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Alban Gerhardt. Foto: Archivo del artista
La Orquesta Filarmónica es orgullo de la ciudad en esta Nueva Bogotá. Hoy, es más que una Orquesta reconocida por su alta calidad, pues su trabajo se ha extendido al ámbito pedagógico con su Proyecto Filarmónico Educativo en el que participan 25.000 niños y jóvenes de nuestros colegios distritales, 12 centros filarmónicos locales y 8 hospitalarios. La Orquesta que escuchamos en esta oportunidad es la gestora de una red de orquestas, bandas y coros infantiles y juveniles que están ampliando la oferta cultural en Bogotá. Aplausos sonoros para nuestra Filarmónica.
Enrique Peñalosa Londoño Alcalde Mayor de Bogotá
Orquesta Filarmónica de Bogotá Desde su creación en 1967 la OFB hace parte de la estructura administrativa de la ciudad. A su apreciada actividad de conciertos se suma el programa de formación de músicos jóvenes. Esto asegura la continuidad de la Orquesta, la búsqueda de la excelencia profesional, la elevación del nivel interpretativo y el acceso a nuevos públicos. Desde su inicio, la OFB buscó al público con conciertos estables en salas, como ha ocurrido con el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia y con otros escenarios que son referentes en la ciudad. A la par, la Orquesta se ha presentado en escenarios de la comunidad como escuelas, colegios y universidades, iglesias, plazas públicas, centros comerciales, estaciones de Transmilenio, parques locales y metropolitanos. La OFB ofrece conciertos con repertorio en formato sinfónico, ha interpretado obras de compositores colombianos, especialmente, compuestas para la Orquesta, asi como también encarga arreglos sinfónicos de música de tradición popular que han sido grabados en soportes como vinilos, casetes, CD y DVD y desde 2018 circulan en diversas plataformas digitales. La OFB ha ganado premios Grammy Latinos en dos oportunidades: en 2008 por Mejor Album Instrumental 40 años y en 2018 como reconocimiento a la ingeniería de sonido de Rafa Sardina por el CD 50 Años Tocando Para Ti, con arreglos de música tradicional colombiana con el que conmemoró cincuenta años ininterrumpidos de labores. En cincuenta y un años la OFB ha contado con diecisiete directores titulares, un elevado número de importantes invitados, la presencia de solistas visitantes y las presentaciones de destacados solistas integrantes de sus propias filas.
Andrés Felipe Jaime Director Asistente • Colombia
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FEB
3 P.M.
Entrada libre
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4 P.M.
Entrada en taquilla o en www.tuboleta.com CP. ELI 321
Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia
Fotografía Kike Barona
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Programa Concierto para orquesta en Mi Bemol, Dumbarton Oaks (1937-38) Igor Stravinsky (Rusia, 1882 Estados Unidos, 1971)
Intermedio
Tempo giusto Allegretto Con moto
Sinfonía (Obertura) Serenata Scherzino - Allegro - Andantino Tarantella Toccata Gavotta con due variazioni Minuetto e Finale
Sinfonía No. 104 en Re Mayor, Londres, Hob. I:104 (1795) Joseph Haydn (Austria, 1732 – 1809)
Pulcinella, suite para orquesta (1919-20, rev 1949) Igor Stravinsky (Rusia, 1882 Estados Unidos, 1971)
Adagio — Allegro Andante Minuet. Allegro - Trio Finale. Spiritoso
Créditos editoriales: • Igor Stravinsky. Concerto in E-flat “Dumbarton Oaks”. Schott, Representación Piles Latinoamérica. • Igor Stravinsky. Pulcinella Suite. Editor: Boosey & Hawkes London.
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Notas al programa Ricardo Rozental Pulcinella es de 1920 y el breve concierto para orquesta Dumbarton Oaks, de 1938. A pesar del tiempo entre ambas composiciones de Stravinsky, se hallan dentro de una misma vena: son distintas a los ballets del Pájaro de fuego y la Consagración, y próximas a los modelos barrocos de los que partieron ambas piezas. Los estudiosos de la obra de Stravinsky solían referirse a unos «estilos» o periodos que caracterizaban su obra. Al primero, dentro del que están sus famosos ballets de juventud le llamaban «primitivo», seguido de uno «neoclásico» y otro «serialista». Esas denominaciones buscaban facilitar la comprensión de sus obras mientras todavía parecían contemporáneas, simplificaban el entendimiento de esa compleja producción. Historiadores especializados como Richard Taruskin rechazan esos llamados «estilos», y traen a consideración elementos adicionales. Pulcinella no encaja dentro del llamado neoclasicismo porque le antecede y por la relación entre el compositor, el empresario de los Ballets Russes, Serge Diaghilev, el coreógrafo y los decoradores. Stravinsky habitualmente se involucró al punto de ser un integrante del equipo de producción con influencia sobre todos los aspectos, al punto ideal de que la composición antecedía o por lo menos corría pareja con los demás elementos. En Pulcinella la situación fue distinta y anómala, como lo precisa Taruskin: la música para este ballet es un arreglo libre e imaginativo, pero no una creación de Stravinsky, sin negar que posee su propia entidad en una cuidadosa relación entre texturas, dinámicas, tonalidades y colores instrumentales. Correspondencia de 1919 entre el director Ernest Ansermet y Stravinsky menciona que entre el empresario y el coreógrafo Léonide Massine estaban planeando un ballet Pergolesi-Picasso y que el compositor sería Manuel de Falla. Esto implicaba arreglar la música de Pergolesi, del barroco tardío, que Diaghilev había conseguido en Nápoles y Roma, para unas coreografías basadas en manuales de danza de los 1700 que el empresario adquirió en subasta para su coreógrafo, con el fondo de unos decorados elaborados por alguno de los pintores famosos con los que trabajaba la compañía. A última hora, con la coreografía diseñada, cuando ya sólo faltaba la música, se le solicitó a Stravinsky que la
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proveyera velozmente. Es tan poco lo que hay del compositor ruso en la suite del ballet, que los carteles para el estreno ofrecieron para esa función del 18 de mayo de 1920 en la Ópera de París a «Pulcinella. Música de Pergolesi, arreglada y orquestada por Igor Stravinsky». La base de partida son piezas de Pergolesi y otros compositores barrocos con una mano de Stravinsky que se siente poco. De los dieciocho números que integraban la suite original para el ballet, años más tarde, el compositor hizo una reducción a nueve fragmentos que integran la breve suite instrumental con algunos acentos más propios, pero como un producto derivado de música preexistente. El concierto para orquesta Dumbarton Oaks fue el encargo que cumplió Stravinsky para el acaudalado diplomático Robert Wood Bliss y su esposa Mildred, quienes solicitaron una obra de cámara apropiada para hacer en la sala de música de su mansión en Washington, D.C. en celebración de sus treinta años de matrimonio. La obra es un nuevo derivado del barroco, menos evidente, con fuertes influencias magníficamente camufladas, del Concierto brandemburgués No. 3 de Bach. La pieza se estrenó, dirigida por Nadia Boulanger, la famosa pedagoga que había facilitado el encargo, en la mansión llamada Dumbarton Oaks. Stravinsky estaba en Suiza, preocupado por la salud de su familia de la que a la postre no sobrevivieron su hija mayor y su primera esposa. El compositor dirigió el estreno europeo en Suiza y poco después logró trasladarse a los Estados Unidos en donde más tarde la dirigió mientras conseguía escapar a los horrores de la guerra y a la repulsión que los nazis sentían por su obra. La última sinfonía que escribió Haydn, la final en el grupo de doce que compuso en Londres, está poblada de los elementos que hicieron que, a finales del siglo XIX, se redescubrieran los méritos en las obras de Haydn, quien fue echado al olvido durante buena parte del siglo XIX, justo después de su muerte. A pesar de que los románticos europeos tildaron la obra de Haydn de excesivamente racional y fría, lo cierto es que en esta sinfonía, más que en otras, resaltan su buen humor, la capacidad de hacer bromas musicales y una disposición para la sorpresa y la conmoción con elementos que rompen el pulso rítmico claro y sostenido mediante el recurso a lo inesperado. La 104 podría ser la sinfonía más cercana al romanticismo germano de todas las de su autor y de la que su falta de aprecio privó a los románticos de un disfrute y enseñanzas con las que habría salido ganando.
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Andrés Felipe Jaime Desde 2018 el maestro Andrés Felipe Jaime se desempeña como director asistente de la OFB, después de tres temporadas como Director Titular de la Sinfónica de Antioquia. En los Estados Unidos ha dirigido la Fort Worth Symphony, TCU Symphony, Frost Symphony, y miembros de The Cleveland Orchestra, entre otras. En Colombia ha estado al frente de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Filarmónica de Medellín, Filarmónica de Cali, Sinfónica EAFIT, y la Filarmónica Joven de Colombia.
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Fotografía: Kike Barona
Fotografía: Kike Barona
El maestro Jaime nació en Medellín, y es graduado de la Universidad EAFIT. Realizó maestrías en violonchelo y dirección en la Texas Christian University, y doctorado en dirección en la University of Miami. Tiene una amplia experiencia como investigador y promotor de la música latinoamericana, y es coautor del catálogo Latin Orchestral Music, proyecto que busca difundir la música orquestal de compositores de América Latina.
Fotografía: @TeattroMayor.JuanDiegoCastillo.
Director Asistente • Colombia
Madama Butterfly de Giacomo Puccini
13 y 15 17
MAR 8 P.M.
MAR 5 P.M.
Teatro Mayor Juilo Mario Santo Domingo Entrada en taquilla o en www.primerafila.com CP. TDI 917
Fusión Filarmónica Juvenil Fotografía: @TeattroMayor.JuanDiegoCastillo.
Rodolfo Fischer • Director invitado - Chile Alejandro Chacón • Director escénico - Argentina Coro de la Ópera de Colombia Director: Luis Díaz-Herodier Solistas: Alexia Voulgaridou • Soprano - Grecia (Cio-Cio-San) César Gutiérrez • Tenor - Colombia (Pinkerton) Asude Karayavuz • Mezzosoprano - Turquía (Suzuky) Marcelo Guzzo • Barítono - Uruguay (Sharpless) Manuel Franco • Tenor - Colombia (Goro) Christian Díaz • Bajo - Colombia (Bonzo) Coproducción Ópera de Colombia y Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
Próximamente podrás descargar la app de la Orquesta Filarmónica de Bogotá ¡La OFB contigo y conmigo! ¡Espérala!
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Andrés Felipe Jaime
Andrés Felipe Jaime
Director Asistente • Colombia
Director Asistente • Colombia
Alban Gerhardt Violonchelo • Alemania
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8 P.M.
FEB
6 P.M.
Teatro Mayor Juilo Mario Santo Domingo
Iglesia El Claret Calle 44 sur # 28 - 61
Entrada en taquilla o en www.primerafila.com
Entrada libre CP. DES 603
Fotografía archivo del artista
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Fotografía archivo del artista
CP. PCD 717
Programa
Intermedio
Los colores (2003) Andrés Posada (Colombia, 1954)
Concierto para violonchelo en Mi Menor, Op. 85 (1919) * Edward Elgar (Reino Unido, 1857 – 1934)
Fotografía archivo del artista
Guía orquestal para la juventud (1945) Benjamin Britten (Reino Unido, 1913 – 1976) • Tema - Allegro maestoso e largamente •Variación A - Presto • Variación B - Lento • Variación C - Moderato • Variación D - Allegro alla marcia • Variación E - Brillante: alla polacca • Variación F - Meno mosso • Variación G - Lusingando • Variación H - Cominciando lento ma poco a poco accel al Allegro • Variación I - Maestoso • Variación J - L’istesso tempo • Variación K - Vivace • Variación L - Allegro pomposo • Variación M - Moderato • Fuga - Allegro molto
Adagio; Moderato Lento; Allegro molto Adagio Allegro - Moderato - Allegro, ma non troppo - Poco più lento Adagio
*Esta obra se interpretará solamente el 15 de febrero
Créditos editoriales: • Young Person’s Guide to the Orchestra by Benjamin Britten. Editor: Boosey & Hawkes London.
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Fotografía Kike Barona
Notas al programa Ricardo Rozental El compositor, investigador y pedagogo antioqueño Andrés Posada compuso Los colores en relación con un texto del escritor uruguayo Eduardo Galeano en el que menciona los colores blanco, azul, rojo, el color tierra y el verde. Sus obras suelen plantear un uso inquietante del espacio sonoro. Es un explorador de las combinaciones de colores instrumentales y ofrece estructuras claras en las que el público se encuentra a la vez cómodo, a gusto y en ambiente reconocible siempre con sorpresas y elementos inesperados. Su destreza y versación como orquestador aparecen combinadas con sutilezas como las que emplea en sus obras de cámara. Los dos compositores más sobresalientes del Reino Unido en el siglo XX están en este programa. Por muchas razones Britten resulta más renombrado, aunque Elgar lo hubiera antecedido y apareciera como si en su país, por fin, surgiera un sucesor de Henry Purcell (1659-95) llamado el Orfeo británico. Desde Purcell, cada país de Europa y de nuestro continente ha hecho aportes al repertorio de la tradición académica de occidente mientras el Reino Unido se contentaba con brindar intérpretes sobresalientes, editoriales musicales de primer orden, salas de concierto y teatros de ópera, festivales de primera línea, estupendas escuelas de música, maestros en la fabricación de instrumentos y agendas de eventos musicales que superaban a las ciudades más activas de Europa o Norteamérica. La obra de Britten fue un encargo del Ministerio de Educación de Inglaterra para acompañar una película destinada a la circulación escolar que presentaba los instrumentos sinfónicos. La música se solicitó a Britten en 1945, la película se llamó Instrumentos de la orquesta y comenzó a circular en 1946, el año final de la siguiente y todavía más mortífera II Guerra Mundial. Este compositor se basó en el rondeau que ocupa la segunda parte de la suite de Henry Purcell para la obra Abdelazar de 1695 que se le encargó escribir. El origen del rondeau
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se halla en la poesía y canción francesa anterior a Purcell, caracterizada, en música, por el retorno a un estribillo repetitivo que le da coherencia, unidad y ayuda a fijar en la memoria toda la pieza. Britten adaptó el tema de Purcell, originalmente concebido para un grupo de cuerda, con la eventual adición de un chémbalo, para la orquesta sinfónica de modo que le asignó partes a los vientos, maderas y metales, a la percusión y a todas las familias y miembros de la orquesta actual. Presenta el tema y luego permite que los colores y timbres característicos de los instrumentos vayan haciéndose protagonistas a medida que se desarrollan las variaciones sobre ese tema, hasta culminar con la percusión, tras lo cual se vuelve a juntar toda la orquesta en una fuga y el animado cierre de la obra. Es una de las composiciones más recurridas para la introducción al sonido de la orquesta y de sus instrumentos integrantes, pero sería equivocado creer que allí se agota su potencial pues queda resonando, por la calidad de su material, como una composición bien lograda. Elgar fue un compositor local y en sus obras resaltó lo que sus conciudadanos entendían como más representativo del gusto del país. Elgar los acostumbró a unas composiciones optimistas, de una alegría inmediata sin importar que fuera fugaz. Vino luego la Primera Guerra Mundial y con ella una pérdida de vidas sin precedentes para los ciudadanos del Reino Unido y del Imperio Británico que se sumaban entre patrióticos y desesperados a los ejércitos que resultaban diezmados por millares cada día, y que enterraban despedazados o envenenados por los gases a hombres de todas las edades y a mujeres en cantidades que no se habían conocido en el frente de batalla o en las proximidades de esos campos de lucha. La voz de Elgar se silenció casi del todo mientras duró la guerra y la recuperó poco después de que terminó. Pero era distinta. Varias personas cercanas a sus afectos habían fallecido, el país estaba devastado y una cantidad importante de sus jóvenes había muerto. Entre las primeras obras que compuso tras la guerra se encontraban piezas de cámara que sonaban sombrías o, como gustan llamarlas en su país, otoñales. Lo atribuyen a la personalidad depresiva del compositor que se encontraba golpeada por el conflicto, a una noción de haber sobrevivido a un evento de
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dimensiones imprevistas que sumió a muchos en una sensación de fin de los tiempos y a la certeza de que el mundo todo era distinto y que el musical había olvidado a este compositor. Al fin, escribió el concierto para chelo. La obra deja al instrumento solista una preeminencia devastadora, cuando la orquesta queda en silencio o en un plano muy callado, o con un manejo de los registros tan diestro que entre las cuerdas muy arriba y los restantes instrumentos muy abajo, al violonchelo le queda todo el centro del espectro sonoro para moverse con tremenda expresividad.
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Fotografía: Archivo del artista
Esto no bastó para que la obra iniciara su vida con buena acogida. Parece que en el estreno que dirigió Elgar, el solista estuvo muy bien y la orquesta muy mal debido al escaso tiempo de ensayo disponible. El compositor grabó la obra en dos ocasiones en las que también dirigió a los intérpretes y aun así no consiguió que esta, su última pieza de gran formato, sedujera. Hasta 1965, cuando la violonchelista inglesa de diecisiete años, Jacqueline du Pré presentó su versión y la grabó. Entonces el concierto de Elgar pasó a formar parte del repertorio de los violonchelistas y en las siguientes cinco décadas se hicieron más de cuarenta grabaciones a cargo de los solistas más sobresalientes del momento.
Alban Gerhardt Violonchelo • Alemania
En sus presentaciones se destacan un estilo cantable en su manera de abordar las interpretaciones y una imponente presencia escénica sin exhibicionismo. Ha sido reconocido en el Reino Unido como uno de los mejores chelistas del momento y en Alemania se ha dicho que es uno de los mejores chelistas vivientes. Su carrera de solista le permite libertad de desplazamientos e independencia para manejar su tiempo y un repertorio que abarca más de setenta obras entre las que se hallan todas las que se consideran fundamentales en el repertorio del violonchelo con orquesta, al lado de otras más recientes junto con composiciones de autores vivos. Es reconocido por ampliar el repertorio de su instrumento.
Fotografía: Archivo del artista
Alban Gerhardt toca en un violonchelo del siglo XVIII de Mateo Goffriller.
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Thomas Zehetmair
Ruth Killius
Director - Violín • Austria
Viola • Alemania
Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia Entrada libre
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4 P.M.
Auditorio Fabio Lozano Universidad Jorge Tadeo Lozano Entrada en taquilla o en www.tuboleta.com
Fotografía: Archivo del artista
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3 P.M.
Programa Sinfonía No. 49 en Fa Menor, Hob. I:49, La passione (1768) Joseph Haydn (Austria, 1732 – 1809)
Sinfonía No. 92 en Sol Mayor, Hob. I:92, Oxford (1789) Joseph Haydn (Austria, 1732 – 1809)
Adagio Allegro di molto Minuet - Trio Finale. Presto
Adagio - Allegro spiritoso Adagio Minuet - Trio Finale. Presto
Concierto para violín y viola en Si Menor (1932) Benjamin Britten (Reino Unido, 1913 – 1976) Allegro non troppo Rapsodia: Poco lento Allegro scherzando Intermedio
Créditos editoriales: • Benjamin Britten. Double Concerto for violin and viola. Representación Piles Latinoamérica.
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Notas al programa Ricardo Rozental Las dos sinfonías de Haydn en este programa, sumadas a la No. 104 que se ejecutó a comienzos de este mes, son magníficos ejemplos de cómo los equívocos se han adherido con terquedad a estas obras. Los nombres de Londres (104), La pasión (49) y Oxford (92) resuenan como tarjetas de identidad de esas obras a pesar de que su autor no las denominó así y de que la aparente asociación resulta negada por hechos comprobados. La Londres fue la última de doce que asocian al compositor con esa ciudad, motivo del viaje arreglado por el intermediario Johann Peter Salomon quien le brindó a Haydn la posibilidad de ir en varias oportunidades al Reino Unido. En la primera de ellas, poco después de haber salido del servicio doméstico a la familia Esterházy, la ocasión le mostró al compositor que podía ganarse la vida como artista independiente y, para su sorpresa y la de sus contemporáneos, que era posible percibir unos honorarios más que buenos, lo que solo ocurría del costado oeste del Canal de la Mancha. Llamar Londres a la última de una docena, no es admisible y por eso los historiadores prefieren referirse a todo el grupo como «Las sinfonías Londres». El nombre de La pasión se justificó, por equivocación, por el sombrío primer movimiento, lento y en modalidad menor. También porque para hacer música profana en tiempo de cuaresma en una ciudad alemana durante la prohibición recurrieron a un subterfugio para ejecutarla. Finalmente, parece que la sinfonía guarda alguna relación con una obra de teatro popular en Viena en los años de su composición que trata sobre un cuáquero y, puesto que el personaje se identifica por su práctica religiosa, a alguien se le ocurrió que La pasión traducía algo del carácter del cuáquero. La Oxford fue una de las obras de Haydn que el compositor presentó en esa ciudad universitaria tras la concesión del doctorado honorífico. Lleva ese nombre a pesar de que la pieza no fue compuesta para la ocasión, ni estrenada allí, ni fue la única que hizo interpretar, pues había sido escrita en París y estrenada antes del viaje a Inglaterra. En ambas sinfonías de este programa, la 49 y la 92, sobresalen aspectos que el compositor manejaba con destreza como la sorpresa con giros inesperados o su combinación al crear tensión y acumularla para luego producir una bienve-
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nida relajación con su correspondiente efecto emocional. Maravilla que el doble concierto de Britten compuesto en 1932 sea una obra bastante novedosa en el repertorio, pues a duras penas lleva más de veinte años en circulación. El compositor había comenzado sus estudios en el Royal College of Music de Londres en 1930 y esta obra data de cuando tenía dieciocho años. Dejó terminados los bocetos sin revisar y es posible que no hubiera querido estrenar este concierto por la falta de compromiso y el mal desempeño de la orquesta de su conservatorio. Quedan, igualmente, algunas anotaciones del compositor que dan cuenta de su insatisfacción con fragmentos de la obra o por lo menos la sugerencia de que le resultaría necesario volver a trabajar en ellos. Como fuera, la obra quedó guardada y sin estrenar hasta cuando se encontró entre los papeles póstumos de Britten y se le encargó la preparación de una edición para publicar a Collin Matthews, compositor británico que en el decenio de 1970 fue asistente de Britten. En su trabajo como editor, Matthews resaltó que en realidad fue poco lo que debió hacer en términos de orquestación o en la escritura de las partes solistas para el violín y la viola puesto que el trabajo de su autor estaba bien detallado, era preciso y armonioso al punto de requerir apenas una buena transcripción. El concierto se estrenó en el Festival de música de Aldeburgh, evento que fundaron Britten y el tenor, y compañero de años del compositor, Peter Pears, en junio de 1997 con la Orquesta Britten-Pears dirigida por Kent Nagano. Los solistas fueron Katherine Hunka, violín y Philip Dukes, viola. La primera grabación se hizo en 1998 con la Orquesta Sinfónica de Manchester, conocida como La Hallé, para el sello Erato con la participación solista de Gidon Kremer, violín y Yuri Bashmet, viola, dirigidos por Nagano. En el escaso tiempo transcurrido desde su estreno, la obra ha ganado adeptos entre los intérpretes y el público. Está dotada de la frescura de otras composiciones de la adolescencia de Britten como su conocida y apreciada Sinfonietta (1932) con la que comparte elementos comunes en su escritura. La obra es una adición muy bienvenida para el reducido repertorio de conciertos dobles para violín y viola y no reclama de la benevolencia del público para con una obra de tan joven compositor. En cambio, resalta por la calidad de la escritura concertista que opone interesantemente a los solistas con el grupo orquestal, reparte eficazmente las partes entre ambos solistas y les proporciona lucimiento para el característico sonido y color de sus instrumentos.
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Thomas Zehetmair Director - Violín • Austria
Thomas Zehetmair se desempeña como director de orquesta y violinista. Ha dirigido agrupaciones como la Orchestre de Chambre de Paris, Royal Northern Sinfonia, Saint Paul Chamber Orchestra, Musikkolegium Winterthur y dirigirá desde este año la Stuttgarter Kammerorchester. Es un violinista con un repertorio vastísimo y numerosas grabaciones entre las que se destacan producciones premiadas por revistas y asociaciones especializadas en Francia, Alemania e Inglaterra, entre otras.
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Fotografía: Archivo del artista
Es frecuente encontrarlo presentándose en dúo con su esposa la violista Ruth Killius. Son los fundadores del Cuarteto Thomas Zehetmair, ofrecen sonatas para sus instrumentos o actúan frente a orquestas en programas de conciertos para doble instrumento solista de violín y viola.
Ruth Killius Viola • Alemania
Ruth Killius es considerada como una de las violistas más sobresalientes de este siglo y responsable de la resaltada presencia de su instrumento en la actualidad. Se formó con los violistas Ulrich Koch y Kim Kashkashian, se desempeñó como primera viola de la Camerata Bern y ha sido solista con orquestas de los Estados Unidos, Europa, Australia y Corea. Su repertorio abarca los clásicos para viola y ha estrenado numerosas obras entre las que se encuentran las de compositores como Ferneyhough, Carter y Holliger. En sus recitales presenta obras de Bach, Scelsi, Zimmermann y Hindemith.
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Fotografía: Archivo del artista
Fundó el Cuarteto Thomas Zehetmair con su esposo en 1994 y allí ha presentado obras de Hindemith, Carter y Holliger, entre otros, que les valieron premios en Francia e Inglaterra. Está por aparecer su grabación del doble concierto para viola y violín de John Casken.
Orquesta Filarmónica de Bogotá Director asistente: Andrés Felipe Jaime • Colombia Violines I Luis Martín Niño Rodríguez (Concertino principal) Mauricio González Velásquez (Concertino alterno) Todor Ivanov Harizanov (Concertino alterno) Marilyn Louise Prasil Blanca Viviana Niño Rodríguez Luz Stella Rojas Robayo Liliana Parra Puerto Martha Romero Sánchez Jorge A. Valencia Casasbuenas Rodrigo Cottier Arce Ángela A. Sierra Ramírez Giuseppe Tejeiro Castiblanco Pablo Hurtado Taborda Douglas Isasis Boada Luis Enrique Barazarte Bastidas Violines II Tzanko Vesselinov Dotchev Olga C. Medina Vergara Mari Luz Monsalve Ospina Lenin L. Lozano Oviedo Víctor M. González Calcetero Daniel Luciano Herrera G. Beatriz Arroyo Sanabria Óscar F. Avendaño Ramírez Carlos A. Benavides Salcedo Julio César Guevara Díaz Juliana María Bello Bautista Luis Antonio Rojas Granada Herminson García Soto Luisa Elena Barroso Cabeza
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Violas Aníbal Dos Santos Pestana Esperanza Mosquera Escobar Sandra Arango Calderón Johanna Gutiérrez Páez Guillermo Isaza Fisco Ricardo Hernández Mayorga Robinson J. Ávila Cardona Ligeia Ospina Linero Julián D. Linares Chaves Luz Helena Salazar Amézquita Olga Lucía Hernández Madrigal Violonchelos Camilo Benavides Rey Juan G. Monsalve Ospina Victoria E. Delgado Montoya Andrea Fajardo Moreno Olga L. Ospina Serrano Cecilia Palma Román José Marco Giraldo Mesa Ana Isabel Zorro Leyva Juan Pablo Martínez Sierra Contrabajos Alexandr Sanko Julio C. Rojas Cubillos Mónica Suárez Quiceno Juan Miguel Celis Fajardo Jorge S. Cadena Díaz Julián Gil Cuartas Andrés A. Sánchez Angarita
Flautas Cristian M. Guerrero Rojas Fabio Londoño Ramírez Martha J. Rodas Blanco Luis Pulido Hurtado Oboes Orlín Petrov Petrov Amílkar Villanueva Romero Edna Barreto Soler
Trompetas Georgi Nikolaev Penchev Guillermo Samper Salazar Leonardo Parra Ríos Trombones Néstor Gueorguiev Slavov Luz A. Mosquera Varón Nelson A. Rubio Herrera Virgilio González Barinas
Oboe/Corno inglés Tuba Luz del Pilar Salazar Echeverry Fredy Romero Nieto Clarinetes Guillermo Marín Rodríguez Alcides Jauregui Urbina Ricardo Cañón García Edwin Rodríguez Sarmiento Clarinete/Clarinete bajo Ricardo Cañón García Fagotes Pedro A. Salcedo Rodríguez Eber J. Barbosa Castro Rossemarie Mosquera Escobar
Percusión William León Rodríguez Diana Alexandra Melo Reyes Rossitza Serafimova Petrova Víctor Hugo López Aguirre Santiago Esteban Suárez Rodríguez Arpa Martha Liliana Bonilla Zabala
Fagot/Contrafagot Sandra Duque Hurtado Cornos Jorge A. Mejía Fernández Jhon Kevin López Morales Carlos F. Rubio Rodríguez Gerney Díaz Gómez Miguel Á. Enríquez Burbano
Jefe de grupo Asistente jefe de grupo
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Musicos invitados Violín I Tatiana Patricia Bohórquez Cáceres Viola Andrea Carolina Sánchez Ruíz Violoncello Eliana Guadalupe Varela Aguilar Contrabajo Ricardo Alberto Puche Bravo Flauta Juan David Gutiérrez Toquica
JUNTA DIRECTIVA
Enrique Peñalosa Londoño Alcalde Mayor de Bogotá D.C.
María Claudia López Sorzano Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte
Darío Montenegro Trujillo
Corno Deicy Johana Restrepo Valencia
Gerente Canal Capital
Trombón Carlos Andrés Velosa Mendieta
Presidente ANDI
Trompeta Edgar Freddy Calvachi Revelo Juan Felipe Lince Ramírez Percusión Juan Sebastián Sánchez Duque Arpa Emmanuel Rivera Ángel Piano Juan Carlos de la Pava Dueñas
Bruce Mac Master Leo Katz
Empresario
Diego Quintero Múnera
Vicepresidente de Desarrollo Internacional Organización Sanitas Internacional
Sandra Meluk
Directora General
Nadia Campos Ávila - Diseño gráfico Oficina Asesora de Relacionamiento y Comunicaciones OFB Secretaría General - Imprenta Distrital Impresión
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Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Designada Ciudad Creativa de la UNESCO en 2012
atencionalciudadano@ofb.gov.co info@ofb.gov.co Orquesta Filarmónica de Bogotá Calle 39 bis no. 14-57 PBX. 288 34 66 ext. 163
filarmonibogota
Las sinfonías y conciertos están conformados por varios segmentos musicales dentro de una misma obra, llamados movimientos que, generalmente, se indican en el programa de mano. Lo adecuado es aplaudir únicamente al finalizar la obra completa y no entre los movimientos. Programación sujeta a cambios
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www.ofb.gov.co