Intervesión francesa en el Genocidio de Ruanda

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Asignatura: África La huella francesa en el genocidio ruandés1

Oscar Abraham Reyes Noblecías 30 de Noviembre de 2012 Doridant Raphaël y Crétollier François, La huella francesa en el genocidio ruandés, Periódico Diagonal, 5 de abril de 2010, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.diagonalperiodico.net/La-huella-francesa-en-el-genocidio.html 1

“Es deber de todo ser humano intentar comprender el encadenamiento de los hechos que han desembocado en este drama”.

Boubacar Boris Diop La crisis humanitaria que se vivió en Ruanda en 1994 es una de las más trágicas en la historia, no sólo de África sino del todo el mundo. Su desarrollo estuvo marcado por la injerencia de factores externos, que históricamente sellaron y profundizaron la rivalidad entres los grupos étnicos de los hutus y los tutsis, y que derivaron en las cruentas imágenes que dejó el genocidio ruandés. En proporciones demográficas, la población hutu alcanzaba cerca del 85% de la población mientras que los tutsis abarcaban el 14% de ésta.2 Según cifras oficiales proporcionadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU), murieron aproximadamente 800’000 ruandeses, en su gran mayoría tutsi, en tan sólo 100 días.

El análisis que reduce el conflicto en una disputa primitiva entre etnias brinda una única perspectiva del hecho, pero que deja fuera muchos otros factores, en especial la injerencia de las potencias extranjeras. Sí bien es cierto que ésta tuvo que ver con la acentuación del conflicto racial desde el periodo colonial, ésta también se registró durante los años previos y meses que duró el genocidio a través de la participación de las potencias en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y algunas misiones “humanitarias”, e incluso en años posteriores al término de éste.

La intromisión de Europa se registra en la historia ruandés desde finales del siglo XIX, cuando estuvo bajo la órbita del dominio alemán, de 1894 a 1918, año en el que Alemania cede la administración de Ruanda a Bélgica bajo el sistema de mandatos promovido por la Sociedad de Naciones.3 La administración belga privilegió a la minoría tutsi; de rasgos finos, piel clara y más altos, y por lo que eran considerados más próximos en la línea evolutiva a los europeos, lo que según los colonizadores los dotaba de una inteligencia

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Cf. Varela Hilda, De Crisis Humanitarias Ignoradas y Mitificadas: Rwanda 1994, en Estudios de Asia y África, septiembre-diciembre año/vol. XXXV, número 003, Colegio de México, México, pp. 450 3 Cf. Ternon Yves y Georges Bensoussan, Rwanda : l’histoire d’un génocide, en Canal Académie, Francia, 2009, (Consultado en línea 2311-12) http://www.canalacademie.com/ida4453-Rwanda-l-histoire-d-un-genocide.html

superior y de unas innatas dotes de mando4. Por ello, es que emprendieron un riguroso sistema de clasificación por etnia basado en la medición de la nariz y el cráneo. Los privilegios que se otorgaron al grupo tutsi, a cambio de su colaboración con la metrópoli belga, fueron su acceso a la educación y puestos en la administración y el ejército.

En 1959 se registró una revolución de hutus que forzó a más de 300’000 tutsis a huir del país, reduciendo aún más su número respecto a la mayoría hutu. En 1961 la victoria de los hutus forzaría a la monarquía tutsi, aliada de los belgas, al exilio, lo que equivalió a la declaración del país en una República. Lo anterior, aunado a la presión ejercida por Naciones Unidas, permitió que Bélgica reconociera de manera oficial a la nueva república, otorgando la independencia de Ruanda en julio de 1962.5 Los años inmediatos a la independencia Ruanda fue gobernada por un partido pro hutu y antitutsi. Desde 1962 a 1973, “el gobierno de G. Kayibanda procuró establecer un sistema de partido único e intentó crear un aparato estatal fuerte y centralizado, encarcelando, matando o expulsando a todos los políticos tutsis influyentes y algunos políticos hutus moderados”.6 Durante este periodo, comienzan a desarrollarse medidas de tipo represivo y militar en contra de los tutsis, mismas que se convertirían en los primeros eslabones sangrientos que conducirían al genocidio décadas más adelante. En los primeros años de la década de 1970 estallaría de nueva cuenta la ola de violencia, recrudeciendo el contexto ruandés y llevando al poder al general Juvenal Habyarimana, quien se convertiría en el líder más importante del gobierno de Ruanda. Él fundó el partido del Movimiento Revolucionario Nacional para el Desarrollo (NRMD) y se convirtió en presidente en 1978, siendo reelecto de nueva cuenta en 1983 y 1988. Las directrices que guiaron este movimiento fueron la unidad nacional, la democracia responsable y la movilización de la sociedad en aras de lograr el desarrollo.

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Montero Gómez Juan, Ruanda: el horror en francés, Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Noviembre 2010, España, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.bibliotecas.ulpgc.es/peritia/documents/Boletin/BOLET%C3%8DN6.pdf 5 Cf. History, The Rwandan Genocide, (Consultado en línea 22-Noviembre-2012) http://www.history.com/topics/rwandan-genocide 6 Varela Hilda, De Crisis Humanitarias Ignoradas y Mitificadas: Rwanda 1994, en Estudios de Asia y África, septiembre-diciembre año/vol. XXXV, número 003, Colegio de México, México, pp. 457

El gobierno de Habyariamana era considerado por la comunidad internacional como un gobierno exitoso. Sus dividendos en materia macroeconómica resultaban ser estables y por ende se había podido mantener ajeno a los ajustes estructurales promovidos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Por ejemplo, el PIB per cápita en 1990 era de $ 251 dólares, mismo que en 1994, año del genocidio, se redujo dramáticamente a $ 152 dólares, y que para 2005 alcanzaría casi el mismo valor que tuvo en 1990, $ 258 dólares. Otras cifras que denotan su solvencia económica es el total de deuda externa, la cual que equivalía a 28 millones de dólares en 1990, 127 millones en 1994 y 66.8 millones en 2005.7 En el aspecto social se mantuvo el sistema de identificación étnica, mismo que sería una pieza vital para identificar al grupo tutsi durante el genocidio, mediante el cual funcionaba el sistema de cuotas por etnia que se aplicaba en asignación de lugares en las instituciones educativas. Este tipo de medidas, lejos de generar la inclusión de las minorías a la vida nacional, terminaban por fomentar la discriminación hacia éstas.

A pesar de la relativa prosperidad de la que gozaba Ruanda, su economía basada principalmente en el ámbito agrícola, se vio quebrantada en 1986 cuando se registró un descenso en los precios internacionales del café, producto que constituía la principal entrada de divisas. Además el enriquecimiento de algunos sectores comenzó a hacerse notorio, generando con ello descontento de la población. Los principales problemas a los que se enfrentaba la sociedad ruandesa eran el despilfarro del gasto del gobierno, la corrupción, el acaparamiento de grandes extensiones de tierra por parte de los funcionarios públicos, la insuficiencia alimentaria, la dependencia de su economía derivada del casi monocultivo cafetalero y la ayuda externa en iba en aumento.8 En este contexto se introduce a la escena política el Frente Patriótico Ruandés (FPR), formado en su mayoría por tutsis exiliados en Uganda, y que invade Ruanda en 1990.9 A partir de este momento ambos frentes, tanto el FPR como el gobierno hutu, se enfrentaran de manera constante, generando con ello múltiples bajas en ambos bandos. En especial los

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Cifras tomadas del National Institute of Stattistics of Rwanda, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional.

Cf. Varela Hilda, De Crisis Humanitarias Ignoradas y Mitificadas: Rwanda 1994, en Estudios de Asia y África, septiembre-diciembre año/vol. XXXV, número 003, Colegio de México, México, pp. 461 9 Cf. History, The Rwandan Genocide, (Consultado en línea 22-Noviembre-2012) http://www.history.com/topics/rwandan-genocide 8

asesinatos perpetuados por los hutus serian auspiciados por los franceses y tendrían una razón étnica y sustentada en la superioridad hutu.

Dentro de la estrategia implementada por el gobierno ruandés, en su combate no oficial contra los tutsis, estuvieron incluidos grupos paramilitares y la organización de la propaganda antitutsi. En este sentido se pueden identificar la creación de los escuadrones de la muerte Réseau Zéro, el grupo de choque Akazu y la milicia Interahamwe. Ésta última de importancia y crucial transcendencia, pues involucra la doble moral puesta en marcha por una de las grandes potencias y que resultó ser pieza clave en los hechos atroces de 1994. Francia en este sentido se vuelve el elemento a resaltar en el presente trabajo. La conducción de su apoyo y ayuda, por un lado al gobierno de Habyariamana, a través del adiestramiento militar y su respaldo político, y en el otro su máscara basada en la preocupación y solidaridad mostrada en el seno de Naciones Unidas en razón de la terror prevaleciente en Ruanda, y que se manifestó a través de la supuesta intervención humanitaria por medio de la denominada Operación Turquesa, y que constituyó la corresponsabilidad entre los artífices hutus del genocidio y Francia.

Instrucción francesa Según el discurso oficial francés, desde la década de los 1990, Francia se sumó a los esfuerzos de la comunidad internacional para intentar frenar la escalada de tensiones en Ruanda.10 Esto se vuelve cierto, pero no desde la perspectiva que planteó el país galo en aquel momento. Durante el desarrollo de la crisis humanitaria, Francia fue quizá el país, miembro del Consejo de Seguridad, que mayor interés y preocupación mostró. La actitud humanitaria de Francia fue la que en gran medida dio en cierto sentido luz verde la creación de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas (UNAMIR), que tuvo como propósito la contribución a la seguridad en Ruanda, en especial en la ciudad de Kigali, contribuir a la adecuada transición de gobierno acordada en El Plan de Arusha, supervisar el proceso de repatriación de los refugiados y asentamiento de personas desplazadas y

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Ministère des Affaires étrangères, Ruanda; Relaciones Políticas, Gouvernement du France, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.diplomatie.gouv.fr/es/fichas-de-paises/ruanda/francia-y-ruanda/relaciones-politicas-789/

coordinar la ayuda humanitaria.11 También la denominada “operación turquesa” sirve como prueba de las buenas intenciones francesas, o al menos eso es lo que parecía ser en aquel momento.

Pero esa es la parte del discurso francés, la cual enmascara un trasfondo que no luce tan alentador y que terminar por cuestionar seriamente las buenas intenciones de Francia en Ruanda. Las acusaciones más serias respecto a la participación gala provienen del gobierno de Ruanda, encabezado por el Paul Kagamé, quien durante el conflicto participó como miembro del Frente Patriótico Ruandés y posteriormente fungiría el papel de vicepresidente en el gobierno surgido posterior al genocidio en dónde se forjó una coalición entre hutus y tutsis. Parte de las acusaciones que el gobierno de Kagamé manifestó, hasta fechas recientes, fueron basadas en el presunto entrenamiento que la milicia francesa presto al grupo paramilitar Interahamwe. En 2005, durante una de las audiencias de la Tribunal Criminal Internacional para Ruanda, efectuada en Tanzania, Aloys Mutabingwa miembro del gobierno ruandés acusó al gobierno francés de tener responsabilidad del genocidio de 1994 y lo inculpó de intervenir en las labores del tribunal para que este realizara las investigaciones pertinentes respecto al caso.12 Según Ruanda, Francia entrenaba a las milicias genocidas antes del desastre. Si se pretende buscar una justificación para que se brindara asistencia y soporte a los hutus extremistas, aun a sabiendas de que estos preparaban ya el asesinato masivo de tutsis, se puede encontrar en la urgencia de Francia de preservar aún bajo su esfera de influencia a Ruanda y evitar que el régimen clientelar de Habyariamana pasara a formar parte del dominio inglés. Por ello se entiende que los franceses optaran por brindar soporte político, militar, diplomático y logístico, e incluso una asistencia directa a su campaña genocida.

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En este

sentido se vuelve factible hablar de participación francesa, directa e indirecta, en la exterminación de la minoría tutsi, que se había preparado a través de la formación de

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Cf. Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Resolución 891, 20 de diciembre de 1993 Afrol News, Ruanda acusa a Francia por el genocidio de 1994, 7 de Abril de 2005, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.afrol.com/es/articles/16087 13 Kinzer Stephen,” A devastating report on France's role”, New York Times, (Consultado 23-11-12) http://www.nytimes.com/2008/08/15/opinion/15iht-edkinzer.1.15328850.html?_r=0 12

listas negras, llamados radiofónicos tendientes a exacerbar el sentimiento a la eliminación y formación de milicias extremistas.14 Francia sabía que un genocidio estaba encubándose y se podía desatar en cualquier momento. Las autoridades francesas, desde otoño de 1990, estuvieron al tanto del objetivo del gobierno hutu de radicar por completo a la población tutsi y prueba de ello es un telegrama diplomático del agregado de Defensa, fechado el 24 de 1990, y el testimonio del embajador de Francia en Kigali, quién a testiguó frente a la misión de información promovida por el Parlamento de Francia en 1998.15 Una cantidad importante de oficiales franceses incorporados a la jerarquía militar en Ruanda, entre 1990 y abril 1994, sabían que el régimen hutu estaba poniendo en marcha un sistema de autodefensa que involucraba a la población civil, la intención de esta estrategia consistía en atraer a la población a la lucha en contra del Frente Patriótico Ruandés y lo que denominaban sus “cómplices”, que no eran otros que la población tutsi.

Incluso después de que se registraran varias matanzas de tutsis, que implícitamente se atribuían al gobierno de Habyariamana, el gobierno de François Mitterrand, continuó apoyando al régimen de Kigali con armas, entrenamiento de soldados de las Fuerzas Armadas de Ruanda (FAR) y de las milicias de Interahamwa.16 Lo que es reprochable a Francia no es sólo que armó a ese ejército que preparaba sin ninguna consideración la matanza de tutsis, sino que los también preparo con sus propios instructores militares, e inclusive hay quienes amplían esta situación de complicidad con las revelaciones, por parte de militares franceses, de los escondites tutsi, denominando como “hermanos de armas” a los francés cómplices del genocidio.17

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Ayad Christophe et Bernard Philippe, Rwanda, une passion française, en Le Monde, Francia, 26-01-2012, (Consultado en línea 22-1112) http://www.lemonde.fr/afrique/article/2012/01/26/rwanda-une-passion-francaise_1635085_3212.html 15 Doridant Raphaël y Crétollier François, La huella francesa en el genocidio ruandés, Periódico Diagonal, 5 de abril de 2010, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.diagonalperiodico.net/La-huella-francesa-en-el-genocidio.html 16 Ibídem.

17 Montero Gómez Juan, Ruanda: el horror en francés, Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Noviembre 2010, España, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.bibliotecas.ulpgc.es/peritia/documents/Boletin/BOLET%C3%8DN6.pdf

Operación Turquesa, ¿humanitaria?

Mientras en el plano bilateral, Francia extendía su apoyo total al gobierno de Kigali, en plano internacional ésta se mostraba aterrorizada y preocupada por la situación de violencia que se vivía en aquel país. Si bien es cierto que al iniciarse la matanza en Ruanda ya había presencia de Naciones Unidas en este país, también lo es que con la escalada del conflicto el número del contingente de los llamados cascos azules se vio rebasado. Incluso en múltiples ocasiones, integrantes de éstos se vieron en la necesidad de solicitar al Consejo de Seguridad una ampliación en el número de tropas, así mismo de las facultades con las que desempeñaban su labor. Pero lejos de aceptar, de manera inmediata las peticiones hechas por sus mismos generales, como lo fue por ejemplo Roméo Dallaire, las fuerzas del UNAMIR se redujeron. Un ejemplo de ello fue la retirada de las fuerzas belgas aportadas a la misión a raíz del asesinato de diez belgas tras haber defendido a la entonces primer ministro ruandés, Agathe Uwilingiyimana, por considerarse que el contexto en Ruanda ofrecía riegos inaceptables y por que existían una fuerte campaña anti-belga promovida por los extremistas hutus. 18 El envío de mayor cantidad de tropas del UNAMIR llegaría meses más tarde, lo que ocasionaría que Francia se ofreciera a coordinar una operación multinacional que contribuyera a estabilizar las cosas en Ruanda. Cabe hacer el señalamiento de que la tardía respuesta del Consejo de Seguridad se debió principalmente a la falta de consenso en el seno de éste, respecto así considerar los hechos en Ruanda como genocidio o no. A pesar de que la respuesta hubiera podido resultar obvia, y para ello bastaba remontarse a la definición que se generó en la Convención sobre Genocidio de 1948, en la que se establece que genocidio es toda acción organizada, planeada, y ejecutada de acuerdo con objetivos políticos, tendiente al exterminio de otro grupo humano,19 la discusión se basó en determinar si era o no genocidio, lo cual demoró en demasía el actuar de la comunidad internacional.

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Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Carta dirigida al presidente del consejo de seguridad por el representante permanente de Bélgica ante las Naciones Unidas,13 de abril de 1994.

19 Convention on the Prevention pf Genocide and Punishment of the Crime of Genocide 1948, Nueva York, Organización de las Naciones Unidas.

Con la emisión de la resolución 929 del Consejo de Seguridad se permitió el establecimiento de una operación multinacional con fines humanitarios en Ruanda, esto hasta que fuese posible el envío de mayores efectivos al contingente del UNAMIR. En esa resolución se faculta a esta operación para que contribuyera a la seguridad y protección de las personas que habían sido desplazadas, a los refugiados y los civiles que corrieran peligro.20 De esta manera es que se puso en marcha la iniciativa francesa al día siguiente de la emisión de la resolución a través de la denominada Operación Turquesa.

El propósito de dicha operación consistía en crear una zona de protección humanitaria, la cual estaría constituida a partir de un triángulo (Cyangugu-Kibuye-Gikongoro) al sudoeste de Ruanda, mismo que ocuparía aproximadamente la quinta parte del territorio total ruandés.21 Hasta este momento las intenciones de Francia parecía haber sido realmente humanitarias y basadas en la ayuda y solidaridad con el pueblo ruandés, pero con el pasó del los años se descubrió que esta historia no fue así. A través de las distintas investigaciones, generadas tanto por los organismos internacionales a través de Tribunal Criminal Internacional para Ruanda, como de los gobiernos ruandés y francés, a través de la comisión Mucyo y la Commission d’Enquête Citoyenne, respectivamente, se ha determinado que existió una enorme complicidad de los militares francés con los hutus autores del genocidio. Por ejemplo, a través de testimonios de administrativos y militares franceses que vivían en Ruanda en los años del incidente humanitario, como el de Thierry Prungnaud, indican que los altos mandos explicaron a los soldados de la Operación Turquesa que los autores de las masacres eran los tutsis, no los hutus,22 lo que influyó a que algunos soldados, desconociendo realmente lo que ocurría, delataran escondites de tutsis e incluso permitieran la matanza de éstos dentro de las zonas de protección humanitaria.

Una de las acusaciones más serias que se hacen respecto de la ayuda francesa a los genocidas hutus, proviene del gobierno ruandés, mismo que acusa a Francia de haber 20

Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Resolución 929, 22 de Junio de 1994.

Organización de las Naciones Unidas, Junio-Septiembre 1994, Operación Turquesa, http://www.un.org/spanish/Depts/dpko/dpko/co_mission/jun_sep.htm (Consultado en línea 23-11-12) 22 Survie, Eléments nouveaux apparus depuis la Mission d’information parlementaire de 1998 sur le Rwanda, Francia, 5 abril 2012, (Consultado en línea 22-11-12 http://survie.org/genocide/implications-politiques-militaires/article/elements-nouveaux-apparus-depuis 21

dado refugio a los hutus extremistas en los campos humanitarios23 e incluso la prestación de ayuda a éstos para que escaparan, pues su derrota parecía inminente con el avance del Frente Patriótico Ruandés, evitando así que estos fuesen atrapados y juzgados por la comunidad internacional. En este sentido se vuelve relevante tomar en cuenta el telegrama enviado por el embajador francés Yannick Gérard a Paris el 15 de julio de 1994 que indicaba: ““En la medida en que sabemos que las autoridades tienen una gran responsabilidad en el genocidio, no tenemos otra elección, cualesquiera que sean las dificultades, que detenerlos o que ponerlos inmediatamente bajo arresto domiciliario a la espera de que los órganos judiciales internacionales competentes se pronuncien sobre su caso”.24 A pesar de lo que su embajador y la lógica humanitaria indicaban, la decisión que se tomo en Paris fue diferente, los líderes y autores de las matanzas, que ya se encontraban protegidos en las zonas controladas por los franceses, quedaron en libertad, para que buscaran refugio en Zaire, hoy República Democrática del Congo, dejándoles la posesión de sus armas. La cuestión que agrava, aún más, la actitud francesa es el hecho que ésta continuara protegiendo a sus antiguos aliados aún después de terminada la crisis humanitaria, lo cual la llevo a romper relaciones diplomáticas con Ruanda en 2006, tras la emisión del fallo judicial que culpaba al actual presidente ruandés de haber sido el autor del lanzamiento de proyectil que impacto del avión de presidente Habyariamana, hecho que desataría el genocidio, pero que años más tarde sería rectificado por otro juez.

Culpabilidad ¿inamovible?

Desde que ocurrió la crisis humanitaria se estipuló que el detonante del conflicto fue el asesinato del presidente Juvénal Habyarimana, el cual se había ocasionado al derribar el avión en el que él y el presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira, viajaban después de

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Kinzer Stephen,” A devastating report on France's role”, New York Times, (Consultado 23-11-12) http://www.nytimes.com/2008/08/15/opinion/15iht-edkinzer.1.15328850.html?_r=0 24 Doridant Raphaël y Crétollier François, La huella francesa en el genocidio ruandés, Periódico Diagonal, 5 de abril de 2010, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.diagonalperiodico.net/La-huella-francesa-en-el-genocidio.html

haber firmado en Tanzania los Acuerdos de Arusha.25 La caída del avión se debió al impacto que éste recibió de un misil, que desde el inicio se creyó había sido lanzado por miembros del Frente Patriótico Ruandés.

A pesar de que este acontecimiento había sido atribuido de facto al FPR, pues según el gobierno ruandés lo había tomado como justificación del inicio del estallido de la violencia y matanzas contra los tutsis, aliados según éste del FPR. Lo cierto es que en primer momento no hubo pruebas que atribuyeran realmente la culpabilidad del derribe del avión.

Con el paso de los años se fue indagando respecto a las causas que llevaron al genocidio.

En lo que respecta a éste asunto, el supuesto asesinato del presidente a manos tutsis, en 2006 el juez francés Jean-Louis Bruguirère determinó, con base en algunos testimonios, que Paul Kagamé, actual presidente de Ruanda y entonces militante del FPR, había sido el culpable de aquel atentado.26 Éste hecho en sí mismo causó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Ruanda y Francia. Años más tarde, en 2010, se cambiaría el veredicto emitido por el juez Bruguirère. Cabe hacer la aclaración que para este primer fallo, el juez jamás visitó Ruanda, y por tanto no conocía el terreno en el cual se había lanzado el misil ni en qué zona cayó el avión. La nueva resolución estuvo a cargo del juez Marc Trévidic, quien basó su fallo en las pruebas que involucraban cálculos físicos y matemáticos, que determinaron que el misil no pudo haber sido lanzado desde los campamentos del FPR, esto debido a la distancia en la que supuestamente había sido lanzado el misil y el lugar en el que cayó derribado la aeronave. Por lo tanto, concluye que el misil debió haber sido lanzado por los mismos hutus extremistas.27 La anterior explicación pudiera parece como un simple detalle en el desarrollo del conflicto en Ruanda, pero no lo es. Adquiere mayores dimensiones si se retoman algunos de los argumentos anteriormente esbozados. Hay que recordar que antes que la crisis Ayad Christophe et Bernard Philippe, Rwanda, une passion française, en Le Monde, Francia, 26-01-2012, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.lemonde.fr/afrique/article/2012/01/26/rwanda-une-passion-francaise_1635085_3212.html 26 Cf. Christophe Châtelot, Rwanda : retour aux origines du génocide, en Le Monde, Francia, 12-03-2012, (Consultado en línea 2211-12) http://www.lemonde.fr/afrique/article/2012/01/11/genocide-rwandais-le-camp-kagame-innocente_1628213_3212.html 27 Ibídem.

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estallara en 1994, Francia ya estaba proporcionando adiestramiento militar y armas a los hutus en el gobierno, por tanto, sí éstos fueron los que derribaron el avión de su propio presidente, este hecho estuvo supervisado y apoyado por la misma Francia. Este tema es un debate en si mismo dentro de la sociedad francesa, hay quienes apoyan la versión del juez Bruguirère, y quienes apoyan la del juez Trévidic. Lo cierto es que si ésta última es la verídica, la imagen humanitaria francesa continua degradándose aún más pues su huella queda cada vez más al descubierto en el genocidio ruandés. Cabe hacer la anotación de que con el fallo en 2010, la reanudación de las relaciones diplomáticas, entre ambos países, se restablecieron.

Conclusión La justicia internacional parece estar reservada a aquellos líderes de países pequeños y pobres que intentan desafiar a las grandes potencias. Pero en el caso de Ruanda parece intentar

contravenir

esta

ley

implícitamente

establecida

en

los

organismos

internacionales. Ruanda, un país pequeño y pobre en el centro de África, ha alzado la voz y clamado justicia, no sólo hacia sus hijos que mancharon con sangre propia su historia, siendo autores del genocidio, sino también a aquellos extranjeros que contribuyeron implícita y explícitamente a profundizar aquella herida imborrable que día ha dejado una dolorosa cicatriz en el rostro ruandés.

Ruanda exige que se lleve a las cortes internacionales a aquellos lideres francés de los años 1990’s que colaboraron en el genocidio. Sin importar que su implicación haya sido a través del suministro de armas, la protección de los genocidas hutus o la colaboración directa en el asesinato de sus hijos. Implora justicia con base en el patrón dado y aplicado por Occidente, mismo que con el que se condena a países pobres por no tener sistemas políticos y sociales de acuerdo a los estándares civilizados, patrón que se basa en los derechos humanos, la paz y la seguridad internacional. Hoy, Ruanda trata de girar la mesa, y juzgar con la misma regla a Francia, hacerla responsable de sus actos previos, durante y después del genocidio, del mismo modo que ésta reclamó y juzgó a los asesinos nazis que le arrebataron a muchos de sus hijos en armas de una matanza con tintes étnicos, misma

que pudo haber sido evitada, y que por intereses extranjero, en especial franceses no lo fue.

Bibliografía y Fuentes Consultadas Afrol News, Ruanda acusa a Francia por el genocidio de 1994, 7 de Abril de 2005, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.afrol.com/es/articles/16087 Ayad Christophe et Bernard Philippe, Rwanda, une passion française, en Le Monde, Francia, 26-01-2012, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.lemonde.fr/afrique/article/2012/01/26/rwanda-une-passionfrancaise_1635085_3212.html Banco Mundial http://www.worldbank.org BBC Mundial, Francia acusada por matanzas en Ruanda, Gran Bretaña, 24Octubre-2006, (Consultado en línea 23-11-12) http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6082000/6082138.stm Christophe Châtelot, Rwanda : retour aux origines du génocide, en Le Monde, Francia, 12-03-2012, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.lemonde.fr/afrique/article/2012/01/11/genocide-rwandais-le-campkagame-innocente_1628213_3212.html Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Resoluciones) http://www.un.org/es/sc/documents/resolutions/1994.shtml Doridant Raphaël y Crétollier François, La huella francesa en el genocidio ruandés, Periódico Diagonal, 5 de abril de 2010, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.diagonalperiodico.net/La-huella-francesa-en-el-genocidio.html Montero Gómez Juan, Ruanda: el horror en francés, Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Noviembre 2010, España, (Consultado en línea 22-11-12) http://www.bibliotecas.ulpgc.es/peritia/documents/Boletin/BOLET%C3%8DN6.pdf History, The Rwandan Genocide, (Consultado en línea 22-Noviembre-2012) http://www.history.com/topics/rwandan-genocide

Kinzer Stephen, A devastating report on France's role, New York Times, (Consultado 23-11-12) http://www.nytimes.com/2008/08/15/opinion/15ihtedkinzer.1.15328850.html?_r=0 National Institute of Stattistics of Rwanda http://statistics.gov.rw/ Organización de las Naciones Unidas, Junio-Septiembre 1994, Operación Turquesa, http://www.un.org/spanish/Depts/dpko/dpko/co_mission/jun_sep.htm (Consultado en línea 23-11-12) Survie, Eléments nouveaux apparus depuis la Mission d’information parlementaire de 1998 sur le Rwanda, Francia, 5 abril 2012, (Consultado en línea 22-11-12 http://survie.org/genocide/implications-politiques-militaires/article/elementsnouveaux-apparus-depuis Varela Hilda, De Crisis Humanitarias Ignoradas y Mitificadas: Rwanda 1994, en Estudios de Asia y África, septiembre-diciembre año/vol. XXXV, número 003, Colegio de México, México