Juguemos a nadar Hace 25 años nació en Costa Rica un innovador concepto: la natación para bebés. Con ardua preparación y desafiando los miedos y tabúes que rodean lo desconocido, abrió las puertas Burbuja 2000: la primera Academia de Natación en incluir al más adorable de los públicos. En éste lugar los pequeños de la casa aprenden a nadar amando el agua; sin temor, sin lágrimas, sin incomodidades ni molestias. En Burbuja se enseña entre juguetes, formas, texturas y colores; aquí los papas tienen luz verde para participar activamente en la instrucción de sus hijos y divertirse en el proceso.
La clase favorita de los
La natación es el primer deporte que pueden practicar los niños, con tan solo cuatro meses de edad ya están listos para sumergirse en nuestra aventura acuática. Se recomienda desde edades tempranas porque para la gran mayoría de bebés el agua resulta un espacio cómodo y familiar, en el cual pueden moverse libremente. Y si a esto le sumamos el contacto piel con piel que hay entre el niño y sus padres, obtenemos una combinación irresistiblemente relajante que hace que más de uno haya sido demasiado arrullado por el agua y haya terminado sus clases dormido. “Los bebés realizan en la piscina mucho más movimiento de brazos y piernas del que hacen normalmente, por eso en las clases agotan energía y terminan cansaditos. Al mismo tiempo se relajan con el agua calientita y además porque los latidos del corazón se oyen más fuerte en el agua y se sienten protegidos por mami o papi”, expresa Teacher Eimy Álvarez, instructora de natación desde hace 15 años.
La mejor de las compañías Quienes acompañan a los niños -usualmente los padres- son también protagonistas en nuestra piscina, ya que aportan a sus hijos la tranquilidad y comodidad necesaria para el éxito de las lecciones… aunque tener una piscina llena de tiaras de princesas, capas de superhéroes, y los personajes favoritos de los peques siempre ayuda. “Los papas son clave, deben estar tranquilos porque eso se lo transmiten a sus hijos, y ellos lo van a traducir en la piscina. También tienen que permitirse disfrutar no solo del tiempo con su bebé sino de las clases, porque una vez que lo hacen ellos tampoco quieren salir de la piscina”, asegura Teacher Eimy. Y es que los adultos se integran tan bien en las clases hasta el punto en que, si es para entretener a su pequeño, no dudan en ponerse un sombrero de pez, una nariz de payaso o unos anteojos gigantes… si hay un lugar para volver a ser niño, es Burbuja 2000. “En Burbuja las clases de nata son amenas, nos esmeramos para que quienes entren a nuestro pequeño mundo se sientan bien y disfruten de 40 minutos muy especiales. Sabemos que en ocasiones los papas mueven o posponen actividades de su agenda para pasar ese momento con sus bebés, y eso solo lo hace más especial”.
¡Sumérgete en un mundo de diversión!
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Juguemos a nadar
El método
Desde sus inicios hasta el día de hoy, los ejercicios de las clases han variado considerablemente, pues antes no estaban tan ligados a la estimulación auditiva y visual, y se enfocaban más en el movimiento sensorial.
Nuestras instructoras ahora saben que una canción puede hacer la diferencia al alentar a un niño a hacer hormiguitas –agarrarse a la orilla- y que un juguete especial (todos los niños encuentran su favorito) hace pasar desapercibida la posición de dorso que de otra forma les resultaría incómoda. Para efectuar cada uno de los movimientos un niño debe tener desarrollada cierta capacidad visual, auditiva, emocional y cognitiva. En Burbuja sabemos que cada uno de ellos tiene un desarrollo distinto que se debe respetar. Y que para hacer burbujas, una flechita, o aprender ejercicios de seguridad, se necesita constante practica. “Los ejercicios que hacemos en clases son repetitivos porque los bebés tienen memoria a corto plazo, se debe redundar para que sepan cómo se hacen las cosas y se vayan acostumbrando. Hay veces que se modifican las clases pero son cambios sutiles, no quitando o variando todo”, puntualiza la más experimentada de nuestras instructoras.
Pequeños nadadores Isabela Rivera nada desde los 8 meses de edad, por lo que a sus escasos tres años y medio la natación es parte fundamental de su vida. Ella es una de las alumnitas más constantes y disciplinadas que tenemos en Burbuja y nunca falta, ¡a pesar de que viene desde Cartago! Le pedimos a su mamá, Raquel, que nos contara sobre su experiencia a través de estos años. “Al principio Isa era un poco introvertida, y acostumbrarse a que la Teacher la agarrara fue complicado, pero el hecho de que nosotros pudiéramos acompañarla en el agua lo hizo mucho más fácil” “Desde el primer día hasta ahora ha sido increíble el avance que ella ha tenido no solo nadando, sino que creo que su personalidad y carácter se han moldeado mucho gracias al deporte. A ella le encanta el agua, es súper segura cuando se mete y disfruta la natación con mucha propiedad pero sin ser arriesgada, sino que sabe hasta donde llegar. Eso es algo que ha aprendido aquí… a disfrutar pero con ciertas reglas” “La metodología que usan en Burbuja y la forma de acercarse a ellos me gusta mucho, desde que entran se les hace sentir en casa y seguros, y siempre que haya constancia ellos logran empoderarse del lugar”
¡Sumérgete en un mundo de diversión!
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ra e v i R a sabel