Riesgos y beneficios de educar en casa Creado en Martes, 05 Junio 2012 Escrito por educazion
Han pasado 7 años desde que mi esposo y yo tomamos una decisión muy radical en cuestiones educativas: decidimos sacar de la educación tradicional a nuestros hijos, para educarlos en casa. Muchas cosas buenas han ocurrido y, otras no tan buenas. Lo que sí puedo afirmar es que han sido años muy hermosos de unidad familiar, en donde hemos podido ministrar al corazón de nuestros hijos. Actualmente nuestro hijo mayor ya está fuera de casa estudiando medicina en la universidad; los otros dos todavía están en casa trabajando con papá y mamá. Muchas personas nos preguntan cómo han sido estos años; así que en este artículo quisiera explicar los beneficios de educar en el hogar, pero también quisiera advertir sobre algunos riesgos. En primer lugar, hemos podido ministrar a nuestros hijos la Palabra de Dios. Desde que tomamos la decisión de educar en casa, también decidimos que la principal herramienta educativa debería ser la Palabra de Dios, pues en ella está la vida, el carácter de Dios; a través de ella podemos conocer a Dios, solo aquellas personas que conocen la Palabra de Dios en realidad aman a Dios (El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él, Jn. 14:21). Al ministrar a nuestros hijos la Palabra de Dios impartimos a sus vidas identidad, ahora entienden y saben que provienen de Dios, le pertenecen a Dios, y es necesario dar cuentas de su vida delante de Dios. No les enseñamos a tener una vida religiosa, sino a tener una relación personal con Dios, lo cual es muy diferente, pues entienden que la iglesia es un lugar donde pueden convivir y relacionarse con los miembros del Cuerpo de Cristo, al cual están llamados a servir y amar, pero el asistir a la iglesia o parecer cristiano no es lo más importante; lo más importante en sus vidas es su relación personal con Dios, porque de ella se deriva todo lo demás. Al estar nuestros hijos en casa, hemos podido trabajar en el área de carácter; áreas como integridad, diligencia, constancia, perdón, etc. Al tenerlos en casa pudimos afirmar muchas áreas de manera específica, pues teníamos el tiempo para hacerlo. En casa nadie escapa de los deberes y obligaciones. Hoy en día muchos chicos se escapan de sus
responsabilidades diciendo "tengo tarea mamá" aquí la tarea era asignada por nosotros, ¡no hay escapatoria! En la parte académica trabajamos para que nuestros hijos fueran personas autodidactas, ellos debían aprender de manera autónoma, cuando había dudas o querían saber más sobe algún tema evitábamos explicarlo y los animábamos a investigar la forma de hacerlo. Al principio fue difícil, ya que en la educación tradicional siempre tuvieron maestros que les explicaban cuando no entendían algo. Ahora tardaban un poco más en encontrar la respuesta, pero como padres, éramos diligentes en hacerles perseverar para resolver algún problema o encontrar el método correcto para resolverlo. Esto ayudó mucho a su formación, ahora son personas muy seguras de sí mismas, aprendieron a investigar y buscar respuestas, filtrando la información bajo los principios de la Palabra de Dios. Aprendieron a resolver desde ecuaciones lineales hasta cómo construir un cable de audio para micrófono o cómo reparar un aparato electrónico descompuesto. Además de trabajar con la Palabra de Dios, de formar carácter en sus vidas, de acercar a ellos los conocimientos académicos necesarios para su formación, los entrenamos para servir a Dios, dentro y fuera de la iglesia, como voluntarios sociales ayudando a las personas en situaciones de desastre, a través de campañas médicas, servicio a la comunidad, cuidando niños, como voluntarios de Cruz Roja, etc. Aunque todos ellos son excelentes músicos evitamos convertirlos en estrellas; siempre tuvieron que servir a la gente, lavando baños, cuidando niños, cocinando, atendiendo gente, etc. Como pastores nos hemos dado cuenta que hay muchas estrellas y pocos siervos, así que decidimos que nuestros hijos fueran más siervos que otra cosa; ellos saben que deben servir en todas las áreas y que es un privilegio tocar la vida de las personas a través de servirles. ¿Hay riesgos? Educar en el hogar no es cosa fácil, requiere un compromiso diario; el peligro más grande y es el error más recurrente es que se deje a los chicos trabajar sin supervisión. Muchos padres piensan que educar en el hogar es dejar que sus hijos contesten un montón de libros y ejercicios mientras ellos están haciendo la comida, o en su caso, metidos en sus ministerios personales. El riesgo más grande es la falta de supervisión; puedes creer que tu hijo va muy bien y, de pronto, te das cuenta que tus hijos perdieron el tiempo los últimos 3 años sin hacer nada, porque no estuviste supervisando el trabajo. Todos los días
tenemos que ser llamados a cuentas, y todos los días debemos ver los resultados obtenidos. Hay muchos padres irresponsables que eligen escuela en casa porque es más barato, porque así tendrán tiempo para involucrarse en el ministerio, pero no se dan cuenta que están abandonando el ministerio más importante: su familia. No puedes dejar a un chico frente a la computadora todo el día pensando que él está haciendo su parte, esto es grave; es necesario supervisar lo que está haciendo y si es que lo está haciendo bien. Educar en el hogar es para personas responsables, que están involucrados en un ministerio muy importante: formar hombres y mujeres conforme al corazón de Dios. Se trata de involucrarte completamente en la vida de tus hijos, de ponerlos en el horno de fuego hasta que salga el oro refinado, pulirlos hasta que el diamante tome la forma correcta, requiere mucho tiempo e inversión, requiere un compromiso de dar tu vida a favor de la siguiente generación. Si en verdad estás dispuesto a morir, entonces educar en casa es para ti; si buscas un camino más fácil, entonces no lo hagas.