¿Cómo fueron mis vacaciones?
Bungee Jumping
México
en
Permítanme decir primero que yo nunca he sido suicida, que me da vértigo si miro hacia abajo a la espera en la acera para cruzar la calle, y que mi idea de la aventura es comer dos cucharadas de helado en vez de una cucharada de yogurt congelado descremado.
adicto al chocolate, pidió que la ruta incluya un par de días en Tabasco, el sureño estado mexicano adyacente que hace del chocolate un alimento de supervivencia en todo el mundo.
Mi luna de Miel
La Ciudad de México
Pero luego me casé y me fui a México con mi nuevo marido. En México, pensamos, no faltarían las noches románticas en las salas que olían a vainilla, Sí, vainilla. Más de un cocinero aficionado que a una mujer salvaje intentaba impresionar hacía esto, “encuentro mis emociones en la cocina y los brebajes que hacen que a la gente se le caiga la baba”. En algunas de mi investigaciones culinarias, había leído cómo la vainilla se originó en El Tajín , un área en el norte del estado de Veracruz en México a lo largo del Golfo. Mejor aún, los totonacas - la tribu nativa dominante - le daba a la vainilla propiedades afrodisiacas.
Volamos a la ciudad de México, luego a Poza Rica, donde cogimos un taxi local a nuestro hotel en Papantla . El aroma de la vainilla perfumaba el aire, que emana de las vainas de semillas secas y botellas de extracto que son vendidas por totonacas vagando por las calles. En nuestras propias andanzas por los museos y centros culturales, nos enteramos de que los hombres son polígamos totonacas de renombre , hombres lujuriosos que normalmente mueren antes de cumplir los cincuenta años . La inhalación de la vainilla omnipresente, podía entender por qué.
El Destino elegido
Ceremonia tradicional
Mi marido había dado el visto bueno este destino porque estaba interesado en las espectaculares ruinas arqueológicas de la zona. Ruinas de por lo menos 2,000 años, El Tajín cuenta con la Pirámide de los Nichos, entre sus muchas excavaciones. Además, al ser un
La vainilla me afectó, también, pero mis impulsos tomaron un giro diferente. Un día, cerca de la entrada de la zona arqueológica, vimos una ceremonia tradicional totonaca, ahora realizado por los turistas: lo que se llama Bungee Jumping.
Pensé que nunca lo preguntarías. Francamente, fue fantástico y a veces aterrador. Eso significa que fue emocionante, y lleno de adrenalina, correr el camino con mucha gente y necesitar el chocolate para obtener ás energías. Así que ¿voy a hacerlo de nuevo? Puedes apostarlo. Cuando expertos de clase mundial de rafting como Jonh Benson me invitó a su viaje de rafting en aguas bravas por el río Yangtze en China, me emocioné y acepté, incluso antes de que hubiera terminado de envolver sus labios alrededor de la cuestión. La oportunidad de hacer rafting con alguien de la actitud temeraria de Jonh en uno de los ríos más salvajes del mundo era una oportunidad única, el prometió demasiados escalofríos emocionantes fuertes, vivir al límite. De mala gana, estoy de vuelta detrás de mi escritorio, sintiendo el mismo tipo de decepción que los adictos a la acción sienten cuando termina la intensidad. Ya sabes lo que quiero decir, me alegro de estar de vuelta en cierto modo.