Estancia de Alta Gracia Los jesuitas crearon un establecimiento agrícola, ganadero e industrial que tuvo como objetivo el sostén del Colegio Máximo, que luego se convirtió en la primera universidad del territorio argentino. El negocio ganadero fue la principal fuente de recursos, especialmente la cría y comercio de mulas destinadas a los yacimientos de Potosí. La estancia estaba compuesta por la residencia de los jesuitas, actual museo; la iglesia; el obraje, donde se realizaban las actividades industriales; la ranchería, vivienda de los negros esclavos; el tajamar, un dique de 80 m de largo.
El Museo y su arquitectura El museo cuenta con 17 salas de exposición permanente que han sido ambientadas acorde a los modos de vida de cordobeses y especialmente de los serranos durante los siglos XVII, XVIII y XIX. Su patrimonio está compuesto por objetos de gran importancia que evocan la vida cotidiana y las formas de trabajo en la antigua estancia. La iglesia y la residencia de los siglos XVII y XVIII, estas se sitúan alrededor de un patio claustral. La residencia está construida en forma de “L” y en dos niveles. En la planta alta las habitaciones
lindan a las galerías que repiten constantemente bóvedas de crucería y arcos de medio punto que descansan sobre robustos pilares. La iglesia ocupa el ala sur del patio y es un ejemplo del barroco americano. Esta edificada como una sola nave y se distingue por la curvatura de los muros que bajan desde la cúpula. La redondez de esas paredes constituye una excepción dentro de las tipologías religiosas coloniales de Latinoamérica. En su construcción intervinieron los arquitectos jesuitas Prímoli, Bianchi, Kraus y Harschl.
Las estancias Jesuísticas.
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a Compañía de Jesús es una orden religiosa de carácter apostólico y sacerdotal -aunque la conforman también Hermanos, es decir, religiosos no sacerdotes y que no son monjes-. Está ligada al Papa por un “vínculo especial de amor y servicio”; su finalidad, según la Fórmula del Instituto, documento fundacional de la Orden (1540) es “la salvación y perfección de los prójimos”. En términos de Derecho Canónico, la SJ es una asociación de hombres aprobada por la autoridad de la Iglesia, en la que sus miembros, según su propio derecho, emiten votos religiosos públicos y tienden en sus vidas hacia la “perfección evangélica”. a formación en la SJ empieza con un noviciado que dura dos años. Continúa con un proceso de formación intelectual que incluye estudios de Humanidades, Filosofía y Teología. Además, los jesuitas en formación realizan dos o tres años de docencia o «prácticas apostólicas» (período de magisterio) en colegios o en otros ámbitos (trabajo parroquial, social, medios de comunicación, etc.). l estudio a fondo de idiomas, disciplinas sagradas y profanas, antes o después de su ordenación sacerdotal, ha hecho de los miembros de la SJ, durante casi cinco siglos, los líderes intelectuales del catolicismo.
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an Ignacio de Loyola, el fundador, quiso que sus miembros estuviesen siempre preparados para ser enviados con la mayor celeridad, allí donde fueran requeridos por la misión de la Iglesia. Por eso los jesuitas profesan los tres votos normativos de la vida religiosa (obediencia, pobreza y castidad) y, además, un cuarto voto de obediencia al Papa, «circa misiones» La Fórmula del Instituto (confirmada por Julio III en 1550) dice: «Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra». La Congregación General (CG) es el órgano supremo de gobierno y no se convoca, como en el resto de órdenes, periódicamente sino en caso de muerte del Prepósito General o para tratar asuntos de especial importancia. Aunque el cargo de Superior General es vitalicio (ningún General renunció en la Compañía anterior a la supresión), las Normas Complementarias vigentes desde 1995 contemplan la posibilidad de renunciar, si el General lo considera conveniente, en conciencia. l primer General en renunciar -por motivos de salud graves- fue Pedro Arrupe, en 1983 y autorizado por la CG 33. P-H Kolvenbach, su sucesor, hizo lo mismo en 2008.
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Patrimonio de la Humanidad Córdoba fue la capital de la Provincia Jesuítica del Paraguay, que abarcaba los actuales territorios de Paraguay, Brasil, Uruguay, Bolivia y Argentina. La importancia de su universidad, y de las estancias que la sostuvieron, trascendió los límites de la región. “Por ser un ejemplo de conjunto arquitectónico que ilustra una etapa significativa de la historia de la humanidad; la manifestación de un intercambio considerable de valores humanos, asociados con ideas, creencias y obras artísticas de significado universal excepcional”, la UNESCO declaró, el 2 de diciembre de 2000, Patrimonio de la Humanidad, a la Manzana Jesuítica y a las Estancias Jesuíticas de Córdoba, entre ellas la Estancia de Alta Gracia.
La compañía de Jesús
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a Compañía de Jesús ha sido una organización que ha vivido entre la alabanza y la crítica, siempre en la polémica. u lealtad incondicional al Papa los ha colocado en más de un conflicto: con la Inglaterra isabelina, frente al absolutismo de Luis XIV de Francia (conocido como El Rey Sol), el regalismo español, con la Alemania de Bismarck, de donde fueron expulsados (durante el Kulturkampf) y con los gobiernos liberales de diversos países en América y Europa. Asimismo, los regímenes comunistas de Europa Oriental y de China limitaron ampliamente su actividad a partir de 1945. asícilica de Loyola. La Compañía de Jesús desarrolló una actividad importante durante la Reforma católica, sobre todo en los años inmediatamente posteriores al Concilio de Trento. Su presencia en la educación occidental y en las misiones en Asia, África y América ha sido muy activa. Ha contado entre sus filas a una larga serie de santos, teólogos, científicos, filósofos, artistas y pedagogos: San Francisco de Javier, San Luis Gonzaga, Matteo Ricci, Francisco Suárez, Luis de Molina, Juan de Mariana, San Roberto Belarmino, San Pedro Canisio, José de Acosta, Antonio Ruiz de Montoya, Atanasio Kircher, San Pedro Claver, Eusebio Kino, Francisco Javier Clavijero, San Alberto Hurtado, etc.Capítulos notables de su historia han sido el origen y desarrollo de sus colegios y universidades en Europa,
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la actividad misionera en la India, China y Japón, las reducciones de Bolivia, Paraguay y Argentina, la exploración y evangelización del Canadá, del Mississipi y del Marañón, los conflictos teológicos con los protestantes y los jansenistas, su confrontación con la Ilustración, su supresión (1773) y su restauración (1814).En 1965 llegaron a su máxima expansión numérica: 36.000 jesuitas en más de un centenar de unidades administrativas (provincias y misiones). Hoy, los jesuitas y los laicos que comparten su espiritualidad trabajan en los campos más diversos, tratando de colaborar con la Iglesia respondiendo a las nuevas necesidades de la sociedad y a los retos que éstas plantean. Así la Compañía trabaja en la acción social, la educación, el ámbito intelectual, el servicio a parroquias y comunidades cristianas y en medios de comunicación. ntre 1965 y 2008 sus Superiores Generales fueron Pedro Arrupe (español, 1965-1983) y Peter Hans Kolvenbach (holandés, 1983-2008, año en que presentó su renuncia por motivos de edad). El 7 de enero de 2008 comenzó su Congregación General 35, para elegir nuevo Prepósito (superior mundial) y legislar sobre aspectos de la misión y carisma de la Orden. El 19 de enero fue electo (en el segundo escrutinio) como trigésimo General el Padre Adolfo Nicolás, español, perteneciente a la Asistencia de Asia Oriental y Oceanía que, como Arrupe, había sido Provincial de Japón.
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os jesuitas crearon un establecimiento agrícola, ganadero e industrial que tuvo como objetivo el sostén del Colegio Máximo, que luego se convirtió en la primera universidad del territorio argentino.