RUTA SIJEANA El 14 de abril de 1936 se celebró en Orihuela un homenaje a Ramón Sijé, fallecido en la noche del 24 de diciembre de 1935. El acto conmemorativo consistió en la inauguración del rótulo de una plaza de Orihuela con el nombre de Ramón Sijé, tal como se recoge en una fotografía de aquel día. Con motivo de la celebración del Centenario del nacimiento de Ramón Sijé volvemos a reunirnos para recordar al “compañero del alma” de Miguel Hernández y realizar un recorrido por los lugares más relacionados con su biografía. A través de esta Ruta Sijeana recordamos al joven escritor oriolano, muerto en temprana edad, al que “todos los homenajes que le hagamos se los merece”, según manifestó Miguel Hernández en su alocución del acto conmemorativo celebrado en Orihuela el 14 de abril de 1936. Miguel Hernández leyendo su alocuión en homenaje a Ramón Sijé el 14 de abril de 1936
ITINERARIO 1.- Calle Mayor, 27 A las 18 horas del 16 de noviembre de 1913 nacía Ramón Sijé en este edificio, donde se encontraba el domicilio familiar y un comercio de tejidos regentado por el padre de Sijé. 2.- Catedral Ramón Sijé fue bautizado el 26 de noviembre de 1913 en la Catedral de Orihuela y ahí ejerció como monaguillo en los años 20. 3.- Claustro de la Catedral Frente al claustro de la Catedral, en la calle Mayor, fue detenido Miguel Hernández el día 28 de septiembre de 1939, al salir del domicilio familiar de Ramón Sijé. En el momento de su detención, Miguel Hernández iba acompañado de Justino Marín, hermano de Ramón Sijé. 4.- Casino Ramón Sijé acudía con asiduidad a los actos culturales celebrados en el Casino de Orihuela. El 23 de octubre de 1931 Ramón Sijé y Miguel Hernández celebraron, en este centro cultural, una lectura escenificada del poema “ELEGÍA-media del toro”.
ITINERARIO 5.- Palace Hotel En la cafetería de este hotel solía reunirse Ramón Sijé con otros jóvenes escritores oriolanos, entre los que se encontraba Miguel Hernández. 6.- Salón Novedades Miguel Hernández presentó en esta local su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve en este Salón, acompañado por Ramón Sijé, quien se encargó de realizar la introducción de la lectura pública de los dos primeros actos de esta obra. 7.- Glorieta de Gabriel Miró El domingo 2 octubre de 1932 se inauguró en esta Glorieta un busto en homenaje al novelista Gabriel Miró por iniciativa de un grupo de oriolanos coordinados por Ramón Sijé. 8.- Los Andenes En esta zona solía pasear Ramón Sijé acompañado de sus amistades.
ITINERARIO 9.- Estación ferroviaria “Orihuela - Miguel Hernández” El día 30 de noviembre de 1931 Ramón Sijé, Carlos Fenoll y Jesús Poveda acompañaron a Miguel Hernández a esta estación para despedirle en su primer viaje a Madrid. El 9 de diciembre publica Sijé un artículo en el periódico alicantino El Día recordando este hecho: “Ahora venimos de darle un abrazo de despedida, de la estación triste, solitaria. Un acto histórico, éste, en la vida de ese poeta”. 10.- Paseo Vientos del Pueblo Ramón Sijé y Miguel Hernández, junto con otros amigos, solían pasear por este lugar. 11.- Colegio Santo Domingo Ramón Sijé ingresa en el Colegio Santo Domingo en octubre de 1923 para iniciar sus estudios del bachiller, que finaliza en 1930. En este colegio coinciden Ramón Sijé y Miguel Hernández durante los años 1923 y 1924, aunque no llegaron a establecer ninguna relación especial en esta etapa colegial. 12.- Rincón Hernandiano (Casa Museo) Ramón Sijé visitó en distintas ocasiones a Miguel Hernández en su domicilio familiar. En su famosa elegía a Ramón Sijé
ITINERARIO le canta Miguel Hernández: “Volverás a mi huerto y a mi higuera….”. 13.- Calle Arriba, 5 En este lugar se encontraba la tahona de Carlos Fenoll, donde se reunía un grupo de jóvenes escritores, entre los que se encontraban Ramón Sijé y Miguel Hernández. Sijé frecuentaba asiduamente este lugar con el objeto de visitar a su novia, Josefina Fenoll. 14.-Plaza de Marqués de Rafal En esta plaza se colocó, el 14 de abril de 1936, una placa conmemorativa con el nombre de “Plaza de Ramón Sijé”, pronunciando una alocución Miguel Hernández, recordando a Sijé. 15.- Plaza de Santiago En esta plaza se encontraba el despacho del abogado Juan Bellod, adonde acudía Ramón Sijé para asistir a las reuniones de la revista El Gallo Crisis, cuyo secretario era dicho abogado.
ITINERARIO 16.- Convento de los Padres Capuchinos En este convento se gestó la publicación de la revista El Gallo Crisis, dirigida por Ramón Sijé y auspiciada por el capuchino Fray Buenaventura de Puzol, residente en este convento. 17.- Cementerio El día 25 de diciembre de 1935 fue enterrado Ramón Sijé en este cementerio. Miguel Hernández acudió en varias ocasiones a visitar la tumba de su amigo, tal como se recoge en unas fotografías realizadas el 22 de abril de 1936.
Miguel Hernández visitando el cementerio de Orihuela el 22 de abril de 1936
TEXTOS HERNANDIANOS EVOCANDO A RAMON SIJÉ Quisiera que esta piedra y esta plaza llevaran para siempre el nombre que les ha sido impuestos: Ramón Sijé. Bajo el sonido de este nombre se me ha ido un compañero del alma, y Orihuela ha perdido su más hondo escritor y su más despejado y varonil hombre. Su vida ha sido precipitada, tormentosa y luminosa, como la del rayo y, como la del rayo, ha buscado precipitadamente la tierra. Orihuela se ha dado cuenta a su muerte, ya que siempre es la muerte cuando nos damos cuenta del valor de ciertas vidas, de la grandeza del hijo que habíamos criado casi sin advertirlo. He sabido con emoción que en su entierro se disputaba el pueblo el peso de su cuerpo en el ataúd, y sé que él lloraría de emoción en la intimidad de las tablas a las que todos están destinados como sólo saben llorar los muertos: sin necesidad de lágrimas, voz ni ojos. Sé que su alma anda desde hoy con la precipitación con que solían andar su corazón y su cuerpo-, anda y recorre esta plaza y le complace su soledad cotidiana, que acrecientan las siestas, las lluvias y las casas cerradas. Hemos perdido con Ramón Sijè a un genial escritor, si aún temprano de sazón, ya tardío en humanidad. Con una luz sobrenatural en el corazón y en el entendimiento, lo veía todo, lo sentía todo, lo sufría, le angustiaba y le hacía vivir muriendo todo: desde el sentimiento del amor hasta el pensamiento de la muerte. Fue un héroe y resistió mientras pudo
TEXTOS HERNANDIANOS a pie firme las violentas tempestades que se organizaron y chocaron de continuo entre su corazón y su cerebro. Pocos hombres han vivido una vida interior tan intensa y sangrientamente volcánica como Ramón Sijé. Veintidós años contó sobre la tierra y se ha llevado la dolorosa experiencia de ciento bajo ella. Cayó agotado por tremenda pelea inacabable de sus pensamientos y sus sentimientos, sus trabajos y sus fatigas. Un día escribiré las memorias de su vida, que a cada paso y recuerdo adquiere en mí caracteres de tragedia. Pueblo donde ha nacido y agonizado esta gran criatura: todos los homenajes que le hagamos se los merece. Procuremos que éstos resulten lo más duradero y de verdad y lo menos teatrales y de relumbrón posibles. Yo sé que él aceptará los mejores y rechazará los otros: que, aunque parece que a los muertos todo les da lo mismo, no es así. Y si algunos del cementerio darían las gracias si pudieran por verse entre mármoles y hojarasca, otros se indignarían. Ramón Sijé, verá desde la tierra que ocupe lo que hagamos por él, y juzgará desde su sombra, y no hablará, porque ya su oficio es callar como el de un muerto. (Texto de Miguel Hernández leído por el poeta en la Plaza de Ramón Sijé el día 14 de abril de 1936)
TEXTOS HERNANDIANOS ELEGÍA (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería) Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta. Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte
TEXTOS HERNANDIANOS y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte. Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irán a cada lado disputando tu novia y las abejas. Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
A TI, RAMÓN SIJÉ Amigo, cuando pienso en tu lejana figura, te recuerdo en tu balcón, con un lado de faz en la mañana y otro en la habitación. Tu mirada magnífica y caliente (de tan caliente parece que quema) desciende sobre un libro. Espesamente suena tu voz recitando un poema. Tu tez atardecida, lo está más bajo el sol que se vuelca en ti con brío, y, como de ella misma, por detrás de la frente, te borra, tierno, el río.