Sta Edit Stein-carmelita "No tengo por qué preocuparme, sino orar mucho para permanecer fiel en cualquier situación". Oración y fidelidad a su propia vocación: ésta era su disposición frente a la posible deportación y a la muerte. A medida que recibía noticias alarmantes de Alemania, iba tomando fuerza poco a poco su intuición del martirio, hasta convertirse en preparación convencida. Ya desde el ultimo año que pasó en Colonia se había sentido en profunda armonía con la reina Ester del Antiguo Testamento, esa mujer fuerte, valerosa, dispuesta a ofrecer su propia vida por la salvación de su pueblo. Ahora Edith puede decir: "Estoy segura de que el Señor ha aceptado mi vida por todos.,. Ester había sido escogida de entre su pueblo precisamente para interceder ante el rey por ese mismo pueblo suyo. Yo soy una pequeña Ester pobre e impotente, pero el Rey que me ha escogido es infinitamente grande y misericordioso. Y éste es un gran consuelo". Era un pensamiento que no la abandonaba nunca. En 1941, para el onomástico de la Priora, Madre Antonia, compuso una poesía titulada Diálogo nocturno, en la que el protagonista era la reina Ester. En el momento trágico, Ester se acerca al soberano para implorar la salvación de su pueblo. Sumergida en una experiencia extática nocturna, se le aparece "un monte desnudo, y en el monte una cruz, y en la cruz estaba enclavado Alguien que sangraba por mil llagas... " La cruz constituye el centro de toda la vida espiritual de Edith. Pero de manera especial cuando se encarniza la persecución contra los hebreos, en el Carmelo se sitúa incondicionalmente al pie de la cruz.El domingo de pasión de 1939 pidió licencia para ofrecerse como"víctima de expiación al Sagrado Corazón de Jesús por la verdadera paz". Aquellos días redacta su testamento, que termina con estas palabras: "Desde ahora acepto la muerte que Dios me