WEYDEN, Rogier van der Retablo de los siete sacramentos, 1445-50 Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes
Los sacramentos de la Iglesia
Los Sacramentos en general El día de Pentecostés se inauguró un tiempo nuevo en el que “Cristo manifiesta, hace presente y comunica su obra de salvación mediante la liturgia de la Iglesia” (CCE 1076)
La Iglesia, unida a su Señor y bajo la acción del Espíritu Santo, bendice al Padre por su don inefable, mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias.
Los Sacramentos en general
La Iglesia no deja de presentar además al Padre “la ofrenda de sus propios dones” (los que El nos ha dado) y de implorar al Espíritu Santo que venga sobre esta ofrenda, sobre la Iglesia misma y el mundo entero, a fin de que, por la comunión en la muerte y resurrección de Cristo-sacerdote y por el poder del Espíritu, den frutos de vida. (CCE 1083)
Los Sacramentos en general
El Misterio Pascual ocupa un lugar central en la vida de Cristo. Durante su vida terrestre, Jesús lo anuncia con su enseñanza y lo anticipa con sus actos.
Este es el acontecimiento que no pasa: Jesús muere, es sepultado, resucita de entre los muertos, y está sentado a la derecha del Padre.
Sentado a la derecha del Padre y derramando el Espíritu Santo sobre su Cuerpo, que es la Iglesia, Cristo actúa ahora por medio de los sacramentos.
Los Sacramentos en general
Los sacramentos expresan las realidades sobrenaturales de la gracia, a semejanza de la vida terrena:
nacemos a la vida sobrenatural por el Bautismo,
mantenemos la vida con el alimento de la Eucaristía y nos fortalecemos con la Confirmación
curamos nuestras heridas mediante la Penitencia,
y con la Unción de enfermos nos preparamos para el viaje que acabará en el cielo.
El Orden sacerdotal procura los ministros de la Iglesia,
y el Matrimonio, que con los hijos perpetúa la sociedad humana y hace crecer la Iglesia.
Los Sacramentos en general
“Toda la vida litúrgica de la Iglesia gravita en torno al sacrificio eucarístico y los sacramentos” (CCE 1113)
Los sacramentos existen por y para la Iglesia: -por ella, porque ella es el sacramento de la acción de Cristo y del Espíritu Santo; -para ella, porque los sacramentos constituyen la Iglesia. (cfr. CCE 1118)
1. Qué son los sacramentos
El
La Iglesia ha precisado a lo largo de los siglos, que, entre sus celebraciones litúrgicas, hay siete que son, en sentido propio del término, sacramentos instituidos por el Señor.
término alcanzó su sentido técnico actual en el s. XII.
Santo
Tomás realizó un escrito breve en el s. XIII que tituló ‘Sobre los artículos de fe y los sacramentos de la Iglesia”.
1. Qué son los sacramentos
“Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia, por los que se nos dispensa la vida divina” (CCE 1131) Signo sensible es una cosa conocida que manifiesta otra quizá oculta Pero decimos también signo eficaz, porque el sacramento no sólo significa, sino que produce la gracia (el humo sólo significa el fuego, pero no lo produce).
No son signos meramente convencionales, sino que se basan en una aptitud natural para significar cuál es su efecto: lavar con agua, ungir, alimentar, etc.
2. El porqué de la institución de los sacramentos
En la vida humana los signos y símbolos son importantes. El hombre expresa y percibe las realidad no materiales a través de símbolos materiales.
Igual que la Santísima Humanidad de Cristo es el instrumento unido a la Divinidad del que se sirve el Verbo para realizar la Redención, así las cosas o acciones de los sacramentos son los instrumentos separados por los que Dios nos santifica, acomodándose a nuestra manera de ser y de entender.
3. Jesucristo instituyó los siete sacramentos
Todos los sacramentos han sido instituidos por Jesucristo, que es el autor de la gracia. En los siete sacramentos están atendidas todas las necesidades de la vida sobrenatural del cristiano. No en todos los casos aparece en los Evangelios el momento preciso de su institución. Los apóstoles imitaron la manera de hacer que vieron en Cristo, su Maestro. Hicieron lo que Él hacía.
3. Jesucristo instituyó los siete sacramentos
Las palabras y las acciones de Jesús durante su vida oculta y su ministerio público eran salvíficas, y anticipaban la fuerza de su misterio pascual. Anunciaban y preparaban aquello que Él daría a su Iglesia cuando todo tuviese su cumplimiento. Preparaban también a los apóstoles, para seguir actuando después a través de ellos. (cfr. CCE 1115)
4. Inmutabilidad y cambios
“Ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad”
Incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio, sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso a la liturgia”
La Iglesia puede introducir tantos cambios como considere oportuno, pero no en lo que es esencial al signo sacramental. (CCE 1125)
5. Integridad del signo sacramental
El ministro ha de observar fielmente los libros litúrgicos aprobados por la autoridad competente.
En caso de no hacerlo,
•
si el cambio realizado es accidental, el sacramento existe, es válido.
•
si el cambio es substancial, se convierte en un rito vacío, y no es válido.
El cambio será accidental o sustancial, en la materia o forma del sacramento, de acuerdo con la común estimación de los hombres: es la misma materia, se ha dicho lo mismo, o no.
6. Efectos de los sacramentos
Los sacramentos, si se reciben con las disposiciones requeridas, producen como fruto: Gracia santificante: la dan o la aumentan. b) Gracia sacramental: un derecho a recibir de Dios la ayuda necesaria para cumplir las obligaciones contraídas al recibir aquel sacramento. c) Carácter. El bautismo, confirmación y orden sacerdotal conceden además el carácter, que es una señal espiritual e imborrable, que confiere una peculiar participación en el sacerdocio de Cristo. a)
7. De qué se compone un sacramento
Un sacramento se compone de materia y forma, -es una analogíay precisa del ministro que lo realiza con la intención de hacer lo que hace la Iglesia.
La materia es la realidad o acción sensible, como el verter agua natural en el bautismo, o los actos del penitente en la confesión (contrición, confesión y satisfacción). La forma son las palabras que al hacerlo se pronuncian. Ambos deben darse unidos, para respetar el carácter de signo.
8. Sacramentos de la fe “Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios. Como signos tienen también un fin pedagógico: no solo suponen la fe, también la fortalecen, la alimentan y la expresan con palabras y acciones. Por eso se llaman sacramentos ‘de la fe’ ”. (SC 59, CCE 1123).
“La fe de la Iglesia es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse a ella”. ( CCE 1124).
9. Los sacramentos, prefigurados en el AT
Algunos ritos de la Ley Antigua son figura de los sacramentos:
la circuncisión, prefigura el Bautismo; el cordero pascual y los panes ázimos prefiguran la Eucaristía; los ritos de purificación, la confesión; la consagración de los levitas, el orden sacerdotal.
No conferían la gracia santificante, sino que la anunciaban y disponían a ella.
10. Efectos y necesidad de los sacramentos
“Aunque Dios Nuestro Señor nos concede la gracia de muchos modos, ha instituido expresa y libremente estos siete signos eficaces, para que de una manera estable, sencilla y asequible a todos, los hombre puedan hacerse partícipes de los méritos de su Redención”. (ECP 78)
Los sacramentos no sólo son importantes sino necesarios, para vivir una vida cristiana y perfeccionarla.
Obran ‘ex opere operato’, es decir, en virtud de los méritos de Cristo. Por tanto, dan siempre la gracia si se reciben con las debidas disposiciones, y si no se recibe más gracia no es por culpa del sacramento, sino por falta de preparación.
10. Efectos y necesidad de los sacramentos
“El fruto de la vida sacramental consiste en que el Espíritu de adopción ‘deifica’ a los fieles, uniéndolos vitalmente al Hijo, nuestro Salvador.” (CCE 129)
Son ‘sacramento de vivos’ aquellos que han de recibirse en gracia, y que sólo accidentalmente pueden producir la gracia primera. Los ‘sacramentos de muertos’ son los que comunicación la gracia primera, o gracia santificante: el bautismo y la penitencia.
El único obstáculo a la gracia es la mala voluntad de la persona, que se manifiesta en no rechazar el pecado o no querer arrepentirse de las malas acciones cometidas.
10. Efectos y necesidad de los sacramentos
“Los sacramentos del bautismo, de la confirmación y del orden sacerdotal confieren, además de la gracia, un carácter sacramental o sello por el cual el cristiano participa del sacerdocio de Cristo y forma parte de la Iglesia según estados y funciones diversas.”
“Esta configuración con Cristo y con la Iglesia, realizada por el Espíritu, es indeleble; permanece para siempre en el cristiano como disposición positiva para la gracia, como promesa y garantía de protección divina y como vocación al culto divino y al servicio de la Iglesia.
Por tanto estos sacramentos no pueden ser reiterados”. (CCE 1121)
11. Sobre los ministros
El ministerio ordenado o sacerdocio ministerial esta al servicio del sacerdocio común de los fieles. Garantiza que en los sacramentos sea Cristo quien actúa en favor de la Iglesia.
Solo el hombre debidamente ordenado o, al menos, elegido con este fin por la legítima autoridad, puede administrar los sacramentos.
Es siempre Cristo quien actúa, el ministro principal. El ministro inmediato es sólo un representante de Cristo.
Ministro ordenado: es necesario para todos los sacramentos, a excepción del bautismo y el matrimonio. Ministro ordinario: aquel a quien por oficio corresponde administrar un determinado sacramento. Ministro extraordinario: quien puede hacerlo en caso de necesidad o por una delegación especial.
11. Sobre los ministros No se precisa la fe ni el estado de gracia del ministro, para la validez del sacramento. (Concilios de Constanza y Trento, y otros) (Aunque no es lícito administrarlos sin estar en estado de gracia.)
El
Debe tener intención actual o virtual. La intención habitual sería culposa en el ministro, pero el sacramento seria válido. (Intención de hacer lo que hace la Iglesia).
ministro ha de manifestar atención externa, y mejor si también tiene atención interna.
12. Obligación de administrar los sacramentos
“Los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por el derecho recibirlos.” (CIC 843)
Esta obligación es grave si la necesidad es grave, incluso con notable incomodidad. Y más si es su pastor propio.
Por
otra parte nunca es lícito administrar un sacramento a un sujeto incapaz de recibirlo.
12. Obligación de administrar los sacramentos
Nunca se puede simular un sacramento. (Hacer creer al fiel que sí lo ha recibido, cuando no ha sido así)
Si
es lícita la disimulación, cuando existen motivos proporcionados..
Es posible administrar un sacramento de forma condicional: “Si no estás bautizado, Yo te bautizo en el nombre del Padre ,…”
Un propósito para avanzar
Agradece al Señor la institución de los siete sacramentos, y demuestra la estima preparándote muy bien para recibirlos.
Recibe con frecuencia los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía.