REVISTA SEMANAL DIRECTOR: A . V A L E R O
DE B E R N A B É
Año l l . ~ N ú m . 3 1 . - M a d r i d , 14 de Abril de 1935
cinema nacional \/I
UCH08 a r t í c u l o s
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llevarnos escritos sobre diferentes temas alrededor del cine español; muchas han sido las sugerencias lanzadas desde estas columnas al objeto de quedar fijo c o n v e n i e n t i mente n u e s t r o pensamiento de cómo debe ser encauzada y dignificada—dignidad artísti'•a, claro es—la industria cinematográfica nacional; pero donde las ideas expresadas en estas páginas han tenido una mayor e inmediata realidad ha sido en lo referente a la confección de material corto. Pedíamos desde aquí, hace algún tiempo, la producción de pequeños filnis que fueran, a la N ez que exponentes pre• iosos de nuestro arto, de nuestras industria.de nuestras costumbn campo de experimentación para fotógrafos, escenaristas y directores. Y deseábamos para ellos, l'n IH'IIO fotono los procedimientos grama dri niagal uso—panorama tras Hi'firo nini corlo .Felipt- II y Kl KHpanorama, como suce- rorial». realizado sión de postales—, si- con pofilivo acierno obraü concebidas ba- to por Fernando jo las normas del buen G. Mantilla v Car- i los Velij i arte cinematográfico, en la* que al calor de lo reflejado en la pantallaa somara en su composición y desarrollo un espíritu artista capaz de expresar bellamente, con personalidad y emoción, lo que la cámara había de captar; películas, en fin, inteligentes, en las que las imágenes elocuentes y sugeridoras, al ser conducidas armónicamente por la sensibilidad de su realizador, fueran algo más que un libro de estampas. A decir verdad, no confiábamos en ver hecho realidad nuestro pensamiento; pero la semilla, con t a n buena intención hmzada, fmctificó, germinando en una tierra que nosotros sospechábamos estéril y a la postre resultó feraz. Así, la Compañía Cifesa, organizando concursos de ai-gumentos, iniciando la confección de films cortos y encargando su realización a artistíis jóvenes, llevó a la práctica la i)rimera [)arte de lo aquí indicado, y aliora dos muchachos, llenos de inquietudes, con una visión certera del cinema—nos r c -
terimos a F e r n a n d o (1. .Miuitilla y Carltjs Velo—, han phu-inado en la pantalla lo (jue nosotros pedianujs para esa clase «le película.Son tres obras notables, dos de las cuales estudiaremos siquiera .sea li¡reramente: Líi riudud y el campo, Infinitos y Felipe II y El Escorinl. No hemos de ocultar ^ que para nosotros fué motivo de íntimo y muy sincero regwijo la contemplación de estos films. .\lli estaba lo que con tanto deseo pedíamos, lo que e.stimábamos que debía de .ser el film corto. Si Infinitos y Felipe II y El Escorial no nos parecieron e n t e r a m e n t e logradas^ como o b r a s p r i m e r a s (¿ue son—jamás hemos petlido fruto sazonado fuera de tiempo—, comprobamos con optimismo y alegría las posibilidades que existen de crear una producción de 1 n primer plano este estilo y lo perfecdel fílnidorumen- tamente orientados que l a l uCranada». realizado por rl se encuentran sus reae3iip«-rlo •camera- lizadores para conseguirman > y direelor lo, y jioder asi ofreceralemán nos algún día una obra *— (.ariner completa. í ^ t a la esperamos. Y la esperamos ( uando Mantilla y Velo, y a experimentados, trabajando con el mismo entusiasmo (jue ahora, pero sin fijar la vista en escuelas extrañas, sin dejar.se se<lucir por los artificios y requilorios tle un preciosismo innecesario, nos hablen en su propio lenguaje, para que de esta forma surja de sus manos la obra espontánea, rozagante \- (íquilibrada que nosotros les deseamos. A pesar de todo, queremos decir algo > nncreto sobre Infinitos y Felipe II y El Escorial, ya que estos fihns n o s fueron tan gratos y s o n , hoy por hoy, los mejores exj»f)neutes de lo que puede ser paia nue^ tro cinema la incorporación de los jó\ nes artistas. Ambos son films meditados, trazados soiire las cuartilla.s antes de pasar por la cám.u-a. Existe, i)ues, en ellos un proceso de concepción que los hace interesantes y ])rop¡cios a la crítica. Son producto de UI) e-studiü, de una meditación, de una interpretación que pretende ser muy persoiimI. sí: pero (jue. a fuerza de ([uerer s c i -
lo, resulta uiisonto <le personalidad. Ifay demasiado virtiiosisiuo en sn realizaeión, denuusiada artificiosidad, (jue ol)si'urt»ee lo esj)ontáneo. Algo a.sí como un prurito (le (juerer aparecer originales para estar más cerca de la avanzada del cinema. De ahi el empleo abusivo k de phuuw desnivelados y superposición de imáge- M nes, que algunas veces hiu^e perder a los realizadores la línea central del film. Otro reparo que hemos de oponerles es la reiteración en los motivos. Se nos quiso argüir a esto, por un asistente a las proyecciones, que siendo la mayoría del público popular tardo de comprensión, ello era necesario. Nosotros tenemos que rebatir desde aqui esta afirmación, sin duda no meditada. Cuando hace falta insistir sobre un tema, es que no está fácilmente expresado, que esa lentitud de percepción supuasta en el espectador la ha sentido también el encargado de exponerlo, haciendo imposible así esa suave sencillez. suprema belleza Vliguel Ligero e Isabe-| de la obra artís- lila Prada e n u n u i o - ; tica. En el cine nienlu del «skeich» \ hay que ir, pues, «jSoy u n Heñorilo!. a la mayor so- realizado p a r a la Cifesa por Florián briedad en la exRev
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Pepe Ulierl r n uu nioniento d r gran roniiridací del nmgnifiro film de Kusebio Kernández Ardavín. realizado en la C. K. A., y del cual son protagonistas Lina Yegros y Antonio Portago
presión, porque la in&istencia machaíiona, verificada, si se quiere, de forma consciente para intentar salvar el escollo de que hablábamos antes, no conduce a nada sino es a hacer menos comprensible aquello que se deseó lo fuera con exceso. Además, la misión del artista en la pantalla no es resolver y apurar motivos, sino sugerirlos. Aparte de todo esto que escribimos, animados por el mejor deseo. Infinitos y Felipe II y El Escorial poseen muchas bellezas, que tampoco debemos callar. Preside su ejecución un espíritu artista, y resultan tan sentidas amba-s, que pocas imágenes dejan de ser bellas. Son dos obras emotivas, un poco artificiosas en la forma, como dijimos antes; pero siempre dignas, apuntando a lo alto, condición ésta que, por desgracia, no todos los jóvenes poseen. Así, (ligamos, rindiendo culto a la justi-cia, que en los señores .Mantilla y Velo existen ya, no esperanza de dos buenos realizadores, sino auténtica realidad, que se hará aún más efeí;tiva cuando su sinceridad artí.stica gane la batalla y brille en futuras obras con todo su esplendor. Pecaríamos de inju.stos si al hablar de estos films no citáramos el nombre del operador Joséj A- Maria Beltrán, uno de los elementos más interesantes con que cuenta hoy nuestro cinc. El,
con sus grandes conocimientos fotográficos, con su fmo temperamento de artista, ha sabido apresar en el celuloide imágenes de una delicadeza de matices maravillosa. Sin exageración por nuestra parte, su labor nos parece sencillamente adnurable. Fernando G. Mantilla, Carlos Velo y
ililda Moreno y Fortunio Bonanova, destacados intérpretes del film nacional «Poderoso caballero >, con Casimiro Ortas c o mo protagonista, y rodado para Ibérica Kilm» bajo la direcrión de Nosserk
José María Beltrán. H e aqui tres artistas a quienes desearíamos ver en obras de más altos vuelos, que ellos pueden, deben y saben realizar. F . HERNANDEZ-UIÜBAL
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E Marlene Dietrich <lel seudónimo celuloidal Marlene Dietrich—se sabe todo. Todo lo que, al menos, ella y sus managers publicitarios quieren que .se sepa. En cambio, de Marie von Lasch—de la auténtica e íntima Marie von Losch, que se esconde tras el rótulo artístico-comercial de Marlene Dietrich—
En todo caso, los Von Losch bien pronto han debido sospechar que algi'in inquietó elemento espiritual se h a mezclado en la vieja nobleza brandeburguesa de la que proceden, cuando la pequeña Marie, una vez terminados sus estudios preparatorios, les expone un día su firme decisión de consagrarse a la música y entrar en el Conservatorio de Weimar. Días a l ^ e s de solfeos interminables, de tictacs acompasados del metrónomo, de p r i m e r o s Marlfiie D í e t r i r h . aquí en u n . rsrcna de «Padres c hijos». que se representaba en Berlín allá
«ntre
Sin embargo, algo se conoce—s.IIquiera sea meramente anecdóti co—de la vida de Marlene cuando todavía no era más qne Marie von Losch, la hija del eapitán de Caballeria Von Losch. Y entre este algo, lo primero de todo es una amarillenta fotografía—¡cómo le hará estremecer este recuerdo a Marlene!—de cuando Marie era sólo una chiquilla q u e probabletnente jugaba a las muñecas como juega ahora sn propia hija. De pie sobre mía silla maciza y barroca, asida fuertemente al respaldo con sus dos manilas, y envuelta, como una flor, en sn vestido blanco, la pequeña Marie von Losch hace el efecto de nna niña fonualita y perfectamente educada que un (ha llegará a ser una atrevida mujer de la escena mundial. ¿Pero solamente un austero rasgo de formalidad acusa esta primera fotografía de Marlene Dietrich?
violín. Pero en la vida—aunque ilusamente nos creamos otra cosa—es el Destino quien decide. Y este único señor de las humanas existencias sabe bien lo que se hace al tronchar en flor las ilusiones armónicas de Marie von Losch, bajo la for-
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Sin embargo—¡estupenda paradoja!—, hay gran paralelismo: más aún:
arpegios temblo-
arco y las cuerdas del
apenas si se sabe nada. Como ocurre siempre en toda W^^^^^ doble vida de personaje famoso, la verdíulera vida de Marlene Dietrich-Marie von Losch seguirá constituyendo un enigma hasta tanto que ella misma, en un supremo arranque de sinceridad, se decida a aclararlo. Es posible que allá, en las horas nocturnas de los silencios contemplativos—y rememorativos—, Marie von Losch haya tenido y tenga estos arranque de sinceridad frente a su propia sombra falsificada de una Marlene Dietrich de celuloide. Pero, en todo caso, Marlene Dietrich está todavía demasiado en lo alto del cénit de sus triunfos para que a la auténtica Marie von liOsch le haya llegado la hora de las sinceridades intimas y profundas. Sinceridades sin maquillaje, que acaso dijera ella misma.
ma de una lesión en la muñeca que obliga a Marlene a renunciar a la música.
sorprendente ligazón s u b t e r r á nea entre la carrera musical de Marie von Losch y su car r e r a cinematográfica. Su triunfo en el c i n e m a t ó g r a f o habría de conseguirlo Marlene Dietrich a costa de un fracaso Marie von Losrii, hoy .Marlene Dietrich, en u n o d e H U S en la música; pero primeros films. La acompaña tan sólo a través de en la escena Wilheelm Dielerle la m ú s i c a llegará más t a r d e Marie von Losch a las puertas de los Estudios. Porque Marie—bravo ejemplo de tenacidad—, ante el accidente de su muñeca, h a tenido, aí, que renunciar a su violín; pero la música es su arte predilecto, y a ella sigue entregada, aun después de aquel fracaso, con toda su ilusión. «Ya que no puedo ser una ejecutante—reflexiona por aquellos días Marie von Losch—, me dedicaré al canto.» Y firme en este nuevo propósito, la que más tarde habia de l l ^ a r a ser Marlene Dietrich se pone a estudiar, con todo el ardor de su voluntad, un papel de la obra de Hugo von Ilofmansthal FA loco y la muerte. Más tarde, como todas las muchachas que aspiran a la gloria de las candilejas, Marie von Losch se convierte en la más asidua asistenta a los cursos de teatro de Arte de Max Ileinhardt. Y así es cómo, en un dia de exámenes, la ilusionada Marie von Losch, con su rubia cabellera al aire y tm libro bajo el brazo, se encuentra a las puertas <lel aula en espera de un milagro que venga a resolverle el problema de poder presentarse al Tribunal examinador. Milagro que por esta vez toma la forma de un simpático anciano que, observando, sin duda, su inquietud, se atreve a entablar con ella el siguiente diálogo: —¿Qué haces t ú aqui? —Yo..., yo... — tartamudea Marlene—quisiera examinarme. —^Muy bien, muy bien. Pero, ¿qué recomendaciones traes, vamos a ver? Marlene baja la cabeza, p e r m a n e c e un rato suspensa y, por fin, con
Una de las últimas fotos de Marlene Dietrich. Kn el gesto, en la actitud, e n la indumentaria, se advierte la inconfundible personalidad de la c^l. bre estrella
SU grave tono de voz—ese grave tbno de voz que más tarde se haría famoso en todo el mundo^—, contesta: —Nadie. No tengo relaciones sociales. —Pues bien: no te preocupes. Sube y di que vienes de parte del señor Kahane. ¿Kahane? ¿Kaliane? Marie von Losch, probablemente, ni sabe siquiera que este tal señor Kahane, muerto varios años atrás, fué un reputado dramaturgo y uno de los más íntimos colaboradores de Reinhardt; pero esto, por otra parte, le importa bien poco a ella en tales momentos. Lo que le importa es hacerse oír del Tribunal, compuesto por Belthold Held y Albert lleine. Y he aquí que estos dos jueces inexorables, ante el talismán de su fantástica recojnendación, se avienen a escucharle su papel de El loco y la tnuerte. —Muy bien; perfectamente bien—grita entusiasmado Heine cuando Marie acaba su recitación. Pero su colega no se muestra, ciertamente, tan t'xj)ansivo: —Sí; muy bien, muy bien, pequeña—rectifica^—; pero antes de ingresar aquí es necesario un período de aprciidiznjo c o n cl n i n o s t r o de dicción Daniel. ¡Cuántas v e c e s s e acortiará a u n lioy Mariéne
Dietricih de au Hanto de ese día! Algiin tiempo después, una nueva ocasión de conquistar la gloria y un nuevo fracaso, (.\unque —necesario es no olvidar esto—en cada fracaso de Marie von Losch va implícita una conquista ajena a sus propósitos.) Un día, cuando Marie no es aún más (lue una modesta a'spirante al arte dramático, un productor cinematogi-áfico pide a la escuela de la que ella es alumna un par de muchachas para encamar el papel de dos mujeres de vida ligera. ITna de las escogidas es la futura Mariéne Dietrich. O, mejor, la futura Lola-Lola de El ángel azul, porque Marie von Ixisch, por uno de esos prodigios de intuición, se presenta en los Estudios con un audaz vestido semivaronil, con su rubia cabellera artísticamente revuelta y—atrevimiento inaudito— hasta con un mundano monocle bajo su ceja iz(juierda. Pero exactamente igual también que en El ángel azul, esta precoz Lola-Lola, en vez de conquistar la gloria, conquista... un marido; su marido actual: Hudi Sieber. Oon lo que, de la noche a la mañana, se convierte, de Marie von Losch, en la señora de Sieber, y un año después, en la feliz mamá de su auténtica muñeca Ueidede. ¿Se irá a trocar también Mariéne Dietrich en una «.señora de su casa», en una buena burguesita recién casada, que se considera feliz con las faenas del hogar? Todo lo contrario; pues I)recisamente ahora^—casada y con una hija ya—es cuando logra su primer pequeño triunfo en el film IM mujer que se desea, encamando, ¡)or primera vez, uno de esos tipos de «mujer fatal», pleno de ambiguo sensuaUsmo, que constituyen el campo acotado de los que ella .sola es la dueña y .señora. La carrera cinematográfica de Marie von Losch empieza a perfilarse en el aire.
Marlí-ne Dietrich que es acaso una de laa artistas cuya imagen ha sido raptada más veces por el objetivo sabe ex^„7es so7ií?i?.ri^„" ^•"'•S«•-ble caudal de sus sonrisas, de sus aetitLes. algo i„édito%ue o f r C r .TÍneesantes
l« «-«".ara. Vedla aqu, en u n . nueva . p o s e . , luciendo uno de los trajes que exhibe en su ultimo film . H diablo es una mujer., pelicula cuya anterior denominación fué .Capricho español.
l'ero es posible que esta carrera nunca hubiera llegado a una t a n rápida culminación sin la existencia de un hombre providencial, de un hombre que, en este caso, fué algo así como un mago de leyenda obrando milagros con la varita mágica de su penetración psicológica. Este hombre fué Josef von Stemberg, el célebre director de la Ufa. La anécdota del conocimiento de Marlene y i von Stenberg es de sobra conocida por todos los ¡ públicos para que sea repetida aquí, si n» es sólo i de pasada: Sternberg, buscando afanosamente una mujer que encarne el papel de l^ola-lxila en la novela cinematografiada de Ileinrich Mann El profesor Basura (El ángel azul). Marlene Dietrich apareciendo por primera vez ante él en el
no eh ésta se halla octilta su verdaflera [lersonalidad. Pero, ¿cuál esa verdadera personalidad de Marie von liOsch? Kn la puritana Norteamérica, a raíz de su llegada, se pretendió descubrir esta personalidad de la artista de came y hueso a través de la del personaje humanísimo por ella interpretado en El ángel azul. En Marlene, los yanquis no podían ver más que a la Lola-Ix)la desvergonzada y cínica, a la Ix)la-Lola de los elásticos muslos desnudos, a la deshonesta seductora de los públicos de music-hall. Concepto lamentablemente equivocado, que aun acabó de acentuarse más, hasta adquirir aires de un gran escándalo público, cuando Josef von Stemberg, súbitamente y sin causa justificada, se divorcia de su mujer poco tiempo después. ¿No significaba esto que el director genial había caído en las redes sutile.^ de esta «pirata del amor», que lo mismo sabía embaucar a un casto profesor Basura que a los más avezados hombres mundanos de Hollywood? Para que nada falte al folletón sentimental, innumerables Ligas feministas califomiana» salen a la defensa de «la pobre esposa abandonada» de Sternberg, y atacan, con toda la cmdeza de su puritanismo, a la Mariéne Dietrich «mujer fatal», a la cortesana de cabeza a pies, cuya distracción favorita consiste en quitar los maridos a las demás. Pero estas puritanas feministas yanquis han olvidado que debajo del apodo Mariéne Dietrich sigue viviendo una misteriosa, una enigmática, una impenetrabla Marie von Ixisch, que cuando más formidable parece el escándalo levantado en tomo suyo, recibe, ante el asombro de todo Hollywood, la visita de su marido y de su hijita, para continuar haciendo con ellos su vida de siempre; la suya, la que a nadie pertenece más que a ella, la que acaso conocen tan mal los públicos de todo el mundo. Y Marie von Losch triunfa de las terribles dictadoras de la virtud, como más tarde vence a los reyes del celuloide con sus imposiciones. Indudablemente, una es Marlene Dietrich y otra muy distinta Marie von Losch. Pero, ¿qué pensará en las horas de los noctumos silencios contemplativos Marie von Losch de Marlene Dietrich? ¿Y qué M£u-léne Dietrich de Marie von Losch? Esta opinión sólo ella mLsma podría dárnosla Y hasta, ¡quién sabe!, puede que algún día nos la dé. RUTH DE LA ROSA
¿Marlrnef ¿Von Losch? jMarli-ne! EMm es la Marlemque ha incorporado al séptimo su arte magnifico, excepcional, único... Kn esta foto tiene el aire de la auténtira e irresistible «vamp^ que es en el film. V que acaso no sea en la realidad, pese a tilda* las leyendas... En la otra fotografía, Mariéne asoma su rostro inconfundible y expresivo entre una catarata de blondas, de joyas y de flores... Rste capricho fotográfico podía, acaso, ser eom o un símbolo de la genial artista.» I^glgl
escenario del Teatro de Beriin. Stemberg, que al verla trabajar, grita: «¿Quién es esta mujer?» Y alguien, a su lado, que le contesta: «Marlene Dietrich». —^Pues bien; ella será la Lola-Lola de Ei ángel azul. ' Ser la Ixila-Lola de El ángel azul era, para Mariéne Dietrich, tanto como hacerse famosa, de la noche a la mañana, ol j a u n d o eutero. I: Después de El ángel azul, de Marrueccs, de El expreso de Shanghai, de La Venuí! rubia, de El cantar de los cantares, de Capric'w imperial, Marie von Losch h a muerto definitivamente, para quedar t a n sólo Marlene Die-
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Ya os posible que hasta a la propia Marlene le suene a cosa rara su auténtico nombre de p i l a Pero, por esta vez, a nosotros nos sigue interesan^ do mucho más la vida de Marie von Losch que la otra vida de la Dietrich, acaso por sosgechar (jue en aquélla \
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An Hardinn;, ^n «Divina», luce en lodo su esplendor la niagnífíca belleza que, tanto como su arte, la ba dado prestigio de celebridad. .Su galán, en este film, ef) Nils Asther, que aparece
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acaba de llegar a París, disp u ^ t o a volver a cantar a n t e su ptiblico. El ha manifestado au intención de no volver a HollyTvood si no ea para interpretar un papel de íu agrado. Lo que quiere decir que Chevalier volverá a Hollywood. A menos que París le ofrezca ima cantidad de dólares como la que están dispuestos a ofrecerle siempre los yanquis. HEVALiíJK
Y, sin embargo, Hollywood puede aún batir* su propio record de extravagancias. Un Hospital de Hollywood acaba, en efecto, de abrir un concurso en el que el primer premio ofre-
cido eS'—¡agárrense ustedes!—una operación completa de apendicitis A las fieras de la selva no lea guata la carne de protagonista.
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Y ahora que hablamos de fieras: Se acaba de morir, a los veinte años de edad, el más famoso de loa leones de la pantalla. Es decir, el célebre i>o, con cuyo rugido empezaban todas las produccionea de la M. G. M. Ijeo e r a u n animal ito Toby W i n g n o tiene esta mención en nuestro de u n a c u l t u r a viajera vez «cock-tail>;; pero está tan muy envidiable. Conocía bella en esta foto, que n o toda la América, y desde hemos vacilado en incluirlos desiertos de Nubia fué la e n nuestras p á g i n a » como un atractivo ingrellevado a l o a parques diente de nuestra «mexcla» zoológicos, y m á s t a r d e , semanal...
a los Estudios de la Metro. Era un león ran distinguido que pertenecía como miembro de honor a más de doscientos clubs. Como estrella distinguida, había para su uso particular un automóvil,; construido especialmente para él. Por si fuera poco, fué el primer león que viajó en aerop ano. Descanse en paz el distinguido león. En cuanto a la fantasía de los reporteros, decir algo más. En el corto espacio de un mes dado la noticia de la próxima boda de Kay personas diferentes. • Y ahora resulta que Kay no piensa volver
también se puede los periódicos han Francis con siete a casarse.
Pero lo más curioso es lo que le ha sucedido al joven actor. El joven actor fué enviado a Nueva York para que asistiera a las representaciones de una obra teatral, de cuya adaptación a la panta la iba a ser protagonista. Y al regresar se encontró con que el film había comenzado, y que su papel lo representaba otro. Norma Talmadge posee dos villas en California, una casa en Palm Beach y un magnífico departamento en Nueva York. De ordinario vive en un hotel. Ella cumple, pues, al pie de la letra la lógica de Hollywood. Según Elmer Fryer, feunoso fotógrafo de estrellas, la cabeza grande es la más fotogénica. La cabeza de Dolores del Río, la de Kay Francis, la de Ruby Keller, la de Constance Bermett. Después de esto, puede decirse, sin temor a las represalias, que cuando más cabezotas sean las estrellas de la pantalla, mejor. Y perdón. No lo volveremos a hacer. Las últimas novedades amorosas son las siguientes: John Gilbert piensa casarse por quinta vez. Dolores Costello va a divorciarse de John Barrymore. Johnny Wei.=tsmuller está cu cama, y su ex esposa Lupe Vélez va a verlo todos los dias. Anna Sten no se h a divoioiado todavía, a pesar del tiempo quo lleva ya en Hollywood. Y Greta Garbo continúa enamorada de George Brent, mientras no «c demuestre lo contrario. Monsieur Lumiére ha descubierto el cine en relieve. Un inventor español, don Manuel Molinero, ha descubierto el eme en relieve.
La tersa lámina del monumental espejo sobre el cual reposa C a r o l e L o m b a r d exalta, con artística expresión, la escultórica maravilla del cuerpo de la her- . mosa «star» |, •
Deslumbrante d e fastuosidad, c o n i n é d i t o s efectos fotográficos, es la nueva pelírula q u e p r o t a g o n i z a n Cave Brisson y Mary Kllys, y cuyo título en inglés es «All The Kíng's llorses»
Y, por Último—al menos por ahora—, el célebre dibujante Max Fleicher ha descubierto el cine en relieve. Desde La dama de las camelias no se habían hecho tantas ediciones de im mismo film. Con el inconveniente de que este film del cine en relieve sigue siendo un descubrimiento perfectamente inédito. Ahora resulta que Laurel y llardy lo han pensado mejor y ya no piensan separarse. Cada tmo de ellos seguirá apoyando-; se en el farol del otro para no¡ caerse. | Después de la crema para el calzado, no se ha inventado un dos en uno tan perfecto.
El tabique de la casa que se quema no se cae hasta que ellos no han conseguido escapar.
Por eso el malo lo que debe hacer es salir antes que los buenos. O no separarse de ellos hasta que no estén en la calle.
El auto pasa por el cruce una centésima de segundo antes q u e el t r e n . Y y a p u e d e darse el maquinista toda la prisa que quiera. Siempre se llevará chasco. R. M. G
UNA GP.AN PELÍCULA NACIONAL
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la gran película policíaca
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Máximo Nosseck eí diUcU^
Máximo N o s s c r k . en lili drt«<-aii-.o di- su lal>«r. ('liarla cotí iitio de hits ('ulali(>rad(ir<->
La labor de Nosürek en los Hsliitlios eineniaíoyráfií'os: Alemania, rorliigal, España
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oderoso caballero, la nueva cinta de la Ibérica Films, va a significar para la producción española un avance considerable. En los medios cinematográficos tiene y a un eco de simpatía esta nueva película, por el crédito de la entidad productora, por la excelencia de los elementos técnicos que se han reunido, por el admirable grupo de artistas que están interpretando el film. El director de la cinta es Máximo Nosseck, personalidad de bien acusado relieve en los medios cinematográficos intemacionales. Ha yenido £ihora a España expresamente para dirigir Poderoso caballero, y en estos días da término, en los Estudios de la Ibérica, en Montjuich, a su la-
aJUmáhe
i bor en la nueva cinta nacional. El gran director. < en itno de los despachos de la entidad productora, recorre con su |)alabra la labor cinemattjgrSfica por él realizada hasta hoy en los distintos E^studios europeos y americanos. —...Fué el año diez y ocho—dice—el, año en que acabó la Gran Guerra, cuando yo inicié mi carrera cinematográfica. Actor, primero, en dos películas, que se llamaban Dolor de tnrielas por causa de amor y Soy mi hermana. Después, América. Trabajé en varias películas, y poco después, el año veintiuno, estaba de nuevo en Alemania, donde actué, ya como director, en una gran cinta cómica alemana, que dirigí utilizando la técnica de Norteamérica. Era la primera producción cómica de verdadera importancia que se realizaba en mi país. —¿Y después de esa primera cinta?
-Continué como director. Filmé una gran película de aventuras, que se llamaba Viaje alrededor del mundo; algunas escena,s de ella ocurrían en Java, y allí hube de marchar, permaneciendo en la isla durante varios meses y filmando exteriores de una gran belleza natural. Tras esto, otra vez Alemania. Mi nueva película se llamó Trébol de amor: ambiente de deportes de invierno. Hice después otra, en la que el protagonista era Kurt Bois. Marché más tarde a Portugal para dirigir la primera gran producción sonora que alli se hacía —¿Gado bravo? —Eso es. Un excelente film. Se exhibirá muy pronto en España. Es una cinta de ambiente típicamente portugués, con corridas de toros y tipos y escenarios muy de allí. En las pantalla* de Portugal obtuvo un éxito considerable y se ha venido manteniendo en el cartel durante más de cuatro meses. —En E^spaña, antes de ahora, trabajó usted
'bien. —Sí. Hice Una semana de felicidad. Hube de ir luego a París, porque Buster Keaton me llamaba para dirigir su primera pelicula sonora europea: El rey de ios Campos Elíseos. También he trabajado en Holanda, donde hice una película—subvencionada por el fotado—que tiene como fondo los dí.vs turbulentos de 1915: guerra, movilización, espionaje. j Por qué el gran dirrctor .\lenián ticue fe on el porvenir einemalográfieo de Kspaña
t'.l dirertor aleiniiii \ o ^ sefk. ron el jvfi' <li' piodiirrióii. l . o | i p s o l i i t s : el operador Sclilaii> y oiroh l»''«'iii('OS. i)iir ««•(•iimlaii a aquél eu su liilior «•itieiiiatoiiráf''""
—Y ahora, otra vez, Elspaña... —Sí. He venido expresamente a Barcelona par dirigir Pod roso caballero en la Ibérica Films. Gran país Rspaña: Cordial, risueño, acogedor, efusivo. Lo paso aquí admirablemente, y soy ya, de modo incondicional, im devoto de España. —Le gustarán, naturtdmente, las corridits de toros, como pide la tradición a todo extranjero que aqui llega. —Sí. Me gustan mucho. Adniint a los toreros, me maravilla su valor. Conoz(H> ese medio taurino por haberlo frecMientado durimte la filmación de Gado bravo. Olly Gebiuicr. mi esposa, desempeña en la pelicula el papel más importante: la amimte de un torero. Prtmto, iuiui, eti España, ¡«xlrán ustedt^ juzgar su trabajo.
lili fúiil |)¡ini <lii(x;t()r y operador iilniai iiiui ciiit:! <[ii(' pii(>d(! Iialutr, d(!sde liiet'l rifsijo di'l toro. -t'iani. Kra pclijírosa ia ttiina de vi.stas, pormii alli lu) lialiía arlifici<): lus fnms eran, vcr•l.idt'raiiUMilo, toros bravos. -(•.('roo usted, umifio NosM-ck. CD ol porvenir iiomatojiráfioo do lOspafia? l-'irinonioiite. Círoo ipie Rspaña llegará, a li> iai-go dol tiempo, a convertirse en el liolly ~vihh\ do Euroj)a. ¿Razones? Son muchas, toda.~ ostimahlos. Tonomo.s, fundamentalmente, el clima, ol .sol, ia luz, tan e.xcelonte i)ara la fotograiía El tiom|K), por su ritmo normal, regulado, .-in altibajos violentos, permite construir e.scenarios que no sean tan sólidos como los que en -Alemania nos vemos obligados a hm^er. Y nuestros escenario.s alemanes hemos de hacerlos asi, porque si no, un fuerte temporal de viento puelo arrancarlos ile cuajo y destrozar lo hecho, 11 los consiguientes daños. —Eso es, on lo español, el aspecto natural do - l l cinema. ¿Y en cuanto a la parte técnica y a i.i parte artística? —En lo técnico se puede llegar, igualmente, a i-elentes resultados. Y en cuanto a los arti.stas, i"s de España tienen unas magníficas condiciones para el cinema. El secreto está en saberlo.^ buscar y utilizar. Sinceramente: P^spaña puede crear películas de la misma calidad de las que en en el E>¿tranjero se producen. ¿Y sabe usted cuál es. a mi modo de ver, la base principal de esos ru iibüs futuros de la producción española? .Acertar a crear nombres. He aquí la clave. Dar a -os nombres vuelo, luz, fuerza, publicidad. Bus1 para cada arti.sta el papel que mejor res¡ioniía a sus condiciones. En esto hay Cjue aprender muclio de los americanos: ellos dominan como nadie el secreto de lanzar ostrolias, de lograr (jue el mundo se entere de cada nombre nuevo. España debe atender también a esa primordial neco.-idad <le crear sus estrellas.
Nu'seek anie su nueva pelíeula
—¿Contento de estar de nuevo en España? -Encantado, amigo mío. Trabajo muy a gusto en la Ibérica Films; hay allí una gran cordiali'lad, una dirección inteligente, un consciente . iitusiasta afán de bsu^er las cosas cada día mejor. Con los elementos que ponen a la disposición de uno, se pue<le hacer, en verdad, una |)elícula buena, desde todos los puntos de vista., —Sin eml)argo, nuestra técnica no es todavíaperfecta. —Sería pueril de<ir otra cosa. Pero en estaj m-asión la Ibérica Films ha hecho todo lo posi- • lile para que en ese aspecto técnico la nueva cinr i sea buena cien por cien. -En su labor de director, ¿prefiere usted alimaña fleterminada modalidad? —Me gusta, sijitre todo, el género cómico. Por esto ora en mi una gran preocupación encontrar el intén>retf (jue inidiese desempeñar bien ol papel principal de la nueVa cinta. Se trataba del primer film cómico de envergadura creado en España. Puedo decir que on Casimiro Ortas he hallado ol actor ideal para (so papel. Tras este irimer film, Casimiro Ortas—no vacilo al hacer a afirmación—pasará a ser una de las mejores figuras del cinema español. —¿Y de los otros artistas? —Encantado taml)ién. Castrito está admirablemente; le vi ha<!er un día, en el Teatro de Novedades, £/ baile del Savoy, y esto me hizo ofrecerle un papel en la película; un papel que va muy bien con sus aptitudes. Excelente, lo mismo, .\ntonio Palacios. Y en cuanto a ellas, inter"•nen principalmente Hilda Moreno y Olly Ge,
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baner, que canta en el film un vals vienes de fina melodía, comi)uesto es})ecialmente para ella por .lean (jilbert. Con todos estos elementos, ¿verdad que es, amigo mío, para sentirse contento <lc la labor realizada? l.a mirada aguda, alegre y vivaz de Nosseck nil)rica con su viveza este ilusionado júbilo con que sus ¡talabras han trazado el elogio de la nueva f)elícula eS[)añola.
QAAfU/WUíJo,
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A8 viejas palabras canJ tan todavía al oído del bonibre: «Diversidad, sirena del mundo». Por la diversidad, el hombre pone gracias y alegrías nuevas en su vida de siempre. Por la diversidad cambia el fastidio en esperanza y la fatiga en impaciencia. Por la diversidad es posible todavía el placer nuevo, la emoción desconocida y la inédita sensación. Se suceden tedios y desencantos, e.xperiencias que al cabo no son sino la repetición de lo mismo; y a pesar de todo olio, en el oído y en el alma del hombre tiene un eco de embrujamiento la vieja frase: «Diversidad, sirena del mundo». NarJa como el cinema trae hoy esa diversidad, ese espectáculo múltiple que hace bella la v i d a Nada como el cinema lucha contra el gran tedio, monstruo del siglo, veneno de las horas actuales. Por la pantalla, el espectador se hace via* jero de todas las rutas y protagonista de todaij
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Son Orirnir y OcciHrnte, que se enfrentan en las escenas de la nueva película. I J O S jefes de los lanceros de Bengala llegan a la fort a l e z a l u j o s a del , Khan... i
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t La cena de los tres lance' ros bengalles, prisioneros del K h a n , e n la m o r a d a suntuosa de éste. Fondo brillante, atavíos ujosos; pero, tras dr todo ello, esclavitud...
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risas y t o d o s los llantos. Vidas que, apegadas a la realidad, sólo tendrían un cauce y un ritmo, so hacen, al conjuro del cinema, ricas y fértiles, ávidas y luminosas. La pantalla es el opio y el ensueño del mundo. Por esa diversidad que el cinema trae a la vida, es posible, desde la butaca de una sala en sombras, contemplar y sentir la emoción de la vida colonial a través de las escenas de Tres lanceros bengaUes. Vida colonial: punto de contacto entre la luz y el misterio, entre lo conocido y lo desconocido, entre Europa y las tierras no desprendidas aún de lo primitivo. Esa vida colonial participa de realidad y de fantasía: ni tan absolutamente real que sea la propia vida de todos y de siempre, ni tan absolutamente fantástica que se deshumanice y resulte, jDor la obsesión de la fantasía, artiliciosa y sin emoción. Lo colonial—Inglaterra y la India, en la película—es un poco nuestra propia vida y un poco la vida de misterio que a todos nos gusta imaginar. Tres lanceros bengalies: tres hombres de Europa bajo los azules esmaltes del cielo de Bengala. Gracia de Europa y nervio de Europa; disciplina y aventura a un mismo tiempo, arrojo, emoción de la patria lejana y presente en todo instante. En las palabras y los sueños de esos hombres se dibuja constantemente la gran sombra amada de Inglaterra. Y esta sombra se hace en ellos, transformada por la nostalgia, sentido del deber, imperativo de la conciencia, disciplina y mandato. ¿Una pelicula excelente, una película completa? Solamente la será la que junte y armonice sus valores de acción, sus valores exteriores, con sus valores íntimos, de sentimiento. Tres lanceros bengalies es en este sentido una cinta completa, porque en ella acción y sentimiento se acoplan perfectamente. Por un lado, la acción, el esce-
t Oira rte la« más bellas e s ' eenao de «Tres lanceros bengalíes», la nueva película que llega a nosotros envuelta en la Tama y la expectación de los films excepcionales
nario, el c a m p a m e n t o , Bengala, los guerreros de bárbara fiereza, las caravanas que zigzaguean llanos y montañas, las fortalezas escondidas entre riscos. Y tras este ritmo exterior, tras el rostro de la película, su alma, su sentimiento: el sentido inflexible y riguroso del deber enfrentándose con la emoción personal, familiar, formando una dramática contradicción. El concepto de patria— un concepto e r g u i d o y vertical, exigente—late a lo largo del film con una sobria emoción. Ante ese concepto, todo muere y se borra: la personal conveniencia, la vida trani quila, el dolor o el bien^ estar fisicos, el propio corazón. «Destrijyeno.*», Inglaterra, y te seguiremos amímdo», canta un día uno de los tres lanceros, prisionero del ene migo, golpe'ado y sin esperanza, hundido en las cuevas obscuras de una fortaleza. Sólo en uno de los tres ese sentido austero y riguroso del deber vacila, se rinde; pero en las horas finales, cuanflo la lucha y la muerte cercan las vidas de todos, en su espíritu se alza, c o n una violenta sacudida, aquel mandato, y pone ímpetus nuevos en la manó que mata al caudillo enemigo. «Destruyenos, Inglaterra, y te .seguiremos amando». Unís jornvdas después, en la tierra luminosa de Bengala, un-is palabras sencillas destacan el heroísmo de 1« s tres hombres, ante la fuerza alinoofli en forniiición de honor. De l o s tres, dos nMÚben la condecoración. Sobre el cam[>o. El otro ha muerto. La insignia es prendida «obre ol pa/io de su caballo. Y en el momento, sobrio, emocionante, un temblor de lágrimas surca el rostro de aquel limcero (jue sin-
^— Kathlcen Burke y Cary Cooper, dos artistas que no necesitan del elogio, son los intérpretes de este dúo, de este momento amoroso, ni que aquella pareja admirable da toda su expresión
tió vacilar su deber y que no puede ver y a jiin- ! to a sí al camarada del regimiento. • No la eterna película de galán y dama. No la eterna rivalidad «xmorosa. Tres lanceros bengaíxes trae a la pantalla un acento y una emoción que no son \as de todos los días. E.sta misma calidad no frecuente de la película requería una interpretación distinta también de la que desfila habitualmente por las pantallas. Tres lanceros bengañes ha encontrado esa intcipretación. Gary Cooper, Franchot Tone, Richard Cronw e l l - l o s tres lanceros^—y Kathlcen Burkc dan a la cinta su justo acento de sobriedad y de emoción. Gaiy Cooper—su nombre, simplemente, es su mejor elogio^—crea su personaje, sonriente, sencillo, con una })rofunda verdad, con esa magi.stral naturalidad (jue hace de él uno de los iictores más completos. Hay en la nueva cinta momentos en que las calidailes puramente ('inematográfi(!as alcanzan una admirable |)eif(u<ión: atjutiila j)arte final do
la lucha, lograda con un verismo y una emoción que acusan insuperablemente la garra americana, esa maestría técnica que nadie discute al cinema de H o l l y w o o d . El estruendo del combate, el tableteo de la ametralladora, el grito y el lamento, el galope y el salto, el gesto de espanto y la actitud del que muere. En unas escenas rápidas y alucinadas, tumultuosas y febriles, pasa el horror de una lucha magistralmente conseguida, corporeizada con una realidad vigorosa, con un f o r m i d a b l e sentido del m o v i m i e n t o , del ritmo múltiple y dinámico que nadie posee como los americanos. Aquellas escenas tienen una emoción difícilmente olvidable. Vida colonial, sentimiento del deber, acción y alma: esto es Tres lanceros bengalies. En el desfile diario de peliculas, ésta exige hacer un alto, detener sobre ella l;i atención, tan fugitiva, que en tantas cosas se pierde. Nuestra pobre vida de hombres apegados a la realidad, sujetos al cauce conu'm, goza ante esa ventana que abre a otro mundo la nueva película. Una vez más, la diversidad nos embruja a través del cinema. El cinema: sirena, opio y ensuei"io de nuestro tiempo. Se extingue el clamor del combate, se extinguen los tiros y los gritos, v el (corazón guarda aún—alma y sentido de la película—las palabras de atjuella canción que imo de los tres lanceros bengalies canta en s u f)risióii, tundido por cl tormento, mas en el ;ilin:i la luz inextinguible de la patria distante: «Dcstrúvi'iins. Iiijjlatcira. y te seguiremos ani;indo.»
LA HORA DEL B A Ñ O DE
BRIGITTE
MATINAL
HELM
E s a h o r a , p a r a la e x c e l s a artista d e la U f a , e s la h o r a d e los c u i d a d o s h i g i é n i c o s q u e a p o r t a n e n e r g í a s p a r a l a ¡or-
FRASCO, T I M B R E
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n a d a . P a r a c o n s e r v a r e s b e l t e z , a g i l i d a d y vigor, use usted t a m b i é n , tras el b a ñ o , u n a b u e n a C o l o n i a c o m o la A ñ e j a . L a fricción c o n e s t a f r a g a n t e
Colonia tónica, de
puros
LITRO, T I M B R E
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PTAS.
A P A R T E
esencias naturales, funde g r a s a s , conforta y rejuvenece.
LA HORA DE LAS FRICCIONES CON AGUA DE COLONIA
ÁHEJÁ P E R F U M E R Í A
G A L
- M A D R I D
- B U E N O S
AIRES,
sus iniciativas creadoras, la mujer h a incorporado a su ludimiento el confort, la soltura, la simplicidad que la práctica de los deportes hace indispensable y, como no podía menos de suceder, esta innovación obligada alcanza al calzado. Así, la mujer modema base visto obligada a adoptar, para las distintas actividades en que hoy divide su jornada, al mismo tiempo que el atavío, el calzado a propósito. Ño todas, sin embargo, se rinden a esta exigencia que la vida actual impone, y muchas de ellas no se deciden a proscribir, cuando conviene, los altos taconea que un tiempo fueron el complemento indispensable de toda silueta de mujer. Con ello realizan un doble y gravísimo pecado. Uno afecta a la estética femenina que la mujer chic aspira a poseer, y a que
I oda la i l r ? < l f i i i i l i r H i ! - f a ü -
1114'láliro» \ !a Hi;iiiiiosa r¡i|iM'/a
tic lo>^ lrjiilo> áii-
ri'ii-'-i Intulni <'ii 4*^ta«(oi' !<ii ( i-ii r->la foto (F¡fitirr<> HoillT"
Toby W i n g luce en esta folo una «tenue» muy nctual, q u e eonsiate en un aimple f i e l t r o airoiiaB n e n t e colocailo, ^ u n a rhaquelila roja y una fallía de lanilla a euadriloa
¡Cuidad vuestro calzado!
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I EM08 hablado en estas páginas de elegancias cinematográficas que semanalmente venimos ofreciéndote, lectora amiga, de todo cuanto concierne a la Moda. TVajes, abrigos, sombreros, pieles, accesorios... Nunca, por nuestra parte, hemos querido opinar. Tal vez en alguna ocasión nuestra audacia nos haya llevado a insinuar un consejo, a hacer tma observación, pero sin propugnar deliberadamente un favorable concepto personal, sin emitir una censura. Hoy, consecuentes con el criterio objetivo de nuestra sección, queremos dedicar las breves lineas que han de acompañar a ias fotos que las ilustran a un tema del que sólo en contadas ocasionee, y muy de pasada, nos hemos referido: el calzado. Y no lo haremos tampoco desde el punto de vist a suntuario y decorativo, sino en su, a nuestro juicio, aspecto máa interesante, cual es el de hallar una armonía entre lo práctico y lo elegante. Eki esta época en que el deporte, de dia en día, v a dejando sentir su saludable influencia en todos los aspectos de la vida actued, hasta tal punto que la Moda no h a tenido máa remedio que rendírsele y poner a su servicio u n a buena garte de
9'«"'«*"« PoTu í^'" •^U
Colbert™un enriqueeido suntuosidad de la. pieque guarnecen la c a a a e a -
Ciertos indumentos exigen un calzado ad hoc, y de nada valdrá la estilizada línea de un ^ükur impecable, por ejemplo, si no se complementa con ..-^¡pj^™ unos zapatos a propósito. El otro refiérese a la conveniencia , ae ir calzada de acuerdo con el ejercicio a realizar, detalle éste que si es desatendido, puede determinar graves alteraciones en la salud. La mujer moderna, la mujer que aspire a conservar impecable la absoluta integridad de su belleza y no a ser simplemente una artificiosa muñeca vestida, debe usar durante todo el día zapatos de sport cómodos, confortables y flexibles, elegidos de tal modo que armonicen y cximplen^enten el atavío. . . Rl doctor Wallet, sabio especialista a cuya experiencia ^ ••iiidado se someten los más bellos pies de París, decía no ha mucho: «Si las mujeres llegaran a persuaiürse de que su belleza,
su alegría y su salud dependen en gran parte de calzarse apropiadamente, estad s ^ u r o s que todas ellas adoptarían, cotidianamente, hast a las cuatro de la tarde, es decir, durante las horas del mayor ejercicio y más intensa actividad, los zapatos de sport, y sólo en las horas reposadas y quietas de la noche — comida, teatro y soirées de gala — usarían el alto tacón que tan apasionadamente las cautiva y que, no obstante, tanto daña su organismo.» No debéis olvidar, amables lectoras, y ahora nos dirigimos a aquellas que por sus actividades no dispongan de medios para el cultivo de los deportes en geenral, que uno de ellos, acaso el m&a saludable, pueden practicarlo a diario sin restar un ápice de atención a sus actividades. Nos referimos al footing, a la marc h a Bastará para ello que prescindan, al menos una vez al día, del hábito Toda ia risueña gracia de hacerse trasde los atavíos femeniladar de un siles para la actual estatio a otro en ción está recogida e n este gracioso sombrecoche, en merito que exhibe L.oretta tro o en tranvía, Young. adornado con y realicen el re-, la «voilelte» tan en corrido a pie. boga
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Una foto de Fortunio Bonanova, hecha en Nueva York durante una de las actuaciones teatrales de Bonanova
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ASI todos los actores espai^ioles que pasaron por Hollywood trabajaron exclusivamente en nuestro idioma; sólo algunos, como Perelló de Seguróla, Conchita Montenegro y Maria Alba, consiguieron ser incluidos en el reparto de films yanquis. lx> que no ha sucedido más que una vez es que im actor es jañol aparezca solamente en inglés y al lado de estrellas ,tan famosas como Gloria Swanson, Geoi^e Arliss, John Boles, Marj' Astor, Joan Bemiett y Adolfo Menjou. Y éste es el caso de Fortunio Bonanova, artista polifacético, que es a la vez mtisico, cantante de ópera, actor en el cinema y en los teatros de Broadway, barítono de opereta y bailarín, Fortunio Bonanova no ha filmado en español más que en Kspaña, y precisamente ahora, en Barcelona, ima película con Casimiro Ortas, bajo la dirección de Max Nosseck. Toda su labor anterior en el teatro y en el cinema está en los films yanquis y en los escenarios neoyorquinos. Por esto, Fortunio Bonanova es poco conocido en España. Bastantes años de residencia en Estados Unidos, saltando de ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ Ü-to la emisora National Broadcasting a los talleres cinematográficos de la Wamer Bros; del escenario del teatro Morosco de Fortunio Bonanova, visto por Del Arco Nueva York, a las residencias de Culver City; de las tiendas de discos, donde sus canciones se multiplicaban, a los Estudios de la Fox, le han proporcionado allí una personalidad que aquí no posee, una amplitud de labor artística que en España no puede lograr, porque para conquistarla le sería necesario empezar de nuevo. F"'ortunio Bonanova ha llegado a Madrid. Después de tan dilatada ausencia, le ha sorprendido un poco el aspecto cosmopolita de nuestra ciudad. Juntos hemos recorrido las calles, llenas de bulliciosa alegría, bajo la luz dorada de estos días abrileños, y todo lo ha encontrado ntagnifico. Sus elogios para el Madrid actual han sido sinceros, emocionados y espontáneos. Tomando café en una terraza de la calle de Alcalá, que es, sin duda, el trozo de ciudad más alegre del mundo, hemos charlado extensamente, interrumpidos de vez en cuando por vendedores de Lotería y de corbatas, limpiabotas, pedigüeños y mijsicos ambulantes. —Vamos a ver, amigo Bonanova, ¿cuánto tiempo hace que falta usted de España? —Unos doce años aproximadamente. —Así, este Madrid resulta casi desconocido para usted. —Calcule. ¡En el lugar que se encontraba el Teatro Apolo, donde yo hice mi liltima temporada teatral, me encuentro ahora un Banco! —^¿Qué temporada fué ésa? —La del maestro Vives cuando se estrenó Doña Francisquita. ¿Recuerda? Yo era uno de los barítonos de la Compañía; pero como esta obra tuvo aquel éxito grandioso y era de tenor, sólo aparecí en escena un par de noches. El resto de la temporada la pasé en el cuarto y cobrando. —¿Después siguió cantando zarzuelas? —^No. Marché a Méjico. Allí hice una película muda, claro es, porque entonces aun no habia llegado el sonoro, y aprovechando Ta proximidad, entró en E-stados Unidos, satisfaciendo así mis deseos de visitar y trabajar en Norteamérica. —La lucha sería dura para usted. —No crea. Tuve suerte. Organicé una Compañía de zarzuela española, y con ella recorrí, durante tres años, todos los Estados, haciendo el repertorio de nuestros miisicos más populares. Tan bien fué la cosa, que al llegar a Nueva York me contrató la Columbia Company para impresionar discos. —¿En español? — e s p a ñ o l y en inglés, idioma que dominaba y a perfectamente. Luego canté en la National Broadcasting, una de las estaciones de radio más importantes del mundo. E^to me valió al poco tiempo un contrato. Gilbert Miller, que preparaba en el Teatro E s p i r e , de Broadway, el estreno del drama moderno <Sex appeal, con la eminente actriz Katherine Cor• nell, me ofreció un papel de extranjero, y acepté. La obra fué un éxito grande; se representó durante cincuenta semanas, y j desde allí se me abrieron las puertas de Hollywood. •—¿Con qué película debutó? < —Con una de Gloria Swanson, titulada Los amores de So- i nia. Y mire una cosa curiosa: este film sirvió para presentar por primera vez en el cine yanqui a tres cantantes: John Boles, Perelló de Seguróla y yo, dirigidos por Reginald Parker. A continuación hice, con Adolfo Menjou, otra cosa, que, por cierto, no gustó, y con Lya de Putti, un papel en su última película. I
no soy gigdo, en la que trabajó conmigo la notable característica Alisñn Shipworth, que ustedes habrán visto con Marlene Dietrich en El rantar de los cantares. —Magnifica l a b o r , Bonanova. ¿Y en el cine sonoro? —Entre otras. Calamidad con suerte, para la Wamer Bros, con George Arliss y Mary Astor, y La irreflexiva, para la Fox, en la que aparecí junto con John Boles y Joan Bennett, interpretando un papel de «villano». —Hablemos ahora de Hollywood. ¿Qué impresión tiene de él? •—Hollywood ee t^ioo en el mundo y tres veces inmortal, amigo mío. Y como todas las ciudaFortunio Bonanova, con nuestro compañero Hernández Girbal, se hace retratar en des con alma, resulta plena Gran Via madrileña roT. coirik* sugestivo, encantador. Yo no recuerdo de otro punto que me haya im—¿Abandonó entonces el teatro? presionado tanto. Únicamente Milán, en la épo—No; lo alterné con el cine. Y hasta hice una toumée como partenaire de Mae Murray, cuando ca dorada del bel canto, cuando llegaban al Duoesta artista se exhibió por todas las ciudades de mo llenos de ilusión hombres y mujeres desde Estados Unidos a raíz de su gran éxito en la los más insospechados lugares de la tierra soñanpantalla con La viuda alegre. Después de la prodo con alcanzar la gloria artística, pudo comyección, yo cantaba con ella el dtio de la opereta parársele. famosa. j —Es usted entonces un enamorado de Ho—Luego de Sex appeal, ¿qué otras obras esllywood. ¿Por qué? trenó? —Pues no sé. ¿Puede usted explicarse por —On the spot, teniendo como compañera a qué todo el mundo se siente aprisionado por la Ana May Wong, y a bajo nuevo compromiso con simpatía de Madrid? Pues por lo mismo que los hermanos Schtibert. Por cierto que éstos paHollywood. Porque Madrid tiene it, que dice la garon a Miller, mi antegente de cine. rior empresario, la canti^ —^Ya que hablamos de dad de quince mil dólaCinelandia, ¿con quó esres por traspaso de contrellas famosas se ha retrato. Después, en el Tealacionado? tro Morosco, SUenl WüCon m u c h a s ; nes, con Olga Blacanova pero entre todas, y mi gran amigo Lionel quiero destacar los Atwill, y, al fin, como estrella, y en la misma escena, la farsa operetescaNo,
nombres de mis dos mejores amigos Lionel Atwill y Lionel Barrymore. A este eminente actor y al no menos genial Fredrich March debo gratitud por brindarse a ser mis padrinos para ingresar como socio de número en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. —Cuénteme detalles de Lionel Barrymore. En España se le admira mucho; todo lo que él merece, desde luego. •—Lionel es, en su vida particular, tm hombre admirable. Dibuja, pinta y modela maravillosamente. Y es también un hispanista fervoroso. Cuando hemos cambiado impresiones sobre España, me ha hablado con gran conocimiento y con exaltada admiración de la catedral de Toledo, del Greco, de la Alhambra, de Avila, de Granada, de Sevilla. Cualquiera afirmaría, oyéndole, que ha corrido nuestra patria paso a paso. Y no es así. Toda su admiración por España se
Fortunio Bonanova, con Ceorge Arliss, en «Calamidad con suerte»
Fortunio Bonanova, con Joan Bennett y John Boles, en «La irreflexiva»
Bonanova, en «IJI irreflexiva >, besaha mti a Joan Bennet, la bella actriz rubia, de la cual h a sido « p a r t e n a i r e » en varias ocasiones nuestro compatriota
ha forjado al calor de sus inquietudes artísticas y tras larga selección de lecturas. Yo frecuento su casa con asiduidad, y le quiero tanto como le admiro. Para mí es el mejor artista cinematográfico mundial. —Y para mí. —Celebro que coincidamos. —^Usted me habló también antes de su amistad con Lionel Atwill. ¿Cómo es en su vida particular? —Un amigo noble y leal. Todo lo contrario a los personajes siniestros que interpreta en la pantalla. El creador de Los crímenes del museo. El vampiro murciélago y tantos films tenebrosos, 68 un hombre todo bondad. Por cierto que tanto su esposa como él tienen desde hace tiempo la manía de querer casarme. Rara es la vez que llego a su casa y no me presentan a una muchacha con vistas al matrimonio. —Bien. Una última pregunta: ¿Qué piensa de la producción española? ¿Debe hacerse en Hollywood? —^No; de ninguna manera. Aquí, aquí es donde hay que hacerla para que tenga olor, color y sabor. Este, lectores, es Fortunio Bonanova, tmo de los muchos artistas que han paseado por el mundo con orgullo su condición de españo . F. H.-G.
María
Hg^erlh
expresivo
y gracioso,
nes* fué para todas
ha puesto ella,
las pantallas
ha seguido
Marta
su belleza
era ya estimada sin embargo, del mundo.
triunfando,
obstante,
de moda
así en los medios
la consagración, Marta
y sus creaciones Eggerth
y su arte.
segiiirá
Eggerth
Marta
cinematográficos.
el espaldarazo tiene,
siempre
están
que hizo
para
llenas
el público
actriz
de una
Su gran
a la vez, su belleza
cinematográficas siendo
Eggerth,
triunfo
que su nombre y su voz.
de feminidad, la intérprete
fina
elegancia,
en <Vuelan
de un mis
cancio
tuviese un eco de fervor
En sus películas de simpatía de * Vuelan
mis
arte
de después, cautivadora. canciones*.
en ella No
B
on las sionos de los rasciuiolos. ¿Do los rasoiU'iolos? ¡Pero si Nueva York está ya lojos! Es bruma do Plymoufh. Bruma la mañana inglosa. La nioiiia do Inglaterra la mojor dol mundo, dirían los yanquis. Aquí está el Ue de France acabadito de llegai-. La sirena pone un eco catarral en los dtwlis. Yxi cubierta, ^laurice Chevalier. 1 na gorra de visera, una sonrisa, una corbat a do lazo a cuadros, un traje yanqui. .\ >ii •ado, Lucionne Boyer. I-a primera frase de Maurice, al desembarc.u-, lU'MA*
^•sta: .Je préfere renoncer á une belle affnire
d'ar-
9^>d... Maurice no ha podido terminar su frase. ¿La tr;üa preparada? El caso es que aun teniendo presente lu intempestivo de la hora, se han descolgado en el puerto un centenar de admiradores. ¿.Admiradores? Más admir.ulores. ¿Un autógrafo, p.ir favor? Y Maurico firm.i más notas que el duque de Kent el día de su boda. Ademas de Luciennc Bover. regresan a P'uropa con el divo de FJ desfile del amor, Piére Colombier y numerosos artista.* de metros categoría ¡iro- ; te.sional. ¿Por qué abandona usted California? •'^Jh, mon ami' Siempre los mismos films. 1 he quedado amistosamente con todos l<js personajes de Hollywood. .\o es más que ima] divergencia do punto de vista. Dosjniós dol óxi- * df; mi último film - Fo/i>.s Bergére -(!.stimo l'Je un nuevo campo de acción .so aliro para mí en el cinorna. Tengo ríeseos de evolucionar, do progresar, y es[>c;ro quo mis: razónos habrán sitio atepttida.s on Yanquilandia. I'r(;fi (¡ro roiiuinaar a un bello negocio do (Ijnoro, t;omo decía al prin''^>i'>, qiic; H c o p t a r l(,s roles ({Uo no mo |)la<cii. ¿Proy«;ctoH?
•Voy >i pasar ocho días o n l'aris, do donde l u o a Calinos (),ira reposar nn par do mo.sos. Mi "'Obidón o s rodar un gran film por año o i i l'.ins: y IAJ-U o n Hollywood. I'ionso taiiil>i«'n rcíanii' mis oxliibicioiios: i\f canto o n l'r.unia y '^•ros sitios. Anod,,;, ,.| b i , n i , , he .-.iitado aitoiua;-; oaficio,,,.,; i,ii(.v;i.s o n n Locjonno l'»oyor, '• han obtenido un rotundo óxito; v.M.u, posiblo-
monto, me ha ho<;ho resurgir ol placer do cantar 011 público, no ante ol micrófono. V dirigiónd(vc aThomasson, de Ulutron, lo ha dicho: —<íuerido a m i g o : Están ustedes ante un .Maurice Chevalier optimista, feliz do la decisión que ha tomado.
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más leiiorios"
Chevalier afirma que los directores de cinema en Hollywood hacen las películas sin preocuparse ante posibles anacronismos, sin tener en cuenta inexactitudes, irrealidades. Hacen los films procurando adaptarlos a la sensiblería de las mayorías, sin preocupanse de nada más. Y le bu.scan un final dichoso, sea como sea. En Europa, los metteurs son más honrados en este sentido. Se hacen las cintas con sumo cuidado, pro<3urándoles o crudeza en su aspecto hondo y dramático o alegría vulgar y graciosa en los vodeviles. Cuando se logra nn Metrópolis o un Oro, se advierte el sentido avanzado y fantástico de la producción. Están hechas más a conciencia. La lianalidad apenas si se cultiva. IJOS films liistúricos conseguidos por Inglaterra en estos últimos tiempos han sido catalogados por todos los públicos como inmejorables. í'liav.dier dice: Estoy cansarlo de hacer ese tipo de francés blagueur. O de tenorio. Yo creo tener otros asp(!ctos, (jue os mi d(>bor de artista de^scubrir al jiúblico. (.'\(pú d(>scul)id Maurico eso c(mcepto rural do la.s estrellas do ron • ;< |)rovinciano, rpie siempre o.stán hablando do su arte. Maurice, antiguo y otorno boulerardier, pilK^tc y hombro perdido en la graciosa iioliomia parisién se, siento un imíonloniblo dosoo ( K í aristocracias. Y jirefiero el smot.imí al delantal i(uo n o s (Misoñó en Petit CafrJ
\ <'<intjnnai'ión a n a i l e : \\;\rv tiempo qne lioscaba volver a mi manera de traJ>aj:u, do ul.odecor a mi tomiiera-
moiito artístico. Y luego, ¡a París! Familia, descanso, ri.sa. Y hacer {úmadcchez nous. ¿Usted comprende? Luego habla Maurice de los triunfos de Lucienne por tierras de Canadá. Ahora, a las orillas de Saint-Lazare a el \ iejo cancionero francés.
resucitar
í'ii iros líneas N o t i c i a s on tres líneas. De l'aii> y de .Alemania. Muy breve, sí, señores; nada mós que para englobar estas cosas de Chevalier on las iiltiniapalpitaciones del cinema europou. Fritz Lang, el extraordinario realizadni germano, parte a Hollywood. Su primera película será Infierno flotante, en que ha de intervenir la actriz alemana Aera Engels. .lean Giraudoux, el dilecto literato t trabajará pronto para el cinema. Desinu.- nei éxito de su Siegfiied, en la Comedia de los Campos Elíseos, hará una ndaptaeicMi <le osa obra para la pantalla do plata. FA hombre de la oreja oculto os una cinta hablada on francés quo so acaba do ost roñar on el Olympia do París. Uumanco do Kdinond About, en que surge ol bravo coronel quo Napoleón envió portador do una orden, y (]uo fué hecho prisionero do los rusos. En ol Cinintráii so pasa ou estos días un ilocumental do interés: Fútbol, comentado por .bloques Mirosso. En ol Marivaux. la pimiuceitin del a u e : Lu
dicha.
Broaduaij
Bill on ol CiiuMii.i lie los (."ani-
j)os lOlisoos. Y on i'l Washington, (¡iu'jier Koeors. Xormaii l'\)stor y (!ooii:c Sidney. i'u l.i produceiúii luí fin h\iniiiiiir. Ll is o... .M.DAr/l.A
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VILLASUJL. Rafael MEDINA. ForiunioBONANOI/A. Arluro DUARTE. Casfro-BIANCO.
l i e aqui a Ixiretta Voung y tiu hermana Sally RIane. A juicio de cKlaúltima, l>oretta es buena, inteligente y artista...
hiciera mal — lo q u e reconozco que sería m u y periodístico—, como envidia. Y francamente... Sally Blanc, la hermana de Lt>rctta Y o u n g . dice:
— 8CA8EAN y a en Hollywood los temas verJ daderamente cinematográficos. Agotadas las interviús más o menos imaginarias, las biografías impuestas por el director de publicidad y los consabidos artículos a base de lo que comen, lo que aman y lo que gastan las estrellas, los periodistas destacados por los grandes rotativos no saben qué hacer y a para servir un nuevo plato a sus clientes. Ahora, un hebdomadario de California interroga a varios artistas—unos en activo, retirados forzosamente otros—, y que a su vez sou hermanos de algunas figuras del cinema, acerca de lo que opinan de ellas como actores y, lo que es más enojoso, como persouiís. Y he aquí—traducidas y esquematizadas por este «seguro servidor»—algunas de las respuestas recibidas.
que la gente busca y encuentra en los films de mi hermano. Al menos ésa es mi opinión; y aunque a él no le agrade, se la he repetido algunas veces. De Wallace, como persona, prefiero no habltur, y que cada imo interprete mi silencio del modo (jue mejor le parezca. Pero de hacerlo bien, se! tonmríü óni'-íimente como cosa afectiva, y si lo
dramática q u e lleva dentro. Y es difícil que lo logre si no cambian mucho las cosas, porque los roles de ingenua, dentro de los que se la h a catalogado, resultan de una monotonía agobiadora. En cuanto a su carácter, es algo caprichosa; pero buena chica, al fin y al cabo. ''Charlot", visto por Sidney Chaplin
El desaparecido .N'oaeh Beery habla de su hermano Wallace —Creo francamente que Wallace es un formidable actor; y aunque a la hora actual, como es de dominio público, estamos distanciados, no es ello obstáculo para que dentro de mi modestia como crítico le considere uno de los pocos prestigios que hay en Hollywood. Para conseguir lo que él h a logrado, no obstante su facha nada cinematográfica (al menos en lo que por taJ se entendió hasta hace >oco tiempo), es preciso valer mucho, trajajar más y no desmayar un instante. Hay también que tener presente que mi hermano «no se ha encontrado a sí mismo» hasta hace algunos años. Ix»s papeles cómicos que interpretó al principio de m carrera y los que llevó a cabo en una segunda época que todos conocemos, no han sido, sin embargo, una remora para él, como opinan algunos. Precisamente la dualidad de aquellos n'ilefi con los que ahora rueda son los que le proporcionaron esa flexibilidad, esa «cosa especial»
—Si no se rieran ustedes, diría que l o r e t t a , más que una hermana, y a pesar de los d o s ú n i c o s años que nos separan, es u n a «hija» p a r a mi. Fueron mis razonamientos l o s que la convencieron para ingresar en los Eistudios, y fui yo, dentro de la modestia de mi personalidad, quien consiguió de Firts National su primera contrata. Creo, sin embargo, que Loretta no h a conseguido a ú n el papel en que destacar 1 a f i g u r a
—Ya estoy harto de oír decir que mi hermano es no sólo el mejor actor del mundo, sino también la figura del siglo, con lo que, como es de sentido común, no puedo estar conforme. Mi hermano es, há sido y será un gran actor, un formidable actor que a su talento natural ha sabido añadir la virtud de no prodigarse; pero nada más. Y conste que con ello no hago sino opinar de la manera que le agrada. De eso a querer presentarle como un conejo de Indias, en el que ensayar doctrinas raras, hay más de un mundo de distancia. Charles, en contra de lo que mucha gente cree, no pretende, ni h a pretendido nunca, ser un intelectual del cinema La quimera del oro, en mi opinión, y teniendo en cuenta, como es lógico, la fecha en que fué realizada, sigue siendo su mejor film, dicho sea sin ánimo de molestarle. Como persona, es encantador, sobre todo con las visitas. "Ciiarlot" habla tle Sitlnt^y —Haciéndome caso por ima sola vez en su vida, Sidney ha renunciado, creo quo definitivamente, a seguir actuando en la pantalla, y con ello queda explicada mi opinión sobre «su arte». De mi hermano, como persona, no puedo decir nada; estamos tim próximos, que ese mismo motivo dificulta nuestro nmtuo conocimiento. Pero no quiero opinar mal de él.
Norui* y ConHiance raimadle t a m b i é n - c llevan eoniti hermanai. que Mun, y tienen una d e otra un concepto excelenir. Kn eaU foto aparecen, la primera, eon (.ilberi Itoland. y la «efunda, con -o espono. Towusend Neteher...
El error de John Barrymore, sr^ún Lionel —John ha tenido como actor una épo-
ca francameate detestable, que pudiéramos llamar la del «niño bonito». Película en la que quiso presumir, es película que no le ha servido para adelantar un paso en su carrera. No me duelen prendas, y por eso no he de ocultar ahora el mal efecto que me produjo su actuación en algunos films, que no quiero nombrar. Afortunadamente, las cosas han cambiado de algún tiempo a esta parte, y John ha sabido zafarse de aquellos ridícuos papeles. Sweñgali y El ídolo, por ejemplo, films modestos por varios y muchos conceptos, son, en lo que a interpretación se refiere, de los que me agradan más de él. Y es que, aunque parezca im rasgo cómico, en cuanto se deja la barba parece más actor. De las películas en que hemos trabajado juntos, prefiero Grand Hotel, ao obstante su poca consistencia argumental. V John diee Ae Lionel... De los hermanos mayores hay que hablar siempre respetuosamen+o, aunque no sea más que por aquello del privilegio de la edad. Y ahora, más en serio, diré que Lionell, juuto con Beery y algún otro, son los más completos artistas que tiene hoy la pantalla america-
lohn Barrymore y Lionel B a r r y m o r e emplean la dialéctica más sutil c u a n d o hablan uno de otro, y en ella se escudan para no decir lo que realmente piensan...
E l desaparecido \ o a c h Beer)\ h a b l a n d o de su hermano Wallace, cuya es la foto que os ofrecemos, decía que si bien le adm i r a b a c o m o a c t o r , prefería no emitir juicio sobre el concepto que le merecía como per-
na. Eato no es obstáculo para que exprese la creencia de que mi hermano repite con exceso algrmos tipos, y que ello, aunque no sea culpa suya y si de quienes le reparten im dia y otro idénticos papeles, puede llegar a perjudicarle con el tiempo. £ ^ viejo adusto malhtmiorado y atrabiliario lo h a hecho ya muchas veces, y es hora de enterrarlo bastantes metros bajo tierra. Por lo general no me agrada trabajar con él en ningún film, pues mi hermano, que posa aun más como director que como actor, se pasa toda la actuación dando consejos, y como conmigo tiene confianza... De mi hermana Ethel no quiero decir nada, porque hace y a bastante que se retiró de la pantalla. Un espectro del einema. Constanee Talmadge, habla de otro: su hermana Norma Mi hermana Norma no fué comprendida en Hollywood. Es cierto que logró buenos contratos y que realizó muchos films; pero su labor pasó inadvertida para algtmos que no quisieron o no pudieron comprenderla. Lo digo ahora sin rencor para nadie, cuando se halla retirada definitivamente del cinema, y haciendo caso omiso del apellido familiar. ^ Prueba de ello es que no tengo inconveniente en decir que Richard, mi otro hermano, dista mucho de ser uu buen actor. MANUEL LÁZARO
^
a
¡Hay que
comer menos!
L
A actualidad cuaresmal nos brinda hoy una oportunidad magnífica para J dedicar esta crónica a un tema de tan alto interés para la mujer como la alimentación. La Cuaresma, todas lo sabéis, en las lejanas épocas en que se observaba con saludable y confortadora fidelidad, no era, tanto como pudiera creerse, una cuestión religiosa, sino más bien un precepto de higiene que la Iglesia obligaba a seguir. Si en aquellos tiempos se observaba durante cuarenta días una severa y rigurosísima abstinencia a seres que carecían de los actuales refinamientos de la mesa, que sólo nutríanse a base de carnes toscamente asadas, que ignoraban el delicioso sabor de incontables frutos, y que, sobre no alimentarse del modo refinado que puede hacerse ahora, veíanse obligados al ejercicio muscular indispensable para trasladarse por sí mismos de un lugar a otro, ya que no existían sino limitados y rudimentarios medios de transporte, ¿hasta qué punto no sería preciso extremar hoy aquella rigurosidad en el fiJimento? Se hace, pues, indispensable, acatando el apostolado de la belleza por la salud que hoy realizan en todo e mundo los médicos especializados en esta disciplina, repetir una vez más a nuestras lectoras que se alimentan con exceso, y que, por su pi-opia conveniencia, se hace precisa ima pronta rectificación en tan pernicioso hábito, A partir de los veinticinco años, cuando no se realiza cotidianamente un trabajo rudo, ni se cultivan con asiduidad los deportes, es suficiente para conservar la salud en buen astado una alimentación equivalente a treinta calorías por cada kilo de peso. A buen seguro que muy pocas de nuestras lectoras observan con la debida escrupulosidad esta regla, y ello nos lleva a aconsejarlas que caria año, al llegar la estación primaveral, -e sometan a una cura de baja alimentación, p^)l
Arriba, a la izquierda] Jeán Harlow ea «sorprendida» por el fotófo en el m o m e n i o salir de la piscina instalada en su residencia particular y en la que cultiva la natación, s u deporte predilecta
r
A ia derecha: Silvia Sidney dedicada a las atenciones de su cotidiano maquillaje e n el «boudoir» de su «bungallow». Como e • sabido, Silvia Sidney es una de las artistas que m e n M se pinta <para la ealie»
Ksta bella «girl» realiza unos ejereieio» de gimnasia rítmica antea d e t o m a r s u diaria ahiurión. Su cuerpo e s cultural evidencia que el método que emplea para la conservación de 8U belleza es positivameuUíMaHL^.
asi decirlo, durante los días correspondientes a la Cuaresma. Claro es que decir baja alimentarión no significa comida desagradable, ni régimen demasiado severo, ni supresión de todo lo que es grato al paladar y a la vista. Hay que establecer una sensat a distinción entre la palabra «régimen» y la alimentación intolerable. Observad, después de un convivio, el rostro de los comensales. Casi todos, más o menos acentuadamente, acusan signos evidentes de leve pero indudable congestión. Pues bien: esa congestión, casi imperceptible, determina un fenómeno gravísimo: el exceso de trabajo a que se somete durante unas horas al corazón. Mientrala sangre afluye al estómago para facilitar la función química digestiva, la actividad de las demás partes del cuerpo languidecen, y si la digestión es lenta, penosa y difícil, esa falta de riego sanguíneo, al prolongarse, repercute principalmente en el cerebro, donde puede llegar u determinar una atrofia de consecuencias gravísima.e imprevisibles. Aun cuando el tema, por su alto interés, ha sido tratado extensamente centenares de veces en libros, periódicos y revistas, queremos "brindaros una oportunidad para que vosotras mismas comprobéis la perjudicial influencia que ejerce en el organismo una alimentación copiosa e inadecuada. Vn día cualquiera, aquel en que os halléis en la mejor disposición de ánimo, cuando advirtáis que vuestra salud es perfec;ta y os sintáis en plena posesión de vuestro propio control, sentaos a la mesa y haceos servir un m-nú copioso y fuerte. Al levantai-os, os encontraréis pesadas, m<ilestas, incapaces de la menor a<;tividad. Si os hablan de dar un paseo, rechazaréis la proposición y, finalmente, os rendiréis al deseo de reposar la digestión con un «sueñecito». Pero si, por el contrario, hallándoos en la misma fa-
Early Madelyn, además de ser una auíéiitica belleza muy personal, es una danzarina admirable, l.a p 'rfección de sus líneas hace pensar que también el baile es un admiraV ble sistema de educación física...
Esta icentil murhacba sonríe al fotógrafo desde su original bañera de marmolina ne^ra y cristal transparente... Kl cuerpo de la deliciosa muchacha adquiere, al ser contemplado así, inéditos encantos
orable disposición de ánimo os sentáis a la mesa y vuestro mevú consiste en un poc:o de asado, alguna legumbre verde y un poco de fruta, sin más aditamentos—ni siquiera pan, y mucho menos vino, alcohol ni café—, ¡qué ágiles, qué bien dispuestas os hallaréis para cualquier trabajo, cualquier actividad que solicite vuestra necesidad y vuestro placer! Plasta aquí hemos tratado el tema en su aspecto esencialmente higiénico, ateniéndonos a la finalidad perseguida por la implantación del régiemen cuaresmal; pero con ser este extremo de sumo interés, existe otro que entra de lleno en los postulados de esta Sección, y que se refiere a los trastornos que puede determinar en la belleza de la mujer la alimentación frecuentemente excesiva. Uno de ellos, eí más terrible, el más grave y k el más temido de cuantas estimen y anhelen consei^var la ^ esbeltez y perfección de sus líneas, es la obesidad. Existe, claro es, el derecho de opción: podéis elegir ^ . entre satisfacer en toda su peligrosa plenitud vuestra gula, con su inevitable secuela de renunciamientos estéticos, o bien conservar vuestros encantos y vuestras seducciones, y aun acentuarlos por medio de una a l i m e n t a c i ó n so,t ^ „ bria, disciplinada y pruMam^^^^ dente.
II
ArriliH: Juáii M«ii<t<-, la a r Iriz admira ble d e la be lleza serena y arisloerútieii.qneenrarna en «Ambirión". las iiiagnifieeiieias d u r a l e s d e la c o r t e d e Wiintenibiirit
V.n el círculo: Li llian Bond. la lon dinense r e s c a t a d a dr Hollywood, don de alcanzó, sin ayu da de nadie, lo sgalones de e s t r e l l a , formará en el elen co de caras bonitas q u r la G a u m o n t British ha reclutadu
Abajo: Krancis I l a y . 1(1 «vampiresa oficial> de M tiauniwnt B r i t i s h . Ilealfl bra d e r o m p e y i M l i g M alta, llena, eufórica, l í i M ra rumo una fuente, c4n m o u n a alborada, coMM u n a tempes tad...
H
vt'K algunas semaníis, en una de las sesiones de fine retrospectivo que, jiará solaz do los buenos afioionallos, organiza GECI, se presentó un film relativamente niodcrno, acogido en ?u (liii como una película señera. Todavía recordamos la impresión que nos produjo ese film en 10:K1. Lo reputamos entonces inmejorable, y muchas veces, en nuestras notas críticas, nos hemos referido a él como ejemplo de Ijuen cinema. La excelente impresión que nos produjo persistía con el tiempo, y tal vez se iba agrandando con el prestigio de la leyenda, porciue en la historia cinematográfica, tan vertiginosa y tan fecunda en conquistas técnicas, un lustro equfvale a un siglo. Fuimos con despierto interés a ver el film, y, francamente, nos decepC'ioiió. Había cierta rigidez automática, algo de lalsu y convencional (pie enfriaba ol entusia.sino; 'as imágenes, en vez de deslizarse, brincaban, conio si en algimos momentos quedara rota la persistencia de la visión y hubiera solucit'm de c-ontinuidad entre los fotogramas, (•-Y esto—pensáliamos—nos pareció perfecto hace cuatro años? Hoy no resistiría la comparación c(jn una película anodina recién salida de los Estudios. Curiosa experiencia que hemos podido cornprol)nr en otros muchos casos, y para citar uno excepcional, en el de íxw Nibeliingoa sincroniy.jidos.
l*c atpii deducjamo- inie el cinema, en su
D a n i r I Ir Da rrieux y Albert Préjean en «l)eile», q u r s e r á p r r s r n t a d a ru Madrid el Sábado de ('.loria
marcha incesante, s e su[)era a si mismo y, como el fuego, avanza, dejanclo detrás de sí, p r i m e r 3 , llamas; luego, resco do, y, por último, cenizas, X o vale la j i e n a volver la cabeza; el espectáculo v a delante. Y esto, cpie técnicamente es u n a verdad, queda desmentido e n Rey (le reyes, film producido hace nueve años, y, a juzgar por su factura, la última obra de u n Cecil B. de Mille más inspirado y elocuente (pie el de El signo de la Cruz, e infinitimiente más razonable y escrupuloso, más intuitivo y observador, (]iie el de Cleopaira. U n Cecil B. de Mille que, sometido a revisión, se agiganta a nuestros ojos, e n v e z de amenguar, e n los discretos valores (pie le concedíamos desde el advenimiento del cine s o n o r o . Rey de reyes sigue siendo u n film actual, p o r el que el tiempo h a pasado sin dejar huella visible. Ni la técnica, ni el trucado, ni el ritmo de la accii'm, ni el jilastiei.smo de las e s c e n a s , ni el mo-
l n a sufjerriilr f o t o d e «i;a>lo Bravo», rl |>rinirr íiini sonoro portugués, editad o p o r 11. lia 4 Costa
vimiento de multitudes, ni la agilidad de la cám a r a , ni el sereno verismo de la interpretación, ni la sobria eficacia «le los efectos dramáticos y i c c u r s o s técnicos, tienen n a d a (pu> tMividiar a las
producciones d e última h o r a . Si los personajes liablaran, la crítica m á s exigente n o tendría r a zones serias para establccei-diferencias entre e s t e
film de De Mille y el ñltirao de Stemberg, por ejemplo, y, en buena cronología aiti.stica, aun tendría que considerar más reciente Rey de reyes (]ue Caprifho imj>erial. Esto en lo que se refiere a las virtudes técnicas consideradíis a la distancia de dos lustros o poco menos. Porque no es ocasión de hacer un análisis del film, bien cont)CÍdo del gran público. Sólo queremos subraviU' la unción religiosa con que De Mille ha evocado el drama que, para él privadamente, será auténtico o legendario; pero que para el director no podía menos de ser divino, de acuerdo en esto con la doctrina estética de nue.stro Ganivet cuando escribía: «Zorrilla era un «liombre de ideas avanzadas», y fué nuestro cantor tradicional; Alarcón era un escéptico, y escribió como un creyente. Las ideas negativas no sirven para el arte.» De Mille, artLsta, al glosar en la pantalla los Evangelios, procede con la fe de un cristiano fervoroso. En la interpretación, como en los Evangelios, hay una figura todo luz, a cuyo lado los más excelsos espíritus son sombras. Henry B. Wamer, el protagonista, sabe ser un trasunto de esa luz. El Jesús que encarna parece nimbado con reflejos divinos. PALAOO DE LA MLSICA ".María Luisa de .Vustria" El protagonista de este film es Napoleón, presente e invisible en todas partes, como Dios;
Alice Faye y Lew Ayres en una escena de «Aprendió de los marineros»
Cary Cooper y Franchot Tone en «Tres lanceros henjcalíesi
y su ritmo, acompasado en versos que no se oyen. Karl Hartl es el director. Paula Wessely, buena actriz siempre, no llega ou esta ocasión a los primores de intcrpremción que en Mascarada. Willy Forst vale más como director que como actor; en este s(»gundo aspecto es uno de tantos galanes; dirigiendo, en cambio, no tiene rival en la evocación del ambiente vienes, frivolo y galante, que precedió a la Gran (Juerra. Lo mejor de la interpretación es el .Mettemich de Gustavo Grundgens.
Oíros estrenos pero como un Dias que negara, además, el libre albedrío a sus criaturas y las manejara a su antojo. Así, los personajes de la farsa: damas, cortesanos, guerrertís, príncipes, reyes, son muñecos que giran en t o m o a una voluntad omnipotente. Sólo dos personajes, Mettemich y Talleyrand —la diplomacia que se dobla, pero no se quiebra—, mantienen su carácter y logran sus designios. Tal vez son ellos los verdaderos héroes de la acción, a quienes Bonaparte obedece en definitiva ¿No dijo el propio Napoleón que Talleyrand, después de venderle el Directorio, le vendió a los Bí»rbones? Aunque adaptado a la verdad poética, y acaso por ello mismo, el film es una bella lección histórica de la triste realidad eurojiea allá por los años 1810, cuando nada en el mundo de la política se movía sin la voluntad del Corso. La realización, un poco lenta y minuciosa, por(pie la trama sencilla así lo exige, es irreprochable, re<!reándose en deliciosos exteriores y en escenas deitorativas de gnm belleza plástica. Si se nos [)ermite la ex[)resión. diremos (pie la imagen en fíSte film tiene alma literaria, y [)ara disimularlo se viste de sensorial o.stentación: gasas y blondas de l u c e s ^ j a i el íondo^ la comedia lírica
En el Capítol, Era Capri nació un amor; en la Prensa, Se necesita un protectin-; en Rialto, Yo no quiero irme a la cama, y en el Fígaro, As de owes. La primera, ñoña, con letreros en esperanto o algo así; la segunda, como metida en interiores, un poco aburridilla la pobre. ¡Señor, con lo bien que sienta un paseo al aire libre! La tercera, alegre de genio y dispuesta a hacer todo lo contrario de lo que su titn lo indica, y la cuarta, un pini pam-pum trágico, en el que i a pólvora es la protagonista, Y el todo de esta charada, mediocridad. ANTONIO
(;r7\r\V
\fKHIXO
R a f a e l H u r t a d » . prota;;oiiis<ti d e l a p r o d u r r i ó i i n a r i o n u i «¡Los hijos inandHii!-
I n la Sulíi
O
ií(;amzai)a
por
la F. C. C. A.. sp celebró la primera sesión de su Concui-so interclubs, Concurso en el cual, según las bases, deben reunirse las seleí'ciones de los mejores films de rada club. Pero en la piáctica se tiene más en cuenta el número (le films que su calidad. ¿Por (jué usan y abusan de la palabra «selección» cuando se llegan a incluir films '1'» premiados en sus Concurso.-; sociales? ¿No es esto un engaño para el público confiado '¡ue *paga» para ver real'iionto una «.-«elección»? Priiiuetemos. no ha'>lar más de defectos, excusables todos—como lo demuestran con rara habilidad algunos crítii'os—^, y h a . c i n o esta promesa porque está muy lejos de nuest r a intención el menospreciar esfuerzgs dig nos de encomio; pero (pie, aprovechados y esgrimidos por intereses de grupo, se convierten en vergonzosas armas de defensa y ataque. No. No hal)laremos más de defectos. Y lo pronietemos j>ara exigir una lealtad que no .se ha tenido el valor de iniciar. ¿Por (pié coniliatir la organÍ7,aci(>n de Concursin previa selecciim, como el del C. K. de C., a base de proyectar todos los filmpresentados, prueba evidente de la buci^a fe, con entrada gratuita y fallí' l"'sterior, con el argumento de tp'' no se del)cn enseñar los films malos, si. más tarde, en otros Concursos con «se lecci()n»—c:omo el de la F, C. C. A.- > gian j.ublicidad también vemos filmmalos con las agravantes de no se: 'néditos V de [)agar tres pesetas por sc-
film «Kl
v i i i O ' . (If
I
ii»-liin l'íTrr
conspiraciones. Pero no bastará tampoco en sonreír eternamente si las manos no dejan de trabajar por debajo de la mesa. ¡Alto, señores! Manos limpias. Y un apretón sincero (pie impida desvíos. Y para iniciarlo, alargamos nuestra mano a todos los verdaderos amigos del cinema amateur. Hablando de los fihns proyectiwlos en esta se/lón, debomo.s hacer rc¿alt-i'- ' 'li'' '
Ha sido fijada ya definitivamente la iecha de la única sesi(ín púl)lica (pie la ."^eccii'in de Cinema del C. E. dt; C , organizadora del cuarto Concurso de Cinema «.Amateur», ofrecerá a ios amantes del .séptimo arte. Esta sesión estará ( ompuesta por una .selección de los mejores films premiados al Concurso, selec<i('m que, como el año anterior, la estndiai-á el mismo Jurado del Concurso. Kl local donde .se celebrará esta única sesión es el Fémina, de Barcelona, el día 80 de Abril por la noche. La próxima .semana daremos ¡mis detalles de esta interesante scsi('in tniiuteur.
o di.sgustos, (pie de tod^
«le grupos, nada ganará con la '•'"•>straei('(ii púhlica de apetitos y d e
Dos films inéditos se proyectaron tamiiién en esta sesión, no conrriliaycndo con su calidad al inter(\s deseado, no sólo por los organizadores, sino por todos ios amantes del cinema amateur. P'stos fueron Diutre el box y En el c(na~ón de .ira(pn. Los demás films proyectados, comentados oportunamente cn (wasión de otras sesiones, fueron los siguientes: Turistas a Mallorca, Ln pexi-u del mero, Ijhome que jo he mort, .4'robafwwif aeri v .V 4. DoMiNoo CIMKXF:/.
Xoticiario amateur»
Oeenios necesario que de una vezpa'a siempre sepamos corresponder leal "nente a la confianza que han deposi- ^ 'ado en nuestras pluma.s. Rs peligro.-. -¿^ ')'ivar el fuego con soplos malinten' ¡"JUados. El viento es caprichoso, y mu 'has veces se gira contra no-sotros mimos. Es una reflexión (pie brindamo.'me.stros comjiañeros de Prensa. ¿No • '•"mico el esjicctáculo (pie oírecen, depues (le pronuiter la gloria, de tener tpe pasar hjs mil equilibrios y dar la cuiji, proyector si la pretendida gloria \i< más que nucstracotidiana—péroam 1 ' á - v i d a terrenal? , Insistimos on nuestro ¡iroptSsito de m J"!íuetear con ideales. >Si el cinema umn ^ j.*"" tif-ne ([ue ser algo más (pie pura- ^ div(;ivsi,„„,„
film de Ignacio Salvans ('(mcierto Costa. Realizado con toda meticulosidad, y siguiendo un )laii previamente estailecido, logra este film un gran efecto. Es un completo reportaje de un concierto del gran violinista, e x p l i c a d o desde su prepaiación hasta las sugerencias que la música germina en la inspiración de una muchacha. VA defeí'to del film está precisamente en las sugerencias visuales de la música, sugerencias (pie no son otra cosa que una copia exacta de escenas del film Vuelan mis canciones. Los mismos camjios de trigo. Ia misma ea|)illa al margen del sendero. El autor (^s consciente de esta imitación, y carga la cidpa a la mentalidad de la muchacha, a ia (pie la música del .4re, María, (le Schubert, no le dice nada más que lo (pie ha \ isto e n in cinema. Nosotros, empero, cargamos la culpa al autor.
Del film
Mx-JHs». «le Juan PraN
Han empezado ya sus rcuniniu- ios delegados de los Clubs de Cinema (>.\iiiat( ur» liara tratar de la selec( ion de íiims (pie e n ie|ires(>iitación de nu(>stro país delien coucunir i i i el i\' Concui-
so Internacional del mejor film «Amateur» 1935. En este Concurso, que cada año se celebra en una nación distinta, cada país participante sólo puede inscribir un solo film por cada tema y tamaño de pelicula. Es, por lo tanto, ima verdadera selección nacional la que cada pais manda al Concurso. Por eso esta selección la fijan los delegados de todos los Clubs. De aquí el valor de este certamen, verdadero campeonato mundial. • • Como saben nuestros lectores, el IV Concurso Internacional del mejor F i l m «Amateur» 1935 se celebra este año en nuestro país, y la organización se ha conferido al Club decano, la Sección de Cinpma del Centro Excursionista de Catíüuña, los activos elementos del cual han preparado con todo entusiasmo un vasto programa en honor a los- delegados extranjeros que tienen anunciada su vi.sita. Las naciones concurrentes en este Concurso pasan ya de veinte, entre las cuales no faltan los países americanos y el Japón, el gran favorito de todos los Concursos Internacionales. • • La importancia del Concurso Internacional de Barcelona quedará aumentada por el hecho de celebrar conjuntamente el Primer Congreso de Cineastas «Amateur», en ol cual deben estudiarse múltiples aspectos de interés para el me-
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desenvolvimiento del cinema amateur. • • Una nota muy agradable para nosotros es el nombrimiiento de delegados para el Jurado de Selección nacional de todos los Clubs existentes, demostrando con ello un buen sentido de colaboración que esperamos continuará sin interrupción, lio aquí la lista de estos Clubs: Sección de Cinema del Centro Excursionista de Cataluña. ídem del Centro Excursionista del Valles. Ídem del Centro Excurs¡oni.sta del Bages. Ídem de la Unión Excursionista de Badalona. Iden A. C. A. del Foment de les Arts Decorativos.
ídem de Amics de ij Arts, de Tarrasa. ídem de la AsociaciJ (le Alumnos de la Escuí la de Bellas Artes. ídem del Ateneo l'A ciclopédico Popular. ídem del Ateneo Pojí' lar de Gracia, ídem de la Asociadde la Unión Industrial. Asociación de Cinema «Amateur», de .Matar Cinemátic Club «Amateur». Agrupación Pro-Cinema, de Tarragona. • • Con gran entusiasmo se celebró el banqin en honor al Jurado del Cuarto Concurso de < nema «Amateur», ofrecido por la Seccií'm de » nema del E. E. do C , crganizadorcs del Coneiii so. En el mismo acto se hizo entrega a los cinea--' ^ tas de los premios otorgados, resultando uní fiesta en extremo agradable por el buen hum"' de que hicieron gala los comensales. El baníiuc / te tuvo lugar, como el año anterior, en el n taurant L'Art.
Boca Seductora Kwyi su Color Natural SIN R E C A R G A R L A DE P I N T U R A AHORA, usted puede dar a sus labios el color vivo Y atraYente que los hombres admiran... Evite ese aspecto repulsivo que tienen los labios recargados de pintura... Use TANGEE. Se diferencia de los lápices corrientes porque no es pintura. Está basado en un principio científico que le permite intensificar el color natural de sus labios. TANGEE cambia de color. En la barrita es anaranjado, pero apliqueselo Y verá cómo cambia de matiz hasta que adquiere un tono grana encantador. No deja rastro de grasa o pintura... Ade- . más, TANGEE suaviza Y protege, i También hay un lona oscuro: El Theatrical.
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Olly Cebaner, la deliciosa artista vienesa, incorporada a la producción española
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SIN RETOQUE: Los labio» si¿ toque casi siempre parecen^ cixilot T aveientan el t"*^ PINTADOS: ETÜe el p»»^ A los hoi»' Íiintarrajeada. at desagrada este aspecto CON TANGEE: Se arira «'' lof natural, realxe la belU»" arita la apariencia de pi"'*
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iiARiiiís Laughton apenti* tiene «nás de treinta v ' cinco años. Sin embargo, su gordura le hace aparentar más edad. El Emil Jannings inglés—K. comparación es y a un elogio—es, fuera de la pantalla, un hombre culto, agradable, de palabra reposada, de maneras corteses y cordiales. Falta en él, sin embargo, por aquella misma gordura, la atracción física. No importa. La crítica, con una unánime coincidencia de juicio, le considera uno de los actores más completos. Su Vida pñvada de Enrique VIII marcó la plenitud de su arto magnifico. ¿Recordáis a q u e 11 a cinta suya, Entre lá espada y la pared, con Tallulah Bankhe.id v Gary Cooper? El público comprendió inmediatamente que el hombre que habia podido llevar a cabo caracterización tan sorprendente y exacta como era la del capitán del submarino, medio loco, coArribaí Vn gesto a d m i r a b l e de Charles {.aughton, el gran actor ing l é s , c u y o arte t r i u n f a universalmente a través de la pantalla aonora.^
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l i l i \ vengativo, no podia ser un cualquiera. Fué m acierto dar a Laughton aquel papel para sus comienzos en la pantalla, por separarse absolutamente de •s tipos ya clasificados que a diario vemos encamados por distintos actores. Requería una técnica sutil y compleja, que el-gran artista inglés maneja a la perfección, ¡l'or esto Laughton pudo salir airoso de caracterización ii difícil. En El signe de la C* ¡t. iia encamado a Nerón, el César degenerado y ' i que precipitó la caída del lia; rio cou sus debilidades repulsivas. Aunque salten a la vista los encantos y atractivos de las otras estrellas más conocidas del público que aparecen en el reparto de la obra, es Charles Laughton a quien recordamos con insistencia mucho tiempo después. Inconscientemente nubla la labor de los otros veteranos de la pantalla, y por ello dicen 1 o s críticos norteamericanos que si h a y un hombre capaz de
Laughton es un dev o t o a m a n t e de la vida del hogar, y gusl a d e r e p o s a r , con su esposa, junto a la chimenea de su <bungallow»
Charle» l^aufchliiii y su esposa KIsa l . a n r h e s l e r , que ruuiparlió con el gran actor las virisitiiiie» y las ambiciones de I a farándula en los días inciertos en que la ((loria y la fortuna se les mostraba e s quivos, s o n r í e n ahora s a t i s f e c h o s del triunfo...
He aquí la silueta •le Charles Laughton. el !\erón admirable, e l Enrique N'lll genial. Ei gran artista, rn suma, qur conquistó, con su arte personalísimo. una celebridad poras veres lograda...
iflio^^*' ^' J.'"®"*^*' ^® Emil Janning.s en el mundo cinematogi-áfico, y que perdió j>or .-i al implantai-se la.s películas sonoras, es él. f aspecto físico, se parece el gran trágico alemán, y aunque se siente orgulloso por la comjiaración, prefiere se le fafñliten oportunidades de labrarse su propio prestigio a ser (nmsiderado «otro imitador», a 8u"^ bombre nuiy conservador, como buen inglés. Gusta poco de hablar o autorizar comentarios con respecto Xort ^"^'^ privada. Desde que se trasladó a Hollywood vive en una sencilla y amplia casa, enclavada en la parte aera/? r^^** elevada de una de las altas lomas que dominan la ciudad. En torno suyo el ambiente es risueño y '*if>le, y los que tienen la suerte de poder llegar hasta su casa gozan de su charla fácil e interesante, salpicatent ^ ^""^cdotas divertidas, atrevidas a veces, que parecen recuerdos arrancados de sus propias e.xperiencias en el lomlinense. •Hieo'^f f'harles Laughton la nueva técnica dramática que echa por tierra el estilo exagerado del viejo arte mícual • '''^^ ^' ^^^^"^ ^"^ necesite de afeites y luces para sugerir la idea de que sufre una gran emoción (de prof^^^If'^ clase que sea) no es digno de llamarse artista. El verdaxiero artista, insiste, tieiie que sentir en lo más per.s' ^" espíritu aquellos sentimientos que su papel le dicte, tiene que compenetrarse de tal modo con su Ronist^'*^^ que lo viva en todo momento, tratando de olvidar su propia personalidad y penetrar en el «yo» <lel protay ,^ ha de desempeñar. Sólo a.«í puede reaccionar en la forma que lo hubiera leclio, sentir como él mismo M'^'^I'* cabo las menores características del individuo que ha de encamar, hrroia ''"^hton -Charley para aquellos que son de su intimidad está casado con Elsa Lanchester, bellísima pejeres ' ^V^^ trabajó algún tiempo con él en el teatro. Sus favoritos de la jiantalla son: Greta Garbo, entre las muy -lackie Cooper, entre los hombres.
lina expresión de Pamela Ostrer en el p e I de Noemí, la h i j a d e l j u d í i r Suss, en la admira ble película de la Gaumont British, en la que la joven actriz millonaria se consagró c o m o e s trella de excepcio nales méritos
Pamela Ostrer, an tes de pensar en de dicarse al cine, con trajo m a t r i m o n i o c o n Roy Kellins, operador de los Es tudios Gaumont British. He aquí al matrimonio en una reciente foto, obte nida al terminar el rodaje de i Ambi ción»
^ 8 corriente que las estrellas consagraa*l)Qg _J vivan como millonarias, por lo menO*!|mj mientras les dura la juventud, la bellez^ag^ el éxito y los pingües contratos. No es tan fi^j cuente el caso de la millonaria que se dedica ' y cine y llega a ser estrella. am Miss Pamela Ostrer es hija de Mr. Mark C^ria trer, presidente del Consejo de Administracií'fot, de la Gaumont-British Picture Corporation, ^JÍQ Londres, la gran productora inglesa que en <l*llei temporadas se ha puesto en primera fila, asoflíoeg brando al mundo cinematográfico con obrjt ] como Yo he sido espia, vulgarmente llamada "[rej, pelicula perfecta»; Chu-Chin-Chmc, el film *eqv maravilla; un halleí ruso cinematográfico, peliCf v^, la de grandes y chicos, el mayor record de taq"* Jyj lia internacional. Héroes y monstruos (Ilombl^ j de Aran), galardonada en Italia y en Araéri*''cié como la mejor película mundial producida <^ do 1934. Pe, Miss Pamela Ostrer, hija del opulento magO' ceg te que rige los destinos de la mayor p r o d u c t ^ QJ inglesa, se ha sentido atraída por la magia ^ b i t celuloide. Su primer trabajo ha sido en Am^ti^ ción. Su belleza morena y oriental ha encontíf do adecuación exacta en el role de Noemi, lahflí < de Suss, el judío, atormentado protagonista ^ t a i film. La poética figura de Noemi, v í c t i m a ' " l a y cente de las intrigas de su propio padre, pa.sa r la pantalla en u n a serie de bellísimas esf ani|
He aqui una escena entre N o e m i (Pamela Ostrer) y el judío Suss (Conrad VeidtI en «Ambición». La labor de la novel estrella y el célebre actor en este film ha merecido los más cálidos y e n t u s i a s t a s elogios
Otra «pose» de Pamela (istrer. la nueva estrella de la pantalla inglesa, que ha logrado su consagración a u t é n t i c a como destacada figura de la cinemaI tografia europea 1 con un solo film
í^isa^P ^ e r z a sugeridora maravillosa. áL . *mela Ostrer ha c o n s t ^ i d o con I g j , P / ^ ^ r a intervención un puasto des^d^^H*^^ la cinematografía inglesa, y l g | ^.esear que continiie su aportación Pt.»^ *rte, comenzada bajo tan fe^^auspicios. X q ^ T Í ^ " es en la vida real la legendaria ii*ho.sn se suicidó entre los lirios del io3j,j^'^^"®,ae Hirsan? La señorita Ostrer no es años^^'^"'^**'' ^ de sus diez y ocho '•"^el 'i*® señora casada. Se levanta aquí "y ^ U í i a novela de amor muy antigua moderna. La millonaría casada por amor eon un gallardo mozo sin más ejecutoria 1, jtó^p^í trabajo y su arrogante figura. Un ' ''oy K n Estudios Gaumont British, lle/ar el afortunado mortal que logró 0 las flechas de Cupido hasta la inacir<* p ^ primogénita del magnate londinense. ^ reja » Ostrer y Roy Kellins forman una paequit ^"^^^^^a '^^ deportistas. Natación, tenis, icf \orosft ^"tomovilismo, cuentan entre sus fer-" ' i i l Í A + ^ j ' ^ " ' * ' ^ ^ < ^ ' ' e s a e.stos modernos Romeo y >¡f ^ de la rubia Albión. ioVo H sombra de divorcio empaña el ^ do h dicha. Algún malicioso pensará que sienfjeroj^* del «amo» de la Gaumont-British h a podido 'esita "^^ '"^'^ casarse por capricho, y que no neoí* com"^^'^ ^ abusar del divorcio como publicidad ¿' l)io '^^^^ ^® ventajosos contratos. Pero, en cam^eíling"* peligro de que uu día se sienta celoso Roy zog (jg ^1 Pi"ohiba e-xhibirse en las pantallas en braTodo —^'^^ ™ ^ ° menos fogosos. ^atnos h e s t e mundo tiene sus pros y sus contras, y es*yuda a ^ ? ^ ^® e' dinero no es la felicidad, pero conservarla.
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EMILIO C A L V O
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Nuestros lectores podrán poseer los bustos de sus artistas favoritos, tomando parte en los Concursos que CINEGRAMAS organizará mensualmente
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En este Concurso se sortearon d o c e bustos d e lo genial G R E T A G A R B O , d e b i d o s ol cincel del ¡oven y n o t o b l e escultor Corlos M O N T E V E R D E , OÍ tamaño d e 2 7 « 3 4 centímetros, entre los lectores q u e adivinen el número del premio mayor oel sorteo d e lo Lotería Nocional del 2 d e Mayo d e 1 9 3 5 . Poro tomor parte en este Concurso oostaró con remitir o e b i d o m e n t e llenado el odjunto cupón. Los d o c e premios se odiudicorón o los d o c e concursantes q u e acierten el número del premio moyor d e dicho sorteo, o, en su d e f e c t o , a ios qut; más »e aproximen. Si hubiese más d e d o c e soluciones e x a c tos, los premios se sortearán entre t o a o s los q u e hoyan o c e r t o d o . Todos los boletines Oeberán estor en nuestro p o d e r antes d e las d o c e o e la noche del día 3 0 de Abril. Los q u e lleguen d e s p u é s a e este plazo q u e d o r á n rigurosomente excluidos.
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Moyo próximo d a r e m o s
nombre d e los
lectores mero e x a c t o , o, en su d e t e c t o , el mas ooroximodo. Una misma persona p u e d e remitir cuantos soluciones quiero, siempre que c a d a uno d e ellos v e n g a o c o m . p a n a d o d e un cupón c o m o el q u e publicamos. Estos cupones d e b e n enviarse bajo s o b i e , d e b i d a m e n t e franq u e a d o , o Prenso Gráfica, Concurso de C I N E G R A M A S , Apartado 5 7 1 , Madrid.
Lotería
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la C i u d a d
Universitaria
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Cierre V . los ojos (la fortuii».| e« ciega) y después de des- \ cribir sobre el disco un par de movimientos circularea con cl índice de la mano derecha, párelo donde le inspire su eoraxón.^ Juege en el millar correspondiente y no se arrepentirá. l
N O T A . - E l O r.-prrsenta los números del 1 al 999 inclusive, y la herradura quiere decir que debe repetir la prueba., y jugar el doble de lo que se proponía.
1.^^ Premio; 7.500.000 pesetas
ÑÁMALA ('.V/(i</rít/J.—Escriba a Hrisitto llolm a lístiulios l^fa. NeubalvlsluT^Ucrlíu (Ale•nauia), y a Silvia Siilaiv. a l'aramouut Studios Holly vnK)d (Califonüa). CARY ÜLALOIIAGA (Caparroso).—Amable y simpática •preguntona»: l'n ptiquito de paciencia, pues «osos» días oran <liniasiado p»Kos. La dirección nes. La mundana. Huérfanos del Particular do Antonio Moreno divorcio. Un ladran en la alco^ la conozco; pjro escríbale a ba. Viaje de ida. Náufragos del 'a Fox Studios. 1 . 4 0 1 N. Wes- amor. La calle del azar, Flor de • ni Avenida. Hollywood. (Ca- pasión. Diplomacia femenina, Wonder bar y otras. Tiüa), que con toda seguri¿Ad le remitirán su carta. Kse UN ENTUSIASTA D E L CINE reparto no lo poseo en est03 (Madrid).—F:1 reparto de Un instantes; pero en una próxima l.idrÓH en la alcoba es: Lily: Mirespuesta se lo prometo. ¿No riam Hopkins; Marianne: Kay recuerda que me preguntó hace F'rancis; Gastón: Herborth Marbastante lempo la Ijtra dol shall; El mayor: Charlie HugVals titulado 'Despu s me d s gles; Fraucois: Edward Everett unb-sj.> de la película Oisis Hortón; Girón: C. Aubrey mundial? ¡Pues y a lo tengo! Y Smith; Jacques: Kobert Greig. es como sigue: ^'a suena del El reparto de .Amorios es: Chrisvals—el lánguido son—como una tine: Magda Schneidei; Fritz: canción de amor.—A mi el galán Liebanneiner; Theo: Willy Eichvendrá,—v entre sus brazos me bjrger; Mizzi: Louise UUrich; llevará—si sabe bailar:—será lo La baronesa: Olga Tschekowa; mejor—valsando de amor hablar, El barón: Gustave Grungem; El ~y sirt hablar—f>odrá decir,— padre de Christine: Panl Horpodrá expresar—cuándo sabrá biger . El reparto de Como tú me sentir,~los ojos de él dirán—las deseas es: Zara: Greta Garbo; palabras que abrasan—y saben Brund: Milvyn Douglas; Salter: " miel. (Estribillo.) Después me Eric von Stroheim; Tony: Owen itas un beso—sin chasquido, dul- Moore; .Madame Mantari: Hedce amor,—porque et besar sin da Hoppjr; Lena: Rafaela Otiaruido—es como sabe mejor.— no; Barón: Warburton Gamble; fues somos tan simpático tú,—• • Capitán: Albjrt Conti; Pietro: simpático tú, romántica yo,— William Kicciardi; Alber : Kosi me das un beso,—te daré land Varnd. Por noticias particulares—pues yo no he visto »»i corazón. ¿Satisfecha? todavía ese film—, me aseguGREGORIO MARTÍNEZ (Salaran que Greta se sui>era a sí manca J.—En abril de I934. misma. Comprenderá usted que I^ay Francis se divorció de esto es algo serio. Trabajan con Kenneth Mac Kenna. y e n la «ella» Herbc-rt Marshall y George actualidad sigue divorciada. Sus Brent. Vujlva a escribirme. principales pjliculas son llusio-
son E.studi<.s C. K. A , Ciudad Lineal. 1.a letra de 1 vals do la iK;lfcula Una semana de felicidad es com > sigue: Una semana de felicidad,—una semana de amor.- hn el querer, es mejor no saber- lo que vendrá después. — Vale más no pensar en el final.- Que podemos afirmar que el amor nunca se va.— Una semana de felicidad,—una semana de amor —Jardín en flor embriagador,—nocturno de acabar,—el cielo ami con viía luz—los fuegos lucen ya.—La noche es una flor—de pasitn, que huele a clavel,—qt<e ht.ele a una mujer.—Ln otta noche igualdel amor—para siempre contigo lleve. E. R O Y A N (Madrid).—Este señor desearía le enviasen algún amable lector o lectora un argumento, lo más corto posible, para poderle rodar en un film de unos trescientos metros, desarrollado t( do en exteric res, y no importando nada haya que introducirle música. El metraje antes dicho pasa poi el proyector en unos diez minutos. Escribid a E. Royan, Nicasio Gallego, I , Madrid. .USCIÍIH:
U N ALMIRAOOR D E B É C Q U E R
(Madrid).—Sintiéndolo mucho, me es im;>;)sible contestarle a su p.egunta, pues esta Sección está dedicada exclusivamente a contestar preguntas que formulen 1( s lectores de CINEGRAMAS SCsobre temas cinema t o g i á fi..OS U N BILBAÍNO RESIDENTE VITORIA (Vitoria ).—Puede
(
EN
usted escribir cuando guste, pues nunca me molestará. Anita Page se llama verdaderamente Anita Pomares. Es rubia, de ojos azules. Mide cinco pies y tres pulgadas y -^lesa 1 1 9 libias. Nació el 4 de Ag.isto de 1 9 1 0 en Murray Hill (Long Island), de madre americana y padie españcl. Fué elegida estrtlla bebé en el año 1 9 2 9 . En Agosto de 1 9 3 4 se casó i_on el escritor de canciones Hert Biown. Ha inte;p.'etado infinidad de películas; entre éstas, las siguientes: Dígaselo al mundo, De millonario a periodista, Broadway melody, Cuando la ciudad duerme, ¡caros. Vírgenes modernas. Jugar con fuego, Hollyux)od Revue, Indianópolis, Corazón de marino, Enfermeras de guerra, Las afueras de Nueva York, ¡Cl destino de un caballero. Estrellados, La pecadora. Gordas y flacas. Puede escribir a MetroGoUlwyr.-Mayer Studios, Culver City (Calitornií).
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AMANTE DKL C I N E E S P A -
ÑOL (Valladolid).E\ reparto de Crisis mundial es: Mery; Antoñita Colcmé; Pollito: Miguel Ligero; Julio Lcmaty: Kicardo N ú ñ e z ; F'ei diñando Martini Martinelli: Alfonso Tudela; Herbert Parker: Linares Kivas; Vampiresa : Lady Cadiein >; Barman: Perico Chicote; Gerente del Hotel: Carlos del Pozo. Director: Benito Perojo. Desconozco la letra de las seviliarías de la película La Hermana San Sulpicio. Si algún lector la envia, le quedaré muy agradecido. TOBARES
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ORENES
(Ma-
drid ).—El reparto de El cantar de los cantares es: Lilly Gzepanek: Marléiie Dietrich; Waldow; Brian Aherne; Barón v . n Nerzbach; Lionel Atwill; Mrs. Rasmussen: Alison Skip-worth; Walter von Prell: Ardie Albright; Miss Von Schwartzfegger; Helén Freeman. F:1 reparto de Fatalidad es; X-27: Marlene Dietrich; Teniente Kransu: Víctor Me L.aglen; Coronel Korvin; Lew Cody; Del Servicio Secreto: Ciustavo Von Seyffertitz; General Von Hindau: Warner Oland; J o v e n teniente: Barry Norton; Oficial: Davison Clark; General Dymor: Wilfred Lucas; Manager: Bill Powell. Los Estudios donde se van a realizar las películas que me
AEMIRADORA
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MAs».—No se desespere al no encontrar fotografías de Fredric Maich y Gary Cooper, porque aquí, en Madrid, escribiendo a una buena papelería las encontraiá a centenares. Si algún lector se las quiere enviar, mándenos sus señas, poi si acaso... Efectivamente, Imperio Argentina está casada con F lorian Key, y está muy próximo a ver la luz el fruto de este enlace. R. LIBRIS
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í)uvalles, "estafador La más divertida y graciosa película
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Mr Jack Kdelstein, Consejero-Delegado de Metro-C.oldwyn-Mayer e n España, que se encuentra actualmente en Madrid para dar un dirmitivo impulso a la famosa marca que representa
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p e-<"ira su «ol vción ili UKHM I» Ircrnlra j ItinuriN Innlusia, Sur' lirtTiih .le SpAiira. \ la nueva s rci6n le enrul*»!* finoN. ta|ii'*4>N y Irn<>.s «I cda« Prec o - s i l coiiip l.n ia Ma Itid: A v í n d i Co -'< I', ñ ,lvcr, 3 Te él. 17780. V a i n i c a l'laia .Vtari.mo Il< iilliu. • i
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visada, se necesitaría, por lo menos, un mes de trabajo de todos los elementos (pie tomarían parte en ella, y que no trabajarían «ante el jaiblico» más (pie una sola noche. El costo .«cría muy ajiroximado al de una pelí(;ula, y habría que amortizarlo en una sola vez. Por tanto, una estación de televisión ne<x>itarja un mínimo do treinta Com[)añías completa», ensayando al mismo tiempo cn treinta locales, para poder dar una obra diaria. .\mén de un ejército de sastres, decoradores, arquitectos, carpinteros, etc. ¡Es d( cir, un capital fabuloso! ¿Cómo se resarciría la Empresa televisora de estos descomunales desembolsos? Problema insoluble. Sólo puede servir la televisión para televi.-ai una gran corrida de toros, una gran fiesta deportiva o social, mítines, reuniones internacionales, deportivas, etc. Porque televisar una comedia o una opereta de éxito desde el escenario en que .se representa sería matarla en flor, y autores, empresarios y arti.stas estaiían en el derecho de pedir la luna, y con razón. Así es que tranquilícense los es()íritus inquietos y medrasos; venga la televisión, y sea bien venida, como todo lo qne signifique progreso, que el espectáculo no tiene nada que temer de ella. J. M.a SÍERKA DK Ll'XxN
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Frank Borzage en un deaeanso de una e«cena en Hawai, para la producción Warner Bro» <|jt generalíla»
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L capital español, reacio de suyo a venir al buen negocio de la producción espafiola, que t;uito lo necesita, no debe asustársele con augurios de muerte prematura que no reposan sobre verdades inconcusas, sino sólo sobre impresiones más o menos literarias y únicamente inspiradas por apariencias todavía muy lejanas. El artículo de este mismo título, FÁ enemigo del cine número I, publicado en el número de CINEORAMAS correspondiente al 7 de los corrientes, rae sugiere varias razones, para tranquilizar al buen escritor José Santugini, su autor, y a los muchos cineastas que lo han leído. La televisión no matará al teatro ni al cine, y lo voy a probar: Partamos del supuesto de que la televisión es ya un hecho consumado y de que existen en el mercado aparatitos de televisión de tan fácil manejo como un aparato de radio y tan baratos como él. Ya tenemos un aparatito de televisión, que no nos ha costado más que doscientas o trescientas pesetas, y en nuestra casa, rodeados de la familia, damos vuelta a un botón y oímos en nues-
tro salón una comedia o una opereta, viendo, al mismo tiempo que los oímos, a sus persona- ; jes en su forma y color natural. \ Creo que en mis concesiones voy un poco le- ' jos. ¡No importa! La emisora de televisión no ! puede dar el mismo espectáculo durante dos me- : ses seguidos; tiene que variar sus programas a j diario, porque ima obra de teatro o una cinta ; cinematográfica la ven un millar de espectado- '. res cada noche (soy generoso), y por televisión la pueden ver la misma noche los veintitantos millones de españoles. FiS decir, que el cambio ' de programa diario se impone. i Y no pensemos en la televisión extrjmjera, ' porque la televisión no puede llevar títulos so- ; bre las imágenes. l ¿Cuántos autores se necesitan para escribir trescientas sesenta y cinco obras anuales? ; Para hacer una cinta cinematográfica se nece-1 sita más de un mes de trabajo incesante y absor- I bente, de una multitud de elementos que no ne- J cesito enunrerar. Hoy cuesta una buena película 5 alrededor de medio millón de pesetas y se amor-; tiza en varios años. ' En la preparación de una obra, para ser tele- ¡
Ln grupo de jóvenei, eI>crilo^r^ que foruiau la Bedarrión de .'Nueiitro Cinema , mumenloa deapués de ser clausurado el ciclo de sesiones que venían celebrando en el Pleyel Cinema. Enire ellos, nuestro colaborador A. del Amo Algara, González Vázquez. A i i d r ^ Delgado, .Armando Bazán y CMar M. Arcouada
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Éri! im i \i imW LA ASTROLOGÍA \t olr«ce la RIQUEZAIndique la (echa dp su nacimiento y recibirá GHAJIS .EL SECRETO DE LA FORTUNA», que le indicará los números de su suerte para GANAR A LA LOTERlA y otros JUEGOS y triunfar en AMORES, NEGOCIOS y demás empresas de la vida. Miles de agradecC mienlos prueban mis palabras Remita 0,W céntimos en sellos de correo de su pais, " ROSARIO S, Fe) Rep Argentina
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DE
NOCHE
ESTRELLA - S muy sencillo, y lo damos palabra de que todas sus ^misto^ des, empezando por su novio o su marido, quedarán admirados de verla. Tenga en cuenta que ninguna artista de cine podría trabajar sin maquil rse. Por lo tanto, usted puede ser tan bonita como ellas si usa lo mismo que se emplea en los Estudios Cinematográficos, o sea, el Esmalte Nacarado de Rosas ''Carpe" Este gran embellecedor de Cinelandia hace desaparecer en el acto las pecas, granitos, arrugas, manchas, barrillos, poros dila• .dos, etc., dejando el mismo cutis suave, mate y terso, que admiro usted en las artistas del cine. Para terminar, sólo le faltará dar a los labios y mejillas un ligero toque de color con el Colorete Natural y el Lápiz de labios Superpermanente "Carpe" Estas tres grandes creaciones "Carpe" se venden en todas 1as perfumerías y droguerías a los siguientes precios: Esmalte Nacarado, 7,50 Ptas. el frasco grande y 4'25 Ptas. cl pequeño. C o l c rete, 2,50 Ptas. Lápiz de labios, 5,00 Ptas.
ESMALTE DE
NACARADO ROSAS
' ' C A R P E ' '