Himne De las benditas almas del purgatorio María Simma
El sol se va a su puesta Se rompe al horizonte. Al recibir los dones del Padre, explosión de su amor. La luz que lo revela disipa la tiniebla: el Redentor del hombre, Jesús, el Salvador. Abrid a nuestros días el signo d'Emaús. Que entre el lloro y las dudas notemos vuestra ayuda. Fieles a la Escritura, Como alimento, el Pan roto, alcemos les voces a decir-vos: "Venid, Señor, Jesús!" Quedad-vos con nosotros, velad en nuestra noche. En horas de tiniebla Abrid-nos el camino. Acompañar en de ruta al pueblo peregrino; que avance hacia su término, el gozo sin fin. Que este atardecer os plazca El honor que os blindamos; Que por vos, llegue al Padre, lo inspire el Espíritu.
Dad-nos-lo aquĂ bajo, caminando hacia el cielo, reposo para tomar fuerzas antes del gozo eterno.