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Ser y no ser
MENCIÓN DE HONOR / HONORABLE MENTION
Ser y no ser
Natalia Sepúlveda Olmos
Sobre la ingrávida faz de este reflejo mío, me miré aún con polvo estelar ondeando en la mirada de este corazón recién nacido; me descubrí despierta a este sueño vano, me vestí de cambio para vivir libre de engaños.
Vivir sobre esa brisa viajera, posada en la nieve que curva las flores, los destellos que acicalan la marea, la sonrisa aniñada de un Quijote; ignorando ser niña para luego galeote.
Ser y no ser… ¡Sesgó con su sable la verdad el velo; me reveló las lágrimas que llueven del cielo!
Sobre esta intrusa faz en el reflejo mío, me añoro, me estremezco, me acongojo; lecho de penas cursando el cerril río entre espectros silenciosos; los ojos se hacen sabios y dolorosos.
Esos tiempos encrudecen en la batalla
frente a la pérdida, al orgullo, la falta, el desfavor del desamor desapacible y tallan el corazón los barrenadores y larvas; juventud de revelaciones amargas.
Ser y no ser… En esta corriente el rostro quiebra y merma, este blando pecho de vivencias se llena.
Sobre esta arañada faz en el reflejo mío, me he perdido en el dolor, se estrechan los cursos del camino, y el camino naufraga en el corazón.
Ahora que tiemblo, que comprendo, nace la crisálida como un armazón, me protejo creciendo, me escondo cobarde del espejo, del reflejo.
Ser y no ser… Fugaces vagan los recuerdos que uno ama en la metamorfosis de la piel y del alma.
Sobre esta cadavérica faz en el reflejo mío, vuelo y ahora… Morir es dormir; no más. ¡Lo sé! El pasado se ha hecho un delirio; la pasión me dio vida, el terror un martirio.
Han agrietado mi piel estos surcos de vida, de niña a dormida, ¡qué estrecho el sendero! Y cada persona herida o amiga es una pieza más de este alma viva.
Ser y no ser… Fui y no fui mía.
Siempre cambiante marea, he cambiado tanto como tú, mi mar lunera, siempre cambiante compañera.