas y se acaba convirtiendo en una especialidad laboral meterse en líos. Sinceramente, propiedades siempre se comportan igual. en LaHonduras, soledad esuncapaz de donde resistirno irme a ser ely único corresponsal extranjero país en cualquier cambio deforma y de volumen, gracias a la inmutable repulsión hay periodistas extranjeros y en donde en los últimos 18 meses han matado y18 atracción quedemuestra existe entre moléculas queyaorganizan al cosmos. Ése espasa? el periodistas, unalas capacidad innata para meterse en líos. ¿Qué único motivo por el cual nos sentimos irremediablemente solos, siempre. Que, desde el punto de vista laboral, yo identifico ese tipo de lugares con los Tanto en el donde aire, launo tierra, el fuego, y elperiodístico éter, como relevante las piedras, las lugares puede hacer el unagua trabajo porque plantas y los animales, estamos hechos de soledad. Incluso el tiempo y el amor son tierras desconocidas que hay que contar. Es donde más historias hay están formados de soledad. Respiramoshay. soledad. Bebemos porque es donde menos periodistas En elDefecamos reino de lossoledad. ciegos, el tuerto es soledad... Si dios existiera también sería soledad. No importa que la soledad sea el rey. Yo no soy buen periodista, yo me acerco. visible o invisible: siempre es perceptible. La soledad es todo y a la vez nada... !dadelosomoS¡

¿Por qué se empeña en hacerme sufrir? Agradecemos a Alberto Arce, a Álvaro Llorca y a Libros del k.o. por hacer posible El tiempo es un presente perpetuo. Pase lo que pase y hagamos lo que esta entrevista. hagamos, estamos condenados. La vida y la muerte son como un eternorelámpago. No existe ni la evolución ni la involución; todo se reduce al estatismo de la nada. El tiempo es nada y la nada es tiempo; así de simple. No entiendo por qué nos preocupamos por nuestras acciones ni por el futuro... mucho menos por qué nos torturamos sintiendo culpa a consecuencia de nuestros actos. Somosloquesomos, y no lo que podríamos ser si las leyes del universo fuesen distintas. A final de cuentas, incluso nuestras aspiraciones y apreciaciones están determinadas por la nada. Es imposible que podamos pensar más allá de nuestra propia naturaleza, y nuestranaturalezaesnada.

La realidad es contundente: no somos nada y hagamos lo que hagamos no cambiará. ¿Acaso alguien, quien sea, ha modificado el rumbo del cosmos? Podría desaparecer por completo el planeta y todo continuaría igual que antes. Nadie extrañará a esa aglomeración de soledad a la que llamamos Tierra... ni a esa otra a la que denominamos Sol. Todo se reduce a una simple reorganización de partículas elementales en OPCIÓN 170 EXÉGESIS {64 un instante que lo es todo y que se traduce en nada. Todocurrenesemismorelámpagoeterno. OPCIÓN 169 EXÉGESIS

{58


{SECCIÓN ESPECIA L: IN MEMORIAM}

Julián Meza (1944-2012)

DEL OTRO LADO DE LA VIDA

A

un a lo lejos siempre será bello el color del mar en la Costa Esmeralda. Así lo imagino. También es bello el azul del cielo con el que se funde hasta donde alcanza la vista. Esta evocación es una especie de realidad que me sigue paso a paso, y de la que no puedo o no quiero alejarme. Quizá me equivoco, pero soy feliz con esta forma de nostalgia que me da la vida. Pensar en Cerdeña me permite vivir fuera de la sucia realidad de un mundo que me mata. Cerdeña es mía porque así lo quiero, aun cuando sé perfectamente que no es mía porque lo propio es lo que no se puede uno apropiar. ¿Cuándo volveré a Cerdeña? No lo sé pero estoy convencido de que me espera, de la misma manera que me espera Sicilia y casi como Penélope esperaba a Ulises aunque no esté ocupada en tejer un infinito entramado ni se vea asediada por numerosos pretendientes. Borges partió en busca de sus orígenes en las profundidades de las lenguas germánicas. Yo he partido en busca de mis orígenes en las profundidades de un mediterráneo más abismal que todos los abismos de una historia tan profunda como aquella que se llama simplemente existir. Pienso, luego soy griego, aún si los griegos nunca se establecieron en Cerdeña. Imagino, luego soy cartaginés, romano. Sueño, luego soy bizantino, árabe, normando, siciliano, sardo, catalán. También sueño porque Cerdeña, al igual que Sicilia, Creta, Lesbos, es onírica. No pese, sino debido a sus avatares Cerdeña se transformó en un paraíso, evidente aun para los más ciegos. El mar Esmeralda es hermoso aún a distancia. También lo es el cielo con el que se funde en la memoria. Mar y cielo son bellos como los imagino. Tuve el privilegio de ver Cerdeña y la isla está viva en mi recuerdo. Julián Meza. En Cerdeña, la isla de Eolo. Ediciones sin nombre. México, 2011.

65} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170


Julián Meza

Memorias de un nómada (Periplo por diversos e inciertos orígenes)*

I

* Este texto fue públicado en opción 136, marzo de 2006.

Vivo apegado a mis varios orígenes. Sólo tengo la desgracia de no ser, según me dijo uno de mis ancestros, descendiente de gitanos. Soy nómada. No puedo dejar de serlo. Caí en México como consecuencia de las causas y los afectos, como dice una errata muy acertada en un poema de Borges, porque el mundo no está hecho de efectos, sino de afectos. Nadie es efecto de lo que no se quiere. Mi condición de nómada tiene algo que ver, por lo tanto, con la literatura, pero tiene más que ver con la prosaica realidad. El signo distintivo del nómada es el gitano, que nunca se creyó un pueblo elegido, nunca tuvo una tierra prometida y jamás se dio cita en Jerusalén, o en las verdes praderas de Hungría, en donde tal vez domesticó el caballo, creó las marionetas, inventó una idea de la suerte, de la misma manera que mucho antes había creado el primer instrumento de cuerdas en el sur de la India, la cítara, con el que dio nacimiento a la música, porque como dijo el gran director de orquesta y compositor judío Leonard Bernstein: “En música todo se lo debemos a los gitanos”. Ser nómada es, entonces, un destino que se elige cuando se repudia la inmovilidad nacionalista y patriotera que sólo conviene a los feroces vascos, a los rudos castellanos, a los airados irlandeses, a los feroces ingleses y a los estúpidos norteamericanos. Los gitanos nunca tuvieron a dónde ir a curar las monstruosas heridas del genocidio perpetrado por los nazis porque, pese a todas sus maravillosas

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{66


creaciones, nunca se inventaron un origen que remitiera a un supuesto terruño designado por un dios iracundo. Envidioso de los gitanos, he hecho de mi vida un nomadismo, pese a los numerosos momentos que paso sentado al frente de un escritorio para dictar cátedra o, sobre todo, para escribir. La primera vez que abandoné mi escritorio fue, hace ya muchos años, para ir a Cuba, en donde esperaba encontrar un socialismo con rostro tropical. Obviamente, fracasé. Luego fui a Francia, en donde me estacioné por espacio de más de una década. Luego me hice amo y señor del espacio catalán. Durante mucho tiempo creí que era nómada, pero en realidad hice de dos ciudades, París y Barcelona, una extensión de mi escritorio. Todo cambió en el año 2000, cuando realmente descubrí mi condición de nómada. A partir de entonces he hecho de mi vida un nomadismo, pese a los numerosos momentos que paso frente a mi computadora, como ahora, para escribir sobre el tema. Caí, pues, por azar, en México, y precisamente por esto no soy un patriota que se sienta orgulloso de sus supuestos héroes nacionales. Más aún: sólo respeto a aquellos que supuestos liberales y feroces nacionalistas han querido suprimir de esta historia. Por ejemplo, Lucas Alamán, Maximiliano y Carlota, infinitamente superiores a cualquier Iturbide, Juárez, Calles o Salinas. No soy anticastellano (quiera o no, la lengua que hablo tiene su origen en Cervantes), excepto cuando me pongo del lado de los árabes y de los judíos,

67} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170


arrojados de su casa por los usurpadores de ascendencia visigótica frívolamente llamados Reyes Católicos. Soy heredero de la diáspora de Conrad, Elliot, Pound y Joyce. II

Mi nomadismo me ha conducido al Mediterráneo, a donde periódicamente vuelvo a los numerosos orígenes en donde se sitúan, imprecisamente, mis filiaciones. Por mi abuelo paterno soy judío francés. Por el materno soy descendiente de un portugués garibaldino que peleó en Rio Grande do Soul. De aquí procede, quizá, mi amor a Sicilia, aun cuando tiene un peso enorme en esta historia mi pasión por la Magna Grecia, cuyas intactas huellas descubre uno en Selinunte y Sagesta. Fui a Cerdeña porque tal vez tengo ancestros nuraghi. Estuve en Constantinopla y Capadocia para hacer realidad un sueño bizantino que me remite al astuto emperador Constantino. Esto se lo debo a mi amigo Álvaro Mutis, con quien ahora comparto sus ideas monárquicas porque cada vez me siento más ajeno a esas democracias en donde el electorado elige como presidente a un sargento, a un vendedor de alfombras o, como quería Lenin que fuera el comunismo, a una cocinera. Fui a Córcega aun cuando no tengo nada que ver con el famoso corso ni, menos aún, con sus fanáticos nacionalistas. Cuando vaya a Malta lo haré para maldecir a los infames cruzados que saquearon Constantinopla. Estaré en Chipre porque nací de la cabeza de Afrodita, de la misma manera que ella nació de la de Zeus, el padre de todos los dioses habidos y por haber y el único que me convence por sus humanos aciertos y desaciertos. Muy pronto me hallaré en Rodas y en Creta porque son el inicio del recorrido que me metió en el laberinto por donde camino hace unos treinta mil años, cuando mis ancestros esgrafiaron los símbolos de los misterios que nos acompañan desde entonces: la vida, la muerte, el sexo y el amor, que son la existencia frente al siniestro destino del planeta en la actualidad: la muerte. Única y exclusivamente la muerte. III

Vuelvo al pueblo no elegido: el gitano, que nunca hizo la guerra porque nunca tuvo un territorio que defender ni una religión que imponer, construyendo prisiones y levantando hogueras en las que quemar a los heterodoxos y a los herejes. El gitano es hoy el símbolo de los desposeídos del planeta que viven en sus márgenes o en su periferia. La racaille, como dice el señor Sarkozy desde la plataforma de la xenofobia. El gitano es el símbolo de la única posibilidad

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{68


para nuestra especie si algún día las fronteras de los nacionalismos llegan a su fin. Como los gitanos seremos, entonces, habitantes de la casa Tierra, que no es la del ingenuo Gorvachov, sino la que querían Rolland, Zweig y Ramuz. Mientras tanto nos quedan los sueños y yo me adoso a las espaldas de ese gitano soñador llamado Céline, tan ajeno a los nacionalismos de entonces y a los que ahora nos asedian: el norteamericano, el ruso, el castellano, el serbio, y esa barbarie sin fronteras que practican los musulmanes. IV

Cuando vivo en mi impenetrable arraigo mexicano no sólo llego a aburrirme. Soy, sobre todo, infeliz. El arraigo puede ser creativo y, de hecho, lo ha sido, pero el desarraigo ha sido siempre más creativo. Los israelíes empezaron a inventar su fantástica historia cabalística cuando estuvieron cautivos en Babilonia. La mejoraron cuando fueron esclavos en Egipto. Hoy la han disminuido debido a su ansia de poder frente a un pueblo que ni siquiera tiene historia o, por lo menos, no a la manera occidental, que ni siquiera fue invento suyo, porque si de la historia hablamos, no nos remitimos al Génesis, sino a la Grecia clásica, que despreciaba las leyendas judías, aun cuando más tarde sus ideas hayan sido manipuladas por las sectas fanáticas llamadas cristianas. V

Independientemente de las creencias, hay seres humanos que reivindican el sentido de lo sensible, muy superior a lo razonable. Uno de esos seres humano es Cees Nooteboom, brillante escritor holandés, que tiene mucho de gitano. Una de las pasiones de este escritor es España, pero también le interesan Gambia o Bolivia, a donde uno no sólo puede ir porque no tiene otra cosa que hacer en la vida, sino porque su intuición lo lleva a todas partes. Nooteboom fue a Bolivia de la misma manera que yo: no teníamos otra cosa que hacer y la intuición nos condujo a esa cresta de los Andes. Cees Nooteboom no sólo confirmó mis sospechas de que el nomadismo es la elección más acertada. Me convenció de que el nomadismo es la auténtica condición del hombre. Desde el momento en que lo leí supe que no estoy errado cuando pienso que el nacionalismo es una de las peores pestes que han azotado al planeta. Doy gracias a este gran holandés que me hizo consciente de que mi amor al Mediterráneo tiene, por lo menos, una razón de ser: este mar es un capítulo fundamental en la historia del nomadismo. Los griegos fueron a Troya, los romanos a Egipto, los catalanes a Cerdeña, y sus desplazamientos a lo largo de los siglos hicieron de la historia de Occidente una historia nómada sin final porque aún no ha acabado de escribirse, ni se acabará de escribir jamás.

69} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170


Isabel Zapata Estudió Ciencia Política en el itam. Ahora vive en Nueva York, donde estudia la maestría en Filosofía en la New School for Social Research

Seis líneas para Julián Meza Para ahora ya habrás visitado París, las islas griegas, las siete colinas de Constantino el Grande. ¿No era tu sueño pasar la vida viajando? Los cementerios etruscos eran más amplios y más hermosos que sus aldeas para los vivos. Creo que no hace falta explicar esa metáfora.

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{70


La palabra del maestro; el verso del nómada Lluvia de letras sobre el paisaje del desamparo. octavio paz

A Julián Meza, in memoriam.

un sauce de cristal, un chopo de agua, un alto surtidor que el viento arquea, un árbol bien plantado mas danzante, un caminar de río que se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre:

71} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170

Víctor Gómez Estudiante de la Maestría en Teoría Económica, itam. Ex director de opción.


A

hora que lo pienso, esos días ya lucen algo lejanos, instalados en alguna región de la memoria que se niega a desvanecerse, tal vez aferrados al afecto, ese amasijo de lealtades que emula la conexión de los versos que se transforman en estrofas. Capaces de existir individualmente, sí, como citas elocuentes que adornan algún muro, pero huérfanos en el espíritu de la poesía que simula sentimientos. No obstante esa lejanía, aún recuerdo la voz de Julián leyéndonos a Octavio Paz y su fulgurante Piedra del Sol… “La treizième revient… c’est encor la première” había comenzado pronunciando en un francés nostálgico; se detiene tras el primer verso y decide hablarnos de Nerval y las razones que le ha confesado en algún momento el propio Paz para incluir aquella cita. A continuación recula en su vaso de café (imagino el desprecio que habrá sentido siempre por esos vasos que solía inundar con múltiples colillas de cigarro) y termina la cita: “et c’est toujurs la seule –ou c’est le seul moment, car es-tu reine, ô toi, la première ou dernière? Es-tu roi, toi le seul ou le dernier amant?”. Concluye aquel epígrafe en el mismo francés y antes de comenzar con el sauce de cristal, su exposición se traslada a otro recuerdo. Llegado ese momento, mi atención se disipa y recuerdo una cita de Guillermo Sheridan que había aparecido unos años antes en la contraportada del número 133 de Opción: “Los acentos graves, agudos circunflejos, revoloteando alrededor de las palabras, son como las esquirlas que restan luego de que son esculpidas en la página. El francés siempre está en mármol”. El francés siempre estuvo en mármol, y Opción siempre estuvo en Meza. Tres otoños atrás había iniciado mi travesía en el itam y en aquel septiembre encontré en alguna mesa de la biblioteca un “librito” que me pareció fuera de sitio: campeaba con toda libertad entre libreros, ajeno a la taxonomía del catálogo del resto que parecían mirarlo con recelo. Me bastó una vistazo a la portada para descubrir que se trataba de una revista, y una portada que emulaba un juego de la infancia me presentó con Julián: Libros prohibidos; la invitación perfecta para descubrir a un autor hasta entonces desconocido. Meza condenaba la barbarie de los totalitarismos, no escatimaba (como nunca lo hizo) en adjetivos contra quienes condenaron a la hoguera a miles de páginas “impías”. Esa fue mi primera aproximación a su pluma y, un año más tarde, instalado como nuevo integrante de la revista, disfrutaba el amor de Meza por las letras francesas en luceros que daban paso a la aurora. Ahí descubrí a Julián como maestro que imbuye pasiones literarias; sigo creyendo que aquel consejo construyó una exégesis en homenaje a Meza. Entre tanto, yo trataba de advertir esta casualidad y en medio de sus reflexiones comenzaba a percibir esas pasiones; tardaría un poco más en hacerlas propias. Retomemos aquella lectura sobre Paz… Cuando volví en sí, Julián ya se había adelantado: “un caminar tranquilo de estrella o primavera sin premura, agua que con los párpados cerrados mana toda la noche profecías, unánime

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{72


presencia del oleaje, ola tras ola hasta cubrirlo todo, verde soberanía sin ocaso como el deslumbramiento de las alas cuando se abren en mitad del cielo…” Tras este último verso, decide hablarnos de la ensoñación poética y las profecías prehispánicas, aunado a otra confesión de Paz: las alas se refieren a las águilas del cielo de Mixcoac, origen del poeta mexicano. El origen como símbolo poético nos ofrecía siempre las versiones más elocuentes de Julián. Así como Borges creía que la patria de Nájera se hallaba en la ajada violeta olvidada en sus páginas, él se confesaba nómada. Sus raíces históricas, si es que nos hubiera permitido llamarlas así, se guiaban por los hilos de las filias literarias. Bastaba escucharlo en clase de historia para descubrirlo: celebraba a Cervantes quien, contrario a Maquiavelo, aconsejaba al gobernante que era más importante ser amado que temido, y lamentaba del “triunfo” del florentino en el pensamiento político contemporáneo. Junto con Cervantes, gozaba El Siglo de Oro español de Pierre Vilar y nos recordaba que un testigo de nuestro origen, irónicamente ignorado, era nuestra lengua. Desconfiaba a su vez de la construcción hipotética de nuestro “pasado” a través de las ruinas y los códices prehispánicos. Percibía una enorme construcción de hipótesis víctima de su tamaño, sospechaba reiteradamente que los vestigios de esa historia fueran capaces de heredarnos un origen y para garantizarlo no dudaba en repartir reproches y diatribas. Era suficiente un comentario desatinado para desencadenar a Julián el colérico, el despiste era suficiente para él. Nada se escapaba de su atención, en el paredón de Meza desfilaba lo mismo Benedicto que Stalin, los uniformes militares y las rayas de las cebras (unos bichos muy estúpidos). Pero sus rabietas tenían tantos orígenes como los afluentes que convergían en él. Alguna vez llegó a clase decidido a destruir al autor en turno, ensimismado en su enfado, fue incapaz de darse cuenta que sus alumnos hablaban de otro texto, hasta que una nueva opinión desafortunada lo hizo caer en su desatino y prefirió retirarse de la clase. No me extrañaría que alguna vez haya vilipendiado al autor de “Antes de 14 y después de 89” por parecerle posmoderno; en Julián, como en la ficción, Asterión habría sido incapaz de defenderse frente a Teseo. Me parece curioso que se trate del mismo Meza, a quien escucho ahora mientras escondo una sonrisa por ese último recuerdo. Basta volver la mirada a su escritorio para que logre capturarme nuevamente: “Busco sin encontrar, escribo a solas, no hay nadie, cae el día, cae el año, caigo con el instante, caigo a fondo, invisible camino sobre espejos que repiten mi imagen destrozada, piso días, instantes caminados, piso los pensamientos de mi sombra, piso mi sombra en busca de un instante”. Julián afirma que es la búsqueda de sí mismo el motivo que ha tenido Paz para escribir este poema, pero en esa pesquisa es incapaz de recuperar lo que ha perdido y eso lo hace sufrir. Nuestro lector hace una nueva pausa, ante un público expectante por su nueva reflexión:

73} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170


“Alguna vez Paz me comentó que los 360 endecasílabos de este poema los escribió de corrido, impulsado por un extraño estado de ensoñación, a mí me parece formidable…” Continúa esbozando argumentos en torno al desarraigo y canaliza esta crítica sobre uno de sus blancos preferidos: los economistas. Al instante recuerdo una conferencia en el auditorio Baillères para conmemorar algún aniversario de la revista Estudios; expone Alonso Lujambio y, al hablar de la historia de la publicación, no tarda demasiado en recordar al director y fundador, a quien celebra por atreverse a denostar a los economistas en su feudo, torna la mirada hacia el público y comienzan los aplausos. Julián ríe como pocas veces y acepta el elogio, una sucesión de inauditos que pocas veces presenciaría. ¿De dónde nace este desarraigo del que habla Meza? Basta releer a uno de sus maestros para descubrirlo. Es Edgar Morin:

1 Edgar Morin, “El carnet de identidad terrena”, Problemas de la Civilización Contemporánea ii. Población y hábitat, itam, p. 25.

Los caracteres psicológicos, culturales y sociales han sido fragmentados e instalados en los distintos departamentos de ciencias humanas, de modo que la sociología ha sido incapaz de ver al individuo, la psicología ha sido incapaz de ver la sociedad, la historia ha funcionado por su lado y la economía ha extraído del Homo sapiens demens el exangüe residuo del Homo economicus.1

Meza siempre fue un humanista, y en su comprehensión del individuo era incapaz de disociarlo en residuales como si se tratara de una ecuación a la que debe optimizarse, eso sí, sujeta a ciertas restricciones, aunque no las que imaginaban sus colegas al otro lado del campus. Así lo mostró en su faceta de maestro, y no me refiero al concepto que nos limita al ámbito escolar, sino al Julián que se encontraba detrás de la puerta de su cubículo, en los pasillos, el Julián del café y los ritos dionisiacos. Capaz de sugerir un tema de Exégesis con una frase –“hace falta hablar del exilio”– o de desdeñar tus primeros pasos como editor –“respeto tus correcciones, pero no las comparto”–, nunca con mayores intenciones que ser franco. Quizás uno de los mayores elogios que podías robarle era la confesión de haberte leído: “agradable lectura de La doncella de Orleans”. Aunque siempre se tomaba el tiempo de rescatar a los alumnos que apreciaba y se declaraban fieles de la liturgia de los Smith y Ricardo: “No eres un economista; si buscas el equilibrio, eres un demócrata”. Han bastado esos recuerdos para que Meza siga su lectura circular: “No hay nada frente a mí, sólo un instante rescatado esta noche, contra un sueño de ayuntadas imágenes soñado, duramente esculpido contra el sueño, arrancado a la nada de esta noche, a pulso levantado letra por letra, mientras afuera el tiempo se desboca y golpea las puertas de mi alma el mundo con su horario carnicero”. “El horror del tiempo” es la frase lapidaria que aquella tarde del otoño de 2007 decidí anotar junto a esta estrofa tras escuchar sus reflexiones, a su lado se lee “pasa lo mismo en Borges”. Recuerdo en Meza a un hombre ajeno al frenesí de nuestra época, enemigo declarado de toda forma de la inmediatez. Curiosa

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{74


fobia de un historiador ser enemigo de las precisiones temporales obsesivas, devoto del “acaso” como figura historicista, sin mayor exactitud que un “allende”. Julián atestiguaba las herencias del tiempo como Borges lo hace en el Otro poema de los dones: las vísperas y días de 1955, la mañana de Montevideo, el último día de Sócrates, aquel sueño del Islam que abarcó Mil noches y Una noche, la mañana en Texas, y el olvido, que anula o modifica el pasado. A diferencia del genio argentino, Meza agradecía estas vicisitudes al divino laberinto de los afectos y las causas, sin atreverse a corregirle la plana, acusaba a algún corrector del atropello. La Piedra circular de Paz avanza y es Meza quien decide alzar la voz por primera vez en su lectura: “¿Subimos juntos a la torre, vimos caer la tarde desde el arrecife?, ¿comimos uvas en Bidart?, ¿compramos gardenias en Perote?” A continuación guarda silencio y su mutismo es elocuente: quiere recorrer el mundo como un nómada. Se sabe ligado a ubicaciones geográficas por herencia de sus ancestros, pero gusta de ser gitano: ajeno a toda vocación beligerante, a la defensa de “territorios”, a la edificación de prisiones y a la redacción de cánones que celebren la ortodoxia. Julián es libertario, denuesta cualquier apología de la autoridad, toda alabanza que converja al dogma. Ahí radica su enfado con pontífices, jerarcas del credo o como guste llamárseles. Le molesta la sumisión de almas, conmovidas por mártires que no se hallan en sus filias. Los clérigos le resultan distantes porque él no persigue la salvación, su verdadero credo es la apostasía. Al fondo, la voz lectora se mantiene imperturbable, quizás condenada a la finitud de sus 360 versos, quizás. Pero el oleaje de recuerdos se niega también a inmutarse, aunque esta vez anhelan alguna dosis de ficción. Pienso en la invitación a escribir sobre Meza y le imagino poseído por Dionisio insinuando, en nuestra calidad de exégetas literarios, un número sobre “los nómadas”. Lo imagino así porque no concibo mejor forma de recordarle, no más que un elogio de Flaubert, una diatriba para Joyce o Hegel, o incluso una relectura del perseverante Homero. Es con esa irreverencia que quiero conservarlo, a tiempo para escuchar cómo termina su lectura, son casi las 2:30 de la tarde y parece que esta será una despedida definitiva de Julián. Con estupor advierto que Paz aguardaba una sorpresa con su poema circular, una forma del eterno retorno que Nietzsche ya expuso con mayor elocuencia; en Meza nuestra lectura siempre puede volver a comenzar, es un lector inveterado, un cántaro roto: un sauce de cristal, un chopo de agua, un alto surtidor que el viento arquea, un árbol bien plantado mas danzante, un caminar de río que se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre:

75} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170


Aleister Montfort Politólogo y economista. Ex director de opción.

Julián, el educador ¿Y Cristo no estaría ebrio la noche de la última cena? ¿Quién en su sano juicio se entrega dócilmente al ocupante romano para, se supone, cumplir con los torcidos designios de su padre, aun cuando se trate del dios de la ira? julián meza, cerdeña, la isla de eolo.

J

1 W. Jaeger . Paideia: los ideales de la cultura griega, traducción de Joaquín Xiral, 15 reimp., México, Fondo de Cultura Económica, 2001.

ulián Meza decidió ser griego. Lo hizo porque su afinidad por la tortilla y el mezcal no tenían nada que hacer frente a su afecto por el vino, el pan y las aceitunas. Porque cada vez que podía escapar del insufrible Distrito Federal –para algunos Detritus Federal, dijo– acudía a las islas griegas, por las que sentía un genuino arraigo. Compartió con este pueblo un espíritu viajero que lo condujo a estadías periódicas en Cerdeña, Sicilia, Lesbos, Creta. De estas experiencias, para él vitales, nos dejó testimonios sobre lo que debería significar la palabra viajar. Dejó en claro su mediterraneidad al afirmar: “Pienso, luego soy griego, aun si los griegos nunca se establecieron en Cerdeña. Imagino, luego soy cartaginés, romano. Sueño, luego soy bizantino, árabe, normando, siciliano, sardo, catalán”. A final de cuentas, y para fortuna de este enclave de Río Hondo, Meza fue también un griego cuyo espíritu educador marcó la formación de varias generaciones de estudiantes. Fue en el mundo griego, nos dice Werner Jaeger, donde se estableció, por primera vez y de manera consciente, un ideal de cultura como principio formativo.1 “La educación no es una propiedad individual, sino que pertenece, por su esencia, a la comunidad. El carácter de la comunidad se imprime en sus miembros individuales y es en el hombre, el zoon politikon, […] fuente de toda

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{76


acción y conducta.” Se trata del ideal de la paideia griega, es decir, “poner conocimientos, como fuerza formadora, al servicio de la educación y formar verdaderos hombres, idea osada y creadora que sólo podía madurar en el espíritu [de los griegos]”.2 Julián Meza, el griego educador nacido en Orizaba, comprendió a cabalidad que en un país incivilizable, como él mismo se refirió al pueblo mexicano, su papel como maestro tendría que reforzar, por un lado, las cualidades que harían ciudadanos con capacidades para ejercer sus deberes cívicos y, por otro, debía enaltecer aquellos saberes que la cultura de Occidente designa como humanidades. Lo primero lo hizo en el aula y ejerciendo la crítica; lo segundo, abriendo espacios para el ejercicio de la reflexión de las humanidades. Eso fue la revista Estudios. Su ejercicio educador lo practicó en una sociedad en donde la crítica es un bien exiguo, aunque no lo hizo impartiendo clases de civismo (materia de la que, por cierto, se burlaba). Para fortuna de quienes fueron sus estudiantes o lectores, lo hizo a través de la crítica: a las ideologías (al socialismo totalitario o al mercado), a los héroes de bronce o a los farsantes literarios que ganan premios antes de escribir sus libros. Lo hizo también a través de la ironía y, diría más precisamente, a través del humor. El humor bobo y banal se supera y olvida con facilidad. Sin embargo, el humor inteligente cae como plomo, y su mordacidad molesta a quienes son incapaces de asumir la crítica y, peor aún, la autocrítica. Por eso la risa y el humor fueron cosas serias para Julián. De Borges, su escritor más admirado, pero también de su propia inteligencia y velocidad de pensamiento, aprendió y ejerció el arte de injuriar. Dice Jesús Silva-Herzog Márquez que el buen insulto es tan necesario como los buenos argumentos para la salud de la democracia; para la discusión sobre los asuntos públicos. El debate democrático, señala, “es también una representación del pleito y, en buena medida, un enfrentamiento de personas. No hay democracia, pues, sin una buena dosis de insultos. No hay buena democracia sin buenos insultos”.3 Meza disparaba por igual saetas de injuria a la tontería universal; a la idiotez de los políticos mexicanos; a la supuesta intelligentsia mexicana; al conservadurismo que rondaba en los pasillos itamitas, o a la cerrazón dogmática de las ideologías. Provocaba el debate de ideas y la discusión en clase; pero no lo hacía necesariamente desde la ventana del intelectual que analiza y desentraña una problemática. Lo hacía desde la actitud del polemista.

77} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170

2 Ibid., pp. 3, 11.

3 J. Silva Herzog Márquez. “El condimento del insulto”, 23 de marzo de 2009. Consultado en línea el 20 de abril de 2012, en www.reforma.com


La crítica fue una fiesta para Julián Meza, y la injuria el aderezo a la polémica que asomaba en el aula o en muchos de sus textos. Sus alumnos, contagiados por su espíritu para examinar, podrían discrepar de las posturas del profesor, pero la incitación a pensar, objetar y discutir estaba puesta sobre la mesa. Dijo Julián sobre México que “en teoría, es un país risueño. En realidad, es agrio. Su enemigo es la risa, en la que supuestamente navega, cuando no se ahoga en estrepitosas carcajadas que cortan el aliento y que nada tienen que ver con el sentido del humor, porque en realidad son producto de la vulgaridad. Para nuestra desgracia, México es un país solemne”. Sin embargo, Julián creía que la risa de Borges acompañaría al género humano a través de los siglos. Por eso dejó de evidenciar lo que le parecía, además de criticable, risible. La revista Opción pudo recoger también algunas de sus críticas al dogma y a la misma crítica. Aquí hizo la crítica de la crítica:

4 J. Meza. “Los huérfanos del muro”, Opción, núm. 132, 2005, pp. 61-75.

5 J. Meza, “Humor y solemnidad”, Opción, núm. 130, pp. 98-103.

Con la caída del muro [de Berlín], el mundo de la crítica, hito fundamental de la historia del Occidente reflexivo, se derrumbó también. Las armas de la crítica fueron sustituidas por el desprecio del pensamiento, y el mundo comenzó a navegar en un mar de silencio […] En México […] el pensamiento crítico tuvo una corta vida […] Ante el desolador panorama, había algunas voces que desafinaban, aunque lo hacían estrepitosamente. Su desacuerdo con el régimen los llevaba (y todavía los lleva) a instalarse en la nostalgia del Che Guevara, en la mentira castrista y, sobre todo, en el redescubrimiento de las Indias Occidentales, cuyos naturales asistieron al segundo regreso de Quetzalcóatl y su coro de Bartolomés encapuchados.4

También en estas páginas Julián espetó caracterizaciones de los ídolos que figuran en la academia –con la que compartía pasillos–, que puede o gusta de revestir a cualquier bobo de ídolo. Por eso señaló de la razón lo siguiente, no sin hacer una acotación del fanatismo de género. Botones de muestra: Quizá con el ánimo de figurar algún día en la enciclopedia universal de los bobos, René Descartes escribió que el sentido común es la cosa más compartida del mundo. No hay mayor sinsentido que esta afirmación. Descartes pertenece a esa especie de filósofos que creen, como el cándido Rousseau, en el hombre bueno por naturaleza, cuando en realidad nuestra especie es una curiosa perversión, y no debido al pecado original, producto de una insulsa manzana. Esa burrada es una de las expresiones más universales de la ingenuidad, que contradice la realidad del género humano –vilipendiado sin razón por las invertebradas féminas que serían capaces de exigir el reconocimiento de expresiones tales como génera humana.5

Tal vez para no aburrirse de la solemnidad que invade nuestra vida pública –y también la académica–, Julián decidió instalarse en el mundo de la

OPCIÓN 170 SECCIÓN ESPECIAL

{78


literatura, algo más por lo que la comunidad del itam le está agradecido. Meza fue generoso al recrear para él y sus estudiantes, en Tizapán, algunas de sus islas mediterráneas. Eso es lo que fueron para muchos sus clases de literatura, en donde se desmenuzaban los textos de Borges, Paz, Shakespeare o Flaubert: islas retraídas del pensamiento dominante, en las que poblaba la imaginación, el humor y el homo ludens. En sus clases de literatura se podía, de la misma forma, pensar el poder, las relaciones humanas, el amor o la amistad (ésta, para fortuna de muchos de sus alumnos, la practicó fuera de su cátedra literaria). Quizá fue en la literatura donde Julián, más que en la filosofía o la historia –disciplina por la que se doctoró en París– sintió mayor comodidad y desenvoltura. Por eso no sólo emprendió un proyecto cultural tan relevante como la revista Estudios, que dirigió desde su nacimiento hasta hace un par de años, además de la publicación de sus ensayos y novelas. También fue generoso con la comunidad del itam al apoyar y estimular a jóvenes escritores, así como a proyectos estudiantiles como Opción, revista en la que colaboró en múltiples ocasiones con textos, presentaciones, contactos, y con sabios consejos para que la revista del alumnado fuera cada vez una mejor publicación, con sus ya más de 30 años de edad. Julián quiso formar alumnos/ciudadanos, en el mejor sentido griego: ejercer el aprendizaje de actitudes, aspiraciones, comportamientos o valores que dan un sentido a las personas y a la vida colectiva. Tuvo razón al entrever que en la vida pública mexicana impera más lo agrio y lo vulgar de la carcajada que el humor que exhibe y no falsea. No hace falta indagar mucho para darse cuenta de esto: el ejemplo más acabado es el espectáculo que protagonizan en estos tiempos los partidos políticos y sus candidatos. Al evadir la crítica, uno de ellos se presenta con la mayor solemnidad posible trabajando en una oficina, para luego decirnos grandilocuentemente que no dividirá al país respondiendo cuestionamientos. Mejor así: ni los ve ni los oye. Otro, con un tono aún más solemne, habla de la recuperación de valores, y al más puro estilo de un clérigo parroquial, nos pide amor al prójimo, a la naturaleza y a la patria (es el de la izquierda). En el otro lado, una candidata se presenta como nuestra madre defensora, y con una ligereza de ideas remarcable, nos dice que hay algo diferente en ella pero que es incapaz de mostrar. Tendría razón Julián: un cuadro así es el camino fácil a la vulgaridad o a la indigestión. Desafortunadamente, el homenaje a su labor como educador en el itam llegó tarde. El reconocimiento de escritor, como suele decirse, se lleva a cabo leyendo su literatura. Yo estoy más porque el homenaje a Julián consista en que los valores que promovió: el humanismo, la antisolemnidad, la crítica, la amistad con sus alumnos, el humor de la inteligencia, se conviertan también en valores de la educación en el itam.

79} SECCIÓN ESPECIAL OPCIÓN 170


{L IBROS: JULIÁN MEZA}

Cerdeña, la isla de Eolo

¿Por qué no admitir, entonces, que viajamos en el imaginario? ¿Por qué no aceptar que siempre estuvimos en el mismo lugar, inmersos dentro de la sempiterna rutina, apenas fracturada por la fabulación?

Hay que atreverse a recorrer Cerdeña con la imaginación y el pasamiento: dividir la mirada entre la descripción arquitectónica y los lugares a dónde la arquitectura nos lleva. Hay que imaginar, después reírse, dejarse llevar. Las islas son lugares donde caben las provocaciones brillantes e irónicas de Julián Meza sobre historia, geografía, política, arte, literatura. La isla evoca otros lugares, otros mundos, otras preguntas. La isla y la contemplación: la posibilidad de encontrar lo importante cuando se observa con detenimiento. Porque, “una isla no es siempre una isla. Una isla puede ser algo más que una isla.” Provocaciones, preguntas; se hace necesario acompañar el camino: ¿cuánto vino hubo en la última cena?, ¿por qué a los necios se les dice “cabeza de alcornoque”?, ¿por qué las religiones monoteístas se presumen más tolerantes que las politeístas?, “¿cómo fue posible que hubiera, durante largos periodos,

civilizaciones capaces de ignorar la guerra, no obstante que algunos de sus principales símbolos, como el hacha minoica, fueran los del combate?” Preguntas recurrentes, con sinrespuestas sabias y sarcásticas, con humor y una mirada distinta. Una mirada distinta: eso es lo que nos regala este libro. Una mirada honesta que medita entre la cotidianidad, la nostalgia, la crítica y la risa. La risa como una forma para probar el viento de Cerdeña desde la cima de una torre aragonesa y recordar cómo la pirámide de Kukulkán obliga a los que tienen miedo a las alturas a bajarse de culo. Reírse. Al mismo tiempo que vamos a Cerdeña, Julián Meza nos invita a descubrir otras posibilidades de ser, de viajar, de pensar, de estar acompañados. ¿Qué y quienes lo acompañan en sus pensamientos? ¿Personajes imaginarios, ficticios, antiguos, viejos? Y todo empieza gracias a la primera pregunta, la más importante: “¿De no ser Chipre, a dónde voy?” Es un libro excepcional, su último libro, un respirar en el tiempo y en el espacio que solo puede venir de un recuerdo lúcido y entrañable: “Tuve el privilegio de ver Cerdeña y la isla está viva en mi recuerdo”. Gratitud. Andrea González Aguilar

Estudiante de Ciencia Política, itam. Directora Editorial de opción.

OPCIÓN 170 LIBROS

{80


Ángeles, demonios y otros bichos

El teatro, los juegos, las farsas, los espectáculos, los gladiadores, los animales extraños, las medallas, las pinturas y otras drogas de esa especie eran para los pueblos antiguos los incentivos de su servidumbre, el precio de su libertad arrebatada, las herramientas de la tiranía. étienne de la boétie

Ficción y ensayo político, crítica seria y sátira (¿acaso no más seria?), comentarios literarios y glosas sobre la actualidad; todas ráfagas sagaces que Julián Meza nos comparte en Ángeles, demonios y otros bichos. Un cúmulo de lecturas y vivencias son el pretexto para poner en evidencia un mundo en el que “rancheros globalizados” gobiernan, publicistas escriben novelas y tecnócratas arrogantes dictan verdades. La lectura puede hilarse, de hecho, por la demanda hecha en uno de los escritos: “la historia de la humanidad es una historia de verdades reveladas”. Así, Julián Meza destruye la verdad revelada del “mercado” (que ciertos economistas parecen difundir con autoridad divina), hace trizas la de la “publicidad” (que sacraliza imagen y espectáculo), dinamita el estandarte de la “nacionalidad patriotera” (que segrega y excluye como siempre), y se carcajea del dogma cristiano (que el Vaticano, opulento y corrupto, no cesa de comercializar). 81} LIBROS OPCIÓN 170

“Las verdades reveladas” de las que Julián Meza se mofa son pura actualidad. Guerras declaradas en nombre de la “civilidad democrática”, manifiestos doctrinarios con titulo de “academia”, premios best-sellers denominados “literatura”, patrias absurdas que maquillan una lógica de separaciones. Cubetazos de agua fría ante el adormecimiento normal del “fin de los tiempos”, “el bienestar consolidado” o la “democracia perfecta”. Y en medio de la denuncia, un humor que no a todos debe gustar. Por que lo políticamente correcto, la convencional cordialidad y el saludo apretado de “político de pacotilla” se espantaría ante la ingeniosa adjetivación del autor: desfila el honorable Opus Night, junto con la intachable cabeza Rei(ch)tsinger, los administradores ilustres Vinç Trot, Calígula-Bush y Rebuznar, así como los nuevos eruditos Zaramago y Hazlos Puentes. Julián Meza es crítico con los consensos establecidos; ya sea de un lado o del otro, si es que todavía se puede hablar de “bandos”. Se reniega a abandonar el pensamiento, la escritura y el cuestionamiento. Pone en tela de juicio las dicotomías caducas (podríamos decir “ideológicas”) de totalitarismos y democracias. El riesgo permanece y, como nos dice , “la bestia inmunda no esta muerta ni enterrada, y aun cuando ya no lleve el uniforme de la Gestapo vocifera, y no precisamente en la exPalestina” (p. 65). Los grandes estandartes contemporáneos son caricaturizados y puestos bajo observación. El monumento sagrado de la identidad nacional y la deriva democrática no se salvan de la sonrisa irónica del “gato de Alicia” que, con un compromiso a contra-corriente, dibuja la “negra” tendencia de un mundo televisado. Julian Meza nos regala el ácido que mucha falta hace. La crítica sin trabas, molestona y profunda. Un lapso de interrupción tan deseable como necesario. Francisco Osorio Adame

Estudiante de Economía y Ciencia Política. itam. Miembro del Consejo Editorial de opción.


RETRATO DE FAMILIA CON ECONOMISTA

Querer reducir a un autor tan prolífico, variado y complejo como Julián Meza a una o dos frases significativas, como tanto se acostumbra en el medio académico, es sin duda un vano intento errático, por no decir una ofensa a la memoria de un hombre con sus cualidades y su personalidad. Hacer lo mismo con su obra es todavía peor, pues Julián no fue un escritor, como aquellos que tanto detestaba por sus vacías incursiones en el medio editorial del siglo xxi, sino mucho más que eso: fue un literato, un Hombre de su tiempo, que supo encontrar lo universal en los detalles más íntimos de la experiencia de la vida. Es por esta razón que la colección de ensayos que conforma Retrato de Familia con Economista no es más que un fragmento, una isla en el océano de su pensamiento, y sin embargo, como en cada uno de los destellos poéticos y filosóficos que lo constituyen, brilla inigualablemente. Retrato de Familia es un libro singular. De entre la veintena de breves ensayos que ahí se encuentran, hay temas recurrentes: el sistema político mexicano, la verdadera o artificial idiosincrasia nacional, las deficiencias del régimen, y una acérrima crítica al orden geopolítico internacional. Sin embargo, cada ensayo conlleva en su haber una reflexión cuidadosa y

única, cristalizada a la perfección con el estilo preciso y sencillo del autor; como todo en la obra de Julián Meza, Retrato de Familia es una exploración más sobre el lenguaje, un viaje que este nómada de las palabras, cuando no del planeta, realiza para deleite propio y de sus lectores. Así pues, nos encontramos a lo largo del libro con deliberaciones acerca del sistema educativo mexicano y el propósito de la enseñanza y la pedagogía, reflexiones que todo secretario de educación pública debiera conocer de primera mano; una maravillosa discusión acerca de tres obras fundamentales de la literatura clásica, Madame Bovary, Ana Karenina, y Belle du Seigneur; así como innumerables piezas de análisis acerca de la condición humana, el arte, la economía (tan sobrevalorada en la actualidad), la anarquía, la literatura y la política, el todo redactado con el coloradísimo humor que lo caracterizaba. En última instancia, Retrato de Familia con Economista refleja quizás uno de los aspectos más importantes de la vida y obra de Julián Meza: su pasión por el humano, su solidaridad y fraternidad con sus congéneres, y su aprecio por todas las formas del saber y de la cultura. Para tiempos deshumanizados, Julián Meza fue una subjetividad radiante, “solar” en palabras de Michel Onfray, un demiurgo de letras y símbolos que supo descubrir en el hombre una potencialidad no acabada, un lienzo inconcluso; su legado, que no es poco, es el que nos ofrece en el diálogo eterno que fueron, confundidas en una sola, su obra y su vida. Eric Martínez Tomasini

Estudiante de Ciencia Política. itam. Miembro del Consejo Editorial de opción. OPCIÓN 170 LIBROS

{82


Cándidos y tartufos

Siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, lo ha convertido en su infierno. friedrich holderlin

La Revolución Francesa es un punto de referencia para comprender el movimiento ideológico que le siguió hasta su momento ápice: 1917, el cual, cambia al mundo de rumbo. No es hasta 1968 que vemos por última vez la sombra de un grito proletario que se extinguía ensordecido por el aspecto de libertad –de expresión, intelectual, cultural, artística–; éste constituye, sobre todo para el mexicano, la máxima expresión de un sistema totalitario, que desenfrenadamente buscó exterminar ideas, meramente libertinas, y poco comunistas. ¿Cómo entender el origen de este espíritu libre que recorría aquella época? ¿Cómo entender esta corriente ideológica que, incluso hoy, se postula como alternativa política? y ¿por qué aquellos mundos controlados por el afán de consolidar aquel proyecto marxista, el cual prometía la transformación a un Estado de igualdad y justicia, vivieron –y viven aún las consecuencias–, en cambio, una represión llevada a cabo por un gobierno convertido en autoritarismo “social”? 83} LIBROS OPCIÓN 170

En Cándidos y tartufos (título que alude a la inocencia del personaje de Voltaire, y a la hipocresia de Molière) Julián Meza nos demuestra que no solo fue un gran jugador literario –un artista del lenguaje–, un escritor de personajes y contextos que promulgaban su extensa creatividad, o un elocuente hombre nómada que reveló, a través de la experiencia, el mundo contemporáneo desde la mente de un mexicano con dotes afrancesados; Julián era, a la par, un hombre enteramente involucrado con el pensamiento contemporáneo que, con los años, desarrolló una inquebrantable posición analítica que esclarece al dinosauro marxista. La constante lucha por elaborar la página perfecta nos permite descubrir, con un ritmo histórico argumentativo, el análisis, desde distintas perspectivas, de un mundo que persistía en encontrar la llave del universo socialista; y con ello, Julián desenvuelve una crítica contra la “miscelánea de interpretaciones” o las justificaciones a acciones autoritarias y represivas con el “error del modelo”. La sucesión de ensayos recrean la acción de tiempo y forman, inevitablemente, al final, una mayor comprensión por el fenómeno socialista de la guerra fría y sus más arduas consecuencias. Su aportación sugiere, además, un diálogo profundo entre el hombre moderno, que vivió atrapado en ciudades cercadas, en una sociedad “igual” pero sin libertades, en represión, cárceles y atropellos morales, y el hombre post-moderno, que parece haberlo olvidado. Andrea Reed

Estudiante de Relaciones Internacionales. itam. Miembro del Consejo Editorial de opción.


{C OLUMNAS}

Dinámicas sonoras

La aventura del sonido: 150 años del natalicio de Claude Debussy

Todo lo que es sagrado y desea permanecer así, debe envolverse en el misterio. stéphane mallarmé

La música puede evocar lo improbable… la poesía de la noche… esos rayos de luz anónimos que forman un claro de luna. claude debussy

Según el Diccionario Porrúa de la Lengua Española, el concepto revolución implica: alboroto, turbulencia, sublevación, alteración del orden, transformación de las ideas.1 Bajo estos criterios, Claude Debussy vendría siendo un revolucionario de la música. Sus aportes técnicos y estilísticos perduran hasta la actualidad, aun cuando él no formó una escuela como tal. “Yo soy yo”,2 solía decir. El investigador Jan Swafford aporta esta observación: “Uno tiende a pensar que los revolucionarios musicales son los que más ruido hacen o colocan más disonancias en sus obras, ahí tenemos, como ejemplos, a: Arnold Schöenberg, Ludwig van Beethoven o Igor Stravinsky, pero el caso de Debussy rompe con esta idea, al

ser, la suya, una voz más bien lánguida, lo que no quita que esté entre los compositores más radicales de la historia”.3 Siguiendo a Pierre Boulez, el musicólogo Paul Griffiths considera que la música moderna comienza con la melodía de flauta del Preludio a la siesta de un fauno (1892-1894).4 La audacia de su estructura contrasta con los cánones imperantes en la época, sobre todo si se considera, nos dice Griffiths, que el Preludio es contemporáneo de la Sexta sinfonía de Tchaikvosky, Patética, y de la Novena sinfonía, Desde el Nuevo Mundo, de Antonin Dvořák.5 Si bien Debussy fue un revolucionario, no por ello dejó de admitir la influencia de los antiguos 3

1 2

Francisco Monterde (revisor), Diccionario Porrúa de la Lengua Española, México, Porrúa, 2009, p. 664. Enciclopedia Salvat de los Grandes Compositores, tomo 13, España, Salvat, 1983, p. 36.

4 5

Jan Swafford, The Vintage Guide to Classical Music, Nueva York, Vintage, 1992, p. 353. Paul Griffiths, Modern Music, a Concise History, edición revisada, Nueva York, Thames and Hudson, 1996, p. 7. Ibid.

OPCIÓN 170 COLUMNAS

{84


Idilio, Lord Frederick Leighton, 1880.

maestros. Prueba de ello, es que en su mundo gravitaron como influencias Giovanni Pierluigi da Palestrina, Orlando di Lasso, Eric Satie y –a su pesar– Richard Wagner. La vida de este genio francés principió el 22 de agosto de 1862, en Saint Germain-en-Laye, un suburbio parisino. De su niñez se sabe poco, quizá debido a que él prefería no hablar de las privaciones que pasó en ese tiempo. Aun así, su familia hizo un esfuerzo para otorgarle una educación musical a cargo de madame Rouston, quien fuera alumna de Chopin. Más tarde gana un lugar en el Conservatorio de París (famoso por su academicismo) y, a partir de entonces, comienza una era de premios y reconocimientos que van a culminar con el Premio de Roma (1884). Fue en Fiumicino (en ese tiempo, parte de la Comuna de Roma) en la casa del campo del conde Primolli, donde comenzó su intelectua85} COLUMNAS OPCIÓN 170

lización a gran escala. Ahí escucha a Palestrina y a Di Lasso, además de leer a los simbolistas.6 Entre 1884 y 1886, Debussy se convierte en becario de la condesa Nadezhda von Meck, la peculiar mecenas de Piotr Illich Tchaikovsky. Es en Rusia donde conoce la música de Moussorgsky, por la que tendrá particular aprecio. Sus funciones para Von Meck se tradujeron en lecciones de piano por su parte y en recitales a cargo de las hijas de ella. Sin embargo, el verdadero pago fue la posibilidad de darse a conocer y de relacionarse. De regreso al Conservatorio, Debussy se convirtió en una especie de enfant terrible, pues provocaba la admiración y, a su vez, la ira de sus profesores. Con uno de ellos, Guiraud, incluso llegó a polemizar: “No digo que no sea hermoso, pero es técnicamente absurdo”, espetó el maestro, a lo que Debussy contestó: “No tiene por qué tener ley, ¡sólo disfrute!”.7 En 1887, comenzó a relacionarse con los poetas simbolistas y con los pintores impresionistas. Después vino su encuentro en vivo con la música wagneriana. Visitó en 1888 Bayreuth, donde escuchó Maestros cantores de Nüremberg, Tristán e Isolda y Parsifal. La influencia wagneriana llegaría a ser clara y evidente en su ópera Pelléas et Mélisande. Pero fue en 1889 cuando su vida dio un vuelco, al asistir a la Exposición Internacional de París y al escuchar un ensamble de gamelan, instrumento de metal indonesio que, colectivamente, puede ser hipnótico. Complementariamente, en 1891, entabla comunicación con Eric Satie, compositor con tintes místicos y, curiosamente, con un puntillismo cercano a las armonías debussianas. Será tal la cercanía de Debussy con Satie, que el primero orquestará dos de sus gymnopedias. En 1893, Debussy compuso su cuarteto de cuerdas. Una obra que, si bien sigue la forma clásica, innova en sus 6 7

Enciclopedia Salvat, op. cit., p. 30. Swafford, op. cit., p. 354.


© Centro de documentación Claude Debussy.

acentos. Trinos, armónicos, cambios de compás imprevistos, glissandi. Toda una sinfonía visual. La partitura misma es un deleite en cuanto a su grafología.8 Estamos, definitivamente, ante algo totalmente nuevo y distinto. Al año siguiente, 1894, Debussy concluyó su primera obra de “ruptura” con los cánones clásicos: el Preludio a la siesta de un fauno. A partir de esta partitura, el sonido en sí adquiere su propio documento de identificación. La música será libre.9 Para Pierre Boulez, lo que más atrae de la música de Debussy no es tanto su carácter particular, sino la libertad de invención sinfónica a partir de elementos básicos.10 En 1912, el bailarín y coreógrafo Vaslav Nijinsky creó y bailó su propia coreografía del Preludio para los ballets rusos de Sergéi Diáguilev. El argumento de este ballet es simple: “El fauno, cansado de perseguir a las ninfas, se ha tumbado bajo un árbol para 8

Cfr. Claude Debussy y Maurice Ravel, String Quartets, Dover Chamber Music Scores, Estados Unidos, 1987, 112 pp. 9 Classical Music, The Rough Guide, The Rough Guides, Estados Unidos, 1998, p. 115. 10 Pierre Boulez, Puntos de referencia, España, Gedisa Editorial, 1996, p. 306.

dormir la siesta, pero antes se distrae tocando la flauta de Pan”.11 En más de un sentido, la obra generará escándalo. Pero, dichas reacciones no hicieron mas que enfatizar cómo la música de Debussy también iba a contribuir al desarrollo de la danza moderna. En 1902 se efectuó el estreno de la ópera Pelléas et Mélisande. Una ópera con toda la influencia wagneriana, pero que, simultáneamente, la niega. El uso de motivos conductores (leitmotiven) es influencia directa del pontífice de Bayreuth. Sin embargo, la libertad de la música, su cromatismo, va a ser algo que Debussy incorporará a la ópera. Incorporación, hay que decirlo, que no dejó época, ya que Pelléas quedará como una obra lírica sin imitación posterior. Como un suceso maestro finiquitado en sí mismo. Para el estreno de esta ópera, basada en un libreto del poeta simbolista Maurice Maeterlinck, Debussy contó con la soprano escocesa Mary Garden. En una entrevista, ella aseguró que Debussy no le dio más indicaciones que aprovechar su canto declamado,12 recurso técnico que buscaba acentuar lo poético sobre lo efectístico, como era el modo de cantar italiano de la época. El mar (La mer) es una auténtica sinfonía.13 Compuesto entre 1903 y 1905, este poema sinfónico cumple con todos los principios estéticos que Debussy pregonaba: ser imagen, evocación; sentir sin ser descripción exacta, donde el color es un fin en sí mismo, sin preocuparse mucho en la línea.14 ¿Impresionismo? Exactamente, aunque a Debussy no le gustara esa asociación. En El mar, la orquesta se manifiesta en toda su paleta tímbrica y armónica. Cada detalle, cada tinte, es parte del fresco sonoro. Las notas viajan libremente, rememoran, imaginan, meditan. 11 12 13 14

Enciclopedia Salvat, op. cit., p. 47. Cfr. http://www.youtube.com/watch?v=cMfsmmIsrRc [consultado el 8 de abril de 2012]. Tríptico sinfónico es el nombre que el autor le otorgó para mayor exactitud. Gerhart von Westermann, Concert Guide, Sphere Books, 1993, p. 281.

OPCIÓN 170 COLUMNAS

{86


“Desde el amanecer hasta mediodía en el mar”; “Juego de olas”; “Diálogo entre el viento y el mar” son los títulos de los movimientos de esta obra, donde el misterio entre naturaleza e imaginación se da de manera consumada.15 En El mar es evidente la influencia de los pintores impresionistas, pero también la de Turner, quien, para Debussy, fue el pintor del misterio.16 Debido al cáncer, a partir de 1910 Debussy enfrentará duras y terribles tribulaciones, las cuales le llevarán a la muerte en 1918. A pesar de ello, mantuvo lo que él consideraba su único hobby: componer.17 Aún así, consiguió componer su ballet Juegos (Jeux) para Nijinsjky. Esta obra toma al tenis como pretexto para desarrollar con toda libertad la música. Los sonidos se suceden en una marea de invención poco comprendida aún. Debussy no podrá más y morirá el 25 de marzo de 1918. De hecho, la Gran Guerra le causó un sentimiento doble: por un lado, profundo dolor; por otro, profundo patriotismo, al grado de considerarse sólo un “músico francés”, único mote que aceptó en vida. El poeta italiano Gabriele D’Annunzio lo llamaba afectuosamente, Claudio de Francia, reconocimiento de toda nobleza para el compositor parisino. Aquí se ha mencionado de manera general su aportación a la música sinfónica y operística, pero queda un universo por explorar en su obra de cámara, vocal y pianística. Su obra más conocida, Claro de luna, le ha valido el ser, incluso, sinónimo de ella. Pero hay otras piezas de excepcional belleza que bien merecen ser escuchadas, entre las que se puede citar a La catedral desaparecida y Rêverie (para piano), Primavera (para orquesta), la canción Beau soir (soprano y piano) o Las imágenes para orquesta y coro femenil, cuyo final (sirenas) es una evocación del infinito. 15 16 17

Classical Music. The Rough Guide, op. cit. Gertrude Norman y Miriam Lubell Schrifte (eds.), Letters of Composers, Estados Unidos, Grosset’s Universal Library, 1945, p. 315. Swafford, op. cit., p. 361.

87} COLUMNAS OPCIÓN 170

Con Debussy, el sonido va a ser una realidad específica en el discurso musical, al que suma su elemento complementario: el silencio.18 Hay una frase de Pierre Boulez sobre Primavera que motiva a escuchar a Debussy y que, de algún modo, resume la experiencia estética que produce su música (la referida al análisis de la obra sinfónica Primavera): “Cuando oigo Printemps pienso irresistiblemente en Femmes dans le jardin de Monet. Las dos obras encierran una misma frescura, una misma ingenuidad, una especie de dicha de ir al descubrimiento de sí mismo”.19 Una escucha atenta de esta partitura no sólo le da la razón a Boulez, sino deja en nosotros esa alegría de vivir que se refuerza al contemplar con los oídos la belleza del sonido… y del silencio. Legado que el músico francés nos sigue compartiendo en cada audición. Carlos Spíndola Maestro en Políticas Públicas, itam. Actualmente es rector de la Universidad José Vasconcelos de Oaxaca. 18 19

Classical Music, The Rough Guide, op. cit., p. 115. Boulez, op. cit., p. 309.



{CONTENIDO}

nomadismo LITERARIAS 4 Cuentista rodrigo zepeda

EXÉGESIS 22

SECCIĂ“N ESPECIAL: IN MEMORIAM 65 Del otro lado de la vida

Casa y camino

lee

Yo quiero suscribirme

juliĂĄn meza

cristina estefanĂ­a barnard gonzĂĄlez

6

ParĂĄbola de viento

Como un sol entre cĂŠfiros y trinos

PequeĂąo Cuaderno de Viaje. Una aproximaciĂłn a Sendas de Oku de Matsuo Basho

gerardo alcĂĄntar

luis javier mondragĂłn

luis mireles flores

8

66 24

Dru an’s

juliĂĄn meza

70

. 930

m, 1

Memorias de un nĂłmada (Periplo por diversos e inciertos orĂ­genes) ,d

d Lyn

Seis lĂ­neas para JuliĂĄn Meza

rd Wa

erie

s e la

dm Ma

76

JuliĂĄn, el educador aleister montfort

14

HabĂ­a una alondra

46

maria elena solĂłrzano

Borneo sebastiĂĄn romero uribe

REFLEXIĂ“N

por

LIBROS: JULIĂ N MEZA 48

La magia de la diĂĄspora cecilia durĂĄn mena

80

CerdeĂąa, la isla de Eolo andrea gonzĂĄlez aguilar

54

Tres nĂłmadas oscar medina

mariana dĂĄvila moreno

81

Ă ngeles, demonios y otros bichos francisco osorio adame

El sonido en la piel del agua

56

estrella asse

Un nĂłmada en la guerra. Entrevista con Alberto Arce

82

vilma favela y andrea gonzĂĄlez aguilar

20

Retrato de familia con economista eric martĂ­nez tomasini

opcion. itam.mx

Defendiendo a Ron Mueck miguel ĂĄngel espejel ortega

83

GRĂ FICA OCULAR 33

AGRADECIMIENTO Pedro Meyer

CĂĄndidos y tartufos andrea reed

FotografĂ­as de: javier silva

COLUMNAS 84

dinĂĄmicas sonoras carlos spĂ­ndola

Portada: Š Pedro Meyer, El asombrado. Contraportada: Š Pedro Meyer, El asombrado 2 y El asombrado 3.

O_170_PORTADA ok.indd 2

3FQĂžCMJDB .FYJDBOB

19

SudamĂŠrica

La cĂĄmara lĂşcida de Roland Barthes

DESTINO

16

claudia sĂĄnchez rodrĂ­guez

rodrigo zepeda

$PSSFP FMFDUSĂ˜OJDP

Poemas de Oslo

5FMĂ?GPOP T

41

$JVEBE

Impresionismo

3FTUP EFM NVOEP

vĂ­ctor gĂłmez

13

PaĂ­s:

La palabra del maestro; el verso del nĂłmada

Domicilio:

71

Nombre:

fernando reyes

esteban govea

TFNFTUSF

Un ceniciento en SĂŁo Paolo

%FTFP TVTDSJCJSNF B PQDJĂ˜O B QBSUJS EFM OĂžNFSP

28

"NĂ?SJDB EFM /PSUF $FOUSPBNĂ?SJDB Z FM $BSJCF

Hombrecillo brutal y solitario

1 aĂąo

isabel zapata

12

5/3/12 12:51 AM


BĂ—P YYYJJ t NBZP

170

rector Dr. Arturo FernĂĄndez PĂŠrez vicerrector Dr. Alejandro HernĂĄndez Delgado directora escolar M.D.I. Patricia Medina Dickinson opciĂłn. Revista del alumnado directora Andrea GonzĂĄlez Aguilar consejo editorial ComisiĂłn de redacciĂłn Vilma Favela Emmanuelle Oropeza Francisco Osorio Andrea Reed Eric M. Tomasini ComisiĂłn de material grĂĄfico Fernando LĂłpez MartĂ­nez SFMBDJPOFT QĂžCMJDBT Z suscripciones Marina CarreĂłn

on. itam.mx

Sitio de aquellos cuentos infantiles, eres la tierra entera. A todas partes vamos a no volver. Estamos por vez Ăşltima en dondequiera. josĂŠ emilio pacheco

Nomadismo

irĂĄs y no volverĂĄs

Nomadismo un ceniciento en sĂŁo paolo Fernando Reyes el sonido en la piel del agua Estrella Asse in memoriam julian meza / Isabel Zapata, VĂ­ctor GĂłmez, Aleister Montfort

DPNJUĂ? DPOTVMUJWP Dra. Claudia AlbarrĂĄn, Lic. Aldo Aldama, Lic. CĂŠsar Guerrero, Dr. Mauricio LĂłpez Noriega, Mtro. Alonso Lujambio, Dr. JuliĂĄn Meza , Dr. Alejandro PoirĂŠ

BĂ—P YYYJJ t NBZP

170

diseĂąo editorial alexbrije + kpruzza cuidado de la ediciĂłn Sandra Luna JNQSFTJĂ˜O Producciones Editoriales Nueva VisiĂłn MĂŠxico d.r. Š opciĂłn revista del alumnado del itam RĂ­o Hondo 1, TizapĂĄn, San Ă ngel, 01000 MĂŠxico, D.F., Tel./fax 5628-4000, ext. 4669 opcionitam@yahoo.com.mx http://opcion.itam.mx ISSN: 1665-4161 reserva de derechos al uso exclusivo: 04-2002 t $FSUJGJDBEP EF MJDJUVE EF DPOUFOJEP opciĂłn es una revista universitaria sin fines de lucro. Todos los derechos reservados. Queda estrictamente prohibida la reproducciĂłn total o parcial de esta publicaciĂłn, en cualquier forma o medio, sea de la naturaleza que sea, sin el permiso previo, expreso y por escrito del titular de los derechos. Los artĂ­culos son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente el sentir de la revista. Revista indizada por Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales (clase). Integrada al Sistema de InformaciĂłn BibliogrĂĄfica sobre las publicaciones cientĂ­ficas seriadas y periĂłdicas, producidas en AmĂŠrica Latina, el Caribe, EspaĂąa y Portugal (latindex).

Tiraje: 2,500 ejemplares

O_170_PORTADA ok.indd 1

5/3/12 12:51 AM


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.