Oscar Emilio Bustos Bustos

Nací en Bogotá, en la casa de unas tías medio ricas, en el barrio Colombia, frente a una iglesia. Mi madre tuvo un parto gemelar. Parió dos criaturas por las que nadie hacía albricias. Sólo mi padre atendió el nacimiento y entre risotadas nerviosas supo que tenía que ponerse serio e ir a buscar trabajo. El frío bogotano me dio catarro, mientras mi hermano imitaba a mi padre estrenando su risa. Ese mismo día pasaron la calle con nosotros para bautizarnos de afán, en la iglesia San Pedro Nolasco, antes de que muriéramos en pecado. Cosas de mi abuela y de aquellas tías. Pero nos salvamos y hemos venido a armar un lío tremendo. "Lo que no nos mata nos hace fuertes", dijo Nietzche. Después nuestra madre nos arrulló con canciones y coplas y se propuso hacer de nosotros su mejor poema. Erramos y nos levantamos, pero ahí vamos. Gracias, madre, valió la pena defendernos de tantos peligros. La vida es difícil, pero hay que saber encontrar su sentido más bello.