Palabras del Superior Provincial Querida Familia Hospitalaria. Es una gran alegría presentarles el documento “Un año de reflexión para revivir el carisma de la Hospitalidad”, elaborado por el Hno. Pedro Hernández Castro, durante un año sabático que le fue solicitado al Consejo Provincial después de 54 años de Vida Consagrada y 72 años de edad, con el fin de profundizar en su vida Religiosa y Espiritual Hospitalaria. En este documento el Hno. Pedro hace una reflexión sobre las cartas de Nuestro Padre San Juan de Dios, las cuales tienen una riqueza espiritual inmensa, también analiza otros documentos importantes de la Orden Hospitalaria y de la Vida Consagrada, como son: Las líneas de desarrollo 2015 – 2019 del XXII Capítulo Provincial y el Perfectae Caritatis, sobre la adecuada renovación de la Vida Religiosa, además de una síntesis del libro “La Dimensión Misionera de la Orden Hospitalaria”. Este documento que hoy tienen en sus manos, responde al compromiso en general de los Hermanos de reflexionar sobre nuestra espiritualidad, tanto en nuestra impronta personal como en el servicio a los enfermos. Agradezco al Hermano Pedro Hernández por compartir estas reflexiones y animo a la familia juandediana de la Provincia a que sigan viviendo con alegría su vocación hospitalaria a favor de los más necesitado y enfermos. Pongo esto en manos de la Virgen, nuestra madre, la siempre entera, como la llamaba San Juan de Dios, en la solemnidad de su Patrocino sobre la Orden.
Hno. Juan Carlos Tovar Huertas Superior Provincial Bogotá, noviembre de 2015
PRESENTACIÓN La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, bendecida desde su origen y a lo largo de la historia con el carisma de la Hospitalidad, en las últimas décadas ha sido engalanada de manera especial por la Iglesia: La beatificación de San Ricardo Pampuri el 4 de octubre de 1981, por el hoy San Juan Pablo II y su canonización el 1 de noviembre de 1989 por el mismo Papa en Roma. La beatificación de San Benito Menni el 23 de junio de 1985 y su canonización por el Papa Juan Pablo II el 1 de noviembre de 1999. La canonización de San Juan Grande el 2 de junio de 1996 en Roma por Juan Pablo II. La beatificación de 71 Mártires Hospitalarios, 7 de ellos colombianos, el 25 de octubre de 1992 por San Juan Pablo II. Y por si fuera poco otro acontecimiento extraordinario fue la beatificación de los 24 Hermanos Mártires en Tarragona (España) el 13 de octubre de 2013, por el Papa Francisco; para un gran total de 4 Santos y 95 Beatos Mártires y dos Beatos: José Ollallo Valdés, cubano, beatificado el 29 de noviembre de 2008 por Benedicto XVI en Camaguey (Cuba) y Eustaquio Kugler en Ratisbona (Alemania), beatificado el día 4 de octubre de 2009 por Benedicto XVI. En este tiempo sabático hice una reflexión sobre las cartas de Nuestro Padre San Juan de Dios, de riqueza espiritual inmensa, y de otros documentos importantes de la Orden y de la Vida Consagrada, los cuales pueden ser de interés para hermanos, colaboradores, bienhechores y voluntarios, que deseen conocer algo más de nuestra historia religiosa con casi 500 años de fundación. Acontecimientos que llenaron de páginas gloriosas nuestra amada familia religiosa hospitalaria; motivos suficientes para interesarme a escribir estas páginas por su riqueza espiritual. En los momentos cumbres de la humanidad, siempre han surgido personas capaces de iluminar con luz especial este trasfondo y transformarlo, es el caso de Jesús de Nazareth. San Juan de Dios y sus hijos, trascendieron las realidades históricas y asumieron con actitudes humanas y en óptica de fe, el perfil del Evangelio de la Misericordia, encarnado aún en las circunstancias más exigentes de la historia. HNO. PEDRO HÉRNANDEZ CASTRO O.H.
Contenido LAS CARTAS DE SAN JUAN DE DIOS .................................................................. 8 PROMOTOR VOCACIONAL ................................................................................ 11 CARTA AL JOVEN LUIS BAUTISTA .................................................................... 11 PRIMERA CARTA A GUTIÉRREZ LASSO ......................................................... 12 SEGUNDA CARTA A GUTIÉRREZ LASSO ........................................................ 15 PRIMERA CARTA A LA DUQUESA DE SESA ................................................... 17 SEGUNDA CARTA A LA DUQUESA DE SESA ................................................. 20 TERCERA CARTA A LA DUQUESA DE SESA .................................................. 22 AUTÓGRAFA ES SOLAMENTE LA FIRMA, CONSISTENTE EN TRES CONOCIDAS LETRAS O SIGNOS ........................ 23 SIGLAS DE SAN JUAN DE DIOS EN ESTAS TRES LETRAS ........................... 24 BENDICIÓN DE JUAN DE DIOS .......................................................................... 25 DE ACUERDO AL DOCUMENTO DECRETO PERFECTAE CARITATIS SOBRE LA ADECUADA RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA .......................................................... 26 LÍNEAS DE DESARROLLO 2015 – 2019 ............................................................. 26 XXII CAPÍTULO PROVINCIAL ........................................................................... 26 PERFECTAE CARITATIS SOBRE LA ADECUADA RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA ......................................................... 28 AÑO SABÁTICO ...................................................................................................... 31 LA DIMENSIÓN MISIONERA DE LA ORDEN HOSPITALARIA................... 32 CAPÍTULO PRIMERO ........................................................................................... 33 CAPÍTULO SEGUNDO .......................................................................................... 34 JUAN DE DIOS HERMANO Y SIERVO PARA LA SALVACIÓN DE TODOS ................................................................................. 34 SIGNOS PROFÉTICOS Y EVANGELIZADORES DE SU VIDA ...................... 37 CAPÍTULO TERCERO ............................................................................................ 40 LA ORDEN HOSPITALARIA HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIX............. 40 FIELES A LA HOSPITALIDAD HASTA EL MARTIRIO.................................... 44 CAPÍTULO CUARTO............................................................................................... 45 RESPUESTA APOSTÓLICO-MISIONERA DE LA ORDEN DESDE MEDIADOS DEL XIX HASTA NUESTROS DÍAS................................ 46 ORGANISMOS DE LA CURIA GENERAL AL SERVICIO DE LAS MISIONES......................................................................... 54 FUNDACIÓN JUAN CIUDAD ONGD................................................................. 58 ASSOCIAZIONE CON I FATEBENEFRATELLI PER I MALITI LONTANI-AFMAL ................................................................................ 59 NUEVA HOSPITALIDAD........................................................................................ 61 BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 62
LAS CARTAS DE SAN JUAN DE DIOS Advertencia Preliminar: Las cartas de San Juan de Dios, son de una importancia excepcional tanto para los Hermanos como para los colaboradores de la Orden Hospitalaria pues, estos escritos, nos proporcionan un rico conocimiento de la vida interior y de las motivaciones apostólicas de nuestro fundador, las mismas constituyen una de las fuentes principales de donde deriva el espíritu de nuestra constitución y son por lo mismo, unos de los mayores medios que tenemos para fortalecer nuestra identidad Juandediana. Las seis cartas que han llegado hasta nosotros son auténticas, y nos trasmiten las palabras y el pensamiento de San Juan de Dios: una al joven Luis Bautista, dos a Gutiérrez Lasso y tres a la Duquesa de Sesa. Además son originales, es decir, las tenemos en el mismo ejemplar en que fueron escritas por primera vez (hace más de cuatro siglos y medio, desde 1.539 hasta hoy 2015). Ninguna de las seis cartas es autógrafa, porque ninguna de ellas fue escrita por mano del santo, ya que él se servía ordinariamente de un escribano o amanuense, como era costumbre en la época.
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La espiritualidad de San Juan de Dios, se manifiesta en todas sus obras, pero especialmente en sus cartas, valiosos documentos que constituyen la mejor herencia dejada a sus seguidores; en ellas está plasmada su configuración espiritual y su manera de ser, ellas encierran una fuente de espiritualidad que todos sentimos frente al recuerdo de su vida, frente a los escritos del Santo de los enfermos y de los pobres, cuyo espíritu de generosidad y entrega sintetiza el espíritu de Jesucristo y su Iglesia. De las cartas que San Juan de Dios escribió solo se conservan seis, así como tres que él recibió de su director espiritual San Juan de Ávila. ¿En qué época empezó Juan a escribir sus cartas? Probablemente después del traslado del Hospital de la calle de Lucena a la Cuesta de Los Gomeles. La mayoría de sus cartas tienen un carácter práctico, derivado de los problemas económicos que rodean el Hospital y sus demás obras caritativas, pero también se caracteriza como hombre de oración, anclado a su compromiso bautismal que proyecta a sus bienhechores, a quienes da orientaciones para la vivencia de un cristianismo activo y convincente. Juan de Dios no fecha sus cartas, por lo cual la cronología de estos escritos es imprecisa; solamente una de ellas tiene fecha: 8 de enero 1.550 (que puede ser la última escrita antes de su muerte). Además no es muy partidario del sistema epistolar para recabar limosna, le gusta el “cara a cara”, pues tiene más confianza en sus posibilidades oratorias que en sus escritos. El lenguaje usado en sus cartas es sencillo y humano, con sorprendente claridad en sus definiciones, como el calificativo que asigna a la Virgen María en todas sus cartas, llamándola “siempre Entera” bella manera de llamar la Inmaculada. Cuando Juan pide limosna para sus pobres siempre recuerda que la limosna dará su fruto, es decir, sus intereses. “La limosna ya los Ángeles la han registrado en el libro de la vida” (1 D.S.). Juan sabe que a los benefactores hay que hablarles del empleo que se da a su limosna.
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Otra cualidad de Juan, que se manifiesta en sus cartas es su sensibilidad, siente los padecimientos y las necesidades de los demás, no se acostumbra a la miseria que le rodea. Es interesante que el Santo empezaba las cartas con la siguiente invocación: En nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Virgen María “siempre entera” (Virgen), Dios ante todo y sobre todas las cosas del mundo. En sus escritos tiene un estilo de despedida común: “Vuestro Hermano menor Juan de Dios (Si Dios quiere muriendo, más empero callando y en Dios esperando, el que desea la santificación de todos, como la suya misma)”. Amén Jesús. El autor.
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PROMOTOR VOCACIONAL CARTA AL JOVEN LUIS BAUTISTA De las seis cartas conocidas, que fueron escritas por San Juan de Dios, hay una que merece comentario aparte, pues su objetivo es distinto al de las otras cinco cartas, en esta vemos su preocupación por una vocación a la vida consagrada, dándole al mismo tiempo un extraordinario contenido humano. Es la contestación a la carta de un joven de nombre Luis Bautista, quien le consulta sobre un viaje a Valencia y sobre la posibilidad de ingresar como postulante a la incipiente Comunidad de Juan de Dios. La carta que le escribe es muy cordial y en ella le dice las cosas por su nombre. Sin intención concreta, Juan de Dios expresa en breves palabras lo que consideraba una conducta ideal en los jóvenes que deseaban ser sus discípulos y colaboradores, comportamiento que viene a ser el mismo que hoy se exige a los jóvenes que desean ingresar a la comunidad como Postulantes. Con claridad meridiana, Juan le expresa a Luis Bautista las virtudes que debe ejercitar en la vida consagrada: “Si acá venís, habéis de obedecer mucho, es decir, con entrega perfecta de la propia voluntad al bien común, habéis de trabajar mucho más de lo que podéis imaginar y todo en cosas de Dios y servicio de los pobres. Si quiere venir, bienvenido, será recibido con los brazos abiertos, pero que lo piense bien para no equivocarse”. “Tened siempre caridad que donde no hay caridad, no está Dios”, es decir, si no hay caridad, si no hay amor, la paz no reinará en el mundo. La carta a Luis Bautista es una confirmación escrita del abundante caudal de caridad y comprensión que Juan irradia a su alrededor y en todas sus actividades, inclusive en el ejercicio de la Pastoral Vocacional, en ella está presente el Fundador que da normas precisas a los que desean colaborarle en el servicio a los enfermos, normas que hoy son tan válidas como entonces para todos los seguidores de Cristo en el campo de la salud e imitadores de la Virgen María y del apóstol de la caridad, San Juan de Dios. Motivo: Orientarlo respecto al seguimiento de Cristo en el servicio a los enfermos del Hospital. Contenido: Consejos sobre la penitencia, a fin de ser fuerte en la guarda de la castidad, despojándose de su amor propio, obedeciendo con diligencia y amando a Dios sobre todas las cosas del mundo.
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En nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Inmaculada Virgen María. Sea Dios preferido a todas las cosas del mundo. Ya sabéis que aquí tenéis la puerta abierta y me agradaría veros venir como hijo y hermano muy amado y decidido. Si acá venís, ha de ser para trabajar de verdad, no para pasar el tiempo, pues al hijo más querido se le dan mayores trabajos. Todos los días de vuestra vida vivid en presencia de Dios, participad con frecuencia en la Santa Misa, confesaos a menudo, si es posible y no durmáis en pecado mortal ninguna noche; amad a nuestro Señor Jesucristo sobre todas las cosas del mundo, que por mucho que vos lo améis, mucho más os ama él; tened siempre caridad, que donde no hay caridad no está Dios, aunque Dios en todo lugar está. Como última observación, os digo que me ha ido muy bien con el rezo del Santo Rosario y si Dios quiere, lo seguiré rezando siempre que pueda. Os repito que si veis que en este viaje os habéis de perder, haced, lo que os parezca más conveniente. El hermano menor de todos, Juan de Dios, si Dios quiere muriendo, más empero callando y en Dios esperando, esclavo de nuestro Señor Jesucristo, deseoso de servirle. Amén Jesús.
PRIMERA CARTA A GUTIÉRREZ LASSO Motivo: Venta de una propiedad, cedida al Hospital, ante la necesidad de dinero y el poco interés que produce. Contenido: Clase de enfermos atendidos en el Hospital y servicios que allí se prestan. Jesucristo, el fiel amigo que nunca lo abandona. La oración poderoso aliciente en el cumplimiento de sus obligaciones. Deudas y caridad para con los necesitados. Agradecimientos por el buen recibimiento que le hicieron en su casa.
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Esta carta sea dada al noble y virtuoso caballero Gutiérrez Lasso, esclavo de nuestro Señor Jesucristo y deseoso de servirle, Amén, Jesús. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Inmaculada Virgen María. Sea Dios preferido a todas las cosas del mundo. Amén Jesús. Dios os salve hermano mío muy amado en Jesucristo. La presente es para haceros saber cómo estoy muy preocupado y con mucha necesidad, gracias a nuestro Señor Jesucristo por todo ello, porque habéis de saber hermano mío en Jesucristo, que son tantos los pobres que aquí vienen, que yo mismo muchas veces me asombro, cómo se puede sustentar, más Jesucristo lo prevé y les da de comer; solamente de leña son necesarios 7 u 8 reales cada día, porque como la ciudad es muy grande y fría, especialmente ahora en invierno, son muchos los pobres que vienen a esta casa de Dios. Entre todos enfermos y sanos, gente de servicio y peregrinos, hay más de ciento diez. Siendo esta casa (hospital) general, se reciben en ella de todas las enfermedades y a toda clase de gentes; hay allí tullidos, mancos, leprosos, mudos, enfermos mentales, paralíticos, tiñosos y otros muy viejos y muchos niños; además de esto, otros muchos peregrinos y viandantes que aquí vienen, a quienes se les da fuego, agua, sal y vasijas para guisar la comida; para todo esto no hay renta, más Jesucristo lo prevé todo, porque no hay día que no sean necesarios, para la provisión de la casa, cuatro ducados y medio, y aún a veces cinco; todo esto para pan, carne, gallinas y leña, sin las medicinas y los vestidos, que es otro gasto aparte. El día que no se encuentra tanta limosna, que baste a proveer lo dicho, tómolo fiado y otras veces ayunan.
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Por lo cual aquí empeñado y preocupado por sólo Jesucristo, pues debo más de doscientos ducados de camisas, capotes, zapatos, sábanas, mantas y otras muchas cosas que son necesarias en esta de Dios y también para la educación de los niños que aquí dejan. Por lo cual, hermano mío, muy amado en Cristo Jesús, viéndome tan empeñado, muchas veces no salgo de casa por lo mucho que debo; viendo padecer tantos pobres, mis hermanos y prójimos y con tantas necesidades, tanto del cuerpo como del alma, como no los puedo socorrer estoy muy triste; no obstante confío en que Jesucristo me librará de las deudas, pues conoce mi corazón. Y así digo: maldito el hombre que se fía de los hombres, sino sólo de Jesucristo. Hermano mío, muy amado en Cristo Jesús; he querido daros cuenta de mis trabajos porque sé que os doléis de ellos, como yo haría de los vuestros. Hermano mío en Jesucristo: mucho descanso en escribiros, porque me imagino que estoy hablando con vos y os doy cuenta de mis trabajos, pues sé que los sentís, como yo lo he visto por vuestras obras, ya que dos veces he estado en esa ciudad y me habéis hecho un gran recibimiento y me habéis demostrado gran voluntad. Nuestro Señor Jesucristo os pague en el cielo la buena obra que hiciste por los pobres y por mí. Jesucristo os lo pague, Amén Jesús. No quiero pediros ahora limosna, porque sé que hay muchos pobres a quienes hacer bien, sino que pido a nuestro Señor os dé la salvación del alma, que en esta vida llena de miserias, el buen vivir es la llave de aquel que salvarse sabe, pues todo lo demás es nada. Vuestro desobediente y menor hermano Juan de Dios, si Dios quisiere muriendo, más empero callando y en Dios esperando; el que desea la salvación de todos como la suya, Amén Jesús.
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SEGUNDA CARTA A GUTIÉRREZ LASSO Motivo: Darle cuentas de muchas deudas y aconsejarle sobre el estado de vida que deben tomar sus hijos. Contenido: Gratitud y delicadeza de San Juan de Dios comunicando su llegada y los bienes que porta. Declara la insuficiencia en tantas necesidades. Le recomienda el envío de todos los enfermos que hubiere. Manifiesta lo agobiante de sus preocupaciones. Esta carta como las demás se encuentra en el archivo de Roma y es original. Es la que en mejor estado se conserva y es la única carta que se consigna la fecha (8 de enero de 1550, dos meses antes de su muerte). La firma autógrafa de San Juan de Dios está completa y en buen estado hasta la fecha. Párrafo 1: El encabezamiento es igual a la carta anterior con elogios al noble, virtuoso y generoso caballero de Nuestro Señor Jesucristo Gutiérrez Lasso, esclavo de Nuestro Señor Jesucristo y deseoso de servirle. Amén, Jesús. Désele en su propia mano en Málaga o donde estuviere. Amén, Jesús. Párrafo 2: Hace énfasis en poner a Jesucristo ante todo y a la Virgen Siempre Entera, Dios ante todo y sobre todas las cosas del mundo. Párrafo 3: Le hace saber la situación económica y las necesidades que está pasando, pero da gracias a Dios por todo ello, y dice que son tantos los pobres que llegan, que Juan de Dios queda maravillado de cómo se pueden sustentar; pero Jesucristo lo provee todo y les da de comer. Párrafo 4: Dice que solamente para leña son necesarios 7 ducados (reales) cada día, la ciudad es grande y fría en invierno y son muchos los pobres que acuden a esta casa de Dios, que entre enfermos, peregrinos y otras personas son más de 110. Párrafo 5 y 6: Es una casa general y se reciben en ella toda clase de enfermos y gente, aquí se encuentran tullidos, mancos, leprosos, mudos, locos, paralíticos, tiñosos y otros muy viejos (geriatría) y muchos niños y esto sin contar con otros peregrinos que se les da juego, agua, sal y vasijas para cocinar. Y para todo esto no hay renta (presupuesto), más Jesucristo lo provee todo, pues no
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pasa día en que no sean necesarios 4 ducados y a veces 5, esto solo para carne, pan, gallinas y leña, porque las medicinas y vestidos son otros gastos aparte. Párrafo 7: El día que no se recoge limosna suficiente para proveer a lo que he dicho, lo tomo fiado y otras veces tienen que ayunar los enfermos. Así es que me encuentro aquí lleno de deudas y entrampado solo por Jesucristo, ya que debo más de 200 ducados, en camisas, zapatos, sábanas y mantas y otras muchas cosas que son necesarias en esta casa de Dios. Párrafo 8: Le dice a Gutiérrez Lasso, hermano mío muy amado y querido en Jesucristo, es tal la situación económica en que me encuentro que muchas veces no me atrevo a salir de casa por las deudas que tengo, por otra parte viendo padecer a tantos pobres y con tantas necesidades tanto corporales como espirituales, al no poder socorrerlos, que muy triste, pero a pesar de todo creo solo en Jesucristo y estoy seguro que él me sacará de apuros, pues él conoce mi corazón. Párrafo 11 y 12: El Santo le solicita que ore por él para que le de la gracia y la fuerza que pueda vencer los pecados capitales que son: mundo, demonio y carne, pidiendo la humildad, la paciencia y caridad para con el prójimo. También hace énfasis en confesar todos los pecados y obedecer al confesor y creer y confesar lo que manda la Santa Madre Iglesia. Párrafo 13: Aquí el Santo hace elogios a Gutiérrez Lasso, cuando dice: Nuestro Señor Jesucristo os pague en el cielo la buena obra que hicisteis por él, por los pobres y por mí, así que Jesucristo os lo pague. Amén, Jesús (da la impresión de que era un buen benefactor). Párrafo 15: Le dice que envía un joven de su entera confianza para averiguar de un testamento, ciertos bienes de un señor que murió en el Hospital y los dejó para el mismo. Párrafo 16: Mi deseo es que todo se venda, pues hay muchas necesidades de dinero en el Hospital y lo encarga de vender dichos bienes, con tal que no pierda nada, ni el comprador y los pobres (simpático comentario o sea un precio justo). Párrafo 17: El Santo informa en que se va a invertir dicho dinero de la venta de esos bienes materiales del bienhechor, comprar ropa para los pobres, pagar carne y aceite, pues no le quieren fiar por lo mucho que debe, también pagar unas misas por el difunto. Párrafo 19: Se despide como de costumbre. Si Dios quisiere muriendo, más empero callando y en Dios esperando; el que desea la salvación de todos como la suya misma, Amén Jesús. Granada 8 de enero de 1.550 (dos meses antes de su muerte).
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PRIMERA CARTA A LA DUQUESA DE SESA Motivo: Agradecer su generosidad y suplicarle nuevas ayudas. Contenido: Dirigida a Doña María de Mendosa, Duquesa de Sesa. San Juan de Dios está endeudado en tres ducados. Los ángeles tienen anotada la limosna de la Duquesa en el libro de la vida. Su esposo, el Duque, regresará con salud de alma y cuerpo. Recomienda Juan a la Duquesa permanecer en oración y acudir a la pasión de Cristo. Pide ayuda para arreglar el Hospital y socorrer a unas doncellas pobres. Manifiesta la necesidad que tiene de su limosna, para renovar el Hospital y atender a los pobres. De esta carta no tenemos el original. En el archivo de la Curia General en Roma, se conserva una copia simple. Párrafo 1: Entréguese esta carta a la muy noble y virtuosa Señora Doña María de Mendoza, Duquesa de Sesa, esposa del generoso Señor Duque de Sesa, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, a quien ella desea servir, virtuoso y buen caballero de Nuestro Señor Jesucristo. Amén, Jesús. Désele en su propia mano o en Cabra o donde estuviere. Amén, Jesús. Nótese que frases tan amables que usa el Santo con estas personalidades y Bienhechores. Párrafo 2: En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Virgen María Siempre Entera, Dios ante todo y sobre todas las cosas del mundo. Amén, Jesús. Párrafo 3: Informa a la Duquesa de Sesa que cuando salió de allí, se marchó a Alcaudete a ver a doña Francisca y luego viajó a Alcalá, allí estuvo muy enfermo 4 días y aquí entregó ducados para socorrer a ciertos pobres y necesitados. Párrafo 4: La limosna que me dio, la tienen ya los ángeles en el cielo asentada en el libro de la vida.
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El anillo está bien empleado, pues con lo que me dieron por él visto a dos pobres llagados y compro una manta, esta limosna esta delante de Jesucristo rogando por vos. El alba y los candeleros, los puse sobre el altar de vuestro nombre, para que tengáis parte en todas las misas y oraciones que se dijeren. Dios os pague a vos y a todos los de vuestra casa. Dios reciba en el cielo vuestra alma y la de cuantos en esa casa se encuentran. Párrafo 5: Mucho es lo que tengo que agradecer a todos los Señores de Andalucía y Castilla, pero mucho más al buen Duque de Sesa. Dios le recompense por las veces que me ha sacado de apuros, cargando con mis deudas. Párrafo 6: Resalta la grandeza de Dios ante todas las cosas del mundo, confiando solo en Jesucristo. Dice Maldito el hombre que confía en el hombre, de los hombres has de ser desamparado quiéralo o no, pero no de Jesucristo que es fiel y durable. Todo perece, menos las buenas obras. Párrafo 7 y 8: El santo dice que estamos en guerra continua con el mundo, el diablo y la carne, pues debemos estar alerta, no sabemos el día y la hora de nuestra muerte y debemos estar preparados. Da consejos espirituales a la Duquesa y las Doncellas que la acompañan, sugiere que recen el credo, el Padre Nuestro, el Ave María y la Salve antes de ir a dormir, pues son las cuatro oraciones que manda la Santa Madre Iglesia. Párrafo 9: Se ha informado de la muerte de dos amigos de la Duquesa, Don Álvaro y Don Bernardino y le da el sentido pésame. Le dice, no estéis afligida, consolaos solo en Jesucristo. Párrafo 10: Cuando os viereis atribulada acudid a la pasión de nuestro Señor Jesucristo a sus preciosas llagas y sentiréis un gran consuelo. Párrafo 13: Si considerásemos lo grande que es la misericordia de Dios, nunca dejaríamos que hacer el bien mientras pudiésemos, pues al dar nosotros, por su amor, a los pobres, lo que de El mismo hemos recibido, nos promete el ciento por uno y la vida eterna. Hagamos caridad primero a nuestras almas y después a los prójimos, porque como el agua apaga el fuego, así la caridad borra el pecado.
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Párrafo 14: Hermana mía en Jesucristo, habéis de saber que me encuentro en gran dificultad, como mi compañero Ángulo os podrá explicar pues estoy renovando (remodelando), toda la casa que estaba en muy mal estado y se llovía por todas partes, dice que ha pensado escribir a Zafra al Conde Faria y al Duque de Arcos, y confía que el Maestro Ávila que está allí, será un buen mediador y me enviarán algún socorro para salir del aprieto. Con la ayuda de Jesucristo, estoy seguro que lo harán. Párrafo 16: El Maestro Ávila me mando regresar pronto a Granada. Dice que esta tan escaso de recursos que el día que tiene que pagar trabajadores se quedan algunos pobres sin comer, Dios lo sabe y sea mi testigo. Párrafo 17: Juan de Dios solicita a la Duquesa de Sesa, 4 ducados, tres para esas dos muchachas para que compren dos mantas y algo más y un ducado para el viaje de ida y vuelta a Zafra de Ángulo. Párrafo 19: Buena Duquesa, si daréis esa limosna a Ángulo, dadle también una carta de dos reglones para que la traiga; así sabré que la necesidad está remediada y mándame cuanto antes a Ángulo con lo que Dios quisiere y fuere de su agrado, y con lo que vos le diereis. Amén, Jesús. La despedida de costumbre en sus cartas: Si Dios quiere muriendo, más empero callando y en Dios esperando, el que desea la salvación de todos como la suya misma. Amén, Jesús.
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SEGUNDA CARTA A LA DUQUESA DE SESA Motivo: Pedir ayuda a la Duquesa, para pagar sus deudas y asistir a los pobres. Contenido: Juan de Dios se siente angustiado ante la necesidad de los pobres. Destaca las virtudes de una joven doncella, muerta en olor de santidad. Exhorta a la paciencia, contemplando a Cristo Crucificado. Invita a la confianza en Cristo y a la práctica de: la humildad, la caridad y el sacramento de la penitencia. La invita a imitar a la Virgen María. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Inmaculada Virgen María, sea Dios preferido a todas las cosas del mundo. Amén, Jesús. Hermana mía, muy amada en Jesucristo, muy noble, virtuosa, generosa y humilde Duquesa Sesa. Dios os salve y guarde a vos y a todos cuantos él quisiere y fuere servido. Amén, Jesús. Esta es para haceros saber cómo estoy y daros parte de todos mis trabajos, necesidades y angustias, que son cada día mayores, pero sobre todo ahora. Cada día aumentan sobremanera las deudas y los pobres, los cuales muchos vienen desnudos, descalzos, llagados y llenos de miseria, lo cual hace necesario uno o dos hombres para su limpieza y aseo, trabajo que dura todo el invierno hasta el próximo mes de mayo. Así que, hermana mía en Jesucristo, mis trabajos crecen cada día. Hermana mía, muy amada en Jesucristo: Os he querido dar cuenta de mis trabajos, angustias y necesidades porque sé que os doléis de mí, como yo haría de vuestras cosas. Mucho os debo buena Duquesa y nuca olvidaré el buen tratamiento que me hiciste, más de lo que yo merecía. Nuestro Señor Jesucristo os lo pague en el cielo y os traiga con bien al buen Duque de Sesa, vuestro humilde marido y os de hijos de bendición con que le sirváis y améis sobre todas las cosas del mundo. Y así si bien lo miramos, buena Duque, esta vida es una guerra continua, sufrida mientras estamos en este destierro y valle de lágrimas, combatidos siempre por tres enemigos mortales que son: el mundo, el demonio y la carne.
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Para vencer estos tres enemigos necesitamos mucho el favor, ayuda y gracias de Jesucristo. Si pecáremos, confesarnos a menudo. De esta manera podemos vencer a estos enemigos que he dicho. En cuanto sea posible, que el confesor sea bueno, doctor y de buena fama y vida. Todo esto hermana mía en Jesucristo, lo sabéis vos mejor que yo y cuando vos quisiereis enviarme algún buen consejo, lo recibiré de muy buen grado, como de hermana mía en Jesucristo. Continuad pensando siempre en la pasión de nuestro Señor Jesucristo y en sus llagas preciosas y decidle que lo quieres más a él solo que a todas las cosas del mundo y que quieres y amas lo que él quiere y ama y aborreces lo que él aborrece y que por su amor y bondad, no por otro interés quieres hacer el bien y caridad a los pobres y personas necesitadas. Con esta obra que he comenzado estoy muy preocupado, porque estoy renovando todo el hospital y son muchos los pobres y grande el gasto que aquí se hace y todo se provee sin renta, aunque Jesucristo lo provee todo, yo no hago nada. Por tanto hermana mía, muy amada en Jesucristo, ruégoos, por amor a nuestro Señor Jesucristo que os doláis de mis trabajos, angustias y necesidades, para que Dios tenga misericordia de vos y de todas vuestras cosas de cuanto Dios quiere y fuere servido. Amén. Hermana mía, muy amada, buena Duquesa de Sesa: enviadme otro anillo o cualquier cosa que sea de vuestro uso, para tener algo que empeñar que el otro bien empleado está, pues ya lo tenéis en el cielo. Decidle a la muy humilde ama y a todas las señoras y doncellas que si tiene alguna cosita de oro y plata que enviar a los pobres, que me lo envíe para que me acuerde de ellas. Nuestro Señor Jesucristo os salve y guarde, buena Duquesa, tanto a vos como a toda vuestra compañía y a cuanto Dios quisiere y fuere servido. Amén, Jesús. Vuestro desobediente y menor hermano Juan de Dios, si Dios quiere muriendo, más empero, callando y en Dios esperando, quien desea la salvación de todos como la suya propia. Amén, Jesús.
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TERCERA CARTA A LA DUQUESA DE SESA Motivo: Agradecimiento y despedida de los Duques antes de su muerte. Contenido: Gratitud por las limosnas recibidas. Bendición para los duques. Recomendación para Ángulo. Esta carta considerada el testamento Espiritual de San Juan de Dios, ya que realiza recomendaciones sobre: La sangre de Cristo y su sagrada Pasión. Virtudes Teologales y Cardinales. La Cruz necesaria en cualquier estilo de vida. A Dios le debemos amor, servicio y perseverancia. Necesidad de oración, el trabajo y alimento corporal. Sobre la muerte, infierno y gloria. No sucumbir ante el mundo, el demonio y la carne. Sea entregada esta carta a la humilde y generosa Doña María de los Cobos y Mendoza, esposa del noble y virtuoso señor Don Gonzalo Fernández de Córdoba, Duque de Sesa, hermanos míos en nuestro Señor Jesucristo. Es tan grande el dolor que me causa mi enfermedad, que no puedo hablar y no sé si podré terminar de escribir esta carta. Oh buenos Duques de Dios seáis benditos y toda vuestra generación. Como no puedo veros, desde aquí os bendigo, aunque indigno pecador. Dios que os hizo y os crio de también la gracia con que os salveis. Amén, Jesús. Tres son las letras, porque tres son las virtudes que nos encaminan al cielo: la primera es la fe por la que creemos todo lo que cree y tiene la Santa Madre Iglesia, guardando sus mandamientos y poniéndolos por obra; la segunda es la caridad, teniendo caridad primero de nuestra alma, limpiándola con la confesión y penitencia; después caridad con nuestros prójimos y hermanos, queriendo para ellos lo que queremos para nosotros; la tercera es la esperanza en sólo Jesucristo, pues por los trabajos y enfermedades que por él suframos esta vida miserable, nos dará la gloria eterna, por los méritos de su Sagrada Pasión y su gran misericordia.
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El paño tiene también cuatro esquinas representación de las cuatro virtudes que acompañan a las tres que hemos dicho primero y son éstas: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza. Hermana mía muy amada por amor a Jesucristo os ruego que tengáis tres cosas en la memoria que son: la hora de la muerte, del cual ninguno puede escaparse; las penas del infierno y la gloria y bienaventuranza del Paraíso. Hermana mía, mucho me atormenta el dolor y no me deja escribir; quiero descansar un poco, ya que os quiero escribir largamente porque no sé si nos volveremos a ver. Jesucristo sea con vos y con toda vuestra compañía. Amén, Jesús.
AUTÓGRAFA ES SOLAMENTE LA FIRMA, CONSISTENTE EN TRES CONOCIDAS LETRAS O SIGNOS Autógrafa es solamente la firma, consistente en tres conocidas letras o signos que el usaba para identificarse (Y.F.O.). Esta firma se conserva en las cuatro cartas originales y en un recibo suscrito por San Juan de Dios en Granada el 6 de diciembre de 1.548.
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SIGLAS DE SAN JUAN DE DIOS EN ESTAS TRES LETRAS Y.F.O. San Juan de Dios, al formar cualquiera de sus escritos usó una abreviatura o sigla compuesta de tres letras. • La primera letra es una Y partida por la mitad mediante una línea horizontal con curvatura inferior hacia la derecha. La línea horizontal que cruza la Y indica que se trata de la abreviatura del pronombre personal YO. • La segunda letra es una F que puede indicar Fray. • La última letra es una O, lo más seguro es que indica terminación masculina de la palabra siervo. “Y.F.O” El Santo quiso manifestar su profunda humildad firmándose: Yo Fray Cero, es decir, el que no vale nada.
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Pero sigue teniendo fuerza la hipótesis que con ello quiso decir: “YO EL SIERVO DE TODOS”.
BENDICIÓN DE JUAN DE DIOS ¡Oh Buena Familia Juandediana! De Dios seáis benditos y todas vuestras generaciones. Como no puedo veros, desde aquí os bendigo, aunque indigno pecador: Dios que os hizo y crió os dé también la gracia que os salvéis. La bendición de Dios Padre, el amor del hijo y la gracia del Espíritu Santo sea siempre con vosotros, con todos y conmigo. Amén, Jesús. 3a D.S.
En el XXII Capítulo Provincial, celebrado del 7 al 12 de julio de 2014 en Bogotá, he solicitado respetuosamente tener un año sabático después de 54 años de Vida Consagrada y 72 años de edad, con el fin de profundizar en mi vida Religiosa y Espiritual Hospitalaria, ya que estos años anteriores, han sido de muchas responsabilidades como Superior, Director General, Consejero Provincial y Animador de alguna área de apostolado, en las diferentes casas de la Provincia Colombiana con mucho activismo apostólico. El Provincial y su Consejo amablemente me han concedido dicho permiso, en el Capítulo he sido asignado para integrar la Comunidad de Clínica San Juan de Dios de La Ceja (Antioquia), no ha sido posible el traslado inmediato, ya que han nombrado un Director General laico en el Hospital San Rafael de Pasto, donde yo desempeñaba dicho cargo, y en la convocatoria, selección
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y adecuada inducción se fue hasta el mes de noviembre, total que yo viajé la primera semana de diciembre de 2014 a La Ceja. Me ha parecido importante tener como base de reflexión y renovación en el marco del Año de la Vida Consagrada 2015, Decretado por el Papa Francisco y nuestro Capítulo General celebrado en octubre de 2012 en Portugal, donde se aprobó el año de Pastoral Vocacional de la Hospitalidad en 2015. He hecho una síntesis del DECRETO PERFECTAE CARITATIS con motivo de los 50 años de la expedición de dicho decreto en el Concilio Vaticano Segundo 1965.
DE ACUERDO AL DOCUMENTO DECRETO PERFECTAE CARITATIS SOBRE LA ADECUADA RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA Documento enviado a las Comunidades para su estudio y reflexión, preparado por la Comisión General de Pastoral Vocacional y que tiene varios temas para la Formación Permanente de los religiosos. Luego de leer el documento síntesis del Decreto Perfectae Caritatis: Me parece oportuno hacer nuestro aporte y sugerencias a dicho documento que aun sigue actualizado:
LÍNEAS DE DESARROLLO 2015 – 2019 CAPÍTULO PROVINCIAL XXII LEMA: VIVIR LA HOSPITALIDAD CON ESPERANZA Y AUDACIA: PASTORAL VOCACIONAL: a. Es prioridad dar continuidad y fortalecer el Plan de Pastoral Vocacional. b. Impulsar la cultura vocacional como una necesidad de nuestra Comunidad, dando respuestas a las líneas de desarrollo del Capítulo General de 2012.
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FORMACIÓN PERMANENTE: a. La formación permanente es una exigencia intrínseca de la Consagración Religiosa (V.C.N.69). Cada comunidad favorezca los espacios comunitarios para la promoción de los talentos, capacidades y habilidades innatas de cada hermano y la formación en la vida religiosa. b. Continuar y fortalecer los encuentros interprovinciales de Formación Permanente como el realizado en Guarne (Antioquia) en 2011. VIDA DE HERMANOS a. El XXII Capítulo Provincial ha subrayado varias veces a lo largo de sus reflexiones la necesidad de trabajar en el próximo sexenio en la renovación de la Vida Religiosa y Espiritual de los Hermanos, haciendo hincapié en la importancia de la coherencia entre vida de oración y vida apostólica. LA FORMACIÓN INICIAL Y PERMANENTE a. Integrar en los programas de Formación los documentos recientes publicados por la Orden, especialmente el de la Espiritualidad (Camino de Espiritualidad al estilo de San Juan de Dios), Renovación Hospitalaria del Siglo XXI. b. Organizar talleres y encuentros para que los hermanos asimilen los documentos recientes de la Orden. LA VIDA COMUNITARIA Y ESPIRITUAL RENOVADA a. Velar y promover la vida comunitaria de modo que permita la renovación de la espiritualidad de los Hermanos y fortalecimiento de la fraternidad, la revisión de vida, la corrección fraterna y la profundización en el compartir de la fe. b. Como religiosos hospitalarios, estamos llamados y comprometidos a seguir extendiendo la invitación de Jesús a seguirle ante todo con nuestro servicio, testimonio de vida y entrega generosa a los enfermos y necesitados, tal como lo hizo San Juan de Dios en su tiempo. c. Una comunidad que no vive generosamente el EVANGELIO, es una comunidad pobre en Vocaciones, decía Pablo VI.
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d. Recuerden los religiosos que están consagrados al servicio de Dios y de la Iglesia y esfuércense por unir la Contemplación con el Celo Apostólico. e. La oración, la escritura, la liturgia, la EUCARISTÍA, el servicio y el testimonio, son los medios principales de santificación de los religiosos (Perfectae Caritais N° 6). f. Como quiera que la norma última de la VIDA RELIGIOSA, ES EL SEGUIMIENTO DE CRISTO tal como se propone en el Evangelio, esa ha de tenerse por todos los institutos como regla suprema (Perfectae Caritais N° 2a). g. Recuerden todos, sin embargo, que la esperanza de la Renovación ha de ponerse más en la mejor observancia de la REGLA Y CONSTITUCIONES, que en la multiplicación de las leyes Perfectae Caritais N° 4b). h. Vivan los Religiosos la Vida Común y siguiendo el ejemplo de la Iglesia primitiva, con caridad fraterna y respeto, llevando el uno las cargas del otro. PERFECTAE CARITATIS SOBRE LA ADECUADA RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA Principios de Renovación Generales (Síntesis) La adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa comprende a la vez el continuo retorno a las fuentes de toda la vida cristiana y la inspiración originaria de los Institutos y la acomodación de los mismos a las cambiadas condiciones de los tiempos. Esta renovación habrá de promoverse bajo el impulso del Espíritu Santo y la guía de la Iglesia, teniendo en cuenta los siguientes principios: a. Como quiera que la última norma de vida religiosa es el seguimiento de Cristo, tal como lo propone el Evangelio, todos los institutos ha de tenerlos como regla suprema. b. Redunda en bien mismo de la Iglesia, el que todos los institutos tengan su carácter y fin propios. Por tanto, han de conocerse y conservarse con fidelidad el espíritu y los propósitos de los Fundadores, lo mismo que las sanas tradiciones, pues todo ello contribuye el patrimonio de cada uno de los institutos. c. Todos los institutos participan en la vida de la Iglesia y teniendo en cuenta el carácter propio de cada uno.
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Ordenase ante todo la vida religiosa a que sus miembros sigan a Cristo y se unan a Dios por la Profesión de los Consejos Evangélicos, habrá que tener muy en cuenta que aún las mejores adaptaciones a las necesidades de nuestros tiempos, no surtirán efecto alguno, si no estuviesen, animados por la Renovación Espiritual, a la que incluso al promover las obras externas, se ha de dar siempre el primer lugar. QUIÉNES HAN DE LLEVAR A CABO LA RENOVACIÓN Un auténtico “aggiornamento” (renovación), sólo puede lograrse con la colaboración de todos los miembros; por ello, los superiores a los cuales toca establecer las normas de la Renovación, consulten a sus propios súbditos. ELEMENTOS COMUNES A TODAS LAS FORMAS DE VIDA RELIGIOSA a. Este servicio de Dios debe estimular y fomentar en ellos, el ejercicio de las virtudes principalmente la humildad y la obediencia de la fortaleza y de la castidad, por las cuales se participa en un anonadamiento de Cristo a su vida mediante el espíritu. b. En consecuencia los religiosos fieles a su Profesión, abandonando todas las cosas por Él, sigan a Cristo como el único necesario, escuchando su palabra y dedicándose con solicitud a las cosas que le atañen. c. Por esto los miembros de cualquier Instituto, buscando solo y sobre todo a Dios, deben unir la contemplación, por la que se unen a Él con la mente y con el corazón, al amor apostólico, con el que se ha de esforzar por asociarse a la obra de Redención y por extender el Reino de Dios. ANTE TODO HAN DE CULTIVAR LA VIDA ESPIRITUAL Los que profesan los Consejos Evangélicos, ante todo busquen y amen a Dios, que nos amó a nosotros primero y procuren con afán fomentar en todas las ocasiones la vida escondida con Cristo en Dios, de donde brota y cobra vigor el amor del prójimo en orden a la salvación del mundo y la edificación de la Iglesia. Aun la misma práctica de los Consejos Evangélicos está animada y regulada por esta caridad. LA FORMACIÓN DE LOS RELIGIOSOS a. La renovación y adaptación de los Institutos, depende principalmente de la formación de sus miembros.
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b. Por tanto los hermanos no clérigos y las religiosas no serán destinados inmediatamente después del noviciado a obras apostólicas, sino que deben continuar, en casas convenientemente apropiadas, su formación religiosa y apostólica, doctrinal y técnica, incluso con la adquisición de los títulos convenientes. c. Los religiosos han de procurar ir perfeccionando cuidadosamente a lo largo de toda la vida, esa cultura Espiritual, doctrinal y técnica y los Superiores han de hacer lo posible por proporcionarles oportunidad, ayuda y tiempo para ello. LA FORMACIÓN DE LAS VOCACIONES RELIGIOSAS a. Los sacerdotes y los educadores cristianos pongan un verdadero empeño en dar a las vocaciones religiosas conveniente y cuidadosamente seleccionadas, un nuevo incremento que responda plenamente a las necesidades de la Iglesia. Aun en la predicación ordinaria, trátese con más frecuencia los consejos Evangélicos y las conveniencias en abrazar el estado religioso. b. Los padres al educar a sus hijos en las costumbres cristiana, cultiven y defiendan en sus corazones la vocación religiosa. c. Tengan en cuenta, sin embargo, todos, que el ejemplo de la propia vida, es la mejor recomendación de su propio Instituto y una invitación a abrazar la vida religiosa. CONCLUSIÓN a. Los Institutos para los cuales se establecen estas normas de Renovación y Acomodación respondan con Espíritu Generoso a su Divina Vocación y a la misión que en estos tiempos tienen en la Iglesia. b. El Sagrado Concilio aprecia en gran manera su género de vida virginal, pobre y obediente, cuyo modelo es el mismo Cristo Jesús. c. Todos los religiosos, deben infundir el mensaje de Cristo en todo el mundo por la integridad de la fe, por la caridad para con Dios y para con el prójimo, por el amor a la cruz y la esperanza de gloria futura, a fin de que su testimonio sea patente a todos y sea glorificado nuestro Padre que está en los cielos. d. De este modo por intercesión de la Dulcísima Virgen María, madre de Dios, cuya vida es norma de todos, recibirán mayor incremento cada día y darán más copiosos y saludables frutos (Fin de la Síntesis del Decreto Perfectae Caritatis).
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AÑO SABÁTICO 1. He comenzado el año sabático con unos retiros espirituales de una semana donde los Monjes Benedictinos en Guatapé (Antioquia), en el mes de enero de 2015. 2. Una visita a Granada, cuna de la Orden (por tres meses, de marzo a junio de 2015) y donde se celebró con gran solemnidad la Fiesta de Nuestro Padre San Juan de Dios el 8 de marzo, con procesión por las principales calles de Granada (España), reflexionando sobre las cartas de Nuestro Padre San Juan de Dios y otros documentos importantes de la Orden. Participar en la clausura del centenario de la Muerte de Nuestro Santo Benito Menni, restaurador de la Orden en España, y Fundador de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón. También haciendo una peregrinación a lugares importantes de Europa como Santiago de Compostela; Ávila, lugar de nacimiento de Santa Teresa de Jesús y donde se celebran los 500 años de su nacimiento; además de Lourdes, lugar de peregrinación de miles de fieles y enfermos donde con su fe recuperan su salud. 3. Asistir al Congreso Internacional de Religiosos en Bogotá (Colombia) del 18 al 21 de junio de 2015. 4. Hacer un semestre de Renovación de Vida Consagrada en la C.R.C. Bogotá. Si es posible en el primer semestre de 2016. Esto sería en síntesis la programación del año sabático. La Ceja, Clínica San Juan de Dios, febrero 7 de 2015. Hno. Pedro Hernández Castro O.H.
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La Dimensión Misionera de la Orden Hospitalaria, documento que ahora llega a vuestras manos, es una reflexión que viene a llenar un vacío bibliográfico en la Orden. Para redactarlo se nombró una comisión formada por los Hermanos Pascual Piles, entonces Primer Consejero General, Jesús A. Labarta, Jesús Etayo y Ubaldo Feito, quienes se distribuyeron el trabajo a realizar contando con la colaboración de otros hermanos de la Orden. En el programa de Gobierno para el sexenio 1996-2000 se incluyó y se publicó el documento en el curso 1996-1997 contando con los mismos Hermanos que componían la Comisión antes del Capítulo incluido el P. General. La Comisión General de animación reunida los días 26 y 27 de junio de 1996, pensó que un momento adecuado para la presentación del documento sería la Asamblea General a celebrarse en octubre de 1997. Nos hemos detenido especialmente en el análisis histórico de la acción apostólico-misionera de la Orden y en la obra evangelizadora que actualmente realizan los hermanos, deteniéndonos particularmente en los países en vías de desarrollo, valorando y agradeciendo su testimonio.
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Se tiene en cuenta también la proyección del futuro de la dimensión apostólicomisionera de la Orden. Se publica en Roma el 12 de octubre de 1997 siendo Prior General el P. Pascual Piles Ferrando. CAPÍTULO PRIMERO El Documento se divide en cuatro partes. La primera dividida en dos Capítulos, llevando como título Nuestra Misión en la Iglesia. El primer capítulo se refiere a la dimensión evangelizadora de la Iglesia, inaugurando en Jesús de Nazaret, que antes de subir al cielo encomendó a sus discípulos continuar en el mundo la obra de la salvación. Recordemos especialmente la dimensión misionera de la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II y la dimensión evangelizadora como esencia y sentido de la vida consagrada. El segundo Capítulo se refiere a la figura de Nuestro Fundador que transformado y cautivo por el amor misericordioso de Dios, siente la urgente necesidad de comunicarla a los enfermos y necesitados con unos gestos que se convierten en signos proféticos y evangelizadores. En Juan de Dios tiene origen nuestra familia religiosa: con él y en él participamos de la misión universal de la Iglesia. La segunda parte “Elegidos para evangelizar a los pobres y enfermos”, refiere la trayectoria histórica de la Orden desde sus orígenes hasta finales del siglo XIX. Los dos capítulos que componen la tercera parte “Comprometidos en la Hospitalidad”, ofrecen una visión de conjunto sobre los medios de que la Orden dispone y ofrece para mantener vivo el espíritu apostólico de los hermanos y apoyar estructural y económicamente su misión en el mundo de la salud. Se da especialmente importancia al testimonio escrito de hermanos que se han distinguido por su vida como son nuestros Santos (4), Beatos (97) y muchos venerables (Francisco Camacho, etc.). En la cuarta parte “El hoy de la Hospitalidad”, se ofrece una visión de cómo la fuerza del carisma de la Orden vivido por nuestros hermanos, ha sido capaz de realizar una segunda difusión de la Hospitalidad durante el presente siglo; merced a ella la Orden hoy hace presente el evangelio de la misericordia en los cinco continentes en 53 países y con más de 300 obras y atendiendo cada año a 20 millones de enfermos. Una obra gigantesca y extraordinaria. El último capítulo trata de las exigencias misioneras actuales para la Orden y como la vocación del hermano de San Juan de Dios debe ser vivida con espíritu apostólico-misionero en nuestras comunidades para realizar y trasmitir la nueva hospitalidad, expresión Juandediana de la NUEVA EVANGELIZACIÓN.
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Va dirigido a todos los que hoy trabajamos en la Orden para hacer realidad la nueva Hospitalidad. Hermanos, colaboradores y las futuras generaciones de hospitalarios, a los que ofrecemos toda la riqueza espiritual que la Orden ha ido acumulando con su dimensión apostólico-misionera, en fidelidad al espíritu, a la Iglesia, a San Juan de Dios, al hombre que sufre, para que también ellos se sientan animados a continuar anunciando y extendiendo el mensaje de Cristo por el mundo. Con esta reflexión recordamos a cuantos hermanos nos precedieron en la Evangelización, muy especialmente, a los que se entregaron y siguen dedicados a la misión “Ad Gentes”. Es una sencilla aportación que espera ser completada. Si cada Provincia realiza el esfuerzo de adentrarse en la propia historia para recabar de ella el testimonio de la vida de los Hermanos que han hecho posible la realidad actual, las próximas generaciones, además de admirar el entusiasmo y sacrificio que los animó en su acción apostólica, encontrando motivaciones que estimulen a vivir y manifestar con renovado vigor el carisma que hemos heredado de Nuestro Padre San Juan de Dios.
CAPÍTULO SEGUNDO JUAN DE DIOS HERMANO Y SIERVO PARA LA SALVACIÓN DE TODOS Seducido por la misericordia de Dios, Juan de Dios se identificó íntimamente con Jesús de Nazaret en sus actitudes, gestos de misericordia y solidaridad con los pobres y enfermos de Granada en clave de fe y misericordia y animado por la experiencia de Dios como padre misericordioso, imitó a Jesucristo en la entrega radical al servicio de los necesitados de su época para manifestarles el amor de Dios (Const.1984). Aunque el momento clave de su encuentro con Dios hay que situarlo en la ermita de los mártires de Granada al escuchar el sermón del Maestro Juan de Ávila en la fiesta de San Sebastián, la luz que iluminó el camino por el que el Espíritu le conducía, fue durante su estancia en el Hospital Real de Granada. Al ver cómo eran tratados sus compañeros enfermos, no pudo menos que exclamar; y viendo castigar a los enfermos que estaban locos con él decía: “Jesucristo me traiga a tiempo y me de gracia para que yo tenga un hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de juicio y servirles como yo deseo”. Dios les mostró el camino y Juan se dispuso a realizarlo con todo el amor que el mismo Dios depositó en su corazón, nunca más abandona este camino, porque descubrió el “tesoro” por el que podía consumir su vida, hacerse esclavo, cautivo por solo Jesucristo, dedicándose a amar y servir a sus hermanos y prójimo.
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TESTIMONIO DE LA HOSPITALIDAD DE DIOS El vivir de Juan a partir de su entrega definitiva al Señor consintió en dejarse invadir por la hospitalidad de Dios. Comenzó su misión y servicio a los pobres y enfermos en Granada con la ayuda de Dios, sin un ducado en el bolsillo y la entrega incondicional de su existencia, sin medir esfuerzos ni restar horas al día y ni la noche. Se trataba de una auténtica locura, locura que había revolucionado sus entrañas y movilizando su corazón, contagiado de la locura del amor. Se propuso organizar un lugar donde acoger, dar de comer y asistir a los pobres enfermos de Granada. Despertó curiosidad cuando una tarde-noche comenzó a gritar: “Haceos bien hermanos a vosotros mismos dando LIMOSNA a los pobres”. Y le daban muchas limosnas. Con ellas pudo organizar un pequeño albergue primero y luego un minúsculo Hospital, más tarde adquirió un viejo convento para organizar lo que se ha considerado el primer hospital de Juan de Dios, en la cuesta de Los Gomeles, en el que dice él mismo que recibían asistencia más de 140 personas, entre enfermos, pobres y peregrinos. A Gutierrez Lasso le dice: Viendo padecer a tantos pobres y prójimos míos y con tantas necesidades, tanto corporales como espirituales, al no poder socorrerlos, quedo muy triste. Hermano mío en Jesucristo, mucho descanso en escribiros porque hago cuenta que estoy hablando con vos y os doy parte de mis trabajos, porque sé que lo sentís. Nuestro Señor Jesucristo os lo pague en el cielo por la buena obra que por Jesucristo y por los pobres y por mi hicisteis (2 GL). CONTAGIÓ EL AMOR AL PRÓJIMO Juan de Dios se llamaba a sí mismo “el hermano de todos”. Es probablemente una de las mejores definiciones que se puede dar de él. Se puede afirmar que Granada entera pasó de la duda sobre su persona a la identificación total con Juan de Dios, mediante un proceso que podría ser como sigue: La admiración: Efectivamente su vida demostraba el cambio que en él se había dado. De reconocimiento: A la admiración siguió el reconocimiento: Juan de Dios empezó a ser querido por todos. Hacia lo que nadie hacia y en su casa se recibía a todo tipo de personas, enfermos, pobres, peregrinos, etc. No era un loco sino cuerdo y muy cuerdo.
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La colaboración: Con el reconocimiento vino la colaboración, la obra de JUAN DE DIOS pasó a ser la obra de Granada entera, que llegó a sentirla como suya. El pueblo colaboraba en especies, en dinero, en entrega personal, etc. Veneración: Juan no podía morir del todo. Su amor permanece vivo en cada calle y rincón de la Ciudad de Granada. Dice Castro: A su cuerpo se le hizo el más suntuoso y honrado entierro que jamás se hizo a príncipe, emperador, ni monarca del mundo. El Espíritu de Juan de Dios continua “vivo” en los Hermanos que lo perpetuaron en Granada y extendieron su obra en los cinco continentes, con presencia en 53 países y más de 300 obras en todo el mundo. Hoy Juan de Dios no solo es un personaje histórico, sino que sigue vivo entre nosotros. PRIMEROS COMPAÑEROS La historia de Antón Martín y Pedro Velasco, es bien conocida por todos. Está expuesta por testigos en el proceso de Beatificación. Dos enemigos, ya que Pedro había asesinado al hermano de Antón Martín, por lo que éste se quería vengar. La caridad y el celo apostólico de Juan de Dios, les transforma, primero en verdaderos hermanos, luego en colaboradores de su obra y por fin en sus primeros compañeros. A Simón de Ávila lo presenta la historia como un detractor de Juan de Dios. Movido por la gracia de Dios, se sintió atraído por el estilo de vida y entró a formar parte de sus compañeros. Domingo Piola fue un comerciante que había adquirido grandes riquezas, el contacto con el Santo fue también poco a poco transformado su vida; se fue identificando con él y pensó en dejar las cosas del mundo y unirse a él, imitando sus acciones. Antes de ingresar, Juan de Dios le pidió que pusiera en orden sus negocios. De la vida de Juan García, sabemos poco antes de ser el compañero de nuestro Santo. Animado por el testimonio de Juan de Dios, se unió a él para trabajar en su Hospital.
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SIGNOS PROFÉTICOS Y EVANGELIZADORES DE SU VIDA Es difícil resumir los rasgos del espíritu profético y evangelizador de la vida de Juan de Dios. A modo de síntesis resaltamos los siguientes, sin pretender ser exhaustivos. ÍNTIMA RELACIÓN CON DIOS Desde su conversión, Juan de Dios desarrolló las actitudes de fe, caridad y esperanza de manera tal que su querer fue el querer de Dios. LA FE: La fe le condujo a aceptar en su vida la presencia salvífica de Dios con tal profundidad que era Él quien la conducía. El mismo sobrenombre “de Dios” lo pone de manifiesto, Juan ya no se pertenece a sí mismo, sino a Dios. Ya no sirve para sí, sino para Dios y su Reino. Juan hizo suyas las actitudes que luego recordará en sus cartas: “Todo ha de ser por Dios, por todo habéis de dar gracias Dios” (L.B). “Porque todos los bienes que los hombres hacen no son suyos, sino de Dios. A Dios la honra, la gloria y la alabanza, que todo es suyo de Dios” (1G.L.11). LA CARIDAD: Juan de Dios es el santo de la CARIDAD. El amor a Dios y al prójimo es el móvil y la meta de su vida. Es la manifestación de la comunión con Dios: “Tened siempre caridad, porque donde no hay caridad no hay Dios, aunque Dios en todo lugar está.” (L.B15). “Es la madre de todas las virtudes”. (1D. S16). “La prueba del amor a Jesucristo… si amáis a Jesucristo y os compadecéis de sus hijos los pobres”. (2G.L.10). “La garantía del perdón de los pecados como el agua apaga el fuego, así la caridad borra el pecado”. (1D: S13). El amor a los demás llega a ser el “alma” que anima su vida. LA ESPERANZA: “La esperanza en solo Jesucristo, que a cambio de los trabajos y enfermedades que por amor pasaremos en esta vida miserable, nos dará la vida eterna, por los méritos de su sagrada pasión y por su gran misericordia”. (3 D.S9). “Hermano mío muy amado y querido en Cristo Jesús, muchas veces no salgo de casa por las deudas que debo… más empero confío en sólo Jesucristo, que El me desempeñará, pues El conoce mi corazón”. (2G-L y 1D:S). “Pues Jesucristo lo provee todo, a él sean dadas las gracias por siempre jamás. Amén, Jesús”. (2G. L9).
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SOLIDARIDAS CON LOS POBRES Y ENFERMOS “La presente es para haceros saber que me encuentro muy atribulado y con mucha necesidad: lleno de deudas y entrampado, solo por Jesucristo, ya que debo más de doscientos ducados. Es tal la situación en que me encuentro que muchas veces no me atrevo a salir de casa por las deudas que tengo. Os doy cuenta de mis trabajos porque sé que los sentís como yo sentiría los vuestros. Y como sé que amáis a Jesucristo y os compadecéis de sus hijos los pobres, por eso os pongo al corriente de sus necesidades y de las mías”. (2G:L.10). LA ORACIÓN: Juan de Dios visto desde fuera, aparece como un hombre eminentemente activo. Sin embargo, la Iglesia, en la bula de canonización, lo propone como modelo de caridad y de profunda vida de oración… Reza las oraciones que manda la Santa Madre Iglesia; medita y contempla la pasión de Cristo, especialmente los viernes; le va muy bien con el rezo del rosario, participa en la celebración de la Eucaristía; se confiesa a menudo y acude con frecuencia al director espiritual, se fía totalmente de Jesucristo. Se puede afirmar sin dudar en absoluto que Juan de Dios es un orante, un profeta, que capta la presencia de Dios en la realidad y está siempre en relación con él a pesar de lo absorbente de su actividad. LA ASCESIS: Dice Castro: Eran tantos los trabajos en que Juan de Dios se ocupada por dar remedio a los de todos, así de cambios y salidas que hacía, en que padecía muchas frialdades, como el trabajo ordinario de la ciudad que se desvencijo. La ascética consistió en tres aspectos: Primero en el poco cuidado que tiene de su cuerpo. El trabajo, el poco dormir, la austeridad reflejan su ascetismo. El segundo se deriva de su donación a los demás, que le exige el estar atento a los enfermos. El tercer aspecto es para conseguir esto, Juan de Dios a partir de su conversión realiza un proceso de vaciamiento de sí para poderse de Dios, después de escuchar el sermón del Maestro Juan de Ávila. LA COLABORACIÓN CON LOS SEGLARES: Comienza con las limosnas de los habitantes de Granada, se siente apoyado por el trabajo que realizan los mismos pobres, los peregrinos o prostitutas a quienes les pide un apoyo especial; tiene enfermos que hacen el trabajo del Hospital cuando va a pedir; en las salidas le acompaña Juan de Ávila (Ángulo); los bienhechores llegan a ser con sus apoyos constantes protagonistas del Hospital. EL ESPÍRITU EVANGELIZADOR: Juan de Dios es un apóstol que tiene una visión universal y ecuménica de la vida deducida de su encuentro con Dios, en el que ha experimentado que Dios es Padre de todos y a todos ama de forma gratuita. “Si considerásemos lo grande que es la misericordia de Dios, nunca
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dejaríamos de hacer el bien mientras pudiésemos”. (1D.S13). De ahí el gran deseo de que las personas vivan centradas en Dios. “Me encuentro aquí lleno de deudas y entrampado, solo por Jesucristo”. (2G.L7). y al final de sus cartas dice: “Juan de Dios, el que desea la salvación de todos como la suya misma. Amén, Jesús”. 1. Cada viernes iba a la casa pública para evangelizar a las prostitutas. 2. Enseñó el catecismo a los niños y acogidos en su Hospital. 3. Se preocupa de la asistencia religiosa y de la administración de los sacramentos a los enfermos. 4. Orientaba espiritualmente a las personas con las que se relaciona. 5. A Luis Bautista en orden al discernimiento vocacional. 6. A Gutiérrez Lasso sobre asuntos de familia y el futuro de sus hijos. 7. Las cartas a la Duquesa de Sesa en especial la tercera, están llenas de orientaciones de carácter espiritual. Juan de Dios realiza un servicio integral a la persona, “Viendo padecer a tantos pobres y con tantas necesidades, tanto corporales como espirituales” (2 D.S. 8). Hoy hablamos de nueva evangelización, nueva hospitalidad, de Pastoral de la Salud. Juan de Dios anuncia y hace presente el contenido inmutable del mensaje de la Buena Nueva, con ardor y unas actitudes, que a veces hoy nos faltan. He aquí otra manifestación de su talento profético.
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CAPÍTULO TERCERO LA ORDEN HOSPITALARIA HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIX De la muerte de Juan de Dios hasta la división de la orden en dos congregaciones, los principios de la Orden son en verdad humildes y sencillos, pero providenciales; apoyados en el espíritu heredado de Juan de Dios. Solo a luz de la Providencia divina se explica la continuidad y desarrollo de la obra iniciada por el Padre de los pobres. Los primeros hospitalarios encuentran apoyo material y moral en las personas del arzobispo de Granada, Don Pedro Guerrero; en San Juan de Ávila y otros bienhechores. El soporte canónico y jurídico era nulo. Solo 37 años más tarde (1587) tendrá lugar el primer Capítulo para nombrar un General y formular las Constituciones. Todo partió en Granada. A Juan de Dios le sucede Antón Martín en la dirección del Hospital. Durante el período comprendido entre 1552 y 1565 rige los destinos de los hermanos en España el Hno. Juan García, que admitió en la congregación de Hermanos de San Juan de Dios a Rodrigo de Sigueza, Sebastián Arias, Pedro Soriano, Melchor de los Reyes y Frutos de San Pedro. APROBACIÓN DE LA CONGREGACIÓN DE HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS POR SAN PIO V En 1571, los Hermanos Sebastián Arias y Pedro Soriano emprendieron viaje a Roma para solicitar la aprobación de la Orden y obtuvieron de San Pio V, el Breve Salvatoris Nostri (8 de agosto de 1571) y la Bula Licet ex debito fachada (1 de enero de 1572) por la que se erige en Congregación Religiosa Hospitalaria al grupo de Hermanos de San Juan de Dios, bajo la Regla de San Agustín y la obediencia a los ordinarios del lugar, concediéndoles hábito propio. Obtenida la aprobación, Fr. Pedro Soriano se queda en Italia y funda a finales del mismo año (1572) el Hospital Nuestra Señora de la Victoria de Nápoles, en 1581 comienza la actividad en Roma en la plaza de Piedra trasladándose a la Isla Tiberina en 1584, año en que firma la escritura de compra del Hospital San Juan Calibita.
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APROBACIÓN DE LA ORDEN POR SIXTO V El Papa Sixto V que conocía muy bien la obra de los Hermanos, el 1 de octubre de 1586 eleva la Congregación a Orden regular con la Bula Etsi Pro-débito, concediendo a los Hermanos celebrar Capítulo General y en él aprobar las Constituciones para toda la Orden. DIVISIÓN DE LA ORDEN EN DOS CONGREGACIONES La Reintegración total en España el 7 de julio de 1611, Paulo V eleva la Congregación de España a verdadera Orden regular, con el Breve Romanus Pontificex. Aquí comienza jurídicamente la separación de los dos congregaciones, pues el Papa concede celebrar Capítulo General, elegir General para España y Redactar Constituciones. La Reintegración Total en Italia, la concedió el mismo Paulo V mediante el Breve Romanus Pontoficex (13-02-1617) con las mismas prerrogativas que había concedido a la Congregación Española. Desde este momento la Orden cuenta con dos Superiores Generales. De este modo jurídicamente la Orden consta de dos Congregaciones, lo cual significa que cada Congregación tendrá Constituciones y Superior propios, desde 1611 hasta el 14 de septiembre de 1888, fecha de la fusión de la Provincia de España a la Congregación Italiana. Pero en la práctica, la unidad comenzó en 1867 año en que la Orden fue restaurada en España por San Benito Menni, siendo General de la Congregación de Italia el padre Juan María Alfieri, que había enviado al Padre Benito Menni a España a restaurar la Orden en su Cuna donde nació la Orden. MOTIVACIÓN DE LA SEPARACIÓN DE DOS CONGREGACIONES: ESPAÑOLA E ITALIANA Ya desde el año 1587 se aprecia cierta separación de los Hermanos de España de los de Roma, mantenida por algunos Hermanos del Hospital de Granada y otros de España, que se resistieron a aceptar la Residencia del General de la Orden en Roma y en consecuencia a renovar la profesión bajo su autoridad. Esta actitud se pone más de manifiesto cuando debido a la prematura muerte del padre Pedro Soriano en agosto de 1588, mientras realizaba la visita canónica al Hospital de Perugia, los Hermanos de España no acudieron al Capítulo General celebrado en Roma en marzo de 1589.
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CONGREGACIÓN ESPAÑOLA – LA ORDEN EN ESPAÑA El 20 de octubre de 1606 es elegido el Padre Pedro Egiciaco como primer General de la Congregación Española. En este Capítulo se redactan las nuevas Constituciones que llevó a Roma el mismo Padre Egiciaco, el Papa Paulo V las aprobó y confirmó el 11 de junio de 1611. Después de renovar la profesión en manos del Papa, regresó a España. El día 2 de noviembre de 1614 fue reelegido General y el Papa Paulo V con mutuo propio el 16 de marzo de 1616, EXIMIÓ DE LA JURISDICCIÓN DE LOS ORDINARIOS A LOS HERMANOS. En el año 1715 las dos ramas (Española e Italiana) de la Orden comprendían 16 provincias con 256 hospitales y 2399 Hermanos Hospitalarios. La rama Española la componían las Provincias de Nuestra Señora de La Paz (Andalucía) con 26 hospitales, San Juan de Dios (Castilla) con 22 hospitales, Espíritu Santo (Nueva España) que comprendía también Filipinas con 28 hospitales, San Bernardo de Tierra Firma (Panamá) con 11 hospitales y del Arcángel San Rafael (Perú y Chile) con 20 hospitales. La expansión de la Orden en España tuvo una línea ascendente hasta EL FINAL del Generalato del Padre Alonso de Jesús y Ortega en 1771. En este tiempo la Congregación Española contaba con 1261 religiosos y siete provincias: tres en España, tres en América (en una de ella se incluía cinco hospitales de Filipinas) y una Portugal que incluía varios centros en África y Asia. A partir de ese momento se inicia la decadencia de la Congregación Española, hasta su extinción formal con la muerte del último general en 1850. LA ORDEN EN AMÉRICA DURANTE ESTE PERÍODO Con fecha 18 de abril de 1584, consta que en una de las flotas de España con destino a Cuba y Nueva España, se embarcaron para asistir a los enfermos y heridos ocho religiosos hospitalarios, cuyo Superior era Fray Francisco Hernández, dicho religioso vio el vasto campo de acción que en aquellas tierras se ofrecía para la misión hospitalaria y de regreso a España, presentó a Felipe II un memorial exponiendo los servicios a prestar y la necesidad que los hermanos pasaran a “las Indias”. El monarca accedió esta vez a la petición y expidió una Real Cédula, fechada en Madrid el 2 de diciembre de 1595, dirigida al Presidente y Ministros de la Casa de Contratación de Sevilla, ordenándoles que dejasen pasar a “las Indias” a Fray Francisco Hernández y a cinco religiosos hospitalarios para hacerse cargo de los Hospitales de Cartagena y Nombre de Dios (Panamá).
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Al final de su larga navegación arribaron al puerto de Cartagena de Indias en abril de 1596, tomando posesión del Hospital que había en esa ciudad con el título de San Sebastián. Hacia 1780, las estadísticas de las tres Provincias americanas, sin contar Filipinas, reflejan los siguientes datos: Provincia de San Bernardo Tierra Firme (Panamá): 11 Hospitales y 70 Hermanos; Provincia del Arcángel San Rafael: 20 Hospitales y 245 Hermanos y Provincia del Espíritu Santo: 26 Hospitales y 255 Religiosos. APORTACIONES A LA EVANGELIZACIÓN La llegada de los españoles a América supuso también la entrada de la fe cristiana; sacerdotes, religiosos, acompañaban a los colonizadores con el fin de asistir espiritualmente a las tropas y extender el evangelio. La evangelización, mediante el servicio a los enfermos y necesitados fue y sigue siendo la gran aportación de la Orden también en aquel Continente. Asistencia corporal y espiritual, hoy diríamos integral, que como se ha indicado, fue de calidad y muy reconocida. Hubo buenos e ilustres médicos, cirujanos, enfermeros y sacerdotes religiosos. La labor caritativa y abnegada de los Hermanos con los enfermos y la dedicación de muchos de ellos a la LIMOSNA, eran ocasiones para la evangelización. Destacamos en esta encomiable labor al venerable Francisco Camacho de Lima. VALORES DE LA HOSPITALIDAD Y FACTORES QUE INFLUYERON EN LA DIFUSIÓN DE LA ORDEN Las razones fundamentales que originaron la expansión y esplendor en esta época la podemos sintetizar así: Vivencia gozosa y entusiasta del carisma y del espíritu del Fundador, y su disponibilidad y entrega incondicional para atender a los enfermos y pobres más necesitados tanto en sus Hospitales como fuera de ellos. Preocupación y esmero por dar un servicio cualificado en su asistencia a los pobres y enfermos, así como la acogida y atención a todo el que llamaba a las puertas de sus Hospitales. Todo lo anterior hizo que pronto la Orden se ganase las simpatías de las autoridades eclesiásticas y civiles, incluidas las de los Reyes.
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FIELES A LA HOSPITALIDAD HASTA EL MARTIRIO En tantos años de historia como tiene la Orden y en su dilatada expansión por todos los continentes del mundo, es fácil suponer la existencia de una larga lista de testigos del Cristo misericordioso y verdaderos mártires de la Hospitalidad en diferentes continentes y países. Brasil (1636) en Puerto San Salvador a manos de piratas holandeses, sufrieron el martirio los Hermanos portugueses: Jesús Arana y Acosta y los españoles: Francisco Esforcia y Sebastián. Colombia (1637) los Hermanos Diego de San Juan (Español) y Antonio de Almazán (Colombiano), murieron a manos de los Indios Chocoes. En 1646 el Hno. Miguel Romero y un religioso Franciscano fueron martirizados por los Indios Chocoes. También hubo mártires en Chile, Polonia, Filipinas, Francia y España.
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CAPÍTULO CUARTO RESPUESTA APOSTÓLICO-MISIONERA DE LA ORDEN DESDE MEDIADOS DEL XIX HASTA NUESTROS DÍAS EXTINCIÓN DE LA CONGREGACIÓN ESPAÑOLA Y DECADENCIA DE LA ORDEN EN ESPAÑA En el mes de 1807, las tropas Francesas penetraban en suelo Español. Una de las primeras medidas de los liberales (23 de septiembre de 1820) es la aprobación por las cortes de un proyecto de ley suprimiendo los conventos de Órdenes Monásticas y reformando las Mendicantes. Se prohibía recibir nuevos novicios y la profesión de nuevos candidatos y se suprimía la mayoría de los conventos cuyas comunidades no alcanzase 24 profesos. Esta última medida suponía para la Orden Hospitalaria la supresión de casi la totalidad de sus conventos-hospitales existentes en España. El 9 de marzo de 1836 se dicta el Real Decreto de supresión total de las Órdenes Religiosas y Monacales. En consecuencia solo quedaron dos Hospitales abiertos en España: Sevilla y Madrid. En Madrid en el Convento-Hospital, Antón Martín quedaría una comunidad compuesta por 14 hermanos de la que era Prior Fray Antonio Albors. En mayo de 1830 se celebraría el que sería el último Capítulo General de la Congregación Española y era elegido su último General, Fray José Bueno, quien viendo todo perdido y sin posibilidad de otra solución, tomó las providencias convenientes para poner a salvo antes de que se derrumbase el edificio Hospitalario, lo que quedaba de más valor entre sus ruinas. Así envió parte de la documentación del Archivo General al Hospital de Sevilla (único que sobrevivía a la llegada del San Benito Menni año 1867). También encomendó por carta al General de la Congregación Italiana, Fray Benito Verno, las causas de beatificación del Venerable Francisco Camacho y de San Juan Grande (en aquel entonces Beato Juan Grande), a fin de que no se extravíen y concluía su carta en estos términos: “A usted como único Superior que hoy existe de la Orden, corresponde cuidar de cuanto pertenece a la Congregación, en cuya virtud tomará las medidas que crea prudentes para conservarlo”. Murió el 11 de marzo de 1850 en Madrid, con él se extinguía formalmente la Congregación española de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
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RESTAURACIÓN DE LA ORDEN EN ESPAÑA El Padre Alfieri, Superior General, puso todo el interés para que se restaurase la Orden en España. Después de varios intentos que no fructificaron, envío para tan difícil empresa a San Benito Menni, recién ordenado sacerdote, que llegó a Barcelona en la Semana Santa de 1867 y fundó allí el Asilo San Juan de Dios para niños lisiados, en diciembre del mismo año. Fue el inicio de la restauración de la Orden en España, la cual pasó por dificultades de todo tipo, que fueron vencidas por el amor a Dios, a los pobres, los enfermos y a la Orden. El 21 de junio de 1884 es aprobada la erección canónica de la Provincia San Juan de Dios en España, con 120 hermanos y cinco casas que se multiplicaron rápidamente en España, Portugal y América. La Provincia Española fue anexionada (fusionada) canónicamente a la Congregación de Italia el 14 de septiembre de 1888, quedando definitivamente unificada la Orden en una sola. Las claves que encontramos en la obra de restauración llevada a cabo por San Benito Menni, son el cultivo de la VIDA ESPIRITUAL, la disponibilidad para responder a cualquier necesidad urgente (pestes, guerras, etc.) y principalmente el fervor de la caridad de los hermanos, cuyo testimonio atrajo numerosas vocaciones. EXTINCIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA ORDEN EN PORTUGAL Portugal tampoco se vio libre de las turbulencias sociopolíticas y culturales que afectaron a Europa a partir del siglo XVIII. La restauración fue también obra de San Benito Menni, quien también a instancias del Padre Juan María Alfieri, una vez consolidada la Orden en España, envío varios Hermanos con el encargo de restaurar la casa donde había nacido San Juan de Dios. En agosto de 1893 quedó establecida la comunidad de la casa de Sauce de Telhal para enfermos mentales. DECADENCIA Y RESTAURACIÓN DE LA CONGREGACIÓN ITALIANA Las dificultades sociopolíticas y culturales que vivió Europa tuvieron repercusiones también en la Congregación Italiana. La revolución Francesa suprimió la Orden en Francia.
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En 1810 era decretada la supresión de las Órdenes Religiosas en el reino de Italia. Aunque con dificultades, los Hermanos pudieron permanecer en algunos hospitales hasta que en 1814 cesó la persecución contra la Iglesia y la Orden se reorganizó en toda la península. Realizada la Unidad Italiana en 1866 se declara extinguidas las Congregaciones Religiosas, incautando sus bienes el gobierno. En esas fechas la Orden contaba con un total de 50 hospitales y 352 religiosos. El Padre Juan María Alfieri, nombrado General en 1862, fue sin duda el gran artífice de la restauración en Italia. Luchó lo indecible por mantener a los Hermanos en los Centros que habían sido de la Orden y poco a poco fue preparando con habilidad la recuperación de los hospitales. También se esforzó por mantener vivo el espíritu religioso y moral de los Hermanos. DECADENCIA Y DESAPARICIÓN DE LA ORDEN EN AMÉRICA El Siglo XIX se caracteriza por el deseo de emancipación política de América Latina que afectó también a los religiosos. Algunos Hermanos arrastrados por el ambiente promovieron la separación de los conventos-hospitales americanos de la Congregación Española. Para conseguir su objetivo acudieron a las autoridades civiles y eclesiásticas, para obtener el apoyo de los Ordinarios no tuvieron inconveniente en renunciar a los privilegios de la exención, sometiéndose de nuevo a la jurisdicción de los Ordinarios y con la ayuda de las autoridades civiles consiguieron que el Rey diera a Pio VII, el Breve de emancipación de la obediencia al General Español. Las Provincias del Espíritu Santo y de San Bernardo, apenas recibido el Breve celebraron capítulo, presidido por los delegados de los Ordinarios en el que eligieron Provinciales, Consejeros, Priores y demás cargos. En México fue nombrado Fray Juan Nepomuceno y con él se extinguiría la Provincia del Espíritu Santo de la Nueva España. Solo sobrevivirían los Hermanos de Cuba y Filipinas. Parece que la Providencia Divina hubiera querido premiar esta fidelidad al Espíritu de la Universalidad de nuestra Orden en el Beato José Olallo Valdés, religioso cubano que hasta la muerte (1889) permanecía fiel a sus votos en el Hospital de Puerto Príncipe (Cuba), siendo el último Hermano Hospitalario de la Congregación Española en tierras Americanas. RESTAURACIÓN DE LA ORDEN EN AMÉRICA La restauración de la Orden en América Latina también es obra de San Benito Menni. En efecto en 1892 el Padre Casiano María Gaser, General de la Orden, y San Benito Menni, Provincial de España, viajan a Argentina para estudiar la posibilidad de una Fundación.
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Las gestiones no tienen éxito y hay que esperar hasta 1901, fecha en la que la Orden se restablece en América con la fundación del Hospital de San Martín en Guadalajara de Jalisco (México). Tras la fundación en México, los Hermanos se extendieron a nuevos países: Colombia en 1920, Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador y Brasil, dependiendo de las Provincias Españolas y Portugal como delegaciones principales. Las casas de Colombia que una década antes habían rendido tributo con siete hermanos mártires en la Guerra Civil Española, fueron las primeras en erigirse como Provincia Canónica en 1947, bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo. En la actualidad cuenta con siete centros y 60 hermanos. En 1979 se constituyeron tres Vice-Provincias, elevadas a Provincias en diciembre de 1994: Venerable Padre Francisco Camacho (Perú, Venezuela y Ecuador), Nuestra Señora de Guadalupe (México, Cuba y América Central, Honduras) y San Juan de Ávila (Argentina, Chile y Bolivia). Las Comunidades Canónicas de estas tres Provincias son 25 y los hermanos son 180. De este modo el árbol de la Hospitalidad retoñó de las hondas raíces, que el amor misericordioso de tantos Hermanos habían implantado en el continente que hoy llamamos de LA ESPERANZA. Los Hermanos Portugueses volvieron a Brasil en 1963 fundando un Hospital General en Divinolis, en 1927 llegaron los Hermanos Franceses a Canadá fundando en 1933 el primer hospital en Montreal. En 1941 los Hermanos de Canadá, constituida Provincia Canónica el año anterior, fundaron en Estados Unidos concretamente en Los Ángeles. Los Hermanos Canadienses fundaron en Vietnam (Asia) en el año 1952 por el Hno. William Gagnon y otros hermanos canadienses; al Hno. William se le recuerda como un hospitalario ejemplar y se ha difundido en el pueblo Vietnamita una gran devoción hacia él. Fray William Gagnon, enterrado en el cementerio cerca de la casa de los Hermanos en Tan Bien, hoy ya es venerable y continua el proceso de Beatificación. Además hoy es una Provincia floreciente, a finales de 1995 había más de 70 hermanos en la Provincia. Asume la nueva teología de la Vida Consagrada y recuperan el sentido original de la Hospitalidad, con gran enriquecimiento doctrinal y pastoral. La mayor parte de las normas se publican en los Estatutos Generales de la Orden. DESDE LOS ORIGENES HASTA EL GENERALATO DEL PADRE ALFIERI Hay que hacer notar en primer lugar que durante 35 años (1550-1585) los Hermanos vivieron sin normas escritas reconocidas por la Iglesia.
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En los 31 años sucesivos (1585-1616) se promulgaron las siguientes constituciones: 1. Constituciones para el Hospital de Granada, dadas por el Arzobispo D. Dob Juan Méndez de Salvatierra en 1585. Aunque eran expresamente para el Hospital de Granada, fueron recibidas y cumplidas por los Hermanos de los demás hospitales. 2. Constituciones para toda la Orden, fruto del primer Capítulo General, celebrado en 1587, una vez aprobada la Orden por el papa Sixto V con el Breve “Etsi Pro Débito” (I-X-1886). 3. Constituciones del segundo Capítulo General (1589); a este capítulo no asistieron los Hermanos de España. 4. Primeras Constituciones de la Congregación Italiana (1596) después de la parcial conformación de la Orden en Italia. 5. Constituciones para la Congregación Española (1611) una vez reintegrada totalmente la Orden en España. Aquí comienza jurídicamente la separación de las dos Congregaciones que durará hasta 1867, con la restauración de la Orden en España por San Benito Menni. 6. Nuevas constituciones de la Congregación Italiana (1616). Son en realidad las definitivas hasta la REUNIFICACIÓN de la Orden, si bien hubo algunas correcciones de la traducción del Latín en 1718. DESDE EL GENERALATO DEL PADRE ALFIERI HASTA NUESTRO DÍAS 1. Constituciones para toda la Orden en 1885, se hicieron adaptaciones a las anteriores. 2. Constituciones nuevas en 1926. Son muy distintas, estructuradas y normativas, fruto de la acomodación al nuevo Código de Derecho Canónico de 1917 se reimprimieron en 1950. 3. Constituciones “ad experimentum” en 1971 según el sentir del Concilio Vaticano Segundo y tratando de recoger las nuevas orientaciones sobre la Vida Consagrada de él demandadas. Por primera vez los aspectos normativos se publican aparte en los Estatutos Generales 4. Constituciones 1984. Asumen la nueva teología de la Vida Consagrada y recuperan el sentido original de la Hospitalidad, con gran enriquecimiento doctrinal y pastoral. La mayor parte de las normas se publican en los Estatutos Generales.
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LA HOSPITALIDAD – MISIÓN APOSTÓLICA DE LA ORDEN La Hospitalidad es el núcleo central de nuestra Orden, el carisma que San Juan de Dios recibió y de cuya experiencia fundante participamos desde entonces toda la Familia Hospitalaria. “Tanto importa a vuestras conciencias y al aumento de este Hospital y Santa Casa, la cura y regalo de los pobres, que es el fin de vuestro Instituto lo que vosotros más pretendéis”. (Const.1585). “Animados por el don recibido, nos consagramos a Dios y nos dedicamos al servicio de la Iglesia en la asistencia a los enfermos y necesitados con preferencia por los pobres”. (Const. 1984). CONSAGRADOS EN HOSPITALIDAD EJERCEMOS EN LA IGLESIA EL MINISTERIO DE LA MISERICORDIA En virtud de este don (la Hospitalidad) somos consagrados por la acción del Espíritu Santo, que nos hace partícipes en forma singular, del amor misericordioso del Padre. “Este amor de Dios derramado en nuestros corazones nos impulsa a consagrar al Padre toda nuestra persona”. (Const. 1984 2b). MISIÓN SANADORA DE LA IGLESIA MEDIANTE EL APOSTOLADO DE LA ORDEN Con palabras, con gestos y con entrega de la propia vida los Hermanos de San Juan de Dios, tratamos de atender integralmente a las personas necesitas. “Como Hermanos Hospitalarios hemos sido llamados para realizar en la Iglesia la misión de anunciar el evangelio a los enfermos y a los pobres, sanando sus dolencias y asistiéndolos integralmente” (Const. 1984 N° 45a). ACOGIDA UNIVERSAL “En este hospital de Juan de Dios se curan todas las enfermedades así de hombres como de mujeres que acuden a él”. (Const. 1585 N°10). “Vemos en cada hombre a un hermano nuestro, acogemos y servimos sin ninguna discriminación al que se encuentra necesitado”. (Const. 1984 45b). DIMENSIÓN PROFETA DE LA MISIÓN HOSPITALARIA “Acuérdense nuestros hermanos que en la asistencia corporal de los enfermos están obligados a hacer todas las cosas que la salud de los mismo lo exige aun con el peligro de la propia vida”. (Const. 1926 N°22s).
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“La Hospitalidad que hemos profesado nos compromete a velar para que se respeten siempre los derechos de la persona a nacer, vivir decorosamente, ser curada en la enfermedad y morir con dignidad”. (Const. 1984 N°23ª). “La caridad, sin embargo, no debe estar separada del progreso, sino que debe ser la vanguardia, esto es, debe caridad antigua y medios modernos. El médico y cirujano han de ser tales en ciencia y caridad cuales se requieren para curar tantas enfermedades de tantos enfermos como en dicho hospital se curan”. (Const. 1585 N° 11). MISIÓN “AD GENTES” La Orden nació casi a la vez que el descubrimiento del Continente Americano (1596) y muy pronto se sumó a la misión evangelizadora con el ejercicio de la Hospitalidad. “Conscientes de nuestra responsabilidad en la difusión de la Buena Nueva, mantenemos siempre vivo el espíritu misionero. Ejercitamos el apostolado misionero impulsando constantemente nuestra presencia en tierras de misión, particularmente en los países menos favorecidos”. (Const. 1984 N°48). Siguiendo esta orientación, que es también de la Iglesia (Concilio Vaticano Segundo). La Orden ha realizado un gran esfuerzo por hacerse presente en África, América Latina, Asia. EL APOSTOLADO DE LA LIMOSNA La limosna ha sido una práctica apostólica a lo largo de la historia de la Orden, “HERMANOS HACEOS BIEN A VOSOTROS MISMOS DANDO LIMOSNA A LOS POBRES”, era el llamado de Nuestro Padre San Juan de Dios al pedir limosna para el Hospital. Hasta hace pocos años y aún hoy en algunos lugares los hospitales vivían de la limosna de los bienhechores de la Orden. “Fieles a nuestro el ejercicio de la de apostolado. sólo como obra
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espíritu promovemos limosna como forma La entendemos no de misericordia que
nos facilita los medios para ayudar a los necesitados, sino además como un bien que se hace a sí mismo quien la practica, así mismo como anuncio de la justicia y de la caridad, para contribuir a suprimir las barreras existentes entre las clases sociales”. (Const. 1984 N°49b). SACERDOCIO MINISTERIAL A TÍTULO DE HOSPITALIDAD Juan de Dios llamaba a todos hermanos y se consideraba a sí mismo como el menor hermano. No obstante, desde su fundación la Orden ha tenido algunos Hermanos sacerdotes para la atención espiritual y pastoral de los hospitales y comunidades Juandedianas. “Que en cada uno de los Hospitales existentes entonces o que se funden en el fututo, pueda haber un Hermano Sacerdote, cuya función será decir misa, celebrar los otros oficios divinos, administrar los sacramentos tanto a los Hermanos como a los pobres de Cristo”. (Bula Licet ex debito San Pío V. 1572). PADRE JUAN MARIA ALFIERI Nombrado General el 19 de mayo de 1862, ostentó esta responsabilidad hasta su muerte en 1888 (26 años consecutivos). Escribió a San Benito Menni así: “A este nuestro muy querido hijo (Benito Menni) en Cristo, mandamos ahora a Francia y España, en donde permanecerá por el tiempo que nos dispongamos para que promueva el incremento y bien de nuestra Orden al tenor de nuestras constituciones e instrucciones nuestras y de la Santa Sede. Por lo cual en gran manera recomendamos en el Señor a los venerables Obispos y Superiores Eclesiásticos y Regulares y con todo encarecimiento les rogamos le presenten con todo eficaz protección”. SAN BENITO MENNI Escribía el reverendísimo Padre Alfieri, entonces Superior General de Nuestra Orden, diciéndole que de tal modo se sentía animado del deseo de trabajar en bien de nuestro Instituto Hospitalario que se ofrecía a su paternidad reverendísima para que le mandase a donde creyera más conveniente, a fin de practicar la santa hospitalidad.
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“Dentro de pocos días yo mismo acompaño al primer equipo de religiosos nuestros que han de ir a América. Empresa ardua y difícil, superior a nuestras fuerzas, que empero fiados en los auxilios de Dios esperamos llevar a feliz término”. Las cartas escritas de San Benito Menni fueron abundantes, 463 para los Hermanos y 870 para las Hermanas Hospitalarias y otras muchas sobre todo en sus primeros años en España. SAN RICARDO PAMPURI Se destacó por su bondad, sencillez, candor y profunda vida espiritual. En una carta dirigida a su hermana religiosa, Sor Longina, Franciscana Misionera del Corazón Inmaculado de María: “el día 3 tuve ocasión de hablar con el Reverendo Padre Provincial de la Orden de San Juan de Dios, en la que se me había aconsejado entrar hace unos años y me dijo que gustosamente me acogería (si tuviera esa ocasión), a pesar de mi salud un poco enfermiza y la duda de la pleuritis. Como tú ya sabes, desde hace tiempo yo sentía la necesidad de una Regla para poder perseverar en una vida digna sin peligro de graves caídas. Por eso he aceptado tan fraternal oferta y el día 6 he presentado la petición de admisión confiando exclusivamente en la bondad y misericordia de Dios. Ruega también por mis enfermos para que con la ayuda de Dios, yo pueda proporcionarles un verdadero alivio”. La Orden acogería al médico Santo, llamado por Dios a vivir la Consagración Hospitalaria. Vivió en ella apenas tres años, pero llenos de amor, humildad, entrega y testimonio de Hospitalidad. PADRE EFREN BLANDEAU Nombrado Superior General por Decreto de la Sagrada Congregación de Religiosos, el día 15 de enero de 1939, su servicio de gobierno y animación duró hasta el 26 de abril de 1953. En una de sus cartas a toda la Orden valoraba así nuestro apostolado: “Seamos apóstoles por nuestro testimonio personal y en el cumplimiento de los deberes
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cotidianos, por muy humildes y modestos que puedan ser. Actuando así, responderemos al sentir del Santo Padre que hablando a la Acción Católica declaraba que los Hospitalarios son por su vocación caritativa, los pioneros de la acción católica”. PADRE MOISÉS BONARDI Fue elegido Superior General el 26 de abril de 1953 ostentando esta responsabilidad hasta el año 1959. Destacamos unos párrafos de sus escritos dice: “San Juan de Dios soñó la vida de misionero entre los desiertos de África. El ideal misionero se va difundiendo y toma consistencia y fuerza de las filas de nuestra Orden. Por lo tanto es indispensable que los religiosos que se destinen a las tierras de misiones, sean antes preparados convenientemente”. PADRE HIGINIO APARICIO ROJO Fue nombrado General de la Orden el día 26 de abril de 1959, desempeñando esa responsabilidad hasta 1971. “Tenemos que agradecer al Señor el momento y expansión que actualmente ha conseguido la Orden a través de las Provincias Españolas, tanto en la península como en tierras de América y África más recientemente. Aprovecho la oportunidad para informarles que la Orden tiene ya un Hospital Misional de la India. Esta nueva fundación ha sido realizada por la Vice-Provincia Rhenana. Procúrese por parte de los religiosos la adaptación a las costumbres del país”.
ORGANISMOS DE LA CURIA GENERAL AL SERVICIO DE LAS MISIONES SECRETARIADO DE MISIONES Durante el Generalato del Padre Moisés Bonardi, varias Provincias de la Orden orientaron Hermanos y recursos a la acción de Evangelización en África y buscaban el modo de hacerlo también en la India. El curso para Hermanos Misioneros, que además de la oportunidad de actualizarse teológica y pastoralmente, sirvió para cada uno de los participantes pudiera comprobar en el diálogo con los demás hermanos la universalidad del compromiso misionero de la Orden. Era Superior General el Hno. Pierluigi Marchesi.
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FONDO DE MISIONES Durante la reunión de Superiores de la Orden, celebrada en Roma en octubre de 1989, se aprobó la constitución del Fondo Común para las Misiones de la Orden, destinado a asegurar la continuidad del apoyo económico a las actividades asistenciales que realizan los centros misioneros de la Orden, previendo que comenzara a funcionar a partir del 1 de enero de 1992. Desde el momento de su aprobación y su entrada en funcionamiento estaba previsto: • Enviar a los Hermanos Provinciales el proyecto de constitución del Fondo común solicitando opiniones, sugerencias y que indicaran el aporte económico que podrían hacer durante los dos primeros años. • Profundizar en el posible coordinación de las O.N.G. promovidas por la Orden y procurar relacionarlas entre sí. El reglamento del fondo Común de Misiones fue publicado en febrero de 1992. La Orden constituye un Fondo Común de misiones para sostener y potenciar esta forma de apostolado. CIAL. O. H. COMISIÓN INTERNACIONAL DE ANIMACIÓN LATINOAMERICANA (SELARE) La actual Comisión Interprovincial de Animación Latinoamericana, surgió con el intento de coordinar en dicho continente la respuesta a la llamada del Concilio Vaticano II a la Renovación de la Vida Consagrada que durante el año 1979, fue para todas las Provincias de la Orden un año de gracia especial, el año de la Renovación. En América Latina tras una minuciosa sensibilización, motivación y preparación a todos los niveles, se inició y concluyó felizmente el conjunto de programas encaminados a dar a conocer y motivar a todos los Hermanos de Latinoamérica, lo que se había de vivir en lo sucesivo como renovación religiosa en la Hospitalidad Juandediana. A medida que se avanzaba en cada uno de los programas de los cuatro cursos desarrollados en Bogotá (Colombia) en todas las evaluaciones se iba sintiendo la necesidad de un organismo que diera continuidad a la animación. La idea de proseguir con un organismo de animación para todas las Comunidades de América Latina, fue promovida por el entonces Superior General, Hno. Pierlugi Marchesi, animador de la renovación por los Hermanos Provinciales de Colombia y de España y sus delegados provinciales.
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Así fue el 17 de octubre de 1979, se constituye el Secretariado Latinoamericano de Renovación (SELARE). Surge como un servicio de animación a la Orden Hospitalaria en América Latina con un proyecto de Estatutos que serían posteriormente aprobados. SELARE se define como un organismo sin ánimo de lucro, al servicio del ser y de la animación de la Orden y de los agentes de Pastoral de Salud de Latinoamérica, su objetivo es “coordinar y animar el proceso de renovación en sus distintos campos, para una presencia más viva de la Orden Hospitalaria en América Latina”. De las actividades desarrolladas por el SELARE destacamos: Al interno de la Orden: • Ha realizado la animación con visitas programadas a las comunidades de las distintas naciones, para presentar los documentos de la Iglesia y de la Curia General. • Impartido para Animadores de las Comunidades, para Formadores de Preparación a la Profesión Solemne de Pastoral de Salud y para Hermanos Mayores. En diciembre de 1979 se publicó el primer número del boletín SELARE con el fin de informar y animar a las comunidades, así como presentar documentos y trabajos de interés para la Vida Consagrada, Formación Permanente y Pastoral de la Salud. • Casi al mismo tiempo se iniciaba la colección SELARE, que hasta el momento ha editado más de medio centenar de títulos sobre los temas indicados en el punto anterior. • Ha elaborado y promovido un Plan de Formación de Pastoral de la Salud por correspondencia en convenio con la Universidad de San Buenaventura de Bogotá (Colombia). Hacia fuera de la Orden: • Todos los medios que se han indicado son promovidos por el SELARE para facilitar la vida espiritual, comunitaria y la misión evangelizadora desde la Pastoral de Salud. Muchos de estos medios (materiales) están a disposición de las Iglesias locales de las distintas naciones, que los valoran y aprovechan de los mismos, constituyendo casi los únicos existentes a su alcance para la Pastoral de la Salud. • SELARE también promueve organizar y participar en toda clase de eventos relacionados con la ética sobre la vida humana, la Pastoral de la Salud, la Teología y la Espiritualidad de la enfermedad.
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El 30 de octubre de 1989 se aprobaron, en la Curia General, los Estatutos por los que se constituía, igual que en otras áreas geográficas de la Orden, el Secretariado Interprovincial de América Latina de la Orden Hospitalaria (SALOH), desde ese momento SELARE pasará a ser un departamento del mencionado Secretariado Interprovincial. En reunión celebrada en Cochabamba (Bolivia) el 13 de septiembre de 1996 se constituía el CIAL OLH (Comisión Interprovincial de Animación Latinoamericana) que asumía las líneas de acción del LXIII Capítulo General celebrado en Bogotá (Colombia) y sigue desarrollando todas las actividades mencionadas en SELARE, abierta siempre a la creatividad y a la posibilidad de nuevas iniciativas a favor de la Orden y de la Iglesia en Latinoamérica. Es bueno resaltar también que SELARE elaboró y programó un Curso de Pastoral de Salud virtual y semi-presencial para agentes de Pastoral de la Salud, cuya duración era de tres años al inicio y luego se simplificó para los Hermanos novicios que duraría año y medio, y era material obligatoria en el “Noviciado Internacional San Ricardo Pampuri” y era avalado por la Universidad de San Buenaventura. Es lamentable que dicho organismo haya desaparecido sin pena ni gloria, después de treinta años aproximadamente de estar prestando un servicio supremamente valioso a los agentes de la Pastoral de la Salud tanto de la Orden como fuera de ellas por sus revistas, libros, Cd´s, etc. Desafortunadamente el vacío que dejó dicho organismo para la Formación Permanente, tanto para los religiosos como para los colaboradores, no se ha podido reemplazar; se está intentando con la ESCUELA DE HOSPITALIDAD hacer algo semejante, pero aún no arranca.
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FUNDACIÓN JUAN CIUDAD ONGD
Las Provincias españolas con el fin de promover y canalizar las ayudas destinadas a los centros de África que dependían de ellas, integraron en la estructura del Secretariado Interprovincial de España un organismo de carácter interno, que gracias a un constante crecimiento tanto en la programación orientada a conseguir ayudas de organismos públicos y privados, como en las crecientes exigencias de los centros de África. A partir del primero de noviembre de 1991, fue inscrita en el registro de Fundaciones Docentes y de Investigación del Ministerio de Educación y Ciencia y en el Ministerio de Economía y Hacienda de España. Desde sus inicios se dedica al desarrollo y promoción de la Salud en el llamado Tercer Mundo y a paliar en lo posible las muchas necesidades de los 33 centros y 15 dispensarios con un total de 4.000 camas, aproximadamente de la Orden en África y América Latina. La sede de la fundación está en España. Los Objetivos de la fundación: • Contribuir a la concientización de la sociedad sobre las carencias y necesidades del Tercer Mundo, especialmente en el campo de la salud. • Proveer en la medida de lo posible, a los centros de la Orden en África y en América Latina de los recursos humanos, técnicos y económicos que soliciten. • Colaborar en la educación para el desarrollo de los propios pueblos en los que se encuentran los centros de la Orden. Las actividades, como es lógico, están directamente relacionadas con los objetivos: • Gestión y financiación de proyectos de desarrollo. • Envío periódico de ayudas humanitarias. • Promoción de Formación y orientación de voluntariado internacional.
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ASSOCIAZIONE CON I FATEBENEFRATELLI PER I MALITI LONTANI-AFMAL AFMAL Associazione con I Fatebenefratelli per I malati lontani, es una Organización No Gubernamental (ONG) y como tal, sin ánimo de lucro, comprometida en el campo de las necesidades sanitarias y en desarrollo de iniciativas de solidaridad internacional. Nació el 30 de octubre de 1979 como sociedad orientada a trabajar en el sector del voluntariado civil, es reconocida como tal por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia el 17 de julio de 1987, y desde 1995 es una de las organizaciones reconocidas por la Unión Europea. Está patrocinada y apoyada en sus actividades por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Desarrolla actividades de ayuda al desarrollo en el campo sanitario. En particular promueve, organiza y dirige proyectos de desarrollo socio-sanitario. En algunos casos en el ámbito de prevención, cura y rehabilitación, entre otros, también realiza proyectos integrales desarrollados en colaboración con ONG´s y asociaciones humanitarias en los sectores sanitarios y agrícolas y educativos. Esta Asociación estudió y aprobó el Proyecto del Hospital San Ricardo Pampuri en La Esmeralda (Arauca), la persona que asesoró y colaboró desde Italia para que se llevara a cabo el proyecto fue el doctor Guilio La Greca, donde habían llegado los Hermanos Hospitalarios en 1980, Hnos. David Bravo y Joaquín Zapata por invitación de monseñor Emilio Jaramillo, el cual entres los años 1985 y 1988 construyó un hermoso hospital con fines de investigación y prevención de enfermedades tropicales con capacidad para 50 camas adultos y unas 15 de pediatría, funcionando como Hospital General de segundo nivel de complejidad por aproximadamente 6 años con una dotación de última generación, todo traído desde Italia, camas, equipos de RX y de cirugía. Terminado el hospital, enviaron dos médicos y dos enfermeras jefes por cinco años desde Italia para preparar el personal que llevaría luego adelante el Hospital, las enfermeras auxiliares y demás personal médico y paramédico y de servicios generales lo suministraba el Hospital San Rafael de Bogotá, llegando a tener una nómina aproximadamente de $50.000 millones de pesos mensuales que la Curia Provincial no pudo sostener. Creo que el error que se cometió fue el no haber previsto un presupuesto y recursos de sostenimiento y funcionamiento del Hospital, los cuales eran esenciales y de suma importancia para darle continuidad al proyecto y que debían continuar pagándolos la Asociación o una ONG Internacional. Además en esa región por ser “zona roja” de guerrilla no permite cobrar absolutamente nada por los servicios de salud que se prestan a la población.
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El hospital tuvo que cerrarse en el año 1993, por tres años hasta 1996, cuando se hicieron los trámites para que la gobernación de Arauca lo recibiera para su administración y así terminó la historia de una Hermoso Hospital en la región del Sarare. EUROPA: FUERZA DINAMIZADORA DE LA PRESENCIA DE LA ORDEN La crisis que vivió la Iglesia y por tanto nuestra Orden, en la primera mitad del siglo XIX y que significó la desaparición de la misma en lugares de tanta tradición como España, Portugal y Francia, fue superándose poco a poco gracias al apoyo de Italia. La Orden fue organizándose como hemos visto anteriormente. LA ACCIÓN APOSTÓLICA REALIZADA EN LOS CENTROS A lo largo del siglo XX nuestra Orden en Europa ha desarrollado su acción apostólica principalmente en centros asistenciales propios, tratando de responder en los distintos lugares donde se encontraba, a las necesidades más urgentes. IMPLICACIONES DE LAS SITUACIONES DE VIOLENCIA Y PERSECUCIÓN Durante la guerra civil Española (19361939), noventa y ocho de nuestros hermanos encontraron la muerte en el ejercicio de la Hospitalidad; 71 de ellos fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II, el 25 de octubre de 1992 en Roma. Luego continuaron los procesos de Beatificación de los restantes y el 13 de octubre de 2013 otros 24 Hermanos fueron beatificados por un delegado del Papa Francisco en Tarragona (España). Para un total de 95; cuya celebración quedó unificada para el 25 de octubre de cada año; faltando solo tres hermanos para beatificación. Damos gracias a Dios por estos nuestros Hermanos mártires de la fe de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Las dos guerras mundiales trajeron para los países afectados la destrucción de nuestros centros, calamidades y penurias; así como el arresto y persecución de muchos Hermanos que en su gran mayoría se mantuvieron junto a los enfermos hasta el último momento.
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CONTINENTES Y PAÍSES DONDE HOY NOS ENCONTRAMOS COMO ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS Hoy estamos en cinco continentes y en 53 países con más de 300 hospitales, aproximadamente 1300 religiosos y 45000 colaboradores, donde se atienden anualmente 20 millones de enfermos, es una obra gigantesca. LA HOSPITALIDAD EJE CENTRAL DE NUESTRA VIDA La razón de nuestra existencia en la Iglesia, es vivir y manifestar el carisma de la Hospitalidad al estilo de San Juan de Dios (Cont. 1984). La experiencia de la misericordia de Dios nos estimula a la donación total a Dios y a la disponibilidad plena en el servicio a cualquier persona necesitada, en cualquier lugar, para anunciar el Buena Nueva del Reino de Dios.
NUEVA HOSPITALIDAD NUEVA EVANGELIZACIÓN EN CLAVE JUANDEDIANA Podemos comenzar recordando lo que el LXIII Capítulo General de la Orden nos ha dicho acerca de lo que entendemos por nueva Hospitalidad: “la Nueva Hospitalidad es ante todo un movimiento que mira a la Orden misma, a su más íntima identidad, es en primer lugar, la afirmación de la primacía de la evangelización sobre las otras tareas de la Orden. No es un nuevo carisma, ni su adaptación a los valores de nuestra sociedad, la novedad no está en el contenido del carisma que permanece invariable. Consiste en vivir y manifestar hoy el don que hemos heredado de Juan de Dios, con un lenguaje nuevo, unos gestos nuevos y unos métodos de apostolado que respondan a las necesidad y expectativas del hombre y de la mujer que sufren a causa de la enfermedad, edad, marginación, minusvalía, pobreza y soledad”. (Declaración del LXIII Capítulo General). “Nuestra vida hospitalaria en la Iglesia se basa en la persona y en la obra de Jesús que durante su vida terrena, muestra una predilección especial por los enfermos, los pobres y los humildes”. (Const. 1984 N°41b). Nota: Esta es una síntesis del libro de DIMENSIÓN MISIONERA DE LA ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS, Elaborada por el Hno. Pedro Hernández, febrero 22 de 2015 – La Ceja (Antioquia).
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BIBLIOGRAFÍA Tomando como base los siguientes documentos: 1. Historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, escrita por el P. Juan Ciudad Gómez O.H. Archivo Interprovincial Granada 1963. 2. Dimensión Misionera de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Profetas en el Mundo de la Salud. Secretariado Internacional de Pastoral Sanitaria Curia Generalicia 1982 y Comisión General de Animación en reunión del 18 al 20 de mayo de 1994. Comisión General de Animación reunida los días 26 y 27 de junio de 1996. Pensó que un momento adecuado para presentar el documento sería la Asamblea General a celebrarse en octubre de 1997. 3. Espíritu y Vida Cartas de San Juan de Dios. 1986 expresada en sus seis cartas. Fray Clemente López Vargas O.H. 4. Cuatrocientos años de Hospitalidad de la Orden Hospitalaria en Colombia 1596 – 1996 Escrita por Fray Clemente López Vargas O.H. Compendio de la Historia de la Orden Hospitalaria En los inicios del siglo XVI, la comunidad de San Juan de Dios se encontraba reunida en un gran núcleo, cuando a mediados de dicho siglo empezó a cundir en todos los componentes de esta comunidad, la inquietud de dividirla en dos grandes provincias. La Italiana y la Española, habiéndose cristalizado dicha idea hacia el año 1590. Correspondió a la Provincia Española hacer llegar sus servicios a los sitios más remotos del hemisferio (nuevo mundo). Este deseo de la Comunidad de hacer llegar sus servicios al mayor número posible de enfermos y necesitados en dimensión apostólica, se llamó etapa de reintegración que fluctúa entre los años 1592 y 1612. En esta etapa se hicieron fundaciones de Hospitales en todas las partes posibles del globo. Es así como se inició la labor de fundación hospitalaria para América y el resto del mundo. Las primeras fundaciones en América, tienen efecto gracias a la obtención de la Cédula Real que FELIPE II concedió a los hospitalarios.
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