El libro de los Misterios PARTE IV
El libro
φθέγξομαι οἷς θέμις ἐστί· θύρας δ᾽ἐπίθεσθε βέβηλοι Hablaré a quienes es lícito. Cerrad las puertas, profanos
El mago debe tener un grimoire pequeño y fácil de esconder. Recuerda que si tu libro es negro, como indican los no iniciados en estos misterios, será más fácil de hallar y llamará la atención al profano, que uno que disimules entre tus pertenencias.
Comenzarás un nuevo libro cuando comiences estos misterios, en el invierno más desolado. Que nada en sus cubiertas indique tu magia.
Sabrás que ha sido así desde los primeros tiempos:
Son trece los magos de Ur, El que ha sido rey de hombres, La amanuense,
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Los 3 que llevan la espada y el escudo, Las dos mujeres veladas que custodian la estirpe, La que le escribe a las estrellas, El hierofante, La que talla el Portal y pinta los signos, La reina renuente, El niño que portará el amuleto cuando todos se hayan ido, Y aquel que oculta su rostro Tras los espejos de obsidiana. ¡Recuerda quién eres!
Procura que no haya espacios en las márgenes de tu libro Porque allí anidan las larvas astrales. Debes saber que tus enemigos son débiles, pero no te conviertas tú en enemigo de ti mismo, porque se librará la batalla en tu alma.
Este es el cuarto Portal, escondido entre las Hojas. Se abrirá un día lejano, cuando lo necesites, cuando esté completo. Llénalo con poesía y arte, Llénalo con ciencia y magia. Este es el secreto que aprendimos de la amanuense de Ur,
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Quien guardaba los libros, Y le transmiti贸 las letras y las palabras Al Hombre que Camina en Damasco.
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