La Calle de la Cadena
Bosco Sodi Croacia
EN SAN ILDEFONSO
Pozole de Moctezuma
El
De nuevo,
Alameda
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MAYO - JUNIO · 2012 · AÑO XII · NO. 69· REVISTA BIMESTRAL
Central
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DIRECTORIO Consejo Editorial Dra. Guadalupe Pérez San Vicente Presidenta Honoraria Arq. Jorge Carlos Frías Gutiérrez Mtro. Manuel Magaña Contreras Director General José Enrique Bravo Gordillo Directora Editorial Guadalupe Gómez Collada Diseño Ritos y Retos del Centro Histórico José Alberto Bravo Déctor C
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LA EXPOSICIÓN / 6
Bosco Sodi en San Ildefonso
DE NUEVO, LA ALAMEDA CENTRAL / 10 PERSONAJES DEL CENTRO HISTÓRICO / 14
La Santísima, el templo preferido de la emperatriz Carlota para oír misa
AQUÍ SUCEDIÓ / 17
En esta casa fué compuesta la música del Himno Nacional
MAPA DEL CENTRO HISTÓRICO / 20 RECINTOS GASTRONÓMICOS / 22 El Pozole de Moctezuma
RECUPEREMOS LA CASA DEL HIMNO / 26 HABLANDO DEL CENTRO... / 30 Como era el México de 1697
ASÍ ERA... / 33
La Plazuela de Guardiola
LOS OFICIOS / 34 El Escribiente
LA LEYENDA/ 36 La Calle de la Cadena
COMERCIOS CENTENARIOS / 38 El Puerto de Liverpool
C O N T E N I D O
EDITORIAL / 4
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EDITORIAL
Los últimos años los comerciantes del Centro Histórico han visto como su capital e inventarios han ido mermando día a día. En 2006 el devastador plantón convocado por López Obrador; apenas empezaban los comerciantes a “asomar la nariz” cuando llega el brote de Influenza H1N1 que los vuelve a dejar, si es que sobrevivieron a la enfermedad y a los alteros de cuentas por pagar, sumidos en la crisis y la desolación. Llegan las obras esperanzadoras y, la mayoría, acepta de buen grado polvo, ruido, máquinas, apagones, ausencia de clientela y todo lo que conlleva una obra como las que se han realizado los últimos años en el Centro y todo con la enorme ilusión de vivir una mejora en los negocios y poder disfrutar de nuestro patrimonio. Desgraciadamente apenas se empezaba a disfrutar de un Centro hermoso, (como siempre lo ha sido), tranquilo, seguro y con un número importante de nuevos visitantes, cuando reaparecen ¡¡¡DE NUEVO LOS MAESTROS!!! De nuevo la violencia y la anarquía, la simulación y el engaño, la basura y la destrucción… ¿¿¿A quién creen que engañan??? Nos parece muy triste que el enorme esfuerzo que se ha realizado por parte de ciudadanos y autoridades por regresarle su dignidad al Centro Histórico se vea truncado por el abuso e inconsciencia de unos cuantos. ¿¿¿HASTA CUÁNDO SE VA A LEGISLAR PARA QUE NUESTRAS CALLES EN GENERAL Y EL CENTRO HISTÓRICO EN PARTICULAR DEJEN DE SER BOTÍN DE LOS INTERESES DE UNOS CUANTOS???
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LA EXPOSICIÓN
Bosco Sodi Croacia
EN SAN ILDEFONSO
El Antiguo Colegio de San Ildefonso presenta: Bosco Sodi: Croacia, la primera exposición individual que el destacado artista mexicano Bosco Sodi realiza en su país natal, México. Sodi es reconocido internacionalmente por crear obras que exploran áreas en las que la naturaleza y el ser humano se combinan, dotándolas de una fuerza expresiva que fomenta el diálogo emocional con el espectador. La exhibición Croacia, toma su nombre del lugar donde Sodi comenzó a realizar las piezas y reúne siete pinturas de más de dos metros de largo y de ancho, que son parte de la serie homónima que el artista produjo en 2011. Con este trabajo, Bosco 6 Ritos y Retos
busca propiciar un acto de percepción inmediato, que invite al espectador a adentrarse en él, para vivirlo y descubrir sus cualidades físicas y, al mismo tiempo, exaltar la experiencia que resulta de la observación contemplativa, y sea la obra la que hable por sí misma, cautivando al público sin la necesidad de un discurso narrativo. Las siete piezas, ubicadas en las salas 15 y 16 del Antiguo Colegio de San Ildefonso, fueron elaboradas bajo la singular técnica de Bosco, la cual consiste en utilizar sus manos en lugar de pinceles y trabajar, de pie y directamente sobre el bastidor en el suelo, en relación directa con el espacio, lo que considera como “una experiencia chamánica”. Asimismo, en la sala 17 se podrá apreciar un video que da cuenta de la realización de las obras. En cuanto a los materiales que usa, en su mayoría orgánicos, y que ha adquirido en su constante transitar por todo el mundo, Sodi utilizó la misma preparación de pigmentos para cada una de las obras. El proceso consistió en aplicar sobre la tela, a un ritmo que fue marcado por su estado de ánimo, una mezcla casi líquida de fibras naturales, aserrín y pedazos de maderas, que por sus características originaron diversos matices y densidades obteniendo, en algunas partes, capas uniformes y, en otras, un relieve contrapunteado, que al secarse se fragmentaron de forma aleatoria, alterando la composición y el color inicial, logrando así un estilo único, en el que además exalta la intensidad del color y la energía de la materia. De esta forma, Bosco incita a que el espectador busque matices y efectos no visibles a simple vista, con lo cual despierta sensaciones que se asocian a diversos estados emocionales, dotando a la obra de una existencia autónoma. El que sus piezas sean monocromáticas hace reflexionar sobre el cómo las cosas y los acontecimientos se parecen, aunque no son los mismos ni aspiran al mismo fin.
Antiguo Colegio de San Ildefonso. Justo Sierra 16, Centro Histórico. Informes: 5702 2991 y 5789 2505 Horario: Martes de 10:00 a 19:30 hrs. Miércoles a domingo de 10:00 a 17:30 hrs. Admisión general: $45.00 Estudiantes, maestros con credencial vigente y tarjetahabientes Poder Joven: $22.50 Entrada libre: niños menores de 12 años, personas de la tercera edad y participantes del Programa de Membresías de San Ildefonso. El día martes la entrada es libre. www.sanildefonso.org.mx
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Bosco Sodi (Mexico, 1970) Vive y trabaja entre Nueva York, Barcelona, Berlín y México. Su trayectoria artística comenzó en el año 2001 en España, donde presentó su trabajo en Barcelona y San Sebastián. Desde entonces, su obra, ha sido expuesta en México, España, Alemania, Estados Unidos, Holanda, Canadá, Italia, Suiza, Hong Kong y Japón. Ha participado institucionalmente en espacios como el Bronx Museum de Nueva York y la Colección Jumex en México. Entre sus exposiciones recientes destacan Ubi Sunt: 2011, The Pace Gallery, Nueva York; Un largo camino a casa: 2011, Galería Hilario Galguera, ciudad de México; Bosco Sodi: 2011, Galería Carles Taché, Barcelona y Pangaea: 2010, The Bronx Museum, Nueva York. Actualmente tiene proyectos por desarrollarse en las galerías Taka Ishii en Kyoto y Project B de Milán.
Bosco Sodi: Croacia, adentrará al visitante a la fascinante obra del creador, quien con esta serie acerca la pintura a la escultura y para quien la espontaneidad, la materia, el color, movidos por un acto de espiritualidad, son los protagonistas en su quehacer artístico. La muestra permanecerá abierta al público del 18 de abril al 15 de julio de 2012; posteriormente, viajará al Museo de los Pintores Oaxaqueños a finales de julio, para después presentarse en el Museo de Arte de Ponce, Puerto Rico (diciembre). La exposición contó con la colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Galería Hilario Galguera y The Pace Gallery.
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Fotografía y montaje: José P. Torrealba
Puebla, una ciudad
donde el ARTE
LO LLENA TODO...
www.turismopuebla.gob.mx Ritos y Retos 9
De nuevo,
Alameda Central
La
La Alameda en una acuarela de Mortiz Rugendas que se conserva en el Castillo de Chapultepec Ahora que nuestra querida Alameda Central entra, felizmente, en proceso de restauración, vale la pena recordar algo de su muy larga historia. Este emblemático parque es considerado el parque público más antiguo de América Latina y uno de los más hermosos del mundo. Lo mandó a hacer el virrey Don Luis de Velazco hijo a mediados del siglo XVI, quien ordenó se creara “un paseo para darle belleza a la ciudad y que a la vez fuera lugar de recreo para sus habitantes”. Para ello se seleccionó un predio que, hasta ese momento, estaba ocupado por un tianguis. De tal modo que para ese fin se sembraron un gran número de álamos en el límite oriente de la entonces joven ciudad virreinal, lo que le dió el nombre de Alameda, sin embargo, ante el lento crecimiento de esta especie decidieron retirarlos y sembrar en su lugar fresnos y sauces que presentan un desarrollo más rápido. Al finalizar el mandato del virrey de Velasco, la Alameda decayó hasta el punto de haber sido utilizada por vecinos de la ciudad para que pastaran sus caballos. Al abrigo de la oscuridad se cometieron asaltos e infinidad de crímenes además de que se convirtió en basurero a cielo abierto. Por esos mismos años en el límite poniente del parque, en la llamada plazoleta de San Diego, funcionó durante 10 Ritos y Retos
8º Virrey Luis de Velasco, hijo 1590-1595
varios años la hoguera de la Inquisición, donde eran quemados vivos ateos, judíos o cualquier persona que no fuera conveniente para la inquisición. Años más tarde, con la ascensión al trono de España de Felipe V, quien había conocido la belleza de los jardines de Versalles, encargó personalmente al virrey de la Nueva España, que se rescatara y embelleciera el espacio con varias fuentes, se sembraran nuevos árboles y se ampliaran las portones de acceso al parque. En 1775, el virrey Carlos Francisco de la Croix le cambio la forma de cuadrada a rectangular mediante la ampliación de las calzadas laterales, de igual modo trazó las calzadas interiores y se mandaron construir otras cuatro nuevas fuentes. Durante esa época la Alameda se caracterizó por ser el lugar favorito de la sociedad novohispana, quienes paseaban en elegantes carruajes por sus bellas calzadas arboladas. Más tarde, durante el siglo XIX, sufrió grandes cambios: gracias a una iniciativa del presidente Benito Juárez se quitó la barda que la cerraba e impedía que la gente humilde disfrutara de ella y se convirtió en un centro de reunión y paseo popular, se modificaron los jardines, se secaron definitivamente las acequias que la rodeaban y en 1892 se alumbró con “moderna” luz eléctrica. La Alameda Central fue uno de los paseos favoritos de la emperatriz Carlota Amalia de Bélgica, esposa del segundo emperador de México, Maximiliano de Habsburgo. Carlota mejoró la jardinería del lugar con la siembra de una gran
cantidad de rosas, además de donar la hermosa fuente de Venus conducida por céfiros obra del escultor francés Mathurin Moreau (Dijon 1822, Paris 1912). Como parte de las obras de embellecimiento que emprendió para la celebración de las fiestas del Centenario de la Independencia, el presidente Porfirio Díaz mandó construir, en el límite oriente, el Palacio de las Bellas Artes y en el costado sur del parque el Hemiciclo a Juárez, imponente monumento de mármol obra de Guillermo Heredia, ubicado en el mismo sitio donde anteriormente se encontraba el famoso Kiosco Morisco que fuera trasladado en 1909 al parque principal de la Colonia Santa María La Ribera. En 1921 y con motivo del centenario de la Novena Sinfonía de Bethoven el gobierno alemán obsequió a la ciudad un imponente monumento elaborado en bronce negro, obra del escultor alemán Gladembech que conmemora tan importante acontecimiento y que aun en nuestros días continúa siendo causa de admiración de propios y extraños. La Alameda Central ha sido desde su creación un sitio de reunión de todas las clases de la sociedad mexicana por igual que, cubiertos por una hermosa bóveda verde, amenizada por los cantos de los diferentes pájaros que la habitan y arrullados por fuentes de personajes mitológicos, han visto cambiar las modas e ideas de cada época, desde la intolerancia religiosa, hasta la vertiginosa modernidad de nuestro tiempo. Pero sobre todo que ha visto pasar más de 400 años de historia y vivencias de la ciudad de México.
Actualmente la Alameda se encuentra en restauración. Ritos y Retos 11
Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947) Museo Mural Diego Rivera.
El mural fue realizado a iniciativa del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, su ubicación original era el restaurante Versalles del Hotel del Prado hasta que éste fue dañado por el Terremoto de México de 1985, posteriormente fue restaurado y trasladado en 1987 al Museo Mural Diego Rivera. En 1948, Diego Rivera, el gran pintor mexicano, realizó este mural para el comedor del hotel El Prado, situado en el parque de la Alameda Central de la Ciudad de México. En él, Rivera representa a través de una especie de collage su sueño de la historia mexicana, su propia interpretación de 400 años de la vida de un país lleno de contrastes y situaciones que marcaron y marcan su idiosincrasia. En esta obra el pintor mezcla personajes conocidos de la historia mexicana con otros muchos anónimos, añadiendo además figuras mitológicas e incluso miembros de su familia, todos ellos enmarcados en la famosa Alameda Central de la capital mexicana. A pesar de la cantidad de personajes representados, la obra sigue un cierto orden cronológico de izquierda a derecha y social de abajo hacia arriba. Otro detalle de la composición relacionado con esta organización, es la aparición de tres pirámides humanas coronadas cada una de ellas por tres presidentes del país: Benito Juárez, Porfirio Díaz y Francisco I. Madero. En la base de estas pirámides todos aquellos que no hacen política pero que sufren sus consecuencias: ciudadanos, 12 Ritos y Retos
indios, campesinos y pobres. El globo que sobresale sobre las cabezas de todos representa la esperanza para la República Mexicana. La historia empieza en el margen izquierdo con la figura de Hernán Cortés, conquistador español del imperio azteca y, quizás, el personaje más controvertido de la historia mexicana. Representado con las manos ensangrentadas, signo de la violencia y destrucción ejercida por los españoles hacia las poblaciones autóctonas y su cultura. Junto al conquistador, fray Juan de Zumárraga, primer arzobispo de la Nueva España. En este primer grupo de personas de la zona siniestra de la composición, también vemos otros personajes recurrentes, como el emperador Maximiliano I de México, fusilado a causa de sus ideales liberales. En referencia a esto, sobre él, Rivera representa al ideólogo liberal y ateísta, Ignacio Ramírez, que porta en sus manos un papel que, en origen, llevaba la inscripción “No hay Dios”. Esto generó una gran polémica los primeros años de vida del mural, hasta el punto que Rivera se vio obligado a cambiar la frase para mantener el mural expuesto en público. En el otro extremo de la composición, en la zona derecha, sobresale la figura de Emiliano Zapata a caballo. Zapata, el revolucionario más famoso de la historia de México, representa la lucha contra la desigualdad social y la explotación de los pobres. El pintor lo coloca prácticamente a la altura de los tres presidentes anteriormente mencionados, lo cual nos habla de la importancia del personaje. Aparece acompañado de una mujer armada, recordando el papel esencial de la mujer en la lucha. Bajo ellos un
grupo de hombres armados con fusiles que avanza hacia la libertad; podemos leer los mensajes en las banderas “Tierra y libertad” y “Viva Zapata”. Por último, en el centro de la composición, destaca el autorretrato del pintor como un adolescente. Detrás de él emerge la figura de Frida Kahlo, su gran amor. Junto a ellos la figura de la muerte encarnada por un esqueleto vestido como una mujer con sombrero y boa de plumas. La Muerte simboliza de alguna manera la historia de México, marcada por la violencia y los enfrentamientos sociales y culturales. Pero Rivera no quiere narrar sólo este aspecto negativo y dramático, sino que la muerte, tal como es concebida en México ya desde la cultura india, no es un fin absoluto, sino otra forma de existencia; un nuevo renacer mejor y más alentador. La muerte y el futuro se dan la mano. Esto confiere a la obra un carácter conciliador y no tan pesimista como nos puede parecer en una primera impresión. El mural ubica a distintos personajes de la Historia de México como Hernán Cortés, Fray Juan de Zumárraga, Sor Juana Inés de la Cruz, Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, Ignacio Manuel Altamirano, Winfield Scott, Benito Juárez, Maximiliano I de Habsburgo y su esposa Carlota, Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Diego Rivera (niño), Frida Kahlo, José Guadalupe Posada y su famosa ilustración La Catrina, José Vasconcelos, etc. Museo Mural Diego Rivera Balderas y Colón s/n Teléfono: 5512 0754 y 5518 0183 Horario: Martes a Domingo de 10:00 a 18:00 hrs. www.museomuraldiegorivera. bellasartes.gob.mx
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PERSONAJES DEL CENTRO HISTÓRICO
La Santísima, el templo preferido de la emperatriz
Carlota
Por: Manuel Magaña Contreras La Santísima, templo de singular fachada barroca ubicado en pleno corazón de La Merced, fue el recinto religioso preferido de la emperatriz Carlota para cumplir con el precepto de asistir a misa los domingos y fiestas de guardar, de acuerdo a como lo mandan los cánones de la Iglesia Católica. En ese entonces, la Merced no era el barrio decadente en lo arquitectónico que ahora conocemos, sino el aristocrático vestigio de la elegante área residencial de los años del período virreynal, donde tenían sus casonas los miembros de la clase gobernante y la rancia aristocracia de aquellos tiempos. El Cronista de la Delegación Cuauhtémoc y Fedatario del Haber Histórico en esta demarcación; don Héctor Manuel Romero nos contaba, poco antes de morir, que dentro de sus investigaciones encontró pormenores de la asistencia de la emperatriz Carlota al templo de la Santísima donde, por el hecho de la real presencia del emperador Maximiliano, los domingos se reunía “la crema de la intelectualidad” y lo más selecto de la aristocracia del efímero Imperio. Fueron los tiempos en que el arzobispo de México – 1863-1891 -, don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos era una personalidad de gran influencia puesto que, además de desempeñar con acierto tan importante cargo eclesiástico, figuró, durante 30 días, regente del segundo imperio. 14 Ritos y Retos
Carlota y su corte de honor El Fedatario y singular investigador de nuestro patrimonio cultural en el Centro Histórico, me platicaba que la esposa de Maximiliano llegaba a misa en La Santísima, acompañada de sus damas de honor, las señoras Cervantes de Morán, Tagle de Adalid, Garmendia de Elguero, de Uraga, Almonte de Herrán, Gutiérrez de Estrada de González Gutiérrez, Moncada de Raigosa, Robles de Bringas, del Barrio de Campero, de Esteva, de Almonte, Estrada de González Gutiérrez y Escandón de Landa Lizardi del Valle. La emperatriz Carlota, especificaba Héctor Manuel Romero, fue hija del rey Leopoldo I de Bélgica, de confesión protestante, quien autorizó que su formación se realizase bajo las normas del catolicismo, por la condesa de Hult. De acuerdo a los relatos del Fedatario, quien también fue miembro de la Academia Ciudad de México, dependiente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la misa de los
domingos a las que asistía la emperatriz, duraron poco tiempo, dado lo efímero del imperio de Maximiliano. La presencia de la pareja real en la Ciudad de México empezó a mediados de 1864 y en 1866, el viernes 13 de julio, para ser más exactos, Carlota tuvo que viajar a Europa para parlamentar con el Papa, a fin de que no les quitara el apoyo, lo que no pudo obtener y le hizo perder la razón. Por razones de índole política, la presencia de Carlota y Maximiliano en La Santísima es un suceso que ha pasado inadvertido. El Fedatario consideraba que para el estudio de la historia, las cuestiones políticas no deben obstaculizar el conocimiento de los hechos porque de prevalecer intereses particulares sobre la realidad de un país, ello sería grave dado que el silencio impediría conocer lo que ha acontecido en nuestro país, incluyendo usos y costumbres.
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Carlota, una vida atormentada D. Héctor Manuel Romero solía referirnos que la vida de Carlota, al lado de Maximliano, fue un tormento casi constante, por las implicaciones políticas qua se derivaron de aceptar el trono que les ofreció en Europa la Junta de Notables. Carlota, quien también tuvo los nombres de Amalia, Amelia, Victoria, Clementina y Leopoldina, perdió, como es sabido, la razón cuado fracasaron sus gestiones ante el papado para que no les retirara su apoyo moral, ya que sin él no fue posible continuar adelante, como lo demuestran los hechos, a la postre. Sobrevivió muchos años a la tragedia que culminó con el fusilamiento de su esposo Maximiliano y los generales mexicanos Miguel Miramón y Tomás Mejía, en el Cerro de las Campanas, cercano a la capital del Estado de Querétaro. Héctor Manuel Romero pensaba en escribir un libro sobre la presencia de la emperatriz tanto en el templo de La Santísima, como en la entonces aristocrática zona residencial, hoy convertida en área comercial, pero la muerte se lo impidió. Para asistir a misa los domingos en La Santísima, la emperatriz y su esposo Maximiliano tenían que cubrir la distancia entre el Castillo de Chapulepec y el recinto religioso ubicado en la calle Santísima y la que ahora se llama Emiliano Zapata, al norte de la barriada de La Merced y a poca distancia de los templos de Santa Inés, Jesús María, Santas Teresa la Nueva, Loreto, San Sebastián, San Antonio Tomatlán y el de San Pedro y San Pablo. La emperatriz Carlota, hija del rey Leopoldo I de Bélgica y de la princesa
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María Luisa de Orleáns, es por su presencia en La Santísma, un personaje de singular importancia en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Nació en el Palacio de Laeken, cercano a Bruselas el año de 1840. Cuando su esposo Maximiliano fue fusilado en el Cerro de las Campanas , ella tenía apenas 27 años. Sobrevivió a su esposo Maximiliano 60 años, murió el año 1927, bien entrado el Siglo XX. A partir de la extinción del segundo imperio, La Merced empezó a perder importancia como zona residencial de la alta burocracia y de los funcionarios gubernamentales, así como de la oligarquía de aquél entonces. Mudo testigo de aquellas misas a las que asistía la emperatriz Carlota, es el templo de la Santísima, mismo que ha sufrido los estragos de los hundimientos diferenciales en la Ciudad de México. Muchas historias guardan tras sus muros, los templos y las casonas del Centro Histórico, por donde han pasado muchos personajes que han protagonizado nuestra historia nacional.
AQUÍ SUCEDIÓ
En esta casa fué compuesta la música del Himno Nacional En la casa ubicada en el numero 26 de la calle de Venustiano Carranza se encuentra, adosada al muro, una placa que dice “EN ESTA CASA FUE COMPUESTA LA MÚSICA DEL HIMNO NACIONAL” y lo firma el Club Altrosa de México. La historia dice que a mediados del siglo XIX, esta casa fue habitada por el compositor catalán Jaime Nunó, quien ganara el concurso para elegir la música para el Himno Nacional. Más tarde se realizó el concurso para elegir la letra del citado himno, resultando ganador el joven poeta zacatecano Francisco González Bocanegra. Las crónicas cuentan que en esta casa se reunieron ambos personajes: Jaime Nunó y Francisco González durante 10 horas para ensamblar letra y música del que es, desde ese momento, nuestro hermoso canto patriota. En la actualidad esta casa pertenece a la iniciativa privada, sin embargo consideramos que como un homenaje a tan significativo momento de nuestra historia bien podría ser utilizada como escuela de música para jóvenes. Por lo pronto podríamos empezar por restaurar la vieja y casi borrada placa para que la gente sepa lo que allí sucedió hace casi 160 años…
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sus sabores su memoria Fotografía: Andrés Lobato
sus muros
Real Provisión de 1538. Archivo Municipal de Puebla Barrio de Xanenetla/Puebla Ciudad Mural. Fotografía: Fabián Valdivia P.
por esto y más, desde hace 25 años somos
“PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD”
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CENTRO HISTÓRICO CIUD
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DAD DE MÉXICO
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RECINTOS GASTRONÓMICOS
El
Pozole de Moctezuma
Por: Roberto Aschentrupp Toledo “HUEVO, CEBOLLA, CHILE, OREGANO Y LIMON… AGUACATE, SARDINA Y CHICHARRON” Esta es la frase que define al “POZOLE DE MOCTEZUMA”, uno de los restaurantes mas sui generis del Centro Histórico de la Cd. de México. Este popular restaurante se encuentra ubicado en la calle de Moctezuma no. 12 interior 1, PB. colonia Guerrero, en lo que fuera el antiguo barrio de Santa Paula, barrio de gran tradición del México antiguo donde se encontraba la capilla de Santa Paula y el panteón del mismo nombre, entre otros históricos lugares. En el panteón estuvieron enterrados varios personajes ilustres de la historia de México como Don Manuel Romero de Terreros, descendiente del fundador del Nacional Monte de Piedad; doña Leona Vicario, heroína de la Independencia e incluso la pierna del generalísimo Santa Ana que fuera enterrada originalmente en la hacienda Manga de Clavo, de donde fue traída y enterrada con honores en el panteón de santa Paula el 27 de septiembre de 1842 y que más tarde, el 6 de dic. de 1844 fuera desenterrada y paseada en toda la ciudad por la turba enardecida . A mediados del siglo XIX, ese cementerio, que había llegado a ser el mas importante de la Ciudad, decayó y fue cerrado, subsistiendo la capilla y la plazuela frontal hasta 1963, fecha en que finalmente fueron demolidas a causa de la ampliación del Paseo de la Reforma. De este histórico y tradicional barrio quedan muy pocos lugares con historia y tradición, uno de ellos es el restaurante EL POZOLE DE MOCTEZUMA. Este singular restaurante es fundado el 16 de marzo de 1947 por doña Balbina Valle en el interior del departamento que ocupaba con su familia. En el comedor del mismo dispuso de apenas, dos o tres mesas donde comenzó a servir, de manera especial, comida para guerrerenses radicados en el DF. Con el tiempo doña Balbina y su esposo don Jerónimo Álvarez, descendiente del ilustrísimo guerrerense don Juan N. Álvarez héroe de la Reforma, se especializaron, a petición de sus paisanos, en el pozole guerrerense en sus dos versiones, blanco y verde. Y es así como poco a poco se consolida un negocio familiar que en la actualidad es uno de los mejores establecimientos especializados en este platillo de origen prehispánico.
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El Pozole de Moctezuma abre sus puertas de lunes a sábado de 14 a 19 hrs. y se encuentra en la calle de Moctezuma numero 12 , depto. 1 Col Guerrero , exactamente donde se juntan Reforma y el Eje Central. Recuerde que ay que tocar el timbre. Existe un estacionamiento enfrente. El pozole blanco se sirve todos los días y el verde solo martes, jueves y sábado. Teléfonos 55 26 74 48 y 55 26 69 18.
con el muslo de algún guerrero prisionero, previamente sacrificado. En la época colonial, los españoles le agregan carne de cerdo y lo condimentan con cebolla, limón y especias orientales como el orégano, de esta manera se convierte en un platillo barroco muy aceptado para las celebraciones importantes, costumbre que sobrevive hasta nuestros días. En la zona del bajío (Guanajuato, Jalisco y Michoacán ) lo comen rojo, preparado con chile guajillo, y siempre acompañado de lechuga, cebolla, rábanitos, orégano y limón; en el norte del país se combina con la panza de la res y se le conoce como “menudo”. En el estado de Guerrero, además de su tradicional pozole blanco, se estila el pozole verde que se ofrece en las fiestas y que se prepara con mole de pepita, se sirve en cazuela de barro, poniendo un cucharon de caldo con el maíz A mediados de los años 50`s , don Fernando Álvarez Valle , hijo de doña Balbina y don Jerónimo, toma el negocio y decide ampliarlo integrando los espacios que ocupaban las recámaras y adecuando la cocina, de esta manera queda instalado un restaurante con 18 mesas dentro del departamento al que solo acudían conocidos que, para entrar, tenían que aventar una piedrita contra la ventana para que les lanzaran la llave. Debido a que en ese entonces el local todavía no contaba con licencia de alcohol, se usaba como contraseña; “Me trae un Café Grande por favor”, para pedir el mezcal con el que algunas personas gustan de acompañar este platillo. Además de la excelente calidad de sus productos y el impecable servicio, la sensación de clandestinidad y prohibido han sido las claves del éxito de este local. El pozole es un guiso que corresponde a la cultura del maíz y se consume desde la costa hasta el altiplano y de frontera a frontera. La palabra “pozole” viene del náhuatl: pozolli, que significa espuma o cocer maíz. Se trata de un caldo hecho a base de granos de maíz del tipo conocido comúnmente como cacahuazintle, que al cocinarse con cal se nixtamaliza y permite que el maíz se separe de su cascara fibrosa, para que en un segundo hervor abra y “reviente” como flor. Esta forma de cocinar el maíz es prehispánica y, según relata Fray Bernardino de Sahagún en su Historia General de las Cosas de la Nueva España, durante las fiestas en honor del dios Xipe, a Moctezuma se le enviaba un pozole aderezado Ritos y Retos 23
al que se le agrega la carne previamente desmenuzada y picada. Finalmente, se integra lo que se conoce como “guisar el pozole”, es decir, la cebolla , el chile piquín molido o verde picado, y orégano, cebolla, limón, aguacate, sardina y chicharrón, junto a este plato no deben faltar las tostadas y la crema. Algunas personas le agregan huevo crudo (completo o solo la yema) o cocido rebanado además de queso fresco rebanado y lo “bautizan” con un chorrito de mezcal de Chichihualco Guerrero. En 1996 se formaliza legalmente el negocio mudándose al departamento de abajo donde se unió con la accesoria, lográndose de esta manera, un establecimiento mercantil con 26 mesas, recepción, cocina y baños y, ahora sí, con licencia para vender alcohol. Al principio los clientes tradicionales se desconcertaron pero poco a poco se fueron acostumbrando al nuevo espacio donde se siguió conservando el estilo informal, semiclandestino y, sobre todo, su excelente calidad. Desde sus orígenes hasta la actualidad la recomendación de boca a
boca, ha sido su única publicidad ya que tampoco cuenta con letrero en la calle, solo un pequeño letrero apenas visible frente al timbre del departamento número 1 del edificio que dice con letra manuscrita “pozole”. “EL POZOLE DE MOCTEZUMA”, también ofrece los Taquitos de Chorizo estilo Tixtla, que es un chorizo de cazuela con un cocimiento de 12 horas, toda una experiencia, o las deliciosas Tostadas Especiales (frijol , chorizo y una rebanada de jitomate) receta de don Miguel Álvarez, nieto de los fundadores; la exquisita Lengua Moctezuma, (lengua de cerdo con un rasurado de cebolla, chile verde y orégano) o los suculentos “Faltantes y Sobrantes”(lengua con sesos de cerdo) también rasurados. Al finalizar, no deje de pedir de postre los divertidos “Huevos Estrellados” y averigüe que es... Así pues, la visita a este lugar resulta toda una experiencia gastronómica que no se debe perder, además de que es un lugar lleno de historia y de leyendas como la del guerrillero Lucio Cabañas amigo de la familia , que en los años 60 le dio muchos dolores de cabeza al gobierno de Mèxico. Cuentan que una vez coincidió aquí con personas de la Secretaria de Gobernación y, siendo uno de los personajes más buscados por la inteligencia del país, logró escapar sano y salvo, gracias a las habilidades de don Miguel Álvarez. Se dice que en este departamento también vivieron durante un periodo muy breve, los héroes de la Revolución Cubana, Fidel Castro y el Che Guevara, antes de partir a Cuba para iniciar su lucha. En la actualidad el restaurante sigue siendo el favorito de políticos, periodistas, artistas y luchadores famosos que van con mucha frecuencia a disfrutar de uno de los mejores pozoles de la ciudad. Roberto Aschentrupp Toledo raschentrupp@yahoo.com.mx
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www.turismopuebla.gob.mx
Diseño: Edson Andrade / Fotografía: Andrés Lobato
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Recuperemos la casa del
Himno… Por: Guadalupe Gómez Collada
En esta ocasión queremos hacer uso de este medio para proponer, respetuosamente, al Lic. Marcelo Ebrard Casaubon, Jefe de Gobierno del Distrito Federal y a la Dra. Alejandra Moreno Toscano, Autoridad del Centro Histórico, se recupere la casa donde se escribió la letra del Himno Nacional, ubicada en la calle de Tacuba No. 48, para dedicarla a conservar la memoria e historia del que es, junto con la Bandera y el Escudo Nacional, uno de nuestros símbolos patrios; el Himno Nacional. En esta pequeña casa vivió Guadalupe González del Pino quien fuera la novia del poeta y quien, según la leyenda, fuera la que lo animó y, en un momento dado, lo encerró en uno de los salones para que escribiera la letra del himno, unas cuantas horas antes de que expirara el plazo dado por el Ministerio de Cultura de ese entonces para recibir las propuestas. En la actualidad esta pequeña casa, donde se escribiera uno de los momentos más brillantes de nuestra historia, está siendo utilizada para comercios y oficinas, en la parte superior de su fachada se encuentra una vieja y ya muy borrada placa que asi lo hace constar, sin embargo por el hecho de que la placa este colocada a mas de tres metros de altura, es muy difícil que la gente la vea y aprecie el significado histórico de esta casa. Junto con la recuperación de esta casa se tendría que valorar e investigar la casa de Venustiano Carranza No. 26 que ostenta en su fachada dos placas que hablan del mismo hecho, mencionan que en esta casa vivió don Jaime Nunó y que fue ahí donde se escribió la música del Himno Nacional y donde se reunieron, después de haber ganado sus respectivos concursos, Francisco Gonzales Bocanegra y Jaime Nunó a ensamblar letra y música y darle los últimos toques a nuestro Himno Nacional. Consideramos que nuestro canto patriótico, uno de los más hermosos del mundo, merece ser valorado por las generaciones actuales que están urgidas de conocer la grandeza de nuestra patria, quede pues la propuesta y esperamos pronto poder acudir a la inauguración del MUSEO CASA DEL HIMNO NACIONAL.
26 Ritos y Retos
UN POCO DE LA HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL
Jaime Nunó Roca 1824-1908
Antes de que México tuviera un himno nacional, en las reuniones oficiales y para rendirle honores a los presidentes se ejecutaba algún fragmento de opera o música de concierto de la elección del presidente en turno, se dice que Santa Anna prefería la obertura Semiramis, de Rossini en tanto que José Joaquín Herrera gustaba de la obertura Poeta y Campesino, de Von Suppé. A partir de la Independencia de 1821, se realizaron varios intentos para contar con un canto patriótico, pero no prosperaron por diversas razones. En 1849, la Junta Patriótica de la Ciudad de México solicitó a la Academia de San Juan de Letrán que hiciera la convocatoria para un concurso para obtener la letra del himno, como música se utilizaría una composición del pianista austriaco Henri Herz, quien la escribió en agradecimiento a México por el trato recibido durante sus conciertos. Para este fin se convocó a un jurado de prominentes conformado por; don Andrés Quintana Roo, Manuel Lacunza, José Joaquín Pesado, Manuel Carpio y Alejandro Arango y Escandón. La pieza ganadora fue de la autoría de Andrés David Bradburn, desafortunadamente, no fue del gusto de la población, por lo que el autor renunció al premio. Continuaron los intentos para que México contara con un himno; Antonio Barilli presento una composición el 8 de septiembre de 1850, la cual paso inadvertida. En 1851 Max Maretzek, escribió una pieza musical con el mismo fin, pero causo poco impacto entre la población. En 1853, don Inocencio Pellegrini estreno la noche del 22 de abril de 1853, un “Canto Nacional”, en el Gran Teatro, sin lograr que el público se conmoviera. Ese mismo año un compositor de apellido Infante creó una composición patriótica dedicada totalmente al general Santa Anna, la cual fue una decepción.
Francisco González Bocanegra 1824-1861 Ritos y Retos 27
El 12 de noviembre de 1853 se publicó en el Diario Oficial la convocatoria para obtener un canto que fuera el Himno Nacional. La convocatoria ofrecía un premio a la mejor composición poética que fuera seleccionada por una junta de literatos calificados y previamente nombrados para este objetivo. Las composiciones debían ser enviadas al Ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, debiendo ser anónimas pero con un epígrafe que correspondiera a un sobre cerrado en el que constara el nombre de su autor. El término para la presentación de los trabajos tanto de composición como de música sería de un mes partiendo del día siguiente de la publicación de la convocatoria, debiendo ser seleccionada, en primer lugar, la letra para que, en base a ella, fuera compuesta la música y, una vez hecha la selección, el jurado contaba con sesenta días para dar a conocer la obra musical triunfadora. El jurado de la composición literaria estuvo formado por José Bernardo Couto, Manuel Carpio y José Joaquín Pesado, quienes manifestaron su decisión el 3 de febrero de 1854 en el Diario Oficial de la Nación, resultando ganador indiscutible el poeta Francisco González Bocanegra. El 10 de agosto de 1854, apareció publicada la decisión del jurado que analizó los trabajos musicales para sincronizar la letra de González Bocanegra. El triunfador, entre 15 participantes, fue Jaime Nunó, quien concurso con el epígrafe “Dios y Libertad”, el jurado estuvo integrado por José Antonio Gómez, Agustín Balderas y Tomas León.
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El Himno se escuchó por vez primera el 15 de septiembre de 1854 en el teatro Santa Anna ubicado en la avenida 5 de Mayo. En ese acto el poeta Francisco González Bocanegra dirigió un mensaje previo al estreno, donde manifestó que el mayor premio a su trabajo consistía en haber sido elegido como ganador de la letra del Himno Nacional Mexicano. La orquesta estuvo dirigida por Juan Bottessini que acompaño las voces de Claudina Florentini, el tenor Lorenzo Salvi y los coros de la compañía artística de René Mazón y Pedro Carvajal, sin embargo, esta interpretación no se considero oficial porque estuvo ausente el general Antonio López de Santa Anna, quien asistió al teatro al día siguiente, cuando el Himno fue interpretado por Balvina Estefenov y el tenor Lorenzo Salvi. El Diario Oficial publicó la reseña de este acontecimiento. Desde su primera interpretación el himno cautivó a la mayoría de los mexicanos al grado de su partitura llego a venderse por miles, de manera que se escuchaba en todos los foros, pero una de las ejecuciones más emotivas fue hace 150 años, cuando el Ejército Mexicano, a las órdenes del General Ignacio Zaragoza, lo entonó para infundirse ánimos mientras avanzaba para batirse contra los franceses en la gloriosa Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862.
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Ritos y Retos 29
HABLANDO DEL CENTRO...
Como era el México de 1697 Crónica de Gemelli Carreri Viajero Italiano que visitó la Nueva España en el siglo XVII
HISTORIA DE LA CIUDAD DE MÉXICO SEGÚN LOS RELATOS DE SUS CRONISTAS Artemio de Valle Arizpe Editorial Pedro Robredo México, D.F. 1939
Vista exterior del convento de San Francisco
Arriba. Anti sacristia del convento de San Francisco Abajo. Patio del convento de San Francisco 30 Ritos y Retos
México está situado junto a la laguna, es un llano muy pantanoso, a diecinueve grados y cuarenta minutos latitud Norte. Por mucho cuidado que pongan los habitantes en hacer buenos cimientos, sus casas están medio sepultadas en un terreno que no es capaz de mantenerlas. La hechura de esta gran ciudad es cuadrada y sus calles rectas, anchas y bien empedradas que corresponden a los cuatro vientos principales, le dan alguna semejanza con un juego o tablero de damas. Por esta razón se ve toda entera, no solamente desde el centro, sino de todas partes. Su circuito es de dos leguas y su diámetro como de media. A ella se entra en el día por cinco calzadas, que se nombran La Piedad, San Antonio, Guadalupe, San Cosme y Chapultepec. La de Cuyuacán o del Peñón, por la cual hizo Cortés su entrada, no subsiste ya. Se puede decir que México compite con las mejores ciudades de Italia en los edificios y excede en la hermosura de las mujeres. Son apasionadas de los europeos a quienes llaman Cachupinos, y por
pobres que estos sean prefieren su mano a la de los más ricos criollos. De allí nace que éstos tienen tanta aversión a los europeos que los insultan con continuas burlas. Los españoles que llegan se hallan algunas veces agraviados hasta responder a sus gracias a pistoletazos. En el día se cuenta en la capital de la Nueva España unos cien mil vecinos de la que la mayor parte es de negros o mulatos, lo que parece dimana, no solamente del gran numero de esclavos que se han traído allí, sino también que haciendo pasado todos los bienes a manos de los eclesiásticos, los españoles y demás europeos que no encuentran medio de adquirir un fondo cierto, tienen poca inclinación al matrimonio y se dedican al fin al estado eclesiástico. Aunque la ciudad no tenga menos de veintinueve conventos de hombres y veintidós de mujeres, son todos de una opulencia que causa admiración a los extranjeros.
Exterior del antiguo colegio de Santiago Tlatelolco Exterior del convento de San Cosme
Exterior del convento de la Concepción En el curso de este siglo se han formado muchos de estos establecimientos. Don Melchor de Cuéllar empleó seiscientos mil pesos tanto en construir como en dotar el convento de los carmelitas que se nombra la Ermita o el Desierto, a corta distancia de México, y su mujer fundó para la misma orden un colegio que tiene el nombre de Santo Ángel. Diego del castillo, que había venido de España muy pobre y había empezado a hacer su fortuna en el oficio de calderero, construyo el convento de los PP, de San Pedro Alcántara, el de los religiosos de San Francisco y el de Santa Inés, lo que no le impidió dejar cuando murió un millón a una doncella que había criado de limosna. José de Retes, después de haber fundado un convento de religiosas con el titulo de San Bernardo, dejo también un millón a su hija. Don Francisco Canales, Caballero de la Orden de Calatrava, dejo por heredera a su mujer de toda su hacienda, que era de seiscientos mil pesos y esta señora, aunque joven, desprecio todos los partidos que se le hicieron de casamiento, distribuyo todos los bienes a los pobres se hizo religiosa en 1695 y fundó el convento de las Capuchinas. Simón de Haro, que también vino pobre de España, fundó el de la Concepción. Álvaro de Lorenzana, asimismo pobre a su arribo edificó el famoso convento de monjas de la Encarnación. Después una religiosa de este convento fundo el de Balvanera. Juan Navarro Prestán ganó tanto dinero en la profesión de maestro de coches, que hizo edificar el convento de San José de Gracia y el de la Concepción, ambos de monjas. Esteban de Molina Mosquera, Ritos y Retos 31
después de haber construido el convento de las carmelitas, dejo todavía a su muerte cien mil pesos. Don Marcos de Guevara costeó los acueductos de México, cuyas arcadas son en tan gran número, en el espacio de una legua, que el gasto debe haber sido prodigioso. En recompensa se le dio el empleo de Alguacil Mayor con plaza y ayuntamiento para sí y sus sucesores. Omito una infinidad de otros ejemplares; pero no se puede negar que todo lo magnifico que hay en México es obra de los particulares. Se formara alguna idea de las riquezas de las iglesias mexicanas, por las del cabildo de la iglesia Catedral que no se compone más que de nueve canónigos y de una decima plaza que se nombra el Canonicato del Rey, pero cuya renta se paga al tribunal de la Inquisición, como en todas las Diócesis de la Nueva España, de cinco dignidades, que son el Deán, el Arcediano, el Maestrescuela, Chantre y Tesorero; de seis racioneros y seis medio racioneros, un sacristán mayor, cuatro curas que nombra el virrey, doce capellanes reales de nombramiento del cabildo y otros ocho que tienen titulo de Lorenzana. Sus rentas anuales son de trescientos mil pesos en los que se incluye la del Arzobispo que es de sesenta mil; pero el deán cobra once mil pesos; cada una de las otras cuatro dignidades, ocho mil; los canónigos seis mil; los racioneros cinco mil; los medios racioneros tres mil; cada cura cuatro mil y los capellanes reales, trescientos. Lo demás se distribuye entre los sacristanes y otros clérigos que se dice llegan a trescientos. México es una ciudad pequeña para el número de sus iglesias. La mayor parte de los habitantes no pueden hacerse habitaciones cómodas; lo que no impide que las cosas se venden baratas; y así medio peso basta cada día para el gasto de un hombre. Pero como no hay monedas de cobre y la menor pieza de la plata es medio real, se hallan en una dificultad continua para el comercio de los comestibles, como frutas y legumbres. En el día, como antes de la conquista, son las almendras de cacao la moneda corriente del mercado de las hierbas, sobre el pie de sesenta u ochenta por un real, según el precio del cacao, que jamás es fijo. La iglesia Catedral es muy grande. Tiene tres naves, sostenidas por pilares muy altos de hermosa piedra. El edificio no está todavía concluido; pero se continua a expensas del Rey que a las cantidades sacadas del Tesoro hacia juntar un impuesto de medio real por cabeza sobre todos los diocesanos. El Coro está adornado de muchas obras de escultura, en maderas aromáticas, y de cuatro altares que forman las esquinas del cuadro separados del mayor que es de admirable magnificencia. Muchas capillas, ricamente doradas, aumentan el lucimiento de esta obra. El pórtico es suntuoso: se compone de tres puertas y la iglesia tiene otras cinco en los costados. Algunos pretenden que la empezó Cortés sobre las ruinas del gran templo de los mexicanos; pero otros prueban con pinturas antiguas que este templo estaba en el lugar que ocupa hoy día el colegio de San Ildefonso.
Exterior del convento de Santa Clara
Hospital de terceros, ahora demolido y que se encontraba en la esquina de Tacuba y Ruíz de Alarcón, antes San Andrés y Santa Isabel
Ruinas de la capilla de los Servitas. (Febrero de 1862) 32 Ritos y Retos
ASÍ ERA...
La Plazuela de
Guardiola
(Madero y Lázaro Cárdenas)
Fue de la propiedad del marqués de Guardiola, pero como no la ocupaba ni estaba cerrada, el Ayuntamiento disponía de ella y por eso en la época del imperio se colocó en ella el Monumento a Morelos. Posteriormente el hermoso Palacio que fuera reconstruido por la familia Escandón fue demolido en 1938 y en su lugar se construyó el edificio del Banco de México, obra del Arq. Obregón Santacilia. En cuanto al monumento de Morelos, durante algún tiempo estuvo colocado en la plaza de la Santa Veracruz hasta que fue trasladado a un parque de la colonia Morelos.
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LOS OFICIOS El Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana PRESENTA Los oficios de antes y de ahora, una historia de esfuerzos...
El Escribiente De los muchos oficios que han desaparecido hasta nuestros días, uno de los que más extrañamos es el de escribano o escribiente. Ese hombre que, sentado frente a una vieja máquina de escribir en el antiguo portal de los escribanos, en la Plaza de Santo Domingo, esperaba a su, cada vez más escasa clientela, compuesta, en su mayoría, por personas analfabetas que necesitaban llenar alguna solicitud, redactar algún documento, comunicarse con algún familiar o sencillamente escribir una carta de amor. Imposible pensar en este momento en la necesidad de un escribano cuando la modernidad los ha llevado, prácticamente, a la extinción. ¿Quién necesita mandar cartas cuando tenemos el teléfono a la mano? ¿A quién se le ocurre pensar que esos instrumentos pesados y llenos de alambres que se encuentran en los bazares de antigüedades y que llaman “máquinas de escribir”, en algún momento fueron la manera más moderna y rápida de escritura, o que en siglos anteriores se requería de desplumar un gallo para sumergir una pluma en tinta y con ella llenar de escritura un papel? En este momento del mail, el facebook y el twitter, ¿A quién se le puede ocurrir mandar una carta de amor? Sin embargo no siempre ha sido así, hubo un tiempo en que este oficio era indispensable para el buen funcionamiento de las sociedades, asi lo deja ver la descripción que de él se hace en “Los mexicanos pintados por sí mismos” de Hilarión Frías y Soto, Niceto de Zamacois, Juan de Dios Arias y Pantaleón 34 Ritos y Retos
Tovar publicado por la Imprenta de M. Murguía y Compañía en el año de 1855, donde nos dice: “El Escribiente detrás de su escritorio, es un calígrafo y aritmético que a proporción que mas trabaja, cosecha mas ruines honorarios: inseguro en su posición y obligado a vestir con decencia, pasa en un mismo día con una calma envidiable, del bufete de un abogado al mostrador de un tendero, de una oficina pública al humilde banquillo de un evangelista. Pero en cambio no necesita otra herramienta que un cortaplumas; y esta ventaja no es despreciable en el siglo presente, cuando para ejercer cualquier profesión se requiere un enorme capital; de tal suerte que aun los mendigos ya necesitan en muchas partes, por lo menos un instrumento de música para mover la caridad de los cristianos. El Escribiente, después de algunos años de práctica, es una enciclopedia: aprende con los curiales a ser tinterillo; con los químicos a usar el acido oxálico para borrar lo escrito; con los poetas, a formar acrósticos y baladas; con los negociantes, las especulaciones y la jeringonza de la usura: con los periodistas la verbosidad; con los predicadores la pedantería; y en ninguna parte la lógica, y mucho menos el buen gusto. El Escribiente no debe casarse nunca, ¿Como podría con sus mezquinos recursos asegurar la subsistencia de una familia? Por lo mismo, el Escribiente concienzudo, cuando por su desgracia es casado, si se propone ser fiel a su bandera, tarde o temprano tiene que apelar al divorcio, o buscar por lo menos un socio capitalista. Pero ocupémonos nosotros del escribiente soltero. Este pajarraco vive donde puede, y regularmente en las grandes casas de vecindad; en esos refugios de pecadores; en esos panoramas de las debilidades y miserias humanas; en esos conservatorios de nuestras antiguas costumbres; por último, en esas colonias de aventureros, que hablando diversas
lenguas, y teniendo tal vez, encontradas pretensiones, reconocen, sin embargo, la suprema autoridad de una vieja casera. El Escribiente en una casa de vecindad disfruta como un sibarita y a poca costa, de toda clase de placeres; se introduce como puede, y siempre sin dificultad, en una vivienda: en una sola noche de tertulia se hace de confianza. Cuatro patas, un bote de sardinas, seis botellas de cerveza, un queso y un número indefinido de cuartillos de pulque, le bastan para improvisar un banquete. Dispuestos los manteles, si los hay, manda diversas diputaciones para convidar a las vecinas de formas protuberantes y de rostro alegre, y transformado en sultán, escoge a la medida de su deseo, y por supuesto entre las mas hermosas, una favorita; desde ese momento expresa su amorosa pasión mas bien con hechos que con palabras. ¿Quién puede resistir al prestigio que lo rodea? ¡Es un pródigo! Cada ocho días por lo menos promueve semejantes diversiones: es de mucho talento; ¡hace versos! es muy amable; y si no díganlo sus convites donde todo el mundo se embriaga bebiendo en la misma copa, y es ley de la mesa que cada convidado haga lo que se le antoje… Fascinada por tantas seducciones la feliz escogida, sea cual fuere su virtud y sus pretensiones, acaba, si no es estéril, por dar un sucesor al escribiente, el cual con anticipación se ha proporcionado a otra sultana favorita. El Escribiente concurre a los cafés, pero casi siempre por amor al café, y no por leer periódicos, ni por jugar al dominó, ni por hablar de política, si no es que ya se encuentre en el invierno de la vida. La madre naturaleza ha querido que el león, el águila, el hombre, el caballo, en fin, los animales mas nobles, no disfruten de otro progreso, que aquel tan rápido que se verifica al pasar de la niñez a la juventud, y de la juventud a la edad madura; pero en un cambio de transformaciones ha reservado las
brillantes trasformaciones para los insectos. En México es un defecto, es un crimen estudiar, y con razón, pues basta saber leer y escribir para alcanzar sin otros títulos los más altos puestos; y con este motivo observaremos que aunque todos los escribientes son unos, hay sin embargo algunas colocaciones que facilitan admirablemente los mas codiciados ascensos. En los artículos de costumbres sienta bien la erudición; yo quiero parecer instruido cualesquiera hijo de vecino. Ignoro la historia de los escribientes, pero me dicen que en su origen se confunde con la de los escribanos. Siendo esto así. Vea usted, en donde acomoda las siguientes noticias, que no dejan de ser curiosas. En Roma se llamaban escribas, porque escribían; logografos por que escribían; notarios, por que escribían: tabeliones, por que escribían: y actuarios y cartularios, todo por que escribían. Resulta de eso que sea cual fuere su nombre, el escribiente ha nacido para escribir; y así dijo bien el que lo llamo oficial de pluma; sin duda para no equivocarle con el hombre de Platón que era un animal en dos pies y sin plumas. Obsérvese que los escribientes se sirven del bastón como de un tercer pié, pues en ellos es ley muy respetada no dar un paso sin apoyarlo en el suelo; y esta regla solamente tiene una excepción, a saber; cuando el escribiente llega al escritorio distraído con la lectura de un papel, y con el bastón bajo del brazo, es porque la fortuna le ha sonreído, y se presenta a despedirse de su patrón y á anunciarle su brillante metamorfosis. Entonces deja de llamarse escriba, argentario, tabulario, notario, amanuense, y solo por recuerdo de su profesión, se lleva el cortaplumas de la persona que lo ocupa. Un escribiente que mejora su situación, comienza a mostrar su lujo por los anteojos.
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LA LEYENDA
La Calle de la Cadena El temido y fanático Santo Oficio de México iba a efectuar uno de sus temidos actos, cumpliéndose la sentencia de ser quemado un negro fuerte, arrogante y fiel hasta la muerte, a su amo, que era uno de los nobles que llego a la Nueva España acompañando al Virrey Apodaca. Parece ser que ese hombre de color, según la tradición mencionada, cometió un acto villano que el pudor impide detallar, ameritando que se le formara causa, siendo sentenciado a muerte; y aquella mañana, cuando el reloj de la vieja catedral diese las doce, se cumpliría el castigo, por cuyo motivo las calles de México estaban repletas de gente para presenciar el cortejo que conduciría al reo al lugar que la Santa Inquisición tenia señalado para estos actos.
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Iba el criminal, según costumbre, a horcajadas en una mula, con el sambenito infamante, con las manos atadas a la espalda, y rodeado de cohetes y ejecutores. al pasar la comitiva por una calle céntrica, entre jacales humildes, se alzaba una especie de alcázar, con aspecto de caserón almenado, toscas rejas de hierro y una cadena gruesa de acero, semejante a las usadas para sostener los puentes levadizos de los castillos, de pronto, sin que ninguno de los guardias pudiera evitarlo, el negro rompió las ligaduras que le ataban las manos, y dejando de un salto su cabalgada atravesó entre la multitud asombrada, y aferrandose a la recia cadena, grito a voz en cuello: -¡Pido gracia a la nobleza de nuestro amado monarca!... ¡Pido gracia!...
Un caballero que vestía con arrogancia, se dirigió rápido adonde el negro se encontraba, y poniendo sus finas manos sobre el grosero cuerpo del procesado, dijo solemnemente: -¡Este hombre me pertenece!... ¡La ley y mi nobleza lo escudan!... En tanto la multitud se estremecía emocionada por todo aquello, el negro de rodillas, besaba los pies de su salvador. Los emisarios de la justicia dieron media vuelta y se fueron: nadie podía hacer nada, pues de la misma manera que en aquellos tiempos cualquier fugitivo que entrase en un templo estaba a salvo de la ley, así en la Nueva España el que apelase a la ayuda de un noble de la manera que este negro lo hizo, se encontraba libre de castigo alguno por muy criminal que fuese. El Virrey, enterado del lance, elogió la conducta del caballero español y la muchedumbre se retiró pesarosa de no haber presenciado aquella ejecución que el Santo Oficio le había prometido, como si fuese animado espectáculo teatral. Desde entonces y debido a la cadena de la que se detuvo el negro para implorar clemencia esta calle, que hoy es conocida como República de Chile, empezó a ser conocida en ese tiempo como LA CALLE DE LA CADENA…
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COMERCIOS CENTENARIOS
El Puerto de
Liverpool
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E
l fundador de este importante negocio centenario, fue un joven migrante de origen francés llamado Jean-Baptiste Ebrard, quien en 1847 era propietario de un baúl o cajón ubicado en un mercado llamado del Parián que se localizaba en la plaza mayor de la antigua ciudad de México, y que durante la época virreinal funcionó en la esquina suroeste de la misma y donde era posible encontrar telas, vajillas, muebles y moda, entre otras mercancías traídas en la Nao de China, misma que formaba parte de una flota de galeones que partían del puerto de Acapulco y llegaban al Oriente para traer toda clase de objetos exóticos y así abastecer el creciente mercado novohispano. Se dice que este personaje fue el primero en traer al país el miriñaque, que se trataba de una crinolina de aros de metal que daba forma y volumen a las faldas y vestidos de las damas de esa época. También fue el primero en permitir a sus clientes liquidar las mercancías que le compraban mediante el novedoso plan de pago en abonos.
El nombre de su, hasta entonces, almacén ambulante surgió en 1872, cuando el joven comenzó a importar mercancía europea desde el Puerto de Liverpool, Inglaterra. El empresario franco-mexicano murió en Francia en 1895, pero antes de morir cedió su arcón a un grupo de socios franceses. Con el tiempo, aquel baúl ambulante evolucionó a almacén y ocupó varios locales hasta que, finalmente, en 1936 inauguró el edificio que ocupa hasta nuestros días, siendo el primero de la ciudad en tener escaleras eléctricas. Desde entonces hasta la fecha Liverpool ha sido referente de calidad entre la gente clase media de la ciudad y uno de los conceptos más exitosos de la vida comercial mexicana. En 1962 se inauguró con gran éxito Liverpool Insurgentes y tres años más tarde la compañía cotizaba en la Bolsa Mexicana de Valores. El corporativo siguió su crecimiento y a mediados de la década de los setentas se fusionó con otra cadena de tiendas departamentales: las Fábricas de Francia. El viejo baúl de aquel migrante francés, rindió frutos y es, hoy por hoy, una exitosa empresa orgullosamente mexicana, nacida en el Centro Histórico y muy cerca de cumplir 165 años de vida.
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40 Ritos y Retos
La Calle de la Cadena
Bosco Sodi Croacia
EN SAN ILDEFONSO
Pozole de Moctezuma
El
De nuevo,
Alameda
La
MAYO - JUNIO · 2012 · AÑO XII · NO. 69· REVISTA BIMESTRAL
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