Katia y Marielle Labèque
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La Orquesta Filarmónica es orgullo de la ciudad en esta Nueva Bogotá. Hoy, es más que una Orquesta reconocida por su alta calidad, pues su trabajo se ha extendido al ámbito pedagógico con su Proyecto Filarmónico Educativo en el que participan cerca de 25 mil niños y jóvenes de nuestros colegios distritales y de los 12 centros filarmónicos locales. La Orquesta que escuchamos en esta oportunidad es la gestora de una red de orquestas, bandas y coros infantiles y juveniles que están ampliando la oferta cultural en Bogotá. Aplausos sonoros para nuestra Filarmónica. Enrique Peñalosa Londoño Alcalde Mayor de Bogotá
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Designada Ciudad Creativa de la UNESCO en 2012
Las sinfonías y conciertos están conformados por varios segmentos musicales dentro de una misma obra, llamados movimientos que, generalmente, se indican en el programa de mano. Lo adecuado es aplaudir únicamente al finalizar la obra completa y no entre los movimientos.
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Marco Parisotto Director • Canadá
Matthias Rácz Fagot • Alemania
VIE
4 • 7:30 p.m.
Auditorio Fabio Lozano Universidad Jorge Tadeo Lozano CP: VFB606
sab
5 • 4 p.m.
Auditorio León de Greiff Universidad Nacional CP: OWX785
PROGRAMA Preludio a la siesta de un fauno Claude Debussy (Francia, 1862-1918)
Concierto para fagot
André Jolivet (Francia, 1905-1974) I. Recitativo II. Allegro gioviale III. Largo cantabile IV. Fugato
IV. Les entretiens de la Belle et de la Bête Mouvement de valse modéré. V. Le jardin féerique. Lent et grave.
La mar
Claude Debussy (Francia, 1862-1918) I. De l’aube a midi sur la mer. II. Jeux de Vagues. III. Dialogue du Vent et de la Mer.
Intermedio
Mi madre la oca
Maurice Ravel (Francia, 1875-1937) I. Pavane de la Belle au bois dormant. Lent. II. Petit Poucet. Très modéré. III. Laideronnette, Impératrice des pagodes. Mouvement de marche.
Créditos editoriales Concierto para Fagot de André Jolivet. Editor original Heugel (MSC). Representante exclusivo BARRY EDITORIAL (www.barryeditorial.com.ar)
Orquesta Filarmónica de Bogotá La Orquesta Filarmónica de Bogotá con 50 años de trayectoria y de la mano de su director artístico, el maestro español Josep Caballé-Domenech, tiene como propósito conquistar nuevos públicos y alcanzar un nivel en el que su calidad se sostenga en sus dos facetas más distintivas, la del repertorio clásico y popular o tradicional. La OFB ha interpretado las grandes obras de compositores universales y ha sido una de las orquestas de América Latina que ha ejecutado casi en su totalidad los ciclos de Mahler, Bruckner y Bartók. Entre sus directores titulares ha tenido a Jaime León, Dimitar Manolov, Francisco Rettig y otros en calidad de invitados, como Kent Nagano, Andrés Orozco-Estrada y Krzysztof Penderecki. Esta entidad adscrita desde su creación en 1967 a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de la Alcaldía Mayor de Bogotá ha sido la orquesta colombiana elegida para acompañar las misas campales de los Papas Pablo VI, en 1968, y Francisco I, en 2017. En 2008 la OFB se ratificó como una de las mejores de la región luego de ganar el Premio Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Instrumental, lo que le permitió tener mayor posicionamiento internacional, logro que sostuvo con las giras que hizo en Ecuador, Perú, Estados Unidos, Rusia, Italia y China. En enero de 2018 fue invitada a Santiago de Chile para acompañar en dos conciertos al tenor Plácido Domingo. La Orquesta ha incluido en su repertorio diversas propuestas que abarcan todos los tipos de público, como en efecto lo hizo cuando realizó una colaboración con la banda de heavy metal Kraken (2006), las fusiones filarmónicas con Andrés Cepeda, el Cholo Valderrama, Aterciopelados, Seresta, Totó la Momposina, Andrés Cabas, Puerto Candelaria, Janio Coronado, Bahía Trío, Mónica Giraldo y Choc Quib Town incluidas en el trabajo discográfico Mestizajes (2009), y en 2017, en el marco del cumpleaños 479 de Bogotá, con el cantautor cartagenero, Manuel Medrano.
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Recientemente, la OFB ha asumido una nueva tarea tras la creación de una red de orquestas, bandas y coros juveniles, que se han convertido en referentes artísticos de la música sinfónica y coral de Colombia. Este programa ofrece una importante alternativa de práctica profesional y ayuda a la democratización y diversificación de la música sinfónica. Siguiendo los pilares “Igualdad en la calidad de vida” y “La construcción de comunidad y cultura ciudadana” del Plan de Desarrollo de la Alcaldía Peñalosa, la Filarmónica desarrolla su Proyecto Educativo en colegios distritales, Centros Filarmónicos Locales y Hospitalarios, en donde más de 24 mil niños, niñas y jóvenes tienen su primer encuentro con la música sinfónica. De esta manera, la Orquesta Filarmónica de Bogotá contribuye en la construcción de La Nueva Bogotá.
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Notas al programa Ricardo Rozental Debussy se movía en el entorno francés de los escritores simbolistas entre quienes se contaba al poeta Pierre Louÿs, autor de poesía erótica. Louÿs fue amigo cercano de escritores abiertamente homosexuales como André Gide o condenados por serlo como Óscar Wilde. En cuanto a su sexualidad, resulta sospechoso a la larga que se apartara de sus amigos homosexuales, con dos matrimonios heterosexuales y declaraciones de repudio al homoerotismo masculino. Como si la proximidad del fruto prohibido lo hubiera aterrado y conducido a la trampa de aplaudir un tipo de homoerotismo, el femenino, mientras rechazaba el masculino. Debussy compuso sobre textos de Las canciones de Bilitis de Louÿs y sobre el Preludio a la siesta de un fauno del simbolista Mallarmé. En Bilitis y Aphrodite el poeta Louÿs se fijó en unos modelos de la Grecia clásica. Otro tanto hizo en Rusia el pintor León Bakst quien se desempeñó como decorador para la escena en su país. Colaboró con el coreógrafo Mikhail Fokine en tanto que el empresario Serguei Diaghilev progresaba en su empresa de los Ballets Russes que tuvieron tanto éxito en París como en giras por Europa y Suramérica. En 1894 se estrenó la música de Debussy al Preludio de Mallarmé y la obra fue muy bien recibida. En poco tiempo había superado el centenar de presentaciones en Francia. La pieza proviene del poema mencionado y para Debussy habría sido claro cómo aludió al texto y su imaginería. Sin embargo, dista de ser una transcripción. A cambio, ofrece lo que el escritor, crítico, polemista, director y compositor Pierre Boulez señaló como el despertar de la música a partir de la siesta del fauno. Como lo hizo notar Leonard Bernstein al presentar sus Norton Lectures en la Universidad de Harvard en 1973, desde el inicio del Preludio de Debussy, la ambigüedad armónica juega un papel fundamental en la obra. De esto se valió Debussy para atraer la atención sobre la figura mitológica del fauno, crear en cinco compases un ambiente de ensueño y a la vez darle raíces a la música contemporánea. Y en el sexto compás escribió un
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largo silencio que los estudiosos han señalado, con acierto, como cargado de música. Es fabuloso que en apenas diez minutos de duración la obra lograra trastocar la armonía de la música de tradición académica de occidente al tiempo que planteó elementos de los que futuras generaciones se han valido para seguir componiendo. Posteriormente Diaghilev solicitó la música de Debussy para un ballet coreografiado por Vaslav Nijinsky quien se vistió y danzó en decorados de Bakst en 1912. Ahí se hizo explícito el poema de Mallarmé, así como el autoerotismo del excitado fauno. El público reaccionó mal, en principio. Ni el poeta ni el compositor se sintieron satisfechos con el ballet. El público resintió la coreografía excesivamente angulosa proveniente de asociaciones con decorados clásicos griegos. A pesar del rechazo inicial, poco después el ballet había sido aceptado y aplaudido. La composición contemporánea ha seguido pendiente de los aportes de Debussy. Toru Takemitsu escogió a los franceses Messiaen y Debussy como sus modelos para enseñarse a componer. El historiador investigador Paul Griffiths señala que entre los compositores contemporáneos de la música llamada espectral el interés por la escritura tímbrica proviene de Debussy, e incluso desde Rameau, y señala cómo ciertas obras de Ligeti contienen referencias a Debussy, «no solo en los títulos sino también en las opalescentes incertidumbres de armonía y ritmo». Desde los tiempos de Rameau los franceses mostraron rasgos distintivos en su música. Uno de ellos fue el gusto y la destreza en los sonidos graves: preferencia por las voces de registro bajo y empleo elocuente de instrumentos como el fagot. Para este instrumento compuso Jolivet su concierto, una pieza breve que numerosos intérpretes y estudiosos llaman «el más difícil de ejecutar para el instrumento». Y, sin embargo, para el público no lo parece. La exigencia es extrema por la enorme cantidad de notas que debe tocar el solista, por los saltos de registro, por la velocidad y el sonido casi percusivo. Pero la pieza fluye con facilidad. En la instrumentación sólo se emplean arcos, arpa y piano. No hay una sección de percusión y ningún viento que le quite el foco al solista.
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En Francia se publicó en 1695 una colección de narraciones de hadas que el público llamó Cuentos de mamá ganso. De esta asociación se valió Ravel para dedicarle varias piezas infantiles de piano a cuatro manos a los hijos de unos amigos suyos quienes habrían de estrenarlas en el primer concierto de la nueva sociedad musical donde sí recibían las obras de Fauré, Ravel y Debussy, al contrario de la Schola Cantorum de Vincent D’Indy. La obra la estrenaron otro par de jóvenes pianistas de seis y siete años, con menos pánico escénico, en 1910; en 1911 el compositor orquestó la obra que se presenta hoy y a comienzos de 1912 se estrenó una versión para ballet expandida por la inclusión de interludios y otros fragmentos. El frecuente empleo de notas en la escala pentatónica induce a una sensación de simplicidad básica atractiva para los infantes. Mientras que a su contemporáneo Erik Satie le gustaba escandalizar o incluso lo hacía ya sin darse cuenta, Debussy tenía suficiente con que las miradas de sus jueces morales lo atravesaran cada vez que su vida de pareja pasaba por un nuevo inconveniente. Fueron varios y con visos de escándalo. Los amigos y el público se creyeron en la necesidad de tomar partido y hacerlo objeto de escarnio. Por eso no tenía premura de levantar alharaca con su música. Y a pesar de ello rompió la tradición musical en piezas como La mar, unos cuadros de sensaciones con uso de pentatonismo, con pasajes anti melódicos y evocaciones al imaginario común sobre el océano como un gigante capaz de pasar de la pasividad a la furia. Aquí recurre a la capacidad de la orquesta para producir sonido sin ligarlo a formatos estructurales comúnmente aceptados en la tradición académica. En La mar se escuchan fragmentos en los que la orquesta produce ruido. Eso sacudió al público y le facilitó una mejor escucha de la música. La OFB conmemora los100 años de la muerte de Debussy
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Marco Parisotto Director • Canadá
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en el año 2014 asumió como director titular de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, una de las más destacadas orquestas y con mayor tradición sinfónica y operística en Latinoamérica. Se ha presentado en las principales salas de concierto del mundo, ganando el reconocimiento de la crítica. Ha participado en los festivales más prestigiosos del mundo y ha dirigido orquestas europeas, asiáticas, norteamericanas y latinoamericanas, siendo aclamado por las interpretaciones de las obras de algunos de los grandes compositores de todos los tiempos. Marco Parisotto ganó el Concurso Internacional de Directores de Besançon, Francia, en el que obtuvo el Gran Premio. Desde 1996 es director titular de la Filarmónica de Ontario y fue director principal y asesor artístico de la Orquesta Sinfónica de Shanghái entre 1999 y 2003.
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Matthias Rácz Fagot • Alemania
M
atthias Rácz hizo su debut como solista a los 15 años con la Orquesta de Cámara de Colonia, en el programa de televisión de Alemania Young Artists on the pódium. A los 21 años fue el fagot principal de la Orquesta Gürzenich de Colonia y desde el 2003 está en la misma posición en la Orquesta Tonhalle de Zúrich y en la Orquesta del Festival de Lucerna. Siendo tan joven, fue invitado en el 2003 por el maestro Seiji Ozawa a Japón como un lector de su proyecto académico Ongaku-juku Opera. Desde ese entonces, ha dictado varias clases magistrales por todo el mundo. Actualmente, es director artístico de fagot en la Competencia Internacional Muri, en Suiza y es profesor de fagot en la Universidad de las Artes de Zúrich.
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Baldur Brönnimann Director • Suiza
Luis Martín Niño Violín • Colombia
VIE
11 • 7 p.m. Auditorio Mario Laserna Universidad de los Andes Entrada libre previa inscripción
sab
12 • 4 p.m. Auditorio León de Greiff Universidad Nacional CP: MWB136
Apoya
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PROGRAMA Serenata para violín, cuerdas y percusión, según El simposio de Platón Leonard Bernstein (Estados Unidos, 1918-1990)
I. Fedro; Pausanias. Lento; Allegro marcato. II. Aristófanes. Allegretto. III. Erixímaco. Presto. IV. Agatón. Adagio. V. Sócrates; Alcibíades. Molto tenuto; Allegro molto vivace. La OFB conmemora el Centenario Bernstein
Intermedio
Danzas eslavas Op. 72
Antonin Dvořák (Chequia, 1841-1904) I. Odzemek. Vivace. II. Dumka. Allegretto grazioso. III. Skocná. Allegro. IV. Dumka. Allegretto grazioso. V. Spacírka. Poco Adagio - Vivace. VI. Polonaise. Moderato, quasi menuetto. VII. Kolo. Allegro vivace. VIII. Sousedská. Grazioso e lento, ma non troppo, quasi tempo di Valse. Créditos editoriales Serenata para violín y orquesta de Leonard Bernstein. Editorial: Boosey and Hawkes (NY)
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Notas al programa Ricardo Rozental Es importante una carta de Felicia Cohn Montealegre a su esposo Leonard Bernstein con referencia al concierto de violín que él terminó en 1954, como veremos más adelante. Apareció titulado como Serenata, lo que aliviaba la responsabilidad del compositor frente a los sobresalientes conciertos para violín de los grandes maestros y marcaba a la obra con la ligereza a la que Bernstein deseaba verse asociado. El título dice que la Serenata sigue El simposio de Platón, diálogo también llamado El banquete, texto clásico sobre el amor. Bernstein identificó cada movimiento con personajes masculinos del Simposio y dejó unos párrafos sintéticos con los que estableció la relación entre su música y situaciones del diálogo. Quienes conocieron bien a Bernstein señalan que la música antecedió al título, que la intención fue siempre la de escribir un concierto para violín y que la identificación con El simposio es menos exacta de lo que Bernstein quiso hacer creer. Bernstein y Felicia se conocieron en 1946 y entablaron una relación que se rompió un año después. Felicia supo de la homosexualidad de Bernstein, que él no se molestaba en ocultar, y ella ni se incomodó por eso ni disminuyó su amor. Fue ella quien reinició la relación bajo el supuesto de que el compositor mantuviera en público una respetable apariencia heterosexual y que hiciera su vida homosexual sin escandalizar. En su círculo social y artístico, Bernstein se relacionó con otros homosexuales que eran figuras públicas y solo el público más distante vio a Bernstein como una figura popular y no necesitó indagar más allá. Felicia y Bernstein se casaron en septiembre de 1951 y para fines del año o inicios de 1952 Felicia le escribió una carta en la que le dice, sin asomo de mojigatería, algunas cosas que son directas y claras: que su matrimonio no les impone cadena perpetua; que él es homosexual y eso no va a cambiar y que debería considerar, para tranquilidad de ambos, llevar una doble vida; ella lo acepta como es sin llamarse al martirio ni al sacrificio.
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Así que Bernstein fue un atractivo homosexual casado con una mujer preciosa con quien tuvo hijos. Estuvo cerca de su familia hasta el momento de partir a París para convivir con su enamorado. Pero regresó al lado de Felicia cuando la diagnosticaron con un cáncer de pulmón consecuente con lo mucho que fumaba. Bernstein la acompañó hasta su muerte y manifestó su culpa por la enfermedad de Felicia que un conocido de la pareja (Howard Rosenman), enamorado de Bernstein, sugirió como el posible resultado del máximo sacrificio de ella por retener al compositor a su lado. En El simposio se discurre acerca del amor homosexual en la Atenas de entre 416 y 384 AEC, años entre la ocurrencia del supuesto banquete y la redacción del texto. Discuten las relaciones homoeróticas no solo toleradas sino estimuladas por la sociedad en la que se movían los personajes. Y al final, gracias a la intervención de Diotima, nombre femenino que Bernstein no empleó en los movimientos, Sócrates logra desviar la atención desde el amor homosexual hacia la idea de Amor, búsqueda de la Belleza que vale, en algún sentido, por identidad con la Verdad. Johannes Brahms presentó a Dvořák a su impresor alemán Simrock. De allí resultó el encargo para que compusiera l editor y se excusó diciendo que las nuevas piezas no repetirían el logro anterior luego de tantos años. Pero fue tal la insistencia que en un par de meses produjo un nuevo grupo de seis piezas. Esta vez, tomó los patrones rítmicos de algunas danzas populares y sobre ellos elaboró unas rápidas y eficaces líneas melódicas de su propia cosecha. Las danzas de partida se practican en extensos territorios con tradición musical eslava desde Polonia a Ucrania, pasando por la Bohemia natal de Dvořák y abarcan desde Bulgaria a Turquía y quizás territorios tan lejos como Armenia y Kurdistán. Las nuevas piezas fueron igualmente exitosas y enseguida llegó el encargo de la versión para orquesta. El renombre de Dvořák obligó a Simrock a pagar el precio correcto y a tratar al compositor con un respeto que antes no asomaba. Enseguida, una breve indicación sobre cada danza: Odzemek: de Eslovaquia, es una danza masculina improvisatoria y rápida.
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Dumka: de posible origen ucraniano es lenta como correspondería a un lamento. Refuerza la melancolía por cambios súbitos a secciones de mayor alegría. Skocná: una danza eslava en tiempo de 2/4. Spacírka: danza de Bohemia. Su denominación es una adaptación local de la palabra alemana para caminata. De ahí que comience y contenga fragmentos que se danzan al paso. Es en ritmo de 2/4. Polonaise: en ritmo de ¾ es de origen polaco y proviene del campo. Se refinó al punto que apenas recuerda que es una danza y se convirtió en favorita de los compositores de tradición académica. Kolo: una de las múltiples denominaciones de una danza que es fundamento de educación nacional en Serbia. Se danza igualmente en Bosnia, Bulgaria, Macedonia y con adaptaciones locales, en Turquía, Palestina, Israel, Líbano y muchos de sus países vecinos. Es una danza grupal en la que se forman grandes círculos, círculos envolventes, círculos concéntricos en giros contrarios o semicírculos. Tiene una coreografía simple y repetitiva, es muy atlética y exige rigidez de la cintura para arriba. Sousedská: danza de parejas que se baila en Bohemia en compás de ¾. Es relajada y tiene un pulso lento. Los movimientos suelen ser circulares y ondulatorios.
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Baldur Brönnimann Director • Suiza
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n enero de 2015, fue nombrado director principal de la Orquestra Sinfónica do Porto Casa da Música y además, es director titular de la Basel Sinfonietta de Suiza. Ha trabajado de cerca con compositores como John Adams, Saariaho, Birtwistle, Chin, Adès y orquestas como la Filarmónica de Oslo, la Real Filarmónica de Estocolmo, la Britten Sinfonia, Orquesta Philharmonia, Sinfónica de la BBC, Filarmónica de Copenhague y Filarmónica de Seúl. Aunque la música contemporánea sigue jugando un papel importante en el trabajo de Brönnimann, ahora es buscado, igualmente, para interpretar repertorios convencionales y en tales dirige una variedad amplia y ecléctica de programas por todo el mundo. Brönnimann fue director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia entre 2008 y 2012.
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Luis Martín Niño
Violín • Colombia
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oncertino principal de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, inició sus estudios musicales a temprana edad. Fue alumno destacado de los maestros Marjoelin de Sterke, Andreij Kurkowski y Valentin Stefanov. Fue Concertino de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia y en 1983 fue escogido para concertinar la Orquesta de Juventudes de América en Puerto Rico y en 1985 representó a Colombia en Estocolmo, Suecia, con la Orquesta Filarmónica del Mundo dirigida por Carlo María Giuliuni. En 1992 ingresó a la Escuela de Música de Viena donde fue alumno de Günther Pichler, primer violín del cuarteto Albang Berg. Por su destacado desempeño fue escogido para integrar la Wienes Kammerorchester. Ha sido concertino de varias orquestas de Latinoamérica y ha sido dirigido por grandes maestros, entre los cuales se destaca Shlomo Mintz.
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Baldur Brönnimann Director • Suiza
Fredy Romero Tuba • Colombia
VIE
18 • 3 p.m. Auditorio León de Greiff Universidad Nacional Entrada libre
sab
19 • 4 p.m. Auditorio León de Greiff Universidad Nacional CP: EGL765
Apoya
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PROGRAMA Obertura de la ópera El barbero de Sevilla Gioachino Rossini (Italia, 1792 - Francia, 1868)
Concertino para tuba, Op.77
Jan Koetsier (Holanda, 1911 - Alemania, 2006) I. Allegro con brio II. Romanza e scherzino III. Rondo Bavarese Intermedio
Sinfonía No 9 en Do mayor, D. 944, La grande Franz Schubert (Austria, 1797-1828)
I. Andante - Allegro, ma non troppo - Più moto II. Andante con moto III. Scherzo. Allegro vivace - Trio IV. Allegro vivace
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Notas al programa Ricardo Rozental El apelativo de genio frecuenta a Mozart y Beethoven. Especialmente tras su muerte y en la medida en que el intolerante y agresivo nacionalismo alemán avanzó hacia el nazismo y, peor todavía, a partir de 1933 cuando los nazis se hicieron con el poder en Alemania. Esas podrían ser razones por las que a Rossini, contemporáneo de Beethoven, no se le aplica el calificativo. Además, componía por encargo dentro de un sistema de producción de ópera dependiente de la respuesta inmediata del público lo que le distancia de quienes componían por lo que se entiende como «impulso espiritual». Rossini hizo parte de un equipo comandado por empresarios y entre quienes se contaba al libretista, los carpinteros y decoradores, los vestuaristas y músicos. El éxito de una ópera o de alguno de sus números significaba que debería volverse a usar en otra para enganchar un logro probado con uno posible. Esa fue la suerte de la obertura de su ópera El barbero de Sevilla que provenía de una anterior fracasada. Le contrataron El barbero el 15 de diciembre de 1815 y se estrenó a una semana de que Rossini cumpliera veinticuatro años, el 20 de febrero de 1816. Calculan algunos estudiosos que en realidad no debió contar con más de tres semanas para componer la obra. El director de orquesta y compositor Jan Koetsier cimentó su carrera profesional en Alemania y mientras que 1933 fue un año de exilio para muchos por la llegada de los nazis al poder, para Koetsier implicó un acomodo a la nueva situación. Su progreso profesional estuvo marcado por un avance dentro de la burocracia musical paulatinamente dominada por el partido nacional socialista. Cuando volvió a Holanda, su país natal, se encontró con un ambiente hostil por parte de sus conciudadanos. Pero la Concertergeouw de Ámsterdam estaba regentada por el áspero y autoritario Willem Mengelberg, un director legendario quien no tuvo inconveniente en continuar al frente de la orquesta a pesar de la invasión nazi a su país. Mengelberg departió en numerosas ocasiones con sujetos como Arthur Seyss-Inquart, Gobernador General de Polonia, donde se instalaron guetos y campos de exterminio y también fue Reichskommandant en Holanda, de donde se llevaron a Ana Frank para su exterminio.
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Koetsier fue segundo al mando en la Concertgebouw desde 1942 a 1948, con un año de suspensión tras el fin de la guerra, mientras se aclaraba su situación, transcurrido lo cual continuó su labor. En 1950 fue nombrado director principal de la Sinfónica de Baviera, puesto que ocupó hasta 1966. Más adelante se retiró y dedicó más tiempo a la composición. Creó el concurso que lleva su nombre para promover la formación de instrumentistas de metales y escribió numerosas piezas que se han hecho parte fundamental del repertorio. En ellas sobresalen su distancia con el vanguardismo, un sonido neobarroco y la practicidad en la composición que considera las posibilidades técnicas del instrumento, sin exagerar la exigencia, al lado de una orquestación discreta que no compite con el solista. Schubert estuvo presente en el estreno de la Novena de Beethoven y esto le movió aún más a componer una gran sinfonía, proyecto que abordó en 1825 y culminó en 1826. El manuscrito de La grande, sin embargo, está incorrectamente fechado en 1828. Era veintisiete años menor que Beethoven, asistió a su entierro en 1827 y murió al año siguiente a edad más temprana que la de Mozart. No escuchó ninguna de sus propias sinfonías, numeradas habitualmente hasta la nueve a pesar de la inexistencia de la siete. La obra quedó así hasta cuando el editor alemán Simrock contrató a Robert Schumann para que viajara a Viena. Allí se encontraba el 1 de enero de 1837 cuando visitó a Ferdinand Schubert, hermano del fallecido compositor. Averiguó por manuscritos inéditos y le fascinó la dimensión y complejidad de la última sinfonía compuesta por Schubert. Volvió con ella a Alemania y logró que Mendelssohn, quien dirigía la orquesta de la Gewandhaus en Leipzig compartiera su entusiasmo. El estreno tuvo lugar el 21 de marzo de 1839 y al año siguiente se imprimió la obra, aunque con numerosos cortes y suprimiendo algunas de las repeticiones que especificaba el manuscrito. En su versión íntegra, dependiendo de la velocidad con la que se aborde, La grande es una sinfonía que puede tomar desde unos cuarenta y cinco hasta más de cincuenta y cinco minutos. Obras como esta estimularon a Schumann a proseguir el camino de la composición sinfónica y sirvieron de modelo para las sinfonías de Brahms y Bruckner. Estos tres compositores, junto con Wagner y Beethoven estuvieron en la lista de los promovidos por los nazis. Por el contrario, Mendelssohn fue proscrito y Schubert no gozó de favor, incluso se pensó
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que tenía poca utilidad para el nacionalsocialismo o que podía haber sido proclive al judaísmo. Esta sinfonía en Do mayor, llamada La grande para distinguirla de su anterior sinfonía en la misma tonalidad, es otra muestra de la inagotable inventiva melódica de Schubert. Al contrario de Beethoven, quien no era un gran melodista, pero fue capaz de desenvolver todas sus sinfonías a partir de un escaso número de motivos musicales y de convertir este procedimiento en el modelo de la sinfonía del siglo XIX, Schubert presenta numerosas trazas melódicas. Así, el tema de introducción del primer movimiento regresa en el último, sin descartar hasta seis materiales melódicos en este movimiento final y, casi a punto de terminar, hace un homenaje a Beethoven al citar abruptamente un aparte brevísimo de la Oda a la alegría de su Novena Sinfonía.
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Fredy Romero Tuba • Colombia
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esde 2003 se desempeña como tubista de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. En 2007 viajó a Argentina a seguir sus estudios con el tubista argentino, Patricio Cosentino. En 2009, gracias a una comisión de estudios dada por la OFB viajó a Alemania donde recibió su diploma como tubista con el reconocido maestro Walter Hilgers (tubista del German Brass y de la Orquesta Filarmónica de Viena). Ha sido profesor de la Cátedra de tuba en la Pontificia Universidad Javeriana y en la Universidad de los Andes. Es el creador del Festival Colombia Tubas, que trae a los más grandes representantes de tuba y eufonio que existen a nivel mundial. Además de su labor con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, se desempeña como profesor de la cátedra de tuba de la Universidad Nacional de Colombia.
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Josep Caballé-Domenech Director Artístico OFB • España
Katia y Marielle Labèque Piano • Francia
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23 • 8 p.m. Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo CP: PST323
Apoya
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PROGRAMA Obertura de la ópera La italiana en Argel
Gioachino Rossini (Italia, 1792 - Francia, 1868)
Nocturnos
Claude Debussy (Francia, 1862-1918) I. Nuages
Concierto para dos pianos en mi menor, Op. 88a
II. Fêtes
Max Bruch (Alemania, 1838 -1920)
III. Sirènes
I. Andante sostenuto
Dafnis y Cloe, Suite No. 2
II. Andante con moto Allegro molto vivace
Maurice Ravel (Francia, 1875-1937)
III. Adagio ma non troppo
I. Lever du jour II. Pantomime III. Danse général
IV. Andante - Allegro Intermedio
Créditos editoriales Concierto para dos pianos y orquesta Op. 88a. de Max Bruch. Editorial: Bote & Bock
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Notas al programa Ricardo Rozental Rossini tenía veintiún años cuando se estrenó su ópera La italiana en Argel el 22 de mayo de 1813 en Venecia, el mismo día que nació Richard Wagner en Leipzig. Rossini no tuvo la aterradora precocidad de Mozart o Mendelssohn, no obstante haber aprendido el oficio de músico con diversos maestros, variados instrumentos y tener como ejemplos a su madre y padre, pero se trataba aún del viejo oficio de ganapán sin prestigio y no el de artista independiente con el que se asocia a Beethoven. Tendría trece años cuando escribió sus primeros números de ópera y dieciocho cuando su primera ópera. A L’Italiana le anteceden una decena de óperas y para ese momento ya conocía bien el exigente medio como para entender qué se le pedía y cómo obtener la satisfacción y lucimiento de los cantantes, lo mejor de una orquesta reducida y mal pagada, el mayor provecho de los decorados baratos hechos a la carrera y seguramente reutilizados, lo máximo de un libreto que ya había sido tratado antes y un buen ingreso para el empresario que ponía a todo el equipo junto. Rossini supo conquistar al público con éxitos inmediatos, aunque para ello había pasado por algunos fracasos. A sus veintiún años, en 1813, compuso sus famosas L’Italiana y Tancredi y las un poco menos famosas Il signor Bruschino y Aureliano in Palmira. Un siglo más tarde Max Bruch escribió su Concierto para dos pianos como resultado de haber conocido a un dúo de hermanas estadounidenses a quienes destinó la obra. Ellas fueron las únicas autorizadas para ejecutarla y le introdujeron numerosas y sustanciales modificaciones. Tras la muerte de la última hermana se logró juntar tanto el original de la porción solista como las partes para orquesta entre los papeles dispersos que se subastaron por muy poco dinero. Así que en realidad este concierto nació en 1973 pues las hermanas Sutro jamás hicieron la versión original en las únicas dos oportunidades en que lo ejecutaron. Tres años antes, en 1970, las hermanas Labèque comenzaron a hacer grabaciones y este
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concierto muy pronto se integró a su repertorio. La obra presenta un reto especial para sus ejecutantes puesto que la instrumentación y su orquestación resultan demasiado ricas, casi podría decirse que la orquesta tiene un tejido demasiado grueso de suerte que los pianos deben destacarse como solistas frente a una orquesta que no les facilita la labor. Adicionalmente, son numerosos los pasajes en los que la concepción sonora de los pianos es muy orquestal como cuando abarca una paleta de sonidos extraordinariamente amplia. Así, se requiere que la parte solista aproveche al máximo los aspectos más pianísticos para distinguirse del grupo y poder sobresalir. En menos de media hora el concierto pasa de un estilo romántico tardío cercano al de Brahms, Tchaikovsky o Rachmaninov hasta la ligereza que correspondería, ya no a la tradición germana de Bruch, sino a la música de tradición académica en los Estados Unidos, aspecto que seguramente consideró Bruch al escoger a sus primeras intérpretes. Como lo sostiene el historiador Robert P. Morgan, Debussy se distingue del tradicional empleo de la tonalidad en el que se aplican acordes bien diferenciados, por el empleo de unos acordes similares entre sí tanto en su calidad sonora como en su función. Con esto, evita los centros tonales y la armonía encaminada de manera finalista hacia una meta. La expectativa de progresión, de tensión y relajación asociada al empleo tradicional de la tonalidad da paso a un estado de suspensión en manos de Debussy, quien consigue dar relieve al instante por encima de su finalidad o función en la obra. En Nocturnes, ese papel centralizador lo ocupan la melodía y el ritmo en lugar de la armonía. La repetición produce un efecto como de que hubiera una jerarquía tonal cuando en realidad no se emplea una tonalidad orientadora sino un complejo de acordes disonantes. Puesto en otras palabras, esa idea la expresa igualmente Morgan cuando compara música y artes visuales, lo que resulta acertado para este caso particular: las obras de los compositores germanos de su momento pueden asociarse al expresionismo, mientras que Debussy produce una sensación impresionista. Hay en el compositor francés la habilidad de elaborar unos mosaicos con partes que podrían provenir de cualquier lugar en la obra y conectarse con cualquiera otra al contrario de la tradición germana que guía la música, en sucesión, hacia
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una cumbre. Con semejantes procedimientos logró Debussy crear estas estampas orquestales en las que consiguió una sensación apacible como de quien observa el movimiento de nubes en un gran cielo abierto en el primer movimiento; la de algo impreciso y festivo en el ambiente en el segundo y el de un canto de sirenas con la intervención de un coro femenino, sin palabras, en el tercero. El empresario ruso Serguei Diaghilev encargó a Ravel la música para un ballet que haría la compañía de los Ballets Russes con decorados de Leon Bakst, evocadores de asociaciones con la Grecia clásica y coreografía de Mikhail Fokine. El compositor escribió una hora de música y el ballet se estrenó en el verano de 1912 en París. La pieza gira en torno a la relación del pastor Dafnis y la pastora Cloe. Cuando el ballet se estrenó en Nueva York en 1914 los comentarios hacían referencia al empleo de «una música ultramoderna», quizás en el sentido en que produce un sentimiento de quietud en cambio de simular la conducción hacia una meta, a un premio final como el que el público se acostumbró a esperar según lo ofrecieron los compositores desde el clasicismo vienés de Haydn. En 1913, Ravel extrajo esta suite de tres fragmentos sinfónicos provenientes de la porción final del ballet. La suite toma apenas veinte minutos en ejecutarse. La orquestación contempla una rica, variada y grande sección de vientos, algunos originalmente por fuera del escenario, además de percusión, celesta y dos arpas.
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Josep Caballé Domenech Director Artístico España
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partir de 2018 es director artístico de la Orquesta Filarmónica de Bogotá con la que estrenó en Colombia la ópera Salomé de Richard Strauss. Es director titular de Staatskapelle Halle-Saale de Alemania y director musical de la Colorado Springs Orchestra de Estados Unidos. Recientemente, dirigió El holandés errante de Richard Wagner, Tosca de Puccini y El Castillo de Barbazul de Béla Bartók en la Ópera de Halle. Además, hizo su debut en China, Taipéi y Alemania, al igual que un concierto de gala con Yo-Yo Ma. Caballé-Domenech ha dirigido otras orquestas internacionales como la Royal Philharmonic de Londres, Tonhalle de Zúrich, WDR de Colonia, Sinfónica de la Radio Sueca, Filarmónica Checa, New Japan Philharmonic, Orquesta de la Radio de Munich y de Viena, por mencionar algunas.
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Katia y Marielle Labèque Piano • Francia
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n los más destacados escenarios de conciertos de Europa, las hermanas Katia y Marielle Labèque, se han presentado junto a directores como Semyon Bychkov, Lionel Bringuier, Sir Colin Davis, Gustavo Dudamel, Charles Dutoit, Sir John Eliot Gardiner, Miguel Harth-Bedoya, Kristjan Järvi, Paavo Järvi, Zubin Mehta, Seiji Ozawa, Antonio Pappano, Georges Prêtre, Sir Simon Rattle, Esa-Pekka Salonen, Leonard Slatkin, Michael Tilson Thomas y Jaap van Zweden. Para su propio sello discográfico, KML records, lanzaron en el año 2014 el CD Hermanas con una selección musical de piezas de su vida personal y profesional. El 26 de mayo de 2015 bajo la dirección del maestro Gustavo Dudamel, Katia y Marielle realizaron la premier del Nuevo Concerto de Philip Glass (escrito especialmente para ellas) junto con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, en el Walt Disney Hall de Los Ángeles.
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Coro Filarmónico Juvenil
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reado en 2014, bajo la dirección de Diana Cifuentes, el CFJ está conformado por 40 jóvenes comprometidos y apasionados por la interpretación y virtuosismo de la música coral. Participó en la misa campal del Papa Francisco 2017, en el Parque Metropolitano Simón Bolívar. Este año, hizo parte de Candide, la segunda producción de Ópera de la Filarmónica. Además, el Coro Filarmónico Juvenil ha estado en el Festival Internacional de Música de Cartagena, Festival de Música Religiosa de Popayán y en este Festival Distrital de Coros, entre otros.
Diana Carolina Cifuentes Sánchez Directora • Colombia
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aestra en música de la Universidad Autónoma de Bucaramanga con énfasis en dirección coral. Magister en Música de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela donde estudió con los maestros María Guinand, Alberto Grau y Sara Catarine. Su carrera inició como integrante del Coro de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y más adelante fue miembro activo de la Schola Cantorum de Venezuela y la Cantoría Alberto Grau, con las cuales realizó giras internacionales.
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Josep Caballé-Domenech Director Artístico • España
William VerMeulen Corno • EEUU
Fusión Filarmónica Juvenil JUE
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sáb
2 de junio • 4 p.m. Auditorio León de Greiff Universidad Nacional
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PROGRAMA Concierto para corno No. 1 en mi bemol, Op. 11 Richard Strauss (Alemania, 1864-1949) I. Allegro II. Andante III. Allegro Intermedio
Sinfonía No. 1 en Re mayor
Gustav Mahler (Chequia, 1860 - Austria, 1911) I. Langsam. Schleppend. II. Kräftig bewegt, doch nicht zu schnell III. Feierlich und gemessen, ohne zu schleppen IV. Stürmisch bewegt
Créditos editoriales Richard Strauss. Concierto para corno No 1 Op 11. Universal Edition AG.
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Notas al programa Ricardo Rozental Strauss y Mahler sabían el uno del otro porque eran compositores reconocidos y directores importantes. La amistad surgió en 1887 cuando ambos coincidieron como directores de orquesta en la ciudad alemana de Leipzig y la mantuvieron hasta la temprana muerte de Mahler en 1911. Cada uno llegó a solicitarle al otro que dirigiera sus obras, incluyendo algunos estrenos, porque estaban seguros de que en las manos del otro las obras brillarían mejor y atraerían la atención que merecían. Ambos se juntaron con frecuencia y les gustaba pasarse el tiempo discutiendo como si contraponer sus argumentos fuera más importante que llegar a alguna conclusión. Las dos obras en este concierto son piezas de juventud y representan fases iniciales de la producción de cada uno. En el caso de Strauss, permite apreciar que la formación impartida por su padre, quien se desempeñaba como cornista principal en la orquesta de la ópera de Múnich, le facilitó apegarse a la concepción musical del clasicismo vienés de comienzos del siglo XIX en torno a compositores como Haydn y Beethoven. La obra está estructurada con un balance entre la orquesta y el corno solista, lo que le permite sobresalir y lucirse con apoyo en el grupo. Hay momentos que actúan como en un diálogo por contrastes. Las primeras notas del corno recuerdan que el instrumento comenzó a insertarse en las orquestas apenas a fines de los años de 1700 y comienzos de los 1800 y que su sonido se relacionaba con el campo abierto. El corno pronto adquirió un papel preponderante en la orquesta y en poco tiempo adquirió las válvulas que le permitieron hacer más preciso su sonido, también gracias a la inserción de la mano derecha en la campana del instrumento. Es habitual que este concierto se ejecute sin interrupciones entre movimientos, los que, sin embargo, se adivinan por el cambio emocional entre ellos. La obra toma alrededor de dieciocho minutos. Un par de años después de la composición de este concierto, Strauss se relacionó con el legendario director Hans von Bülow a quien remplazó como director musical en la Orquesta de Meiningen. Bülow había sido cercano a Wagner y su concepción de la música era mucho más vanguardista, lo que ayudó a que Strauss compusiera
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sus primeros poemas sinfónicos y óperas en un estilo novedoso y retador, tanto para los ejecutantes como para lo que el público estaba acostumbrado. Mahler, por su parte, había compuesto algunas piezas de cámara pero esta primera sinfonía actuó como una especie de síntesis de tendencias que en su momento se consideraban como contrapuestas. Por una parte, la que provenía de Wagner con un empleo de grandes masas orquestales y la utilización frecuente de intervalos muy pequeños entre las notas. Eso producía la sensación de que se disolvían tanto la tonalidad alrededor de la que giraba la música cómo lo que se podía esperar y hacia dónde era previsible que se dirigiera. Por otra parte, la tendencia de Brahms, un compositor de pocas sinfonías que usó una orquesta robusta con la que realzó el carácter de cada movimiento según lo habían propuesto los clásicos vieneses, como si fuera un lógico continuador de esos parámetros a pesar de los cincuenta años transcurridos desde aquel entonces. Mahler logró, en su primera sinfonía, esta síntesis entre compositores tan dispares a partir de elementos estructurales, como el número de movimientos, que finalmente quedó en cuatro, tras su última revisión de la obra. La relación entre tonalidades en cada movimiento es la que las convenciones habrían demandado y sólo el final del cuarto movimiento ofrece una tonalidad que no estaba en las expectativas. Pero, en oposición, empleó una orquesta de grandes dimensiones en la que los sonidos, como al puro inicio, se van deslizando hasta hacer presencia, como una sugerencia más que como una presencia inmediata. El gran tamaño de la orquesta le permitió manejar una enorme diversidad de sonidos, timbres y contrastes sin recurrir más que en unos pocos puntos apropiados a la potencia del grupo. Por lo general la obra es sutil y delicada e invita a la concentración en los detalles que, precisamente por esto, resaltan. En esta primera sinfonía, Mahler mezcla y funde en la sala de conciertos una música que no proviene de ambientes refinados. Comienza empleando una forma de sonata que inicia con una introducción lenta, luego presenta el tema musical que pasa a desarrollar y retorna al tema inicial, aunque modificado. En un punto hay un toque de trompetas fuera del escenario, lo que amplía el ámbito sonoro y le da una sensación como de campo abierto. Para el segundo movimiento la base la constituye la utilización de una danza campesina austríaca, claramente reconocible para sus contemporáneos y motivo de sorpresa para el público por
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el atrevimiento de traer al escenario sinfónico una música del pueblo llano. En el tercer movimiento, que tiene una pulsión como de marcha, combina la música de las bandas de klezmer caracterizadas por sus sonidos entre festivos y llorones típicos de los judíos centroeuropeos y del Europa del este, junto con el de la canción infantil conocida en francés como Frère Jacques que en nuestro medio se conoce como Fray Santiago o Suenan las campanas y que se canta en canon sucesivo: Fray Santiago, Fray Santiago, cómo estás, cómo estás, suenan las campanas, suenan las campanas… La música llega a su conclusión en el cuarto movimiento que vuelve a utilizar melodías del primer movimiento, como si se estuviera cerrando un círculo y poco antes de terminar tiene un nuevo valle de tranquilidad antes de emplear toda la potencia de las fuerzas orquestales disponibles, especialmente notable en las fanfarrias de los metales. Los cerca de cincuenta y cinco minutos de esta sinfonía pasan en un instante gracias a todo cuanto que ocurre durante la ejecución.
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Fusión Filarmónica Juvenil
a Fusión Filarmónica Juvenil está conformada por tres de las orquestas juveniles de la OFB: La Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara, la Orquesta Filarmónica Juvenil y la Banda Filarmónica Juvenil. Con el propósito de interpretar repertorio sinfónico de gran formato, la Fusión Filarmónica permite el encuentro entre los miembros de las orquestas juveniles, el disfrute de la música juntos y el vivir experiencias profesionales únicas.
La calidad de sus interpretaciones ha sido reconocida y exaltada por directores invitados como Andrés Orozco-Estrada, Ricardo Jaramillo, Julian Rachlin, Patrick Fournillier, Conrad Van Alphen, Leonardo Marulanda y Eduardo Carrizosa. Dentro del repertorio de la Fusión se han destacado sus interpretaciones de la Consagración de la Primavera de Stravinsky, Cuadros de una exposición de Mussorgsky, Sinfonía No. 5 de Shostakovich, y las sinfonías Nos.1 y 5 de Tchaikovsky. Es importante resaltar la participación en abril de 2017 de la Fusión Filarmónica en el Tercer Festival Internacional de Música Clásica, Bogotá es la Rusia Romántica, bajo la dirección de Julian Rachlin y Conrad van Alphen.
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William VerMeulen Corno • EEUU
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clamado como una de las superestrellas actuales de la escena internacional de los metales, William VerMeulen dirige una variada vida musical de solista, director de orquesta, músico de cámara, maestro de maestros y editor de música. VerMeulen es el primer corno de la Sinfónica de Houston desde 1990 y ha actuado como invitado principal de la Orquesta Sinfónica de Chicago, Filarmónica de Los Angeles, Sinfónica de Cincinnati, Sinfónica de San Luis, Sinfónica de Pittsburgh y Orquesta de Cámara de San Paul. También ha trabajado para las orquestas de Columbus, Honolulu y Kansas City. Ha sido Artista de la Sociedad de Música de Cámara del Lincoln Center y cuenta con una vasta discografía en solitario y grabaciones con orquesta. Paralelamente a su vida artística, es profesor de corno en Shepherd School of Music de Rice University y Brass Artist-in-Residence en la Escuela Glenn Gould del Royal Conservatory of Music.
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Próximamente
Joyce Yang
Piano • Corea del Sur
José Luis Gómez Director • España
Orquesta Filarmónica de Bogotá VIERNES 8 de JUNIO • 8 p.m. Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
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Orquesta Filarmónica de Bogotá Director artístico: Josep Caballé-Domenech Director asistente: Leonardo Marulanda
Violines I Luis Martín Niño Rodríguez (Concertino principal) Mauricio González Velásquez (Concertino alterno) Todor Ivanov Harizanov (Concertino alterno) Marilyn Louise Prasil Blanca Viviana Niño Rodríguez Luz Stella Rojas Robayo Liliana Parra Puerto Martha Romero Sánchez Jorge A. Valencia Casasbuenas Rodrigo Cottier Arce Ángela A. Sierra Ramírez Giuseppe Tejeiro Castiblanco Pablo Hurtado Taborda Luisa Elena Barroso Cabeza Douglas Isasis Violines II Tzanko Vesselinov Dotchev Olga C. Medina Vergara Mari Luz Monsalve Ospina Lenin L. Lozano Oviedo Víctor M. González Calcetero Daniel Luciano Herrera G. Beatriz Arroyo Sanabria Óscar F. Avendaño Ramírez Carlos A. Benavides Salcedo Julio César Guevara Díaz Juliana María Bello Bautista Luis Antonio Rojas Granada Herminson García
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Violas Aníbal Dos Santos Pestana Esperanza Mosquera Escobar Sandra Arango Johanna Gutiérrez Páez Guillermo Isaza Fisco Ricardo Hernández Mayorga Robinson J. Ávila Cardona Ligeia Ospina Linero Julián D. Linares Chaves Luz Helena Salazar Amézquita Olga Lucía Hernández Violonchelos Camilo Benavides Rey Juan G. Monsalve Ospina Petar Hristov Ivanov Victoria E. Delgado Montoya Andrea Fajardo Moreno Olga L. Ospina Serrano Cecilia Palma Román José Marco Giraldo Mesa Ana Isabel Zorro Leyva Juan Pablo Martínez Sierra Contrabajos Alexandr Sanko Julio C. Rojas Cubillos Mónica Suárez Quiceno Juan Miguel Celis Fajardo Jorge S. Cadena Díaz Julián Gil Cuartas Andrés A. Sánchez Angarita
Flautas Cristian M. Guerrero R. Fabio Londoño Ramírez Martha J. Rodas Blanco Luis Pulido Hurtado
Trompetas Georgi Nikolaev Penchev Guillermo Samper Salazar Leonardo Parra Ríos
Oboes Orlín Petrov Amílkar Villanueva Romero Edna Barreto Soler
Trombones Néstor Gueorguiev Slavov Luz A. Mosquera Varón Nelson A. Rubio Herrera Virgilio González Barinas
Oboe/Corno inglés Luz del Pilar Salazar Echeverry
Tuba Fredy Romero Nieto
Clarinetes Guillermo Marín Alcides Jauregui Ricardo Cañón García Edwin Rodríguez
Percusión William León Rodríguez Diana Alexandra Melo Reyes Rossitza Serafimova Petrova Víctor Hugo López Aguirre Santiago Esteban Suárez
Clarinete/Clarinete bajo Ricardo Cañón García Fagotes Pedro A. Salcedo Rodríguez Eber J. Barbosa Castro Rossemarie Mosquera Escobar
Arpa Martha Liliana Bonilla Zabala Piano Olga Nikolaevna Trouchina
Fagot/Contrafagot Sandra Duque Cornos Jorge A. Mejía Fernández Jhon Kevin López Carlos F. Rubio Rodríguez Gerney Díaz Gómez Miguel Á. Enríquez Burbano
Jefe de grupo Asistente jefe de grupo
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Musicos invitados Violin II Tatiana Bohórquez Osiris Rodríguez
Trompeta Juan Felipe Lince Jenny Garzón
Viola Andrea Carolina Sánchez
Trombón Abstin Caviedes Carlos Velosa
Contrabajo David Rincón Flauta Brayan Muñoz Clarinete Mauricio Murcia Fagot Faber Cardozo Cornos Mauricio Velosa
Percusión Karen Bravo Daniel Castañeda Elkin Ortega Felipe Forero Arpa Emmanuel Rivera Viviana Carrero
JUNTA DIRECTIVA Enrique Peñalosa Londoño
Alcalde Mayor de Bogotá D.C.
María Claudia López Sorzano Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte
Cristina Vélez Valencia
Secretaria de Integración Social
Darío Montenegro Trujillo Gerente Canal Capital
Bruce Mac Master Presidente ANDI
Leo Katz
Empresario
Sandra Meluk
Directora General Kike Barona - Fotografía Julián Rodríguez C. - Diseño gráfico Oficina Asesora de Relacionamiento y Comunicaciones OFB Secretaría General Alcaldía Mayor de Bogotá Impresión
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Coro Filarmónico Juvenil Directora: Diana Carolina Cifuentes Sánchez Sopranos Alexandra Ortíz Ana María Pinilla Laura Vanessa Martínez Liliana Marcela Rodríguez Lizeth Paola Rodríguez María Paula Gómez Mónica Alejandra López Rocío del Pilar Quintero Sonia Osorio Darlanne Vanesa Cárdenas
Tenores Cristian Camilo Ortega Cristian Felipe Gómez Erwin Laureano Hoyos Javier Felipe Cevallos Jesús Alberto Bermúdez Juan José Beltrán Rafael Andrés Reyes Ricardo Enrique Visoria Ronny Urbina Sebastián Nieto
Contraltos Jorge Enrique Vergara Laura Alejandra Chaparro Laura Catalina Cruz Laura Gabriela Narváez Lorena Carolina Ospino María Alejandra Valderrama María José Ramírez Paula Nataly Pedraza Yeraldín León
Bajos Andrés Felipe Losada Carlos Cerchiaro Ernesto Fabio Angulo John Alejandro Martínez José Daniel Rojas Juan Camilo Acuña Julián Camilo Usamá Nicolás Zuluaga Sergio Andrés Martínez Yachari Santiago Gutiérrez Pianista Jesús David Prieto
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Fusión Fila rm
Director artístico: Josep Ca ballé
Violines I Juan Felipe Loaiza David Camilo Mendieta Mayra Camila Parra Sebastián Gaviria Laura Nieto María Paula Bernal José Stiven Ramírez Támara Pagaeva Laura Juanita Rodríguez Camilo José Trujillo Wilfredo Jesús Milian Violines II Marco Tulio Hernández Liz Valentina Muñoz Julián Camilo Bernal Luis Felipe Herrera Andres Felipe Romero Leidy Lorena Herrera Bryan Steven Morales Indira Moreno José Antonio Villalba José Luis Forero Violas Esteban Hernández Valentina Pulido Juan Camilo Valencia Juan Camilo Mendoza Carlos Andrés Parra Tatiana Rafaela Falla Luisa Varón Marlon Andrés López Tania Cristina Ladino
la rmónica Juvenil
p Ca ballé-Domenech
Violonchelos Alexander Numpaque Jorge Iván Vélez Jonathan Trujillo Edna Rocío Rincón Laura Hernández Juan David Echeverry Luis Felipe Sepúlveda Cristhian Camilo Cortés Contrabajos Oscar Mauricio Villamil Johan Alexander Rivas Ana María Gómez Lizeth Fernanda Suárez Luisa Fernanda Torres Julián Leonardo Ardila Cristian Camilo Escobar Santiago Sánchez Flautas Daniel Santiago Guerrero Nikolás Rodríguez Julián David Quintero Juan Sebastián Malagón Oboes Julián Alfredo Manjarrez Miguel Ángel Rubiano Karen Lizeth González Corno inglés Fabián Andrés Martínez
Clarinetes Diego Alejandro Torres Tania Selene Betancourt Harold Gómez Montoya Irene Littfack Luis Jairo Torres Germán Andrés Castiblanco Clarinete bajo Juan Carlos Castañeda Fagotes Steven Remolina Nicolás Correa Vania Alejandra Quitián Daniela María Garzón Cornos Miller Anthony Muñoz Edson Gonzalo Yepes Alexa Capera Sergio Alejandro Largo Daniel Alfonso Rodríguez María Alejandra Rivas
Trombones Juan Sebastián Carreño Jhonnier Adolfo Buitrago Jonathan Franklin Sánchez Jhony Giraldo Tuba William Andrés Castillo Timbales Kevin Nixon Pineda José David Rodríguez Percusión Arnold Felipe Portela Juan Sebastián Ramírez Jeisson Alejandro Marín
Trompetas Nelson Sneider Silva Luis Joaquín Silva Samuel Felipe Cañas Gustavo Andrés Jaramillo Jaquelin Páez
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atencionalciudadano@ofb.gov.co info@ofb.gov.co Orquesta Filarmónica de Bogotá Calle 39 bis No. 14 - 57 PBX. 288 34 66 Ext. 163
filarmonibogota
Programación sujeta a cambios Para mayor información visítanos en
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