Revista Cinegramas - Nº.36

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REVISTA SEMANAL DIRECTOR: A . V A L E R O DE B E R N A B É Año l l . - N ú m . 3 6 . - M a d r i d / 19 de Mayo de 1935

NOS ixl.os hace qoo Espjuia i n t e n t ó • nr su induslriíi cinematográfica. Más de cuatro lustros q u i z á . Y cl tiempo pasó cn ensayos vaiKJs, desde la" Studio Film de Barcelona, que regía como tutor y director a(piel buen artist a q u e s e llamó Auréle Sidney, hal a la F'ilm Española de Madrid, tuuén de mil chispazos aislados que estallaron en diversos momentos. .\cu8amos desde entonces todas la.s faceta.s, arrastrados por nuestro vicio imitativo. Llegó el imperio de las «series», y en Cataluña -'e hicieron Tinrcelo>ia ij sus musterios y Vindicaior, con su cohorte de «buenos» y «malos». La dulzarrona y melodriunática comedia italiana, que siempre terminaba con puestas de sol viradas cn axul, nosUevó a h a -

de todo, entre axjuel mar de ambiciones y vanilades vióse tfl atisbo de algo en tres o cuatro films realizados por personas {-ultas y con inquietudes artísticas. Y cuando ya esperábamos ver surgir de un momento a otro la esperada industri:). todo se hundió de goljie. Nos ocurrió como al baturro del cuentu: tpie se pasó la noche tem¡)lando. Hubo un exceso de vanidad, y uo se confesaron li)S~éirore,s. Se íichacaron los repelidos fracasos a la escasez de capital, a la timi- , dez de los financie- i ros. No era total- ' m e n t e cierto. El ^ problema no era entonces de dinero. s¡- ' no de inteligencia. No se es má.s artista por (üsjuiuer de .'uas pesetas, y no es mejor un film i poi que en él se haya ^ invertido más dineA ro. Y es que entre HB ttuitos y tantos i: tro.í deceluloide m u tilizado. apenas si Hl' se vio el fulgor de algún chispazo a i tístico. Don Jacinto Benavente aportó iU cine tres obras: Para toda la rida, JM • madima de las rosas y Más allá de la muerte. Y fracíasó como autor cinemato-

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M«r\ del Carmen y Kirardo Niiñe/ en una •••trena ' de «Rumbo al <'.airo», produrción nariunal, realiza-; da para Cifesa en IOH KjtIudioH C. K. .\.. Iiajo la di- j rerción de Benito Perojo

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cer unos cvumtos ülms como aquellos, de uu cursi inaguantable. , , Y desde entoncea-icuánto tiempo!- los intentos del cine español comenzaron y a a espiga» en el teatro. Y el arte joven bus<-ó en sUS pnmeros pasos el báculo venerable de Talia para apoyarse en él, ignorando que a la larga habna . e dificultarle el camino. ¿l'..r q"»' «nt..n.es n.. lo arrojó Icios y siguió la marcha fiado en sus pieiiias débiles, (pie pnmto podrían afinnarse.' Asi quisimos hacer cine, v nos salió teatro plano, pantomima f<..tográfica.' Y surgieron l)or entonce.^ un .Juan Jasé risible aunque no tant*. como ei de Adehpii Millar y unos ItUereseg cread<is üesastrosos y grotescos.

Lna cHcena dr '\M ciudad y rl ram|M>». film cultural

dr Krrnando (>. Mantilla V Carlos Velo

Padeiimos más tarde la granizada de /.ai/.u las llevadas a la }tantalla vicio en el (jue volv> mos a incurrir, a pesar del escarmiento -, con su inevitable aditamento: tiradas de versos, }>artitura en el sexteto y cuplé coreable en el telón. ¡Qué adaptaciones! No eran ni más ni menos que los libretos íntegros, ilustrailos ion fugaces fotografías, en las (pie los personaje.^ corríiui como gamos. V.\ público, sin embargo, esperaba. Y acudía a las taipiillas. l'ero el cine incipiente se ahogaba por falta de realizadortís ({ue le dieran vida. <".I'odía surgir una producción cinematográfica entre tanto desconcierto, tanta incoiiipeten<'ia. tanta osadía, tanta falta de visión cinematográfica y tanta caieiK'ia de seasibílidad? A pesar


sólo asi, llegará a la edad viril fuerte y robusto, no a<;haiuio» m á s UmU\ (pie coso e impotente. v.tuKiiiCíi'r os uiiii fonti>iÍ:l; W i>l (fii , N o s o t r o s deseaW oliju, iiiiii policiila mos ardientemente iUítifnilii'íi y |>i>sa(iii. una producción es-* y M<tn>[H>lis. no hay pañola. «piioii lii iigiiante». Tenemos fe en que smrgirá; pero lejos Asi.toxf Uiilmonte. de todo lo que hue(\>n t tulos los ret-la a teatro. potos h.u'iii nuestro Ei cine tiene im gr.ui d r a m a t u r g o , campo amplio, de liemos do^leoirle que ilimitados confines. no llevó razón al en¿Por qué entonces j u i c i a r t a n cruelquerer encerrarle enmente iü]uelliis cintre las paredes de taci. ¡Qué más hubieim escenario? ¿Por ra qiu'rido él y qué qué obstinarse los m á s hubiéramoh autores teatrales en querido nosotros cou dar vida en Espaque las suyas se paña a un arte nuevo recieran a éstas e n , como el cinema si cualquiera de sus asellos mismos manpectos! Benavente tienen en pie por no es autor cinemaun milagro de equitográfico. librio, y no por sus E^te arte joven, esfuerzos, el tablado p u j a n t e , preferido de Talía? c o m o espectáculo, Ve n g a n u e s t r a ha de nutrirse de j)roducción. Y vengente j o v e n t a m ga pronto. Corran bién, de elementos hacia ella los artis.jue lleven a él nuet a s jóvenes — pinvas fonnas artísticas. No es que al L'n gruria>o moiuenlu del « s k e t c h de prodiic^ión n i i c i u n a l «Ir por lana», diri^ido por Fernando Delgado, c o n iluslrat-iones tores, miisicos, escritores—, que en ilustre autor de SemiiMÍrales del maestro Patino sus manos, ansiosas ñora ama le falten de crear nuevas formas de belleza, la pantalla las pitjxi.i.uS películas los mismos autores que inquietudes; pero como a tantos autores famosos, cobrará nueva vida. Y en este arte de masiís, donle será inaccesible el cinema, porque escribir en las cbi .is de hoy. Seguirán hacdendo teatro en de caben todas las obras que la imaginación suepara él no es escribir para el teatro ni para la el cinema, llenando nuestras películas, qtie deben ñe, escalaremos el lugar que por nuestro tempenovela. llevar fragancia de juventud, de viejos recurramento y nuestra historia artística nos corressos teatrales y de lugares comunes. Nuestro eiAl cine le sobra la literatura; únicamente se ponde. nutre de acción. De ahí su descenso artístico nema en íus manos será un viejo de paso renYa lo hemos dicho muchas veces. La producal cobrar la voz. Se fundó con el teatro, y no era" queante, rauy pulcro, muy arregladito, si; pero ción española vendrá empujada por un aliento ni una co.sa ni otra. Mas ya vuelve a su viejo sin poileí ( cuitar sus canas y el aspecto antiguo de juventud, o no vendrá. cauce, a su forma prístina. de su tre/.a. El tiempo y las obras afirmarán esta opinión. ¡El cinc español no puede ser eso! ¡No hagamos Por eso, cuando en España y a parece encauzarse—¡7>or fin!—una industria cinematf>gráfica, que ;d na .er se sienta anciano! Inyectémosle juF . HERNANDEZ-GIRBAL nos liu de producir un efecto deplorable ver en ventud y que se desarrolle nonnal, porque así. g i i i f i f o , iti t|n<> n o lo

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l l n niHunifiro ilerorado de Sania María y tediirlii para .<lji

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pa-;ada>, |»elírula de la C. h. A., dirigida |M>r Luseliio Fernández Ardavín)


VNQTK parezca mentira, ¿li.n Laiiui y Oliver Hardy saben ser personas serias. Helos aquí, en la foto adjunta, posando —^ya no cabe ni el famoso tópico de usorprendidos por el fotógrafo»—ante el objetivo de la máquina, con la misma seriedad y transcendencia que pudieran hacerlo dos soldados anónimos del

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hunrosTi Cuerpo de Caballeria. Verdad «pie les faltan los sendos canarios recién en(^endidos y las correspondientes sortijas barroías pai-a que tenga la cosa carácter. Pero ellos saben dar solenmidad al importante acto de retratarse, y han procurado no senreírse y dar al gesto la maym naturalidad posible.

Yo he recapacitado atite la presente foto, y he sacado la firme conclusión de que no .se trata de un me<lio más de publicidad, como, por ejemj)lo. el ahumante divorcio de la pintore.<?ca pareja de que se ha lial)lado estos dia<. Tiene ese retrato un aire de intimidad, un tono familiar propio para la dedicatoria fraternal, como si con él se hubiese querido sellar una amistad que ha de ser firme toda la vida. Creo (pie ante esta foto hay que retener I.i carcajada, que surge siempre al solo hecho de i cordar l<.s nombres de los famosos mimo.s. K> tos dos hombres, que para llegar a millonarios .se han visto obligados a hticer la felicidad de los demás, creo que merecen esta consideración y respeto por parte nuestra. Verdad que algunas veces hicieron cisco cuanta vajilla había en Hollywood y agiotaron las tartas de crema de la ciudad, lo que [irovocó una mem(»rable rabieta a l'na Merkel, que aí^uel día no pudo presumir de buena cocinera, y además se tir^i una plancha atroz ante sus invitados. Pero también Charlot solía armar grand&s estréfiitos con la vajilla y ha embadurnado más de un rostro con chantilly, y no se le tiene en cuenta. Se me pculrá objetar que los hermanos Marx no suelen romper ningún plato; pero tod(JS estamos de acuerdo en proclamar que son unas cabras locas que no piensan nada con la cabeza. Y no hablemos de esos dos atolondrados Wheerler y Woolsey, a los que se les (icurre siempre todo lo imaginable. Harold Lloyd es un jiobre diablo al que si le pasan cosas desagraílables—^y la verdíwl, dicho jea entre nosotros, es que suele ser con bastante frecuencia—se lo tiene por bien empleado. Me da pena, en cambio, Buster Keaton. YJA tan correcto, tan sensible y amable, tan humano..., aunque el pobre se mueva siempre dentro de lo más absurdo. En cuanto a Harry Langdon, todos sabemos que es un bobalicón. Por ello, esa<í comparaciones, más elocuentes que cuantos elogios pudiera dedicar a nuestros dos eminentes caricatos, que creo debemos corresponder a su seriedad fotografiada con el homenaje de nuastro mayor respeto. Hardy es avispado, tiene un sentido práctico de la vida y ve con claridad meridiana lo que conviene hacer siempre en todas las situaciones. Verdad que las cosas no le salen siempre bien. Mas la culpa la tiene ese pobre de Laurel, un poco atontado, pero bueno como el pan. Por es*» celebro infinito que su pretendida separación haya sido un reclamo, sin el engorro, claro, de tener que pasar por la administración de los periódicos. Muy bien. Oliver y Hardy son inseparaliles. La gracia del uno se complementa con la del otro, y los dos separados no podrían subsistir. Us la pareja de clowns más divertida y graciosa del mundo, y ante su humorismo no cabe sino la risa franca y desbordante. La gra\'edad con que aparecen a veces revestidos en la pantalla se prolonga a su vida privada, lo que les permite hacerse retratar con la máxima seriedad. ¿No habrá llegado e) momento de hacerles el homenaje que to<los sus amigos, sabedores de sus méritos, deseamos ofreeerle8?-F. F. BH.I.OCl I


tras pan t a l l a s , l'na cinta (pie contiene la necesaria (cantidad ilf acierto para que no se lome conm landcra ficticia y >í como definición. .S • 'ii-ntc c u r i o s i d a d por saher qué hacen los cineísta» en Polonia, ya (pie de la calidad de su trabajo !iay muestra magnifica. Hace veinte afios. allá cuantió Pola Xegri era actriz del Teatro Nacional de Varsovia, la producción d f films polacos existía con intermitencia e i i L s e g u r i d a d . FA nombre de Ilertzse •frece c<»mo el más importante de los realizadores de aquel tiempo; una de sus pelícidas, titulada Ksclam de los sentidos y filmada e n l o s m o d e s t o s Estudios Sphyn.x, de Varsovia, queda en la hiotoria del cinc por su valor anecdótico de s e r la (¡rimera aparición de Pola ^ Negri ante la cámara tomavistas. ^ l.a guerra, que sei"V'iría a los Estad(js l'nidos para imponer al nmndo s u hegemonía cinematográfica, hoy vacilante, iniuinó la pro^^^^ ducción de películas en Polonia. ^^^^ Quedaron, eso sí—¿y dónde ^ ^ ^ ^ ^^^^^

UNA d e las pocas cosas que habrán de agradecerse a la voz en la pantalla es la creación de los nacionalismos cinematográficos. Creo que fué .Mary Pickford la primera en señalar esta senda del séptimo arte, ofrecido con csjdéndidas auroras desde que el lienzo rompió a hablar. Cada país, por tener s u idioma propio, querría tener su cine propio, que no por nacer animado de intenciones íntimas dejaria, si a ello habia lugar meritorio, de trasponer fronteras y servir de regalo a muchos millones de espectadores pendientes de toda novedad (ícmsiderable. Países que no se asomaron aún al paisaje luminoso de la cinematografía, o que apenas lucían en su haber de jiroductores unas cuantas mediocres películas, tendrían en el cine sonoro estínuilo y posibilidad de arte y de negocio. Fn poco de patriotismo, un p(K« de atención y otro fK)co de dinero obrarían prodigios. .^sí se hizo el milagro del cine inglés, y así dióse a resucitar el italiano. Y así también crecieron otros, en esfuerzo noble y oportuno. Claro (|ue, para la rutina de los distribuidores de films en í^paiiM, la geografía cinematográfica es limitadísima: Petados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra, la U. K. S. S. y Méjico. Alguna vez, por excepción pret-iosa, se amplía el cua«lro a Checcjeslovatjuia o a Italia, aunque no siempre con buen tino en la elección «le ejemplos. Pero de lo demás, ni noticia: hay que inirar con ojos envidio.sos los programas y los periódicos extranjeros para saber que el .lapón luoduce muchas películas al año v ,, , ... '

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({ue no esca¿>ean los films es(randinavos, polacOS, húngaros U holandeses. "

De Polonia .«ólo llegó una cinta a m i e s -

Ilanka Ordopowora y itufíuslaw Samborski. in«érpretes de «Amor y espionaje*. film realizado pwr Míec/.yHlaw Krawirx

Knroliiia l.ubiriiska y JuiKinza Stepowski (el mejor actor dramático de Polonia) en una escena de «Historiade un pecado». versi«Mi en película de la no»ela de Stefan /croniíiki


uo?—algunos roniánti(K)8 eni(>ren<lo<loni.s «jue s»; ] "tallan vaniuni-ntc a luchar con la intcmión aisliula contra el c e n o que los grandes países jio- ^ ní»n a sus ensayos, de mejor voluntarl que • méritos. Fué precisa la aparición del <*ine .-7 juoro ; para que los esfuarzos se uniesen, y lo que a tra- ' vés de tantiis años se redujo a quimera de entn- ^ siastas cobrase reali<lad colectiva y prest igios'a. i Hoy Polonia jtrtMluce al año veinte pelicular j de largo metraje y muchos fihns (;ortos: cimieílias I cómicas, documentales o informa«'iones. Uno sohi ' de sus laboratorios maneja cada día, segi'in cifras ^ oficiales, na<la menos <]ue treinta mil metros de ; película. Existen cuatro Estudios, equipados con el luaterial ntás mo<lemoy perfe<;to, y hay ocho enti- i dades de fuerte capital consagrado a la filmación. ' Aunque la terrible (-risis e<;onómica cpu; angus- i tia al mundo mantiene preso en su garra al cine polaco e impi<le su más tunplio desarrollo evolu- S tivo, ?1 <>alor públi<;o sirve para compensar de | tales dafios y crea enornuj apoyo ntoral en esti- j •nulo y aplauso de las iniciativas productoras, j Ningún realizador, |H>r muy inteligente que i sea, podrá bu-ir sus aptitudes si |)ara ello carece ] de los elementos técnicos imprescindibles, y a j que en el cine hac^ falta el vehículo material i perfecto para la expresión artística: por eso hoy j cl dire<'t()r de films capacitado para ello hará \ obras excelent»»s en Polonia, sin (pie deba sacrifi- j car sus visiones imaginativas por la ausencia i de instrumentos apropiacios a su labor. Dispone! de cuanto apetezca. \

\dani Kru<l/i</. |>rola<!niiÍHlii <lr «Itaj» lu amparo , priírula dirigida por tUiward PurhalHki

Kcri. la bailarina dt- Taliili. | t r u l a ^ ( t n Í M inoUidabledrl gran film de Murnau •'!« bú'. e«> hoy rsirrila del riñe en Polonia

Fa mayoria de las j)elículas iK)la(!as son come<lias, habida cuenta di su fá(!Íl difusión y ventajas comenñalos. En Berlín atiaba de presentai se c(m buen éxito un film de este género, cuy»» título original com})li(í' ámmo ~Czy Lucyna-to dzieuxzyna -puede traducirse por ¿Ks Ltu-y chira decente? ()tn>s triunfos recientes de la comedia (M)laca son: /Qu< hace mi marida por las noches? (Co mt)i nmz robi wnozjf), La seru/rila de la lista de (hrreos (Panienkn z poste-reMante ) y Kl alfabeto del amoi (Adecadlo mihtsci). El actor teatral |>(»la<ío -tbí méritos proverbial»ís -suele ser bm intérpriítc de películas, por su sobriedail de gesto y su (;lara dicción. De alli riísulta »pie la ciueinatografia disptmga en aipiel país de ni cumiro e m i n e n t t M i e artistas, capaces de comj)etir airosamcnU' con \< mejores del FIxtranjen>. Un«) d e l(»s astros de la pantalla polaina es U Sym. «píe ganó celebridad en .\lemania y <pic ahora ha vuelto a su p. tria. Y debe anotarse, en calidati de nota curiosa, el nombre d;' una niic va estrella venida a Varsovia dasde mares lejanos: Keri, la bailarin de Taiiití, que el lloriwlo Muriuui hizo protagoni.sta de Tabú, su obi |K')stuma. Keri, llegada a Polonia en touriu';e coreográfica, ftié elegid.i por cl dirwtor .M. Warzvnski para heroína del film /xi />er/rt negra (Czarmí ¡terla } , en la que t^'ndría como com[>añoro al actor Eugenjii Bodo. Se hizo la película, y Ucri ipieíló incorporada a la lista de grai des actrices del piu^blo dv. FlKipíu. Si en Taliiti dejó familiares y am gos, en Polonia ba encontrado la danzarina nuevo vrisol de éxitos también bi sonrisa del amor. ( Aiu.os M.\I)KII>


LABORATORIO DE

OLLYWOOD

l'na vista griirral dr Hollywood, rl inmenso laboratorio dondr we somete a la mujer a las más insospechadas metamorfosis, a las transformaciones más inexplicables. Pocas artistas, desde las más modestas a las más encumbradas, se sustraen a ta influrnria evolutiva que impera rn Hollywood. IM misma Marirnr Dietrich. prsr a su recia personalidad, a au birn drfinido individualismo, no ha podido rvadirsr dr rila. N'rdia aquí rn «Marruecos», su primera pelírula yanqui, y observad...

eátteíía^ Áe ía i^an^taíla

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OLLYWOOD es un inmenso laboratorio donde se elaboran sin cesar las personalidades más diversas, .\penas importa ((uién es, cómo es la mujer que entra, si sabe prestarse a las majiipulaciones de los artífices del Estudio. Hollywood las cambia. En los comienzos de su carrera, Joan Crawford era una joven sonriente, plena de optimismo y de juventud, deportiva, dinámica, con les ojos sin velos. Era, dentro de su naturalidad, la representación más perfecta de la muchacha de la época. Entre las manos mágica? de los maquilladores, de los e-scenaristas, de los modistos, Joan, la girl agitada y trepidante de no hace muchos año.s, se convirtió en esta extraña sirena de ojos inmensos y labios sensuales. Perdió su gracia un poco pueril, su travesura, su espíritu sin complicaciones, y al mismo tiempo que sus vestidos tapaban hasta sus tobillos, su rara y su rostro adquirieron una especie de gravedad dolorosa, completamente distinta a la que tenia en los comienzos de su carrera cinematográfica. TTna joven de| Norte fué un día desde los países en niebla perpetua hasta la radiante América. Su rostro tenía una expresión toipe, se ves tía sin gracia, tenía una sonrisa ingenua y unos ojos soñadores. El movimiento lento de su cabeza le daba una cla'^e de candor un poco necio. Ese candor que han tenido hasta hace unos años toda.-< las nmchachitas de provincias. Cuando Pabst le dió un papel on IAI ralle sin alegría, (íreta Garbo aun no se había despojado de estas cualidades. Pero en J no Karenina, por ejemplo, la vimos purificada de todos estos pequeños defe<ítos que alteraban su belleza. De la joven sueca, tímida, borrosa, un poco huraña, los artífices de Hollywlod hicieron una esfinge perturbadora y misteriosa, la más enigmática y la más atrayente de todas las mujeres fatales. Y no sólo se impuso de esta forma a todos los públicos del mundo, sino que ella mi.sma quedó durante mucho tiempo prisionera de su mito. Su persímalidad en la pantalla l.i ha hecho encontrar su verdadero carácter. Parece (pie film más leciente, Kl velo pintado, nos mostrará una (¡reta (íarbo simi)le, sonriente, natural, muy distinta de e.ste tipo demasiado explotíido VM (pie clhi lia venido interpretando hasta ahora. Mariéne Dietrich, que en £,7 ángel azul había sido uua revelación extraordinaria, cn Fatalidad se transforma cn una estrella absoluta-


iiUMifc (U.-finta. riiMtU' sii oncaiitu vivo y ciinlo, su se.r appeal dirocto y su lU'outo alcuuin cu provwho de una oriiiinalidad de las ulá^ aif ificiales. Maileue es niio de lo^ más bellos c,jcni[>los do un temperanieutd \\\\\, e(li|.sado por una personalidad fi<-ti<ia.

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("Uiuido los productores .^e dan cuenta <le «pie lian extraído de una itersonalidail, de un tipo, todo lo po.silílo. no insisten, como en tiempo» anteriores del cinema, en continuar este tipo, sino (pie se esfuerzan en fabricar una uueva personalidad a la estr(>IIa. Estos cambios son tmi frecuentes en ílollywooil (pie entre los profesionales .son frecuent(ís preguntas como ésta,-*: «¿lia vi.sto usted la nueva (•loiia Swan.son?», «,(}u(> piensa \isted de la mieva Dolores del Hío, de la nueva Miriam Hopkins"?» Estos cambios no producen si(Mui>re los resultados apetecidos, naturalmente. Tal a<triz que había tenido un gran (>xito interpretando tal j.ersonaje, se lumde en el fracaso al abordar otro tipo. lista fué la historia de Mary Pickford. Desde (pie d(\i(') a(iuellos papeles de joven de bucles dorados, por los (lue .se la Uanu) uu tiem|)(! La noria de .tniérira, cada uno de sus films fué ima gnuí decepciim. Más rápido es todavía cl declive de Clara Bow, cuya jxij.ularidad lleg(') a ser tan enorme. Clara tuvo bastante con dos o tres films para (pie se viera íiasta (pié punto astabiui limitatlas sus posibilidadas de flapper. Marit'm Davies, la heroína de tantos delicio.sos films mudos, as ensayada, sin gran éxito, en el gi^nero dramático, después de no haber interpretado más (pie pajieles alegres. VJWA ha aparecido junio a (iarv Cooper en un film que no ha tenido éxito. Por el contraiio. .Mary A.stor pasa, (^on fortuna, del drcuna a la comedia, y Zasii Pitts, espíH'ializada hasta hoy en rólss cómicos, so revela de pronto como una trágica de gran talento. Bebé Daniels, la intrépida deportista de tantos films mudos, so convierte, en IM calle 42. en una actriz fina y elegante, con una especie de encanto melancólico, que constituye una agradable sorpresa para los espectadores, (^rear las eí5tr^llas, renovarlas de,spués, es la obsesión actual de los productores ameiicanos. .A.na Sten, «inventada» en La dama del boulerard, aparece otra distinta en su segundo film, y otra aún en su tercero. Myma Loy, una de las más simpáticas artistas del ecran yanqui, no había obtenido más que papeles de oriental, porque su fisonomía, un poco exótica, se adapta felizmente a esta clase de papeles; pero un día se descubre que ella puede Ijacer otra cosa, y se le dan papes más naturales que los precedentes. Ningún jiroductor se obstina ya en ««^stener durante tiempo ilimitado una estrella en el mismo

•• qué rnorme diferencia hay entre aquella MaHene. protaüonista del admirable nim. «•uyo triunfo compartió con Garv Cooper. y la Marlene actual del film, aun inédito Kopaña, .Kl diablo es una mujer.. VMr niilaf;ro de refinamiento, de estilización, que no implica, sin embarp;o. rectificación en el arte, y que sólo afecta a la parte e i •erna de la mujer, prodúcese cn esos grandiosos Rstudios. plenos de actividad y de inquietudes, inmensos laboratorios, donde toda transformación es posible y toda evolución hacedera...

tip<j. La tendencia, inconmovible años atrás, va desapareciendo. Y es así como Gertrude Michael ha podido encamar Una mujer diabólica, la esposa de (^^ar en Cleopatra v una religiosa en su último film. Se debe elogiar asta" nueva posición, que en lugar de mostramos uu | sólo ángulo de la actriz, nos la enseña en todos sus aflpect<>s. Excelente criterio para afireciar el valor total de una int.ér]»rete. RAKAKL

MARTÍNEZ GANDÍA


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PRODUCCIÓN IMU^ICAl,

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* Siojz^ix^ T Pi A C y ^Heri^&Tí

MU NDI N

los j)árpad(>s um. « bien .1 yes dclx- u n ; i xcesiva.s: pol a los labios para Ia,s p<

No tiene porqué protegerlo tras el abanico, cuando el cutis está y a protegicJo con O A T I N E . Crema O A T I N E , ol ocoslarse; Nieve O A T I N E , por el día, conservan a ¡uventud del rostro y lo defienden contra la intemperie. Rouge O A T I N E aumentará la perfección d e Sil J j e l l e z o .

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Kraiik Ror7.af(e no oti «tolo un «lir«Tlor qur |M»r r€»nooer r o m o |MM-O)> el iii<riiira«lo seereto de la tériiira puede obtener efectos que otro» no lograrían. Kít. ademÚH, u n a r t i s t a enamorado de MU arte, y, por lo tanto, amante de los detalles sutiles, de lus matices minucio-ios. C.usta c o n frerueiiciiide con-

C

versar con los intérpretes de sus films para inculcarles e s e sentimiento s u y o de s «nimiedades importantes .\'edIc aquí en animada charla ron Kay h'rancis, m o n i e i i los antes de comenzar el rodaje de una escena de «1.a vida es sabrosa», en la que interviene ia admirable estrella

la más bolla da las cap i t a l e s nort«;amcricanas, por estar rodeada le altas montañas y e.xtíín-os desiertíj.s, en el año lS!jíJ. Estudiante «le Fil<j.-ofía. Act o r teatral. Discípulo de Thomas I I . Ince. Director de escena. E.<ta es la trayectoria de su vida. En la actualidad cuenta en su haber profesional con más de una veintena de films. Destacan: Licencia matrimonial. Huelga de esposas, El en todos los detalles que componen una obra primer año, Humoresque, El pelicano. El sépcinematográfica. timo cielo. Torrentes humanos. El ángel de la Frank Borzage es un captador de ambientes, calle, Estrellas dichosas. La canción de mi alma, y esta cualidati quizá tenga su origen Cal Sil Liliom, Pasado mañana. Marido y mujer, Adiós primer maestro, Thomas II. Ince. Captar un a las armas, / V fl/ior« qué.^. Secretos, Homambiente IM) es trasplantar a un Estudio los bres del mañana. Fueros hutnanos, Ln o^o^'rnfitn muebles, el vestuario y los tipos de alta sociey La cida es sabrosa. tlad. Buen cine no se puedo hacer en esos salol i a trabujailo ya para «MÍÍ todas la- i nes ({ue rtítratiui algiiiuis pt^liculas, salpicados «luctoras yanquis, cosa que podemos decir de d(f trajes dts .s-oirée y smoking, hume<lecidt)S con el muy p«>cos realizadores. Esto nos confirma más vaho dt( lii chiunpaña y perfumiwU>s ctm el humo «pie na«la su prestigio y su bond.id oint^matoticl tabiico ingit's de b>s galaiu>s y el fuerte olor gráíicu. a (vstüicias oritüitah^s tle las dauía.s. Son ambientes El «lirtHtor i n o d i i H ' i o so onciorr.i on un Esrasurados, ;urophul<>s y dv uu lístilo <pie sti muetudio, despui'S que Kigra la admir.ioitSn. y tieve y cambia tron la moda y los cupriclitts. Tienen frank B o i / . - . v i . , - uu ca[)taflor de ambitüitc». ne «pie «'star pidioiulo a todtis los diosos quo no le ttierl.o panicitU» tron estis janliiics públictis de las La.s escenas má.s in.significantí;s tic .sus films .stm «x'hon fuera. Fr;uik Boiv.ago firma uu otnitrato. griuitbs ciu<l:ult-s, ilotitle las bierlias son aftñ^^J'iwU.TiiH cuadro.s al óleo, verdadera- formas y luitos tle verlo «•a«luoa«li> lo h;ui bocho ol ofivP'á.stir,as rie ja realidad. El talento <1»; im rcalizatatbis, los árboles )iciua<los y bis flores criiulas '\f>r ijfc revela de muchas numeras c,n un.i IM«'imi«»nt«t do «>ti«). La mayor parto «lo su obra t^lli trSttditS. 'i^ula. lu h u prtMhu"i«lo on lu F«)x Film, on cuyos Estu('ii|itar itu iuidiicntti uo e.s lit^var :d cituiiua el dios b.i labiM«b> s u fama. Dospuos pa.-ia a la FniluotK'xHilo «le un pritK-ipe y la sonrisa t\o una Sf; revela mediante una buena u mala M-Htt^l . \ i t i s t > - Scirctos. Dospuós. a la l uivoi-sal; princ(>sa... t'aptar un and)ii>iitc tt.s bt tyuo \i¡wv '•-a'íión (realizar (;." f)ont;r <;n pn'ictjfta luia idea ¿Y (dutra que.' Dospiiós, a lu P.iruiiu>uut: .Adiós l'tiuik l'or/.itgc: trasbubu iil litíiizo las cosdim " 'deas); tarnp()<;o rnofliante iiriii IHHÍIÜI <I mala bi<;s, los tipos y U*ti uu'dios y l'oriiias dti vida de a la.v armas. .\ la (\>lumbiu: lliouhrcs del mañana inter|,rt:tHr;ión escénica, ni nuidiantt! fil ivurio y Fwro.t humanos. Por ultimo, a la Waruor drájíi/iierto <{<•. f;(>l(K;ar a les (wt.ori;^ *% • % e.l ¡amslt» las clastis sot'iuU'S más (ipicas y dt^scoiuM-itliis «pie lims l<'ii>l N'atiomd. ou d o n d e tiabaju iiotualbulla, por doii<lc<(iii(Mii «pm c.tiiidiza sus estudios. '{U(i corrcKjionde, ni »;ÍI gr;ulun.r las <!.SI!I!H;LS iiuiitc. Sus films liciMíit tise vigor «pie iiutlic pucdt^ diópara e v i t J i r que ni.sidt<!ii lentas <• vi<»bintHH, ni l'runk B 4 t r y , u g o o s iiii lumibit» inqiiiolo. Magctitir. '=n dirigir los Sxic.cXun y la f;on.stnn;<;iÓH «b; l«».s «bml'ico procodoiitc os pura infolios (>l q i i o baya |-'»ra/|f>í,. l'cclauíamo.s (»aru el .séptim«i urtti tatr.ibiijíulo p.iru toda.s, o casi t t u l a s . i.i.< produc•-•ntfi.s <«[ie<:íf¡r:;iríicnt»! cincínHtí»gráfii-.o.s, y cuantoras yuiiipiis. Fruuk Bor/.a^^c uivció 011 Suh l.ukoCily (Ftali do cr»jemo.s íle.sciibnrlf>.s, b.s v<imo,H in¡iiiifc,sl,mHc

u.\Ni>o T h o m a s H. liu'o falleció en 10-24, Krank Boizage estaba ya considerado en el mundo del cinem a como uu gran realizador. Decir que se adelantó a luce no es justo; pero sí lo es afirmar que su obra es el producto y la continuación de la obra del inolvidable director de Cirili'ación. Xo tiene nada de particular que en aquella época, época de pocos maestros y rnuchos imitadores, Borzage siguiera los pasos íirmes de Thomas H. Ince. Antes, al contrario; SI consideramos que Ince fué el que atrajo a Borzage al cinema, haciéndole discípulo y actor de SU.S películas rodadas en Francia, la c<»sa es natural y hasta lógica Ince fué el primero en ^ p l a n t a r en Europa los decorados. Robert ** ienne tenia una gran intuición para todo lo cinematográfico. Sin embargo, si nu es f>or Intic ^^'> hubiera podido haber realizado su fantástico Caligari, film do grandes flimonsiono:-;, th-oido. má.s q n f í) o t r a CO.-^H, a su.s maravillosos decorado:,.


Sprncrr Tr«r> Korrita Vom.. en «Kurros humanos».oirn maravilla del -é|>tímo arte, llevada a la pantalla por Frank Ror/aKc

*— Mary l'iekíord y l.eviie Howard en «Secreto», fílm realizado por Kriink Kor/agr para la United Artists

l n emocionante momento de <i.\diós a la^ armas», lo Inolvidable p e l i c u l a i^uc Ror/a^c realizó para la Paramount

|X)S personajes de Borzage ti(!nen la más ín- j tima y sentida relación eon la vida; pero él tra- j t a de apartarlos, de aislarlos do ella, si es (piej por vide entendemos imunli), y si es (pie (K r mun- j do entendemos sociedad. Los personajes, en los] films de Borzago, no hacen vida social, sino vida« privada, vida íntima. Casi siempre son do.s, y í todo lo (jue les rodea, ya sean personas o cosas.» está des<lil)ujado. Vn personaje! secundario del ima obra de Borztige sólo interviene cuando nos • va a decir o expresar algo. 8u actuación no sej reduce a llenar huecos o a dar sensación de con -1 jimto. Tal podemos decir de los guardias quej ace(!han a Gino y a su compañera, para encar- j celar a esta última, en Kl ángel de la ralle, o del chófer de Kl séptimo cielo, o de la borracha y el^ ladrón de Fueros humanos. Excluyendo a es'tos ¡ personajes de último término, que en un minuto" de actuación nos vienen a expresar muchas co-' sas, Frank Borzage alumda y estudia en el espíritu humano a través de dos seres: un hombre y j una mujer. Por este motivo se jiresta a muchas : confusiones la intención artística de Borzage. Mu- j chos creyenm que esta tendencia estaba inspira-^ da en la unión artística de dos actores, a cuyo ' temperamento se adajitaba Borzage, Y, en efecto,^ Frank Borzage hizo famo.so el matrimonio cine-^ matográfico de Charles Farrell y .Tariet Gaynor; ¡ pero de esto a que estuviese sometido a ellos, dis- ; ta mucho, Borzage retrata en sus obras aspectos | distintos de la Humanidad, representados por dos | personajes, que vienen a ser los mismos, aunque j en anéi'dotas distintas. En Kl ángel de la calle \ era un pintor vagabundo; en Kl séptimo cielo, j un bombero de las cloacas; eu Adiós a las armas, un soldado, y en Fileros humanos, uno que animcia por las calles, vestido de gigante, unas veces; i de letrero luminoso, otras, y (pie, para ser libre, aspira a ser vagabun(h). i Líis mujertíS de Borzage siempre son de la más delicada feminidad. Sienten, lloran y se sa-' ciifican por cuaUíuier mandat(j o hecho de Ñ\V. novio o compañero. Son muchachitas huérfa- \ ñas sin trabajíi, hambrientas y abandonadas! entre el tremen(io oleaje de los bajos fondos so- \ cíales. Otando encuentran un liombie digno, eli muchachoto fuerte y noble que nos pinta Bor-; zage en sus films, se entregan a él absolutamente ' des))Oseídaí> de los jirejuicios (|ue atan y frustrím j otros deseos ofirimidos por la moral legislada. Los personajes de Borzage son libres y no aspiran ; a más. No se ha dado el caso de que sean eleva- \ dos a un alto rango social. Con frecuencia vemos j películas que son como historias ficticias y opti-1 mistas de cpiienes llegaron en pocos años a ser,! de humildes trabajaclores, potentados y ricos \ capitalistas. Esta inteipretación fácil y ris'ueña] de la vida la dan todos los realizadores vulgares, j de tal fonna cpie muchos iucrédulo.s han llegado] a no conceder imjiortancia al cinema, conside- ? rándole como una mentira y como im juego que ^ narra vanas e insubstanciales maravillas. Hombres como Borzage, granminoría, (porcier-', to) han desmentido en todo momento esta cualidad infantil, esgrimiendo otra más seria. Bor-; zage estudia el ambiente y no so sale para nada! de sus límites, sino í]ue crea y finaliza la acción \ de .sus films alrededor de los j>ersonajerf que sitúa \ en sus dominios. Embellece la existencia da dos • seres, (juc a nosotros se nos antoja apagada por* ser humilde y gris, y de los motivos más nimios \ extrae emoci(mes grandes <pie comnueven con la j suavidad con (pie le hacían los románticos ensus obras. .A (uno le ha tocado en la rifa una ce.sta' de ricos coiiu^stibles,,. Ríen y celebran la fie.sta,' mientras (lue un guardia esj.era a (jue se termine, el banquete jtara Ih^varse a la cárcel a su compañera. Tras la felicidad acecha la tragedia. Bill, compra a Trina una bonita hornilla para guisar \ y hacer más estable el humilde hogar; pero el , tren no deja do dar berridos, y la sangre de vaga- : hundo de Bill se estremece... .4sí es todo cn los í films de Borzage. La emoción, con proporciones ' de trag(<dia, so dosliza .sobre la vida feliz de unos " personajes: cix-rgico y ci liombrc, delicada; y apasionada la mujer. Frank Borzage es un liumamsta, y el Imma- • nismo &s lo (pie triunfa en el realismo de sus obra". \ IWORTV

A. DEL AMO ALGARA

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hsttiiijvMlo unu ful Sil

éff jUfJtííiutiL

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biografías se lian escrito axíerca de Katherine Hepbum? Dos, tres, varias, desde luego. ¿Cuál de ellas es la (pie se ajusta más a la verdad? Probablemente ninguna. De Katherine Hepbum como actriz maravillosa •o sabemos todo. De las múltiplas facetas de su se han escrito los máa encendidos elogios, "ero, en cambio, de su verdadero carácter, de Su verdadera personalidad, nada o casi nada es lo que se sabe, a pesar de lo mucho que acerca de él se ha hablado y se ha escrito. Y es que en tomo de las figuras cinematográficas, y muy especialmente en tomo a aquellas <lue adquirieron la categoría de estrellas, se ha UÁNTAS

creado un ambiente fakso, una atm('>sfera artificial, una verdadera leyenda, entre cuya fina urdimbre se esfuma, se pierde la verdadera [Msrsonalidad. Y a vece.-? tiene aíjuélla tal radio de acción, que, sobrej)asando los limites del público, llega incluso a los pro[)ios compañeros. Asi, por ejemplo, cuando a Charles Boyer le dijeron que su próxima partenaire iba a ser Katherine, no pudo reprimir un gesto de disgu.sto. De Katherine se habían dicho timtas cosas... Se había hablado y escrito tanto de su carácter rebelde, de sus exigencias, de su falta de compañerismo, de su terquedad... Sin embargo, el propio Charles Boyer reconoce su error con estas palabras, llenas de sinceridad y de sincera admi ración: —C^xmfieso que cuando me lo dijeron me sentí un jioco nervioso y disgustado. ¡Me habían contado tantas cosas de su extraño carácter! Incluso amigos míos, cuando supieron que iba a ser mi par-

tenaire en el film Corazones rotos, me vaticinaron todo género de contrariedades y molestias artísticas. Pero fué todo lo contrario. Desde nue.stro jirinuír encuentro me sentí a gusto, verdaderamente a gusto a su lado. Yo estaba maravillado y sorjjrendido, gratamente sorprendido. La mujer o i ^ l l o s a y altanera de la que me habían hablado no aparecía por jiarto alguna. Por el contrario, en todo momento tenía ante mí a una encantadora, gentil y cordiíd (^ompíiñera. Tal es mi juicio de la mujer. De lu a r u i / . diré que la considero un genio. Creo sinceramente que es una de las figuras más grandes que ha dado el cinema. Su arte es maravilloso. Y la razón de la calidad del mismo hay que buscarla en que Katherine no se encuentra satisfecha de su

kalbrrinr Hepburn, <la fea sublime». e« aetualnienle una de las más alias figuras de la rinematografía. Tat vez por ello giran en lorno a su ingenie grandiosidad las más absurdas inveneiones y las más disparatadas falsedades. Murbas de ellas quedan desvirtuadas por las afirmaciones del director Moeller y de Cbarles Boyer, que recogemos en esle artículo


(liibajo hib^tii (iiit> uo logra ol porriH-cioiíantieuto on (ti riu'i[>('HUi>ñi> (K'tall»'. l\>r i>st:\s j>alal»riu< tU>l gran actor francc.s ])uc<ic a|in!ciar. ol abismo qut< mediaba cutre la fantasía v la roalidad. Su^ ombaigi». luiuclla tenía una base mal. S*' decia. N o tioasiente que niulio entro on A sei cuiuido olla trabaja. l;o exige ai es iiH'iso. Ttm sólo admito la pr»>s<Micia ilo los empleados nocerios y do sus auxiliaros, oncaiíN'ióudolos no realicen más m o vuuiontos quo li>s iUHrsarii>s. Di.scute con el director Ac] f'lm e u nna toiuu porfía las escenas y ol tnodo ilc interpretarlas. En íijsiones logra (pie se introduzcan on el guión modificacitmtis o l u e v a s oscena.s. Y llega, hasta adehuitándose al juicio del direc tur, a ordenar la repetición do una escena en la que interviene. Todo esto y nuicho más s e decía. Y justo e s reconocer que se .^•lía con cierta razón, pues que en todo ello había u n fimdo de verdad. Pero ya n o oran cieiias las consecuencias tpie de estos hechos se saci\ron ha<ta fonnar esa falsa leyenda de s u carácter arisco, de s u espíritu rebelde, de s u constante terquedad y s u s frelentes exigencias. Habia contribuido a formar esa falsa personalidatl, de u n lado, las necesiiiades comerciales y publicitarias de los E-tudios, ya que la realidad generalmente queda por bajo de la fantasía. Y de otro, ei que ella jamás .^e preocupó de frenar a e s e potro salvaje, ya que siempre, con destreza y habilidad suma, logró zafarse de la curiosidad periodística, dejando a las plumas e n completa libertad. Pero veamos cuál era el fondo de verdad a que antes hemos aludido. \"eamos también dónde termina la realidad y comienza la fantasía. Katherine, se decía, n o consiente que nadie entre e n el set cuando ella trabaja. Cierto. Pero n o por u n mero capricho, sino por venhulera n e cesidad. Katherine e s una de las estrellas más nerviosas e impresionables. .Su esfuerzo de creación es tan grande, s e entrega de tal modo e n ' i inter{)retaci6n de s u personaje, que puede (Icciise rjiK^ lo v¡\c ir *. • raente hasta e n s u s más pe.^ueña- emo'-'iones, hasta en si: más nimias reaccione.* poiquicu Pero el más ligero r u d o la ha« •^alir de su abstnu'ción esjtirituiu ¡u-tística. VAI una ocasión, el auxiliar do un o|M'rador qae estaba a sus espaldas tuvo que realizar un jHHiueño movimiento para iwobrar el etpiilibrio tpie había [)ordido. Nadie se aperci bió ilel incidente hasta que Katheríjie, interrumpiendo la escena, se volvió para preguntar: «('.Qué pasa?» Es una camarada ideal y una excelente compai"iera, con un humor envidiable. Sus tan comentadas exigencias quedan reduiMdas a rasgos de compañerismo como los que vamos a relatar. En su deseo de que todos cuantos c o m p a ñ e r o s tomaran parte en su film, triunfen y bri'len con luz personal, durante el laje de Corazones rotos, hizo lUe se escribieran unas escenapara .John Beal, que había sido su partenaire en Le ¡etií Ministre, y que apenas tenía que intervenir en el mismo. En otra ocasión, y tamt»ién durante el rodaje de la misma película, en una e-cena on la que tomaba parte con un actor de inferior categfjría, de .segund > plano, éste, nervi so y descfimpuesto, no acertaba con la interpreión justa. I>a escena se tenía que re|K!t¡r una vida de esta gran actriz está jalonada de hechos otra v e z , agotándose por momentos la piM;iende esta naturaleza. Veamos, finalmente, lo «pie cia de todos. Katherine, ha<;icndo.se cargo de la de ella dice .Moeller, el direc-tor de su últhno film: situación del muchacho, que quizá en aí(uellos — R s o de que Katherine es una ruda prueba momentos se estaba jug^uido su [torveriir, exclapara un meteur en scéne es una leyenda más. mó, ante el asombro de todos: Katherine no es difícil de «iirigir. I>a rapidez de -—Yo he (•-fu!'' rn i! i-u <••< i X'.irno-' a su íierebro e.-> admirable, y su dariiiad y comrepetirla. |>reasión, también. .V ¡ihrÍAV (J<: e.-,t.(; il].-:t,,iJjlO (;) ietol ,11 Trabajar con ella es un jiliM'er. Es infatiga;dida serenidad, y t'Klo .se dc-ilizó y a como ble, \ su flexibilidad artística la |)ermite rtMlar una hCíla. I II unos minutos las más oput)stas escenas. .Su orgullo, su alt.rineria, os otra «ie ia-, <;osas (üerto «pie en o«^asiones li.s«Mitimos sobre las <! la han censura<lo, sin tener en cuenta «pie s«m escenas «pie vam«>s a nnlar monuiíitos d«»spu<Vi. j.nciHiuaente lo.s o()í!rarios humildes" del EstuElla ex|H>fie su piii)t<» de vista. Y o la duplico, dio, lo.s elcítri'-i.sl-i.-', iriíwjuinistas, rite, sus moy surge la discusión, en la «pie «¡ida uno «Icfenjores amigíjs, y buíi'ia pru(!t)a 'le. «¡lio >;H <[nv. en «lemoH ardoro.saiiKüite nuestra t«vsis, (íuizá ella, !''- KstUílios níldií- la. II;imi;i nr'i <vu' K i t l u r i i w , con más tesón, c o n algo do l.«ír«pie«hid. Pero es la icilla y familiarmente suya un» U-npiediul iulciligiMit»). Debido a ello, .si Muchas má.s c(»:Sas p<<'lii.iJi «oni.u ilc nU HO la conveiii'c, abandona su o|>iní(')ii, y acepta .idialida/1, «rompañerirsiiKi y :se,iicillez, pues lu jubil«i.su la del «contrario.

Kl rostro «Ir Kalliav r i ñ e lirpliiirn, dr uiin p e r s o n a l i d a d «lestai-aila e Inriinfun<lild<*, tiene unas veces rasgos «le firmeza y energía, perfiles de bondad y de ternura, o t r a s . . . Y siempre, en ^u mira«la, limpia, serena y altiva, la luz protligiosa e inconfufiililde del tálenlo. Me aijuí el perfil <le Katherine llepliuni. <egiin lo han interpretado un gran dibujante y un famoso escultor

Por cierto que fué precisamente Moeller quien cuando Katherine comenzaba, la aconsejó humorísticamente: —Vuélvete ¡d Ciunpo, hijita. Tienes tiui buenos y bonitos colores, que es lástima lo- tiícv.1:i^ en el teatro y en el cine. Así es Katherine. la maravillosa actii/, ^ut t.ni rápidameuto supo conquistar la gloria con su arte magnífico. .\.si os, tan «lisfiuta, tan opuesta, tan «lifereiito a como nes la habían hecho imaginar, «pie nos }>aiwe estar contemplando uua imagen nueva. .\si es la mujer do (piicn Max Ixoinhanlt c\ gran dirtíctor austríaco -, al elegirla como una «lo las doce mejores ostrolias d(> la jiautaJla. ha di cho: «Rs un tipo de m)voda«l artislica, d«'sdo t>l punto de vihta <lramátin>, tpic so aparta de todo lo cimocido hasta boy». I.l «•lANo or V K K I ' D O N D O

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EL RENACIMIENTO DEL BUEN (UJSTO S B ha dicho muchas veces, y no de un modo exacto, a nuestro juicio, que la elegancia es en la mujer algo congénito, personal, que ni se compra ni se aprende. Kn cierto modo, la aJFirmación no carece de fundamento; pero no puede aceptarse como axiomática, toda vez i que la práctica exhibe con gran frecuencia numerosos I casos de mujeres de modesta posición a las que un súi hito cambio de fortuna puso en situatrión de mostrar K BU mayor o menor capacidad de adaptatrión al nuevo medio, y que no sólo lograron desenvolverse en ól con soltura, sino que se asimilaron de un mí)do rápido y fácil todo aquello que iba a constituir su nueva vida. No asi acímtece al hombre, cuya sutilidad no sólo os inferior i a la de la mujer, sino F l o r e n c e Rice luce e n que, además, propende a esta folo un original Iraje de tafetán con rayas de una tácita y sub<'onsciencolores brillantes, c o n te resistentrirt a ttMla evograndes puños a la altulución. La nmjer re<()ra d e l c o d o y amplio nozcÁmosla, noble y es1 cuello en glasf azul i marino pontáneamente, esta loa-


Vbai»: Kl g r a r i i H x i liijama ron qur la «edurlora Magda Kvan* ttr no» murtttra rn n«ta foto, junto al falfo arantilado dr una rsrrnografía. rs dr punto dr -írda blanro. > su úniro adorno ronsislr rn qur IM b»lanr» « I«H ojalm dr tono arnl roballo

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ble cualidad -posee un espíritu abierto a todo lo inédití», a toilo lo que signifique cambio, novaiad, renovación. Sólo así pue<len hallar explica«'ión las radicales transformaciones que los grandes modistos hacen sufrir a la cnoda en el.breve lapso de una a otra temporada, .seguros de que sus iniciativas, por el sólo hecho de ser nuevas- -de una novedad harto dudosa, por otra parte -, han de hallar en la mujer una a<;ogida favorable. Cierto que hay damas a la.s cuales cab<> denominar maestras de elegancias porque poseen no sólo la rara virtud de seleccionar sus toilettes con un ran) acierto y un gusto exquisito, sino que las prestigian y ennoblecen,

ott>rgándolas c a t ^ o r i a y rango do verdaderas obras de arte por el sólo hecho do saberlas vestir con una rara distinción y tma excepcional el^ancia, colmada de personalidad. Pen» esto, como to«h>s sabéis, es lo excepcional, lo raro, lo infrecuente. Hay algí». .sin embargo, que puede suplir esta facultad, sólo asequible a ias damas de excepción, y es, a saber: el buen gusto, la discreción y el conocimiento de si mismas. Por fortuna, estas tres cualidades son en la mujer mucho más frecuentes de lo que pudiera pensars4>, y ello apreciase con sólo observar cómo en las salas de espectátíulos, en los dancings, en los paseos, se aiíentúa de día en día una generalizada corriei te de distireta distinción, de prudente buen gusto, de sabia armonía en bis colorido y también cómo s<m cada dia más esporádi<;js, más exóti<; is, los atavíos inarmónicoy extravagante.-!. Ello acusa un a modo de renacimiento del buen gusto, un raagnífiíx» y espléndi<l«; fhtrwer de la distiniñón. una tenflencia clara e indudable hacia lo bello. ¿(!)ausas? ¿Quién ptnlría determinarlas? En principio, y sin penetrar en filobofías inadei'uadas e imtportunas en un tema tan trivial y efímero como el que tratamos, cal>e afirmar la existencia indis<'utible de un evidente refinamiento femenil. La mujer de hoy, al afirmar, (¡orno lo ha hecho, su |)ersonalida<l, al re<;abar junto aJ hombre un puesto do vanguardia en la luííha por la vida, se ha independizatlo y vive por sí misma, libre de trab;ds, exenta ile prejuicios, horra de tumvencionalismos trasiuxbiMlos. iiiqM>niendo .^us gustos, marcan^lo libremente sus preferencias, adoptando para sus at^tividades, y a la vez para su adorno, su r ^ a l o y su placer, aquello que mejor la acomoda Ks aliora, pue<lo detürse, <>uan<lo la nmjer |H»rfila, define y s.<'ñala su verdulera y auténtica ()ers« mal idad. Omgratuléinonos de elUr si ese triunfo, que nadie piunle discu tirla, ha ser\ mío para sumar a su luvhizo et«Tio i intlestnictible el nuevo encanto de una nueva y arntlladora feminidad, presidida y exaltada j>or el buen gusto, |Hir la distiiH'.ión v por la elegancia. M


las venas. A las pocas semanas, .lessie Matthews era la favorita de las jtantallas de habla inglesa. (^oasagrada como estrella, cre<') para ella nn marco adecuado a sus facultades: Siempreiñm, en donde se reveló como la mejor bailarin» del mundo. Madeleine Carroll, la aristocrática actriz tic co media, supo em'amar en Yo he .sido e.tpia el tip« ideal de Marta Knokaeil, la (bmcella belga, mártir de su patrioti.sino manso y sublime. Madeleine Carroll, tras una labor temjjoral en Ilollywood, ha vuelto a l/tndres para tomar el papel central de Treinta y nueve escalones, con Robert Donat, el Monte-Cristo de la Paramount. Le faltaba a Saville demo.strar su clase en el film histórico, y abordó sin titubeos FÁ duque de hierro, con George Arliss. Aqui se nos revela como insuperable animador de masas en exteriores. Las cargas de (caballería en la última fase desesperada ele la batalla de Waterlcjo nos remontan a aquellas escenas del antiguo cine mudo que añorábamos desde la llegada del cine sonoro. La película esperada alujra por l(js devotos de Saville es la famosa Eveusmiti («Cancitm del crepúsculo»), en que trabajan juntas Evelyn Lave y Fritz Kortner, el populaj- Chu-Chin-Chow. El «clon» de esta película es la aparición do la bellísima española (\)nchita Supervia en varias escenas de óperas conocidas. La temporada próxima nos brinda la consagraci(')n definitiva de Saville, el hombre modesto, rjue, bajo la sonrisa insignificante y la mirada miope, disimula uno de los más sólidos y maduros talentos de la cinematografía del día.

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ITANDO se escriba la brillante historia del cinema británico habrá que dedicar varios capítulos a Víctor Saville, el director multiforme que ha logrado con una sola película hacer que el mundo entero volviera la vista asombrada hacia los Rstudios ingleses. Pero el verdadero mérito de Saville ha consistido en mantener la altura conseguida en Yo he sido espía en sus creaciones posteriores. En géneros tan opue-stos como el espionaje y la revista ha conservado la misma mae.stría y seguridad. El lema de las películas de Saville pudiera sintetizarse así: «No sobra ni falta un solo fotograma.» ¡Aquella sobriedad maravillosa de Yo he sido espió, en que, reloj en mano, podia contarse por segundos el lento cerrarse del círculo de hierro que iba aprisionando a la heroica Marta Knokaert en las redes misteriosas del frente invisible! Otra rara virtud de Víctor Saville es la elección de estrellas. Las saca del anonimato para su inmediato ascenso a las cumbres del estrellato. Así, vemos que lm nombres rutilantas de Jessie -Matthews y Madeleine Carroll han nacido a la (celebridad bajo la batuta milagrosa del gran Víctor. Son muchos los admiradores de este realizador inglés que tienen curiosidad de conocer su aspecto físico. Resulta imposible hallar un retrato del personaje. Tan sólo algunas instantáneas tomadas a hurtadillas durante la filmación de alguna película ¡Pero Saville es tan nervioso, que siempre sale movido! Hemos logrado sorprenderle en el momento en que da instnicciones a uno de .sus actores... ¡Naíla menos que el primer ministro del íiohiemo inglés! Vedle ahí con sir Ramsay .Mac Donald en los preparativos de una charla patriótica que el gran político se dignó impresionar para la Gaumont-British. La marcha triunfal de Víctor Saville tiene su arranque en Compañeros de fatigas, la populansima novela de Priestley, equivalente a lo que es on España TM casa de la Troya. Para [)rotag(m¡.sta llevó Saville a una bailarina dasccmoíáda que arituaba en un modesto «varietés» del barrio nocturno londinense. Era una irlandesita con sangre malagueña en

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O o r i r i - Arliss cii F.I (liii|iif (l« h i i ' i O " . film IM el i\'H' \ í c l o r Su> ill>' li:i i K o n i c t i d í » . Cl.:. !»i.»iM» ?.riíiirrt y iiiiil!Íslrnl.i-l liMiia hisl ó r i c o ¡ i o \ mil iMi liiiL'ii

^ ir t o r S t n i l l c . ron iM'H>>ii'iii (If lili rcporiHJi" (•iiK'niatognific»' al |iri->iilciil)- <li-l Consejo lie niiiii..(ros <1' liiülalcrra, »ir M.'ínism .Mr.i- I)i-"nlil

MiHlcIriiic T a r r o l . IicI lia raiii(i>a i-ii lixlii rl intiii<lft con -II priiiirra |ifli('iila ^ <i li<" sido rspia I


/^odtos

Áe t a puní a Ilu

Irene Dunne está entre las mejores figuras nueva» de la pantalla. En ella »e unen una gran bellexa y un magnifico temperamento He aetrís. Su extraordinaria tenaibilidad triunfo en ruantaa produeeionet ha inteipretado. .Su última gran erearión et la que haee en 'Roberto', uno espléndida rinta—no ronoeida todavia en Etpaña- que rurnta ra ron un ambiente de expertariÓH en lo* grande» mediim einematognífiros del mundo


,\'« tifmprr hn dt xrr el gfilán riásiro, de rostro perfecto y udemaiieit llpiciimente donjuanesco». Frente a ese patr^ Iradirinniil de IOH solones de rineoia no hoce fulla citar ejemplos ofrece Paul Muni. .el galán feOf. su rostro, que no tiene rsn im/ierahle corrección de lus otras rostros populares. Ese es cl mérito del gran actor: haber impuesto con la niagn i lil II min/tolia de su rustro incorrecto nn arle rn i/nr la sobriedad se une marat-illiisomente a la expresión. Su arte y SU» reruisos ili- galón son dislinlos a los i/iir liahiluolinenlr sernos en las paulallas. Sn nimio de hacer es, n un mismo tiempn, mnihirrz y juventud, serenidad refle.riva e iiii/ieln apasionado. .Sólo el gran odor que es l'aul Muni puede eonteguir en Uiiii iiiisinii ireorión esos ilos caliiladrs inlerinelalitas. l'uiloH HiiH pelirnias ninesiran ese dohlr raiáclrr de sns inlcrpreliicioiies, llenas de sinipatia y de natiiralidiid. Paul Moni no hoOr de arliindrx ofecladas. de jxeslos rígidos y leoiroirs odeniaiirs. Todo es en el uno citcanladorii lliirri-:,: graria sencilla y esfionlónea, jugoso y cloro. I en esle senliilo. y por sn arle fcriladeriiiiieilte adniiroble y pfr> Muni rs iiiaio uno relteldia, como nn prnaclio aislado en el rorit dr los galones rineiiialogrii ticos


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¥J ci**''^ con»i''''\' ^

conutanle renovación, y »u« filas se nutren * " O t t i b r e s nuevos, de nuevas

incorporaciones

due vi**^ "erogar los ejércitos innumerables del é ' » " arle. / 'ra d kl 'li/'" d " P»é>"« ^"y varias expresiones del ros trob*'''^^ uno J'

* '^'"y (^arlisle. En esta actriz tiene el

cinema

*»»ás recientemente consagrados. Se h a dicho

much*' ^ j * ' " * 'a pantalla es nn arte de juventud. Viendo} estoK del»!'"^^^

** " u e v n s estrellas cinematográficas se e o m p r e n j *'*"*ción de juventud y d e alegría <|ue llena el|

arte íl*^

*' '^'**y Carlisle. de una gran Kelleza y d e u n a

eleáa"'''

' ^ ' " • ' « r n a , encarna perfectamente esa gracia j o v e i l del séptimo arte.

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M

: \ m i !• «le iu>tii'i!ls riii>>l:iii cslos «llits |M»r K>s prnuipali'.-i Ksiii>lii>.s CIIIKIII-OS filu'iiui. Ku i'I tli'siH» ll»' tK-iillar a los v'W do l^MKOKAMAS ol illtl'llsivo IIIOVilllioilto v'.i- U ptvdiuv'ión OKUtuuMU )l. tr.hMnos liov a osr.'is ivliiiima-i l;u>» uvas impon.iiit«'s miovas «|iio lia ad«> Kurop.i ou la somana ipu' (ormina

l ta vuoN 'luiúi-ítar o.-tivllas gormaiia-í jvrdid.is oti i.\ i.;:iuunont«> yaiujui. I.ilián llaivi'v. no (.•ompr.nidid.i. al paroior. on la tumiil-ii Nortoauíorica. vuolvo a n«<ilm. dondo t>s : • , r" i ' maiit'iM rorooiziát'ii i \ ,.'.t' í . k ; . : . Uudqa coiu/uiitil. va a iniesta en oscona por l;i nii-iiia pnuhiotoia: ..v< montañ.is báv.\r.is so h;ui eomeii/.ado ya i¿ir liv extorioros. Ld miwhiwha •luana y Ha:v/¿- #on ofros dos films de ouyos repartos no | < otras noticias que las que asociuiui la | 'vioiÓD do nombres oompletamente nue- ' - eu imibas cint.i*. En Borhn acaini de ser es•áad:- V J - •• "^.•> h\'ter.<burgo. cuya figura oemr.lI ipositor Strauss, rey del ' vals, •.iur.rnt A a a Corre Imperial Rusa; hav en .a vida de Strauss el rit ."e de íus obras, y la cosa -.i. ..i 1.1. ooii barroca, de aquellas • •iTii.-. Fn - - ' . n M , unA película suntuosa • i >. v ' r . i ,

; •-.

.

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lU H a i v f y . V.ii ••MUijiafíia

a franoéí Henry Garat empezará a rodar rii ;.>róximo me? de Junio Capricho, dirigida por .Jeán B<;>yer. que. naturalmente, nada tiene que ver eon Charle?, el protagonista de Tji batalla. Eo contraposición a este tono frivolo, el drxtor GoebbeU. ministro alemán de I'ropagiinda, ha pedido que le pasanm en prueba privada la cinta Juana de Arro: los productores de Neubabelsberg le invitaron a la proyección verificada recientemente en aquellos E»tudios a los pooo.s momento.? de terminado el montaje del fi .\nna May Wong hará una pelicula para Alemania. ¿Titulo? ¿A-unto? ¿Reparto? Nada se .sabe. La .Miy Wong lleva su tono oriental hasta le? anuncios de sus próximos films, ¿Otro extranjero en Beriin? Si; el francés Edmoml T, Grevill»; va h í;mf)ezar el rodaje de Ayer y mañana. Beriin irá a Estados Criido:-;, una v e z tf;rrninada aqu<;il-i [»n»ducción. l'ero nada de e-to tiene rnayor impoi t.incia, al lado d<- una reentrte .?cri- ifjonal: la de Kmii Janninír=. e| crenial creador de l'aripf^. Emil encamará el papel de Bismarck en una cinta basada en la vida del Canciller de Hierro. En Paris se acaba de estrenar Canción alrededitr del mundo, cinta hablarla y cantada en alemán con subtítulos en francés. Film que, más que nada, sirve para poner de relieve las excelentes condiciones como c a n t a n t e de .Joseph Schmidt. H a y exteriores de gran efecto, logrados en Venfi<;ia, la fotfigénica ciudad, (banales, gón»lolas, calma románti<;a, melodías, etcétera. La mí.s.se en acéne, de Richanl 0>wal<l, |K!rf«ct a La )ula|itación friuicesa «!S d«' Jeán íJodanl. Pura Cíilebrar «d cetitcniuio de los CÍUUÍIKIS de

liierro, cu AI)Miiaiiia, el Goltieriio de Hitler lU'ordiulo realizar nn gran fibii d<-.-IÍMado a iiio d a r («nías bis formas d o la tu tividiul btrroviaria germana. .\c< IIUIIIKMII^-, los pni<liict.<(re,s oficiaJiM di" l a giaii oiira lian cuii.scgtiido nn "^raii trcüi <is|MHÍal con iiLstaliu-ioii<-,s t.oiiiavistas, .soiKiras, < t celera qiio!<vs|N*rmitírán riMJar exterioreseii cuidqiiicr parU* y e n cualquier iiioiiicnto. El film ,se titulará /Vi.v Sliddtirr, qu«; sigiiifi<-a literaliiutiiti' IAI bestia de arero. . ^ :.. ........

¡AUMUÍÓII, aU'iición! Afpií Radio Kay Francis esti'i camino «le Europa, ¿tillé va a liiUH'r Kay Fnuicis c.it Eiirofta? ¿ l ' n film? ¿O es un viaje «le turismo, en fuga piecipitíula d«' l«»s l'lstiidios americanos? . \ i !«< iiii«) ni lo «itro. A|M»nas h a llegado .Maurice Clu valicr a Frjuuña ciian<lo .se anun«ia su matrinui uio con Kay. liOs siis|)i<*aces ajMtyiui la noticia en otra, hecha a su gusto: la protagonista de Viaje de ida piensa reposar d<!s meses en París. Y afirma una revista francesa: «Rsta próxima llegada no justifica evidentemente el anuncio «Je un enlace entre los dos arti.stas; pero es curioso de todas formas seíialar «pie Kay Francis viene a Francia cada vez que Maurice Chevalier se encuentra aquí igualmente.» ¿Publicidad? ¿Descanso? ¿Coincidencia? ¡Vaya usted a saber! Pero )ulsando antenas subterráneas, oteando bamlalinas, hnsniean«lo en tertulias sensatas, pare «e l('>gico afirmar un pr<'>ximo enlace Kay-Maiirice. Por adelantiulo, nuestras felicitacituies. Ahora, variación al Norte. Paramount contriiye en Londres, sobre el Totteiiham Court

, tilo, (dio! CiM'.diiAMAS.

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lti>M<l, un gran salón «loí;inema ';apar. para aJf gar «Miatro mil <rtjKj<;tador<^. Inglaterra trabaj.i. .Muy int«;ni-;ivam<:nt<). A ku caílena «ie tiriAw«tiones «1«; tip<) bÍHtóri';o ÍL'JS nm/rres a-. Knriifuf. vm, Catalirví lU. Itusia, El duipjji d« //ierro, í;t<;., et*;., toflaít logra/la^ pr«>«Jigi'>;a/nent«), unirá ahora una nufjva etapa «ie hu < • ' uio y meti<:ulosi'la«l í;in<ígráfifMO!. YM 1«x; 1. de la Briti-h Dominiíms se «í.'-tán Hitando ¡',- iiimjs l'ey oj obi ¡hury y WhiU; ¡ÁUu:, fj'iavía sm títulos en español. Gaumont British temiina en estos días treinta y nueve HVeps con Jack Buchanam de protag'jnifcta. El direct^jr de eK^na, Michael Powell, rue«Ja Young S'owheres en lije Estudios de Te<ldington, «.-on fMmunfl Knigth y Margarete I/jckwood en calidad de prtrt^oniBtas. Todavía má.-;: .\Jfrfed Hitc-hcock prepara ,St»fonias de I^jndres. "Y Cíjnrad Veidt, el íreniaJ «Tca'l'jr «leí .Judio .S'u-s.s, r'^dará des ' ira .\lexander Korda; píjr cada uno dt ..ios cobrará cerca de un millón de pesetas. A este las'o, Inglaterra superará a los Estado? T • " lasta en las retribucione.? monetarias, Y como final de todo e?to, ¡oido a la caja; .-MI .\driam Baillie, miembro de la Cámara de los Comunes, que se encuentra actualment* en Hollywood, ha manifestado antes de empl-ender el retorno a Inglaterra que.los productores de películas norteamericanas sufrirán la má? intensa competencia de los productores británicos, que van a utilizar un nuevo procedimient-o para los films a todo color.

R;ulioesoucha ciuematográfico. Vuelve a gor Francia con tu ap;irato y atiende. F.n el Kstudio do Neuilly. el metteur Din.. Ki<?aiu>ff rueda Escrúpulo, oon Cliarlotte Davia y Jacques Maury; León Mathot ha contratado a Jannine Guise para que oon Luoión Baroux figure en el reparto de IM Mascota, do .\u drán; Jeán Tarride empezará, cmmdo t<>rmin< Velódromo de Inrierno, una nueva protluc«'iór con el título de Le Glu; ol próximo film do BiU-i se titulará Gol^ie de riento, y soni dirigido jwr Henry Wulschlegor; Loo Joannón dirigini .-Ifrnas alegres, con Lissotto Lanvín y l.ucion Baroux; I>¡ta ParUi saUlrá 011 brovo para N'iona a rodar IM mujer blmira del luuljtüi: R«<bort SiodmiU'k prepara hi rida ¡Mirisicn. «lo l>ffonbíic-h, «pie .será tomada c«>n vestuarios uuvloiiuis: Paúl M.-isuior ba t«<rinina«lo /.7 «"lor gar.it, con «.Mis.s Fraiu la l'Ji>4»: Laclen ii<u«.at\ iiuuaiara también en IMS misterios de taris, y (Jhristián .Ja<(ue nieda lü timbre de alarma, con Jeán Murat y J(jssotte Day. ¡Ah! ¡Y PVancia rueda, por fin, un film en colores! .lean Vallée es su realizaílor. Titulo original: Jeune filie a marier. Reparto: .Jo.seline Gael, .Marj- Berr\-, i Maurice Escande, Jules" Berry, Henry Debain y Line Gevers. _lA¿mm

ALDAOLA

.\nna Ijer, la jovrn actriz del riiirina ingU*». y l.e» Alien, as dr la Kadio dr l.,ondrrs. qur iuirrtirnrn r o m o prinripalrs figuras del nnrvo film dr la (Gaumont Itrilisli, liliilaflo <KI c ó d i g o ! , sobrr un asunto sudaiurricano


F»»o

e , ,o f , a , e q u e o i r á u s t e d d . lo» l o b i o , d e m u j e r e s cuyo silueta p r o d u c e a d m i r a c i ó n p o r la d e l i c i o s a p e r f e c c i ó n d e sus lineas, d e m u j e r e s q u e h a n p r o b a d o GELÉE MITZA.

Y e s q u e GELÉE MITZA e P*»' científicos e s p e c i o l i z o d o s .

d i f e r e n t e o t o d o lo q u e existe p a r a a d e l g a z a r . Es el r e s u l t a d o a d m i r o b t e d e l o b o r l o s o s e s t u d i o s r e a l i z a d o s e n l a b o r a t o r i o s d e a l t a

reputac.on

GELÉE MITZA froto la g r a s o c o m o u n o e n f e r m e d o d mós d e l o r g a n i s m o y n o l e s . o n o , ni s i q u i e r a p o r c i o l m e n t e , p o r t e o l g u n a d e l c u e r p o . ;

GELÉE MITZA e s un t r o . o m i e n t o e x t e r n o , y p o r m e d i o d e friccione, r e a l i z o el m i l a g r o d e o d e l g o z o r la p o r t e d e l c u e r p o q u e se d e s e e , lo cuol p e r m i t e mod.fi.cor l o . I . n e o .

' " P e r f e c t o s con focllidod. GELÉE MITZA s u p r i m e to n e c e s i d o d d e ejercicios violentos, d e r e g í m e n e s i n s a n o s y d e m e d i c o m e n t o s nocivos p o r o el « ' 9 ° " ' * " ^ ° J * ' ^ ° ' " " ^ ' d e b e rectificar u s a n d o GELÉE MITZA, q u e n o r e q u i e r e p r e p o r o c l ó n a l g u n o , n o d a ñ o n. u n t o lo p.el y es s u m a m e n t e e c o n o m . c o .

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l o r a p i d e z d e o c c i ó n d e GELÉE MITZA e s tal, q u e o v e c e s en u n o solo n o c h e s e o b s e r v o to r e d u c c i ó n d e 1 o 2 cms. e n el c o n t o r n o d e lo p a n t o r r . t t a . Pido h o y mismo el folleto explicotívo d e Estético Mitzo, q u e e n v i a m o s g r a t u i t a m e n t e , e n el cuol h o l l a r é u s t e d , e n t r e o t r o s d e t a l l e s curiosos, tos p r o p o r c i o n e s q u e c o r r e s p o n o su e s t o t u r o . Precio: 1 8 , 7 5 . C o n t r o e n v í o d e 1 9 , 5 5 p o r g i r o postol se r e m i t e p o r c o r r e o certificodo.

* V U O R V I O n i O n i I . D O C T O U V I I ^ A D O T , S e r H ó n C . TK C o n s o j o < i e C u a n t o . :í(K{. B A R C K ! 0 \ \ DK VKINTA L O S PHINCII» M I S C K M H O S D F K S P K n K I C O S V P F H F I M K H I A S D F FSFAiÑ A


. 0 9 PREMI09 DE L A ACADEMIA DE ARTE9 Y C ENCIA9 CINEMATGCRAF C A 9 DE HOLLYWOOD

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A Academia de Artes y Ciencias Cinematográficaí? de Hollywood es Clark Gable. por su actuación en It Happened One Night, y Frank Capr la in.stituci6n más seria de su género y una de las más conocidas por la dirección de It Happened One Night. It Happened One Night una pehcula de la Compañía Columbia Pictures. y respetadas en el mundo entero. Entre otras muchas funciones de transcendencia, tiene la Academia la ''c estudiar el progreso del cinematógrafo no como industria ni considerando en absoluto ninguno de sus aspectos comerciales, sino como arte .V ciencia, y asimismo la de premiar anualmente a las personas que direcTodos los añot, se celebra en uno de los mejores y más elegantes hotamente intervienen en su mejoramiento y contribuven a su populateles de Los Angeles un festival organizado por la Academia, que consisridad. te en im banquete, distribución de premios y baile. En los últimos años La actuación femenina, la actuación masculina, la dirección, la fotoesta fiesta ha tenido lugar en el hotel Biltmore. ^rafia, la dirección artística, la dirección técnica, el desarrollo cinemaApenas terminado el banquete, un delegado de la Academia (este t^*gráfico de las obras y la producción de las mismas, marcan las varias acaño lo fué el conocido humorista Irving S. Cobb) abre un sobre, que con- i tívidades cinemategráficas a que la Academia presta especial atención. tiene el resultado de la votación secreta de sus miembros v va llamando ' ^ cada una de las personas que más notablemente ha destacado en a cada uno de los agraciados y les entrega una linda estatuita que tiene ' cualquiera de esos objetivos recibe de manos de un delegado esp>ecial una toda la apariencia de ser de oro; pero que, a juzgar por la facilidad y ^ t a t u i t a de oro, trofeo que habrá de recordarle en adelante que triunfó descuido con que la tratan los que la reciben, no pasa de .ser de un me6n su linea de trabajo sobre todos los que se dedicaron a él. tal ligero bañado de oro. V Muy poco, o casi nada, sabe el público en general respecto de la Se dice que las deliberaciones de la Academia son secretas, que nadie \ mayoría de los sujetos anteriores. I Y al decir «el público» incluyo en tal concepto a una buena par- sabe su resultado hasta el momento en que el delegado abre el sobre a / te de los escritores cinematográficos con los que a diario me en- que me he referido en presencia de todo el mundo. Pero Clark Gable se / cuentro en los Estudios, y a los que frecuentemente veo en los es- retrató con su premio media hora antes de que se le adjudicase, y Clau/ trenos y exhibiciones de Pren.sa de las películas aquí producidas. dette Colbert se presentó a recibirlo en traje de viaje (cuando todos Ix) que en realidad despierta la atención estábamos vestidos de etiqueta), asegurando que no podía detenerse pordel público es conocer qué actriz, qué que debía tomar un tren para Nueva York. ¿Por qué Clark se retrató actor y qué director h a considerado («n su astatuita si no sabía que habia de ser suya? ¿Cómo se le ocurrió la Academia superiores a les demás a (Claudette ir al salón de baile más elegante de lx)S Angeles, vestida de durante el año anterior, y, por viaje, pocos momentos antes de que saliera su tren, si no fué con la intenconsieruiente, han sido premia- ción de dar las gracias por un premio que no debia saber qne le iban a conceder? dos por ella. Probablemente no hay un artista que ansie tanto el supremo galarHe anuí los nombres de las actrices, actores y direc- dón concedido a los de su profesión como actores y diretttores cinemato lores premiados por la gráficos anhelan el premio de la Academia, aunque muchos, antes de conAcademia, desde que seguirlo, parezcan desdeñarlo. tales premios fueRecuerdo que en mi primera entrevista con Claudette ('oibert apenas ron creados,y las hace diez meses, le pregunté si había conseguido el premio de la Acapelículas e n demia, y me contestó con adorable desenfado: «¿FM hecho de que lo huy qne sobresa- biese conseguido le diría que soy una buena actriz? ¡E^o no quiere decir lieron: nada!» ^ D e l ].*» d e Pero la otra noche, al recibir su estatuita de manos de Cobb, casi Agosto d e 1927 llorando de emoción, improvisó un pequeño discurso que le valió una al 31 deJul¡ode102«: ovación imponente. .Tanet Oaynor, por su acOtro periodista, .sentado a mi misma mesa, me decía: «Rs una gran ^^^Mpr tuación en SeverUh Heaven, actriz, ¿no le parece?» «Sí, señor—respondí con sinceridad- : ¡es una ^^^^m Street Ángel \ Sunrine: Emil maravillosa actriz!» ^^^r^ Jannings, por su trabajo en Way of Este año hubo ima nota emocionante de verdad. Por primera vez la All Flesh. V The Last Commanñ, y T.e- Academia creyó oportuno premiar el trabajo de un niño, es decir, de una wis Milestone, por la dirección de T\oo niña: Shirley Temple, la adorable, que tiene más admiradores que ningrma Arabian Nights. otra estrella de la pantalla. Del 1.» de Agosto de 1928 al 31 de Julio de 1929: El mundo entero admira y celebra con entusiasmo poco frecuente el Mary Pickford, por su actuación en Coquette: Wamer trabajo admirable de esta excepcional pequ ñuela que h a impuesto su Baxter, por su actuación en Tn Oíd Arizona, y Frank frágil personilla en todas las pantallas. Tjloyd, por la dirección de The Divine Txidy. Cdbb, al darle su premio, le dijo con voz .sentida que realmente le ^ Del 1.» de Agosto de 1929 al 31 de Julio de 1930: Norma salía del corazón: Shearer, por su actuación en Divrcee y Their Own Deaire: George «Cuando Dios te trajo al mundo nos hizo el mejor regalo que la HuArliss, por su actuación en Dviraeli y The Creen Goddess, v Lewis Mimanidad jamás ha recibido; tú has hecho felices a más hombres y ha.^ ^estone. por la dirección de All Quiei on the Westem Front. hecho reír a más niños que criatura alguna desde q u e l a tierra T^el 1.0 de Agosto de 1930 al 31 de Julio de 1931: Marie Dressler, 1*^^ su actuación en Min and Bill: Lionel Barrj'more por sn actuación existe.» Shirley le echó los brazos al cuello y empezó a besarle. Fué una esc( Free Soul, y Norman Taurog, por la dirección de Skipjry. na que por lo espontánea y sencilla puso un acento de ternura verdadei T>el 1.0 de Agosto de 1931 al 31 de Julio de 1932: ITelén Hayes, Por su actuación en The Sin of Madelon Claudet: Fredric March, por su y de emoción auténtica en aquella solemne fiesta donde iba a premiar**'tuación en Dr. Jekyll and Mr. Hyde, y ?>ank Borzage, por la dirección la ficción hecha arte. Al viejo escritor se le saltaban las lágrimas, y una gran part« del '^e Bad Cñrl. T^el 1.0 de Agosto de 1932 al 31 de Julio de 1933: Katharine Hepbum, público empezaba a seguir .su ejemplo. P*^"" su actuación en Morning Clory: Charles Laughton. por su actuación Si entonces n n hubiese empezado la orquesta a tocar una pií The Privóte Life of Henry VIH, y Frank Lloyd, por la dirección de baile, la distribución de premios de la Academia habría tenido est ^^"f^alende. todo el aspecto de un funeral. r>el l . o de Agosto de 1933 al 31 de Julio de 1934 (premios otorgados ¡Todo porque una niña que aún no ha cumplido los seis año): Claudette Colliert ] orsn actuación en lt Ha¡)pened One Night; una gran alma de mujer y im corazón que siendo muy fi • muy superior al de la mayoría de las mu jeras!

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Clnudrtlr Colbert, Clark Cable y Frank ('apra. inI f r p r c t e s y director de «Sucedió una noche», film laureado por la Academia de Arles v (jenrias ('inen i a l o g r á í i c a s dr Hollywood. J u n t o a loa trr« a H r H Shirley Temple, la pequeña g r a n estrella, qur puso en la fiesta dr rntrrga de premios una bella nota dr candor y de ingenuidad


leMrc de Inmgenes

na-/ . .a única verdadera enamorada de I

mujer bonita y graciosa, atractiva y juvenil. Edna ha .«id' :adojas del £renii.i mortíil—no una nurjer de carne—de realidad—, ^Uiu de nube—de ilu.*i6n—. l'n hombre tan iufUmuil>le como el Charlot de la juventud—tanto como el Charlot de la madurez, de aliora—fué capaz de tx-spinu' el aliento de una bella muchacha en flor, de abrazarla y l>e.-arla frente a las cámara? de rodaje, bajo la lluvia de fuego de los focos. Y fué incapaz de repetirlo fuera del Estudio, de dar •iizar aquellas caricias fuera del terreno acotado de la fioiiiui. l.a rubia de ojo<« eobir de «•iek» e«H -aol Si hubieran «xinturbado a Charlie b)s encantos mil de Edna l'urviaiK'o, seguramente el nmndo no se solazaría aún con la serie de doce p r lículas que hizo en

Adi era kdiia Purviance en la época de HU conocimiento fortuito con t:iiarlie (Chaplin. K.n esta fotografía, sin f pose» ni retoque, Kdna aparere con toda la sinceridad que lia caracterizado siempre su vida, vestida a la moda que ahora nos parece absurda y aiitieslélira. I'ero su sonrisa es la misma... 1.a bella y luminosa sonrisa de la única y verdadera enamorada de «(.'harloto. A la derecha: «t:harlot» y Virginia Chervil en «Luces de la ciudad*

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I na m u j e r e u n n o m b r e casi de v o l e a n

C

ON gran fre<;uencia reccuerda Charlie (^haplin sus día.s —maravillo.sos de evocación—de la Rs.sanay (k)mpany. i S u s amigos íntimos ¡tan [mxcos! - llevan la c(m\cisac¡ón, diestramente, al t.erreuo del pasa<b>, por el que más gusta dis<;urrir al genio del cinema Y es que--todo hay que deí'irlo—fué entimces cuando él tuvo la suert<í de encontrar su verdadera estrella, la estrella buena de su vida. Hay un nombre de nuijer que obra como perfumado sedante sobre su alma, tan duramente (castigaday herida por las mujeres. E.sc nombre, que puede e.scribirHe c o n letras de oro en el camino del (;oloso, no e s un misterio para nadie. Rs el nombre dulcemente aureolado de jKjjiularidaiI vn un titíiniio juuto a la suya. El nombre >ara él y fiara los suyos venerado y familiar, lealmenU; querido dentro de las paredes del domicilio propio. Un nombre de mujer que, siendo casi idénticxj al de un volcán famoso—el Etna, e n Sicilia es f)ara Charlot y para su casa u n nombre de paz y de remanso, di' bienestar y de deleite: Edna. l'A \ o l e a n s e c o n v i e r t e e n nube La inujiT «le iioiiibi'c p a i c i i d o al del voliím sicili.uio lia

.sido t.am-

bién la i'miica <pic no ba encendido al «pobrií hombro» (^haplin en el fuego de la pa.sión. El, tan a|»asionado. tan vehemente admiraihir y tan victima de las [»oligrosas hijas de Eva; él, tan projiicio a cualquier idilio, mejor cuanto más disparatiulo, n o miró jiuuás a Edna Edna l'urvianicc - < ' o n ojos ni intenciones de amor. Pudo y SU[H) dt!sciibrirla, admirarla y enciunbrarbi.; penj uuuca desearla ctmio a uua


la Essanav, doce monumentos de humor que •^0 pue(Uin superarse, ni igualarse siquiera, ¿r^e dónde vino un hada asi, capaz do frenar lo'* iinjiulsos de un homlire de tan })ooa voluntad para las lides amorosas como Charlot? Ambos se conocieron "en una reunión vulgar y e-xtrafia a un tiempo, en que se mezclaron artistas (le cine, industriales, banqueros, horteras, 'oficinistas V ^-onu'rciantes. El astro de la ICssaíiay—poderosa edittira entonces—estaba a la sazén muy contento porque veía largo y ancho su •?>on'enir y se había olvidado de su erraliundia por os circos y tniisir-halh. Presentía quo la lucha P«r la vida iba a ser, de allí en adelante, una fácil lucha entablada sobre el tapiz de la comodidad, con el árl)itro y el ptiblico a favor. Su nombre era apetecido, buscado y repetido por doquier. Su trabajo admiraba a sus propios compafieros y satisfacía a los directores y editores. Kl público del mundo se interesaba por sii personalidad y recibía cartas de pequeños idólatras, ascritas a hurtadillas en el colegio. ¡Era casi feliz! Casi, porque en su aln^a inquieta, sedienta de ideal, faltaba el apoyo y el calor de un sentimiento tierno y fiel, una ami.stad sincera, intima y alegre, ccm quien participar de los triunfos y comentar las deficiencias del trabajo. Que'"ia. amistad, no amor. Y, sin embargo, fué a pedírsela a una mujer, una joven de veinte años ^Pasos, rubia, de ojos color de cielo con sol y ííonrisa ingenua. Se habían mirado con simpatía natural al principio. El la había examinado de frente, de espalda, de perfil, atado a su delicia de fresca juventud como por un hilo invisible, "mientras hablaba con unos y con otros. Se hizo presentar a ella de pronto, y surgió, flúidamen^ , la primera charla, en un ángulo propicio del salón.

—En sus ojos he leido que lleva y goza una existencia tranquila. Que es usted una muchacha sin complicaciones. ¿F*s mncho leer? "Usted no es una mujer vulgar" —No es mucho leer, lo confieso. Yo también leo en sus ojos que es usted fuera de la pantalla tan guasón como dentro de ella. ¡Lo que me van a envidiar, mañana, mis dependientes cuando les diga que he hablado mano a mano con Charlot! Edna, esta noche quiero que hablemos completamente en serio. Ha dicho usted «mis dependientes». ¿Es que tiene usted el cargo do encargada de algún almacén? —Soy sencillamente socia colaboradora, socia industrial de un capitalista, hombre «le negocios en gran escala. Me encanta osa clase de trabajo y se me pasa el tiempo volando on la oficina. —¡Ks usted encantadora, señorita Purviance! Y esto no le suene a música de adulación, porque me voy a permitir ahora la gro.sería de decirle que ha tomado usted un camino completamente equivocado en su vida. —¿Cómo? Si es broma, puede pastu-. —Nada de bromas, señorita. Nunca he hablado tan en serio. Y si lo hago es porque adivino que usted no es una mujer vulgar, aunque se esfuerce en demostrármelo.

^ní»" una muchacha .sin eoniplieaeiones —Señorita, es esta la primera vez fjne la veo, que tengo el honor y ^1 placer de conocerla, y, sin embargo, me parece que nos conocemos de muy antiguo, de toda la vida. ¿Se explica ustefl ahora mi deseo de <[ue seamos amigos "'Uy buenos amigos? ¿Cree usted que podremos serlo? ~-¿Por qué ne, míster Chaplin? "—Tenía miedo, ^ lo juro, de que i fuera usted una I «'«chacha com m prometida ya, • Al tenerla cerfl ^a. de mi, lo • primero que he • necesitado miH ••ar han sido • sus manos. Sus ^ dedos, mejor dicho. —¿Para ver ||| '^i llevaba al- \ g^n anillo de promesa? ¡Tic«P gracia! ^Exactamenseñorita Pues pudiera ¿por qué no?, ^ n o r adivino, que Una servidora tuviera compromisos ocul^ > de esos que se llevan en el corazón y n o en los d e d ( » «Kl «reo», crcarióii runibrc del ^*'""l «Charlot». tuvo también próximos, ron una proximidad que "*mam ^"Ponía un fcrave riesgo sentimental P"""" la apasionada Kdna Purviance, a ^ J"*''" > Charlie Chaplin... A cada film en I"»' actuaban junios, más y más se encendía eí amor en el pecho de Kdna

RfGG

Dos preguntas en la vida de una soltera independiente —¡No lo seré, digo yo, cuando hago enfadarse, tan sin motivo y a los pocos minutos de conocerme, a un artista tan grande como usted! —Pues ese artista, como usted dice, quiere pe-' dir una cosa: que deje usted los negocios mañana mismo. Yo le aseguro que no ha de pesarle nunca. •—¿Dejarlos? ¿Pero para qué? Me va muy bien con ellos y soy una mucchacha independiente. Usted sabe lo que esto supone hoy. No tengo miedo al porvenir, aunque mo quede soltera para siempre, porque sé ganarme la vida. ¿Le parece a usted poco? —¡Muy poco, Edna, muy poco! T^sted ha nacido para algo nmcho más grande que la lucha prosaica y anónima. Usted tiene quo luchar, porque sabe y porque se lo exige su propio temperamento. Pero luchará u.sted conmigo, a mi lado, on el terreno del arte, que es para lo que usted ha nacido, aunque no lo sospeche siquiera. —Míster Chaplin, no entiendo lo que quiere decir. —Sépalo on dos palabras. En una pregtmta' que voy a hacerle inmediatamente: ¿Quiere us-i ted ser artista do cine? —¿Yo? Pero... —Otra pregunta: ¿Querría usted ser la compañera de trabajo de Charlot? (La respuesta, en el próximo número.) SANTIAGO

AGUILAR


I

por

^plo^JernanJez (C

D lAZ

GIMENO

L

(ROSITA)

Nació en Madrid un d(a 1 3 de Septiembre, hija de padres andaluces. Fui bautizada en la parroquia de la Concepción. Se educó en el colegio de las Hermanas Carmelitas, de Bilbao, Y en el de Santa Isabel, de Madrid. Niña todavía, Y ya con ansias duridependencia, se buscó una colocación ae taquimecanógrafa; pero el jefe de la oficina pidió autorización del padre kde Rosita Y éste, i n o r a n t e hasta entonc e s de los propósito* de su hija, no le pernitió trabajar a esa edad. Por TOCACIÓN bmpezó Rosita a estudiar la carrera de fMedicina, que no pudo seguir a causa de dificultadles económicas. Acudió al Conservatorio, Y aprendió, a las órdenes de Nieves Suárez, el arte de representar. En calidad de meritoria ingresó en la Compañía de Martínez Sierra, y en ella logró su primer sueldo y ganó los primeros aplausos. Hizo una jira artística a París, ky más tarde perteneció a la Compañía de *|ío*efina Díaz y Santiago Artigas, con quienes recorrió los principales países de s FAmérica del Sur. De regreso en España, ' firmó con la Paramount su primer contrato de cine, fijado en Teintiún días de duración, que se alargaron en sucesivas prórrogas hasta dos años y medio. En l>ancarreta la producción de películas de Join^ TÍSe, se negó a hacer doblajes y toWÍÓ a nfia. Su trabajo en películas naciona6 ralió ser invitada por el Comité orgal e s le^ DOR de la Exposición Bienal de Cincografía de Venecia. En Septiembre ( 9 3 4 marchó a HoUywood contratada la Casa Fox.

J

Película* que ha interpretado: Su noche de bodas. Louis Mercantón (Joinville). Lo mejor es reír, E. W. F.mo (Joinville). Un caballero de frac, Carlos San Martin y Roger Capellani (Joinville). El cítenle ideal (skeUh). Blumenthal (Joinville). El hombre que se reía del amor, Benito \ Perojo (Barcelona). Sierra de Ronda. ' Florián Key (Madrid). Susana tiene un secreto. Benito Perojo (Harcelona). .Sí ha fugado un preso. Benito Perojo (Barcelona). La Dolorosa. Jeán Gremillón (Madrid) Angelina o el honor de un brigadier. I.ouis King (Hollywood)

'Estatura, 1 , 6 0 . Peso, 4 5 kilogramos. Ojos pardos. Cabello rubio obscuro. Tez muy blanca.

L

-i

AUGHTON

Ifocíó en Scarborough, en el Yorksbire Uluflaterra), el día i." de Julio de 1 8 9 9 . -I mayor de tres hermanos. En el Sto'zst CoUege prefería la lectura a los [tes, <pie nunca l>a cultivado. Sus pa) querten que fuese marino; pero por imperativa* 4e la vida le enviaron al Cla(Mge H o t d 4e Londres pam adiaaaarse en el ofii io de hrtbcfero. Durante cuatro aftos, Charla^gMiBip^jió su aprendizaje con asiduas visitas a n s teatros. Al cabo da ese tiempo hizose cargo de la dirección ^d*r;Victoria Hotel de Scarborough, pro* ' Ipd de sulpadre. Seia años de esa tarea J r m i t i e r o s estudiar toda clase de tipos FcatTintenciones escénicaa. En 1 9 2 4 pMIM^ que uno de sut hermanos le sustituyera al frente del Hatél, y marchó a Londres. Permaneció ua.«Ao en la Royal Academy of Dramatic Art, y salió de ella con la Medalla de Oro, que premiaba sus méritos. Emprendió su carrera artística en un teatrito modesto, con una Compañía que frak caaó a poco. Perteneció luego a otras Emfceaas también efímeras, y en los escenadoa del West End animó muchos papeles mportantes. Su técnica magistral no tarFd4 en destacarle come uno de los artistas más en boca. Hizo algunas películas en Inglaterra. En 1 9 3 9 contrajo matrimonio con la actriz Elsa li—chester. El año fué a Nueva Ifiilfe en jifaieatral, y \ su primer contrato parcHollywood. 9 3 3 ganó el premio de la Academia -tes y Ciencias Cinematográficas de , wood por su interpretadón de «La*'~ 1 privada de Earique VIII». 1 , 8 0 . Peso,. 86 kilogramos. Cabellos castaA

Pelieula* que ha interpretadoi (PUradillyj. V. A. Duí 160S (The Wolves), Mauí '.nire la espada v la par*M md the Deep). Marión jfa de las almas perdidas of l.ost Souls). Kirie C. KMfOn. El asesino de .MT Meidlan^ (PaimJImt Déffered). l^thar Mend^ífe El caserón de />iv sombras (The dark House), Jame^ Whale. El signo de la Cruz (The Sign of the Cross/. Cecil B. de MUte.Xa vida privada de Enri(¡ue \ !n}(The prívate Itfe of Henry the Eighíf, Alexandre Korda. .Si yo tuviera unmUlón (¡f 1 had a mtllton }. Emst Lubitsch. Las vírgenes de H impole .Street (The BarreUs 0} H impole Street). Sidney Franklin White H ommn. RtO^es of Red (,ap \ A-« M . , (".irt\

(ERNST)

Nació en Berlín el día 3 8 de Enero de 1 8 9 2 . Su padre regentaba un almacén de confecciones, en cuyo escritorio empezó a tral>ajar Emst apenas concluidos sus estudios escolares. El muchacho quería ser actor, y por las noches asistía a las clases de arte dramático que daba Víctor Amold, de quien llegó a ser discípulo predilecto. Recomendado por Arnold, abandonó las actividades comerciales y detnitó en la escena como figurante a las órdenes de Max Reinhardt. Na tardó en destacarse como intérprete de tipos cómicos, que cultivó también en el cine a partir de 1 9 1 3 . Su primer trabajo como director fué en una J|>RETE comedia de Paúl Davidson. En i^li renunció definitivamente a su carrera de actor Y se consagró a la de realizador de films; todavía, Y por Una sola vez, aparecería en persona en una de sus peUculas: «Sumurum» ( 1 9 2 0 ) . Fué el animador DE cintas históricas en la gran época alemana de ESTE género, y con «La princeñta de las ostras» inlcié-su tMK<=toria de creador de comedias de finiera* cia y amplia espiritualidad. Pola Negri Y Ossi Oswalda fueron lanzadas por él como estrellas. En 4 9 2 3 fué a Holijrwood, llamado por Mary Pickford para dirigirla en «Rosita». Desde entonces reside en los Estados Unidos. En 1 9 3 3 fué encargado de la supervisión de las producciones Paramount los Estudios de Long Island, y en Febrero de 1 9 3 5 se le ha nombrado director general de la producción Paramount. Por los mismos días, el Gobierno de^ Berlín le privó de la ciudadanía alemana'por llevar sangre judía en sus venas.

K

(CHARLES)

UBITSCH

Película*

QUE HA

INTERPRETAS^^^

La princesita de la.-. o\lras (Dif AusternprinxesSin ) , Carmen. Sangre gUana (Diaf Wildkalze). Madatne Duharry, ¿ina BoUna (K ungen i Matress), Sumurum, Pasten (FlammeJ.La mujer del Faraón (Das Weib des Pharao). Rostía, la cantante callejera^.JJfosita), Sólo un suelto (The. MaAj^ge Ctrcle), Tres mujeret.(Three i Womn). La frivolidad de uñé dama (Forbtdden Paradise), Bésame otra ..vez (Kiss Me Again), El abanico de Lady Windermere, La locura \fel char- \ lesión (So this is Paris). El principe estudiante (The Studtnt Primee), Eli patriota (The Patriol). El desfile del^ amor (The love parode), Montecario, Remordimiento (The Man 1 Killed), Una hora contigo (One hour tiithyou ) , ¡ Si yo tuviera un mtllón. l'n ladrón en¡ la alcoba. Una mujer para dos y la' viuda alegre. ^ ftBaüriliíi

EELER (RUBY)

Nació en Halifax (Nueva Escocia) el día 3 5 de Agosto de 1 9 0 9 . A los tres años se trasladó con su familia a Nueva York, y a los cuatro sorprendió a todos con su macnffica aptitud para el baile. A los trece, venciendo las oposiciones familiares, ingresó en el ejército de coristas de Broadway. No duró mucho su trabajo anónimo, su arte de bailarina y de cancionista le valieron puestos destacados en varias revistas, entre ellas «The Sidewalks of New York», «Lucky» y «Bye Bye Bonny». Florenz Ziegfeid, el famoso productor de espectáculos, la elevó a estrella en «Whoopee», con triunfo enorme, confirmado poco después en «Show Girl». En Octubre de 1 9 2 8 , Ruby se casó con el célebre cantor AI Jolson, el matrimonio, con gran disgusto de la noria, hubo de limitarse a la ceremonia civi^yor d i f e r e n c i ^ a confesiones religiosq^e loa contraytfues católica «lia y judío él,ja|Brestigio de Jhiby Keeler cStno prünerjy|tiu'a de comedias musicales dKtdió al j^rodM^r cinematoCráfico J a 3 | i h M. S c h e W a OMftratarla para f u e aparecicü en peUcula juMa a su marido. Pero esta drcunsUncia fué contraproducante, poea Ruby no consideraba -r oportuno presentarse de esa forma ea el mundo del celuloide. De las excelentes j pruebas que se le habían hecho tuvieron '. noticia lo* magnates de ia Wamer Bros, « a l requerimiento de éstos accedió Ruby, •jlcansando con una sola cinta «La caPte 4a>—categoría de estrella. Estatura, I , 5 ¿ % i o s azules. CafeaOli^ aataños.

Pelieula* que ha interpretado: La calle 42 (42nd Street), Lloyd Bacón. Vampiresets de igjj (fh" Digg'" oj r<)33). Mervyn Le Wrj-. Desfile (^candilejas ( Footltghl Para ' d*). ' I - l ^ d Bacón-: Música y mujeres^ (Dames), R|iy Enright L0^enera¡ila ( ritrtaliottf Walh, Fraak Borzage.


MONI .MK.XT.VL UNKMA «El tren d« las 8,47»

Kulph I orí»-. \ (^wenlliáii Gilí rn un« riM-ena dr la inlerrNautr producción 'Dr cara a la muerte», que «r ealrena el lune« en Fígaro

HI ALTO «Cariía de ángel»

L

A filosofía de Nietzsche no es un prontuario de inmoralidad: es una lección de energía. Por muchas «genialidades» que se le atribuyan al filósofo alemán, no es justo hacerle responsable de las andanzas de «una doncella sobre su palabra», según frase de Vélez de Guevara. Xietzsche, es cierto, abusó de la paradoja y propagó en la literatura el sarampión de las afirmaciones arbitrarias y contradictorias. Pero janiá.s escribió algo que pudiera titularse Elogio del celestineof cosa que, en resolución, viene a entender esta película por filosofía de Nietzsche. ^ o es lícito jugar a.sí con el pensamiento de hombres ilustres, rebajándolo hasta la categoría de zurzidor de voluntades o, peor aún, de corredor de mercancía galante, como si el autor •le Genealogía de la moral se hubiese propuesto elevar a principio ético a/juel oficio de que se jactaba la madre Cele.stina: «Poí;as vírgenes, a Dios gracias, has tú visto en esta ciudad, que hayan abierto tienda a vemler de quien yo no baya sido corredora d(í su jirimer hilado.» •¡Escriba usted [)ara esto!», diria Nietzsche, si pudiera ver Carita de ángel. Y bus<;ando las raZfJnfjs en que se funda el autor del argumento para atribuirle semejante ideoI«)gia (Ihunémosla ''-'), aí;abaría loco otra vez. l'-sta es, a mi entender, la única inmoralidad del film: desvirtuar la d<K;trina «lo im filósofo f>ara a/laptarlu a las conveniencias <lc un espectáculo. Por lo demás, ,sab«!iiios qu(! el arte no os inmoral nunita .si «¡s artí!. Y (iS(! «¡s «il riM> de 6'ar^ta fie ángel, por lo <(ue af(!<;ta a la realiziutión •i intí!r[)ret»w:ión. ¿(!in(!ina puro? No; coinedia ci'">rnatográfi;a. O nun, más Uiatro ([iie <!Íno, con '•.lente fotogrufiu y una gnuí iu;triz, Hárba'•>• Stiuiwyck, que, logra oS su mayor ologio'"'cer simpático e,l oiiiismo.

Dejando apaite a Nietzsche, demasiado serio para mentor <le aventuras galantes, una buena película, ouyiis características son: tlesenfado, amenidad e interés. ¡.\h! Y audacia, que el público agradec.-. .Si. señor, la agradece; esa es la verdad.

¿Saben ustedes que tiene gracia este film? Y, además, tiene cámara e intérpretes. Si el director se hubiese preocupado de cuidar im poco más la verosimilitud, inspirándose eu la realidad y no en la caricatura de una vida de cuartel que ya sólo sirve para chistes de almanaque; si hubiese aligerado algunas escenas e intercalado otras que rompieran la excesiva continuidad de la acción, a la vez que daban mayor visualidad a la película, estaríamos en presencia de un film cómico logrado. A,sí y todo, El tren de las 8,47 nos parece un ensayo estimable y un buen atisbo de lo que puede ser nuestro cinema cómico el dia en que nos decidamos a prescindir de inspiraciones extrañas, como en este caso, o de comedian y sainetes caseros, corno' en la mayoría, para crear «guiones» originales, con la movilidad y amplitud características del cinema, pensando, al concebirlos, en las posibilidades de la cámara y trucado, en vez de es[)erarlo todo o casi todo del micrófono, como si nuestro cinema cómico hubiese de ser para siempre unos cuanto.s chistes y tópicos de escenario que hacen mutis por el foro para reaparecer en la pantalla. ¿Es que nuestros productores no van a convencerse nunca de que el cinema, como arte nuevo, exige «alma» nueva también, y, por lo tanto, es una mixtificación llevar al celuloide el espíritu de géneros literarios viejos como el mundo? ¿No hay más receta cómica que la de .Aristófanes? ¡Y si fuera eso! Lo >eor es que liemos d ^ cendido al astracán. Por ahí no llegaremos nunca al cinema cómico. ¿No basta el ejemplo de Charlot? ¿Hay nada más opuesto al teatro cómico que el cinema de Cliarles Cliaplín? Ni un chiste, ni un retruécano, ni una situación teatral. Y conquistó el mundo. Como que el cine cómico—ac-

. l l o l l v w o o d conquistado» es el iolrresantr film que se eotrena mañana en el Cine de la Prensa. He aquí a John Bol. y Pat Paterson en una rscrua dr rsta priícula


' lóii. iiiitmalidiiii, sencillo/, (onhiusto (le ilusi(iiu\< y real ¡(hules, y no golpeteo (le palabras- )()ilría definirse <l¡'ieiK o «pie e» «todo lo contrario de una c(imedia». l.o <[uc no ini{>ide que cada ve? .se fotogiat'ien m á s (^ome'lias en Espafia. Pero con tanto divagar, se nos va El tren de lm 8,47. Lo tomaremos en marcha para elogiar sin regateos— ¿sin regateos? M u y pronto lo he dicho— la interpretación en general, y la de Alady y Acuaviva, en particular. Muy graciosos los dos—hacen más por la película (pie el director—; pero—-¡el regateo!—se acuerdan demasiado d e 1 t e a t r o . Más Acuaviva que .Alady. .\fán de s u b r a y a r efectos, innecesarios en la pantalla, cuyos primeros planos denuncian enseguida la afectación . O b s ó r v e u s e l'aiil Miiiii fii lina csfi corno e.spectadorCsS. y verán que es cierto lo que digo, y ganarán expi lo Único que les falta para ser excelentes actores cómi(;os de nuestro cinema. Santpere, en un papel de relativa impoitiUícirt. cstá bien, con más naturalidad que héroes del film. Taiiibicn merece destacíar' ' Lepe. I II l i o i - i i i i D ' i i l a l

l-.ii r i !• :L

'

un

I'

lipe II y El Encr/rial,

que

docuiiKíiital,

Fe-

realiza—¡|Mjr f i n ! — e l

oímcepto que de estas películas cortas hemos p r e s a d o v a r i a s vciíos. TieiK! es])iritu. Y a e s de

arcliivar

( i v l i i i í n l i -

la»^ c o l e i c i o n e . s

cu fotogramas,

de

tarjetas

exhora

postales

q u e atjuí y e n el

I'A

nos muo-tran c o m o documentos. I

1.

G. Mantilla y a Carlos Velo, para salir por esos mundos a hacer documentales, además d e una buena cámara, se ha de llevar talento. ¡Ah! Deben simplificarse en lo sucesivo las explicaciímes, s o b r e todo en endecasílabos: «El puro gozo (lo la linea recta.» OTI«»S KSTHK.VU.S

la inirn-sHiili- |>riMliir<'ii'iii Warni-r Kios >;l,lu)'- hay. Vcllii I-I Ilialli)

ciimentos. en efecto, <ic arcliivo, poro nu de arle; resurrección de un esiereoscopio sin relieve en la pantalla. Edificios, [idisajes, monumentos... Bueno, ¿y qué? ¿pyso es todo? Xo; e^o e.s material de álbum. Ln documental cinematográfico es, ante todo y sobre todo, sentir el paisaj»-. glosarlo y describirlo como en un nuevo géneio de poesía compuesta de imágenos y no de versos. Poesía que acaban de escribir, con inspira/ i«>n inquieta, inteligente y comprensiva, Fernando G. Mantilla y Carlos Velo. En vez de «retratar» el Kscorial, penetran en él, y jdlí les salo al pas(j el espíritu (le aquella molo de piedra, que es el suei'io petrifica<lo de m í a concepción católica del mundo. Nuevo estilo de documental, diálogo con el ahna de las (;osas, sin el cual habrá fotogramas, poro no cinema. Desde hoy, gracias a Femsindo

que »e eütrena mañana en

En el Palacio de la Mús¡(a, La señorita de los cuenkts de Hoffmann. 8i se tiene en cuenta que la protagonista es Anny Ondra, la deliciosa vedette germana, se comprenderá fácilmente (pie el título es una humorada, y que e I genio sombrío de lloffmann y la alegría do Anny son dos contrarios, de los que no puede obtenerse ninguna reacción artística. En efecto, lá alegría do Anny ocupa todo e 1

film, y el atormentado o i m a g i n a t i v o Hoffmaiui es sólo una sombra ((ue pasa por el título. Anny haí'e de las suyas: concentra en sí toda la acción y la devuelve transformada en gracia, travesura y simpatía. En el Pala<io do la Prensa se estrenó El Dictada, comedia dramática, llena de incidencias, (íon buena Uknica y una interpretación excepcional lie Kicbard Bennet. En el Capitel alcanza un nuevo y desconcortanto triunfo la niña Shirley Temple, on Oío.cariñiuios.

Y otro éxito—lluvia de estrellas—en el Fígaro, Wamer Oland, con Charlie Chan en Paris, nueva aventura policíaca del detective chino creado por Derr Biggers. ANTONIO

GUZ.MAN MERLXO

onslanc- Kennell y nuffh W illiaiiiK en -Sola roiilra el m u n d o , , film Melro-Coldwy n-Mayer, .(ue «e estrena e l lune» eii i;a|Mlul


CORTOS primrr

D

IVacaso

K niiui no se atievió nunea a penetrar en una habitación <.>l)scura, ni j>udü dormir sin tener entre las suyas la mano de la idre. Era asustadizo, fácil al llanto, y tan dé' de cuerpo como de espiritu. "'"US sueños.- íjue tantas ve<'es le hicieron des• tar entre sollozos y gritos, fueron, indudable' lite, un presagio de su juventud. [ n presagio y una enseñanza (pie difícilmente "iera logrado de otn» moilo. Esta, transcurrilos años, le permitió el acierto en las carac' izacionc-í, que le hicieron célelire. ^lonstruos, fantasmas, vampiros y rc-ii<-ita•'. todo cl elenco de lo sobrenatural, tuvieron presión fiel en su rostro y en su cuerfx) desde IM'imera caracterización, desde aquel debut la pantalla, cuyo éxito merecido se acrecentó, •eias a la morbosidad de t o d i , . - i n ^ . - - t i.ido- del mundo. •^e contabiui de él varias anecdola.-- iuiio.sa.-~. 'Ul de ellas, popularizada por los encargarlos '^e la ]>ublieidad en la Casa productora, tuvo ''isíír a raíz del estreno de KL espiritu DEL nhomul • •iza su más inquietante pe ícula. I-a anécdota os ésta: Mediada la noche, en la solediui de la alcoba '^el actor surgió la figura de un hombre de I'fcto tímido y facciones borrosas. —Soy el espíritu de un hombre muerto hace rtro años—<lijo la figura a modo de saludo—. atro años durante los cuales he intentado veníá'U' mi honor. 1.a que fué mi esposa me traicionó vida y aun sigue burlámlose de mi memoria, intentado, valiéndome de todos los medios oi alc-ance, llevar a su ánimo el terror. Pero larezco ante ell 'níitilment«. En cuanto «pi. ' ' " ' p e a reír y no abandona .a, risa hasta qui •ne reintegro al reino invisible. f>stoy avergonzado. ^fi dejó caer en una silla. -Lo comprendo—afirmó el actor—. Si es que é usted que en algo puedo serle útil... I'^l espectro iU'ogió el ofrecimiento con induclíiMe alegría.

,< 'l:nn (pie sí! I*retendo (pie ted, luiustio de la carai-terizatíiuii, me enseñe a caracterizarme de e-spíritu... YX actor ai-(-edió a ello, y aqueli. misma níjche la viuda del hombre ultrajado murió, s(>gún dictamen de los médicos, de un ata/pie cardíaco.

l^ues bien: aquel actor admirabl. 'inico en su género, creador de seres obrenaturales y torturador do púilicos, murió joven y en pleno triui o. I>a tri.ste nueva, difundida rápi lamente, congregó en su casa a vaios centenares de amigos, (íompaleros y admiradores, I'ltimo tributo al artista. Los unigos, compañeros y admiradores i i e r o n agrupándose en derredor del •retro, entre frases conmiserativa . S(J11OZOS.

Pero he aquí que de improvi^' alguien co-i mentó en voz baja: —No parece muerto. Estaba mág muerto en /'/

resucitado.

Y (pie otro de los circunstantes asintió: —Es verdad. No tiene ni una mala maní^ha. ni está demasiado amarillo ni «Icseiuajado... ¡lis una birria do cadáver! ¡Ni eso es realismo ni es nada! -¡Para ver esto nos podíamos haber ahorrado •I viaje! Cre(;ían tem|)estuos(tó los coméntanos, .1 1^ 1 {ue siguieron las protesta^. Los pies de todos 1<» '•ircun.stantes golpearon el suelo con energía.. I'iié un pateo enorme, temblé. Se nanpieion v a rios uuHibles y se acciíhüitaron quince .señoraAquel fracaso de -^n n u i n - t c fot'' f' i i r i i u c r fi'.iiso de su vida.

.Yutes de dedicarse al cine, Chucho estuvo a las órdenes de un detective parlicular, al ((ue ayudó efi(;azmonte y del que aprendió normas de Címducta quo no olvidaría nunca: «No permitas que nadie .se ahogue en tu presencia» y «Odia al ladrón, búscalo y destrózalo cuando lo eiiraentres». El detective, ya viejo, decidió abandímar el icio y di>dicai- los años que le <piedaran de vida I cscril'

: i i 'M':i i l - ])ara ] H i b l i c a r b v por en-

trega-. Y el p c i K j lue vendido al caballero (pie, por u l t o s designios del destino, había de corKliicirhasta los Estudios cinematográficos. Una buena compra, sin duda; una b u c u . i . . m l>ra, con el sólo inconveniente de que desde el mismo dia en (¡ue Chiu-ho entró en la nueva casa el dueño no pudo bañarse. El jieno, aunque para logiarjo tuviera que derribar la puerta, penetraba en el cuarto de «(llluolio». ol p e r r o a c t o r baño y sacaba a su amo de la bañera para deChucho era menos afectado, menos presupositarlo cn el suelo, entre ladridos y alegres mido y, sobre todi' saltíjs. «No permitas que nadie se atiogne cr\ tu más inteligente cpie 1 presencia..,» mayoría de los gajanc Las primeras actuaciones de Chucho en ¡.1 j . u i jóvenes de la pantalla. illa fueron otros timtos éxitos, ¡l'n perro tan Bastaba una indi(tación hcrmo.so, tan inteligente, tan simpático! No hubo del director para qii. espectad(.)r ni espectadora (jue no desea>e terealizase sin titubeos ia nerl.) on su donucilio ¡lara arrojarle los huesos más difícil escena; jadurante las comidas o para darle patada- >n 1 más miraba, ni si(|uiemomentos de mal humor. ra disimuladamente, a Y un buen día -mejor dicho, malo- coiucnla cámara; no movía el •> la filmación de una película dirigida por el raljü a d(\stiempo, ni autor del argumento. Las escenas sucedíanse feladraba cuando no eslizmente, y Chucho—bien lo advertía él por los tuviera indicado en el terrones de azúcar que de vez en cuando le da•'guión»; diferenciaba ban—se superaba a sí mismo en la labor interde la primera ojeada a pretativa los «buenos» de los «ma Todo iidmirablemente, hasta que en un descanlos»; perseguía a é.sto• unos actores comentaron a media voz junto con furia hidrófoba: Chucho: m o s t r a b a ante aque —Este director es muy bueno. líos una lealtad y un •—Sí. Pero carece de originalidad. Kl argu(ariño realmente ejemmento de esta película no es suyo, aimque él plares. .il'irme lo contrario. Y n rei-iuTfln •>! cinta Chucho, cl perro po.intigua... licía a c t o r cinematoChucho no <piiso oír má.-; si' lc\ aiUo de un salgráfico, tenía categoria to, l(w ojos sanguinolentos y los dientes anienade estrella y gozaba de idores, corrió en bu-sca del director de escena un sueldo tan espk'*ndi. ie hizo [)asar a meior v i ' l • 1. ' 1 ' l i " ! . ' 1 denilo. (pie (le no haber tellada. existido su tuno - a d Había recordado una de ia.- uoimas de conministrador demasiad" Iticta ([UC aprendiera de s\i ;tiiti<ruo amo ,],.. destrózalo > scrupuloso—, se hiil)ietective: «Odia al ladión, búscalo a j)0(lido jiermitir el cuando lo encuentres.» lujo de comerse diaria JOSÉ S A N T U G I N I mente el esqueleto ínt < irro de un brotosauro.

DIBUIOS DE BAYO


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La m á s r e c i e n t e fotografía d e G l e n d a Farrell, la s u g e r e n t e

M ET O GOLDWING M A y E^

ettlrella

d e la W a r n e r B r o s .

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F I L M

»U«LICIT»»

M o n u m e n t a l Cínema LA

PRODUCCIÓN NACIONAL

NUEVO

UNA

AODiLO

INTERPRETADA

loDISRHlUEEE

POR

Milagros Leal y V i l m a

AUTOMÁTICO DEL ROJO

IMCARMAT ftNGElUS

PELÍCULA GRACIOSA Y OPTIMISTA

O

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Vidal

A

L U N E S , la i r á n pclícvU de

« Y c n t a r a

y

Creación

6<

ROSINE DEREÁN Y JFEÁN

ALVAREZ

GÓMEZ

Y C A , Sevilla, 2. - M A D R I D

de

Un

MNRAT film

U F A


n plebiscito de arto

1 i:i r4M.<.«i« \iMÍ»n«l il.' fJnniwlo.,rafía. de reeieiile .•oiiMÍlueÍ4V«. e^hidl», M.UÚII inU I M . I M Í . K . iin i.r«y...i., .1.- i,r..l.-.«ioii >« pr.;ÍM-r« llamarle de H enal .-¡.lema espafiol. (.«.nprenderá ese provéelo eMre,no> ,,..e rel.asa.. Ia> ¡..leiuiones de esla eneues.a y alwreara euai.las reivindieaeíones y «arantias trdeii eeoiióiiiieo V moral eslán pidiendo a voees la iiuliislria y arte de iiueslro einema. ,, i „.» ............. I'ero eon.» en h.uM.a táeliea deben atacarse pri.nero los puntos más débiles para apoyarse en el «s y ahorrar energías en el «" ".en o f ^ ' ^ ' ^ » ' " ra .,.ie enipe/.ó a e.iarlearse el muro de ineoniprensión representado por el impuesto del 7,011 debía apretarse el eereo basta «hl.flarle a eapiliilar sin esa dieión del 3.7.-». por lo menos en lo <|ue a la eineiiiatojirafia espafiola se refiere. . . . . h .. ,i„ ....i.„, o . : «i i . » . P e m e n t « v Kl iiiüiiiento es propicio. Se habia de la solución del paro íorzoso. y, nalurahuenle, uno de los prme.pales resortes que se hai. de pulsar e^ el iiuremento y i labor de conjunto (¡ue afectará a todos los .Minislcriits. rar e n lugar p r e f e r e n t e . Sin Kl c i n e , e o m o i n d u s t r i a de i n i í i e n s o p o r v e n i r , m e r e c e figurar e n el v a s t o pbi II de reconstrucción «ue se anuncia. Y merece fiyurai nnhargo en e s l a c a m p a ñ a . « o a i p i r a n i a e s e e l e m e n t a l d e r e c h o q u e le l l a m a a c o l e a r s e c o n l a s m d . . s t r . a s faVurecidas ^ u s P;.-^;»^'»"'; í l d e i e . viSr'

" l^J» rl'frf/'!

V . se reducen a q u e » « l o ^ t e r s i g a n . \ « pide pr«tecc¡<'.n. ni g r a c i a , ni p r i v i l e g i o . Se c o n f o r m a c o n verse libre d e c a r g a s } •« !' "frece c o l a b o r a r a la s o l u c i ó n del p a r o for/.os», c r e a n d o c o l m e n a s de t r a b a j o , v u l g a r m e n t e l l a m a d a s K s t u d i o s , pero q u e , e n r e a l i d a d , s o n l a b o r a t o r i o s de a r l e . úss v pedir menos? Creación de rique/a material y espiritual a cambio de una tregua en los impuestos. i fc.i . , |« ¿Se p u e d e dar m á js i a i leultinias aspiraciones en estos momentos en que se impone como ínteres nacional la protección a las in. usinas, l.ahra M"»" ««*n*'j;'« •« Si n o Ingraiiius le niegan capacidad económica al cine y I» ju/.gan pasatiempo de bobos. « est unan que Kspana del.e renunciar a una industria que • l i s y u n l i v a : O l o s gobernantes >

•11 los Kstados luidos lia llegado a ser la tercera, después de las del petróleo y alimentación. iipresión Obligado a conjurar esla concliisiún pesimista, siquiera con una victoria parcial, como la s u | •Nacional de (Üiu'inaloqrafía.— .A. («. Todos los paí.ses en donde existe 'a i n d u s t r i a cinematográfica poseen una jirotección oficial a la misma. (Jue en España existe ya ^tn industria cs indudable. Y y a ^iie ella, por ^ solo esfuerzo—¡enorme! saliendo *irosa, en contra de la fuer^ conijietencia extranjera, nada nuLs jusni más patriótico que ayudarla en su « m p e ñ o , si*l"ieni con algt» tan sencillo <^íomo la supresión del il,75 por UKI ' " ' 1 que hoy está gravada. Ensebio F. Ardavin, IHreetnr de produeeión de C. K. A. No necesitábamos más pnitecíción <loe el abaratamiento de las materias primas, de la cinta, de t.t)do lo *|ue es neiosario inqiortar para la 'ealización d e películas. Y, P«r s u p u e s t o , ®s n e c e s a r i o ' ne a una in' ustrianaciente, (jue tiene Hne competir con una cali<|ad formida»le de (competidores de fuera, se le levand o t o d o s los impnestos. Kl mercath) español titine un limite, que indica hasta qué (¡if ra .se puellegar en la producci/m de una pe'"•ul.i. ,.¡fra ps inferior a la neí-esaria para lograr la calidad debida. Y resulta que la mayor jiarte del presupuesto de un film español se 4neda en las Aduanas y en otros imPne.stos más o menos directos. .\lll ' a i)arar el dinero que debiera ' 'derse cmydoar en repetir escenas, «n tener más y mejores de(;orados, ^ ÍKxler tener bajo címtrato todo el ano íutLstas, única imuicra de lograr especialistas y gente de primera clase. Kl E.stado está repitiendo '1 -lien-

to de la gallina de los huevos de oro. Venga en hora buena la competencia extranjera; no se le jiongan trabas, pues ello (ÍS estínuilo y escuela. Pero... (pie nos dejen desenvolvemos con alguna holgura. ¡Fuera impuestos directos, fuer>i .\duanas para el material d e trabajo!... Fdgar Neville. VA impuesto del 7,50 por 100 —hoy reducido id 8,75—(« un gravamen insoportable para los productores españoles. Si a d e m á s del v c t r a i m i c n t n del c a p i t a l p.ira producir no se da un trato de favor a la producción nacional con respecto a la extranjera, e s lógico (pie los capitalistas n o (juieran invertir su dinero en JHÍIÍculas nrnüimales. ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ Ante las trahas opuestas a la producción española--la rediKíción al H,75 por 100

ya es un avance d e comprensión , sello cabe preguntar: ¿Qué prote(!CÍón presta el Estado para la creación y fomento de esta naciente industria nacional? Eduardo (1. Maroto, Jefe de numtaje de los Estudios C. E. A. l í e visto c<m agrado (pie el tan fumoso como injusto impuesto del 7,50 por 100 ha sido rebajado al !J,75 jMir IIKl. ()uien así l o ha ordenado es (pie ha rec«m(K'ido su inju.sticia ¿Por qué entonces no haberlo suprimid o y a del t o d o , sabiendo, además, que e s el anhelo fervoroso y unánirne de tiMla

la c i n e m a t o grafía española? Para comp e t i r con la pnKlucción ex-

tranjera hay

de i m p u e s t o s al c i n e m a e s p a ñ o l , s e baila el C o n s e j o

que empezar por eximir de todo impuesto injusto a la producción nacioiud, para (¡ue llegue al jieríodo más culminante de su labor, como así lo hemos deseado todos los (pie como yo, tan lejos de nuestra patria, por ella trabajábamos. En todos los ¡uiises, el Estado ayuda, favorece y t r a t a con una |)rotec(;ión ((sj)ecial a su jiroducción nacional. ¿(Vimo aqui, en España, se la persigue de este modo, y en estos momentos, .sobre todo, en (pie iKícesita precisamente de tantos cuidados y mimos. [K»r ser una industria nueva y ya floreciente? Ijet'm Lucas de la Peña, Ingeniero de stmido de los Estudios de la C. E. A. F^tudiado el problema, creo conveniente, para un desarrollo radical, lo siguiente: Siqirimir la contribuciém a la producción completamente española, ¡lor un determinado t i e m p o . Aumentar las tasase impuestos aduaneros y exhibidores al meterial extranjero; este aumento (íontríbuiria a la formación do premios a los films de cualidades artísticas, técnicas, literarias, etc. Formación de controles, que, a manera de jirevia cen.sura, no permitiera pro (lucir sin ningimo de estos valores. Disminución en la ctrntribución directa a la exhibición de films nacionales. Suj»resión d<íl royalty. Luis M. Serrano, Escritor cinematográfico. No comprendo |M>r (pié el Estado español .sigue siendo el único (pie no protege .su indu.stria nacional, y menos aún tratándose de la cinematográfica. Indti.<«tria nueva y de export.ación ([>eliculas nuestras se dan con subtítulos en ingh's), necesita iin|»ort«r su materia {trima y su ma(piinaria, v ni siipiiera goza de la iiMWir exención arancelaria. ¿Qué menos puede haiíerse que

e x i m i r a los productores y distribuidores nacionales de c.st,e impuesto del 3,75 por KKI? Si la Hacienda no se preocupa por ahora más (pie de hacer una pingüe recaudacií'm de impuestos, debe también suprimir este impuesto para los españoles, [)ues fomentaría con ello el auge de las Empresas existentes y la fomiación de otras nuevas, y todas ellas tributarían fMir utilidades y otros conceptos más (jue lo ({ue sujKine la supresión del im-

puesto (pie nos ocujia. Insisto en lo que he dicho antes: no comprendo cómo el Ustado no protege, en vez de atacar, una industria "omo la cinematográfica. Tixlas las disposiciones relativas a la protección de la industria natúon»d están en suspenso. Deberían, pues, cesar igualmente las disposiciones que la ataquen, ¿('alie pedir menos? Miguel Pereyra, Director de los Estudios de. la C. K. A. Pedir al (lobiemo (jue proteja o ayude a la cinematografía nacional no es nuevo para los profesionales del cinema TCMIOS sallemos c6mo en el Extranjero .se protege a esta industria y cómo, merced a dicha protección, algunos grandes Estudios se han salvado en más de una ocasión de la ruina. Xo vamos a |>edir tanto a nuestros goliemantea. Nos conformaríamos c(m mucho menos: con que se suprímieran t o doslos impues ^^^^^^^ tos, t a n t o a h>s productores como a las finpresas que allí expío- ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H peliculas

^^^^^^^^B^

F^di r cof}om¡,i, ^^^^^^B^^


El baño

matinal

y el baño nocturno

F

"^ELiCE8 las madrileñas que deben la belleza de su piel incomparable a la dichosa circunstancia de poseer la más dulce y la más cristalina agua del mundo!» Estas palabras, que en cierta ocasión oímos pronunciai- a una reputada profesora alemana de belleza, grabáronse en nuestra imaginación, y hoy nos es grato reproducirlas, no tanto para felicitarnos del preciado don con que la Naturaleza se sirvió honramos como para dejar bien sentado el elogio que la epidermis de nuestras gentiles paisanas mereció de aquella profesor a En verdad, comparable agua de Ma-

^^^^^^^^^^^H ^^^^^^^^^H

drid constituye, por si so- ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H la, la más-eficaz tera])éuti- ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H ca de la piel, y de ello debe- ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H mos sentimos orgullosos; pero como tenemos la aspiración—las aspiraciones son siempre ilimitadas y excesivas—de que nuestras ^^^H indicaciones de belleza sean adoptadas, o al menos tenidas en cuenta por nuestras lectoras en general, hemos de seguir adelante, fieles al tema que motiva estas líneas. «¡Nada de baños demasiado calientes! ¡Prohibidos los baños de larga duración!», claman los médicos. Sus consejos, dignos, por io demás, de ser muy tenidos en cuenta, tienden a evitar que una ablución demasiado prolongada, y a una temperatura excesiva, determine u n a posible débil i dad o un per judicial ab and a m i e n t o de los músculos y los tejidos. Ambos peligros son gravísimos p a r a la mujer, sin Una dr la» m i s complicadas facetas d e l n a quillaje es, sin duda alguna, el pintado de loa labios. Por e«o esta bella actriz presta a la difícil 6prrarión los máximos ruidados

\ l

duda alguna; pero ello no os inquiete demasiado, porque la cosmética moderna hace posible el placer inefable de un largo baño templado, siempre que se adi<ione al agua cualquiera de los incontables productos que neutralizan los efectos nocivos que los médicos jxretenden evitar con sus prudentes advertencias, Y aliora, tras esta breve digresión, hablemos, en términos generales, del baño. Hay dos clases de baños: el matinal y el de la noche, ambos diametralmente opuestos entre sí. El baño de la mañana del»e ser el complemento, la continuación o, mejor dicho, el término de los ejercicios de cultura física y del masaje. Ha de ser, por lo tanto, breve. Después de un violento ejercicio, por e cual se pretende que los músculos

r

katherine B. d e .Mille, la bella hija del rélebrr realizador q u r lurirá r n (Jruieadas» HU r s plrndida y juvrnil herm o H u r a . . . Abajo; (^aroIr Ixinibard rn u n a HUgrKtiva

«pOHrn.

plr-

na dr r»a graria. d r r»a belleza qur «on las admirablrt) r a r a r t r r i H t i cavde lahrmiOHa «wtar»


tit-rerlia: l)a|>liiii' Coiirt!'Pv, lu lu-lln actriz «iel riiiciiiu "¡!^U'•^, «rnsln d e lomar s u roli•l'aiio h a ñ o d e s o l d e la c o i i f o r '"l>lc u i i i u r r a q u e mucstrn "iii'sira f o l o

Kn el círrulo: Ida Lupino, una ^c las \ c n u s de Hollywood, acade lomar su haño. y antes de proceder a lu complicada labor cotidiano maquilinjc. lia querido ser retraladn cn esta sugestiva •pose. Vhajot Toby N\'in)C, la cncanlailora 'plntino>. perilla con singular atcn••'ón sus cejas ame cl amplio espejo, l u e nos devuelve, cn loda su espléndida belleza, el rostro iinpectible de la •Icjiriosa actriz del cine iiortcanicri«•«IKl

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^^^^^^^P^^^^^^^^

mulante reacción. .\quéi, ^^^^^^^^^ por el contrario, tiene la misión de actuar como sedante y a determinar un reposo tranquilo y apacible. Debe, pues, huirse de toda fricción, de todo masaje, de todo ejercicio violento. Permaneced casi inmóviles en el agua, con objeto de que sus beneficiosos efectos sedativos .se produzcíui en toda su intensidad. .\ntes de salir del agua frotaos levemente con la esponja, pain enjugar el agua, y proceded después a una suave, suavísima, fri» ción con la leche de tocador que más grata os sea. Dejad que durante unos minutos realice su saludable acción sobre la piel, y enjugadla luego, sin la menor violencia, con una toalla de fino afelpado. MIOSOTYS

m <íobren su máximo vigor y el cuerpo adquiera la «'inhelada elasticidad, un baño demasiado largo, y a una temperatura harto elevada, sería contra producente y haría estéril el esfuerzo realizado. ^ rapidez, claro, no excluye el refinamiento, y de ahí <{ue en este baño, breve y vivo, puedan ^niplearse cuantos productos se estimen más contenientes al resultado tonificador y confortante 4ue se persigue; pero teniendo en cuenta^—éste es ^u consejo de suma importancia, oomo observaréis— que ninguno de los perfmnes empleados "rbe o mixtifique los efluvios del vuestro haI ."al. La bañera debe llenarse sólo a medias, ^' jabonamiento del cuerpo ha de ser rápido y ótal, y la fricción, fuerte y viva. Después de la Jabonadura, el agua debe .ser sustituida rápida'uente. Ya sustituida el agua, el cuerpo ha de 'fuedar libre de la más leve huella jabonosa. Tras ^Ua enérgica fricción rvn agua de Colonia, se acuitará la lógica y consecuente reacción en'^'yiendo el cuerpo en una sábana de baño. LI baño de noche <lifiere en absoluto del maI ual. Vjñte tiende a vivificar, a excitar la cirouación de la sangre, a producir una viva y esti-


J3?6 qtte >[icuícA<m

m (¡rail asturiano este I J U Í S Llaneza. An»iio.so, inquieto, emprended* viajero incansable |M)r toíla-^ las rutas de Suramérica, interpriítando comedias, operetas, zarzuelas y sainetes, después de hacer enmudecer, encerrándole en su estuche, al violín que fuera la ilusión de Sus años mozos. Porque Luis Llaneza ha sido músico, y no muy desdeñable, por cierto. Entonces uo }»ensaba para nada en la escena. Sólo la música era el motivo de to<las las aiubi<!Í«mes, que sus ansias juveniles deseaban

trocar en realidad e s . A los diez y seis años vino al Conservat o r i r madrileño, pensionado por la Diputación de Oviedo, su patria chica Luego, teniú nados los estudios de violín, se dedicx» ])or entero a este arte, formando parte de muchas orquestas durante diez años, y im buen día la escena le ganó para sí. Cambió su lugar ante el atril p«jr el camerino de los actores; el instrumento, por las barras de caracterización. El músico murió y na<;ió el cantante. —Dígame, Llaneza—le pregimto—: ¿cómo fué lo de saltar desde la orquesta aJ escenario? —Yo tocaba entcmces en el Teatro Cómico, donde actuaban IjOreto y Chicx>te. (\)mprobé que no tenia mala voz; canté, me oyeron, y conseguí debutar. —¿Con qué obra? —Con el barítono de IMS bodas de oro. Y resultó tan bien la cosa, que en aquella Compañía estuve cuatro años. Allí estrené obras tan famosas como IMS estrellas, Alma de Dios, Los guapas y muclias más. Luego pasé a Eslava, contratado por el maestro LW), donde hice La corte de Faraón y El conde de I/uxemburgo, con Julia Eons, y más tarde, « m Emilio Sagi-Barba, estrené, en Price, el «Boby» de IMS golondrinas. —¿Abandonó la música definitivamente? —Como medio de vida, sí; come recreo propio, no. Después de estrenar IMS golondrinas marché a la Argentina con la Compañía de Sagi-Barba, y ai cabo de algunos años dejé la zarzuela y me dediqué a la comedia. Recorrí toda ia América latina, y como final de aquella larga toumée, llegué a La Habana, donde actué por espacio de nueve años. —¿A qué motivos obedeció su viaje a Hollywood? —Si he de decir verdad, a lo imprevisto. Yo jamás había pensado en pisar la Meca del cinema Cuando llegó el sonoro, me encontraba en Nueva York, haciendo teatro español por los Centros de nuestros compatriotas, y alli fué a buscarme la Casa Pathé para doblar peliculas en castellano, l^a misma Empresa me llevó después a Hollywood. Seguí haciendo sincronizaciones y arreglando cantables para la pantalla, hasta que la Metn» me contrató, con un sueldo de trescientos dólares, para inteqiretar un papel importante en Olimpia, la comedia de Molnar, en la que actuaron conmigo María Alba y Pepe Crespo. Luego hice El presidio, con Juan de Landa; La mujer X, con María Fernanda Ladnin de Guevara y Rafael Rivelles, y más tarde trabajé al lado de Stan ¡..uurel y Oliver Hardy. contratado por Hall Roach.

¿En qué pehcula? 1 - E n IMS calaveras: ima de las prcHlucciones que ellos realizaron en^ español. ; -Quiere de<;inne: ¿c«)iuo scm Laurel y Hardy fuera de la pantalla? Com])letament<' opuestos a como en ella apare<'en. En (¡1 Kstudio y fuera de él, Stiui Laurel, (jue fss un hombre de un ttdentc» extraordinario, es el q\H' brilla. Oliveí llardy no es sino su partetuiire. Stan escribe los argumentos de, las películas, ha<-e cl iliálog(¡. idea l)s trucos y lleva en todo moinento la dirección. El es la máxima autoridad en la producción. A mi me trataron los dos muy bien; los dos muy correctos y muy simpáticoh. Duranit' lo,s descanses, entre escena y escena, yo les enseñaba palabras es|)añolas, aumentando asi el re<lucido léxico que de nuestro idioma {loseian. ¿Qué más films interpretó usteíl para la Metro? Ninguno más. Hice c<m Charlie Chasse una cómica, para Hall Rotuh, \ a continuación jiasé a la Paramount, donde intervine en dos: El principe gmuiolero y Irdíi alegrf. ambos con R<tberto Rey. ¿Qué impresión tiene de Hollyw<K>d? -Magnífica. Ex uua ciudail eiu;antadora. de un clima ideal y de una vivísima sim|)atía. ¿No conserva de ella ninguna ím|>resiói) dol«;ro.sa? —Personalmente, no; pero sí me produ(;ia cierta pena contemplar todos los dia.s, junto al Kstudio, la enorme fila de «extras» <pMí i-speraban trabajo. En aqui;lla lai^a hilera había hombres y mujeres de; todas las ]»artes del mundo, <pic .soñabau con la gloria del (íine. Tras su.s rostros, (jue deseaban aparecer sonrientes, .se ocultaba el ham-_, bre y la amargura de la lucha. —¿Era duro el trabajo en los Vatudios? - Exist«( uua jcrnada normal de ochc^ b ( j i a s ; |>ero miuihas veces se alarga hasta doce y cator(;e. Recuerdo que durante la filmación de El presidia» estuvimos trabajando un día desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la madrugada, y en todo e.ste tiempo n<J se consiHPP guió impresionar sino una sjla escena.

•quí ruatro admirable)* cararterízacionet* c i n e m a tográficas del notabilísimo actor Luis LlaneOe arriba abajo: «El homb r e q u e asesinó», «Olimpia». tFJ presidio» y «Un c a b a l l e r o de frac.


Luiü Llaneza, visto por Del Arco

^^^éQué recuerdo luás acusado guarda de "Ollywood? ' l no muy desagradable. Durante mi conJ^to con la Metro se me extinguió el f>eriniso ^. permanencia en Estados I'nidos, y di con "*is huesos en la cárcel de Les Angeles, por de"^ncia do un compatriota. ~~¿Es posible? I "^Como usted lo oye. En América, y est<» .se l corroborarán a tisted todfis los (pie allí han 'ivjdo, no tiene el español otro enemigo que el propio español. Esto es triste, pero es verdad. denun(úado por uno, estuve nueve días fstiendíj (.1 clásico traje a rayas de los presi'arios norteamericanos y haciendo los oficios bajos de la prisión, en uniím de magros y 'í^fs. Gracias a que 1» Metro y el cónsul espaintervinieron, poniéndome en libertad bajo ^'•a, hasta ipie el asunto se arregló. ~~¿Quiere decirse, entonces, <\m^ los esfinñohis .estaban unidos allí por fraternidad y paisana,»? ' • '

—En apariencia solamente, ('uando los Es—Unas últimas priiguntas. Llaneza: al retudios de la Metro se vieron invadidos por un gresar de Hollywood, ¿siguió usted haciendo par de docenas de españoles, quedó muy (piecine? íirantada la disciplina yanqui, tan amiga del — Sí. La Paramount me contrató, e hice dos orden. Todo era llegar tarde, protestar y murpelículas: Un rahnllero de frac, en Joinville, con murar. ¡Con decirlo a usted que a un trocito de Roberto Rey, y Kl hambre que asesinó, en Loncalle donde salíamos dres, con Rosita .Moa tomar el .-.ol y a reno. Después, aquí, descan-^ar despmSs en Kspaña, algunas del trabajo, un z.umcosas, pero sin imbón le llamó «la calie portancia. de Sevilla»! — ¿ E s t á usted - ¿Usted dónde (umtento de sus acvivía en Hollywood? tuaciones en la pan—En una casita talla? ¿Cuál prefiere que alquilé en CXilde ellas? vcr City. Allí, yo, — Contento, d e (pie soy cocinero de ninguna. Ahora que, afición, preparaba puesto a elegir, me banquetes pantaparece la mejor de gniélicos a algunos todas mi labor en ' ' >mpañeros. Olimpia. Vamos, era us— P u e s muchas ted el .'ícgundo Ligegracias. Llaneza— ro; porque Miguel (íigc levantándome también me ha dide la mesa donde cho (jue él era un as charlamos. en punto a conoci—De nada; yo a mientos culinarios. usted—me contesta - Sí; pero no salía estrechando mi ma del cocido y la paeno. .uis Llaneza, con Rafael Kivcllrs \ Carinen Hoilrígucz. cn lla- me dice LlaneYa en la calle, <La mujer X. za riendo—. Yo harespiro a gusto. En cía de todo: sopas ese café de cómide ajo a Ernesto Vilches. fabadas a Julio Villacos, donde se pone en tela de juicio lo divino rreal, que, - « v i m o buen asturiano, .se [)erecía por y lo humano y cada uno se cree un genio, suelen ellas, y hasta pote gallego y menrhetas, para los notarse, al rato de estar en él, síntomas de asfixia. restantes. Cierto día, (Jurante una de las freUn poco contribuyen a esto el humo espeso de cuentes comilonas, y sabedores de (pie yo tenía los cigarros, las fantasías de los ¡u'tores y la corak'ohol en abundancia, se me bebieron d t s gatesía con (jue se zaliieren: en el pensamiento, hmes de vino y uno de irhisky. una malísima intención, y en los labios, una son- ¥JS de suponer que desput'fs no estarían disrisa... puesto para trabajar. - Es de suponer... JOAQUÍN /ALDIVAR

CONCURSO

DE

MAYO

C1NE6RAMAS obsequia a sus lectores con doce artísticos bustos de ia popular estrella Brigitte Helm. En este Concurso se adjudicarán doce bustos de ia bellísima artista Brigitte Helm, obra del joven y notable escultor Carlos Monteverde, a quienes adivinen el número que resulte favorecido con el premio mayor en ei sorteo de la Lotería Nacional del I.'' de Junio de 1935. Si hay más de doce soluciones correctas se distribuirán los premios por sorteo. En caso contrario, se adjudicarán a las que más se aproximen al número de dicho premio mayor. Para tomar parte en este Concurso debe Vd. recortar y llenar ei adjunto cupón, y enviarlo bajo sobre debidamente franqueado a Prensa Gráfica, S. A., Concurso de CINEGRAMAS, Apartado 571, IVladrid. Una misma persona puede remitir cuantas soluciones quiera, siempre que lo haga en estos cupones. Todos los cupones deberán estar en nuestro poder antes de las doce de la noche de 31 de Mayo. Los que lleguen después de este plazo quedarán rigurosamente excluidos.

CUPÓN ^•"eo que el premio mayor del sorteo de la Lotería 'nocional del 1." de Junio de )93S será el siguiente^

fiambre Calle ''obloción '"'^ovincio (Finí

En el número de CINEGRAMAS de 9 de Junio próximo daremos el re sultado del Concurso y los nombres de los lectores favorecidos.


MIGUEL


I'l' II ri-,>ifst'Hl.ii>lf <u : Illa (U- l.l li.iuiiUiiit t-s «liiii '•'Uuiiic Hiut. j M S o a lio lír.i •(• lUiVi-linui. ¿lüi MU»' >lu-io. «-IX .\U'inaiiia o : u-a?' lili AK-maiua !.'.yi"utli>llywi>,iil i; . .í .tiiiis nihtíi \ l'íilti.• ¿KTo aiiterinv a E¡ ángel realizó Ll iai'orito de las ÍV natío de los hoiiihns V l.a piincesa. ;oh. la. K.-itiulúis 1\)X fueron ,ili/aron .iiiiíir.tnr. MB.\ (Wilen• >u,. ..\ pordouará que dé uiia contestación catcgó•^a; creo que es cl medio de que ^Igi'a dia quedará agradtviílo a esta respuesta. Ksuulud.iblcqiu'. *-"onio se dcscrilv on su carta, no debe «estar usted mal» do figapero yo (que soy muy aficionado a la Graíología) le descubro a usted en su carta una euorme falta de cultura general, desorden y muchos pajaritos eu la cabeza; claro que esto es debido a los pocos años. ¿Es usted muy joven, verdad? Para ser artista de cine, para "Duchos ha sido facilísimo; para otros, muy difícil. Hay muchísimos que se les pregunta cómo llegado, y uo saben contestar categóricamente; otros, por su vocación, por su personalipor su estudio. Tome este último consejo. ' S.4N'CHE2

(Valencia).-—Xo

-lerto lo de Charles Chaplin. E l la actualidad filma una pt"tula, sin tít -pañol todavía. I'i-;

. .. irtelo¿.\ (jué númer(j se reficii

iislod.' (.'lir>,id.l 1,1 .idvol l.'iu l.l

ha sido toiu.iil.i i-u coii.si>loi.i ción. Muy .i^r.idooulo.s a s u s il<.•,i s. sini'|>,itica « j M i p a g a i u l i s l a i » .

NiKV. l a ostatiua y JH-S.' lU- i;ii;f;or Ki>g<-rs o s : i.s.S i

4>» kilos. IH- Toby Wiui,. i , s ; y IV Carolo l.riubanlos 1,37 y 5 1 • IV Kay l-'raiuis, i,5(> y 5 0 . IVscono/co las letras d o las cauciones cpio mo pido »lo Wotider Bar. I'acionoia. .\ vor si mientras tanto mo las r< init algún «querido» ayudante, litas son el fox que canta DiiU Poweli y el vals que bailan Di lores del Río y Ricardo Corte/. I. .M. D. (Málaga).~E\ Av.micilii -particular de Hollywood no lo sé; pero puede escribir a Fox Studios, 1 4 0 1 X. WesteTn Ave. Hollywoi<l, (California). Ahora han pasad< por Madrid, donde tienen su domicilio en .^venida del Val!, número 4 2 , hotel (Parque Me tropolitano). Escriba a Imperio Argentina a Cifesa, Avenida Eduardo Dato, 3 4 , Madrid. JOSÉ

FERNÁNDEZ

(AznaUó-

llar).—Xo tengo la canción <1< Rosita Moreno cuando so I( vanta del lecho en la pelicala El rey de los gitanos. Escriba a Mona Maris, a l'ox Studios, 1 4 0 1 X. Western Ave. Hollywood (California).

Disi.A iiiadiiiui doi airi d' • Mi^'iiol KainiHi, Aviación M> litar, l,oón. N' cambiar corr«-s |>oiuloiti ia con loctoros don ). S.'uu li<-/, A-,>artad') 5 J I , Vaii'iu la

''NA vlTORI.^^•A ( l'iíoria).> tengo la canción de «Duérniete, niño mío., que canta Lina Yegros en Sor Angélica. Ricardo Núñez nació en Uetanz()s ((ialicia), en el año KJOI.

Jei 10 I «ii'i / ( l ididii). I'.s siiii'plonioulo un rosuiiuii de la Illa, siipriiiiieivlo el diálogo.

sa).—Escriban a C. E. Barquillo, 1 0 , Madrid.

,M.M<ii.i (Madrid). Kl painel <|iio representa Paul llorbij^or ou la policiila Ifesfile de Primavera os ol do l-rancisco José. DAMA I>E I.AS I'LORES

[Gi-

jón).—Carlos Gardel está en la actualidad filmando una p licula en los Estudios Astoria, de Nueva York, que es donde le tiene que escribir. J. M. (Pamplona ) .~L& fotografía que vio usted de Greta Garbo es de la película El velo pintado, con Herbert Marshall y George Brent. I,a letra del vals de Crisis mundial se ha publicado ya cn números anteriores. El asunto de las tapas para la encuaderna' ion de la Revista lo tiene que decidir la Empresa, y caso de resolverlo afirmativamente, ya lo verá ustoil publicado. Muy agradecido por su intento de obsequio; pero es una co.sa que me h.-tco daño, líscriba cuando gusto, V ¡ajante <le «vía triplo».

I^CKhL Y HOLMES

MARQUÉS HITO

(lorto-

A.,

(Madrid).—

El reparto de Rey de reyes es el siguiente: Cristo: H. B. Warner; Madonna: Dorothy Cummings; María Magdalena: Jacqueline Logan; Juan: Joseph Striker; .Mateo: Robert Edeson; Bartolomé: Clayton Packard; Pedro: Emest Torrence; Judas: Joseph Schildrant; Caifas: Rudolph Schildrant; Simón Cirineo: William Boyd; La mujer adúltera: Viola I.ovie; Pilatos: Víctor Varconi; Martha: Julia Jayt Esclava de la .Magdalena: Salh Rand. Emil Jannings nació el ¿6 de Julio de 1 8 8 8 , en Brooklyn (Nueva York). Hijo de padres alemanes. Ha interpretado, entre otras, las siguientes prixiucciones: Quo vadis?, Varieté, Fausto, Pedro el Grande, Tragedias de amor. Tartufo, El último. El hombre de las figuras de cera. El destino de la carne. La última orden. La calle del penid<. El patriota. Los pecados / s padrea, etc.

l.as ]H'iíciilas iiit<'i)iii'ta<l.> |i(>i John Barryínore, son: / thbitri) dr la rlrganita, F.l dicta dor, .Shrrloch Uolmrs, Fl vafu hundo poeta, F.l drvorad'/r <l dotes, hj homfjre y la bestia La fiera del mar, Don Juan, L'r amores de .Manijn, Amor eterno, Tempr.stad, A r s en i o Lupin, Grand Hotel, etc., etc. FRA.NCISA LANCHAZO

(Bada-

joz).—El verdadero nombre de Ramón Novarro es José Ramón Samaniego Novarro. Puc-de escribirle a Metro Goldwyn-Ma yer, Culver City (California). SOLEDAD

SÁNCHEZ

(Badu

joz).—Hay rumores de ese cas^. miento de que me habla; pero ¿por quién es la lástima: por • o por ella!' Clara Bow creo qi. el motivo de no trabajar es que está demasiado gruesa. 'NA

ENTUSIASTA DE CLAF

.lücantej.—Clark Gable necio el 1 . ° de Febrero de 1 9 0 1 en Cadriz (Ohio). Tiene el ca bello castaño y los ojos grise Mide seis pies y una pulgada y pesa 1 8 5 libras. Casado ceRia Laugham. Se llama verdaderamente William Clark Gable. Ha interpretado, entr otras, las siguientes produccii nes: De pura sangre. Los sei misteriosos. Titanes del ciel. Casada por a:ar. Tierra de pasión. Tú eres mío, Susdn Lencx Danzad, locos, danzad. La he> mana blanca, .-Imor eu ventii. .Alma d' bailarina. Sucedió un<i noche.... El enemigo público número I, Hombres en blanco. Encadenada, Cuando el diablo asom.i Cierto, y soy de su misma opi nión. Croo que hoy día es el m.iformidable galán de la pantalla R. LIBRIS

Menry W i l c o i ó n en un momento escénico de la producción histórica . I J I » Cruzadas , que actualmente r e a l i u Ceeil B. I>«- Mille, en U que ea protagonista Katherine IV Mille. hija de este famoso director


13

L

I

I IKIPC -U

NLO

15

O

A P A S I O N A N T E DE INTRIGA

Y

FIIM

MISTERIO

SATANÁS por B O R I S K A R L O F F y BELA L U G O S S I

INSTANTÁNEAS

P

O C A importancia da al inatrini<nuo la gente lie cinc, no considerándolo un medio para constituir un hojear, hiño un procedimiento para dignificar—la mayoría de los easos—sus pasiones. En medio de una fiesta, de una manera inesperada, la pareja, acompañada de n l g i i n o » amigos, contrata un avión, y novios y amigos, alegremente, vuelan hacio Las Vegas, en el Es tado de N e v a d a , o hasta Y u m a , en el de Arizona, dos localidades en donde las leyes permiten el matrimonio sin más retiui-sitos (pie presentarl e al oficial del Registro Civil, sin más ceremoijne las firmas, conio quien hace un contraI|)re.surado, con la cal)eza aun bajo los cfecalcühólicos de los último.-, rock-tails. . 'or eso ocurre muchas veces (pie el novio o la la sean lo.s más sorprendidos a la mañana siguiente al saber que se casaron la noche an' ior. ara ser más exacto, habría que decir que la experiencia y la práctica demuestran una verdad casi inconmovible: (lue a({uí la gente se casa para divorciarse algún dia. y se divorcia para volver a casarse. El mismo hecho de realizar la cerenif)nia en otrf»s Estados en donde las leyes de divorcio son fáciles y rápirias, indica que los flamantes cónyuges no olvid ; T I , on medio del entu siasnio amoroso del momento del matrimonio, que es mejor dejar entreabierta desde el primer instante la posible puerta de la separación definitiva. L u p e Vélez y J(jhnny Weissmullor, a pesar de SU.S diarias peloterao, acaban de anunciar públiTiente que ni ella llevará adelante su .segundo

Itoiilit'ii Mainouliúii, cuii Miriam ll»|ikin>< > «'I uriur iiiglrs Ni^i-I Itruro. cu un deitraii»u dp la película <l.a feria t\e las vHiiida(ie<<>

juicio de divorcio, ni .lohnny i)roseguirá su jui C Í O de defensa en el que negaba que había maltratado a su mujer y destrozado los muebles de la casa. Nuevamente tratarán de amoldarse los caracteres y v i v i r juntos.

ABUNDANCIA d i o de la r a d i a c i ó n cósmica. Pida infornirs li T I I . I D A D . i< a ippoari k MIEA p aam ño a rd, osalud I M , y riquez (K a).

.Josephine I I u t Vlc« chimon, j o v e n actriz n e o y o r q u i n a contrataxla por la Warner para actuar con Dick l'owell, acaba de dar una sorpresa a sus ¡miigos y empn^sarios (-asándose de la nocir! a la mañana con . l i l i l í e s Townsend, agente de u ' i - i ; i •

bles,

del inmortal Víctor H u g o . Protagonizan ]jrodu<-ción Fredric March, que encama Jeán Valjeán, secundado por Charles Laughton y Kochelle Iludson. Dirige la cinta Richard Boleshiv^ki.

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