Los Venerables Mártires de Zographou Higúmeno Tomás, los Veintidós Monjes y Cuatro Laicos Cuya memoria se celebra en la Santa Iglesia el 10 de Octubre En el año 1261, el Emperador Bizantino Miguel VIII Paleólogos logró, más allá de toda expectativa, librar a Constantinopla de los Latinos, que la habían conquistado hace cincuenta años. Pero, necesitaba ayuda para salvar a su débil reino, al cual los Turcos, Serbios y Búlgaros lo estaban destruyendo. Para ello decidió unirse a la Iglesia de Occidente con los Latinos, y someterse al Papa como cabeza de la cristiandad. Paleólogos erróneamente pensó que solo por medio de esta unificación podía librarse de sus dificultades y trabajar mucho para lograrlo, utilizando métodos persuasivos, violentos y drásticos; pero encontró determinada oposición de parte de su pueblo y del clero, en particular de los monasterios de Athos, que en ese momento albergaba no solo monjes Griegos sino también Georgianos, Serbios, Búlgaros y Rusos. Los Padres Atonitas le dirigieron una epístola en donde probaban que ni la “primacía y pre-eminencia” del Papa, ni la práctica de conmemorarlo en la Divina Liturgia, o el uso de pan sin levadura para la celebración de la Eucaristía, ni la adición de la cláusula “y del Hijo” al Símbolo de la Fe, serían de ninguna manera aceptados o tolerados. Y llamando a Miguel hereje, le pidieron que abandone su enorme y peligrosa decisión. Entre otras cosas ellos escribieron: “Nosotros claramente discernimos que has caído en herejía, y te pedimos que: abandones todo esto y vuelvas a las enseñanzas que has recibido y en las cuales hemos confiado. Preserva lo que has recibido en prenda, y rechaza las innovaciones no santas que vienen de una falsa autoridad y de conjeturas en la Fe, para que puedas aparecer con todos los cristianos en el día del Señor como un Ortodoxo amado de Dios, y se te otorgue la herencia del Reino Celestial.” Como la historia lo ha dicho, Miguel Paleólogos no escuchó las recomendaciones de los padres Atonitas. Por el contrario, sin titubear en aplicar los más brutales medios para obtener confirmación para su unión, el descargó su ira contra los monjes. Después de la proclamación de la Unión de Lyon en 1274, hubo represiones contra aquellos que repudiaron esta unión, y en 1278 se expidió un decreto, imponiendo la unión por cualquier medio que fuera necesario, incluso la violencia. Roma, sin embargo, no confiaba en Miguel, pues incluso con ellos era notorio su doble discurso e hipocresía. Los papas le hacían muchas demandas, con el objetivo de que toda la Ortodoxia se someta completamente a ellos, y cuando hayan alcanzado esto, excomulgarlo. Esperando convencer a los mensajeros papales de su devoción a la Iglesia Romana. Miguel se puso en contra de su propia familia a quienes mandó tomar prisioneros porque se mantuvieron en la fe Ortodoxa, a Andronicus y Juan Paleólogos a Miguel e Isaac Raulos. La naturaleza cruel de Miguel le hacía pensar que ellos estaban en su contra para removerlo del trono, al cual ascendió por medio de horrendos crímenes y traiciones, el mismo asesinó al justo emperador, Juan IV 1
Laskaris, a quien había jurado proteger cuando durante su reinado fue amenazado por una minoría. Aún así, todos los esfuerzos de Miguel y sus atrocidades fueron en vano; pues el no logró nada. Durante la campaña contra Juan Ducas, Soberano de Epirus, Miguel enfermó y murió en 1282, en su campamento cerca de la ciudad de Beria, excomulgado por los Latinos y por la Iglesia de Oriente. La indignación popular y el disgusto por la brutalidad del último emperador era tan grande que su hijo y heredero Andronicus, que estaba de su parte, no se atrevió a llevar a cabo un funeral imperial para su padre, sino que ordenó que sea enterrado en un monasterio cercano durante la noche. La viuda, Emperatriz Teodora fue obligada a emitir un comunicado a manera de “confesión” en el cual ella se comprometía a nunca conmemorar a su esposo muerto. Así finalizaron los esfuerzos del Emperador Miguel VIII Paleologos. Fue durante su reinado en que invadieron los papistas el Monte Athos. _______________________________________________________________________________ El Imperio Griego estaba en terribles condiciones, Miguel Paleologos envió mensajeros al papa en Italia, con cartas llenas de falsedades. Estas cartas entre otras cosas, decían: “Somos inocentes de todo lo que los Búlgaros han hecho contra ustedes, hemos sido víctimas de arbitrariedades y debemos temerles. Seguimos a la Iglesia Romana, en quienes no hemos dejado de creer, y de confesar, por lo tanto les suplicamos: ayúdennos, pues creemos en los mismo que ustedes, porque sino pereceremos en manos de estos Búlgaros, crueles y bárbaros. Si ustedes no nos ayudan, será borrado nuestro nombre de la faz de la tierra y ustedes serán castigados por el Dios Todopoderoso” Cuando los enviados llegaron a Italia, los soberanos católicos romanos tomaron armas, y salieron hacia Constantinopla, no tanto para ayudar sino para destruir a Paleólogos, “quien creía en lo mismo que ellos” De camino a Constantinopla, pasaron por Monte Athos, que es llamada hasta nuestros días como la Santa Montaña y comenzaron a perseguir a quienes estaban en ella. Primero fueron a la Lavra de San Atanasio y ordenaron a los monjes que se unan a la Iglesia Romana y entren en comunión con ellos. Aterrorizados los monjes, interpretaron incorrectamente las palabras del Apóstol “No hagan justicia por sus propias manos…” (Rom 12:19) y consintieron que unos sacerdotes depuestos se unan a ellos, esperando así preservar el Monasterio. Pero esto no les fue de provecho, pues la ira de Dios descendió sobre ellos, y murieron en su iniquidad. Sin embargo para traer reproches a los monjes de ese Monasterio hoy en día, nos guardamos la manera en que fue dado este castigo. Los Latinos entonces fueron al Monasterio de Iveron y les pidieron a los monjes unirse a ellos. Pero los monjes de ese monasterio no lo hicieron, sino que denunciaron sus iniquidades y fueron consignados a la perdición, de acuerdo con las palabras del apóstol, por causa de sus innovaciones. Escuchando esto, los latinos llenos de ira forzaron a los monjes del monasterio. Los más ancianos fueron enviados en un bote a altamar y naufragaron. Ellos, al haber desobedecido a los injustos, recibieron las coronas de la confesión y el martirio. Los más jóvenes, eran Georgianos de nacimiento, y todos los bienes materiales del monasterio, fueron enviados a la guerra, para ser malgastados y a los monjes les arrancaron sus hábitos y fueron vendidos a los Judíos. 2
Dejando el Monasterio de Iveron, los Latinos se dirigieron al Monasterio de Vatopedi, allí solamente encontraron monjes muy ancianos, quienes al ser cuestionados por el resto de los monjes, respondieron: “Ellos se fueron a esconder en el bosque, para protegerse, preservar la Fe y para no contaminarse con el contacto con los que blasfeman.” Inmediatamente los Latinos asesinaron a estos santos monjes e inmediatamente se apresuraron a buscar en los alrededores del monasterio y encontraron al Hegumen y al resto de monjes e intentaron persuadirlos de abandonar su fe y unirse a los latinos. Lo hicieron de una manera gentil pero ellos respondieron firmes y convencidos por medio del Hegumen: “Es mejor agradar a Cristo que al anticristo!” y le respondieron sorprendidos “Es decir que nosotros no somos de Cristo, sino del Anticristo? El santo respondió: “Si, pues todo aquel que se opone al Evangelio de Cristo es un anticristo, y si es el quien ahora les protege. Qué comunión puede haber entre la luz y la obscuridad? ¡Nunca nos uniremos a ustedes!” Los herejes, al escuchar esto se ofendieron muchísimo, no solo que no quisieron ser persuadidos de ser ortodoxos, sino que levantaron sus manos contra los monjes y los colgaron a todos. Desde entonces hasta nuestros días este lugar es conocido como “Phourkovoni” que quiere decir “el lugar de la horca”.
Después, los Latinos se dirigieron hacia el otro lado de la montaña, hacia el Monasterio del Santo Mártir Jorge, conocido como Zographou. Los monjes de ese monasterio estaban gobernados en ese tiempo por el muy venerable Hegumen Tomás, que había conocido varios días antes sobre la invasión de la Santa Montaña por los herejes. El Hegumen había recibido esta información de la siguiente milagrosa manera. Un cierto monje virtuoso vivía en la viña del monasterio antes mencionado, a una distancia de media hora a pie. Este anciano tenía en su casa un ícono de la Toda Santa Theotokos para su devoción personal y leía el Akathistos ante el y lo incensaba diariamente. Fue ahí, cuando los blasfemos romanos llegaron a la Santa Montaña con la malvada intención y ya habían desembarcado en un puerto, este anciano santo estaba de pie ante el ícono de la Santísima Theotokos recitando el Akathistos como es costumbre. Y cuando dijo, “Regocíjate!” el escuchó una voz proveniente del ícono que le decía, “Regocíjate tu, anciano! Apresúrate, huye de este sitio, que la mala desgracia no caiga sobre ti! Anuncia a los hermanos del Monasterio que deben asegurar las puertas, porque los Romanos han llegado, a mi lugar elegido, a traer violencia.” El anciano postrándose ante el ícono de la Madre de Dios, le dijo: “Oh Señora, cómo voy a dejarte en este lugar mi Protectora?” Ella respondió: “No te preocupes por mi, vete rápido.” Y cuando el salió hacia el monasterio a anunciar lo que le había pasado y el anuncio que había recibido, el santo ícono de inmediato dejó ese lugar, con un poder inefable y de manera 3
desconocida, llegó al monasterio antes que el anciano, permaneciendo inmóvil en las puertas del monasterio. El anciano, llegando al monasterio y mirando el santo ícono en la entrada, se lleno de temor y relato lo sucedido a todos los monjes. Los monjes, viendo el ícono de la Santísima Theotokos y escuchando el glorioso milagro, dieron gloria a Dios y a Su Santa Madre. El Hegumen, conociendo esta revelación sobre la calamidad impedida, empezaron a instruir a sus monjes a permanecer con ánimo y no con miedo, diciendo: “Padres y hermanos, aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues no han aceptado el espíritu de la esclavitud y del miedo, sino el espíritu de la unidad de hijos de Dios. Y si lo somos, somos sus herederos y co-herederos con Cristo; su sufrimos por El, seremos glorificados con El, pues confío que los sufrimientos soportados en este tiempo, no se comparan con la gloria que se nos revelará. Y de acuerdo con el apóstol, les digo: cualquiera de nosotros que esté preparado para el martirio, que permanezca conmigo en el Monasterio; y el que tema las torturas, que tomen los vasos sagrados de la capilla y que huya de este lugar hasta que la ira de los herejes se vaya, para no caer en la blasfemia renunciando a nuestra Fe” Que los que temen se escondan en los bosques, cuevas y montañas. Pero el santo Hegumen y el resto de monjes subieron la torre, no sin temor, sino para tener el tiempo necesario de denunciar la herejía.
Los atormentadores llegaron y rodearon el monasterio por todas partes, empezaron a gritar por todos lados, empezaron a gritarles hacia la torre: Abran las puertas! Pero el venerable respondió “No les conocemos, de dónde vienen?” Ellos respondieron: “Somos siervos de Cristo y hemos venido a hacerlos volver al camino, pues se han separado.” Pero entonces dijeron: “Váyanse de aquí, hacedores del mal, pues el apóstol ha dicho: Si un ángel del cielo empezara a predicarles lo que nosotros no hemos predicado, que sea anatema. Quien busca un nuevo maestro? Nadie, díganle a ese que está loco. Relátennos lo que predican, y si es de Dios, nos uniremos a ustedes y 4
les recibiremos como a nuestros hermanos; pero si no es de Dios, aléjense de nosotros.” Entonces les respondieron: “Somos de Dios, y creemos en el Señor Jesucristo; enseñamos el Santo Evangelio y hemos sido enviados por el santísimo papa de Roma, que es la cabeza de la Iglesia, para decir lo que para ustedes pobres hombres ignorantes es incomprensible, para que sean más sabios y comprendamos los pronunciamientos de la Iglesia y fielmente leer el Santo Símbolo, [que es, “Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso…”], que el Santo Espíritu procede del Padre y del Hijo; y en ofrecimiento de los santos dones (prosocomidia) ofrecemos pan sin levadura; permitimos que los sacerdotes se afeiten sus barbas, pues en ello no hay pecado al momento de servir a Dios pues son los novios de la Iglesia. Si ustedes cumplen con todas estas cosas, entonces recibirán la purificación por parte del Altísimo, y tendremos misericordia de ustedes por su arrepentimiento. Pero si no hacen esto, los destruiremos sin misericordia, para que no ocupen en vano un lugar en esta tierra.” Estas y otras cosas dijeron los herejes. Pero los monjes venerables les respondieron así: “Deseamos encontrar la Verdad y no tomamos en cuenta sus necias propuestas, pues no tenemos miedo de sus amenazas, ya que está escrito: debemos temer a Dios, no al hombre” Y continuaron con valentía: “Nadie nos puede hacer daño, si Dios está con nosotros, quien es admirable y ama la santidad. Nuestro Señor Jesucristo nos dice en el Santo Evangelio: “Cuando venga el Consolador, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí.” (Jn. 15:26); y lo dice otra vez, “Y yo rogaré al Padre y les dará otro Consolador, para que este siempre con ustedes…” y además dice: “Les he dicho todo esto mientras estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recuerden lo que yo les he enseñado y les explicará todo.” (Jn. 14:16, 25-26)” Estas palabras repitieron los venerables monjes, como prueba de la verdad y con ella silenciar a los que dicen que el Espíritu Santo proviene del Hijo. Y añadieron esto: “Si no creen así, ustedes están en pelea con el Espíritu, entonces deben ser instruidos por el precursor Juan Bautista, quien miró al Espíritu Santo descendiendo en forma de paloma de los Cielos iluminando al Hijo; miren como es del Padre que procede el Espíritu.
El verdadero monje luchando por la salvación de su alma ante las tentaciones, difícilmente puede caer ante los errores de la herejía 5
Esta es la enseñanza de nuestra Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica, enseñanza que proviene de los divinos y purísimos labios de nuestro Señor Jesucristo, quien además nos envió diciéndonos: “Vayan por todo el mundo y prediquen la buena nueva a toda criatura. El que crea y se bautice se salvará, pero el que no crea, se condenará.” (Mc. 16:15-16) Y también: “Por eso les digo que se perdonará a los hombres todo pecado y toda blasfemia; pero la blasfemia contra el Espíritu no se les perdonará. Al que diga algo contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que lo diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el venidero” (Mt. 12:31-32). Dado que fue por acción del Espíritu Santo todos los profetas, apóstoles y maestros, fueron enseñados y predicados, fueron bautizados y aprendieron la enseñanza de la Fe Ortodoxa en todos los confines de la tierra y enseñaron también a aceptar los cuatro Evangelios: el de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, el que añadiera un quinto evangelio, que sea condenado. “Cualquiera que ofende a mis hijos” dice el Salvador, “es digno de castigo”, y quien cause confusión en el mundo, como ustedes lo han hecho, que excusa van a dar para escapar del castigo que se merecen?
MONASTERIO DE ZOGRAPHOU HOY EN DIA Cuál de los concilios divinamente convenidos, proclaman que el Espíritu Santo, proviene del Padre y del Hijo? Y cuán de ellos tiene un cánon en donde se debe ofrecer pan sin levadura y cortar nuestras barbas, como ustedes? Ustedes están poseídos por siete espíritus del mal (en oposición de los Siete Concilios Ecuménicos). De qué manera predican a Cristo, oponentes del Espíritu? Ustedes predican no el evangelios, sino la enseñanza del anticristo! No creemos en un quinto evangelista aparte de Mohammed el Saraceno, precursor del anticristo, quien ya dispersó las semillas de su perniciosa herejía. Y en cuanto a su ofrenda con pan sin levadura, esta es una costumbre Judía. Y ustedes pueden decir: no comió Cristo la cena pascual y la celebró así como la circuncisión y otras costumbres; y 6
después sentado con sus doce discípulos, estableció la Nueva Pascua, la Suya. En la noche, habiendo tomado pan en sus manos lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “tomad y comed este es Mi Cuerpo…” Este es un verdadero Misterio. El pan que tomó en sus manos, era pan con levadura, no era pan ácimo, ustedes lo ofrecen ilícitamente, sujetándose a la herejía de Apolinario. El afeitar nuestras barbas, no se nos ha sido enseñado ni por el Antiguo Testamento ni por el Nuevo; pues en el Antiguo Testamento, desde el primer hombre creado, los admirables profetas, incluso hasta nuestro mismo Señor Jesucristo no decretó sobre este tema. En el Nuevo Testamento ni nuestro Señor ni los Apóstoles dijeron nada, tampoco los Concilios Ecuménicos en sus cánones, hasta un hombre ciego podría ver. Sería mejor para ustedes, oponentes del Espíritu, no cortar sus barbas sino sus lenguas, para que no pronuncien más blasfemias y ofensas llevando a otros a la perdición. Es mejor cortar un pedazo de árbol que dejar que dañe el resto de el y sus frutos. No nos cortamos nuestras barbas, sino lo que procede de un corazón maligno, es decir: malos pensamientos, asesinato, adulterio, robo, perjurio y blasfemias que puedan proceder de nuestra mente oscurecida. Esto y no nuestra barba, corrompe al hombre y mucho más a los sacerdotes. No hay muchos novios de la Iglesia, sino solo Uno, que vendrá a media noche a juzgar a los vivos y a los muertos. Los Ortodoxos son los vivos; los herejes son los muertos, de acuerdo con sus actos.
UBICACIÓN SATELITAL DEL MONASTERIO DE ZOGRAPHOU EN LA PENINSULA DE MONTE ATHOS EN GRECIA
Les pedimos amigos: acepten la verdad, la Fe Ortodoxa, que es la vida y la iluminación de las almas, y sigan a los santos Padres de los Concilios Ecuménicos, recibiendo la fe de los Santos Apóstoles, han hecho un pronunciamiento, de acuerdo con el Símbolo: “Y quien quite o añada algo, que sea condenado” Y de este pecado (cambiar el Símbolo de la Fe) nadie es capaz de liberar al ofensor y liberarlo de los tormentos preparados para el. Escúchennos amados, y abandonen su maldad, para que sus almas no sean sujetas al eterno castigo.
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ICONO MILAGROSO DE SAN JORGE EN EL MONASTERIO DE ZOGRAPHOU DESDE EL AÑO 919 CUANDO APARECIÓ PINTADO EN LA IGLESIA FUE PRESERVADO DEL FUEGO QUE CONSUMIO A LOS MARTIRES
Pero para los inicuos, estas palabras dichas por los santos monjes fueron como golpes desagradables. Encendieron el monasterio por todos lados. Pero nuestros venerables Padres, como los tres jóvenes en el horno, se mantuvieron en la torre, envueltos en fuego y ofreciendo sus oraciones a Cristo, diciendo: “O Maestro, nuestro Bondadoso Señor Jesucristo, Hijo Unigénito y Verbo Dios, que como cordero sin mancha te ofreciste a Ti mismo en sacrificio por la raza humana! Y tu Señor, derramaste Tu Preciosa Sangre por Tu Iglesia diciendo que las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ella, protege a Tu Iglesia de los lobos que la están destruyendo. Acreciéntala Tu herencia, oh Señor, por todo el mundo, hasta los confines de la Tierra, derrota esta herejía por el Poder de Tu Santísimo Espíritu; presérvala pura e intocada por todos los siglos; santifícala y glorifícala contigo y ten misericordia de ella; exalta la protección de tus santos para tu gloria y nuestra memoria; y recibe esta oración de nuestros labios como el dulce y agradable aroma del incienso. Míranos a nosotros, como miraste la ofrenda de Abraham y el sacrificio de Isaac, y acéptanos, pues Tu eres bueno y Amante de la humanidad.” Y cuando completaron la oración, se escuchó una voz del cielo que dijo: “Regocíjense, pues grande es su recompensa en los Cielos!” Los atormentadores, al oír esta voz inesperada, se llenaron de terror, pero la oscuridad de sus mentes y de sus corazones no les permitió comprender lo que había ocurrido, pues el mismo Espíritu Santo a quien habían blasfemado no permitió que se liberen de esa oscuridad. Los bienaventurados Padres encomendaron sus almas a Dios, y murieron en las llamas en el año 1276, pero algunos manuscritos inscribieron como fecha del martirio el 10 de Octubre de 1280. 8
El número de los mártires que sufrieron en Zographou fue de veinte y seis, de los cuales veinte y dos eran monjes y cuatro eran laicos. Los nombres de os laicos nunca fueron registrados, pero los nombres de los monjes si, eran los siguientes: Tomás, Barsanufio, Cirilo, Micah, Simon, Hilarion, Santiago, Joanicius, Paul, Antonio, Eutimius, Domecio y Parthenius. El primero de ellos, Tomás era el Higúmen y fue el quien condujo la mayor parte de la discusión con los impíos Latinos. El mencionado al final; Parthenius, fue atrapado por una llama que lo lanzó de la torre al suelo, y no murió inmediatamente, el sobrevivió por treinta días y relató a todos lo que sucedió. El escapó de ser visto por los verdugos y permaneció escondido por un tiempo hasta que fue descubierto por otros hermanos que lo regresaron a las aún ardientes ruinas del Monasterio y finalmente entregó su alma a Dios, el 10 de Noviembre, recibiendo así la corona del martirio junto con sus hermanos que se fueron antes que el. Después de esto, los Latinos se dispersaron por toda la Santa Montaña, y ningún monasterio o torre o habitación monástica, se escapó de ellos; todo fue destruido, quemado y todos los objetos de valor y reliquias saqueadas. Los herejes no pudieron invadir el Protaton (1er Monasterio de Athos) inmediatamente y aunque hicieron varios intentos, incurriendo en pérdidas para ellos, se vieron forzados a retirarse por un tiempo. Pero luego, descendiendo inesperadamente hasta la guardia, invadieron el Protaton ocasionando una gran y sangrienta batalla. Los enemigos de la Verdad arrasaron con una multitud de defensores, matándolos y quemando los edificios, sin dejar un solo sobreviviente y atormentando al venerable Protos con muchas torturas, lo colgaron ante el Protaton en el lugar llamado Khalkos. Para alegría de nuestra Metrópolis de Ecuador y Latinoamérica, Su Beatitud Metropolita Angelos, El reconstruido Protaton en Karyes, Presidente del Santo Sínodo Metropolitano (GOX) del la capital de Monte Athos, frente a él colgaron a San kosmas Protos Calendario Patristico ha regalado al Metropolita Chrysóstomos en noviembre 2010 varias reliquias importantes para la Ortodoxia y entre ellas particularmente la santa reliquia de San Cosmas Protos, el santo Mártir que fue colgado ante el Protaton, esta es una de las excepcionales reliquias que se conservan en toda la ortodoxia de los mártires de Athos, en manos de los latinos romanos, y al haber sido traída a Latinoamérica es así mismo un signo ante Dios de las oraciones elevadas ante Dios, pidiendo por la pureza de la fe ortodoxa. 9
Desde allí, los inicuos Latinos cruzaron hacia el lado sur de la montaña donde los monjes del Monasterio de Xeropotamou les recibieron con ramos en sus manos, saludándolos con las siguientes palabras: “¡Que la Paz de Cristo esté con ustedes!” y los herejes respondieron: “Que así sea!” Y entraron de inmediato al monasterio con los monjes y presentaron lo que habían robado, quisieron hacerse pasar como benefactores del monasterio. Los monjes se unieron a los herejes; pero Dios, mirando a los impíos, hizo su Santa Voluntad y en el momento de la liturgia, cuando entonaron la petición “Por nuestro arzobispo que está en Roma y por el piadoso emperador”, la tierra tembló y las paredes del monasterio con los edificios colapsaron y cayeron sobre ellos, como los muros de Jericó en el tiempo de Josué. Solamente una porción del muro, permaneció inclinado y es el testimonio del resultado de lo que se hizo en ese lugar. En ese lugar y en el momento de la ofrenda murieron una multitud de Latinos por la estrepitosa caída de los muros de la Iglesia. Algunos sobrevivieron, y miraron tal milagro, tuvieron vergüenza y temor, otros se arrepintieron y permanecieron en los monasterios por muchos años y se hicieron buenos monjes. Los monjes de Xeropotamou, avergonzados por Dios y reconociendo su ofensa, se lamentaron amargamente, deambulando de un lugar a otro como pájaros sin nido, sin un lugar para reposar sus cabezas, pues su monasterio había sido destruido por causa de su trasgresión. Al mismo tiempo sucedió el milagro de los Cuarenta Santos Mártires de Sebaste que ocurrió en ese monasterio. La historia lo narra de esta manera: Cuando fue construido el catholicon y adornado por el memorable y bendito Emperador Romanus, un jerarca fue convocado para su consagración. Durante la consagración, cuando el jerarca pronunció: “En el nombre de los cuarenta Mártires!” sucedió que a los pies del altar nació una enorme planta con ramas y brotes que parecían manzanas, eran cuarenta, correspondiente al número de los Mártires. La planta, creció muy alta y se dobló enrollándose en la mesa del Altar. Este glorioso milagro fue atribuido por todos para Gloria de Dios y de los Santos Cuarenta Mártires. Todos los enfermos en el monasterio, fueron sanados al comer estos frutos, la fama de este milagro se extendió por todo el mundo. Todos los enfermos recibían un poco de este fruto y se sanaban, y quienes no podían viajar, enviaban regalos al monasterio y obtenían en retorno una porción de la planta sanadora y recibían la sanación cuando la compartían. Esta planta se consumió completa en el curso de un año, debido a la multitud de personas que recurrieron por medio de ella a la Misericordia de Dios; pero en honor de los Cuarenta Mártires, la planta se renovó anualmente el 9 de Marzo, el día en que se conmemoraba. La maravilla de esta planta portadora de gracia superó la maravilla de la piscina probática que se narra en el Evangelio, pues las aguas de esta piscina sanaban solo a aquel que entre primero, pero esta planta sanó a mucha gente en diversos lugares y en el mismo momento de probarla, por ello era tan maravilloso el milagro. 10
Pero para el enemigo, que desde la antigüedad ha odiado lo bueno y ha sido enemigo de los Cristianos Ortodoxos, no podía estar peor con este milagro que empezó a boicotear y a tramar hasta que logró sus deseos. Sedujo a los monjes a la comunión con los herejes Latinos y entonces el milagro cesó. Solamente con esto, los que blasfeman al Espíritu Santo y ofrecen de pan sin levadura convencieron a los monjes. Es importante igualmente en medio de este relato, que destaquemos que en nuestra Metrópolis de Ecuador y Latinoamérica conservamos igualmente las reliquias de dos de los Mártires de la Legión Tebana, parte de los 40 martirizados en Sebaste: San Priscus y Aetius, las dos reliquias expelen continuamente fuerte olor a flores o perfume. Fueron igualmente traídas por nuestro Metropolita Chrysóstomos desde Grecia en noviembre del 2010. Y celebramos la fiesta el día 9 de marzo. El Malvado Emperador Miguel Paleologos, pensó viajar hasta la Santa Montaña para aniquilar a la Ortodoxia, pero no pudo hacerlo, pues su reino terminó antes de lo esperado. Los monjes, que se habían escondido de los herejes Latinos, salieron de sus lugares de refugio y regresaron, cada uno a sus lugares, lamentándose pues sus habitaciones había estaban en ruinas, también encontraron montones de escombros y a sus hermanos encadenados. Monte Athos lloraba por sus hijos, como Raquel. Y quién no iba a hacerlo al ver todo lo que había pasado? Las lamentaciones subieron a los cielos, como las de David: “Oh Dios, los heterodoxos han descendido a este lugar que es la porción de Tu Santísima Madre, y han mancillado tus santos templos y han dejado los cadáveres de tus siervos como alimento de los pájaros y de las bestias, han derramado su sangre como agua sin que hubiera alguien que los entierre. Muestra tu ira en los que blasfeman y que han abandonado la Fe Ortodoxa! Que tu Misericordia nos proteja, Oh Señor pues somos muy pobres, ayúdanos, Oh Dios y Salvador, por el amor de Tu santo nombre, libéranos y límpianos de nuestros pecados por amor a tu Nombre, que los heterodoxos no digan: dónde está su Dios? Y haz que su castigo suceda ante nuestros ojos por haber derramado la sangre de Tus siervos. Y nosotros, Tus siervos, te confesemos Oh Dios, por todos los siglos, que permanezcamos en la gloriosa confesión y tradición de nuestros padres de generación en generación.” Así, llorando y lamentándose los enterraron en toda la Santa Montaña, donde los encontraban. La memoria de los venerables Mártires que sufrieron en ese entonces se celebró junto con todos los santos que habían luchado en su vida ascética desde tiempos inmemoriales, el domingo seguido del Domingo de todos los Santos. Pero la Comunidad Monástica de Zographou pensó que sería necesario instituir una nueva festividad para los veinte y seis venerables Mártires de su monasterio. Pues ellos razonaron que, si la Iglesia celebra la memoria del los Santos Padres que sufrieron en el Monte Sinaí y en la Lavra de San Savvas, no por su propia voluntad o por la pureza de la Fe Ortodoxa, sino en manos de los infieles Saracenos, entonces es mucho más propio que haya una conmemoración de los Santos Padres de Zographou que sufrieron por su propia voluntad por la Santa Ortodoxia en manos de los herejes Latinos. Esta fue la opinión y deseo de toda la comunidad monástica; y además, no podían dejar de lado este anhelo, mirando con compunción y besando los restos venerables de los mártires, pasando 11
diariamente por la torre en la cual les quemaron por confesar y defender los dogmas de la Santa Iglesia Ortodoxa, e inhalando la inefable fragancia que venía del lugar donde fueron sacrificados. Este noble deseo sin embargo, se logró después de algunos años, cuando el monasterio cambió su sistema monástico de idiorítmico a cenobítico. Entonces la conmemoración de estos santos se inició, en conformidad con el deseo que expresaron ellos mismos en oración al Señor el momento previo a las llamas: “Exalta la morada de Tus santos, Oh Señor, por Tu gloria y en memoria nuestra!”
La memoria de estos gloriosos veinte y seis venerables Mártires se ha mantenido en Zographou el 10 de Octubre, el día de su martirio, mientras que los Mártires de Iveron y Vatopedi se conmemoran el 13 de Mayo y 3 Enero respectivamente.
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TROPARIO DE LOS SANTOS MÁRTIRES DE ZOGRAPHOU Tono 1 Honorablemente franquearon la lucha ascética en el Monasterio de Zographou, Oh venerable regimiento de veintiséis valientes padres, se ofrecieron a sí mismos ante el fuego, como sacrificios para Dios, con la fiel resolución de la piedad. Por ello recibieron el doble galardón de Dios, glorificándolo pues los ha coronado. KONTAKION DE LOS SANTOS MÁRTIRES DE ZOGRAPHOU Tono 8 Alabemos a los veintiséis sagrados y venerables atletas, intercesores y protectores de Zographou, que abatieron el orgullo de los Latinos, soportando la salvaje inmolación. Recibiendo por ello la corona; digamos todos: Regocíjense, Oh venerables sufrientes!
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