r
1/
torete
wf^
REVISTA SEMANAL DIRECTOR: A. VALERO DE BERNABÉ
^
Año ll.-Núm. S4.-Madrid^ 22 de Septiembre de 1935^
'om 3/cmm nQcionQ^
ABIERTA^
Klurián Key ha lleado a la pantalla « N o bleza baturra», en una rcalizarión i n s u p e r a ble. Ved una escena del film. Urna dr anibirnte y dr típico sabor rrfjional POT. CiriIA
Aiigriica (>uiizdU->i, Lina \ > ^ro8 y Alfunso Albaiat tn una encena «Kl secreto de Ana María», la notable película realizada por Selecciones C a pitolio
M
I desconocida ainiga: Entre el sinfín de papeles que llenan mi mesa—todos los que tfecribimos somos, fcl límente, un tanto desordenados, condición muy buena, pues indica que aun no hemos llqgado a mecanizarnos, a estandardizarnos—, su carta espera desde hace unos días contestación.
I sted, desde lueno; jxtrque a la geuerosidad <jue en ella exprtísa lia uniilo el di.screto silencio de su domieilit); pero y o (juienj, pre«isamente fior esto, contestarla desde aquí públicamente, contando (íon »jue la I )irettción de esta revista hablará también por mi pluma, s a t i s f e c h a s ambas de emplearse en ttm grato menester. Y a que ha sabido usted ser discreta ocultandt) su direccióu y cmnpliend») así c<m la frase de Jesús: «<.J!ue tu ma.
no derecha ignore lo que haoe tu izquierda», y o no puedo ni quiero serlo en eata ocasión: nobleza obliga. Así, saco a la luz del dia su ofrecimiento y agravo el pecado de indiscreción e . H t a m p a n d o su nombre en estas coliminas, que han servido muchas veces de pedestal y de picota para destacar desde ellas a los que lo merecían por su» aciertos o por sus errores. Por no tener su caso parangón con ninguno y estar alentado por un impulso noble y desinteresado, quiero exaltarlo como se merece, aiui-
Hr aquí al personal téenieo T artístico que en log F.N(II<IÍOS Roplenee está realirando la ealampa de Lop<- (le Vega «La muaa y el Féaix» FOT. corrís
Robert» Font. fi>n Charito I.eonÍH. en un f;raciONo momento escénico de «Amor en maniobra'o. ijue distribuirá Atlantic Filma FOT. LAPBYtA rilMI
Samuel tTf!>uu ron dos linila» nalurístas de ar.l paraíso recobrado», realizado en Barcelona por Xavier
(;aeii
I u e h \ Soto y J»»i'' Ba>irra f II «Madre Aleería». rdita•l« para F.\rlii«itn>> lliatia. liajo IH ilirt-t'ciiiii de |o<i)'KuNrh t*OT. OAVILAH
Mariano l.n(><-yra, reali/.a • ilor (le u \mor en maniobras», ron <•! ininlanlf ile ilirerrión l'allcja \ el operador Vsy (,»ldlier^<-r. HI liiializar el ruil»!»- <lp este film
(jue usted proteste de ver cómo se h a c e p ú b l i c o lo que quiso ser oculto, y cómo .'^c torna vocinglero lo «jue nació .aliado. l'sted habrá de perdonHrine, señorita Florentina Franco; pero y o no i)uedo hacer ciunude<'er mi pluma ruando pugna por hablar. A u n n<> ha tenitio ipie arrepentirse ch' c u a n t o t r a z ó en estas pág i n a s . D i s c i i l p e m e y Viaga (jue t a m p t i c o se arrepienta ahora. Me notifica usted en su carta—rebosante de espontaneidad, de emoción y de entusiiusmo por nuestro cine—(jue desea ctmtribtiir a la adquisición del trofeo con ()ue CI.NK(íKAMAS ha <le (iremiar ul iiu'j o r film e s p a ñ o l , y envi:i veinticinco pesetas, i i n p n i t de la ( o m p r u j l e uu yfc.-iti(.i
Tina Kuj, ta gi-ntili»iina «vrdrilr» -brilrza rubia dr autrntira ralidad ri nr matoy^ráfira - , rx tam bir n una rxrrirntr arlista drl rinrnia. Ma intervenido rn «F.l cafí dr la .Marina», «Kl ranto drl ruiseñor» y . últimámente, rn «Kl Paraítio , recobrado», qur «c acaba dr ro- : dar en los hj«tudio<t Trilla 1^ Riva. dr Rarrriona
Kn «Kl malvadoCjirabrl». la adaptarión rinrnialoprálira. rrrirntrmrnlc r r a l Í 7 j i d a , dr l a novrla de Fcrnándr-/ K U ' i r r / . una dr la* r « r r n a H mejor r o n H c g u i d a i t . por nu animarión y HU dinaraiitmo, e« r H i a dr un bailr rn un hotel dr moda, (araría, humor y movimirnlo. Vrd rn la riM-rna, rn r l rrntro. a Antoñita (Colorar, la drIirioHa rnlrrlla, figura prinrip a l r n r l reparto dr «Kl malvado < MralM-l
para el que estaban destina<la.s. Efectivamente, en esta Retlacción se ha recibido un giro por esa cantithtd y con su nombre; pero O.NKORAMAS, estimando su ofrecimienft», no |)uede aceptarlo. Dice su carta: « I x M - t o r a y admiratlora de CÍNKG R A M A 8 , sigo ( H m gran inten»s su admirable y sana labor sobre el cinema español. En el número de esta semana v e o expuesta yxtr usted, y lan/.nda ptjr la Dircíción de CINKORAMAS, lu gran idea de ctinceder un premio al mejor film español. Aplaudo tal idea niuy de veras y quiero que el cine tenga de mí la gratituti de i m saí-rificio que y o , muy gustosa, tpiiero hacerle. For giro le envío veinticinco pesetas, importe de la compra d e un vestido, que nte pasaré siit él. Dicha cantidad lu puwlen emplear en a 3 T i d a para la }MÍquisi<ión del trofeo. Mi anhelo es más grande que mis recursos m a terialeb. Soy una m»)distilla con muy poco dinero y con mucho e n t u s i a s í i H ' («oí el < inema español.» El itnpulso <pi< .iiiiiiiii i'.^tatí palabras es muy bello; f)ero escuche usteti, seftorita P'lorentina Franco: el oro de la medalla que d&stinemo^ al mejor film no puede con tener t m solo gramo que hay ^ costado un sacrificio. Cierto es—^j' en este caso sería así que el oro adquiriría un mayor valor del que posee, por
Knrique del Campo r » u n o de hM i n t ^ r p r e t c H dr la n u r v a rinta e H p a ñ o l a «Una m u j r r rn p e l i g r o » , j que para \tlantic Kiliii.» sr está rodando bajo la dirección drl joven y admírabir rsrrilor J o 8 é Santugini, dr quirn rs también rl argunirnto dc la nurva priieula : •Ot.
CAVILAN
j
ir adomadt) con cualidad tan herruo.-^a; mas i e « menos cierto tambitm que allí estarían su.t^-onomías, SILS hora.s de trn!>ajo inclinada sobre la labor, el logro de muchos deseos juveniles insatisfechos, su vestido nuevo, la ilusión de una mujer, en fm. Y ésta es excesiva recom pensa, «eftorita, para tal empresa. Ningi'in t r » bajo mertice ¡)remio tan alto. ()8<'ar W i l d e narra c<m la.s más finas galas de sti estilo, con la más honda emoción poética, con ia más alta ejemplaridad, en su libro El principe feliz y otros cuentos, la noche atormentadora de un prínci|)e en vísjteras de coronación. IJC van a vestir <'on gran pompa. liOs tejitfos más costosos van a envolveí su cueriR» Y perlas más finas van a adornar su corona. Y el príncii>e suei"ia y v e lo que se esconde trjts su atuendo .simtuoso: trabajo y dolor. .Miles de obren)s ocupados en su real |)ersona. TejetJores con su ruda faena; bordmloras quemándose Itis pupilas; ptíM-adores «le perlas desafiando la mtierte er> lo profundo del mar; orfebr(»s en sus talleres chicelando las joyas, lia aí-tividad y el trabajo
de muchos hombrt»; puestos a su servicio para \\\\ fin t'xhibicitmista tínicamente. Y rtíchaza t < K Í o ; n o quiere adornarse a costa del sa<rifi<io de los demás. Y camina hacia la c a t t M l r a l , de la que ha de salir rey, sin j)ompa alguna, humilde, sencillo, vestido ctm pobreza, (jlaro es que en el cuento el pueblo se decepciona. .\<piel, para ellos, n o es im príncipe; es más bien un mendigo; j)ero él les habla y logra llegar a sus corazones, que es dondo halla la verdadera ritjueza. l*ut?s bien, sei'iorita Florentina Fraiu!o: al igual de aquel príncii>e, CINKORAMAS T A M J K K ' o puede i hacer de M Á S valor su premio con el sa<TÍficio \ (mo ustetl volmitariamente quería imp<merse, \ uor est) le suplica respete esta resolución. j l'rivarse una nuijer de u n nuevo vestido para invertir su imjxtrte en un galardón que premie un esfuerzí/ artístico es 8Ucts<o que n o merece olvidarse. I ' o r eso CINKORAMAS, que estima el rasgo e n t o d o su valor, quiere que usted tenga u n recuerdo, débil muestra de su agradecimiento. Y a la v e z que las veinticinco pesetas, desea enviarle con ella.s lo (jue usted gustíwa pretendía sacrificar. l i a sido decisión e s j H t u t á n e a do esta Direc( i o n . .'Vccptela, S C Ñ O R I T í l . V con olla, todos l<i.s n s los de Y. 1 1 E R N . \ M > E Z - ( J 1 K B . M
Fay Wray no drja un ins-1 lantr tranquilos sus i-ahellos. Y .\orma Shearer tiene in \ manía de lavarse las manos. | O sea, lo contrario de esc j ¡liislrr poeta que (odos cono- i ceñios. i
Párrafo segundo: "Si observi. -I la ausencia Uc algunos eseriiores americanos, estad srgui >s que prrfírirron ir a ver "Cavaleade", la magna pelírula inglesa, escrita e interpretada por ingleses, ¡para aprrndrr. por lo Mi.Mios, uu poeo de iuglés!" ^
El breve discurso que el autor de argumentos Rupert linches pronunrió cf>n mo-
JoM-|)li Wriior-Uewl, un ri•0 "sportman" yanqui qur itTflió una fortuna en fl learo, fiifiita sus reviiertlos f o no fiiiprrsario rn un liliro \w araba dr aparecrr. (irán lúmpro do sus páfiinas oslan lodiradas a Mary Ellis, a luion Heed no ret-onore rl uriior átomo dr lairnto ni Ir driiradrxa. Iiiirrviuvada Mary Kllis a •ste rrsprrio, ha rrspondido tsh —¡Bah! ¿Triigo yo la rulpa Ir f|iir rsr pobrr iiiiM>ríl st» namorara dr mí? En fin, no rs lu primera vrz (ue una "vrdrlte*' habla así !e su empresario. Ni un empresario dr'su "vt»irtte". Es el ni'mirro obligado dr lu de teiii£or¡idaj^
-1) aulla el perro, e. intil seguir buscando al des: parecido. Es mucho más práctico » visar a ima agencia de poinI as fúnebres.
tivo de la inauguraeión de una Casa de los Escritores en Ilollywooil, bien merec;e ser reproducido. El discurso se compone de tres j>árrafos. Párrafo primero: Foscinodora beldod que toma parte en uno de los boilobles de una próxima producción musical. Nadie sabe de dónde ha venido, ni cuál es su nombre, ni don Je nació. Ni falto que hoce ¡
• N o os precipitéis a criticar si en la Casa de los Escritores os encontráis a alevino durmiendo o con k ) |)ies sobre la mesa leyendo los periódicos del día, y a que así es como menos daño hacen a los sagrados intereses de las Empresas.»
Kitti Carlisle imploran- i do para que le den un ; trojecito menos históri- j co, sin copita y sin el cordón de lo cortina i
'i fW9
.Xlrnrión a las prqurñus iiianíiui de las grandes rstrt^ Has: JeáH Harlow se mneriie bis I ñas. €ary <>ranl no rr.sa de ra*I arsr las orrjas. Pat 0,Rrirn sr fuma ni iKa atorrr puros nrgros, dr esos I ur rn Toirdo sr llaman "ma1 inuiutos". William Potvrll parpadra i » un modo nrrvioso y eonst inte.
El joven matrimonio poniendo en próctica un sistemo infalible pora conseguir qoo se voyon los visitas
v-
iVomos, Kay Francis, un poquito de formolidod, que hemos pasado yo ly hace tanto tiempol—de lo edad en que se pueden hocer estas cosos sin Homar lo atención
Eleonor Powell en-; señondo el s i t i o ^ exacto odonde se de- • be subir lo falda cuon- ¡ db aparee» un rotón, ? cuando se vo o cruzorj un choreo o, simple-i mente, cuondo se quio- * re enseñar los piemos ;
iDuro V a la cabezal |Tres pelotas, diez, y nueve, un reall l'árrafo tercero: « Y si queréis saber por qué be erigió la Casa en estilo d e chaieau, tened en cuenta que ello simboliza la notoria influencia francesa en los asuntos que nosotros escribimos.»
tos ochenta y cinco aspirantes, no fué admitido ningtmo. En la Siglo X X , de cuatrocientos veinticinco, fueron admitidos veintidós. En la Columbia Pictuic-, de noventa y seis, diez y siete. En la R . K . O . , de doce, ninguno. Y en la M. G. M . , de qui-
l'ara los aspirantes a triuntar en la pantalla he aqui tma est.adistica verdaderamente curiosa. Se refiere a los candidatos a ocupar un puesto como actores—y no de primera fila—en los Estudios de lIollywtKKi. Veai\ ustedes el resultado de las pruebas, efectuadas desde Enero a Julio del año actual: En la F o x , de cuatrtjcien-
Hace un cuarto de horo subieron y se encerraron en una habitación. Estas muchactías esperan que les llegue el turno poro mirar por el ojo de lo cerraduro... En vista del é x i t o obtenido, vamos a hacer ahora tma estadística mucho máíf .sencilla, aunque no menos curiosa. Se trata esta v e z de la estadística matrimonial de Ilichard D i x . Es bien fácil. Su primera mujer le dio un hijo. Su segunda mujer le ha dado dos hijos. Y así sucesivamente. .
(¡Atiza! ¡En qué lio nos luiJeannelte Moc Donald sonríe a los inmos metido!) vitados que no aparecen en la fotografía, por fortuna para ellos. A s í , nos quedamos sin saber quiénes son los que se han llevado las tres cucharillas que faltan
I'or «•ierio que Biiiy (írosla , quf, eolito se >ailt«*. ^ papá dr do9> (¡emelos dr<<de luice u i K i s m e s o i . r<H>ihió la iiolifla de los do> beltés de l l i ehard eoii cierto desdén: Sí. Nunca le f.-illuii a uno I^a proporción e». apro\í-: i inatlanienle de uii Ires por: imitadores... --..IL M . O. «'iento. (Uracia>. Jaime.) I
A Bing Crosby todo le viene a \ pares. Hace poco, su mujer le \ obsequió con dos gemelos. Aho- • ra le acaban de regalar estos' dos perritos Este es, pues, el hombre que todo lo ve doble sin necesidad de tomar «whisky» ]
No hay mós que ver a loslie Howard paro comprender que está de vacaciones y quiere aprovecharlas. Vocaciones sin maquinito, son vacociones perdidas....
nientos noventa y cinco, nueve. Es decir, que de mil seis cientos trece candidatos, sólo obtuviertut trabajo cuarenta y ocho. Para terminar con ajH)teosis este maravilloso alarde matemático, vamos a sacar la proporción. l^a j)n)i)orción entre mil seiscientos trece y cuarenta y ocho es...
Cary Grant intento en vano convencer o Genevieve T o b í n - q u e , por cierto, es la primera bañisto con guantes quo hemos v i s t o - p a r o que vayan al oguo. |Como que va olio ^ ".ynUjr un trajociro tan preciosol
Mary Pickford afirma —y demuestra—que un tratamiento racional y constante de la belleza hace ' insensible el trans- \ curso del tiempo i
Q
i K años tendrá Mary Pickford?—se preguntan muchos. Pues Mary Pickford tiene... Perdón. N o es d i s c r e t o n i elegante deíílarar la edad de las señoras, y menos aún s i éstas a n d a n Ixirdeando la cuarentena. Mary P i c k f o r d tiene, simplemente, la edad q u e representa. ¿Veinticinco años? ¿Treinta, acaso? Es igual. L o interesante p a r a e s t a ^
—Desde hace mucho tiempo ptmgo en el cuidado de mi cuerpo, y singularmente en el d e mi rostro, especial atención para q u e la acción del t i e m p o y a\m la huella de los disgustos no dejen en mi faz la más leve marca. Y no m e negarán ustedes que en cuanto a contrariedades de tipo sentimental he batido un record. Al pronunciar estas palabras, dichas con un leve dejo irónico, la v o z de Mary Pickford .se ha quebrado un poco... Pero repuesta rá|>idamente de la pasajera emoción, ha continuado: —^Hay quien me sup<me bastante más edad de la que tengo por el solo hecho de ({ue hace muchos años que trabajo en el cine. Ello .se debe a que desconocen que comencé mi trabajo en plena adolescencia. Pues bien: ]>or lo que se refiere a la sensación de j u v e n t u d que hoy \ ofrezco, confesaré 'fVijk que la he obtenido •j^. a fuerza de consi d , • í j L tancia. Desde que
Arriba: Un f!;rupo dp bi-UrzaH d e la W arner. Kí.la« delirioitaH niujrrritaN Ticiiran en lo8 conjunlos roreo^rárírofi de las prandes retiftias r i n e m a t o g r á f i r a H . - M a izquierda: Rorhelle l l u d s o n - o i r a Hu^eNtiva belleza de T . i n e l a n d i a - h a r i e n d o «moneríaa» anIe el objetivo, deapués de haber realizado HUH diariofi eiercirios de natación. Kn la silueta: Fjtta bella mujerrita que finge esa actitud meditativa e» un atractivo máfi de lot* grandes films espectaculares
secíción y para sus lectoras es coiiíK-er c ó m o l a célebre actriz h a logrado mantener incólume l a pureza de su rostrf), l a tersura d e su epidermis y el brillo juvenil de su mirada. I » demás es tema de biógrafos, y nosotros n o lo somos. I n t e r n ^ a í l a fM>r alguntw jwriodistas, l a ex esfxisa del dinámico iKmglas n o h a tenido inconveniente en manifestar a qué debe su prolongada juventudj
casi una niña coinoncc mis tarcos cinr^matn^rdíicas; ine vigilado constantemente, con celo fervoroso, las Imeilas que en mi iba dejando la marcha del tiempo. Una arinca levísima, apenas perce{)tible hoy, .será mañama incon'egible y terriblemente acentuada. U n a a-spereza d é l a piel, una ligera espinilla, será p n m t o un defecto imjjosible de ocultar. —^¿Qué sistema emplea usted para conservar esa inmarchitable fragancia de su rostro? —Preseivarle constantemente de los efectos del frío, del sol y del v i e n t o . Todos los días, antes dc acostarme, lavo mi rostro meticulosamente, y . enseguida le impregno con una buena crema de noche. A l levantarme^ hago un cuarto de hora de gimnasia, me ducho después con agua fría, y j luego, con un buen jabón, libro a la piel de la cara de las impurezas q u e : sobre ella hayan p<»dido acumulai-se. — D i g a , Mary: ¿Kn qué consiste su ma<]uillaje? —C/uido escrupulosamente las cejas y las pestañas, acentuando la línea de aquélla,s con un lápiz ad hx- y haciendo desai)arecer los pelos superfinos. Después impregno mi rostro de una acreditada crema «de d í a » . Como base del rouge y antes de aplicar éste, me sirvo de los polvos de arroz, de la mej o r calidad. A esta operación antecede un leve y suave masaje facial, que y o misma me hago, con lo q u e logro estimular la circulación de la sangre y regularizar la coloración. Aplico después un pfjco de rouge en las mejillas y en los labios, y heme y a dispuesta a resistir cualquier controversia acerca d*^ mi vf>rdfldt>ra edad.
VM la silueta: lie aquí una be-' lia muchacha, «girl» detttacada de la« revistas de la panU l l a . - A r r i b a » Mentha Tibbol. nuevo rostro de la pantalla yanqui y destacada bailarína internacional, especializada e a los Boevos ritmos de la danza.-Abajot Grau Rrodley. COB un atuendo y una actitud «muv de friso»
—¿.Régimen alimenticio? — N i n g r m o especial. Como de ttxlo lo (pie m e apetece, pero sin giila. Ks decir, sim|)lenu!nte para satisfacer el apetito. fVilo ima cosa está pros(;rita en mis menús: el (hilcc. —¿Ctiltura física? — O ) m o he dicho antes, tódtjs los « l i a s d c t l i c o quince minutos a la gimnasia. —^¿Y masaje? — T a n .sólo el levísimo masaje facial que y o misma me aplico antes de prcxieder al ma((uillaj e . Aliora bien: masaje corporal, ninguno. — U n a (ionfidencia, Mar>-: ¿Qué productos de belleza emplea usted? X o quiero cl nombre, sino la nacionalidivd. ¿Americanos, franceses, ingleses, alemanes?... ' —Si me promete guardar el s(H'reto, sc l u diré confidencialmente: uso para mi tocador .solamente productos franceses. Son los mejores. P e r o uo lo diftn usted.
• •
.\hora, por nuestra parte, dos palabras nada más: ¡Cómo nos gustaría saber, d e v e r d a d , a q u é ,procedimientos recurre mistress Doiigla.s, cuando se encierre en su cuarto de toilette, para dar esa sensación d e fragancia y lozanía inmarchitables C(m que se nos muestra en las fotos!... , M.
\9 3É>
t9 3^
J
(r f.
I SEWE'OKO
SEGUNDA PRODUCCIÓN c ¿ t ^ RAFAEL LÓPEZ di LINA Y E G R O S ,
NACIONAL-
ARGUMENTO./t
HARO • REAUZACION 6 & SALVADOR «¿t A I B E W C H , c<m>
RAMÓN oít. SENTMENANT y J U A N cíe LANDA
*
>^
1/ i
VERSIÓN ORIGINAL y DOBLADA « ^ E S P A Ñ O L . I N T E R P R E T A D A B R O O K , y M A D E L E I N E C A R O L L . D I R E C C I Ó N di.
VÍCTOR
SAVILLE
*
. .RSION ORIGINAL y DOBLADA e a E S P A ^ L . I N T E R P R ^ D A / i ^ ^ ^ WOULBRUCKJVETTE L E B O N , C H A R L E S V A N E L y ARMAND B E R N A R D *
[
I
VERSIÓN ORIGINAL y DOBLADA en ESPAÑOL • I N T E R P R E T A D A /uru BEUERES, J E A N N E CHEIREL y ANDRE ROANNE > ^
CAPITOLIO
SÍÍlCtlOKíS P R O V E N Z A
LEÓN ^
292
*
B A R C E L O N A .
[ li cinema es poesía y estilo. Si careciera de J estas dos cualidades, sería apenas nada: fotografía animada p o r el aparato proyector, pero falta de v i d a y de belleza, exenta de humanidad y de la gracia del arte. Cuando la realidad deja la forma grosera d e los hechos escuetos, tal y como se prodiioen, y los hechos pasan a ser invención artística, a concretarse en forma-s estéticas, esa realidad se convierte en poesía. N o todas la.s obras cinematográficas tienen ese contenido poético; al contrario, muy contados films poseen t a n alta cualidad en todas sus fotografía**. Porque hay que separar del celuloide las imágenes poéticas de la.s que, sin carecer del sentido artístico ([uc las anima y p«me luego en marcha sobre la pantalla, le deben más a la técnica del realizador que i> la inspiración del ptjetn. Es nuis frecuente, })nr más fácil, (jue el técnico se destaque del poet;i. que vieexcrsa. ("Cuando la técnica se pone al .servicio de la mvención artística, puede a.segurarse que se lia logrado plenamente la obra cinematográfica. P e r o cuando acontece al revés, cl film so mecaniza y sus som bras carecen ilol hábito de v i d a quo las presta luunanidad, ha.sta produeii una emoción dramática, convirtiéndolas, d e simples imágenes, en seres d e carne y hueso, con v i d a propia dentnj del man;o del erran. Son muy e.^easos los realizadores que alcanzan en sus obras la alta eatogoría d e poetas d e la imagen. Porque la técnica ostA supeditada a la mooánica. mientra.s qtjo la idea inspiradori\ del film jierteneoe al espíritu, muoiio m á s snli!. eon una sensibilidad inifinitaiii<>nto más aguda que
Kn el montaje es donde reside, prinripalmente, el estilo del dirertor rinemalogrüfiro. Al hacerle, es cuando el realizador da a las imágenes el ritmo que han dc tener con arreglo a su estilo... Cierto qur ese estilo está apuntado de antemano en el «decoupage»; pero esto no basta... ^
mecánica, y aun considerando al niso V e r t o v como uno d e los realizadores europeos más profundamente» originales y d e visión más rápida, no creo que sea su idea, en este pvmto, l a máis atíertada. P o r otra parte, V e r t o v , al hablar del ojo del cinema, lo aplica al documental mucho más que al film d e argumento. Si asi n o fuera, que lo es. Dziga V e r t o v no pasaría de ser un director d e los que figuran en el montón do bi,s medianías, y , por tanto, sin una personalidad fuerte y definida. L a cualidad ))oética de un film es d e tal sutileza que escapa al ojo del cinema, excepto cuando ese ojo no es propiamente el d e la cámara, sino que so sitúa en la ¡aspiración y en la inic i a t i v a del creador.
el o j o de la cámara y que el aparato de t o m a d e sonidos. D z i g a V e r t o v tiene i m punto d e v i s t a totalmente distinto. Qmsidera que el aparato t o m a vista.s capta p o r si mismo ("uajito d e interó.s pasa por delante del o b j e t i v o . Basta ctm poner el motor en m a n h a para que la cámara imprcsi(me imágenos henchidas ilo realismo, eon una espoii tanoidad sorprendente. si'
. " . I .
'
"1
TI.
-.M.'.l.
supoditar-i
el montaje es donde reside principalmente el estilo del director cinematográfico. Ihirante el rodaje d e la película, el animador procura, en una sucesión do planos, ir dando anntmía a las escenas. P e r o en t o d a p e l í e u l a . p o r p o c a i m p o r tancia quo alcance su metraje, la cantidad d e metros d e n ^ a t i v o que se necesita emplear es cimsiderablenumtc m a y o r que la <pio después se utiliza en la obra cinematográfica. Kl m.is |>equeño error en la coloca<"ióii d e la cámara, la más ligera desviación del micróhmo, una v a i - i l a eióii cuaUíiiiofíi |)or parte <lo los intérprete;.
mador de imágenes «"s mneho imts eompJejo \ complicado qne el del pintoi, el del literato y ci del músico, jK)r intervenir en él elementos ajemw, algunos de orden mecánico, y por esta causa le es más difícil ajustar a su estilo ese mecanismo y las colaboraciones se<'undarias que sirven de complemento a su tarea creadora. Necesita del uumtaje para realizar ese ajuste y encontrar su propio estilo, su modo de hacer, eliminandf) fotogranras con precisión matemática hasta que las (jue quedan en el celuloide respondan al ritmo «pie su estilo re<iuiere. Kstilo depurado y alta inspiración poética podrían encontrarse en algimos films del nuevo : cinema; pero entre las (pie acusan un logro nás perfecto, recuerdo, por la impresión emocional ] que dejaron en mi espíritu. Romanza sentimental, | *Íe Einsenstein; Melodía del corazón, de K u r t ' Bernhardt; Sous fes tmts de Paris, de Kené Clair; Kl expreso azul, de Trauberg; FA camino de la vida, de Bkík, y Vuelan mis carwiones, de W i l l y Forst; menos esta última, con todo su mérito no escaso «lue las anteñores. La banda va a ser montada. Antrs de proceder a (hiando im realizaesta operación es preciso dor halla su ritmo en comprobar la impecable las imágenes y ordena impresión del sonido y de éstas ( ; o n auténtica las imágenes. Cuando el técnico verifica la perfecinsj>ira ion, pasa d e ción de su labor, comienmero director a poeta za la suya el realizador, del celuloide. que es quien ha de dar al film estilo y carácter, ritmo y personalidad
l.l artista que sienie la res3n sea de gesto, dt ponsabilidad y el entusiasademán o de fonética— mo de su trabajo gusta de obliga a lui metteur en advertir por si mismo, rescene un poco escrupupasando— con visión d e técnico—la banda impreloso a repetir el plano sionada en la quietud y el en que se ha cometido sosiego de l o s laboratoel lapsus fotográfico o rios, los puntos débilea de de sonido. su labor. Ved aquí a C a cóle l.ombard examinando Claro que esta repeun trozo de su última film, t i c i ó n d e planos está antes del montaje definisiempre controlada en tivo la c l a q u e t a en que se indica el mimeni que t ^ e p l a n o t i e n e en el guión, y tpie sirve para, al pasar por la pantalla el (topión <le la {>elícula, .sekHrcitmar, entre ol [flano repetido distintas vtH'es, el <pie a juicio del realizador nwtilta más j>erfe<'to. Al hacerse el montaje del film es (;uando el realizador da a las imágenes el ritmo que éstas han de tener con arreglo a su estilo. Vj^e (¡stilo está apimtado de antemano en el decoupage: pero esto no b a s t a Se ha de poseer pleno dominit> «le la té<;nica y una inspiración clara para imaginar con cierta exactitud lo que las imágenes darán en el lienzo y si la onlenación de planos, ángulos y trucos de cámara, 3eñaladf)s en el guión, ctmcuerdan (tm el estilo del realizador. Cj» pintor, por ejemplo, c s u e l v e pictóricamente el asiuitt) de ua cuadi') con arreglo a su tem|)erainento; es decir, de iii inttdo directo y 'polutamente |)ersonal. P e r o el trabajo del ani-
.MATKO S A N T O K S
6Í'w^crfíciaítUr OLICUJOL
E
la aldea vinculada a la civilización \ j tráfico de la carretera general por uU d i bil y sinuo.-ío eaniinülo descondiado y pobretón. he visto un noticiario. Una barraca, un lienzo a modo de pantalla, un aparato infernalmente sonoro. Y ante los ojos atónitos dc lo.- lugareños, la pcmipa de un de.-file re^io, el vi-rtiso do una carrera de oidOuuidS, la .-uu; U' .-iUcid de UUa lie.-!a ailalucialiea, mil visiones, en fin, <!.• m; i i m i i d ' . p i r i ellos extraño y fabulo.so. En los rostros do los e.s]>octadoio.-', roacciones do una interesante disparidad: incomprensión,! muchas ve<:es, frent(í a paisajes disonantes d e j los suyos propios; hilaridad sin m o t i v o s bien definidos, otras. ( U n a hilaridad |>areja acaso a la de aquellos suizos de una aldea en ípio el bo<io era endémico, ante el fora.stero (juo no lo padecía, y del (jue los chicjuillos so burlaban.) Kn los viejos, complacencia, como por un regalo; eu los hombres maduros, una serena frialdad; en los jóvenes, a v i d e z , desasosiego, nervosismo. Y en algvmos, un gesto cejijunto y eoneentradcj. ¿Qué será—me be dicho—la irrujxión en un espíritu lleno de fuerza, pero incult<j, encarnado en un cuerpo ágil, robusto y juvenil, de ese hu-
njticiarios"? ¿Qué sensación 'lInmliramiento le producirá? !,<is . t i n - - d o l'uci'a han
t,m;.i.-ti'
IICLÍÍKIII d m m t o
mu-
chos -iños a esas aldoa^ j)erdida.s de Ca.-tilla por unt serie de medio* informativos de colorido di-
penetración,
[>orque alli d<mde
lüilWi-
l'lr;'-;! J. -
peí ningún' Y , sin emliai'^ío. ,',cii iiomic
FOT .WAaNEB Baot
Rosita Día/ en «Rosa de Francia», película dr rpora, inspi-'"* rada rn la romedi» drl mismo título, de Marquina y Ardavín
pnmipalnienio
pOL'O.- SaijCll ii-i-V, i.i
ItarlMira StaiiKvrk t tu l i i rpftor, K o b f r t F l o r r j . posnií(io dospuéx d«- r i rodají- d r «1.a veatida d r rojo»
L'n «platrau» rn plena actividad durante el rodaje dr una escena dr cCasino dr PariH», dc la que son protaKonistas Al Jolson y Kuby keeler ror. VAtMii MOS
ir en las olásiea.s y zarzueleraiio< v e r t i d a s en moldes nmy 1»*. cray-Dnminil, junto al en cl pórtico de ' iglesiuoa. en ' ' .ins .VI
aiioN.iiia a<^u< i
impulso heroico, delirante, (pie arrancaba dol terruño a nuestros exploradores y les llevaba a: Mí'^jieo, a l'ení. a (California, a travt's de mares] ignorados y teméroslos? ¡Ah! L a imprecisa noción ^ <Íe (pie existían al otro lado do las montañas^ lares (pío circundaban sus días, o tra.spuesta laj \iiwA inacabable de la llanada, continentes, ra-| zas, (!ostumbres distintas do la.s «pío conocían, era catapulta suficiente para lanzar cara al luundo a aquellos espíritus d o excepción. Y a no hay hoy tiernus por descubrir -eso os cierto—•; pero sí j)or conocer. Kl cine, como documento, tiene un vigor expresivo ({Uo su(»era al má.s elocuente de los relatos; no se ha es<'rito crónica de viajes (pie iguale a la excursión de un cameraman hábil en intensidad, en pod(>r de revelación. Y lo evidente es (pie no se puede llegar a los veinte años sin di.S(repancia.s (!on los liorizimtfts infantiles, salvo c^ue no se merezca tener veinte años. Un noti(!iario ha de remover, por tanto, do modo m^'&sario (\sa di.sconformidad lógica y violenta, tanto más irrefrenable cuanto más inhoMpitabirio y reducido sea el snlar en que ae v i v a . P o r todo esto. Sí. Demasiado dañino el notician.' en la ai.a a. Un simjile a|)arato de radio la baña on la.s música.s y en bi.s v(K;e.s del mundo, un simple aparato de cine trae al CIKMICO apagado de su única >laza el e^^tridor de la.s fábricas, el milagro de os aeroplanos gigantes, la riqueza de los tra^iatlánti(!os do (piimera. el mar. Después s(> habla dol éxodo a las grandes poblaciones. \ algunos, liipíicritamente, se preguntan su poripié. L(jgieíunento, -^(Ht metros de
Joe K. Brown en una escena de f F.l payaso de cirro», creación del popular «Bocazas» POT.
VA>NEI
HOS
ción y el bullicio de la ciudad, no antes. Mientras esa reacción meiancóiica no germina en nosotros b a j o la influencia del tiempo y de las cosas, lo natural es ayietefter el torbellino de la urbe y ahogarse en la égloga, nadar a gusto en una y sentirse desterrado en la otra. FA noticiario en la aldea viene a acentuar hasta la exasperación ia asfixia de (piienes se dan cuenta de que malogran sus años mejores en un vegetar monótono, sin v i braciones, al mismo ritmo de los que vivieron sus antepasados cuando aun la civilización no habia descubierto la triple maravilla del motor de explosión de la electricidad y del maillot. Por de pronto, el horrísono aparato ha ennuule<^ido y a . En la pantalla no queda rastro algimo del iíeneral (Jouraud. La aldea, ahora, lavada en luna, duerme. ¿Duerme toda ella? ¡Quién sabe! El noticiario ha lanzado .tobre el triste lugarejo castellano para que madure en los insonmios, en los instantes de abatimiento y en los de plenitud, una .semilla fecun<la y rica (le aventui;a. loAorÍN CALVO S O T E I / t
noticiarios d e b i e r a n bastar para despoblar los campos y verter sobre las ciudades miles de vi»!as j ó venes en el despierto apetito de una curiosidad casi enfermiza. Quizá fuera así si cada uno dispusiéramos de nuestros destinos a nuestro antojo. L o que sucede es que multitud de obstáculos personales dificultan a toda hora ese desplazamiento, que, sin embargo, la imaginación, libre como el aire, lleva a cabo por su cuenta, desprendida de mezquinas trabas corporales. De vez en cuando alguien se acuerda de fray Luis de León. A m bicionar la descansada existencia i —descansada, sí, pero aburrida— del «jue huye del mundanal ruido puede ser comprensible en un cierto momento de la vida, al filo de una edad crítica o de vuelta ya, prematuramente, de la agita-
l'na escena de ia insuperable realización de Max ReinbardI «F.l sueño de una noche de verano», considerada como la obra rumbre de la temporada roT. WAtMM nos
la edad en que muchos niños empiezan apena.s a contemplar ci zonto en toda su amplitud, cuando coniien^.n J r s c (uoni que existe un vasto mundo más allá del lodiuido ambiente en que viven, Mickey Mouse, el célebre ratón Mickey? cuenta ya eon el equivalente de una vida c<»mpleta y bien ai>roveebada. Kl 28 de Se|)tiendue esta creación brotada del cerebn» de Walt Disney celebra su séptimo aniveí sario. Por todas las cosas q w le han pasado, Mickey pmlría tener igualmente setenta años. Por toda la sabiduría que ha expresado podría ser tan viejo como Matusalén. A la edad de siete anos, Mickey Mouse da ciento }• raya a todos lo.s niños proiiigio que liaoen latir de orgullo el corazón de sus padre-.
A
K n «"I rircul»: t.ri't» la ininarrcsiblí- O r t a , la rniemátira t^rrta. q i i r sii|io H i c m p r c rrttiHtir la*» aMprhan/as áe K r o K . h a tenido ijm- s u r u m i t i r a n t e U H urdurrionos d«* «MirUry Vrdia a q u í , rn mir d i h u i o , dedirándolr S<IK r a r i r i a s máK rl«i»i>a«i (>arlM>.
Abajo: ron o r a N Í ó i i d r r u m p l i r <Mirkry> NU N r p l i n K i anivrrHari», las relrbridadrft mundialrs d r la pantalla a r u d r n a friirilarir: K u H l r r Kratoii. t^rrta. Wallarr K r r r y . c t ^ h a r l u l » . \rli<«.<. < Horazaio, I j i u r r i . M a m . Durantr, « r disputan rl h o n o r dr rstrrrhar l a man» drl famoMi c.MirLr» » Xrrilia: Walt D Í H o r y . r l crnial rreador drl r r i r b r r ( M i r k r y » , examina u n n u r « « film dr «MI h i j o . , niirntras r s t r . qur h a trepado h a « l a r l h o n g o drl ernial diliuj a n l r , romrnta rntrr rarrajadas la» inridenrias de la priíeulu lx)s campeones inf.intiles de aje<lrez y las uiii que .se han graduado ya en la Universidad <l« llarN'ard son una simple sombra dol renombre de Mickey. Mickeij Mouse ha re<ñbid<» más Iwtnores que mucho- (tct-<ii ^ internacintiale- o históricos. ¿Cuántos mucbiuiíd.- d c siete añ<ts, jM»r ojeiii pío, h a n vist<t su luunbre en la {an>osa Inctjclofutdiii JintUmicn? ¿Cuántos niños |me<len alabars<' do soi patiocinad"- I><M ]•.< ! d e Xaciones? Desde aipiei día de V.\'¿h c n que Muktii Minise vino a este numdo por vez primera en Sieumhoi Willie, en el Colony Theatre de Xueva Vork. los honores no han hecho más «pie llover .sobic Mickey y su (!read«»r. DipUunas, certificados, m dallas, copas, estatuitas, ti\stimonios t(Ml«)s io.homenajes posibles , han afluido iuintcrniiuiiidanu'nt«'. Kl primer símbolo de admiraciúti > i n n exi i ñámente en forma de un gato su iiviado
a Wall Disney JMU el t<'niente g<ti»ernador de la Isla d o Man. L a líltima manifestación, y la má.s apropiada, «'«msistió en la iiunlalla de «ir«) «lonadti a 1 tisuey por la Soeie«ia<l «lo N aeitmes • pa.sado .iiilio. Mickey .Mouse ha valido a Walt Disftey ol ser premiad<t c<m una mtvlalla de «»n» |M»r la Asot'iaci«'>n <U> C«mierciantt»s en Artííuilos de A r t e de Améri<-a, y ha sido también <'ati.sa dc qtie Disney fuese t»l«^ido para ingri»sar «m esa selecta organizaí'i«'m «b- artistas ingltises tittilada The Hritish Alt Workers Guild. I.a Academia Xacional de Artes y liCtras de la Habana n'galó un dipUtma especial en honor «le .Mickey. La Aca<loinia .\moricana de Artos y Cieuí'ias Cinematogi-áfieas conc«>dió uiut po«jueña estatua ib' «mi a Disntív. gra<iax a Mickey también. La !*«K>r líiobard Aehievement .M(HÍal, c(mce«fida anualitu'iU« al ciuda«laiio amori<aiut ({ue más se haya distinguido por sus bu«'nas ac<i«mes, fué ot(trgada al «-n'adoi «le Mickeii.
Mickey ha sido objeto do inspiración de c cultores y pintores ti 'I "Tindo entero. Kstá n firesentado, en una fonua u o i i a , en la literatuí dc todas las na«ioiuis civilizatlas. Ha.sta en i uni<mo.s «lo estadistas internacionales se ha n u i cionado su pors«)naIida(l d»; siete años «lo t^lad; su nontbre ad«>rjia los mitinfo- de IIIM- de inii de (5sta,s conferencian. Hay una larga cadcuii úr nunoic- \ «IIMII «•¡«mes desgranada durante los siete brove.s ain que lleva Mickcif d e \ ida. lia alcanzad«) una | sición desdo la cual g«»biorna la ri.sa do jóvi^iM y viejos, rictjs y pobres, gente selecta y gen vulgar, antericanus, ingU>ses, fran<;eses. ospafi IfíK, sutM'os, clunos, sianw^tís, in«lios, africaní australianos, [lersonas do t«MÍas clases y de to<i, la.s naciones. Hay también una larga lista de incidente que aunqiuí n«) representan lumortis formal» patentizan, no obstante, la inp«)rtaneia de Mi key. l na vez, el rey .birge «ie Inglaterra rehn asistir a una sesi*»! «iiiematugiáfica no lo aguraban «|ue Mickey formaba ¡tarto del prograní; Hubo «)tra vez en «pie la efigi»' de Mickey Mouse on goma, hinchada ha.sta un taiiLiño ^ i : unes(;o, fué utilizada para dar la bienvenida al Normandie, el mayor trasatláiuic<i <lel numdo, en primer viaje a través del O«éano. Y , finalmente, hay el milagnt r«;alizad«) j " Mickeif cuando aparei-it) en la pantalla del Mun«>ir !!icholi«>u Caí^ino, « e n a do la Ca.sa do Conval«»cieiites do Murray K a y . l ' n paciento, según te.stim«)nios oculares del he<'ho, entrtt on el tíasino con sus muleta.s, y con gran <hficulta<l iworrit) sus pasillos. Duraitte la proytMción del film dc Micknf Moroie dejó las m\ileta.s «tetras «le su asiont«i. Kií el «iiiso tle la media luna siguiente olvidó «leí t«Hl«) su afli«ición y ri«'> las hazaña.s la famosa y menutla estrella. Al terminar t?sj>ectáeul«i .se lovant»'» v caminr» hasla el extcii' sin c«ijear sitpiíera. «lojaiido olvi«lada.s las n u i tas. Por oso llaman ahora a Mickey el Mira, Alome
j c L u i c e
-y -áu,
irre^ochcdjle
parabJe t>>n las hoves más bellas a la l i o i a del alba. I>í08 qne se preciají de c o n w e r a fondo a la niuchaclia t i e n t o y*or Mentó yanqni; los que ha-' iiian do la n u j e r nortt unericana como la mujer niasculinizada por excel.^ncia, la respuesta de las hijas de E v a al dinamismo predominante en el mundo actual y a la civilización mecanizada, desconocerían por completo a esta heroína de romances dulces, cuyas lágrimas enternecen en la pantalla más que las lágrimas de ninguna otra actriz j o v e n . Francés Dee inició su carrera cinematográfica, cuando era t o d a v í a sumamente j o v e n ; casi se
L
A dulzura, el refinamiento amable y espon- ] J táneo, la virtud v i v i d a y agradable, n o i han encontrado nunca una eiuiamación nás perfecta que la chicpiilla cuya actuación \ m Finishing School y muchas otras |>elículas ha ' intusiasmailo intensamente al público de cine. | Francés Dee es la poseedora scmriente de una"! i e las más bellas caras de la pantfdla. i E n cuanto a las cualidades artísticas de esta \ joven Y sobresaliente actriz, son simplemente \ indiscutibles. P a r a los (jue la conocieron hace ] juatro años, cuando su carrera cinematográfica j <e iniciaba, desprovista de verdadera expe- ! liencia teatral y sin más bagaje que su extraor- \ linaria belleza física, es casi un milagro el gran • progreso que ha efectuado hasta conquistar esas ] dos características de los verdaderos actores: emoción y naturalidad. ' E m o c i ó n y naturalidad son, probablemente, las notas sobresalientes en Francés D e e . \ Sus caracterizaciones de muchachitas de so- \ ciedad cohibidas i>or el medio ambiente, enferluius de reclusión y marchitas por la grandeza ! excesiva en que v i v e n , han sido todas excelentes ! y han logrado un intenso grado de emoción. | Desde otro punto de vista. Francés D e e es una \ de las actrices más fotogénicas de H o l l y w o o d , i La expresión intensa que adquiere al través del ¡ lente le da gran facilidad í)ara actuar sobiiamen- \ te. L a figura de líneas, la suave ilusión de una j mirada encantadora, t o d o hace de ella la más J exquisita visión fotográfica. J Francés Dee es el prototipo de la muchacha \ ameri(!ana delicada y fina. En el ambiente típi- \ camente americano, nadie puede concebir otras i figuras femeninas que las mujeres exóticas a lo > .lean Harlow o las mujeres í dinámicas algo vulgares y bastante desprovistas de feminidad al estilo de Joan Blondell o Glenda Farrell. En la escala social de este [)aís probablemente ocupan ol primer lugar las muchachas de tipo espiritual y delicado, de las cuales Francés es magnífico ejemplo. Se la puede describir en estos términos: Exquisitaamabilidad. U n a personalidad que despierta londa simpatía. U n a mu<(hacha de los más delicados sentimientos, <pie en v e r d a d sorprende cuando imo piensa en el t i p o lógico de las muchachas del cine. El amor romántico, el amor al estilo de las novelas del siglo x r x , encuentra en ella su perfecta acepción. Y , en v e r d a d , charlando con ella y viéndola de cerca, casi i m o duda de que el m i m d o rutinario en que v i v i m o s , materialista y v a n o , tenga dere<;ho a la presencia de una muchacha sólo com-
Franccs líee, con Franrio l.cric,r«r, cn una CHCfna del film «Tbc Cay Uccrption», ár. la que ambos admirables artistas son principales figuras
puede decir que se asomaba al dintel de la existencia. Entre las muchachas (jue comenzaron al mismo tiemjK), ella descolló enseguida, y pronto el público vio a una verdadera acitriz de cine, dotada de tmiloiiliilidad, sentimiento y fácil expresión. Desde el j u m í n ilc v i s t a del público masculino, los liombres han preferido siempre este t i p o de muchac})a espiritual. Ixis que aparentemente están enfermos de materialismo, gustan de encontrar en las mujeres todas las virtudes que ellos no poseen. Así se explica el enorme ascentliente que Francés tiene con los aficionados. ma.sculin«xs del cinema. ; La concentración y la dedicación al trabajo ¿ contribuyeron en forma decisiva al rápido r e l i e v e ] de la persímalidad de la actriz. Francés es t o d o lo contrario de aíjuellas muchachas huecas y cazadoras desenfrenailas de sensaciones que constituyen la í'i;m iiiiwii d e l:i t"'l>l!ici/in hollywoodense. Hasta cici lo p u n t o , su .seriedad c uitcrc.s jjor el cinema, en lo que tiene de profesión y de arte, hicieron que tras largas horas y meses do trabajo, estudio de diálogo, de animciacióii. i t r FrMTucs lograra im tremendo adelanto. Francés Dee ama el cinema coiuo imu ( a r r u i a seria, donde aquellos que se aplican tienen un campo tulmirable dtmde desarrollar sus faculta1,. u';^'; , . , . , „ . T V M - . . ' ' r . . ' inema e s .
luia dura pn)fesión, llena de exigencias y demandas. L a mayoría de las personas cpie desconocen lo que la industria de cine es en realidad, no tienen la más vaga idea de la verdadera <liscij)rma mental y nraterial a qiu' están sometido.^ los actores. En una Im-ha elimi nativa intensa, S«'Í1O los más fuertes y mejores p r o a r a d o s se mantienen en forma ( efinitiva. V hoy [)or hoy, la consagración definitiva de Francés Dee, no .S«)1(j cono una de tantas muchachas bointas, sino como una verdadera y valiosa actriz de la pantalla, es mía realidad.
de nota que tienen lugar ciudad áv Ix>s Angeles. N o p u ido la.s funciones de las grandes ( ompañías o do famososcmitantos. Ella y Joel han bocho de la vidü tma cosa agradable. Stm dos ten peramentos distintos, pt^ro q> lian logrado comjuendorse íu' mámente. Francés cree en la vida, i > 1 b(mdad, en la sinceridad, ei Discutiendo sobre la existen» la o no del matrimonio perfecto, sobre su duraci()n y las posibilid des de que ambo.s cónyuges 11' guen a una total y paulatina con prensión. Franc(».s hizo la siguien te declaración: « X o existen los matriiiumios in joros o ]»eores, ni es posible tiat, de componerlos o descomponer!• jXK'o a poco. S«ílo existen dos cl ses de matrimonios: los buenos los malos. Los (pie se oa.san p o quo se (pii«!ren d» v e r d a d -nn ' lices siempre.»
Francés ha trabajado, más o líenos, cuatn) años en el cine. Su .iri'era ha sido a.scensicmal. Exise gran demanda por ella en el púlilico cinematügríifico. La.s nmcha"has que aman a su belleza y juontud, dotes de talento, .son po's. La m a y o r <lifieultatl en el • parto de las peliculas son los actores jóvenes, (pu> vienen a la pantalla por lo general despnjvistos ie prepturación y de experiencia tienen ima molesta tendemia laeia la exageración y el meloirama. Francés, entre los cíemenos jóvenes del cine, es mía verdadera sorpresa de facilidad y cualidades teatrales im|)onderables.
Esta frase, a p a i i c dt .-ii g i a i i sentido ético, revela bien a la.s claras (pie Francés Dee, la chiquil' encantadora e inexj)erta quo nos r e v e l a en la pantalla haee v. líos años y que se nos ha heci familiar o imborrable, es boy d luia mujer feliz, que ama a ^ maritio y no siente la más niíiii ma preocuf)a<ñ«)n por el futuro.
F]n persona. Francés se asemeja mucho a los tijnts ipie ha cal i t i j i i a m e n f e , Fran(;es hizo la racterizado en la pantalla. Es parto do Amelia en la pelicubi más bien callada, enemiga d e la UerUij Sharp. Durante su v i d a i ostentación y amante de la vi<ia nemática ha trabajado on imn trances l»ec. c„ la j.el,>ula en color «Becky S l . a r p . , c « m , M i r í e los principales .riiles. f e m é f Píuiipiila y j)acífica: una v i d a vern i ñ o s con Miriam Hopkins. lie aquí a nuestra liiografiada c o n IH raracterizarión que apa merables film.s (pío induytíii .Si7? • laderamente lioraciana, (pie liarece e n dicho filni Cord, The Lúm Man, y entre otn c en compañía do su esposo, el muchos, pnibablemonte su moj< 'listingui(ht actor Joel .MaOea, y de su hijito. Siendo más j o v e n , elhi película: Finúhing SduxA. Y en la actualidad a<'aba de filmar, al lado loel M a O e a vivían juntos en la misma manzana y pertene<;ían a dos faim del notable actor (ílun-oiíslovaco Franei.s Lederer, la intt>resante [ielí<;uhi iias acaudaladas, que los educaban con las r(»stricei(mes con (pie suelen titulada The Gay Deceptúm, bajo la dirección do William W y l e r , y prodi lificerlo lius familias rica.s y (-(m.servadora-. ( i d a {Kir Jesso L . Lasky, para la (\isa F o x F i l m Studios. El romanee, que ( ulminó C<HI el matriimmio d e ambos, fuf" una veidailera Entre otros detalles curiosos do la vida privada (h> Francés Dee. pn orjiresa, jJor la simple razón de que ni (>l ni ella habían sido de niño den citarse los siguientes: ivamente aficionados el uno al otro. Ella y .loel Maí'rea tunan la leclusión. X o tienen ttíléfimocii sn c i L'na extrema .siic(!si('in d e ac(mt(H'imiend e manera que sus amigos sólo pueden dirigirse a ellos iñediante el utos ('(mdujo a ambos p o r diverso camino de telegiama.s. PVances (>s más bien eallatia y nada charlatana; p e a una misma profesi(')n. y piobablemciit en la intimidad, cuando so di.seuteii materias intoi(\santes, revela c ' encuentro ulterior t u v o en ellos p r o fatñlidad la jireparacitm y coiKKíimientos de una muchacha que ha ames maravillosas. do educada cim todo «ísmeni. A m b o s tienen un hijito n u n m o p u M' Francos v i v o con su marido, algo reti1-^ la adora(!Íón y felicidad del hogar de los Mat'rea. rada de H o l l y w o o d , en unas colinas thmde Entro los matrimonios de parejas cinematográfi( a-, cl d c c.-ios dos el sol, el aire, la libertad y t o d a s Ins v i r -,„t^ fictores es uno de tudes del c a m p o predominan. IOS más optimi.stas } Francés, entre sus aficiones lavoritas, y felices, y uno de i (•loca la miisica. los que mejor paic- \ Se pasa lai"gas horas oyendo sus piezas cen demostrar a la favoritaij. Aticiidí 1 todos los conciertos Humanidad que con r ( d a t i v a frecuencia el amor encuentra su verdadera fórmula en los moldes antiguos.
k
VÍCTOR JOSK
SABUNI
Francis l.ederer y Francés l>ee en otro momento d< la película «The (iav l>ereotí«dr
« . A'
\ue9lro hombre en iix.
,Aoe« en
"i muchacho-hombre . a «S^*' 1^ AopAe V^o^í e^eTV>r-- ^.o P^-;: fteBl»de O l í » " - „ en itw. eftc»' \)0TV ~ «ean, los sótanos pintoresco.. e ^ « ^ ^ * ra ^® 1 • \ » " --Hfl Edgar Neville rodó Yo new\& u». c\vot a l * ® „at>»ft»* bov quedan los misa, se abcnaba .. un taoic.^ dibu]o, i,.,. a' '•iertamente, «Holly- pam^^. ^osa, de v\mor mhm&ñna. Vref^enú que allí esi&h». Herré. ~ T x ) primero mido en su l a u w entacular de woifrc publicitario. Sí, él era; porque daba toques ' n«- fe])riles sobre cart^^n manchadocomo de colores estrepitosos. A sus pies, las '-ninas de un escribir gallinas hambrienta.s. Subí unas iaií ' picoteaban quedé rígido, con el impermeable ya seco, ante el — nropagandas de cinema. Nada. Tuve quela—«car agrio de la cerilla, el mucha^ miniatura. Asombro. ~ «n sitio. Y Allí magro Azpeie^.., visitas diarias, me paso bles rolaco y carteles de traza rt,^ de Kené Clair. Me vi espantosamente solo x.^ gaarcüsisi, que el fragor de los timbres ocultos, alia dencias invisibles, rompía de minuto en minuto. Me senté, me > bé, hice gimnasia sobre los brazos de acero de los sillones, bailé un tango argentino rayando el iinoicMm... Al fi "^e acerqr-^ a los íi/fic/i«s y leí la firma: Herreros. Esta, firma, la ^^re del hombre que yo buscaba las «catacumbas» de Fillas esperas crue-
toÍo6 mente e i do a la par, como el de im gran cirujano a t * ^ Las letras se caían y doblaban, sin poder resistir . su embriaguez bíblica o su ataque agudo de histerismo. IJOS rótulos gritaban a los cuatro vientos encarcelados y tísicos de la» «catacumbas»: Sous let tais de Pans, ¡Viva la libertad!, Peter Voss, IMS maletas dd. señor O. F., Cuatro de Infantería, Carbón, Karamasoff el asesino. La linea general. El expre"^mul.. va do\oT de cabeza de los museos clásicof a la \iat& de aqueWos cuadros —í'Ues audaces, agresivos; so
col
4 '^^tia^L
' « ei>„_»
r>io_.
»
/abo
^ia
1»
J
lo
— Filmófo. ; a ascendido con s u (le incansables músculos, ^...i«ro8, s i g u e s i e n d o e l mismo. S u amisj m o \ m l i b r o precioso q u e n o s m u e v e a l a imie l e j e m p l o y e l aliento p a r a l a l u c h a cotidiana. <e h a estrechado d e n t r o d e l h o g a r q u e r i d o d e -'•isi6n d e n u e s t r a ilusión, f e d e n u e s t r a fe, s ó í p o r u n a d e b i l i d a d q u e y o n o sentiré n u n c a : l a a (iel e n g a ñ o . U n r á p i d o saludo. R e s p e t o e l silen- q u e s a l e e n u n b r e v e paréntesis p a r a o f r e c e r m e u n yanqui... ¡ Y a brotó la palabra! A » » ^ * 1 j u z g a d e lip o r l a superficie d e l a s c o s o -terreros es u n n o m b r e a ío t / a n ^ i . E\ porque se siente e u r o p e o >* hasta las
por f . ^ / r s U Q .
9oe
falaoí"*"
"7>o (uiií «an |.„
a Vez w ^ " " « ü , r ^ ® o í d o .
ni
•
_ , a moderna
^. a ocineastas n R o b e r tnorteamf»o .Martin, . . . v isin ciad .Mbndencias, e xdter alos vd"a g a iguales, inoculándoles l a dosis - ncias. ..08 los í m p e t u s y t o d o s los saiínf. i.sto a E n r ih( ]au se iHerreros, ciento», d' o e n - d i b u i » " * n odm ol i »i -n a• « b o t e 'fijo
es
~únA «OQÓ ""*"0 V
P^üe-
y "«O
d.
UNA GRAN PR.ODUG ClON IBEWCA
V
VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA
de.
ÍOL
OBRA CUMBRE
dz 'JuÜoW^S eí fuvn
¿Oui/^my\i\OSA REALIZACIÓN de. LEITAOÍ¿¿ BARROS
LLENA
ESCRITOR PORTUGUÉS
de SUPREMO
INTERÉS. & ALA^A ^
COSTUMBRES PORTUGUESAS LLEVADASafe-PANTALLAertofla ANÉCDOTA E X R I T A en, BELLAS PRINCIPALES INTERPRETES:
/ionot
E
C¿£
X
C
L
U
S
I
V
A
V
A
L
D*ECA-ATOUA
C
A
R
C
E
£aj
IMÁGENES
CkSUlM'Joaguin AmOA-Mam PAUU-CrfpOLIVEIRA-^. >
B
A
R
R
E
R
A
,
?
.
>CÍ7
C
O
R
U
Ñ
M A T O S
A ! LICITAS I
f í g a r o MAÑANA EL
LUNES,
a R A C I O S I S I M O
FILM
POR EL DINÁMICO
R A Y
W A L K E R
Y LA BELLÍSIMA
S A L L Y
U s l e d también puede tener u n rostro impecable, sin manchas, p e c a s ni huellas de granos y v i ruelas. B a s t a p a r a ^ l l o que use E N
T O N O S
B L A N C O ,
B L A N E
El lunes, 30 de Septiembre, I N A U G U R A C I Ó N D E L A TEMPORADA Con I A superproducción R A C H E L ,
B R O N C E A D O
Y
R O S A D O . O C R E
M O R E N O
Un par de detectives ( E L
C R I M E N
D E L
G R A N
H O T E L )
Ei frriin /torxpnir tlel film de diez y seis milímeiros
L
os filins (le paso estrecho tienen ante sí un J espléndido y inagnífioo porvenir. L a película de 16 milímetros está llamada a resolver el gran problema «jue en la actualidad existe paid la realización de reportajes. d(K'Umentales, films científicos y culturales, etc., etc. l » s eineasta-s nmatevrs, al filmar sobre eeluloide de 16 milímetros lo.s admirables reportajes y documentales (pie todos conocemos, han señalado un nuevo camino en este aspivto de la cinematografía. I 'nn una pe<pieña cámara pueden hacerse tan buenos reportajes de actualidad o películas de carácter científico y cultural como los que se hacen con cámaras de pa.so universal. Rstos films no necesitan ser toniado> en sonoro directo ponpie aunque existe el sonoro en 16 milímetros, no es j»erfpct() , ])i)r(pic tanto los unos como los otros son comentados o llevan un fondo musical que se sincroniza jterfectamente. Prueba de ello es (pie en la producción catalana amateur hay películas musicales tan bien sincnmizaílaís, (pie se ban exhibido sin qne el públi(4) haya notado cómo estaban hechas. Kn cambi(», el coste de estas jielículas es insignificante comparado c(m las de pa.so universal, (pie no pueden realizarse i>or ser un neg(M'io ruinoso. Y buena p ueba de ello es que cuantos han realizado díK'umeiitales en Kspaña, o h m perdido el diñen) o h^s ha costado ffran trabajo recuperarlo. N o hace mucho, uno de los pocos técnicos auténticos de nuestro país me explicaba la razón de por (pié no era neg(KÍo en España la filmación de películas documentales de corto metraje Eutre otras cosas, me docia <jue .solamente cada copia staruinr/t euesi :i alrededor do las .setecientas jiosotas, y (pie poco más o menos oso es lo (pie dan |)or ellas los omiirosarios (pío las al(pnlan Jiara las primeras exhibiciones. V como, pot li general, estas películas .so pasan en las salas esj>ecializadas en reportajes do actualidad y estos documentales, el príjgrama tiene una duración aproxima(fa de uua hora, y debido a la gran cantidad de veces quo las película.s se pasan durante la semana, cuando devuelven la copia está ya casi inser\'iblo. En 16 milímetros, una copia cuesta unas ciento veinticinco pesetas, aproximadamente, por lo (pie .so puede deducir perfectamente la notable diferencia que hay en filmai on uno u otro paso. .Alemania se ha dado cuenta de la enorme importancia quo tiene el film de paso estrecho, y on casi todas las salas im|iorlantos do proyeceión se han instalado |)e<|U(>ños jiroye<'t(ir(^ para las películas do 16 milímetros. Y on la actualidad .se exhiben más films docuniental(>s en dicho paso (pie on ol universal. Tambii'n so gesti»ma la creación de una . \ ( ademia do Cinema, on donde la enseñanza será libro y gratuita, y .sólo .so producirán jiolicula.- de 16 milímetnis. Kn B «rcelona, el doctor Zariquioy, eminent(> naturalista o investigador incansable, comenzará eu b n n c la realizaci(»n de un;i serio de películas científii as y documéntalo- con do.-tino a los centro.- de enseñanza. Dicho .señor, (pie por voz trímera unirá su nombre al de los amateurs cafa anes, filmará también sobre film de 16 milímetros algunas interesantísimas películas do la vida do los insectos y de las pl.intas. y (pie para mayor divulga ción serán exhibidas (lublicamentc. Kl doctor /ari(piiey es un gran admirador de la ¡lelicula osInH-ha. y asegura (pie ol film de Hi es ol film ideal p.ira todas clase- de peliculas ci(>ntifie,i> y ped.igf'igica.-, jiot la t icüidad de su pinvoeeun en loe,lie- p e ( | u e i ' i i c o m o -on, por ejemiilo, bis
aiiia.s do las Iniversidade», y también por el fMtco coste de los aparatos, que permiten tener varios en un mismo centro de enseñanza, sin que haya que desembolsar lo que vale un aparato corriente |)ara película.s de 3.> milímetros El cinema amateur y la película de 16 milímetnjs tienen la palabra. C.\HH.\SCt) DE L A R C B I A
\'otirinrío * amateur» La producción catalana ha entrado en un período de gran a(;tividad. Nuestros activos cineastas, que durante la.s va aciones estivales apenas si (iioron señales de vida, están entregados en estos momentos a una labor intensísima. El dinámico y buen cineasta que es Jaime'Colomer no tiene un momento de descanso desde quo comenzó su humorístico reportaje iuternaci(mal. El otro día hablaba do ir a Abisinia; pero el buen hombre
Drl film «Rajo l.lobrrgal*. rralizado por Amadeo Real
Drl film «Ibiza». de Juan Serra T Oller
no enctmtraba quien le diera una recomendación para el Negus. En Tarrasa se están filmando varias cosas; pero hasta ahora sólo ,se sabe el título de una de largo metraje que y a dimos cuenta en otro m'miero de esta revista, y que los hermanos Salvans han realizado algunos films musicales, en los que han inter\'enido destacadas figuras do Cataluña.
Kilniaiido una <-«<-<-na (!•• la pt-líoula «anialrur» «l'n pantalón para lili»), proiiurida pnr rl l'inrniHlir-l^lub
Juan Serra, uno de los felices autores del film El hombre que yo he matado, ha terminado y a el montaje de su película IbÍ2a, y en colaboración, de nuevo, con José Maria Ptm.setí, está realizando TAI Medicina. Viador y . \ m i f a t , otro valor nuevo del cinema amateur, está terminando la filmación de un film titulado fCirHi;:aciónf..., del que se tieneti nuiy buenas noticias. Ivos amateurs dol g r n i M i Cinematio-Clnb han dado los últimos g o l ] ) e - dc manivela al film Un panialón para dos. Cinema "amateur" en Madrid
l lia rsorna dr «Drl aula a ia fábuia>. film dr (airona
Rafael ( l i l y ( « . M(ínénde/. Pidal han terminado y a el montaje del film Citu-o minutos de españolada, y pnmto terminarán el <pio actualmente riKMlan, titulado Cinco mil metros de calle. El g n i p o de nuevos cineastas do la Casa tle ("ataluña en Madrid también trabaja activamente. .\ctiialiiiente filman ¡KIJOÍKWI f^oiriUird' y Mi primer filuí Por lo que so ve, td panorama c m e m a U e o amat'ur es cada (lía más interesante.
C
i.AUDKTTK Colbert está de moda. En las pantallas de todo el mundo triunfa su figura muy de hoy y ese rostro tan lleno de expresión, tan lleno de femenina hondura, que es una de las máts bellas imágenes del einema. Ser bella quÍ7.á no e.s difíeil. Ser bella eon esa belleza de Claudette- profunda, apasifmada, enigmática a veces--es lograr la cifra de lo extraordinario. Son muchas las hermtKSuras xlandard actualmente, hechas conforme a reglas conumes, obedetáendo a un patrón único. Pero ( l a u d e t t e Colbert es excejH-ional y no hay en ella ¡ ) a n H Í d o con otra atar ni reflejo de alguna ajena influencie. Claudette ('olbert es, t o d a ella, una po»lerosa personalidad. Su trayectoria cinematográfica es recta, segura, sin Citas vacilaciones y esas desorienta<iones que tantas veces asoman a la v i d a de las estrellas. Desde La ina>Tre(pble—su primera película en Hollywood-^ hasta lArio dorado-—su última gran creación—, todos los personajes inter[)retados por la gran actrist tienen la misma profunda .seducción, el mismo irresistible encanto femenino que ha hecho de la star una d e las auténticas triunfadoras de hoy. Sensible, voluptuosa, elegante, Claudette (>)lbert tiene a sus pies, en la pantalla, admiraciones de todo el mundo.
[
J N el realizador cinematográfico hay una j tragedia que indudablemente no existe, ni ha existido nunca, en el pensador, en el literato y en el artista. Una tragedia doble. El pensador, el literato y el artista dejan de ser geniales como el que se agota o se hace viejo; cuando v a han dado su obra cumbre v se ven
s
anunuílores
no tiene explicación. Univei-salizando esta cuestión, es decir, considerándola como un caso general, sí la tiene. Griffith, en este segundo caso, es un ealizador de tanto.s—de muchos—que no se frenan a sí mismo, sino que son frenados por segimdas y terceras personas. El realizador del cinema, al contrario que el pensador, el literato y el artista, abandcma la mlidad... y , detrás, inmediatamente, la cantidad. Dej¡i de producir. Ejemplos: Strohein\ v Griffith. Claro que el realizador no abandona al cinema, sino que es el cinema el cpie le abandona a él. N o hay vejez de pensamienI to, ni esterilidad de imaginación. Cuando el realizador entrega sus útiles de trabajo, y a ha dejado de producir.
incapaces mental y fÍ8Ícament« para seguir superándose. Es decir, su arte decae cuando una razón biológica les agobia, les entorpece y les escatima la potencialidad creadora. Cervantes, después de su gran obra, escribió el PergiUs, y quién sabe si la mayoría de esas pequeñas obras teatrales que tantos ceros marcan en la prfiducción literaria. Dante Alighieri, después de La Divina Comedia, c,<)rapuso gran multitud de poemas líricos tan obscuros como impopulares. Aristóteles, después de su Poética, continuó produciendo obras filosóficas tan afirmativas y bien pensadas, pero jamás tan grandes, tan decisivas y sintéticas. Shakespeare, lo mismo, con OteUt y Romeo y Jidieta... Artistas como Goethe, que murieran con un Fausto recientemente terminado, esca.sean en la Historia. Tienen que escasear forzosamente, a favor de la ley más natural y de la Iógi<;a más pura. VAÍ el artista tiene que haber un flujo } ' reflujo de ideas, de temperamento, de ánimo creador, de disposición biológica, de contrastes y de energías. El j)eíi8ador, el literato y el artista, por lo tanto, dejan de ser geniales cuando su genialidad no tiene fuerza de existencia, cuando cesan las vibraciones mentales y la vohmtad es la primera en condicicmar la neutra-
Kl gran realizador H'illiam Wyier, autor genial de «I ji casa de la discordia» y cSantos del infiernot, posando con su esposa Margaret Sullavan, interprete de au último film «Una chica angelical»
lidad de acción, el reposo, el contrai)vmto, la .sene<-ttid de pensamiento. FJX las plantas, como en las personas, como en todo..., también se observa el mi.smo proceso de nacimiento, desarrollo, ])\nitud y vejez... P e m en el realizador cinematográfico, siendo artista, no; he aquí la tragedia. Podentos citar realiza<lores cinematografiemos que han ido de ascenso en ascenso hasta realizar su mejor obra. Pero que después de producir ésta han des<'endido en la misma proporción y tiemjx) que tardaron para ascender. El ocaso es rápido, muy rápido; quizá tan rápido como la gloria. (\)nocemos la historia de Griffith. ¿Por qué dejó de hacer cine, on plena implantación del cinema sononj, David VV. Griffith? N o tiene explicación y la tiene al mismo tiemjx). Considerando la cuestión desde el punto de vista de la personalidad de Griffith,
Harry II. Warner, el intérprete de «Bey de reyes», y Tom Brown, en una patética eseena de «Héroe o cobarde», film realizado por William W y i e r
Al contrario el poeta: puede escribir toda su v i da hasta cinco mimitos antes de morir. Schiller esííribió en el leche» de muerte las últimas líneas de una obra que después tuvo que terminar su amigo Goethe. El realizador cinematográfico, si quiere conservar su dignidad, tiene que hacer, en plena plenitud artística, lo que han het;ho Griffith y Stroheim: abandonar la ccdidad y la caniidad, antes de qne la primera le abandone a él y tenga que transigir con la cantidad tnás absurda. ¿A qué realizadores (;orresponden Mujeres de postín. El boxeador y la dama. Música en el aire, Vampiresas 1933, Bolero y Fascinación? Casi nos paréele mentira que correspondan a
aquellos graiKies artistas que produjeron Variété, Sombras blaru-as. Retomo al hogar. Soy un fugitivo. Cimarrón y La casa de la discordia. Y , sin embargo, es verdad. Obras suyas s«m. VA realizador cinematogi-áfico no deja de ser quien es por falta de energía, sino por imposi'i'm.
iCsta es su tragedia. Son miichos los ejemplos <{uv podemos poner, y entre ellos se encuentra William W y l e r , casi en [trímera fila. En la ju\ entud de la mayoría de los realizadores que han dado y a una obra notable al cinema, no cabe el agotamiento profesional <le su arte ni la indecisión... Cabe únicamente toda esa serie de cortapisas (pie les convierte en espanta-pájaros, en gnomos impereonales colíK'ados en una situación expectante. Wüliam W y l e r debuta en el cinema como corresponde a un artista en período de formación: con obras modestas, algunas policíacas, otras de amor y la m a y o r parte del Oeste, como Pinos de hierro. El caballero de la frontera. La trampa del anurr y A caza del hombre. Muy natural. Pero si nosotros no ñiésemos conscientes de la tragedia, sin excepción absoluta, que metamorfosea el pensamiento y la iniciativa del realizador cinematográfico, no encontraríamos justificación en que un hombre como William W y l e r [>roduzca las obras formidables como Santos del Infierno y IM casa de la discordia, y que a los treinta y seis años marquen y a su agotamiento films c o m o El defensm. El capitán disloque. Héroe o cobarde y Fascinación. Siendo un francés quien ha realizado Santos del Infienu> y La casa de la discordia, v e o en ellos la manifestación más cabal del cinema yanqui. En fl comienzo de L a casa de la discordia hay una sciiicjanza epsteiniana. Ksas imágenes obscuras y fuertes, friígicas y crudas, de cielo cenizoso y de oleaje levantisco; ese grupo de hombres que andan, con el ataúd de la mujer del pesc.uíor ul hombro, azotados por un viento furiaso, nos recuerdan El hundimiento de la casa Usher y El inar de los enérveos. En La casa de la discordia está maravillosamente captado el tipo de pescador yanqui. Porque el pescador, dentro de su integridad racial, tiene un algo de universal, un rasgo característico común a los pescadores de todos los países. Tienen un espíritu temerario y tranquilo a la v e z , como esos hombres de Aran descritos por Flanerty, que desafían a la muerte con una sonrisa habitual. Quizá haya sido W i l l i a m W y l e r el único realizador que con más fuerza se ha atrevido a iucsontar a un hijo pegando a su padre por una causa humana. Y está tan perfectamente adaptado el argumento al ambiente, que dos
I ndiían realidad posible en una gran ciudad ,11 nn pueblo i^rícola. El pescador es brutal, pendenciero y enfermo del whisky. A l principio, \Villiam W y l e r ctmfunde la brutalidad por el dolor. Ain está el pescador que alioga el sufrimiento de la muerte de su mujer con alcohol, que 1(1 atenúa rompiendo mesas y haciendo desafíos. Pero después a define con el odio, con la venganza y con la miseria de espíritu. .\hí está ese otro muchacho, tembloroso y justo, cuya luunanidad le lleva a matar n <u padre. IM cusa de la discordia es el verdadero aguafuerte, el verdadero poema tormentoso y obscuro como la vida misma de los paseadores, .fuzgo que e.s el mejor film de William W y l e r y vmo de los mejores (iel cinema yanqui. Después, Santos del Infierno, film mudo realizado sobre el cuento de Peter B . K i n e Los tres padrinos.
Esta primera gran obra de W i l h a m W y l e ; - h a tenido en Rspaña tan poca acepti ción comercial, que si no la proyecta G. E. C. 1. en su Cineclub, hubiese sido totalmente desconocida pa'a uo.sotros. ,7 abogado es un film de acción lenta y tea.tal, únicamente con algunas escenas que revelan la escuela de su autor. FÁ capitán disloque, una trama cómica, con cierta delicadeza de contenido, para Zasu Pitts y Slim Summerville. E n Héroe o cobarde, toda la fuerza del film reside en el personaje encamado por Harry I I . W a m e r , l ' n oficial del Ejército yanqui, ex combatiente de la (irán tíuerra, que primero se le c(mde<ora por suponérsele muerto en campaña, (jue después se le acusa de desertor y que por último se p m e b a .su inocencia y se le rehabilita en el Ejér-, cito. N o puede caber un tema más anodino. Wil iam W y l e r desciéndelo mismo en Fascinación que en sus films posteriores a La casa de la
< l x casa dc la discordin» rs la ubrn niaratillosa y sombría, fuerte y realista por excelencia. He aqui un momento del mejor film de William Wyler. en donde aparecen Warter Huston y Kent Douglas, esle último el magnífico protagonista de fV abora, ¿quí?»
discordia. U n realizador no se nivela tan pronto cuando su nivelación n o res]>onde a im impulso personal. P o r eso nosotros, cuando comienza la temporada cinematográfica, temblamos ante el estreno de la obra de mi gran realizador. Y por eso ahora decimos, res| V pecto a W i l l i a m W y l e r , lo m mismo que diremos respecto ^ a Borzage con L o rtda es sabrosa: ¿ C ó m o será Una chica angelical, el último film suyo (jue interpretan Margaret Sullivan y Frank Morgan?... A. D E L AMO A L G A R A
Paúl Lukas, Constance laimming y la magnífica negrita dr «Imitación a la vida», en un nioinente del film de William W y l e r «FascisnacifVn»
1
rcLse
uticL
niñoL
jielirrojcL li_v ileberia (.oiiieiizai a.-i: «Erase una \ uua uifíiía pelirnjja que soñaba >er V revestir el cuento con todo el I-neniecedor del castillo encantado, los dones de las hadas y el princiiu- nihio sobre un cabvdlo Idancu, y uo mentiría esta ' ' el ••uento d'- -líri-- n. • ijv • ! . \ . T i , i a idolescentes. Anne Shirley o I J I csiidiiiii más j o v e n del cinema. Na« at en el mes <le .\bril de l y i K , en el mes que nacen todas la.s heroína.s de los cuentos. P e n ) la pobre Anne, que en realidad, cuand o n a c i ó , se l l a m a b a Dawn O ' D a y , tuvo una infancia triste, humilde y laboriosa.
or» dos ojos verdes como div- e.*meralda.* y una alborotada cabellera rojiza. \\m a?i. la dulce Dawn era una muñeqviita encantadora, que ¡a de modelo en un almacén de lencería inil. en Nueva Y o r k . Sti nuidre. que luchaba con la miseria, fruto de una viudez reciente, en la metrópoli neoyorquina, no tuvo otn remedio que exhibir a su hijita de dos año-
j
Según cuentan las crónicas americanas, poseía la chiquilla
\:.n la silurla: Kl rotUru d<- .\iin<- Shirla rHtrcllila en flor. M-)¡ún una <t« lait úllimaH folun de la p r e c o z a r t i s t a . -
try,
Kn el c í r c u l o de la izquierda: Anne Shirley, que uu q u i e r e dejar de ser una perfecta m u j e r c i t a de HU casa, c u l t i v a las lalMires c u l i n a r i a s con s i n g u l a r afi-
ción.
Kn el reniro: l a j o v e n « s t a r » se
i ui]tiüCi.'n.
í
^
i ^^^k ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
-•u niñez ha sido como la de todas las niñas que han pisado el suburbio de una gran ciudad: trenzas apretadas, cara paliducha y cuerpo desgarbado. Peleas al borde <le la acera y anhelos insatisfechos de ad<]uirir a<pieUa otra muileca del escaparate con ojos azul-verdes, paralelos a los Dawn ' V I >,M adoraba el cine-
|ire|>«ra para la lucha esludiaii<l<i f<-' vorosamente.- Kn el circulo de la d e n cha: .Vnne Shirley aparece-niña a l K n ju<;aiida con sus muñecos predilectos.— Ahajo: Anne Shirley une su rostro, ilv -.ionadamentc, al de Toin Brown, su o | » ' tiente en . O . - e i i t;ablc>, y del cual se enamoró perdidamente la joven actri/....
Mienlrax HU mamá fte aplica a la costura, Annc Shirley lee: en nn insaciable afán de aprender, dedícase a la lectura
jará una leyenda de celuloide y quimera! lis cierto: el t ó x i c o «cámara» domina; pero... Anita es un caso entre mil, que ha llegado a la cxunbre entre la niñez y la j u v e n t u d . A i m q u e al llegar al pináculo de la gloria lleve entre sus manos jirones de un v e lo nupcial desgarrado. H o l l y w o o d , Jauja. Palacio encantado, el set R . K . O . L a v a r i t a mágica de su v i d a holg a d a y feliz, a pesar de que no finalice el cuento con el acompañamiento de campanas de boda echadas al vuelo. Esta es la historia de .\nne Shirley, la niña pelirroja que quiso llegar a ser astrella. Y colorín colorao...
ma, y a hurtadillas de su mamá asistía a los cines dtmde Greta exhibía su perfil aun silente de orquídea desmayada. Y D a w n soñó, conu) han soñado todas las mujercitas del mundo. Quería ser estrella. Siendo que para la pequeña D a w n y su madre el mundo entero era su patria, y lo único enteramente suyo era la libertad de caminar sobre la tierra, un buen día partieron hacia H o l l y w o o d . L a suerte, el hada buena que le prodigaba sus dones, le abrió de pai en par las puertas de los Estudios R a d i o , y la chiquilla se encontró entre sus manos eon el role de Anne en el film Anne of Green Gahles (Anita, la Pelirroja). D a w n , valientemente, con audacia increíble en ella, enfocó el pa peí con acierto, y realizó una actuación dulce, poemática, delicada, fragante. A p a r e c i ó en el lienzo como una quinta hermanita de aquellas cuatro adorables que desde el lienzo americano invadieron el mundo con su encanto ochtwentista. D a w n , al encamar la graciosa pelirroja de Green Gables, triunfó rotundamente. Cambió su nombre por el de la heroína, por considerai-lo los productores mucho más eufónico, y la v a r i t a mágica empezó a dar golpecitos sobre su cabellera roja: profesores, hotel particular, un contrato por cinco años, interviús, trajes maravillosos, cartas de admiradores y , por fin, ól; no un príncipe bltmco, pero sí un actor j o v e n : T o m Brown, su oponente en dicho film. A n n e se enamoró de T o m ; se enamoró la pobrecilla del amor, del primer hombre, del único hombre ( p e la habia besado en su b r e v e existencia de quinceabrileña. L e quiso; aunque su sueño de feliz epílogo «se casaron y fuenm felices» no jjudo llegar. Aquellos azahares dibujados en su mente, aquel velo albo y aíiueílos acordes de Mendelssohn no se convirtieron en realidad. T o m Brown que ria a otra mujer, la quiere. A d o r a a otra .\nita, j o v e n y bella, que tra baja en unos importantes l<]studios: Anita [jouise. Athnira a .su compañera, encuentra delitaosa su sonrisa de ángel travieso, sus ojos grandes, su cabello rojo; pero está enamorado de A n i t a Louise, y H o l l y w o o d susurra que se halla casado con ella secre* imitite. Y la niña que quiso llegar a estrella lo tiene todo. V i v e feliz; pero bis hadas buenas se F.n esta foto de Anne olvidaron de lo más importante: que el principe Shirley,el gesto, el adesportman pecoso y fuerte pudiera corresponder a mán, la expresión del 'ío amor. rostro, la indumentaria .\nne Shirley, el luminar más j o v e n del mundo, inclusive, denotan Jt la ; chiquilla auténtica- < .^igue trabajando. España no la ctmoce tfxlavía. mente ingenua, no con- ; Cuando A n i t a la Pelirrojo llegue a nuestras panlaminada aún de l a s ) tallas, ¡cuánta muchachita meridional de trenzas morbosas pasiones dei ' i n r . t . ' i r - , n uñará ima gloria parecida, no formundorineinalográfíco ¡
JUIÍA DA
ANÉCDOTA e/z. ^
cíe
FAMOi-A
INTERNES ,
NOVELA
AMBIENTA
ALT/IMIRANO'
FRANK* URRUCHUA Tuílaa SO L E R ^ Vldoila BLANCO
lnÍÉA|iA£<*ula
ruyi,
GRAN
CbruTLiemo
S.A.
^
l ' M \<:iO DE LA MÚSICA
La dirección es buena. La toto<T|¡^t'ia y el sonido, como es costumbre en la producción americana, y esto baste en su elogio.
••|,a iM'qiioña coronela"
P
t KS. scñíir. c.-^tc e r a un viejo coniucl d e tiempos de .Marifa.staña, i'on imo.-i bigotes tteincndos y un genio más tremendo todu^ M . ";Mil bombiis, tiáenie el desayuno! ¡(^ien le'jfiones de condeu idos. cierra esa ven1.1 na!» .\sí so cvidicaba en sus ratos iluen humor el ' i i i o n c i , al q u e Ic teman Miietio t o d i i >
!' is duendes y b i u ji.s del contorno, .\qiicl ogro terrible vivía solo cn iin caserón cnonuc. y le ser\ iaii dos criados nebros y lirillantrcharol. La casa siemjirc estaba triste y -ilcinm.-a. .\llí todo iM'a ncsiro: des(h" el hinnor hasta la iiiel de los sirvientes. ¡Qué horror! Hasta (jue un dia llegó .'^hirley rcm¡)le, la imn'uHiuita ([ue todos conocéis, la de Ojos rnriñosos y Grana y simpatía, y . . . N o , n o temáis. (.(VtHHs <{ue el ogro—¡haum...!- se zampó a la fie<piei'ia? ¡Sí, si! E s o es no conocer a Shirlev Teinplo. La chiquilla se ai-ercó a él sin pestañear, le dijo que era nmy inalo y muy feo, y (¡ue si no le daba vergüenza aquella v i d a de erizo. ¡ I l u y , Dios mío, cómo se puso el coronel al oir tales improperios! «¡Vete, que te como!», rugía. Pero <-omo Shirley es t a n valiente y al mismo tiempo tan simpática, no se alarmó gran cosa, y aunque eso no debe hacerse con las personas mayores, sacó la jjuntita de la lengua, en son de hurla, y le guiñó de modo tan picare.scf», ipie el ogro no t u v o más remedio (pie echarse a reír, mientras la cogia en brazos y se la comía a besos. Total ([ue se hicieron muy amigos; (pie el ogro resultó, al fin, un v i e j t ^ i t o bon<ladoso, y (jue todo acabó en im cuento d»» color de rosa: el más bonito en que hasta alioia lia intervenido uiiesira amiga Shirley T e m p l e . \ ' si a todo ello añadimos (pie el (pie hacía d e o g r o es Lionel Barrymore, na( a menos, con otros tamosos astros de H o l l y w o o d , entre los ipic debemos destacar a L v e l y n Venable, linda y es|>iritual c(mio un hada buena, comprenderéis ¡uuiguitos míos, (pie IJO petpieña ronmeJa un regalo de los (pie no se olvidan nunca.
capítol i.a lela de araña" Kl Caijitol !ia inaui^urado .su temporada de otoño c(m un drama jiidicial. cn el (pie ios p r o t ai^onist.is .-(m ÑVilliíUii l'oweil y M y m a l>ty. D e donde se desprende (pie es un drama jud i c i a l de guante blanco. .Vmores, celos, venganza y delito agitan las alm a s , sublevan las ]>asiones. d e s t r o zan (íl (corazón de l o - ¡«ersonajcs; pero no descomjMinen el lazo de una corbata ni el pliegue lie un vestido. Estamos entre gente bien. <pie pierde la c a b e z a , pero no la educación. Y aumpie uo hay g(>sticiilaciones. ni gritos, ni porta/.o.s. uo por eso deja de haber dranm, y aun melodrama violento, en este fihn interesante di sdc i I primero al último fotograma.
ALKÁZAR "La princesita" Sigue de actualidad la gente menuda. Tria comedia de costumbres, situada a (tiinciiiios de siglo, en un ambiente familiar y aldeano, para encuadrar en él la figura dclicinsa de otra pequeña gran actriz: \ ' i i g i n i a W'eidler. digna de codearse con Shirlev T e m p l e y aun de discutirle la muñeca de honor de las criMciones ciiiematoixráficas inf aut iles. Otro cuento de color de rosa, otra con>eja romántica de los tiempos Ix'iiditos del oolisón ^ la pamela, c n i í i d o el único negocio Iciuc niño era el amor. .-\parte de la l'i aciosa interveuciónde X'nirinia Weidler \ de la sobria pero acertada pintura de costumbres y ambientes desaparecidos b a c e mucho tiempo. La prinresi ta tiene la inestimaliley rara cualidad de -er cinciiía. es liecii. iiua ilidad, luz y aire libre; acción, y no remanso de situaciones teatrales. T o d o en una discreta mesina. lejos de cumbres geniales, pero también del vulgar y desteñido modelo fabricado en .serie para satisfacer la demanda de los industriales del i inema. Los protagonistas de este ciient(» de am(>r, referido en imágenes cim alma jiropia. son (¡loria Stuart y John Peal, ambos acertados. Y el rayo de sol (pie nimba de candorosa aletrna esta estam})a i n i M c n t e es la [>e<pieña Virginia, a la (pie y a hemos elogiado al principio.
ntíAiu» "Huyendo de la quema" y "Kl viajero solitario" Doble programa, c o m o es frecuente (-n el I'igaro, y como debía serlo también en otros cines de estreno, cuando no hay conqtlementos ipie valgan la pena, cosa (pie ocurre más a menudo de lo que fuera de dt^sear. ¡Esos noticiarios repetidos una y otra vez, semana tras stMnana. con la intención, sin duda, de hastiar al público y acostumbrarle a q u e no entre hasta des|iu<''s del descanso!... L a vuelta ciclista a Francia, porejemjilo, ¿no ha durado más en las pantallas de Madrid (pie en las carn^teras de la vecina KepiV ' ' Pero dejemos este teiu.i ingrata van. información. I>c las dos |)i'lículas c.-treiiad.. i i Imi. Fígaro, la segunda, Hl riajero solitario. . - la de más pretensiones, justificadas aim<pie a o sea más (pie y>or un re[)arto en el (pie figuran I.iimel Barrymore y May Kobson, (pie, cieriainent(>. no defraudan al ])úblicoy realizan una labor digna de ellos. Obra también de aliento generoso y de exaltación moral eu la persona th' un héroe ob.scuro. soldado casi desconocido en la lucha contra la ignorancia, la enfermedad y la muerte, y cuyos entorchadixs suelen -^er las canas prematuras nat^idas a fuerza de ingratitudes. Noble asunto y excelente interpretación la de Hl riajero .s( 'ítorto. puede decirse otro tanto (le HiiyenHo de la ipii'ttia, y , no obstante, puestos a ele<;ir. dejaríamos en esta ocasión el arte draiiiático del Imen Lionel Barrymore y la jácara gracia de May Kobson, con todas aquellas cosazas (pie ocurren
eu /*.'/ ridjero .solílnri'f. p"i la iiitranscciulencia, la movilidad y el brío iicl amenté cinematográfico del otro film, expresados de un modo admirable por su j)rotagonista, K a y \\alk(>r. l i e aijiii un actor cinciiiat(.'.:'-tfico ixa cn .'li n.-ia Su primer arma la simjiatía; su m e | o r condición, la naturalidad; su género, •1 h u m o r i s m o sin ajilicrtciones de '^r.ni escuela: su estilo, la rajiide/.. Lasa fie una situación a otra como un relánijiago. V tal v e z . como el reláiiijiago, deshimbra más qne alumbra. O . dicho de otro m o d o , mueve ma que jiersiiade. Eficacia es su 1 iialidad .sobre saliente. \ o sé >i Hidfend" tle ln (pii'tt)ii. intetpreí.id ; por otro actor, quedaría en una pelicula más; flecha jior Kay Waiker (torbellino ca|>az de despeinar... ,".Ouién es el más calvo de Kurojia'.' ¿ D ' A n n u z i o ? Bueno, jmes cajiaz de despeinar a D ' A n n u n z i o ) , resulta un film cinematográfico, cien por cien, como se dice en estos tieinjxis de «emergencias» gramaticales ])uestas en b(!ga porlos letreros t r a u n i á t i c o - e \ p l i c a 1 i \ d e la tam-• talla. tu A L T O "Barcarola" Venecia cn Carnaval. V la sombra de Casanova. que tropieza, por su mal, con Mefistófeles.s .luego de galantería a muerte, en el (jue pierde' Don .Juan, regenerado. La fiartidat^s bella y emo-, clonante. Kl seductor, una v(>z en su vida, acaba seducido, y sabe jierder con nobleza, DesfuuV: de todo, es su mejor aventura, aunque Mefistó-' teles se ría de él con risa aguda, mala y e.stri-;; dente, c o m o v\ roce de una sierra sobre un' c l a v o . Ahora, vencido, es cuando Don .Inaii ha realizado su mejor coiujiústa: la de la hombria de bien. Esta ])elícula es valiente: toma el amor en serio—(.cabe mayor temeridad en (>stos tiemjxis de e.scejitici.smo".' - y (ilautea y resuelve con decisión las situaciones dramáticas (pie se desjirenden del asunto. .\d hay «habilidades» ni conccsion(\s al vulgo; hay nna linea recta, biiosainenlc marcada por el estudio d(> caracteti - \ [ ' i - K a a - . y a ella se ajusta la acción. Oeiard Lam[)re(l.t h ,lin"i ' ci film. N o era, ni podía ser, su projm.-.ito darnos una \ isif'm (|i siumbradora vterna del ('ai ii,i\'eneciano. lu'i
aquella,
pi'
ejemplo d e Carnii ue (¡alione en l'ot tu amor. L a cámara ili a ca]>tar estados e j jiirituales con |)referencia al cabrilleo de luces y bengalas sobre los r.uia, .a:, dos de góndolas. .\si y l o d o , el fihn es también es|>ectacular, hasta donde lo perinite la -everidad dramática del tema. Muy bien interpretado > rico en cimjnntos. Lida Baarova. la |>rotagonista. bellisiiii.i v excelente actriz, ( ¡ u s ' a v Frolilicli tnniita dificultades de su papel \ leí J I - Í 'lUKjuillaje im|iropit' uc la 1. I-. A. ANTO^ÍO (¡r/MAN . \ I K L ' l . \ n
F
t'l illlO r.t(l!t. l'A r ; i l r j i . l í i i ,1, • i ! : iiniri . i li ... i.. . . . .il .i . iv cha del 1.° de Diciembre. T'n reloj de alco^ia, c o n n itas saltariuas de carillón, lanzaba las cuatro dc la madnij^ada, cuar' o e n la t : idad d e K i e w , cajtital de Tlkrania, al sur de Ru.-ia, a orilla del tr.tn((uil(' y romántic Dniéper, venía al mundo la singidar mujer que en el Kegi.stro c i v i ' fuera inscrii i con los nombres de Anna P e t r o v n a Stenski, (pu' más tarde haina de ser eonocid; en el mundo del arte universal c o m o .\nna Sten. adoptando asi, c(m su primer ncmbre de pila y la primera mitad del apellido, su firma en las (iudades irreales de los Estudios <lel t:inema. l.NAl.l/.AliA
Espíritu inquieto, carácter luchador y dinámico, t e m p e r a m i u t o adajítable a todos los vaivenes do la Fortuna y dol Destino. Ajma regala su v i d a en los prúueros años con las comodidades y los halagos propios del que empieza a moverse en un nmndo de fáciles disponibilidades e<-onómicas de los suyos. Su educación sabe do las exquisiteces do un t r a t o pedagógi«'o esnu'rado. N o c<jnoce ol teatro. Sólo le es familiar el nombre del poeta y novelista danés .Jiuui Cristian Antlorson, i-uyos cuentos ha leído entusiasmada y hasta re )ro,senta<lo como heroína on ol colegio. Sns ojos no se han deslumhrado t o d a v í a en as salas de los cinematógrafos, ni lian visto desfilar p<i' la.spantalias los paisajes maravillosos do un mundo que desconoce. Ella .«ólo sai reír. Acaso ])or sentii-se ayer tan ¡iródiga on su soniisa. nos dé el secreto do su so lenme seriedad de hoy. Su lostro, siempre dispuesto a la alegría y al «ijitimismo {tropío de la juventml, se transfigura ^^^^^KKKttm^ggggggl^/glgggggggg^ pronto. E l primer estampid' de la guerra cierra sus ojos, mi dand<t el semblante. Entoncesmue re la chiipiilla y nace la mujer. Las grandes emociones y la.s gra; des crisis transforman las natura lezas. Ella empezó a ser mujer sin haber terminad<t do sor niña. El Destino malogra sus suemts infantiles. La dura crisis producida "a conflagración, que «trigina la 11: na «le la familia, la obliga a trab; jar para lo»- suyos. Sus manos de prineesa del «>meiiia ofre<-on fbires y fnitas en las calles neva«las d. K i e w . Sus «ijos «mipiezan a «lose i "irir la languidez en la mirada. labios sensuales y jtntvocativot, bajo su naricilla respingona, non t«jdavía indiferenl«'s para el púltlic«t, q u e velozmente transita po' las »;all«»s. Apenas int«'resa la me ciuicía y menos aún la von«l«'dni ¡Ella, la «pie más tardo liana \ brar do emocii'tn a t«tdos l<ts púbii c<is de Euro{ta! Y pasan días de lucha, de mis. ria y de trabaj«x Jluóríana ya d t (ladre, debo mantener a la familia, «jue ap«tya«la en su entereza y en su resolu«i(')n batallad«tra, tiene en ella su más sólid«t puntal. Alterna la ingrata lucha íturocn'i tica en la R(í«la«'«üón do Lii Verdad de Ktew 'OU el puesto t o d a v í a má.s ingrato y mal retribuido de eijmareía y «htncella en un restaurante nio«lio're de la «iapital. N o ha «ilvidmiolaatractiva Anna sus Intras de colegio. En las pü«'as libres quo le quedan, su imaginación, sedienta de satisfacciones espirituales, juega con los sueños. Es ima distracción quo no le cuesta nada. Ilax^'ia las épocas felices de XI existencia, «lando un gir«) rotrospo<tiv o a la película de su v i d a , v u e l v e su recuerd«í a las l w turas do Amiorsen y a las interpretaciones es ('«llares de los «•uentos. Su gusto se manifiest a Perdida en el laberinto de la v i d a , sus inf clinatúones hallan y a la salida. La carr«tza triunfal de sus aficiones encuentra el camino. Avanza con energía, ascendiembt p«)r la brillante pista de la ce-
lebridiul. j«<T<a c s í / K l caleiulario aliora del t i e m p o marca a su vida la edad de quince años. Stanislawsky es su director teatral en la Compañía del I'roletkult. Y a es actriz. Su esj)ecial xex-ap}>e.al llama la atención del público. Ha jt> el casquete con fle<{UÍUo de su pelo nibio brillan abora, con un fuego inorte<'ino de ilusiones (piemadas ••\ destiempo, sus ojos de l o l o r de cielo. l'ero no. . \ o es el teatro la mina donde ha de hallar el filón de .su fortuna. Sus ojos, anhehmtes de vida, buscan el dinamismo y la expresión en primer plano del cinema. El escenario le resulta chico. Á v i d a de mayores extensiones, su arte exige la huninosidad del set, ccm su falsa vida de ciudades de cartón, más reales siempre (jue las tlel paj)el y band)alinas. Tres años y medio a las órdenes de Einsenstein—mago del mtígáfono ~ y de Y n k i j i n o v , la acreditan como excelente actriz en la Academia Husa de Cinematografía. De aqui pasa a los Estudios Mejrabj;om, en Moscú, que han de exhibirla al mundo, reflejada entre haces de luz, eu el rígido lienzo de platino. r.Hn cuál producción, en la tierra de los antiguos zares, fué la revelación? H a y (piien afinna <pie su lumino.sidad artística radica en Kl ramet amarillo, de F e d o r Ozep. Para otros, la artista surgió y a plenamente en Kl hijo, Tschervinkov. \ d habrá de ser y a muy larga su labor en el país nalal. El (Jobiemo soviético raso le autoriza a salir de sus dominios y a permanecer y v i v i r en el Extranjero. ¿DesI»ués de Rusia, se<le del gran eine y de las obras formidables de realización y tesis, dónde ir? Berlín es la segunda fálirica de los mejores films. Allí se dirige esta v e z .\nna, marciuido en su rostro, «jue no logra v e r nadie, una sonrisa de triunfo. Alemania nos la envía poc o después (íonvertida en sombra, jiara <jue admiremos su arte en la m a g n í f i c a reali-
mortal. zaiion de Dupont Tropecé, intitula-da aquí Salto L& v e m o s después en Tumultos y en Karamazoff, el asesino. lOntretanto, un día ~i>se dia v o l v í a a llamarse Anna P e irovna Stenski- se siente princesa d e ( u e n t o de hadas y realiza el más trans(;eudental sueño d e su v i d a y do sus amores. Viste de blanco. T r o c a la v a r i t a mágica por un ram o de impolutas flores; la corona d e brillantes, por una diadema de azahar, y el m a n t o de armiño, por larga cola de encajes. De esta forma sale ima mañana de la iglesia, del brazo del que ante Dios y ante los hombres es su esposo. Se llama Kugen Franket y es notable abogado y arquitecto. Horas d e felicidad, d e o l v i d o del pasado, en q u e sus labios tintoe de rouge se posan en los del amado, y después- un año y a de su boda, corre el 1938—, H o l l y w o o d , comprador de [irestigios d e otros países, tle artistas (célebres de Europa, monopolizador del arte ajeno, le abre sus puertas, por las que entra conducida d e la mano d e Samuel ( í o l d w y n . Y América, y a c o m o final hasta aht)ra de su carrera, nos la expide, entre nebulosidades, en la relativa adaptación de Nana, «le 5^ola ^ en el film español, IM dama del bulevar- -, dirigida por Dorothy }j Arzner, que si bien no se amolda al manuscrito del célebre novelista francés, tiene atisbos de gran film, que dan ( « a s i ó n a A n n a Sten para derrochar el pnidigio de sti arte, en nn ambiente picaro y mundano de can-can, en (jue su gesto de mujer fatal de un siglo que murió, encaja con el enigmático semblante de sn mstn», tan expresivo en sn sobriedad d e gestos. Ijejauo ahora K i e w , es posible que entre la fastuosidad y al^n^a de su v i d a de hoy recaierde a ratos y entre brumas, cuando la tlicha le leje tiempo para retrotraer dias amargos, aiiuellos en (¡ue aterida de frío sus manos, hoy d e princesa real del cinema, ofrecían manzanas a los viandantes a cambio de unas monedas precisas para el sustento de los .suyos. Sólo ese recuerdo y el de sus primeras luchas pueden «Kiasionar el que hoy c a i g a n por su rostro de porcelana las perlas finísimas de unas sentimentales lágrimas. MARIANO S A N C H E ' / . D E P A L A C I O S
ÜN OCHE
^li2i]mii»nRis
PROXI/lAO LUNES, fl^to, 2 3 , E S T R E N O c¿¿^SUPERPRODUCCIÓN P Q ) ^ F U E R A cíe, PROGRAMA
I
1^
¿¿aTEMA PROFUNDAJIAENTE HUMANO e/la/^GKAN RLM ^oe RENUEVA GRANDES REALIZACIONES CINEMATOGRÁFICAS Í ¿ A ALARDE dk VthLX"
ZAcioNc^^o^LACH/lAAN. Can,^£^TRACyy
6^TREV0R
B
M
C LAGLKN (VitrroR)
KNAVENTE (LOLITA)
Narió en Linares (Jaén) el 14 de Mayo de 1910. En un hotel que en su ciudad natal poseían sus padrinos, y que frecuentaban artistas de teatro y Tariedades. sintió nacer su vocación por el baile, y de algunas estrellas recibió las prilecciones. Ante éxito de su aparición ante el público, cuando sólo tenia nueve años de edad, sus familiares decidieron enviarla a Madrid para que aprendiera los secretos de la con el maestro Tortajada. P a r a ayudar a los gastos de su aprendizaje debutó, con general aplauso, en el «music-hall» del Palace Hotel, apenas cumplidos los trece Ya como bailarina profesional, hizo una larga excursión por Andalucía y el norte de África, y al iniciarse la crisis de las variedades en España aceptó un contrato para Buenos Aires. Su presentaciAa en el Tabarin bonaerense constituya un triunfo clamoroso, y fué bautizada por la crítica como «la reina del fandan^uillo». Volvió a su patria, y en el Principal Palace, de Barcelona, se celebró la fiesta de su consagración, siendo su madrina Amalia Molina, que le donó sus castañuelas. Actuó en el gran !>aile de las Camitas Blancas, en la Opera de Parts, y seguidamente fu^ estrella del Empire. Por entonces, Carmine Gallone la eligió importante papel de lui film. Alternó durante algún tiempo, en París y Londres, las actiridadel y del teatro, y hubo de interrumpir las primeras tral>ajar durante diez meses como estrella de la revista del Follies, de Nueva York. Desde el 29 de Diciembre de 1933 es la esposa del español José llieto. Estatura, iJÉlnietrák Oioa negros. Cabello
famosas el
meras
danza
años.
Pelíeula*
que
ha
interpretadoi
l'l canto del marino (l.e chant du matelol). Carmine Gallone. Espérame, Louis Gasnier. gran hiuff (Le grand bluff). Maurice Champreux (versión francesa). Conchita, Carmine Gallone (versión inglesa). La casa es seria, Ja(|uelux (sketch).
para
des
cine
para
actor
castañolK
H
I
atura, 1,89 metí os neacos.
¿
Í
(JEAN)
fic^Hnicistc
,1,57 metros Oio«)(ris azula I rubio platino (qutaiico).
O'osl
Pelíeula»
que
iretado:
H G « a , MPrcrt Brenón. El precio de M m ^ ' C ^ * " ' P^'-<^^ 1. Ka¿fflrWaÍsh. El mundo al re(The Coch-Eyed Worid). Raoul Walsh. Los amores de Carrfen (Loves of Carmen). Raoul Walsh. Una novia en cada puerto (A girl in Every Port) Howard Hawks. Fatalidad (Dishono red), Josef von Stemberg. La lotería del diablo (DeviVs Lottery), Sam Taylor. Pimienta y más pimienta, John G. Blystone. Dich Turpin, John Staiford y W . Vfctor Hanbury. Vn par de detectives, Eugene J. Foide. Bajo presión (Under pressure), Raoul Walsh. La patrulla perdida (The lost palrol), John Ford. Enemigos íntimos (Ti" hest man wins), FZrle C. Ken ton delator (The informer), John Fon!
s. Cf,
T'ROHUCH
ARLOW
Nombre verdadero, Harleán Carpenter. Nació en Kansas City (Missouri) el 3 de Marzo de 1911. A los ocho años ingresó en el colegio de niñas de Barstow: dos después se trasladó con sus padres a Hollywood, en donde estuvo hasta cumplidos los trece. Otra vez en Kansas City, asistió a las clases de la Bigelow School, y, obligada a nuevo traslado fanúUwr, completó su educación en Ferry Kill, cerc* de Chicago. En 1927 se eaci^ó del domicilio paterno para casarse COQ F. MacCrew e instalar su residencia eflBevrrly H d b . La castialidad, en ( o n n « do visita a los Estudios Fox acoiMpnBtfndo a una amI|^l, Ir puso frente at ayudante de u n director que reunía «extras» P^M^fl*^ film. Como diversión acepté el traMPle puesto que ae le ofrecía, y poco deapés intervino en un «sketch» de Hal Wfexh. A instancias de su esposo, abandtmó toda actividad cinematográfica; pero d i T o r c i a i i enseguida a los dos 4I0OS de matritdnio—, volvió a frecuentar los Estudios.^ébutó como estrella sustituyendo a Greti ffiaaen, cuyo trabajo en «Angeles del infierii<M hubo de suspendene a c a u s a ^ la pésÓña pronunciación que la actri^ueca dat>a al idioma inglés. La nueva eiP||a adoptó entonces como noBBhve artértico el dr soltera de su madre. En i q ( 2 se casó eon et productor Paúl B e r n , <nie se suicidó a lo-; dos meses. Tercer matrimonio en 1931 con ti operador P a l G ItoMton, de qui^n ^ divorció a 1 « pocoÉ meses. E « la m-aáora de la fao^ d d S b e l l o rubio platino. Su máxien es<:ribir novelas.
Nació en Londres el 11 de Diciembre de 1883. Es el mayor de los seis hermanos Me Laglen, llamados los gigantes ingleses por pasar todos de 1,80 de estatura; uno de ellos murió en la guerra; otros tres tuvieron efímera relación con el cine. Vfctor pasó su infancia en el Sur de África. A los catorce años se alistó en los Life Guards, y con ellos estuvo hasta que fué reclamado por su padre. Le encontramos poco después en Cobalt (Canadá) tral»jando en las minas de plata. Se hace 1K>xeador, y consigue el Cainpeonato del Este canadiense; fué meni^able su encuentro con el campeón n e i | l Jack Jo^ltpn. Su sed de aventuras l e ^ v a a rece las Hawai. F i d ^ t TaJM^i, y lu sagra con u n » "^ff " " de buscador de oro en Ralgoorlt! lia). L * yúerra europea-le sorprende el Cape Tttltn. regresa a Loiulres y se alista en el Regimiento Real de Fusileros de Irlanda; e s t u v ^ ^ Mesopotamia. ganó el grado de c a g ^ ^ ^ desempeñó el cai^o de preboste-maflpp de Bagdad. Por entonces consiguió «Campeonato de boxeo del ejército inglés, bjpspués del armisticio volvió a su patria, e intervino tn algunos films. E a 1925, aconsejado por el famoso productor Stuart Blackton. n i a r < ^ a Hollywood, en donde no tardó en comwgrarse como estrella de la pantalla. En varias de sus petfrutas ha actuado con Edmtmd Lowe, formando pareja célebre deade «El precio de la gloria». Ya con fan|l como actor de cine, tomó parte por últfana vez un encuentro pugilístico qutt ae celeen el National Sporting Club, de Lon-
PMcmn^^Kta^
interpretado!
"''^^ñi^^i^ imjurno (HtUs angels). Howard Hughes. La chica de la nociie del sábado (The Saturday night Kid), Edward Sutherland. La jaula de oro (Ptatinum Blonde), Frank Capra. A bismos de pasión (Three Wise Girls), William Beaudine. EA monstruo de lm . ciudad (The Beast of the City), Charles Brabfn. Los seis misteriosos (Tke Secret Six). Jack Conway. Tú eres mío (Hold your Man), Sam Wood. Cena a las ocho (Dinner at eight), George Cukor. La pelirroja (Red headed woman). Busco un millonario (Born to be hissed), Jack Conway. La indómita (Reckless), Víctor Fleming.
(GUSTAV)
Nació en Hannover el 21 de Marzo de 1902. Pasó su primera infancia en el viejo Episcopado de Würzhurg, hizo sus estudios inici.ales en WiesiMtden y terminó su educación en Berlín. Desde niño sintió la atracción literaria, y llagada la edad de elegir profesión optó por al periodismo. Fué reportero im un diaria de su ciudad natal, y hiag^siarchó a fbrifn como corresponsal p a S c o y crítiao de teatros. « A través de mi ^ b a j o c o w crftico declano perdqH^t teatW^y del cinc más que haaibre.» Se especia cinegéticas: pero tampoco obtuvo 4.<M.to esperado: sus ingresos por aquel se reducían a treinta y cinco mar Ifculi mea. Otando se estrenó la iuécod camino iMcia la condenaciói tado, a razón de quince ma para iicfcr unas expl iVl. la proyecgón. Abandonó lisni' ganó a ] | i ^ dinero en su cometida, pero no t v d ó en volver la mala racflT Logra hMfesar en una C o m p a ^ ^ J p I m » . tro, y o ^ B l l a recorrió part HallánMK en Berlín, en sentado • célebre director (ico Frttal Poco tiem leUaotéJ someterle a fotogenid^ le fué de todo p tocia; i» itamente st lettáSflé ei pttesto4egolán< «Metrr •• ees su « artística Está ' la actriz Alpar el imonio ha hechizo metros.
Pelíeula*
que
ha
interpretadoi
Metrópolis, Fritz Lang. Bajo falsa bandera (Under Fatscke Flagge), Johannes Meyer. Una canción, un beso, una mujer (Das Schone .4benteuer), Geza von Bolvary. Los maestros cantores (Die Meister von Numberg), Ludwig BcTger. El teniente del amor (Liebeskommando), Geza von Bolvary. Luces del Bdsforv (Die Sockt der Grossen Liebe), Geza von Bolvary. VanitM Vtmini, Carmine Gallone El hechito de Humgria, Cari FrOhlich El error de los padres (Mein Leopol Georg Jakobv. La marcha it Ra)» (Rahoczy March), Stefan SzeiVn hombre de coraron (Fin Marm Herz). Geza voo Bolvary. Rayo sol (Sonnenstrahl). Paúl Fejos. carola (BarcaroUe), Gerhard prcht. Stradivarim, Geza vo vary.
La moda yanqui impone sus normas de prudente distinción y simplicidad frente a la fugaz ola de extravagancias que invade la tradicional elegancia europea ,
C
UÁNTAS veces no se habrá dicho que Norteamérica es el país de las extravaganiña-s? Inmimera- • bles. Pues bien: en punto a elegancias femeninas, forzoso es señalar una ret;tificación, al menos en lo que a la estación próxima se refiere. Todas las revistas de Modas yanquis llegadas recientemente a nuestras manos exhiben profusamente las creaciones de los (!ostureitxt de aquel país, y en ellas se advierte cómo sigue prevalo<-iendo el sentido de confort, de sencillez, de simplicidad, que caracteriza, desde hace algi'm tiempo, la elegancia en los Petados Unidos. liO mismo en los trajes sencillos de mañana que en las suntuosas toilettes para las nocturnas fiestas de gran gala, sigue prejwnderando la más estricta sobriedad, que no excluye, sino realza y ennoblece la distinción. Líneas severas, adornos escuetos, línea lógica.
E N l a ailurtai K i t t y Cariyale, con una elefartíaima
b a t a ,
pnmdm latioaaiie gran riquexa e indiHcutiblr elegancia
Arriba: Francea D r a k e , eon an airoao traje i e fínUimo tejitlo, deiicioaa evocación de laa modaN d e o t r a época
Betty Fume»* luce en la foto de la parte inferior oe la pigina o n original •eatido, de Maneo organdí rameado, m u y aehie»
Por esta v e z , hemos de rendir nuestra admiración a los costureros yan<pi¡s, o mejor aiin, a las stars de la pantalla, verdaderas inspiradoras de las elegancias de Norteamérica, (iractias a su influjo, a sus sugerencias colmadas de sensatez, la Moda de Yanquilandia sabe mantenerse en un admirable e<iuilibri(>, digno de aplauso. Alguien pudiera argüir qur ' "
g a d o el m o m e n t o de que tas féminas n o r t e a m e r i c a n a s prescindan de las extravagantes audacias que siempre las caracterizaron. Cierto. En puridad, nunca, hasta ahora, fué la Moda yanqui un prodigio de originalidad ni de distinción. Pero, en todo caso, no sería lícito r ^ a tearlcs el elogio a que ahora se han he<'ho acreedoras.
invade Europa. C o n f i a m o s , n o obstante, en q u e este período lamentablemente revolucionario pase p r o n t o y que, en b r e v e plazo, se i m pondrán de n u e v o la serenid a d y la sensatez. D e todas las iniciativas, sólo una nos parece menoB perturbadora: la que señala el r e t o m o a la militarización d e la Moda. ED efecto, m a chos d e los modelos que hemos podido ver recuerdan la línea angulosa, recta y sobria d e los atuendos marciales. Y esta tendencia nos parece menos censurable, porque hay en ella un fondo g r a t o y favorecedor para nuestras mujercitas.
Y menos aún cuando Europa, .sede suprema del chic verdadero, de la distinción auténtica, se ha entregado oi^iásticamente a la más reprobable excentricidad. N o hace aún dos semanas nos complacíamos en consignar en estas mismas páginas que las elegancias femeninas de la próxima estación—el otoño, ruta inicial de la moda del año—no acusaban v a riación sensible, y que las elegancias seguirían deslizándose, para sosiego d e las damas q u e s e preocupan de ataviarse con arreglo a las últimas normas del vestido, y de los maridos, siempre temerosos de las evoluciones radicales, que desnivelaban sus presupuestos, sobre los surcos abiertos al iniciarse la P r i m a v e r a .
MIOSOTYS
Pero, ¡sí, sí! Como si un halo maléfico y perturbador les hubiera inspirado, los costureros parisinos han determinado una radical transformación en lasjgatMtsfi otoñales
(en las invernales no queremos ni pensar, p o r q u e serán algo terrible a j u ; ^ a r por c ó m o se anuncian las de la estación próx i m a ) , y se han apresurado a inundar sus salones d e indumentos estrafalarios y extraños, que los hieráticos maniquíes lucen en los grandes desfiles de elegancias. ¿En qué consiste é s t e concretamente? I m p o s i b l e de t o d o punto determinarle, K)rque, en realdad, no pued e precisarse un s e n t i d r> exacto, un peí fil preciso. V a riedad, v a r i e dad y variedad. Repasad, amigas mias, las revistas de Modas europeas, y convendréis comnigo en que una ola de perturbación ha trastornado súbitamente los cerebros de los creadores de la M o d a Trajes, sombreros, j o y a s , participan por igual de la lamentable evolución que
A la izquierda: Claire Dodd, eon elegantíüimo traje para estar jtn casa, verdadera •Fronvaille»
de la DMMla yanqui
Arriba: Anna Sten, la eminente actriz rusa de la pantalla, loea sn bella cabera con un airoao abércta de terciopelo
A la dereehai Crace Moore nos muestra aqui el último grito de la moda invernal: capa, manguito y «.ombrero de la m i s n a piel
na lao a Poris a casarsQ u a rodar uno D9 icua
G
día a()arecieron en los diarios parisienses unas líneas que decían así: «Conchita Montenegro vendrá a nxlar en breve las dos versiones d e IM vie parieienne, q u e realiza R o bert Siodmak. Tendrá c o m o partenairea, en la versión francesa, a Max Dearly, G e o r g e s R i g a u d , Christián Cíerard, Austin T r e v o r , Gerraaine AiLsseyy Manielle Praince, y en la inglesa, a Max Dearly, Neil { { a m i l t < m , T S r i l Davis, Austin T r e v o r y E v a Moore. Y , en efecto, cndio día.s después de la publi(*.ación d e esta noticia, Conchita M o n t e n ^ r o hacia su entrada en París, después d e haber atravesado el Atlánf i***». El programa d e fiestas que siguió a su llegada fué el habitual: flores, cock-tails, fotos, interviús, autógrafos... Se la recibía con tanto más |)lacer cuanto que se la reI II L'i'«t<) a d m i r a t i l i ' d f cordaba cariñosamente» de la é[»oca ' ..iichila Montfnfsrii en que rodó en París ¡M femme et ( (inchita Monli-ncle pantin, (film mudo q u e dirigi/>i i r o l m l o ü r t i i l n i-ii «-I .Jaoques d e Banm<'elli), y los buec t i K - n i a iiiiH m u i í i i i T i r i i nos amigos d e ent«m<*08 compla«•IfCniíria p<-rsonal. iiij.i (lioliiirión Hiiténiira. s e ñ o cíanse, ahora, en c o n v i v i r de nuer i n l \ :;rnci<)>.a a l i n U i n o v o con la camarada que retoma(i)-nip<) ba en p l ^ o triunfo. Sin |)erder tiempo, C<mchita de, ^ u dicóse ardientemente al trabajo, porque Robert. Siodmak habia 1 solicitado de cuantos intervienen en su film, q u e unirá el viejo i encanto y el pintoresquismo «-onmovedor del Segundo Imperi<i a ' la sobria suntuosidad d e la v i d a moderna, el m á x i m o esfuerzo. Intérpretes, múai»*os, decoradores, cameramen, afanábanse por secundar, entusiásticamente, las iniciativa.s del realizador. Hallé a Cx)nchita Mcrntentígn) en el set d e los F i t u d i o s d e Pathé N a t á n . E!rtal>an con ella, además d e los ¡ntér])reteH y a men<;ionados. Castro Blanco, que desemi>eña el papel d e un antipático brasileño; N e n a de V e d o , que el verano anterior inter|iretó en la escena del Alkázar, d e Madrid, w m aplatiso unánime, la protagonista dc Muchachas de uniforme, y Raoul Roulién, del cual os hablan'' dentro de un instante. N e n a d e V e d o recordaba a O m c h i t a los feli<'^ momentos q u e ha bian pasado juntas en París hai;e c í m i ) años. —^¿Te acuerdas d e «mando corríamos |)or el Jardúi d e las Tulleria después d e hal)er sustituido nuestras medias por calcetinef^ para estai más a gusto? — ¡ Y a lo creo! Y ¡oon qué escandalizado gesto nos miraban los guardias y los paseantes respetables cuando salt¿bam«>s «íomo bnías d e baniKRTO
{!o en bancM».
-Pues ¿ y el ceño «pte ponía el <H>brad«)r del auUibús cuando tú, antes d e bajar, t e empeñabas en manipular can la |)erforadora d e billetes y , y a en el suelo, gritabas, zamb«ma: «¡Volveremos el año que v i e n e , amigo!»? —¡Naturalmente que m e acuerdo! P e r o aqudUu era estiípidu, N e n a .
—Fistúpido; pero deliciíwo, n o digas. ¿ Y los trajes? ¿Has olvidad«i a«(i líos complicad«)s e inútiles arregl«)S? —Es verdad. J u a n i t a y y o , durante muchos días, n«)s afanábamos en transf«trmar algiin viej«) traje hallad«) quién sabe dónde; y cuand«), satisfet-hat* de nuestra obra, preten(iíamos |)onémo8l«), el vestido estallaba por toda^ partes... —¡Cómo nos hacían reír todas esas cosas! Las tres v i v í a m o s en plena carcajada, como tres chiquillai^. Conchita Montenegr«), d<íspués d e hal)er r e ^ i z a d « ) como bailarina varias toumées por Europa, fué llamada desdo H«jllyw«)o«l. Alli hizo numerosas películas en inglés, fran<«.s y españ«>l, entro ellas Cnrarann Jtett iv fhp Henrev Granaderos del amor y Asegure a su mujer. Desde enton«'es han trans<'urrid«t cin«;o añ«)s. La t i a \ i c s a < i i K ^ m c t a « l n quilla d e ayer es h«)v una encantad«)ra mujercita q u e posee una extraña sedu«'ción m i p«>«M) picante: oj«)s sombrí«)s, naricilla espiritual y una boca grap«ie y húmeda en la que. sobre los dientes magnificáis, floretíe siempre una deliciosa sonrisa. Y a está otra v e z en Europa, entre nosotros, durante algima.s semanas. —-¿Contenta? •—¡Much«>! ¡Muchísüno! —^¿La gusta su pajiel? — M e encanta. Hag«) una brasileñita, Helena d e Reguein», a quien su padre condu<;e a París, donde él n«) ha estad«> de.sde hace treinta años. En tanto que rai padre, que ha conocido los es plendores do 1900, no pieasa sin«) en hallar los vestigios de aquella ép«H'a, y o siento la impaciencia de c«mocer t«)dos l«)s plax-eres, todos los modernos atractiv«>s del París actual. H a y en la película -¿«'ó-
roiirhiln
M o i i t e n e u r o y \ u « l m T r e v o r , en u n a i" l l u e v a cinta « L a v i e p a r i s i e n n e )
?ci« d e la
mo. no?—^una historia de amor. Y también las melodías emmantadoras de la opereta de Offenbach. Confío en que la película será grata a todos los públicos de lengua latina y que en Eispaña ahranzará un gran éxito. —^¿Proyectos? —^Terminar este film, casanne y partir para el Brasil. l i a dicho esto sencilla, simplemente, sin una vacilación, c o m o si este viaje y esa boda en perspectiva fueran cosas naturales y sin importancia. M i gesto de estupefacción la hace estallar en risas. —¿Casarse? ¿ P e r o con quién?—^pn^tnto. —Con Raoul Roulién, aíjuí presente, que es mi novio y que se ha reunido aquí comnigo ima semana después de mi llegada. N o puedo por menos de solicitar algunas confidencias acerca d e esta unión inminente; pero Conchita mueve la cabeza negativamente, y dice: — P e r m í t a m e gtmrdar silencio. —^No obstante... — E l silencio quiere decir muchas cosas. A usted le corresponde interpretar el m í o . —^¿ Puede saberse, al menos, cuándo se conocieron ustedes? —^Ilace cuatro años. Habíamos trabajado juntos. Es todo cuanto puedo decirle. Las gentes felices no tienen historia. En nuestro amor no hay ni aventuras, ni escándalos. T o d o recto, corrtícto y limpio. —¡Pero eso es magnífico! —Magnífico. Fs verdad. P e r o en cualquier novela de amor hay cosas que siendo deliciosamente encantadoras para los protagonistas, pueden parecer ridiculas a los demás. P o r eso prefiero callar. N o se enoje por ello. Y a sólo ima cosa m e quedaba que hacer. Coger a Roulién, llevármelo a tm rincón del Estudio y charlar con él. T a l v e z fuera más explícito que su prometida. Raoul Roulién, galán notabilísimo, llegó a Hollywood hace cuatro años llaVdiiiiralilf \ •.iihria c l c u a n c i o lu «i»- la | o \ i M i f trella c s p u ñ o l » m a d o por la Casa F o x , \ en este tiemj>o ha inter v e n i d o en numerosofilms, y ha colaborado en otros como Volando hacia Rio Janeiro.
— P o r parte de Conchit a — d i c e — h a y una evidente falta de gusto: Quererme. Y algo inexplicable: su bondad para conmigo. ¿Que cómo nos ha invadido «el microbio»? N o podría decirlo. Cuando íbamos a empezar a trabajar juntos, alguien deslizó en mi oído: « ¡ Y a v e r á usted! F^ una muchacha terrible, indisciplinada. Una chatilla salvaje.» Confieso que esperaba con impaciencia el m o m e n t o de haarme frente a my leading lady. Y cuando fui presentado a ella, me encontré ante una mujercita deliciosa y una partenaire dulce, amable y gentilísima. Espero no hallar nunca en ella la «chatiUa salvaje» que m e habían vaticinado, y , por supuesto, mucho menos después de nuestra boda. —-¿(Tuándo será ese gran día? — T a n pronto como y o reciba los documentos indispensables. i
N i i f > l r n gentil <-iiin|intr¡ota. r o n M a x l ) e u r l \ . oirii nioiiK-iilo <li- la iiiÍMiía cinta
—^¿ Dónde irán ust<ídes a disfrutar de su lumey-moon? —Pasaremos por Madrid, dtmde pennaneceremos algunos días. L u e g o embarcaremos para El Brasil, mi país natal, donde espero realizar, en versión francesa e inglesa, una gran pe- _—o
'
D
;
r~
Ucula tropical que titularé Jangada. Jangada se llaman los barquichuelos que los mdígenas obtienen vaciando por el fuego grandes troncos de árboles. Rodaremos en la cordillera, al N o r t e del Brasil, que es uno de los más bellos lugares del (Xíéano Atlántico, y donde la raza se conserva más fuerte y más pura. A p a r t e de Conchita, no habrá ningi'm o t r o artista profesional. T o d o s ellos oerán nativos. E n algún m o m e n t o del film reuniremos, para bailar una especie d e carioca original, más de cien auténticos danzarines indígenas. A l llegar aquí nuestra conversación, Robert. Siodmak, el admirable realizador d e Tumultos, Sexe faihle y La crise est finie, hizo oír su v o z : —¡Atención! V a m o s a rodar. ¡Silencio todo el mtmdo! L a iniciación de trabajo ponía im punto final a nuestra charla. ¡Adiós, feliz pareja!
racio l'u<i«'la Koi GaUa |o*ca
JUSTO LÓPEZ GÓMKZ , Bilbao).—Tiene usted la niarrr... de salero, pero no puedo complacerle. ¿Qué interés tiene usted en con(x;erme? Kscriba a las siguientes direcciones; Joel Me Crea, U n i t e d .\rtists Estudios, 1041 N . Pormosa A v e . , H o llywood (California); Heter L o rre, Columbia Studios, 1438 G o wer St., Hollywood (California), y a Kobert >f()iitgomer>', a Metro-Goldwyn-Mayer, Culver City (California). PLATÓN ^ Inca, Baleares ) . ^ dejó usted cn el tintero uno de los mejores, que es George . \ r liss. Kathleen Burke nació en Hammond (Indiana, Kstad<is Unidt)s) el 6 de Septiembre de 1914. Tiene los ojos pardos y el cabello castaño. Sus principales films son: Hl paso del ocaso. La isla de las almas perdidas. Un aventurero audaz. En mala compaüla. Tres lanceros bengaUes, etc. Puede escribir a Paramount Studios. Hollywood (California). Kay Francis nació en Oklahoma City (Okla, Kstados Unidos) el 13 de KntTO de icjoO. riene los ojos verdes y t'l cat)eUo castaño. Sus principales films son; Curvas peligrosas. Huérfanos del divorcio. Bajo la máscara. La calle del azar. El gigolo, 24 horas, Ilusión, El mds audaz. Viaje de ida, Diplomacia femenina. Un ladrón en lu alcoba. Náufragos del amor. La mun daña, Wonder Bar. etc. Escriba a Warners l-irst National Studios, Burbank (California»
insaciable. La consentida. El águila y el halcón. Sobrenatural, Rumba, etc. E s apartado de Correos número 571, Madrid.
El reparto de Melodía de arrabal es: Alina: Imperio .Argentina; Roberto Ramírez: Carlos Gardel; Pedro Ventura; Vicente Padula; Roncales: Jaime Devesa: Marga: Helena D'.Mgy: Empresario: Felipe Sassone; .Víaldonado: Manuel Parí.s; Julián: José .\rgüelles El otro rep.irto no lo tengo, lis cierto que me llamo Ramón. ¿Aca.so me conoce? V o no recuerdo
( ARl'SO DEL TANGO ( Ca»-felgena ) .—V,n-vÍA para José Hernández la canción de la película Melodía de arrabal que solicitó cn números anteriores. F2sta es: Batallón.—batallón, a peleat;~soy el capitán aquí: <./razón, no fallar,—-vamos a triunfai, sí, sí.—Al son del tambor, plan, plan, rataplán,—a la revoliición— avanzar.- El oficial-— don Salazar-dehe jurar mori'. pin. pan,—conquistarsin pestañear—<on el fusil este batidot, traidor, pin. pan;—si al volver triunfal algún galán gentil- -pide con mucho valor amor—<oii densión, ~se le doró la cruz—SIM vacilar—de la fiera
FERNAJÍDO LLÓRENTE | St govia).—¿Kn qué quedamos, sipublicó su fotografía, sí o n"
OPERA E L
hazaña militar. M u y agradecido por sus molestias. DESEAN CAMBIAR CORRESPONDENCIA CON LECTORES I>K «CINEORAMAS»; Don Antonio Moreno de los Ríos y don José Pelayo Soñera, Beas de Segura (Jaén). Don Ronaldo .VIuray. Aviación Militar, León. P . \ y c r r \ ORTIZ {.ilicante). Puede escribirles a C. E . A . , Ciudad Lineal (Madrid). Pruebe a presentarse en nuestro Concurso fotogénico, pues ttxlavfa tiene tiempo suficiente. K.V CHICO MAL UK CASA BIEN (Madrid).Con seguridad no puedo contestarle lo referente al Concurso de argumentos, pues yo tampoco he oído nada. Escriba directamente a la Casa íjue lo organizó. Desconfíe de t<Klo F2studio cinematográfico si en él no se ha realizado ninguna película, y ese «(ue usted me dice, no sé yo qué cla.se de films estará haciendo. K OF. MENESES (Sania Eitf^raiia. 150. primero izquierda, __________ .Madrid). Cambiaría muy g u s t o s o correspondencia con lectores de C l NKCiRAMAs y canciones d e películas.
MADIA FEDOR (Tenerife). Iredric March se llama, en realidad, F"redric M e Infyre Bickel. Nació el 31 de .\gosto de i8o8. en Racine (VVis.). Mide cinco pies y nueve pulgadas, v tiene el cabello castaño y los ojos pardos. Casado con la actriz l'"Iorence Eldridge. Fiel a la marina. El hombre v el monstruo. La llama eterna, El más audaz. El signo de la Cruz, Vivamos de nuevo y Los miserahles, etc., son sus principales películas. Claudette Colbert se llama verdaderamente Claudette Chauchoin Colbert. Nació en París el 13 de Septiembre de 1007. Mide cinco pies y cuatro pulgadas, y tiene los oíos y el cabello negros. Ca.sada con Norman F'oster. Sus principales películas son; L:>s tres f>a'>rts, Honor entre amantes, La confidente, El teniente seductor. El presidente fantasma. El si^no de la Cruz, Sucedió una noche. Una mujer a hordo. Sinfonía del corazón, Cleopatra, Reina el amor, Una mujer caprichosa. Invitación de la vida, etc. Carole L<ímbard nació en Fort W a v n c (Ind.) el 6 de Octubre de 1009. Tiene ojos azules \el cabello rubio. Midei, fto. Sus películas principales son: Un hombre de mundo. Acepto t>or.-¡iie sf. El gigolo. Casada por azar. Pecadores sin careta. La
CARI OLALQUIAGA (navarra).—¡Va creía que se había usted cansado! 1.a letra de Lágrimas negras no la tengo, porque ese danzón no pertenece a ninguna película, ¿verdad? L a letra de la canción de Volando hacia Río Janeiro la tengo en inglés..., cía vale? F:sta es: IVhe orchids bloom in the inooidighí. .4nd lovers vow to be twe, I still can dream in the m'jonlight—of one dear night that we knew. IVhe orchids fade in the dawning.— l'hey speak of tearsand *Good byet.—Tho'my dreams are shatterd—Like the petal scattered.—sm my love can never die— There ts peance in the Iwlight.— When the day is thru—But the shudoms that fall—Ordy seem to re.:allall my longrig for you— Therc's dream in the moon beams Upon the sea of blue—But the moonbeams that fall—On ¡y seem lo recall—Love is all love is you. Si verdaderamente la interesa en castellano, a una indicación suya no tengo inconveniente en dársela. Siempre a sus órdenes. RICARDO SALUDES (Tarragona ).—TOAAS las canciones (jue me solicita y a las habrá visto publicadas en números anteriores, (iracias jwr su ofrecimiento. CHEVALIER V SU SOMBRERO (Tomelloso). —No conozco ninguna pelicula realizada en esos Estudios. Mucha vocación y fuerza de voluntad. E.sa artista es soltera.—R. L l B K l S
Lañes» CHARLEAS B O Y E I R en l a creación vigorosa y humana
G A V I L Á N
con N A T H A L I E P A L E Y y R I . Exclusivas CHARD WILM.
HUET
PRENSA DE
LA
PRODUCCIÓN
WARNER
= LUNES, ESTRENO
BROS
EL P A Y A S O DE C I R C O
CON J O E E. B R O W N (Bocozas), ^PATRICIA
ELLIS
DOROTHY BURGESS A n s e U Salloker y (;uHlaf Grund^en* en la r e a l i z a r i ó n de (;uMtav Vcieky .Santa Jua na de Arco»
un
jjtcjyata
ííií
dlutíle
vctÁaÁctc
DOS
exlta —
iiiuiicti>
cÁi—
OPORTUNIDADES
1." QUINCENA DEL ABRIGO, DEL 24 DE SEPTIEMBRE AL 9 DE OCTUBRE TRES PRECIOS ÚNICOS 25, MAS
6 0 y 75 p e s e t a s
DEL 50 »/„ A BENEFICIO DEL PÚBLIC(-.
2.* SEMANA DE LA CAPA ESPAÑOLA, DEL 1 4 A L 19 D E O C T U B R E TRES PRECIOS ÚNICOS 75, 90 y 110 p e s e t a s . W E C U E k D E PAHA
E S T A S VISITAM
SASTRERÍA BANQUILLO,
28
F E C H A S LA
NOVALES ALMIRANTE,
1
M A D R I D Lcitao dr B a r r o * ha ronseguido harrr ron «Las |<u(>ilii!i del M-ñor Iteclor» un krilo pornia il<- susrreint-* iiiiiÍL'i-nf>i bien ambicnladas y definidas. Ved a Leonor dr hA;m, aHríx dr ^ran (enifieranirnlo, r n una rsrrna dr rstc film, qur será presrnlado al públiro español por Rxrlus¡va<i Valrarre'dr 1.a Coruña
JVf
A O r V E T l í ^ I V I O
prárOi-0. raHrInM-IAn par la mirada > raillarli'in mrnUI. Karrllis narlafarmM «rata. <10N7.AI.Kíe. Apartada 67. «iK WAIIA tKapsAai
IMFEIIZ EM A M O R I S ? l.xisirn lOiiiHinm'niii-. qiu- [HK-tii-ii prt»[>oriloiiítrlc lu MUf IH bt-llfZrf. U |u\entud > el diiK-ro no k>i¡ran luntcjíuir SI le interesa saber -Cómo ttvsptrtar Ui pasión amorosa -ÍÁi atracción magnética de los sexos-Caustií* dei desencanto -Cómo coníjaistar a (/iiien nosfiastau retener a quien amamiis Como HeiiíJr a¡ corazón del hombre -Cónut inspirar amor II ta mufef Cónw conocer tas horas proftnias dc cada día-<Sómo desarrollar mirada mafinétu-a Cónn> intensificar los atributos de la juitmiud, etc*
ISiribü ho> mismo por in(uriii.ii lón tíratuil
f»
I TII.IIJ Mí
Apar--:
ACADEMIA CORTE Y CONFECCIÓN ENSFÑiNZA GARANTIZADA :: CONCEDEMOS TITUiOS
iiiire Giiiiir o li lOUiilJi? L A A S T R O L O G Í A le ofrece la B I Q U K Z A . Indique l a fecha de su nacimiento y recibirá G R A T I S - E L S E C R E T O DE LA F O R T U N A . , a n e le i n d i c a r á los n o m e r o s de su suerte p a fa G A N A R A L A L O T E R Í A y otros J U E G O S V triunfar en A M O R E S , N E G O C I O S y d e más empresas de la vida. Miles de a g r a d e c i mientos p r u e b a n mis p a l a b r a s . Remita 0,50 cénliBios en sellos de c o r r e o de sn pais, a
m. HiiiuH m ioL Un mi
R O S A R I O (S. Ff). Re).. Argentina
Mermeladas'
TREVIÜANO
^ , . I S „ , r..<.i , B , . l w . r t V ; d i i l < n » n . . n . n « n . r n # f f H , . ! • n i i e v » r i n i » f r a . i r r s a . 1 1 ¡ « r o l l a d o
xrrsiún
rinrn^
T.lte»».
^ «1,Pr»t.««
«ocomaiiá»*— p t tm c l — Médltei r«-*«r»
<; k
HrrtnnsllU
71
Ma<1ri(1
meros extra'inarios de Peiódicos, Revistas, W'arjetas postales, Catálogos, Folle tos, etc., etc.
^ C o n los procedimientos gráfi cos modernos (los qne mejor i"esponden a IÍIS nnev as tendenicias del arte), usted ainnentará 'el encanto y la belleza de sus íublicacioiu's. así como (ain3Íén la eneacia de iodos sns impresos de propaganda. I ratándose de grandes (iradas, no inferiores a 10.000 ejemplares, en nuestros lalleres le liaremos toda clase de impresos artísti cos, modernos y dé refinado buen gusto, (anio en hueco grabado c o m o en tipografía
Í
DICÍOILES
ELEGANTES ^
Y
mm
MODERNAS
CONSULTE POR CARTA O POR TELEFONO A
KAFICA, S. A. ILE-ONOS 885y57884
HERMOSILLA, 73 M
A
D
R
I
D
,^„,„^oo Número
571