DUQUE DE SANTO TON
CONSULTAS GRATIS
santapiedra@gmail.com
Querido Duque de Santo Ton: Mi papá ya había tenido un matrimonio y un hijo antes de casarse con mi mamá. A mi mamá no le hacían mucha gracia ciertas actitudes de la `primera familia de mi papá y su hijo era un sangrón y hasta medio mampo. Cuando mi mamá se desesperaba por la situación, mi abuela materna le decía: “es un compromiso que asumiste, si te casas con él, te casas con su familia”. Yo también me casé con un divorciado con hijos y comprendo tanto a mi madre como a mi abuela. Al principio quise hacerme la muy moderna y permitía hasta que los primeros hijos de mi esposo se quedaran a dormir en mi casa, pero no pasó mucho tiempo para que sacaran el cobre. Además de odiosos, son maleducados y siento en ellos mucho rencor hacia a mí y hacia mis hijos, que no tenemos la culpa de ser la segunda familia de mi marido. Además, la madre es una amargada que no desaprovecha la ocasión para hacerme groserías. Decidí cortar con ellos, jamás los he vuelto a recibir y le hice jurar a mi esposo que cortaría todo tipo de relación con ellos. Sin embargo, me he enterado de que los sigue viendo y hasta les da dinero, un dinero que les corresponde a mis hijos por ser menores de edad ¿verdad que tengo razón?
Raquel
Tuxtla Gutiérrez
Querida Raquel:
Jamás podrás romper el lazo filial y amoroso que existe entre los primeros hijos de tu esposo y su padre, ya que es una relación natural, son carne de su
carne y sangre de su sangre. Sin embargo, puedes ejercer presión sobre las cosas que no te gustan, cerrándole las piernas a tu marido cuando quiera sexo contigo hasta que no se haga o se diga lo que tú quieras. Si el hombre está enamorado de ti se alineará contigo, no lo dudes. Tu abuela estaba equivocada, jamás te casaste con la primera familia de tu marido, aunque estabas enterada y lo aceptaste, lo cual no significa que tengas compromiso alguno ni con la vieja ni con sus engendros.
Querido Duque de Santo Ton:
Soy una señora cuarentona de buen ver, y hace unos meses me fui a pasar unos días con algunas de mis amigas, todas ellas señoras casadas y muy decentes. Una noche estábamos en un casino, y bebí tantos tragos que me puse muy alegre. Obviamente me desinhibí y empecé a coquetear con los hombres a los que veía solos; me gustó especialmente un norteño maduro con el que terminé cogiendo. Al darse cuenta de mi hazaña, todas mis compañeras de viaje se ofendieron y no volvieron a dirigirme la palabra ni cuando regresamos a Tuxtla. Lo peor de todo es que ya le contaron a todos nuestros amigos lo que hice y aunque no me dice nada estoy segura de que mi marido ya lo sabe. No sé qué hacer.
Sabina
Tuxtla Gutiérrez
Querida Sabina:
Lo hecho, hecho está, y ya no puedes hacer nada para cambiarlo. Yo te recomiendo que lo niegues todo y que esperes a que las cosas se calmen, nadie tiene pruebas de tus puterías y tarde o temprano la verdad no pasará de ser un chisme. Tú mantente en tu papel de señora
digna y respetable porque estoy seguro de que tu esposo tampoco te reclamará nada. Claro que, recuerda que si no quieres ver fantasmas no salgas de noche. Pertenecer a una familia de renombre implica muchos privilegios que no debes arriesgar por una noche de calentura, aunque muchos digan que lo que se hace en Vegas se queda en Vegas.
Querido Duque: Mi esposo me juró fidelidad y que no volvería a fijarse en nadie más que en mí. Sin embargo, después de seis meses de casada ya lo conozco tan bien, que me doy cuenta cuando alguien le gusta porque se le para el pene de una manera tan obvia que por más que trata no lo puede disimular. Le ocurre tan a menudo, que le pediría el divorcio si no fuera porque ya estoy embarazada.
Leslie TapachulaQuerida Leslie: Es simplemente irreal que tú y tu pareja no vuelvan a sentir atracción por otras personas, aunque estén casados. Te duele ver que otras nalgas lo excitan más que las tuyas, pero estoy seguro de que a ti te ocurre lo mismo, es nuestra naturaleza. El amor y la atracción son dos cosas enteramente diferentes, no se pueden equiparar. En el amor se busca construcción, crecimiento, expansión, explorar; mientras que la atracción es solo eso, pura calentura. Solamente puedo decirte que entre más comunicación, honestidad y límites claros existan en la pareja, mejor.
Querido Duque:
Hace poco mi esposo y yo fuimos a ver casas, queríamos enterarnos de los precios, y nos sorprendimos al saber que ni juntando nuestros sueldos podremos hacernos pronto de una casa propia. Sinceramente me hubiera gustado haber creado un fondo muchísimo antes, no para gastarlo, como lo hicimos, en mi boda, sino para la vida precaria de dos empleados de
gobierno. La boda debió haber sido la última de mis preocupaciones y ya empiezo a arrepentirme de haberme atado a un hombre tan mediocre como mi esposo que sí, es cierto, coge como un príncipe pero que es un mediocre que jamás conseguirá arribar a ninguna parte.
Lidia Tuxtla GutiérrezQuerida Lidia: Si en lugar de un hombre querías una casa propia y tener lujos, podrías haber buscado en otro catálogo, en el de los que pudieran darte vida de rica independientemente de su físico, su edad y su manera de ser. Yo sé que tener dinero y seguridad económica es algo muy disfrutable pero la vida es efímera y hay que disfrutarla. Si se te da la oportunidad de coger con un príncipe entonces disfruta eso ya que estoy seguro de que muchas mujeres adineradas quisieran tenerlo, aunque fuera unas horas. No te tortures más por eso ni por lo que gastaste en tu boda, goza del día a día, y trata de conseguir lo que tanto anhelas, pero con actitud positiva, sumando en lugar de restar.
Duque de Santo Ton:
Mi esposa se la pasa todo el tiempo con una amiga que conoció en el club, pero esa amiga me da mala espina, es posesiva, y siento que no le caigo bien, aunque ella diga que sí. Le dije a mi señora que tenía estrictamente prohibido seguir viendo a su amiga nueva, y ella me respondió que fuera a prohibirle amistades a mi chingada madre, lo cual me ofendió mucho pero no pude hacer nada porque en nuestro matrimonio la del dinero es ella y sin la mensualidad que nos pasa mi suegro no podríamos vivir como ricos que es como nos gusta.
Pedro San CristóbalQuerido Pedro:
Vivir como rico tiene su precio y si quieres pagarlo es cuestión de tus principios. Yo también me sentiría nervioso si mi mujer estuviera saliendo con una pájara de cuenta.
No nos vamos a cansar, vamos a insistir cada sesión a que se convoque de inmediato a un periodo extraordinario y se nombre ese órgano”.