Segundo5 El ala del mago

Page 1

El libro de los Misterios LIBRO SEGUNDO Quinta parte

El ala del mago

Las tres partes de la iniciación del neofante son homólogos antitéticos a las tres caras del tiempo: el esquema ascensional, el arquetipo de la luz uraniana y el esquema diairético, y son son el contrapunto de la caída, las tinieblas y el compromiso animal o carnal. El hindú Diaus, el itálico Júpiter, el heleno Zeus, así como el dios germánico Tyr-Zio son formas históricas, de esa divinidad celeste primordial a la que el iniciado llama el Cielo Estrellado, cuyo nombre fue SilikMulu-Khi y posteriormente Maduk, y que revelan hasta en sus nombres el binomio original “luz (día)” – “sagrado”. La Madre tierra, Deméter o la antigua Dera, se combinan con la Isis egipcia de los misterios isíacos para conformar a la diosa de las estrellas, de Venus, Ishtar, que al haber descendido voluntariamente se ha convertido en Madre Tierra. Has recordado, como mago, como iniciado, como neofante, quién eres, ahora debes erguirte. Imagina cuáles pudieron ser las consecuencias principales del erguirse para el ser humano. Ante el abismo que el hombre encuentra al erguirse no tiene más remedio que orientarse. Y esto lo hace, como reproducen múltiples culturas, a partir de las siete direcciones primordiales del mundo: las cuatro horizontales, las dos verticales y una especial, el centro.

1


En total siete puntos-direcciones privilegiados. Por ello el origen de los pueblos a menudo es una ciudad de siete puertas, o siete cuevas, o siete ciudades, o siete cerros, o siete cielos... El siete es número sagrado en muchas culturas, y a menudo se vincula a la madre tierra y a la fertilidad. En el caso griego, el siete vinculado a la tierra madre quizás se haya conservado en los mitos que nos hablan de las siete puertas de la Tebas micénica y, quizás, en el papel de los siete titanes originales (catorce si se considera a sus esposas), además del estudiado caso caldeo, los siete dioses, pero sus maskim, los siete que yacen a la espera, los siete antiguos, tienen un remanente de enemigo ausente. Ante el abismo del tiempo devorador y del espacio infinito, el ser humano organiza lo que era una infinitud vertiginosa para poder sostenerse en pie. Organizándola, la domina y se orienta en ella. Y es entonces, a la vez, cuando el cielo y la tierra quedan separados, tomando consciencia de sus diferencias. Amanece el sentido de la vida humana, la dirección de nuestra existencia. ¡Hasta entonces no hubo dirección posible! El mito mesoamericano del nacimiento del sol narra que éste no nació hasta que los cuatro dioses que lo esperaban, se fueron cada uno hacia una de las cuatro direcciones, a ver si se lo encontraban. Entonces nació el dios sol, y los cuatro dioses que lo esperaban devinieron postes cósmicos, cada uno en una de las cuatro esquinas del mundo. He aquí el secreto: debes erguirte apoyándote en los cuatro pilares, los cuatro atalayas que custodian tu círculo mágico tienen la clave de la dirección que quieres tomar, y que no conoces aún. Recuerda que si no te faltara una última dirección, más preciosa porque no la encuentras, no estarías en este camino de búsqueda: el camino del mago.

2


Se te ha hablado de la elevación del poder mágico, de tu propio poder mágico. Esta elevación que permite erguirte consiste en encontrar tus alas, tu ala, pues se trata solamente de una. El ala es el atributo de volar, no del pájaro o el insecto”. La connotación verbal que tiene lo divino es muy difícil de reconocer desde nuestra cultura. La palabra griega para dios, theos, corresponde a un concepto predicativo. Por sí misma, sin artículo, designa un suceso divino: el dios como acontecimiento. El artículo despoja del énfasis al acontecimiento e introduce una visión más personal del dios. Tener en cuenta tales connotaciones es de vital importancia para percibir que lo sagrado no es inmutabilidad sustantiva, sino verbo y devenir eterno. Como desarrollo del ala, el pájaro simboliza también el ascenso. No es el caso de pájaros nocturnos o murciélagos, pero parece que es lo más común en el resto de pájaros e incluso en otros animales voladores. En Mesoamérica la mariposa, psiqué entre los griegos, se clasifica entre los pájaros. En favor de su capacidad voladora, desdeñamos la animalidad del pájaro. Con ello, difícilmente el pájaro es clasificable como símbolo eminentemente teriomorfo. Más bien, su ala converge con la elevación. ¿Pero cómo encontramos una ala dentro de un cuerpo humano y un alma encarnada?

No hablamos aquí de una metáfora. El ala cambiará tu cuerpo físico, como mago, sabrás que está allí aunque no puedas usarla. Tienes que hacer crecer un ala en el dominio astral. El ala puede abrirse en tu espalda, puede ser doble, puede imitar a un animal, puedes verla con forma de pluma, pero debes hacerla crecer.

3


La imagen natural del ala frecuentemente es sustituida por la imagen tecnológica de la flecha. La ventaja de la flecha respecto a la escala o al ala es que expresa mejor que ambas el impulso, que es la base del ascenso. A la flecha, pero en dirección opuesta, le corresponde el rayo, que es la flecha invertida. La etimología indoeuropea pone de manifiesto la identidad de inspiración entre el viejo alemán Strala, “flecha”, el ruso Strela y el alemán Strahlen, que significa “rayo”. La relación entre la flecha y el impulso espiritual e intelectual es constante. Por ejemplo, en la literatura antigua de la india se dice: “toma el arco del Upanisad, esa arma poderosa, ponle una flecha aguzada por la adoración, tensa el arco con una mentalidad sumida en el sentimiento de la unidad y penetra en lo Eterno como si tiraras a un blanco [...] la sílaba om es el arco y el alma es la flecha y lo Eterno es el Blanco”.41 En la astrología, incluso en la actual, todavía se considera a Sagitario como el signo zodiacal de la sabiduría, especialmente la rápida, instantánea, intuitiva y soñadora. Es el signo que rige los viajes y la filosofía. El arcoiris es otro ejemplo natural de la conexión entre el cielo y la tierra a través del arco y la flecha. El pájaro, el ala y el arquero y su flecha, nos remiten al impulso que permite ascender hasta lo altísimo. Se establece un isomorfismo entre lo alto y lo poderoso. Sólo el que tiene suficiente impulso puede llegar y mantenerse en lo más alto. Son sinónimos, como todavía expresiones actuales demuestran: estar en lo más alto es tener poder; los poderosos son los elevados. Las entidades se agigantan al elevarse.

4


Comienza a hacer crecer tu ala una noche de luna creciente. Puedes tomar imágenes y pinturas, inclusive las imágenes de flechas te darán un empuje para este hechizo. Prepara agua salada en el caliz, y la primera noche purifica tus tristezas bebiendo 3 sorbos. Esa noche ve a dormir al menos dos horas después de tu cena, y sueña con un ala. Separada de tu cuerpo, sobre un camino que reconozcas, sosteniéndose por sí misma. Si no puedes imaginar que un ala va a erguirte y elevarte, imagina el par de alas. Puede ser con plumas, de insecto, membranosa. Sueña su textura y temperatura. Sueña sus dimensiones. Pasa en el sueño por el costado del ala y sigue por el camino. Cuando despiertes, anota lo que viste en ese camino, dónde te llevaba. Si el camino no era propicio deberás soñar de nuevo, tantas veces como sea necesario. Si no puedes soñarlo deberás meditarlo. Cada día, en la hora más oscura de la noche, te complementarás con el ambiente hasta que puedas tomar el ala y colocarla en tu espalda (o en tus pies si deseas tener alas como Mercurio). Para alivianar tu cuerpo y conectarlo con la materia sutil del astral, debes tomar más agua que la que acostumbras, y en tu cáliz. Una amatista o una turquesa puedes amarrarte en un tobillo, te dará levedad, pero no tan fuerte como para lastimarte por la noche. El cuerpo debe estar a temperaturas normales, nunca muy bajas ni tampoco altas. En la noche en la que hayas conseguido adicionar el ala a tu cuerpo comienza a andar por el camino levantándote unos centímetros del suelo. Levanta la cabeza y anota al despertar cuánto recorriste y lo que viste.

5


Si has llegado al plenilunio deténte y prosigue en la siguiente luna creciente. Estos son los cambios que debes notar: Percibirás a los atalayas en tu círculo completamente pertrechados y casi visibles. Tensiones musculares de tu cuerpo desaparecerán gradualmente. Dentro del plano físico podrás percibir cosas y lugares que están aproximadamente a un metro de tu “mundo” normal, en un principio. Encontrarás en tus actividades diarias una dirección que no habías explorado. Una sensación de alivio comenzará a ayudarte en momentos de extrema tensión, sin necesidad de recordar el ala o el plano astral. Tuviste un ala en tiempos de Bab-Illu y la extraviaste en dolores sucesivos, lágrimas y pérdidas. Confecciona con tela amarilla, dorada o turquesa, o de un color que para ti represente el cielo despejado, una pequeña bolsa que cerrarás con una cinta. Allí guarda plumones de aves, hazlo mientras sueñas tu ala. Cuando tengas una penuria y no encuentres la salida, deja volar los plumones, aún por una ventana. Llevarán el viento de tu ala y resecarán la lengua del enemigo, del que hace imprecaciones, del que abruma con su desamor. Como se trata de magia, es tu cuerpo el que genera el ala astral. En la brujería solamente debías visualizarla, ahora debes generarla. Puedes tardar varias lunas. Una vez encontrada la nueva dirección y ya con el ala, podrás encontrar los tesoros olvidados de otras vidas y descubrirás los que dejaste pasar durante esta vida. Aún estás a tiempo de tomarlos, puesto

6


que son nuevos y han comenzado a tornarse visibles junto con tu ala.

Bendición para una persona Cuando el khartumim ve una persona pura de cuerpo y espíritu, que hace constantes ofrendas a sus dioses, puede bendecirlo de la forma que sigue:

Formato de un conjuro en la lengua antigua: Sepáralos por en = conjuro Finalízalos con amanu o kakama (es arriba como es abajo).

Para ahuyentar desencarnados oscuros Invocaciones y sacrifi cios apaciguan a las almas. Un ensalmo de los magos puede mudar

7


a los desencarnados que estorban, dado que son almas vengadoras. Por eso es por lo que hacen el sacrificio los magos, como si estuvieran expiando un castigo. Sobre las ofrendas, que pueden consistir en flores blancas, velas blancas, sal, vierte agua y leche, con las cuales haz también las libaciones. Haz el sacrificio primero a las Euménides, pues las Euménides son almas, por lo cual quien vaya a sacrificar a los dioses primero deben liberar una pluma leve al viento, con los que echan a volar. Escribe entonces en la forma que se te ha dicho un conjuro contra espíritus desencarnados, y ofrenda a las Euménides y a los desencarnados. Por fin, echa a volar una pluma en una corriente ventosa, por la que volarán los desencarnados. Estos espíritus vengadores no volverán jamás.

Estas son las primeras notas que aprenderás en los tiempos del solsticio, llamado Yule. Al llegar hasta aquí, prepara la llegada del Sabbat de la fiesta de la leche, la candelaria, Imbolc… donde los dioses son niños, y es la infancia del mundo en el que comienzas a vivir. Recibe a los dioses niños con alegría, esperanza en tu futuro y en el de la humanidad que tendrás que proteger eventualmente. Celebra con leche y queso, velas blancas y música. Ofrenda a la madre tierra el día de Imbolc.

8


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.