Mar del Plata 2018 (03) – Belmonte / Chuva é Cantoria na Aldeia Dos Mortos lavidautil.net/2018/11/13/mar-del-plata-2018-03-belmonte-chuva-e-cantoria-na-aldeia-dos-mortos
Por Lautaro Garcia Candela Todas las mañanas de este fin de semana me senté con entusiasmo en bares de Mar del Plata para agarrar el diario Clarín y leer una entrevista a Cecilia Barrionuevo, flamante directora de este festival que está empezando. Pero esa nota, a diferencia de lo que sucedió el año pasado con el estadounidense Peter Scarlet, nunca apareció. Revisé todas las páginas, hice los sudokus, leí mi horóscopo, pero nada. Quizás fueron problemas de agenda de Barrionuevo aunque… ¿por qué negarse a la difusión que implica un diario de tirada nacional? Las razones habría que buscarlas, más bien, a que esta directora tiene todo el apoyo y la confianza de la comunidad cinéfila, por lo que no es necesario tratar de legitimarla mediante notas y elegías. Esta vez todas las miradas estuvieron dirigidas al pequeño “escándalo” que hubo en la ceremonia de apertura cuando subió a hablar el Secretario de Cultura, Pablo Avelluto. Ante abucheos que interrumpían su discurso, dijo: “¿Se acuerdan cuando vivíamos en una sociedad democrática y nos escuchábamos los unos a los otros?”. Habría que aconsejarle que empiece a escuchar los reclamos de casi todos los sectores del cine, con el agua al cuello por los recortes estatales. Es sabido que el festival tuvo un gran recorte en su presupuesto, producto de la devaluación de casi un 50% del peso frente al dólar. Ante esta situación, la dirección artística del festival tuvo decisiones inteligentes: si hay menos películas y menos funciones, que haya más rigor en la elección. Al dejar de lado la exigencia del estreno mundial, nos encontramos con películas a priori interesantes en todas las competencias. Hubo otros años que no se podía pisar el Auditorium del humo que salía de allí pero en cambio este lunes me pasé todo el día clavado a sus butacas. Belmonte, de nuestro padre adoptivo Federico Veiroj, tiene como protagonista a Javier Belmonte, un pintor en la mitad de sus 40s que parece tener un buen presente profesional (sus cuadros se venden), una negada vida sexual (se le presentan situaciones para estar con mujeres pero reniega de ellas), una paternidad amorosa (los momentos con su hija son los más simples y tiernos), y, de fondo, un amor insistente por su ex mujer. Belmonte mastica los momentos sin saber todavía que gusto tienen: es como si no tuviera la capacidad de interpretar la sucesión de hechos inconexos de los que se compone la vida (es lo que nos pasa a todos pero las películas, en pos de su avance narrativo, suelen negarlo).
Belmonte es todo lo portuguesa que puede ser una película uruguaya. Con esto quiero decir que hay un humor y un amor seco en las situaciones que no llegan a ser surrealistas pero tampoco del todo naturalistas. También hay un gusto por los planos cerrados de objetos, que ganan con su colorido 1/2